Filoaster | JJK [+21][✔] ©

By TheParkss

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𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 #𝟭 || Por la universidad se había corrido el rumor de que Jungkook tenía un pene pequeño, y él no... More

|Prólogo|
|Cap ₁|El chico de las gafas.
|Cap ₂|¡Ey, Jungkook!
|Cap ₃|Hombres Jeon.
|Cap ₄|Solos.
|Cap ₅|Bajo la lluvia.
|Cap ₆|Hechos imprevistos.
|Cap ₇|El viaje.
|Cap ₈|¿Sientes esa química?
|Cap ₉|Tú no lo quieres.
|Cap ₁₀|La luna está hermosa.
|Cap ₁₁|Cállame.
|Cap ₁₂|Polvo de estrellas.
|Cap ₁₃|El beso.
|Cap ₁₄|Pídemelo.
|Cap ₁₅|Estoy celoso.
|Cap ₁₆|Las estrellas escapan.
|Cap ₁₇|Todo es una mierda.
|Cap ₁₈|Nuestra mentira.
|Cap ₁₉|Nuevas sensaciones.
|Cap ₂₀|"Hace dos horas".
|Cap ₂₁|La cena.
|Cap ₂₂|¿Qué sucedió ayer?
|Cap ₂₃|Verdades.
|Cap ₂₄|Bésame, cuando tú quieras.
|Cap ₂₅|Trátame duro.
|Cap ₂₆|Persona que ama las estrellas.
|Cap ₂₇|Fogosidad.
|Cap ₂₈|Por ti.
|Cap ₂₉|Todos mienten.
|Cap ₃₁|¿Estás loco?
|Cap ₃₂|Avísame si te duele.
|Cap ₃₃|¿Y qué?
|Cap ₃₄|Confusiones y sorpresas.
|Cap ₃₅|La confesión.
|Cap ₃₆|El cumpleaños de Agustín.
|Cap ₃₇|Repítelo por favor.
|Cap ₃₈|Lo juro.
|Cap ₃₉|La cita.
|Cap ₄₀|En busca del calor.
|Cap ₄₁|Más que una conversación.
|Cap ₄₂|Decisiones cuestionables.
|Cap ₄₃|Aquel correo.
|Cap ₄₄|Nos vemos luego.
|Cap ₄₅|Jennifer Moore.
|Cap ₄₆|Estrella.
|Cap ₄₇|Pedir un deseo.
|Cap ₄₈|Hacer el amor.
|Cap ₄₉|La verdad.
|Cap ₅₀|Una carta de...
|Cap ₅₁|Arte.
|Cap ₅₂|La casa del lago.
|Cap ₅₃|¿Kookie?
|Cap ₅₄|Filoaster.
|Epílogo|

|Cap ₃₀|Charlas.

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By TheParkss


No he sabido de nadie desde hace cinco días, sólo me comunico con Tae a través de llamadas o mensajes, pero nada más que eso, y es que me reporté como enferma en la universidad. Bueno, más bien le pedí a mi madre que se lo hiciera saber al señor Jeon para que me diera plazo de al menos una semana.

Él dijo que me mejorara, y en cuanto estuviera bien, podría retomar mis clases por la tarde junto a las clases que ya había perdido desde aquel viaje a Miami.

Pero lo necesitaba. Necesitaba mucho poder tener espacio para mí sola y pensar con claridad todo. Porque al mismo tiempo sabía que no era completamente la culpa de los demás, sino también mía por haberme distanciado de la supuesta relación que tenía con Min Ho.

Dejé que el problema siguiera y no hice nada para retenerlo.

Quizá me sentía demasiado cómoda con Jungkook y los demás, como para volver a pensar en quien ahora es mi ex novio. La verdad es que nadie es capaz de dejar de sentirse bien para volver al profundo hoyo en el que en algún momento nos sumergimos, ¿verdad?

