La rebelión de los caídos 2...

By nayelli3

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Hacer el papel de enviada de Dios no esta resultando para nada como Caili Uring y su ángel guardián esperaban... More

Parte 1 premonicion
Parte 2 Turmalina
Parte 3 Invasores
Parte 4 Luna
Parte 5 Dios del paramo.
Parte 7 Houdini
Parte 8 Callejon
Parte 9 Rubias escurridizas
Parte 10: sin refutar
Parte 11: Ciudadela
Parte 12 reposo
Parte 13 Paciente 1268
Parte 14 Niño rata
Parte 15 Kurth
Parte 16 juntos en Varsovia
Parte 17 Memorias oscuras
Lublin
Babilonia.
Casa

Parte 6 plan de contingencia

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By nayelli3

CAMERON.


Las siguientes horas las pasamos reuniendo al equipo (o por lo menos aquellos que siguen entre nosotros y respondieron al llamado) planeando, haciendo llamadas, ubicando en mapas los sitios que con ayuda de los Custos hemos logrado obtener y mantener en secreto desde hace diez años.

En las pizarras están anotadas las coordenadas donde se ubican los secretos refugios temporales, los centros de ayuda y los almacenes con medicamentos, las arcas subterráneas que preservan los granos y semillas, así como también la preservación de la vida vegetal, marina y silvestre. Herramientas que ayudarán para subsistir de energía solar por mas de un año en caso de que la tecnología y la electricidad se vayan por el caño.

Le aplaudo y admiro su compromiso.

Antes de esta noche, los Custos eran los únicos que sabían la ubicación exacta de los refugios ya que son los únicos que tienen la suerte de no rendirle cuentas a nadie (en cuestión de que no tienen que comparecer ante los ancianos)
Yo le llamo el plan perfecto, "nosotros apostamos los millones y ellos se aseguran de cubrir las necesidades y deseos de su hija"

—por favor llámame—dice Laila al teléfono—es urgente Freya...debes volver a casa.

Termino de servirme el café, me es imposible no percibir la preocupación en su voz por lo que sirvo otro café y espero a que termine la llamada para ofrecérselo.

—¿todo bien?
Mira la tasa y después a mi, guarda el teléfono dejando escapar un suspiro antes de aceptar lo que le ofrezco.

—es esta niña que le divierte tenerme preocupada.

Me da risa que utilice el término "niña" para referirse a una nephil de más de doscientos años con apariencia de cuarenta que es capaz de fracturarle los huesos a una criatura que se le ocurra respirarle en la nuca

—no sé si lo habrás notado pero Freya no es precisamente una niña.
—para mi siempre será la criatura que jalaba de mis vestiduras para llamar mi atención.
—pobre freya—me frunce el ceño—ya me imagino lo que ha de haber sufrido al criarse contigo.
—la hice fuerte y ese es el punto ¿no?
—exacto, por lo que no deberías de preocuparte cuando no te devuelve una llamada.

Le da un sorbo al café caliente rodándome los ojos. Este lado maternal y blando solo sale a relucir cuando se trata de Freya, fuera de eso sigue siendo la caída más ruda que se conoce por estos lares.

—relájate un poco y ve a desquitar este enfado haciendo correr unas mil vueltas a  esos chicos por todo el pueblo.

Ya es medio día y los nephilims han aprovechado las clases libres parar holgazanear o darse el lote por los rincones del instituto. aquí todos estamos ocupado, todos excepto Khaled que desapareció desde anoche y que por obvias razones hemos decidido excluirlo de todo este asunto.

Aprecio y le tengo mucha confianza a mi amigo, pero este ser que nos visita no es el mismo al que le confié mi vida en el pasado. Ni siquiera sabe la verdadera razón de por que está aquí. Según lo que entendí, sigue esperando que los arcángeles le den información para comenzar su misión.

Según con lo último que se me informó, los recuerdos de su anterior estancia en la tierra se disolvieron, aunque al parecer aún me recuerda a mi, un poco a Jhonatan y a Samuel, así como también algunos de los momentos antes de que fundara este pueblo. Pero de su tiempo con Caili no recuerda absolutamente nada al igual que ella, y eso es muy triste.

Quisiera decirles a ambos lo afortunados que son al volverse a ver, pero por el bien de ambos debo callar y mantenerlos separados lo más que pueda. No pienso permitir que vuelva a cometer el error de enamorarse de Caili y por ende, se rebele ante el consejo de arcángeles una vez más.

<<Me duele ser yo quien les oculte la verdad, pero prefiero verlos separados, a que pasen el resto de su existencia en el exilio>>

—tienen suerte—da otro sorbo—todavía hay mucho que hacer aquí.
—la mayoría de los sitios ya están avisados, ahora es cuestión de esperar.
—lo peor que me pueden hacer es ponerme a esperar.
—creí que lo peor que te podía pasar era que te obliguen a ir a una cita doble.
—ya vas a joder con lo mismo— se levanta—supéralo que eso ni siquiera fue una cita.

