Los trastornos de la inocenci...

By TomokoKuragari

6K 545 285

«Hasta la flor más bella, puede tener espinas» Park JiMin, un chico de 19 años, es contratado como niñero par... More

⚠¡ADVERTENCIA!⚠
˗ˏˋ❛❛Introducción❜❜ˎˊ˗
˗ˏˋ❛❛Primera parte❜❜ˎˊ˗
Capítulo 1: La familia Jeon
Capítulo 2: Un besito de buenas noches...
Capítulo 4: La tentación en persona
Capítulo 5: Descontrol
Capítulo 6: Revelación
Capítulo 7: La pesadilla de TaeHyung

Capítulo 3: Una conversación incómoda

570 56 29
By TomokoKuragari

JiMin llegó temprano al siguiente día. Los padres del pequeño Koo ya se habían ido para ese entonces, así que fue el castaño quien le abrió la puerta. Apenas notó que era él, JungKook saltó a abrazarlo. JiMin se sorprendió sin abstenerse.

―¡Hyung, llegaste! ―vociferó alegre.

JiMin quedó perplejo mientras que JungKook tomaba su mano y lo introducía a la casa. No podía dejar de sorprenderse ante el tacto suave del menor, le hacía sentir... bien, muy bien.

Apartó de pronto aquella maligna sensación.

―Hyung, hoy mamá dejó Namure de Espinacas, solo tienes que calentarla. Pero, siendo sincero, no me gusta mucho las verduras... ¿Por qué no mejor comemos Pizza? ―sugirió, usando una voz aniñada.

―Bueno... creo que...

―Y, también podemos ver una película, sería divertido ―concluyó―. Anda, como ayer... ―insistió el pequeño, haciéndole ojitos dulces.

JiMin no se resistió a la dulce carita del maknae, por lo tanto, aceptó la petición.

JungKook dio saltitos de emoción, mientras se dirigía al sofá a sentarse como un niño bueno, ya que sus padres eran mayormente tradicionales y no les agradaba el hecho de comprar comida chatarra.

El pelinaranja sacó su celular de su bolsillo y marcó el número de la pizzería, esperó unos instantes en lo que contestaran la otra línea, entre tanto se paseó a buscar la película favorita de JungKook: "La saga completa de IRO MAN".

―Sí, con mucho queso, por favor ―pidió la orden y colgó. Luego respiro unos segundos de cansancio. Ciertamente para él, era difícil esta situación. Ya que no podía explicar lo que sentía por ese niño.

A los pocos segundos sintió unos brazos delgados que lo abrazaron por atrás sobre los hombros.

―Hyung, ¿ya llegará la pizza?

―Sí, ya viene en camino...

―En el tiempo en el que llega la pizza. ¿Hyung, puede darme mimitos como mami lo hace?

Hubo un punto en donde JiMin ya le era difícil resistirse, JungKook era irresistible, y dejar pasar la oportunidad de sentirlo sería casi el más grande pecado. Era tan cariñoso y tierno, se dijo para sí.

―Lo que pida mi Kookie... ―Le siguió el juego al contrario, giró su cuerpo sorprendiendo y desconcertando al menor y por último lo tomó de su pequeña y frágil cintura, sonriéndole a la vez.

―Cuando Hyung me dice Kookie... Es, es muy lindo ―agregó el castaño a la conversa, notándose avergonzado.

―No, cuando tú pones esa carita es muy lindo.

―¿C-cuál carita? ―preguntó Kook formando una "o" en sus labios y abriendo bien los ojos.

―Esa, justo esa ―dijo JiMin con una sonrisa de comercial, pero una sonrisa que también escondía malicia. Sus manos empezaron a masajear las delgadas caderas del menor a propósito, y este se daba cuenta de ello.

―Hyung, me da cosquillas donde tocas ―El castaño emitió tiernas carcajadas sin darse cuenta de la perversidad de Park.

―¿Se siente bien?

―Mmm... Yo... Sí, creo... ―respondió sonrojándose.

―¿Crees?

―No, bueno... Si se siente muy bien..., pero me da cosquillitas.

