Al día siguiente mi madre se encargó de llevarme personalmente a la escuela para asegurarse que no cometiera una locura.
—estaré aquí en cuanto terminen las clases —declaro.
—bien —respondí sin muchos ánimos.
Sin siquiera despedirme, entre y camine hasta mi salón con la cabeza agachada pensando en que mis opciones de suicidio se habían reducido muy drásticamente. ¿Cómo volvería?, ¿De qué manera?, mi única opción en ese momento era…
—T/N —hablo una voz conocida.
Alcé la mirada, se trataba de mi mejor amiga junto con aquella chica Nora, ambas me miraban con desaprobación.
—¿qué pasa? —cuestione sin comprender.
—¡¿qué pasa?!, ibas a aventarte de un edificio, ¡enloqueciste! —me grito mi mejor amiga enfurecida.
—¿cómo es que sabes eso? —cuestione, ¿es que acaso tiene poderes síquicos?.
—el video está en todo internet —expreso Nora mostrándome en su celular aquella evidencia.
Habían sucedido tantas cosas que había olvidado ese detalle por completo, más al verlo me recordó de inmediato las eternas discusiones con mi madre, haciéndome sentir peor.
—se suponía que no llamaríamos la atención —me reprochó mi mejor amiga.
—lo lamento, esa no fue mi intención —me sincere—, me había asegurado de que el lugar estuviese vacío justamente para evitar que eso sucediera.
—bueno, ya es tarde, sucedió igual —expreso Nora resignada.
Mi mejor amiga por otro lado agachó la cabeza y su expresión cambio, ahora podía notarse una clara tristeza en su mirada.
—creo que fue suficiente, esto está llegando demasiado lejos, es momento de abandonar esa idea de cambiar de mundos.
Por supuesto, no lo tome del todo bien.
—¡¿qué?!, no podemos dejarlo ahora —me apresure en responder.
—yo si y como tu mejor amiga te aconsejo que lo hagas también —declaro firmé—, esto se nos está llendo de las manos, me preocupas bastante y no quiero que las cosas salgan mal, ¿y si ya no te vuelvo a ver?, no quiero perderte.
Su voz se quiebra, estaba genuinamente preocupada, sabía que valoraba nuestra amistad más nunca pensé que llegaría a expresar algo como eso, no supe cómo reaccionar y simplemente la abracé.
—todavía no, aún no logro conseguir mi objetivo —argumente.
—¿pero a que costó planeas lograrlo?, ¿qué es más importante?, ¿cuáles son tus prioridades?.
Una lluvia de preguntas que ni siquiera yo misma me había cuestionado y por lo cuál no tenía respuesta para ninguna de ellas.
—ambas están por llegar a su límite, puedo notarlo —expreso Nora—, es tiempo que se cuestionen que es lo que quieren hacer al respecto, ¿lo van a dejar o pretenden llegar hasta las últimas consecuencias?.
Nos separamos cuestionandonos cuál era la mejor opción, ¿qué debíamos responder?.
—yo lo dejaré —mi amiga respondió de inmediato.
Ella ya estaba decidida, había obtenido lo que quería, su vida no era tan desastrosa como la mía, su respuesta iba acordé a ella, sin embargo, en mi caso era muy diferente, no había conseguido ni siquiera un beso por parte del rubio por mi propio autosabotaje, aún no estaba lista para decirles adiós pero tampoco estaba segura de que pasaría en mi mundo, así que también me aferre a una sola idea.
—aun no puedo dejarlo, quiero volver a ese mundo —suplique.
—¿estás segura? —me cuestiono Nora.
—si, al menos por última vez.
Mi mejor amiga me tomo del rostro con ambas manos para obligarme a mirarle, se le notaba que estaba preocupada, triste, resignada, todo ello por mi culpa.
—promete que pensarás las cosas.
—lo prometo —respondí sin dudar.
—bien, confiaré en ti —disimulo una sonrisa.
—gracias.
Así, me ayudó a regresar a ese mundo de fantasía al que me seguía aferrando. Está vez ya no se sentía como un pestañear, si no que más bien era como dar muchas vueltas en un carrusel hasta el punto de terminar tan mareado que sentía que el estómago se saldría por mi boca, ya no era divertido en lo absoluto.
Algo que sabía pero había estado ignorando, posponiendolo y dejándolo de lado, fue aquel detalle de saber que estaba por llegar a mi límite, sabía perfectamente que estaba cerca pero simplemente decidía evitarlo antes que confrontarlo.
Poco a poco fui recuperando cada uno de mis sentidos comenzando por escuchar mi nombre en repetidas ocasiones, mi vista de a poco regreso y el mareo se dispersó.
—menos mal sigues viva —expreso con alivió el aprendiz de payaso—, creí que habías muerto.
Una vez tuve en cuenta de lo que sucedía a mi alrededor fue que pude percatarme la posición en la que nos encontrábamos, aquel chico me sostenía en brazos, ambos sentados sobre el arena, una escena cuánto menos peculiar.
Antes de siquiera poder articular alguna palabra, solté un quejido al sentir un intenso dolor en mi pecho de dónde ahora había una incisión y sangre derramándose de ella. —“me atravesó el corazón”— llegué a la conclusión. Inexplicablemente comencé a sollozar, para cuándo pude percatarme habían lágrimas derramándose por mis ojos, ¿por qué?, ¿a qué se debía?, sería tal vez por el dolor de la herida o el malestar del viajé, tal vez por mis bajos ánimos al haber discutido con mi madre, no estaba segura pero simplemente me deje llevar.
—estas llorando, ¿tanto te duele? —pregunto aquel chico.
No supe que contestar y tampoco sabía que responder, me di cuenta que no era tanto por el dolor de la herida, si no por todo el cúmulo de emociones fuertes que sentí en mi mundo antes de haber regresado, estaba estresada, cansada y con muchas ganas de gritar para desahogarme pero únicamente me límite a sollozar pues no me encontraba dispuesta a explicar nada del porque de mi reacción, deje que el rubio interpretará la situación como mejor le pareciera, no me importaba, no en ese momento.
Aquel chico sin decir nada ni esperar una respuesta me tomo en brazos y llevo hasta la enfermería sin cuestionar nada ni interrogatorios. Le abrace escondiendo mi cabeza en su hombro mientras continuaba sollozando.
Hasta el día de hoy nunca me cuestione en que mundo me decidiría por quedar, ¿en el mío o en wolf circus?, sin dudas una complicada resolución.
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¿Ustedes qué opinan?, ¿Se quedarían en wolf circus o regresarían?