Mi error fue sentirme demasiado bien e ignorar lo que al mismo tiempo estaba sucediendo en otra parte de mi vida.

Y sí, siempre he sabido que necesito ayuda psicológica. No soy tan terca como para pensar que puedo lidiar sola con todo esto, porque la verdad es que no puedo.

Y es por eso que estoy aquí, yendo a visitar a mi terapeuta, después de años. Jamás creí que volvería a pasar por los escalones de esta entrada, menos que el guardia me reconociera y me saludara con una sonrisa triste.

Supongo que el hecho de volver a terapia lo vuelve triste.

Aunque no quiero malentender. A todos nos hace bien ir a terapia. Estoy harta de que a lo largo de toda mi vida, la sociedad me ha hecho entender que asistir con un terapeuta es signo de que estás muy mal o muy loco.

A veces la ignorancia en la gente me vuelve loca.

Me siento en la sala de espera, encima de un acolchado sillón rojo que casualmente extrañaba. Y espero que llamen mi nombre gracias a la cita que aseguré hace unos días, justo después de que Tae se fuera de mi casa.

Miro mi móvil encima de mis piernas. Intento no preocuparme. No me han llegado llamadas de ninguno de los chicos, y es porque Tae se aseguró de decirles que no lo hicieran, por mi bien. Por el bien de todos en estos momentos.

—Lee ___ —llama un chico por la ventanilla de consultas—. Por favor, pase a su cita con la señorita Eun-Ji.

Y me levanto, frotando las palmas de mis manos entre sí. De seguro se llevó una gran sorpresa cuando agendé una cita después de tantos años.

Cuando entro a la habitación, ella está sentada en su común sofá blanco con almohadas de terciopelo verde. Tiene una libreta en sus piernas, y alza la vista cuando escucha que cierro la puerta.

Nada ha cambiado desde que me fui, ni si quiera el olor.

—Cuando me avisaron sobre tu cita, no les creí —se levanta de su puesto y viene a mí—. Perdón, esto será poco profesional, pero necesito hacerlo —y entonces, me regala un cálido abrazo, en el que respiro su agradable aroma a intensa vainilla.

—Ha pasado un tiempo —intento sonreír, pero la verdad es que en mi cabeza hay demasiadas preocupaciones como para hacerlo sin parecer fingida.

—Y bien —camina a su sofá y se sienta nuevamente con su libreta y pluma—. Toma asiento, por favor —me apunta el otro sofá frente a ella.

Este sofá es más pequeño. Verde y un tanto reclinable.

—Gracias —me siento.

—Cuéntame, ___. Háblame de lo que ha sucedido en todo este tiempo.

—Es... largo —boto aire.

—Tenemos tiempo.

—Bien, no sé por dónde empezar en realidad —me siento como si fuera a prepararme para dar un discurso frente a mil personas.

—Quizá por el comienzo —sonríe y una que otra arruga se forma alrededor de su rostro.

—Claro —me preparo—. Han pasado muchas cosas, y siendo sincera, estoy aquí para que me ayude a afrontarlas, señorita Eun.

—¿Quieres hablarme de esas "muchas cosas"? Por favor —anota algo corto en su libreta.

—Hace algún tiempo comencé mi primer año de universidad, estudio Interpretación de idiomas.

—Siempre quisiste estudiar eso, lo recuerdo bien.

Asiento con la cabeza, sonriendo un poco.

—Bueno, llegar a la universidad fue el comienzo de todo.

—¿Todo?

Vuelvo a asentir.

—La relación de mi novio y yo se volvió más insegura. Aunque, bueno, no quiero decir que siempre fue perfecta, porque no lo fue, aunque nunca me quejaba, no tenía por qué.

Ella sólo me mira, y escribe de vez en cuando en su libreta.

—Dentro de todo, conocí a un chico, es una divertida historia en realidad —sonreí—. Es el hijo de la pareja de mi madre. Mhmm... bueno, él es agradable, y más bien se volvió poco a poco en una distracción ante mis problemas.

