Holitasss
Ya terminé y soy impaciente, así que amooonos...
¿Saben que yo escribo sin poner títulos en mi texto, solo en los fics?
Me demoro más pensando en un título que en publiacar...
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A la mañana siguiente, el patio frente al pabellón estaba cubierto de una fina capa de nieve por lo que se abrigó mejor a la hora de salir después de pasar la noche sin pegar un solo ojo. Prefería no arriesgarse a ser burlado por ese demonio antes que a descansar vanalmente, después de todo, como era un cultivador ya ni necesitaba dormir.
Cultivar era su meta ahora ya que sus anfitriones insistieron, pero tampoco pensaba mostrarse agradecido con ellos porque sería una manera de admitir que no podría solo. Él podía, claramente pero necesitaba de tiempo, uno que quizás pudiera terminar acabándose si es que algo llegara a pasarle a quien ridículamente tomó su lugar.
Se sorprendió al encontrar a la pareja de gobernantes esperándolo cerca del jardín y ambos parecían estar jugando...
Sí, jugaban.
Shen QingQiu se talló los ojos con fuerza mientras los otros dos corrían alrededor de un caballo, lanzándose bolas de nieve como niños. Sintió un mareo extraño que lo obligó a detenerse mientras Luo Binghe se sacaba la nieve de la cara tras ser asaltado por su propio consorte.
Y él pensó que el Binghe llorón era el más ridículo de todos.
Se hizo una nota mental y agregó en segundo lugar a este Luo solo porque no lo vio en llanto y también sumó a este Shen QingQiu supuestamente inmortal a la lista de estúpidos. No podía creer que se atreviera a jugar como un niño. ¡Qué tan desvergonzado se pudo volver!
Llegó y notó las mejillas coloradas en ambos, estaban bastante animados, respirando con cierta agitación aún mientras Luo Binghe tomaba las riendas de un caballo blanco y precioso.
—¿Qué es lo que haremos?
—Te pondremos a prueba —respondió el consorte.
—¿Ambos? ¿Acaso ese necesita estar aquí? —exigió saber, señalando a Luo Binghe.
—Ha insistido en participar para que su presencia deje de afligirte tanto.
—¡Él no me...! —lo miró de reojo al notar que el cuerpo de Luo Binghe se tensó, dedicándole una mirada pretensiosa. La misma que tenía la de él.
—No quiero que un mal recuerdo te desestabilice —se excusó—. Además si eso ocurriera, soy experto en ayudar a mi esposo con los desvíos de qi, ¿no es verdad?
—Dudo que tus métodos le agraden —cortó, agitando una mano enguantada.
—¿Y el caballo?
—No trajiste espada, ¿en qué piensas moverte?
—¿Quizás quiere que le preste la mía? —susurró Binghe haciendo que su esposo rodara los ojos.
—¡Él no quiere tu espada!
—¿Por qué no? Tú usas tan bien la mía...
El tercero le arrebató las riendas a Luo Binghe y obligó al corcel a alejarse de ellos rápidamente entre gruñidos de desagrado. Hacía tiempo había perdido el interés en mostrarse educado con la gente y mucho menos lo haría frente a esos dos.
—¿Se enfadó? —escuchó a Luo Binghe susurrar.
—¿Y cómo no hacerlo, esposo mío? ¡Él no maneja energía demoniaca! ¿Cómo mierda usaría tu espada?
—Pero, tú puedes hacerlo...
—Tras muchos años de práctica.
Shen QingQiu montó al caballo, aún más perturbado de que aquellas palabras eran serias y no la burla desvergonzada que imaginó. Aún así no podía estar dándole el beneficio de la duda, incluso después de lo que lo obligó a ver aquella noche.
—¿Adónde iremos?
—Las cuevas de esta cumbre. No hay mejor lugar, claramente.
—Ya lo sospechaba...
Gongyi Xiao apareció de pronto, trotando al lado de un caballo negro y se detuvo a penas alcanzarlos.
—Mis señores imperiales, ¿no querrían ofrecerle una compañía más amena en tierra a su invitado?
—Pero solo trajiste un caballo —lo reprochó Luo Binghe y el otro se encojió de hombros.
—¿Acaso no puede montar con su consorte detrás...?
Shen QingQiu se hartó de escucharlos y se adelantó de una vez, provocando que el trío se quedara muy atrás mientras refunfuñaba. No podía creer que aceptara quedarse con esa gente tan, pero tan desagradable. En ese momento hasta quería arrancarse los ojos y...
Un recuerdo lo asaltó, perturbándolo.
Creyó sentir un dolor en el lugar en el que su Luo Binghe le había quitado el ojo y tembló. Quizo detener al caballo y vomitar cuando oyó el sonido de unos cascos, aproximándose a toda velocidad y miró sobre su hombro solo para notar que ese demonio lo perseguía. Su corazón se aceleró, asustándose de manera repentina.