De repente, JiMin se alejó con gesto juguetón, le dio la espalda y escaneó la cocina con la mirada, y en sus labios formó una sonrisa lasciva.

―La pizza ya llegará en unos minutos, ¿quieres acompañarlos con una soda?

JungKook suspiró profundo como si se resignara, volteó hacia el contrario y señaló el refrigerador.

 JungKook no estaba feliz.

«¿Por qué dejó de sonreír? ¿Acaso no le gusta la Coca-Cola?», se preguntó internamente JiMin. «Awww, hasta frustrado, JungKook se ve tan adorable...».

[. . .]


Minutos más tarde, ambos estaban sobre el sofá de la sala comiéndose rebanadas de pizza a montón. JungKook parecía de buen apetito puesto que ni siquiera la orilla dejaba.

«Es todo un goloso», pensó JiMin de una manera nada inocente, a lo que observaba comer al contrario.

―¿Hyung, no tiene hambre?

―¿Ah? ―respondió confuso. Observó como JungKook señaló su rebanada intacta―. ¡Oh! Esto, sí... ―Se dio cuenta que no había probado bocado alguno por observarlo, entonces comenzó a comer de lo suyo.

El silencio reinaba y ninguno de los dos se dignaba a comentar una conversación banal para romper el hielo, hasta que pasado unos minutos, uno de ellos se atrevió a no callar los pensamientos que rondaban por su cabeza.

―¿Cuántos años tiene, Hyung?

JiMin se tardó en responder, ya que el alimento estaba en proceso de masticación. Tragó lentamente y dijo:

―Diecinueve...

―¡Yo tengo quince! ―dijo poco orgulloso el menor.

―¡Oh!, todo un mayorcito.

―Es horrible.

―Horrible, ¿por...? ―JiMin volvió a su comida, preguntando sin mucho interés.

―En mi escuela nadie se parece a mí, todos actúan diferente, ahora ellos solo piensan en chicas y tetas. Dicen que es porque ya están madurando. Yo siento que no he madurado nada, porque no estoy pensando en chicas ni en sus tetas... ―reprochó y juzgó el castañito decepcionado, sin ánimos y con un singular puchero.

JiMin abrió los ojos sorprendido, esta vez le puso más atención. Las palabras del menor lo dejaron asombrado.

―¡Hey, hey! Espera, tú, niño bonito. ―Le interrumpió su diálogo―. No porque no pienses en chicas, en sus tetas o en sus cul... ―Fue el mismo JiMin quien se detuvo esta vez.

JungKook se desconcertó.

―...

―Olvida eso...

―Ibas a decir culos. ¿Verdad, Hyung?

Para JiMin había sido suficiente una tarde cuidando a JungKook para darse cuenta de que este desconocía de términos sexuales. No se imaginó que este supiera de lo que hablaba.

―Sí, pero... ¡Eso no importa! ―expresó―. La cosa es que tal vez las hormonas masculinas todavía no te carcomen el cerebro como a ellos ―argumentó JiMin―, será cuestión de tiempo para que te fijes en alguna chica.

―¡No, wagh! ―Su rostro expresó aversión, sorprendiendo a su mayor con el tono arisco en el que expresaba su disgusto hacia las chicas―. ¡Qué asco!, no me gustan las chicas, son feas y les viene la menstruación... No, Hyung, no gracias ―concluyó, con una mueca de desagrado al pensar en sangre.

JiMin sonrió por aquel comentario.

―Eso dices ahora, pero más adelante... ―insistió pensando en un futuro incierto.

―¡No! ―Se levantó del sofá―. ¡Kookie nunca se va a interesar en una mujer, porque a Kookie le gusta alguien más! ―gritoneó el pequeño anteponiéndose a la idea.

―¿Q-qué dijiste? ―tartamudeó el mayor.

―Q-ue... me gusta...

―Sí, ya sé, pero... ¿Se trata de un chico Kook?

―Mmm... ―El menor divagó con los ojos―. ¿Eso importa, Hyung?

―No realmente, solo que en vez de vaginas te gustarían los penes.

JungKook se sonrojó por aquel comentario, JiMin calló para dejar de corromper al menor y al final ambos rieron.