Me doblo de risa al recordar la vez en que Silvestre le pidió de favor que lo acompañara a una cita doble, por aquellos días mi amigo trataba de iniciar una relación con una agente de bienes raíces que conoció en Miami.

—jamás olvidaré como te veías en ese vestido entallado—me golpea la cabeza—¿nadie te ha dicho que tienes una pierna preciosas?.
—cierra el pico que conmigo no funcionan tus patéticas tácticas de seducción.
—¿como que patéticas?—me levanto siguiéndola hacia la enorme mesa de la biblioteca donde nos instalamos—si yo transpiro sensualidad por cada poro de este cuerpo moreno esculpido con devoción, nadie es inmune a mi.
—no seas rídiculo y pásame el cargador que deje ahí.

Tomo el cable blanco que señala el cual conecta a la corriente de energía poniendo a cargar su teléfono. Revisa los mensajes y se lo quito de las manos poniendo pantalla abajo para que deje de acosar a Freya por mensaje.

—ya vendrá—le hago saber—una llamada perdida no es el fin del mundo.

Veo a Caili bajar las escaleras cargando libros pesados, sigue muy decaída por lo que dejo a Leila para ir ayudarla.

—dieciséis—dice la caída—no es una...han sido 16.

La cifra me hace detenerme viendo el contexto con otros ojos, Freya no es de las que evita a propósito a los demás, y mucho menos a Leila sabiendo cómo es. pero tengo la esperanza de que halla una explicación para su falta de contacto que probablemente nos compartirá cuando aparezca por aquí.

—estará bien—aseguro alzando el hombro—es Freya de quien hablamos.

La idea la apacigua un poco haciendo que deje el teléfono y tome uno de los mapas que Steven ha proporcionado con los sitios de refugio. Me apresuro alcanzar a Caili cuando se dirige a una de las mesas desocupadas, se deja caer en una silla soltando un resoplido que le quita el mechón de cabello del rostro.

—de que sirve tener la colección más extensa de libros sobre cualquier tema—se queja—si en ninguno existe un registro de los profetas de este siglo.

Se adueña de mi tasa de café la cual vuelvo a recuperar antes de que le de un sorbo, se la cambio por la barra de cereal que me dio Eva al salir de la habitación, misma que he mantenido en el bolsillo.

—no más cafeína para usted señorita—le ofrezco la barra—come un poco.
—no tengo hambre—hace un puchero pero igual me arrebata la barra dándole un mordisco enfurruñada— esto es una mierda.
—pero tiene frutos rojos—reviso la envoltura de la barra—son tus favoritas.
—esto no tonto—le saco una sonrisa—me refiero a esto.

Se endereza en la silla haciéndome espacio para que me siente a su lado. Saca el cuaderno que ha mantenido con ella desde que convocamos esta reunión, ha estado escribiendo mucho desde que llegamos del bosque.

—¿me escribiste un poema?—cuestiono coqueto—es muy lindo de tu parte pero ya sabes lo que pienso sobre mezclar negocios con placer. 
—ni que tuvieras tanta suerte—frunce la nariz—además no estas tan bueno.
—me caigo de bueno y lo sabes.
—lo que digas.

Procede abrir el cuaderno mostrándome una lista de pendientes que no tiene que ver precisamente con el plan de contingencia.

—¿que tienes aquí?
—quiero hacer esto antes de meternos de lleno con esto otro.
—lista personal: —leo para los dos—investigar la causa de muerte de Bruce, localizar el cuerpo de Luna Welch, resguardar a Kurth, proteger a mis padres, buscar profetas....¿profetas? Para que necesitas uno y de donde sacarás el cuerpo de esa mujer?.

Le da otro mordisco a la barra de cereal tomándose el tiempo en masticar, suele hacerlo cuando quiere aparentar que nada le preocupa o que no es la gran cosa.

—ya sabes—mastica lento—si mi tío se arriesgó tanto debe ser porque significó mucho para él.
—!lo abandonó!
—eso no nos consta—me refuta—tengo la teoría de que su misteriosa desaparición y las imagines que me mostró están relacionadas.

Tiene sentido lo que dice pero ni diciéndome que Luna Welch fue la modelo que poso para la Gioconda me convencerá de buscar sus restos, porque simple y sencillamente es una pérdida de tiempo.

—En cualquier otro momento aceptaría encantado pero con todo este lío que tenemos encima, no lo creo—arrugo la nariz—tenemos cosas más importantes que hacer—le recuerdo—la exnovia de tu tío no es más importante que la advertencia del universo.
—lo entiendo pero..
—pero nada Caili—la corto—tu misma escuchaste la mención de los sellos. Eso sí que es grave.