Espoleó a la bestia y se lanzó a galope tendido, escapando sin razón alguna para los emperadores que creyeron que los estaba retando a una carrera, una que por su arrebato comenzó a perder por falta de concentración controlando a su animal.
Llegaron a la zona pedregosa que llevaba a las cuevas y el hermoso corcel comenzó a dudar de su amo, relinchando y golpeando el suelo con las patas hasta alzarse sobre las traseras con evidente disgusto por el camino peligroso.
Shen QingQiu miró a Luo Binghe saltar de su caballo y correr hacia él por lo que soltó las riendas, confundido. Cerró los ojos y notó que resbalaba de aquel pelaje sedoso, dándose cuenta de que estaba cayendo. Sintió mucha rabia y frustración por ello, hasta que unos brazos fuertes lo sostuvieron firmemente desde abajo.
—¿Estás bien? —escuchó y abrió el ojo que pensaba en buen estado mientras se presionaba el otro.
Su rostro reflejaba todos sus miedos y se mordió el labio con rabia hasta que el consorte llegó, interponiéndose entre ambos.
—Si así de mal cabalgas con razón fuiste tan mal maestro —le soltó y miró a Luo Binghe para que lo recueste mientras iba a calmar a su dulce corcel —Shh... No te merece, no te preocupes. No dejaré que te vuelva a tocar.
—¿No puedes ser tan cruel? —lo acusó Luo Binghe mientras regresaba con las riendas en la mano.
—Aléjate de él, no puedo soportar ver mi cara en tal estado —declaró y se acuclilló a su lado para darle una bofetada que sacó a Shen QingQiu del ensimismamiento.
—Casi llegamos, pero mejor sigamos a pie o también quieres que le ponga un lindo velo a mi viejo discípulo para que no te asuste tanto...
—¡No-No estoy...! —quiso responder, pero el emperador lo saludó de lejos con una sonrisa de disculpa y se quedó callado.
—¡Lárgate! ¡Vete! ¿Es tan necesario que esté presente!
—De hecho, tras pensarlo un rato es un buen seguro para los dos. Así que, muévete. Estamos demasiado cerca de las cuevas como para perder el tiempo discutiendo por causa de su lindo rostro.
—Oh, mi señor piensa que tengo un lindo rostro.
El consorte estiró una mano y acunó su mejilla.
—Claro, a mí solo me gusta lo mejor de lo mejor. ¿No opina lo mismo maestro Shen? —se burló.
—Es la cara más desagradable que he visto en toda mi vida —respondió, adelantándose por fin.
Los esposos se dedicaron una mirada cómplice y fueron tras él, esperando que ninguna otra cosa pospusiera más la llegada a esas cavernas.
Una vez adentro, la energía acumulada ses podía hasta respirar en su aire y caminaron en silencio minimizando el eco que las paredes producían. La luz se filtraba muy bien por lo que el aspecto no era tan lúgubre como Luo Binghe esperaba.
Era la primera vez que pisaba ese lugar, en cambio, los dos maestros lo conocían muy bien. Era el lugar donde Liu Qingge había muerto por lo que les daba un poco de pesar regresar ahí, especialente para quien estuvo presente en el momento de su muerte.
Luo Binghe se aproximó a rozar los dedos de su esposo que buscaron su mano de inmediato mientras el otro Shen QingQiu observó con interés las salpicaduras de sangre vieja que al fin sabía de qué se trataban.
Allí fue donde Yue QingYuan sufrió el desvío de qi y trató por un año entero salir para ir a buscarlo sin lograrlo jamás. Sus manos temblaron entre la rabia y la frustración antes de girar la cabeza y seguir de largo, olvidándose de ese pasado que no valía la pena recordar.
El consorte, en cambio no, y admiró esa capacidad de reponerse tan rápido de su variante al menos en ese asunto. Vio que su otro yo tenía resoluciones fuertes también, por lo que esperaba mucho de él. Quizás temía a Luo Binghe pero ante un demonio como él, muy pocas cosas quedaban en el mundo que pudieran aturdirlo más.
—Este lugar es perfecto —anunció el consorte y se separó de su esposo para tomar la posición de loto en el suelo frío, invitando con una mano al maestro para que se sentara frente a él.
—Se puede sentir cómo la energía fluye mejor aquí —susurró mientras tomaba la misma posición, observando de reojo a Luo Binghe que se recostó contra una de las paredes naturales.
Podía jurar que tenía un aire mucho más sereno que el de su benefactor, que más bien era un manojo de nervios muy inquietante cuando no estaba en brazos de su shizun y, por más de que el de su propio mundo fuera un gran actor, su sonrisa llena de intenciones ocultas no eran suficiente para engañarlo a él mientras este Luo Binghe parecía brindarle paz con su sola presencia en ese momento por lo que se extrañó.
