🜚ꕥ 𝕾𝖚𝖌𝖆𝖗 𝕯𝖆𝖉𝖉𝖞 ~ 3𝑟𝑎 𝑡𝑒𝑚𝑝𝑜𝑟𝑎𝑑𝑎 ꕥ🜚
Después de aquel día que casi manda a Madara al hospital no había vuelto a verlo y así estaba mejor pues estaba seguro que si volvía a verlo cerca de su casa o de su esposa terminaría llevándolo al hospital y estaba seguro de que de ahí no saldría vivo, la pelinegra no tuvo que explicarle las cosas ni mucho menos tuvo que disculparse porque Tobirama le creía a todo lo que le había dicho, y agradecía que Gisell se haya ido con su abuela por unos helados para que ella no pudiera ver la pelea que tuvo con Madara
Ahora más que nunca estaba más unido a su esposa y a su hija esperando con ansias al bebé, más le estaba costando un poco la etapa de los antojos, había olvidado lo que era salir a las 3:00 de la madrugada por algún antojo de su esposa y que terminara diciéndole que ya no lo quería después de haber buscado por todos lados tardando más de una hora por estar todo cerrado, más no discutía con ella y terminaba comiéndose lo que a la pelinegra se le había antojado, sólo cuando el antojo era algo rico pero cuando era una mezcla rara ni siquiera volteaba a verlo
Le había pedido que no volviera a pedirle salir a las 3:00 de la madrugada por algo porque no le gustaba estar buscando cosas a esa hora por lo tarde que era y le costaba mucho encontrar algún lugar abierto, a lo que la pelinegra sólo rió diciéndole que no lo haría, y sin embargo en esos momentos estaba dudando si despertar a su esposo y decirle que tenía antojo de unos chilaquiles con queso, unas papas fritas y una Pepsi, además de una hamburguesa y unos ricos tacos al pastor, por lo que decidió bajar a la cocina y ver si podía hacer alguna otra cosa que pudiera satisfacer su hambre
Tobirama se despertó cuando sintió a la pelinegra salir de la habitación, miró el reloj el cual marcaba las 3:30 de la madrugada, soltó un suspiro pensando que ya tenía un antojo y sin dudarlo más se puso sus pantuflas de unos gatitos y se dirigió a la cocina con la pelinegra quien buscaba algo en el refrigerador, encendió la luz asustando un poco a la pelinegra y al ver que sólo era su marido se calmó
—¿Ahora que antojo tienes?
—De unos chilaquiles con queso, unas papas fritas, una hamburguesa, unos tacos al pastor y una Pepsi bien fría —se le hizo agua la boca
—Ahora vuelvo no te muevas de ahí
—Aquí te espero bebé, y perdón
—Esta bien, no importa
Salió de la casa soltando un bostezo y colocandose su chamarra, subió a su auto y fue buscando un lugar abierto, miró un restaurante que estaba abierto las 24 horas del día y sonrió estacionando el auto para poder bajar e ir a pedir lo que su esposa le había pedido, mientras esperaba su orden se sentó en una mesa apoyando su cabeza sobre su mano manteniendo sus ojos cerrados aguantando su sueño, y antes de quedarse dormido la mesera le llevo su orden a la mesa en unas bolsas, Tobirama le pago y le agradeció para salir del lugar y dirigirse a su casa nuevamente
Al no haber tráfico pudo llegar rápido a su casa y en cuanto estuvo dentro de la casa llamo a su esposa diciéndole que ya había llegado con lo que le había pedido, está salió de la cocina sonriente y le dió el plato con un pedazo de pastel grande que se estaba comiendo para tomar su comida y dirigirse nuevamente a la cocina, Tobirama negó con la cabeza comiéndose el pastel, también le había dado hambre de oler lo bien que olía la comida de __________, ¿Por qué no pidió una segunda orden para él?, __________ no querrá darle al menos un bocado de cada cosa
—Amor —entró a la cocina
—¿Hum? —dijo la pelinegra con la boca llena
—¿Me das un poco de lo que comes?, Me dió hambre
—Hmmggmmm —negó con la cabeza
—Pero amor, me moriré de hambre
—Hmmmggmmm —rodó los ojos —Hmmmggmmm —hizó un ademán con la cabeza señalando los tacos
—Jaja gracias, o más bien hmmmggmmm
La pelinegra rió junto a Tobirama terminando de masticar su comida y le dijo que era un idiota a lo que Tobirama rió un poco más.