Termina de comer dejando la envoltura de la barra sobre la mesa, tensa los dedos al rededor del cuaderno y me atrevo a decir que oculta algo ya que la conozco más de lo que ambos quisiéramos.

—que ocurre.

Se muerde el labio incomoda y mi sospecha se vuelve más tangible cuando se cruza de brazos ofuscada.

—¿Caili?—la obligo a que me mire—dime que ocurre.
—no es nada.
—no quieras mentirme a la cara—suspira—sabes que es una perdida de tiempo.
—es que...—duda—cuando estábamos en bosque yo...
—¿si?.
—es que yo...—cierra lo ojos y me temo lo peor— yo...no pude escuchar el mensaje del universo.
—¿COMO?

La confesión me impacta ya que di por hecho que el mensaje se nos fue confiado a los cuatro. En ningún momento mencionó nada, ni me cuestiono cuando dije que debíamos echar andar el plan de contingencia.

—Shhfff— me tapa la boca mirando hacia todas partes—no grites, no quiero que los demás lo sepan. Suficiente tengo con que el Mictlan piense que soy una incompetente.
—no seas ridícula—la corto—tú no eres ninguna incompetente ni nadie lo piensa.
—aún así no se lo cuentes a nadie por favor—ruega—ya me siento lo bastante estupida como para que ahora los demás me tengan lastima.
—nadie te tiene lastima y ya deja de menospreciarte que me vas a enojar.

Paso el brazo por detrás de sus hombros acercándola a mi. Por su naturaleza divina lo lógico sería que se comunicara 24/7 con el creador y el universo, pero no es así. Esta es la primera vez que el mundo quiere decirnos algo y sus oídos se volvieron sordos. Es muy preocupante su situación.

—al Mictlan si pudiste oírlo ¿verdad?
—si.

Eso me tranquiliza, por lo menos su capacidad para hablar con deidades no está dañada por lo que esta exclusión debe tratarse de una excepción. Acomoda la cabeza en mi cuello dejando que frote su brazo. <<es una niña>> crecida, pero al fin de cuentas, una niña.

Empujan las puertas de la biblioteca causando un sonido que la tensa con la llegada de Khaled. Trae un granizado de frutas de los que venden en el merendero de afuera, se detiene en el centro de la biblioteca percatándose de que estamos todos reunidos, su mirada viaja lentamente de extremo a extremo reconociendo rostros hasta detenerse en nosotros.

—acaso me estoy colando a otra fiesta a la que no fui invitado?

Le da un sorbo ruidoso al granizado, avanza hacia la mesa donde Emma y Silvestre le muestran a Jhonatan el camino más corto al arca de semillas en el Amazonas. Mi mirada se encuentra con la de Laila y Samuel ya que no hablamos nada sobre incluir en esto al ángel que nos visita.

—la fiesta apenas empieza—responde Steven—toma uno de estos y ponte cómodo qué todavía hay trabajo por hacer.

Le ofrece un celular y una hoja con los números de las personas mejor calificadas para hacerse cargo de la logística de las arcas y laboratorios en cada continente.

Caili a previsto todas y cada una de las fallas que pudieran ocurrir en caso de una catástrofe masiva <<es una chica muy lista>> es consciente de que nosotros no podemos hacernos cargo, ya que existe la posibilidad de que ninguno de los dos sobreviva.

<<Así es esto>> somos guerreros, los primeros en la línea de fuego, por lo que nada garantiza nuestra seguridad. Con cada enfrentamiento dejamos sudor y sangre sabiendo que es muy probable que sea el último. Por eso mismo Caili creo este plan de contingencia. <<es admirable su compromiso>>

Le echo un vistazo a la chica que se endereza en la silla apartándose de mi. Algo me hace ruido al verla peinar su cabello con disimulo, se le tiñeron las mejillas de un leve rubor carmesí y no necesito sumar dos más dos para saber quién es el motivo de este comportamiento adolescente.

<<No me obliguen hacerles esto por favor>>

Cierra su libreta y toma uno de los libros sobre profecías de los que trajo del tercer nivel de la biblioteca.

—oye—lo llama—que bueno que llegaste, quería consultar algo contigo.

Khaled voltea apenas despegando la vista de la hoja que acepta de Steven, deja el granizado en una de las mesas y se acerca reparándonos con evidente aburrimiento. Ella intenta rodear la mesa pero la vuelvo atraer sentándola en mis piernas sin darle oportunidad de escapar. <<lo siento amigo, es por su bien>>

—¡oye!.

Protesta creyendo que estoy bromeando y no puede hacer nada porque Khaled ya está aquí. Suspira resignada buscando la pagina del libro que le quiere mostrar.