Suspiro, abrazo mis manos sobre mis muslos. Detengo el habla, cerrando mis ojos. Intento calmarme y no desesperarme mientras hablo de lo que me duele, pero es inevitable, ¿no? Es inevitable sentir en demasía cuando hablamos de algo que nos duele.

—Mhmm... yo... —trago saliva—. Yo empecé a sentirme bien cuando pasaba tiempo con aquel chico. Realmente bien.

—¿Crees que está mal sentirte bien?

—Sí, señorita Eun —la miro, triste, y próximamente confieso—. Está mal sentirse bien cuando le eres infiel a tu novio y comienzas a sentir mucho más agradable la presencia de alguien más.

—Está bien, ___, detengámonos en este tema, porque hay algo que me ha dejado intranquila —apoya su codo en el brazo del sofá, y su dedo índice lo tiene contra sus labios, examinándome—. ¿Por qué nunca terminaste la relación con tu novio?

—Yo creo que... Que es por la costumbre.

—Si no me equivoco, Min Ho fue tu primer novio, ¿no? Del que me hablaste hace algunos años.

—Sí.

—El primer chico con el que tuviste un lazo más íntimo luego de la muerte de tu padre.

—Sí.

—¿No crees que ese hecho te atrapó?

—Bueno, como usted sabe, Min Ho fue un apoyo emocional después de su fallecimiento.

—Entonces lo que tú tienes no es costumbre, sino más bien un trauma con perder a otro hombre, además de tu padre.

Dice, y me quedo en blanco. Siento cómo mis manos sudan, entonces las froto por arriba de mis pantalones.

—___, es realmente difícil afrontar los miedos personales, sobre todo si aún no has superado la pérdida de tu padre. Porque exactamente esa es la raíz de tus problemas, aunque no quieras aceptarlo.

—Pero... Señorita Eun, yo no... —paso la lengua por mis labios—. Yo no quiero olvidar a mi padre.

—Y no tienes que hacerlo, ___, pero sí aprender a separar aquel recuerdo con tu vida actual.

—¿Y cómo?

—Aprendiendo a no depender de nadie más que no seas tú —me apunta—. Y ese hecho también es trabajo de tu amor propio. ¿Te amas, ___? ¿Te amas lo suficiente como para dejar ir completamente a otra persona, sabiendo que probablemente te quedarás tú sola?

—Mhmm...

¿Acaso lo hago? ¿Yo me amo?

Si de amor propio se trata, siempre me ha gustado mi cabello, o mi piel, mis ojos tal vez. ¿Pero amarme lo suficiente como para dejar ir a alguien que me hace un constante daño? No lo sé.

—¿Por qué estás aquí, ___? ¿Cuál fue el suceso que rebasó tu vaso? Porque todos en algún momento llevamos al límite lo que no podemos controlar. ¿Pero tú? ¿Cuál fue tu gota?

Suspiro, desvío la mirada unos instantes.

¿Mi gota?

—Descubrí que Min Ho también me ha sido infiel, señorita Eun. Me ha sido infiel desde el primer día de universidad, mucho antes que yo.

—¿Te inquieta saber que los dos fueron infieles? ¿Te duele que lo haya hecho él primero?

—No, no exactamente —me reincorporo en el asiento—. De hecho, para nada. Lo extraño es que no me molesta, no me inquieta, no me desespera que haya estado con otra o más personas. Y no lo entiendo del todo.

—Entonces...

—Me molesta que... —muerdo mis labios—. Bueno... me molesta, o más bien me entristece el hecho de que mi mejor amiga lo sabía y no me lo dijo, incluso el chico agradable del que le hablé... Incluso él me lo ocultó.

Ella se queda uno largos segundos mirándome.

—¿Has pensando en la razón?

—No del todo.