―Mejor no te digo más Kookie, eres muy inocente.

―Lo sé, y es horrible también. ―JungKook bajó la mirada, juzgándose a sí mismo―. Algunos de la escuela ya han visto esas cosas de las chicas. Yo... Apenas he visto mi cuerpo desnudo ―De nuevo formaba aquella mueca de desagrado―. Soy feo.

JiMin reaccionó ante ese comentario de inmediato. ¿Cómo alguien tan hermoso podría pensar de esa forma? ¿Acaso no se vio en un espejo?, ¿o quizá su autoestima estaba muy bajo?

―Nada de eso, pequeño, eres hermoso ―increpó JiMin, sincero. Mas luego se retractó―. Digo, debes serlo...

―¿Hyung, cree que soy hermoso desnudo? ―JungKook puso la expresión curiosa.

―No, pues... sí... Supongo ―el pelinaranja titubeó nervioso.

―¿Supones? ―Los ojitos del pequeño JungKook se acumularon de lágrimas.

JiMin ya no supo que contestar, se estaba poniendo incómodo y procedió a mirar hacia algún otro lado. Él era el menos indicado para consolar, no, de hecho, él sabía que era malísimo para ello.

―¿Sabes qué? ­­―Cambió la conversación―. No hablemos de eso, más bien dime quién te gusta.

―Eso es secreto ―agregó el castaño, poniendo su índice sobre su boca, como quien diciéndole que callara. Después se limpió las lágrimas de los ojos con su manga.

JiMin sintió lástima por no ayudarlo a orientarse respecto a su apariencia. Sabiendo muy bien que el castañito estaba equivocado.

―Está bien. ¿Y qué tengo que hacer para que me lo digas?

JungKook pareció pensarlo.

―L-los besitos de anoche... ―JungKook se enrojeció de sólo mencionarlo.

―¿Quieres uno? ―JiMin preguntó con interés y alzó una ceja.

Sabía que estaba mal aprovecharse de ciertas circunstancias, pero desde hace unos instantes, había algo molesto perturbándolo ahí abajo, además JungKook quería un beso, y pues...

JiMin quería hacerle saber que con unos simples besos del menor, podía hacer derretir a cualquiera.

―Sí, quiero uno de Hyung... ―El menor pestañeó varias veces.

Hay momentos únicos en la vida, depende de nosotros saber aprovecharlos... De buena o mala manera.

JiMin sonrió ladino.

―Entonces, ven aquí, Hyung, te va a dar un beso.

El menor algo nervioso y con las mejillas de un color rojo intenso, se acercó lentamente frente a su mayor, que estaba sentado en su sofá, y se inclinó para darle un suave beso en esos belfos que le parecían tremendamente atractivos. 

Para JungKook, JiMin era un muchacho muy hermoso. Su Hyung de hecho parecía uno de esos modelos coreanos que aparecían en sus revistas favoritas "Gucci Boy's".

Cuando JungKook sintió que ambos belfos se rozaban, soltó un pequeño espanto de su boca, ya que JiMin lo posicionó en su regazo con un rápido movimiento, seguido de ello sintió como la diestra de su Hyung se posicionaba atrás de su nuca y lo tomaba con posesión, mientras que la zurda se agarraba de su estrecha cintura. El castaño algo confundido posicionó sus manos en los hombros contrarios. Entonces, la sinhueso del mayor ingresó en la boca contraria, y ambas lenguas chocaron gustosas, la del pelinaranja con lujuria; la de menor, tímida. Se saborearon y succionaron sus labios uno al otro.

JiMin sintió que su cuerpo se estaba elevando en temperatura para luego sentir un dolor punzante en su vientre bajo, por lo que, ahí se dio cuenta que estaba pasando a mayores con el castañito. Se separó del beso fogoso que se estaban dando y se miraron ambos con un hilo de saliva y las mejillas sonrojadas. Sus respiraciones estaban entrecortadas, pero sus ojos aclamaban deseo.

―Kookie...

―Hyung~

Continue Reading

You'll Also Like

203K 11.2K 100
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...
72.1K 3.8K 51
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...
473K 7.2K 5
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...
199K 11.2K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...