—que quieres.

La frialdad con la que la trata me molesta. Entiendo que no la recuerde pero no es necesario tanta hostilidad de su parte, ella no es una mala persona y con el simple hecho de ser quien es, se merece el respeto de todos, incluyendo el de él.

—encontré esto allá arriba—le muestra entusiasmada—anoche te interesaban mucho las profecías.

Él le quita el libro pasando las paginas interesado.

—Cameron dice que el sujeto del Páramo no puede develar una profecía ya que eso afectaría el balance cósmico.
—lo saben todos.
—bueno pues yo no—le responde con el mismo modo sangrón—tenemos más libro como este allá arriba que quizá te pueda servir. Podemos ayudarte si....

La atención directa de Khaled en ella la deja muda, le baja la mirada y ese rubor vuelve aparecer <<diablos>> es absurdo no darse cuenta que estos dos a pesar de su situación no dejan de sentir atracción el uno por el otro.

—su misión es algo que a nosotros no nos incumbe ¿no es así Khaled?

Me fulmina, él y yo ya tuvimos esta conversación y fue precisamente él quien decidió dejarnos fuera del asunto, sin mencionar que no quiso decirme nada al respecto. Y por si fuera poco culpó a Caili de interferir justo cuando los arcángeles le daban indicaciones a otro quien sería el encargado de bajar.

—cierto—cierra el libro—aun así lo leeré más tarde.

Se lo guarda bajo el brazo y se deja caer en uno de los sillones de la mesa de enfrente desbloqueado el teléfono, mi primera impresión es que en verdad llamará a los números qué hay en la lista, pero vaya sorpresa me llevo cuando salta el sonido de un video juego.

—¿en serio está jugando free fire?
—eso parece.
—¿todos Los Ángeles son como él?
—algunos están más jodidos que otros.

Desconozco al sujeto que se parece a mi amigo, porque este definitivamente no lo es, es un cabrón que se rehúsa a trabajar en equipo, le es imposible demostrar una pizca de empatía por otra criatura que no sea el gato de freya. <<No lo culpo, el minino tiene su gracia>>

Se le sale un suspiro cansado cuando deja de mirarlo acurrucándose contra mi pecho.

—¿crees qué hay algo mal en mi?.
—a que te refieres con "mal"—bromeo para subirle el ánimo—si te refieres a la arruga que se te hace en la frente cuando te enojas, o a tus feas cejas despeinadas, ya te dije que no tienes nada de que preocuparte, están muy de moda por Europa. Pero si es por el asqueroso gusto de masticar chicles con relleno de moras, entonces...
—no seas tonto—golpea mi pecho riendo—ni mis cejas son feas ni esos chicles son asquerosos...sabes a que me refiero.

Claro que se a que se refiere, no suele hablar de este tema, y comprendo que su inquietud resurgió gracias a Khaled. Pero por desgracia no puedo permitir que vuelvan a unirse. El castigo que les darían podría ser peor que el exilio y no la veo confinada a una cueva sin volver a ver la luz del sol, por contradecir una orden divina.

—no hay nada malo en ti—acaricio su mejilla—los que están mal son aquellos que no ven lo genial que eres...se rumora que tu brillo los molesta.

Esconde la cara en mi pecho, su cuerpo se afloja al envolverla con mis brazos escondiendo con ellos uno de sus momentos de debilidad.

—te he mentido—susurra—nunca te he dicho que aveces me siento muy sola—se me eriza la piel— siento que algo me falta, que algo no está bien conmigo y no se que es...
—no estás solas—se me forma un nudo en el estómago—y no hay nada malo en ti.

La he descuidado tanto desde que emprendí mi búsqueda de Zirel por todo el mundo, que no me di cuenta de lo apagada que está su luz. ¿Que clase de amigo soy si no puedo protegerla de sus propios huecos?

—tengo miedo—confiesa—y es probable que el universo no me dijera nada, por lo del otro día...

Las banderas rojas se alzan tras su confesión. La sostengo de los brazos apartándola para verla a la cara. No es capaz de sostenerme la mirada y no necesito que lo haga ya que con eso lo ha dicho todo.

—Oh no—espero lo peor—ahora que hiciste Caili.

Busca a su tío asegurándose que esté lo bastante lejos como para escuchar. Me hace una seña para que la siga y nos ponemos de pie saliendo de la biblioteca hacia el invernadero—no se porque siempre prefiere hablar aquí—cierra la puerta con pestillo luego de asegurarse de que no hay nadie más.

—suéltalo....ahora—la regaño—y no te atrevas a omitir ningún detalle señorita.

Resopla pensando mientras estrangula una flor de bobinzana con las manos. Tiene suerte de que Freya no esté, de lo contrario tendríamos mas problemas encima de los que ya tenemos.