—Escucha, ___... A veces las personas actuamos por necesidad —alza su mano derecha al aire—, o mentimos por necesidad —alza la izquierda.

—Explique el trasfondo, por favor.

—Quiero decir que, somos humanos. Somos imperfectos. Seres perfectamente imperfectos que creen tener el control de las cosas en la palma de nuestras manos —me muestra su mano hecha en un puño—, pero al final todo se desmorona, y es entonces cuando nos damos cuenta que perdimos lo que creímos que siempre podríamos dominar  —deshace el puño.

—Es cierto, señorita, perdí el control y seguí mintiéndole a todo el mundo, aunque creía que mi mentira sólo podría lastimar a Min Ho.

—Entonces, ¿Qué te hace creer que tu amiga y ése chico no perdieron el control de la situación como tú?

—No lo sé... —digo en voz baja.

—Dime, ___... ¿Los escuchaste? ¿Escuchaste sus explicaciones? —indaga.

—No...

—¿Y aún crees que puedes juzgarlos?






•••






—Te traje chocolates, patatas fritas, hamburguesas, refrescos y una pizza familiar —entra Tae por la puerta de mi casa, cargado de bolsas entre sus manos—. Ah y un peluche con cabeza de corazón y pijama azul.

El peliverde deja las bolsas en el suelo y de una saca el peluche, extendiéndomelo con una gran sonrisa cuadrada.

—¿Un peluche? —lo recibo, extrañada.

—No te confundas, es un préstamo —cierra la puerta tras su espalda—. Se llama Tata, y cuando estoy triste lo abrazo. Creí que podrías aferrarte a él como yo lo hago, ya que no la has pasado muy bien que digamos.

Sonrío, mirándolo.

—Siéntete afortunada, aparte de Hobi, nadie más lo ha tocado. Es muy importante para mí.

—Gracias entonces —acaricio la cabeza del peluche, que es muy lindo.

Luego de eso, los dos nos acomodados en el comedor. Dejamos toda la comida encima de la mesa y nos sentamos frente a frente, mientras platicamos de lo que ha sucedido en estos últimos días.

—No fuimos al campamento —le da un gran mordisco a su hamburguesa—. O sea, sí iremos pero no ahora. Los chicos no quieren ir sin ti, aunque estaban muy emocionados —ladea la cabeza.

—¿Qué? ¿Es en serio?

—Bueno, todo empezó porque Jungkook dijo algo como que no tenía ganas de ir o algo así —le resta importancia—. Y luego Yon dijo lo mismo, y luego Jimin y Yoongi y Jin y Nam. Bueno, todos en realidad —bebe de su gaseosa, bailando sobre su asiento—. La comida me hace feliz —sonríe mientras le da otro mordisco a su comida.

—¿Y cómo llegaste a la conclusión de que no quieren ir por mí? —fruncí mi ceño, mordiendo mi rebanada de pizza.

—Ah, porque Jungkook y Yon casi se convierten en Jackie Chan y Rocky Balboa en medio del living.

Él sigue bailando mientras observa con amor su hamburguesa, con su cara sucia, repleta de salsas. Y yo sólo escupo sobre su cara la gaseosa que recién había bebido.

Tae deja de bailar y entrecierra sus ojos. Ahora su rostro está empapado.

—¿No te gusta Rocky Balboa? ¿Es eso? —agarra una servilleta y se limpia la cara.

—¡No! —trago saliva—. O sea, no, Tae, o sea, ¿qué?

—Que Jungkook y Yon casi se agarran de los pelos, pero los separamos —saca un pedazo de chocolate—. Bueno, más bien separamos a Yon, porque Jungkook no tenía intenciones de defenderse.

—¿Qué sucedió? —indago.

