— Lo se, Brooke, pero era muy arrogante, obviamente no iba a salir con el — negó Meghan con el teléfono pegado en la oreja.
Había adquirido la costumbre de ser muy expresiva cuando hablaba por teléfono con su amiga pelirroja.
— Pero era guapo ¿o te atreverás a mentirme en la cara?
Meghan carcajeó.
— Te acabas de ir y ya te extraño — suspiró — le das a mi sobrina las cosas que le mande.
— ¡Por supuesto! Yo también te extraño, cariño.
Tocaron el timbre del apartamento. Meghan frunció el ceño, no esperaba a nadie.
— Oye, alguien llama a la puerta, hablamos luego.
— Nos vemos, linda.
La chica camino abriendo la puerta encontrándose con su pequeña sobrina en la entrada.
— Hola, tía Meghan.
— ¡¿Morgan?! — exclamó la chica, cargando a su sobrina — ¿que haces tu solita aquí?, ¿te escapaste?
Morgan negó riendo.
— Papá me mando por paquetería.
Meghan frunció el ceño.
— ¿Ah si mentirosita? — le dijo haciéndole cosquillas mientras la pequeña se retorcía riendo entre sus brazos.
— Bien hecho, Maguna, te has ganado la paleta.
Meghan quedó sorprendida cuando vio a Steve con Tony en la entrada de su casa, no lo podía creer.
— Morgan, ve al cuarto de tu tía a ver tus caricaturas en lo que platicamos.
— Esta bien, papi — se bajo de los brazos de su tía, no sin antes darle un dulce beso que la hizo sonreír.
Meghan la siguió con una sonrisa.
— ¡Está enorme! — le dijo — se parece mucho a mi, ¿verdad?
Tony rodó los ojos, era la verdad.
— Me sorprende tenerlos aquí, a ambos — sonrió amable mirando a Steve — ¿sucede algo?
Tony miro a Steve y asintió. El debía ser el que le contara a Meghan.
— Tenemos algo, podríamos regresar a todos...
Meghan perdió su sonrisa poco a poco, negó con la cabeza agachando la mirada.
— No me den falsas ilusiones.
Steve se acercó y la tomó del rostro, dejó un beso en la frente de la chica.
— Te necesitamos en Nueva York, es momento de volver a casa.
Meghan negó.
— ¿Y si no funciona?, no puedo resistir perder a Axel dos veces.
— Va a funcionar — interrumpió Tony seguro.
Meghan asintió lentamente.
— Creo que debo empacar...
— Mañana temprano nos vamos, ahora, had feliz a tu sobrina.
Meghan sonrió ampliamente.
— Bueno, ustedes pueden dividirse las otras habitaciones — dijo bromeando — yo haré una divertida pijamada con mi chica favorita.
— ¿No nos invitarás?
— Obvio no, le prometí que bailaríamos y...
— ¿Volviste a bailar? — preguntó Steve interrumpiéndola.
Meghan lo miro y asintió con una amplia sonrisa.
— Estoy segura que eso hubiera querido Axel.
Steve asintió.
— Creo que queremos verlo, ¿verdad, cap?
— ¡Morgan!
— Aquí estoy, tía Meghan.
— Quiero que me enseñes todo lo que has aprendido en la academia.
Morgan asintió muy entusiasmada.
Meghan observaba maravillada a su pequeña sobrina, era perfecta a sus ojos, le encantaba y se sentía con mucha responsabilidad que ella la viera como su ejemplo, no quería darle uno malo, por lo que la Meghan de hace cinco años se fue por completo cuando Morgan nació.
— Estas perdiendo esas líneas — le dijo la chica — tus piernas y tus brazos van juntos...
La chica corrió por sus zapatos de punta, una vez que se los puso empezó a bailar para la pequeña. Ni para Tony y Steve paso desapercibida la mirada de Morgan, le brillaba por completo al ver a su tía.
Steve estaba que babeaba, sus sentimientos no habían cambiado en absoluto y ver qué Meghan volvía a ser la misma chica de la que se había enamorado, le fascinaba por completo.
— Quiero ser como tú cuando crezca tía Meghan — dijo la pequeña niña aplaudiendo — eres una estrella, te quiero millones.
La aludida sonrió y la abrazó alzándola.
— Yo quiero que seas como tú, una persona muy importante para mi una vez me lo dijo — le respondió en tono dulce — quiero que sigas tu esencia y de lo que resulte, voy a sentirme muy orgullosa de ti, mi cielo.
Tony sonrió cuando escuchó la forma en que su hermana le hablaba a su hija, si algo le llegaba a pasar algún día, se sentía tranquilo que Meghan nunca iba a estar sola, Morgan siempre iba a serle fiel a su tía y siempre la iba a ver como su mayor ejemplo.
— Veamos una película y a dormir, Morgan — le dijo Tony — tu mamá me va a matar si te dejo dormirte muy tarde.
— Está bien, papá.
Y así lo hicieron, todos vieron la película, Steve no le presto demasiada atención a la película, su mirada estaba enfocada en Meghan y su preciosa forma de ser con Morgan, era muy dulce y sobre todo se desvivía por ella.
Al terminar la película, Tony y Steve se quedaron conversando un momento, Meghan había insistido en llevar a su sobrina a dormir.
— Ella es fantástica con Morgan — le dijo Steve.
Tony asintió sonriendo.
— ¿Te cuento un secreto? — Steve asintió mirándolo — me alegra que Morgan quiera tanto a su tía, si algo me llegara a pasar...
— No pasará nada, Tony...
— No lo sabemos, cap — le dijo — Meghan va a contar con alguien que la ame y la motive a seguir adelante, además de ti, claro...
Steve asintió sonriendo un poco.
Mientras, con las chicas, Morgan ya estaba en la cama, Meghan se aseguró de acomodar para que ambas entraran en ella.
— Tia, ¿me puedes contar un cuento para dormir? — preguntó.
— Veamos... — se detuvo a pensar un momento — había una vez una chica...
Morgan dirigió toda su atención a su tía, quien la abrazó para contarle la historia que le pidió.
— la chica tenía un mejor amigo, era como su hermano, siempre que el mundo se le venía encima, el estaba ahí apoyándola, era divertido, enojon, cariñoso... era lo mejor que había en el mundo — sonrió pensando en Axel — un día pasó algo terrible y el...
Pensó muy bien sus palabras, negó levemente y finalmente tuvo mucha confianza, iba a recuperarlo.
— Hizo un viaje, un poco largo pero la chica se prometió que siempre haría que volviera — sonrió — después de todo era su persona, aquella que nunca le iba a fallar...
Morgan ya estaba casi dormida.
— Un día, el volvió y se sintió muy feliz de ver a su vieja amiga volver a brillar como antes — suspiro.
Morgan había quedado profundamente dormida, la arropó muy bien y la dejó dormir.