—veras—comienza—¿recuerdas la otra tarde que me llamaste?...cuando no te respondí a la primera.
—si.
—bueno pues digamos que...

Con forme va contado el relato, me surgen unas inmensas ganas de ahorcarme con las agujetas de sus converse por las burradas que se le ocurren cuando no estoy.

Con que razón el Mictlan dijo lo que dijo sobre sus inmadurez. Ahora todo tiene sentido, la honda turbia que me tenso dentro de los planos, la calle hecha mierda afuera de su casa, los árboles arrancados de raíz, etc.

Esta claro que hizo enojar a dios y es muy MUY probable que en verdad sea la culpable del regreso de Khaled. Y pensar que estuve a nada de meterle un puñetazo cuando me lo insinuó primero.

Pero no puedo culparla ya que era cuestión de tiempo para que se revelara de esta manera con tanta presión, prohibiciones y bloqueos a los que se enfrenta desde que tomo los votos.

—aunque él tampoco es muy agradable que digamos—rueda los ojos—y mira que he tratado de ser paciente pero su arrogancia nomás no me ayuda.

Dejo de divagar recuperando el hilo de la conversación con lo que acaba de decir. Esta hablando de Khaled y no puedo evitar preguntarme que hice para merecer este castigo.

—te juro que he tratado de...
—a ver, a ver espera—la corto—un problema a la vez Caili.

Asiente como niña regañada y no es para menos porque lo que hizo no me tiene para nada contento. <<debi tomar el maldito vuelo cuando se lo dije>> nada de esto estaría pasando. Otro ángel estaría aquí y con suerte ni siquiera nos lo habríamos cruzado.

—primero que nada—la agarro por los hombros—no más escenas dramáticas contra el jefe.
—ok.
—segundo—continuo—no volverás usar tu poder de una forma tan irresponsable como lo has estado haciendo, abusando de mi ausencia.

Asiente totalmente de acuerdo. Sabe que de revelar que tiene alguna clase de poder, lo único que conseguirá es que los ancianos intervengan y la encierren en la ciudadela como a todas los Uring antes de ella. Estoy seguro que es lo que quieren esos nephilims hipócritas.

Yo no me trago el cuento de que su único motivo es cuidarla.<<No nací ayer>> tuvieron dieciocho años para buscarla y no lo hicieron hasta que supieron que había sobrevivido.
La vigilan porque temen que se salga de control, saben que es más fácil darle por el lado ya que el día en que deje de obedecerlos, perderán todo el poder que tienen no solo sobre ella y los nephilims, sino sobre todas las religiones que controlan desde su fortaleza bendecida.

—estás segura que nadie notó lo de la espada.
—nadie, te lo juro.
—si entiendes que fue irresponsable ¿cierto?
—ya te dije que...
—¿cierto?

Mira hacia otro lado y me jode tener que recurrir al chantaje para que entienda. El fuego que invoca para consagrar sus Armas no solo es letal para demonios y criaturas, sino también para caídos, y aquí tenemos amigos que entran en la última categoría.

—si—se aflige—tendré más cuidado la próxima vez.
—nada de próxima vez—establezco—no más fuego ¿estamos?
—pero...
—dije...¿estamos?—reitero—esto es serio Caili, tenemos muchos problemas, la amenaza de una posible batalla que aún no se ha evidenciado y por si fuera poco, la visita de un ángel que está en constante comunicación con los de arriba.
—Ese ángel esconde algo.

<<también pienso lo mismo>> pero eso no se lo puedo decir porque estaría despertando su curiosidad.

—no es asunto nuestro.
—claro que lo es—afirma—creo que deberíamos investigarlo. Podríamos invitarlo a...
—para—le tapo la boca—lo tercero que harás será alejarte de Khaled.
—si claro—suelta a reír y me cruzo de brazos mirándola serio—espera...¿lo dices en serio?...
—jamás he hablado más en serio en toda mi vida. Su misión no es asunto nuestro.
—está aquí—refuta—claro que es asunto nuestro.
—lo sería si me lo hubieran notificado, y como lo fue así, entonces no interferiremos en sus planes.
—pero...
—así son las cosas Caili. Lo dejaremos estar y nosotros seguiremos con lo nuestro.

Cruza los brazos aceptando a regañadientes dientes, su curiosidad esta que se muere por sabes que hace un ángel en la tierra y yo también, pero por desgracia no hay nada que podamos hacer. Que él esté aquí, implica que nos estén vigilando con más ahínco, un paso en falso de nuestra parte y tendremos al concejo celestial haciéndonos auditoría.

—estamos justos en esto, avanzamos juntos, planeamos juntos, combatimos juntos....pero si tú caes, yo caigo contigo—recalco—¿de acuerdo?.
—de acuerdo.