—Estábamos hablando del campamento, de pronto alguien dijo tu nombre, Yon se alteró, Jungkook igual, Yon quiso darle un golpe a Jungkook, Jungkook le gritó, Yon le gritó, los dos se gritaron, y yo actué como Elle y Noah en "El Stand de los besos". ¿Has visto esa escena? —comienza a reír—. Bueno, yo grité; "¡Yon... mírame, Yon... mírame!".

—No he visto esa película.

—Pues no la veas, es una mierda.

—Gracias. ¿Y qué sucedió después?

—Noah lanzó al suelo a su hermano y-

—No con la película, Tae.

—Ah, eso —agarra un puñado de patatas, se las come, y sigue hablando con la boca llena—. Jimin trató de calmar a Jungkook y luego se fue.

—¿Y... están bien? —me preocupo.

—La verdad es que no... —suspira, negando con la cabeza—. Quisiera decir que sí, pero no, ___ —dice, algo triste—. Elle intentó separar a Lee y Noah, pero luego-

—¡Sigo sin hablar de la película, Tae!

—Ah, ¿de qué hablábamos? —rasca su cabeza—. Perdón, es que soy adicto a las películas malas y clichés. En serio me gustan. Es un gusto culposo.

Sonrío, negando con la cabeza.

—Hablábamos de Jungkook y Yon.

—Sobre eso, no sé cómo están.

—¡Yon es tu hermana!

—¡Pero se ha encerrado en su cuarto por días, sólo sale para ir a la universidad, y un día fue vestida con su pijama de Hello Kitty!

—Vaya...

De pronto mi boca se inunda de un sabor terriblemente amargo. Y no, no fue el chocolate negro que Tae compró, sino saber que Yon no la estaba pasando tan bien. ¡Vamos! ¿Yon yendo a la universidad en pijama? Imposible. Ella siempre ha lucido implacable y con un gran estilo para la moda.

—¿Qué crees que deba hacer, Tae Hyung?

—¿Qué te dijo tu terapeuta?

—Dijo que debería escuchar sus explicaciones.

—Entonces corroboro con la anciana.

—No es una ancian-

Y cuando quiero responderle, los dos fijamos la mirada en mi móvil sobre el centro de la mesa, que está justo al lado del suyo. Es como si fuéramos un espejo, porque nos vemos a los ojos y abrimos la boca al mismo tiempo, impactados por el nombre que está en pantalla.

—Contesta —me lo entrega, muy seguro de su palabra.

Sostengo el celular entre mis manos grasosas gracias a la comida que justo un minuto antes me tenía atragantada. Pasó saliva por mi garganta y relamo mis labios al mismo tiempo, dudosa en si hacerlo o no. Insegura en si ya es tiempo para hablar las cosas, aunque sólo han pasado siete días desde lo ocurrido.

Aunque el tiempo es sólo una palabra.

Entonces, contesto, dejando el móvil en mi oreja. Escucho un suspiro tras la línea.

—Tae dijo que no te llamara, pero sólo recibo ordenes de mi padre y mi abuela —dice Jungkook.

—Qué hijo de puta —masculla Tae.

_________________

Bueeeeeno, hasta aquí llegó el capítulo. Me quedé todos estos días escribiendo por la madrugada porque por el día mi cerebro no funciona :D

También quería comunicar algo... Mhmm... Hace un tiempo tengo muchas muchas muchas ganas de escribir un libro Kookmin, con temas oscuros y mafiosos. Siento que cada vez que escribo "Filoaster" vomito mariposas JAJAKAKDDKDK, necesito una dosis de la trama que tengo en mente desde hace demasiado tiempo.

En fin, sólo quería avisar eso, porque sé que lamentablemente la mayoría de mis seguidores no siguen el Kookmin, y por eso me he retenido a escribir una historia sobre ellos desde hace tiempo >.<

Aunque no sé exactamente cuándo la publicaría, ya que quiero terminar de escribir mis demás proyectos mhmm.

Bueeeeno, gracias por leer 🧍‍♀️💕 Love u Parkmy's y hasta el domingo 🦄

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