Hacía poco casi le dio un paro cardiaco por tenerlo tan cerca, pero estando calmado era capaz de ver mejor a través de él. Le pareció hasta galante cuando éste se fijó en que lo miraba y sonrio de manera poco apropiada para él.
—¿En serio debe estar aquí?
El consorte imperial suspiró, aguantándose las ganas de regañarlo.
—He pensando mucho en cómo ayudarte de la mejor manera y concluí un método que me dejará suceptible ante cualquiera —aclaró—. Este emperador prefiere venir a asegurarse de que nada malo ocurra en un lugar que yo personalmente diseñé para que sea seguro.
—Te dejé solo hace poco y te raptaron. Tienes que comprender que esté con los nervios de punta.
—Ridículo —lo insultó pero la sonrisa alegre solo era visible para el maestro delante de él.
—Mi esposo es lo más importante —agregó pero el susodicho lo mandó a callar de una vez.
El consorte sacudió las mangas, se quitó los guantes y sus manos salieron de entre las telas para ponerlas palma sobre otra, condensando su energía espiritual lentamente.
—Como decía... Me habías dicho que el hombre que te entregó ese cuerpo te dijo que alcanzó la formación de núcleo medio, ¿no? Déjame comprobarlo con mis propios ojos. Deberías poder seguirme el paso —susurró con los ojos cerrados.
Shen QingQiu asintió e hizo los mismos movimientos, dándose cuenta de que no lo igualaba, sino que lo superaba.
Los ojos de Luo Binghe se iluminaron por un momento ante la demostración de energía realizada ante él y aplaudió un poco.
—El maestro Shen ya no está en esa etapa, querido mío.
El consorte imperial elevó sus pestañas y observó por sí mismo al asombrado dueño de esas habilidades.
—Al parecer ni siquiera ese otro Shen QingQiu prestaba atención a sus propias habilidades.
—Eso es tan poco propio de mí... —rezongó el de cabellos negros mientras el consorte asentía, dándole la razón.
—Es el más extraño de entre todos, te lo aseguro. Bien, sígueme el paso entonces, veremos hasta dónde se cultivó ese tonto que te regaló tan buen cuerpo—. Ese poder es el de alguien que se encuentra en el gran círculo de formación de núcleo. Has completado este nivel, podrías empezar el camino a un alma naciente.
El corazón del maestro Shen se enardeció con asombro...
Él estuvo atascado durante tantos años, incluso le había costado crear el núcleo dorado y ahora ya estaba por superarlo. Sus sueños más anhelados se hacían realidad ante él. Incluso si no era fruto de su propio esfuerzo, el cuerpo era el mismo así que la capacidad seguía siendo suya.
Miró al ser al que llamaban inmortal, preguntándose si de verdad era alguien en ese estadío de cultivo tan iluminado. ¿Por qué clase de entrenamiento tuvo que pasar para alcanzar ese grado tan prominente?
Ambos se detuvieron y dejaron de hacer correr la energía espiritual de dentro de sus cuerpos, mientras volvía a meter las manos dentro de las mangas y pensaba seriamente por un rato.
—¿Hay algún entrenamiento para seguir...?
—Debes saber exactamente lo mismo que yo, quedarte aquí y meditar hasta mejorar ese cultivo a su máximo estadío que ni yo mismo he alcanzado aún, pero con lo que tengo me basta para acompañar a Luo Binghe, así que... ¿quieres hacerlo tú también? ¿Quieres rozar los límites para dejar de temer a...?
—Muy poca gente podría enfrentárseme —lo interrumpió—, además... Tomaría muchos años alcanzar la meta que me ayudas a fijarme solo con existir.
El emperador consorte lo miró con una risa de incredulidad.
—¿Tanto? Pues... No te va a gustar escuchar cómo pasó —se burló y luego miró a Luo Binghe.
—Pueden intentarlo entre ustedes —susurró el emperador, acuclillándose al lado de su esposo.
La cercanía entre esos dos era molesta de ver para el maestro y apretó los dientes de puro fastidio mientras los otros dos se hablaban naturalmente, con las caras demasiado cerca una de la otra.
—No lo creo...
—Te pasaste la noche pensando en eso, ¿por qué no lo intentas?
—¿De qué hablan? ¿Qué quiere decir que con eso?
El consorte imperial suspiró y luego le dedicó una mirada de fastidio a Luo Binghe que se disculpó con una expresión apenada antes de alejarse de él otra vez.