Medio sonríe tranquilizándome. Necesito alejarla de Midnight Valley y es por eso que tomaré medidas drásticas.

—volvamos con los demás y terminemos con esto que en cuanto llegue Harold y Susan nos largamos de aquí.
—¿tan pronto?
—debemos movernos.
—a donde.
—bueno pues...—pienso rápido—comenzaremos con tu lista en lo que planeamos nuestro siguiente paso.
—me dijiste que no había tiempo, que ocuparnos del plan de contingencia era lo más importante.
—y lo es, nosotros seguiremos haciendo nuestra trabajo, mientras tus padres y los demás se encargan del resto.
—pero...
—ya deja la cuestionadera y agradéceme que sea tan buen amigo—me quejo—seguiremos haciendo lo nuestro hasta que tengamos noticias del nuevo fin del mundo.
—eso no es gracioso.
—ya lo sé, mi sarcasmo todavía no está a su máximo nivel.

Sonríe lanzándome los restos de flores que destrozo y tiene suerte de que Freya no esté aquí, que de lo contrario estaríamos en serios problemas.......<<pero con Leila>>

—estás loco.
—me amas, grítalo de una vez.
—si, ajá.

Descanso el brazo en sus hombros saliendo juntos del invernadero hacia la biblioteca, hablando de nuevo sobre la pintura que encontré en la subasta clandestina, no tarda en joderme con lo de Lori, insistiendo en que debo llamarla para asegurarme de que esté bien, y tiene razón, me daré tiempo de poner a cargar la batería de mi teléfono....cuando lo encuentre.

CAILI

La musiquita de llamada de mi teléfono hace eco en la enorme biblioteca anunciando nuestro regreso. Diez pares de ojos voltean a verme, contando a Cameron a mi lado y a Harold y Susan que debieron llegar mientras estuvimos hablando afuera. Sus mochilas están tiradas en el suelo todavía.

—perdón.

Lo saco del bolsillo para rechazar la llamada pero el chismoso de Cameron logra ver el nombre de Luca en la pantalla. Me lo quita poniéndome la cara de pillo que hace cuando está a nada de gástale una broma algún chico interesado.

—¿Luca?...el mismo Luca de..
—si, el mismo—trato de recuperar mi teléfono—olvide que llamaría para ponernos de acuerdo sobre la "cita" que me pidió.
—Ohhh—se burla con malicia—el lindo Luca, al fin nos invitó a salir.
—"nos" me suena a manada.

Trato de quitárselo de nuevo y agradezco que la llamada termine ante de que Cameron le rompa la autoestima al pobre chico.

—¿me lo regresas por favor?—pongo la mano—es mío.
—si claro.

Esta a nada de dármelo pero tonta yo al creer que sería así de fácil. Regresa la llamada llevándoselo al oído, no termina de aclararse la garganta cuando se escucha la tímida voz de Luca del otro lado.

—¿Custos?—responde sorprendido—he...hola, yo...
—hola Luca—imita mi voz—Caili no está disponible por el momento.

Uno de los pasatiempos de Cameron es intimidar y burlarse de los demás, y Luca ha estado en su mira desde que lo vio por primera vez.
desearía que la mayoría de los presentes no tuvieran un súper oído ya que los nervios del pobre de Luca, los están escuchando todos. Hace reír a Harold, Silvestre y al ángel que sigue jugando Freefire.

—¿en serio?
—Se te ofrece algo?..¿problemas en el laboratorio o...
—¡oh no! Está todo bien—se apresura aclarar—solo llamaba para desearle un feliz cumpleaños.

Dejo de presionarme el puente de la nariz mirando a Cameron, mi tío, Susan y a mis padres. <<Con tanta cosa olvide hasta mi cumpleaños>> sospecho que todos lo olvidamos y no los culpo, ni me ofende. Hace tiempo que dejo de ser significativo para mi, si lo celebro es más que nada por darle gusto a mis padres y a mi tio.

—que lindo eres al recordarlo Luca—apremia sarcástico—le daré tu mensaje cuando regrese.
—si grasias...de casualidad sabes cuando vol....

Cameron cuelga dejando a Luca con la palabra en la boca, me entrega el teléfono dedicándome una enorme sonrisa de inocente alegria, con todo y cejas alzadas. Abre los brazos de par en par, acercándose lentamente, cerrando poco a poco los brazos conforme me va aprisionando.

—NEPHIL VERDE ERE TUUUU—canta desafinado—NEPHIL NERDE ERES TUUUUU, NEPHIL VEEEERDEEEE QUERIDA—agarra aire—CAILI JUANITA ROBERTA MACARENA DE LA CONCEPCION CUSTOS URIIIIINNNNNN....NEPHIL VERDE EREEEEESSS TUUUU.

Me tiene literalmente pegada a su mejilla como estampilla, no me lo puedo quitar de encima. Con su barba de varios días me pica la piel a propósito haciéndome chillar.
Susan y Harold no pierden tiempo y se unen al abrazo del que ahora es inútil zafarse.

—hay no—se lamenta mi madre—¿como pudimos olvidar algo tan importante?
—no te apures mamá.
—supongo que hasta ella lo olvido—dice mi padre
—pero teníamos planeado todo el día—insiste mamá liberándome de mis amigos para llenarme la cara de besos—Eva se encargaría de la tarta y te sorprenderíamos con un desayuno sorpresa en el comensal.
—probablemente deben seguir todos ahí—dice mi tío esperando su turno

De mi tío y papá recibo un abrazo menos meloso que el de mi madre, Laila asiente y con eso tengo para darme por bien servida. Susan me vuelve acaparar en cuanto me ve libre insinuando miraditas lascivas hacia el sujeto de cabello blanco que permanece ajeno del afecto mundano.

—de donde salió ese—me susurra al oído—esta buenísimo.

Le doy un codazo sutil ya que seguramente nadie le ha explicado que el "nuevo" es un ángel certificado con oído de halcón, quien nos mira como si quisiera evaporarnos con sus rayos lasers.

—ahora entiendo porque tanto alboroto en ese lugar—dice Khaled—me confundieron con alguien y me regaron cosas.

Regresa la vista al teléfono que sostiene con una mano, mientras que con la otra alza el vaso vacío de granizado.

—¿te adueñaste de la fiesta de Caili?
—yo que iba a saber—le responde a Cameron—tenía hambre, creí que el lugar estaba vacío, hasta que de la nada gritaron ¡SORPRESA!

La mueca irónica y la voz ridícula que hace sin dejar de jugar, desatan la risita tonta de mi mejor amiga a la que vuelvo a codear. El tipo se digna en levantar la vista al escucha la queja que me cuchichea Susan, la repara curioso y sorpresa que me llevo cuando obtiene su atención y le sonríe jugado.

<<¿quien es ese tipo y que ha hecho con el arrogante prepotente con el que he convivido los últimos días?>>

—pasa del medio día—informa Laila mirando el reloj— vayan o celebrar que yo me hago cargo de lo que haga falta.
—¿no te importa?—cuestiona mi madre esperanzada—será solo un momento.

La caída empieza a ordenar hojas, mapas, tabletas buscando el marcador rojo que utilizamos para marcar las casillas en el pintaron con los nombre de los encargados de la logística en los refugios que nos faltan por contactar. Hemos trabajado desde anoche sin descanso, por lo que un breve descanso nos caería a todos de maravilla.

—yo también me quedo—anuncia Silvestre—pero traigan pastel cuando vuelvan.

La primera en moverse es Susan llevándome con ella. Últimamente no puede estar más de diez minutos en el mismo sitio que Harold. Mi mejor amiga le pidió el divorcio hace dos años sin darle ningún tipo de explicación. Se que Harold la sigue amando y ella—aunque no me lo diga—también. Por lo que haber llegado prácticamente juntos, debió ser suficiente agonía como para tener más.

—cuéntame todo lo que sepas de ese chico condenadamente sexi—echa un vistazo rápido a la puerta que dejamos atrás—¿quien es? ¿De donde salió? ¿Como se llama?..

Una punzada me comprime el estómago ante la emoción curiosa de mi mejor amiga. Pienso en su matrimonio, no me siento cómoda dándole información de otro chico sabiendo que Harold está aquí.

—su nombre es Khaled.
—Khaled—saborea el nombre—lindo nombre.
—es un pesado.
—¿que adonis como él, no lo es?—insiste—no parece tener más de veinte por lo que su actitud es comprensible.
—también es un ángel.

Se para en seco con la mandíbula descolgada sosteniéndose de mi brazo. Oh si, entiendo lo que debe estar pensando. Tanta perfección en un individuo, solo puede ser por obra de Dios. Porque siendo sincera Khaled es una cosa pero bárbara si nos referimos a atractivo masculino.

—¿an..ángel?—se pasma—ese...él...o sea que...estuve en la misma habitación que un ángel?.
—no es para tanto.

la hago andar de nuevo al eschar que la biblioteca se vuelve abrir, las voces de mamá y los demás no tardan en escucharse en el pasillo.

—lo dices como si nunca hubieras visto uno.
—era joven—refuta—y las circunstancias no me daban para ponerme a comprender lo que significa estar en presencia de un ser bajado del cielo.
—tienes años rodeándote de seres divinos—me burlo— Cameron, Laila.
—tú

Me empuja con un caderaso soltando una sonrisita ladina que le vuelve los labios una fina línea rosada.

—Harold.