—Escucha, cuando asumí esta posición me hice de muchos enemigos y no podía estar con este imbécil pegado a mí para que me defienda. ¡Preferiría morir! Así que cultivé y cultivé pero... Nos quitaba tiempo juntos —admitió entre risas sin mucha gracia para el otro Shen—. Por eso investigué y desarrollé un método...
—No me dirás que es cultivo dual —se quejó Shen QingQiu y el consorte lo miró de reojo.
—¿Crees siquiera que te lo insinuaría? ¿Conociéndome? —dijo con ironía mientras se señalaba con una mano— Aunque no dudes que sí lo hemos hecho, es algo gratificante.
—Ugh...
—Áltamente recomendado, maestro Shen. Si encuentra una pareja de cultivo debería intentarlo.
—¡Piérdete!
Luo Binghe tembló de solo escuchar sus palabras frías. Hasta ganas de rogarle en el suelo y llamarlo shizun nacieron en el fondo de su corazón pero no quería interrumpir a su esposo.
—No sé si lo sepas, pero la naturaleza de Luo Binghe le exigía equilibrar el exceso de energía de cultivo y la demoniaca o sufriría un desvío de qi peligroso. Por ello, empezamos a usar el cultivo dual pero eso era demasiado complicado. No podía transformar tanta energía todas las veces que se requería así que aprendí a hacer algo más práctico.
—¿Qué podría ser?
—Abrir todos los canales, las venas espirituales de nuestros cuerpos e intercambiarlas...
—¿Energía pura? ¡Eso es peligrosísimo! ¡El caldero siempre terminará con las venas y los órganos explotando!
—Sí, pero al principio lo hice de manera que Binghe cargara con ese peso, él se puede sanar muy rápido y así mi teoría tuvo éxito pero la cantidad de energía que fluía a través de mí y se transformaba comenzó a afectarme también.
—¿Mmm...?
—Este poder y este... mmm cabello es resultado de sobreexponerme a ello. Adquirí resistencia con el tiempo y pude cargar con el peso yo también pero se volvió adictivo –finalizó con una sonrisa—. Tanta energía recorriéndome hasta los huesos era sobrecogedor y, a la vez, deslumbrante. No medí mis límites y tuve que ser detenido a la fuerza por Luo Binghe que estaba debilitado en ese momento. Sufrí un pequeñísimo desvío de qi.
—Casi destruye todo el palacio, asustó a los demonios y desde entonces le tienen terror... —comentó el emperador con malicia.
—¿Y quieres probar eso conmigo? Ahora entiendo por qué él está aquí.
—Sí, pero anoche pensé que somos la misma persona. La energía no debería diferir y haría las cosas más rápidas, ¿no crees que es un riesgo ínfimo a cambio de poder?
—Yo estoy dispuesto, pero no quiero que esa criatura se me acerque si estoy en un estado tan vulnerable.
—No te haré daño —dijo con voz firme Luo Binghe, aproximándose de nuevo a él.
Tomó sus manos casi por costumbre, como si le hablara a su propio Shen QingQiu y lo miró a los ojos profundamente, haciendo que el maestro tiemble.
La sensación de sus manos tocando las suyas sin tirar de ellas hasta desgarrar sus hombros parecía una falacia frente a la delicadeza y el cariño en su toque. Especialmente cuando juró ante sus ojos una y otra vez.
—Para cualquier Shen QingQiu seré un aliado si me pide ayuda. En especial uno que se parece tanto a él...
—Suéltame —exigió, tirando él de sus manos y masajeándoselas.
—Binghe, hazte a un lado que me estorbas —se quejó su consorte a lo que él obedeció sin mediar más palabras.
El maestro Shen lo observó por un rato antes de que el consorte imperial se aclarara la voz y estirara las manos hacia él.
—¿Y bien, lo intentamos...?
Shen QingQiu pensó en todos los contras que había pero la posibilidad de subir su nivel de cultivo a un punto como el que le ofrencían era demasiado tentador como para no intentarlo, por lo que se miró las manos con tenues marcas rosadas en el lugar donde Luo Binghe lo tomó y apretó los puños con frustración.
—Hagámoslo —dijo.
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Si a alguien le interesa los niveles de cultivo la información la encontré aquí:
https://www.webnovel.com/book/the-divine-system_12404466305396405/cultivation-levels_33303615674304864
https://www.webnovel.com/book/transmigrated-in-a-xianxia-novel_16883720505610705/cultivation-realms-information_45935802743575024
Pero varía de autor a autor en general, pero me coincide con el tipo que explicó a grandes rasgos Shen Yuan jajaja
Lo que no recuerdo es si se mencionó el tipo de poder de los demonios, pero dejaré de lado clasificar a Luo jajaja pero ponele que supera a los inmortales JAJAJAJA y por su tipo de sangre "celestial" entonces debe ser de los niveles más superiores jojojo
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