<<Adiós sonrisa y hola indiferencia>>

—y también Samuel, Silvestre Jhonatan y todos los nelhiles en Midnight Valley—me corta—lo entiendo, pero el punto es de qué hay un ángel en el pueblo....uno recién bajado del cielo.
—y el más insoportable por cierto.

Me ve rodar los ojos y suelta hacer caras de nuevo. En la puerta esperamos a mis padres que insisten en que los deje llegar antes al comensal, para darme la "sorpresa" junto con los chicos. Harold y Cameron aparecen en el pasillo y mi amiga elige el momento para meternos al baño.

—este jueguito tuyo es muy infantil.
—no se de que hablas.
—ya claro—ruedo los ojos—esconderte de tu EX ESPOSO, del que por cierto estás híper perdidamente enamorada debe ser muy normal.
—no me estoy escondiendo, es solo que—se peina el cabello frente al espejo—el viaje fue largo y mi vejiga ya no retiene como antes.
—no sabía que ahora eres incontinente—se mete al baño evitándome—cobarde...

Susan es preciosa. Al dormir su poder de Heraldo de la muerte, su reloj biológico le ha permitido envejecer decentemente, apenas pasa de los treinta y se ve como toda una neoyorquina de clase alta.
Su empleo en el New York Times la mantiene ocupada 24/7. Que esté ahora aquí significa mucho, ya que esta reunión no estaba programada en su apretada agenda.

Sale lavándose las manos evitando continuar, se retoca los labios de rosa tenue y no puedo evitar comparar lo bien que se ve ella con su blazer azul marino, jeans de tiro alto y balerías de diseñador, junto a mi que jamás dejare de verme como una niñita que abusa de los converse.

—cuando Emma llamó dijo que se presentó un inconveniente, que nos necesitaba a todos en el pueblo—me ofrece el labial que acepto aplicándomelo en los labios—¿que ocurre? No quise preguntar por teléfono pensando que era un tema "confidencial".
—lo es—le devuelvo el labial—te agradezco que te dieras el tiempo de venir desde Nueva York, se lo complicado que es para ti...
—¿estás de broma?—me manotea—mi familia siempre será más importante que mi empleo, tú y tus padres también son mi familia, por lo que vendré desde la conchinchilla, ya sea en vuelo ejecutivo, burro o canoa.
—¿Canoa?—cuestiono con ceja alzada—no tenemos mares, ríos ni lagos aquí que te traigan desde la conchinchilla
—pero me traería a la cabaña de Cameron, tiene un lago que corre desde no se donde.

No quiero pensar en los problemas que se esta metiendo por estar aquí. Solo rezo para que siga teniendo trabajo al regresar, ya que ella ama ser editora en jefe, hacerse cargo de la columna de espectáculos, disfruta la presión laboral y su vida exitosa.

—gracias Susan—la abrazo—por estar conmigo.
—tú conmigo, yo contigo ¿ok?—me abraza fuerte—por siempre.

Hace 3 días quería mantener a todos mis amigos lejos de mi, creí que manteniéndolos a distancia no notarían lo fuera de lugar que me siento algunas veces. Pero no me había dado cuenta de lo equivocada que estaba, ahora con todos ellos aquí, siento que mis energías se recargan, que nada me falta, al fin me siento un poco más completa.

—será mejor que salgamos antes de que mamá venga por nosotras.
—si, salgamos—me acomoda el cabello—para seguir deleitando la pupila con ese ángel que está para comérselo.
—si tienes hambre, cómete a Harold.
—no hablo de mi—se cuelga de mi brazo—sino de ti.

Las mejillas se me acaloran al imaginarme con Khaled. El recuerdo de lo fácil que fue para él alzarme en la habitación secreta en la biblioteca, hace que mi temperatura corporal suba instantáneamente con la simple mención de su nombre.

—Oh por Dios—me suelta—te gusta...el ángel de cabello lindo te gusta.
—no digas tonterías—la vuelvo a jalar—es un pesado antipático, ya me darás la razón cuando lo trates más.
—no me lo puedo creer—sigue—Caili Custos está interesada en un chico.
—no es un chico—refuto—y ya déjalo estar.
—Khali..no no no, eso no queda—me ignora— mejor ¿Cailed?..mmm no me convence.
—por Dios...ya supéralo.
—Caili...—ya la perdí—Khaled....mmmmm
—Susan—me exaspera—no me gusta, ni siquiera congeniamos.
—bueno—resopla—supongo que podemos ingeniarnos un "team" mejor ya que coma algo, muero de hambre.

Es inútil, hacer cambiar de opinión a mi mejor amiga luego de que se le mete algo a la cabeza, es casi una misión imposible. Ya me imagino como serán los próximos días, no va haber de otra, lo mejor será que ambas nos mantengamos lo mas lejos posible del Ángel.

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