❥Placebøℓ ꕤYoonminꕤ

Von SweetLiePark

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Fanfic Corto//Historia corta//oneshot. Mi pequeña píldora de la felicidad, llévame lejos, traeme el bello col... Mehr

..•°Prologo°•..
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Von SweetLiePark


Capitulo final de Placebo.
Capitulo largo más de 7k de palabras, temas serios y delicados, por favor de leer bajo su propio consentimiento, no planeo denigrar a nadie, solo es lectura, muchas gracias a todas y todos por llegar hasta acá, espero y lo disfruten muchísimo.



Escuchó como es que la puerta se abrió y rápidamente se cerró.

— Yoongi — se escuchó bajo — ya puedes salir, ya estoy aquí.

El nombrado salió de inmediato.

— ¿Cómo te fue? — preguntó mientras se levantaba del suelo.

— me fue bien, otra vez está borracho, por lo que creo que se quedara dormido en el sillón de abajo — dijo un poco aliviado.

— perdóname por haberme venido a meter hasta acá sin tu consentimiento — dijo culpable

— no te preocupes, en algún momento tendrías que venir— sonrió

— pero no de esta manera, cuando tú me invitaras — se sento en el borde de la cama, mientras seguía cabizbajo

— no pasa nada, ya estás aquí, lo mejor que podemos hacer es aprovechar el tiempo ¿No crees? — se acercó para darle un cálido beso en los labios.

Ahora el pelirrosa  se sento en el borde de la cama, comenzaron a platicar y hablar  sobre cualquier cosa.
El joven estaba un poco ansioso, pues sabía que desde algún tiempo, la actitud infantil y amorosa de su novio, daba un giro completo cuando estaba en casa, parecía tener la misma actitud de él.
quería sacar el tema del marco del escritorio, pero no sabría si sería incómodo para el chico, sentía que detrás de esos hermosos ojos oscuros de su bello algodón de azúcar, había cosas que nunca le había comentado.

— oye, cariño — habló mirando hacia la nada

— ¿Sip? — lo volteó a ver

— ¿quiénes son los de esa foto? — apunto el marco

— oh... — se quedó callado un rato, jungando con sus pugares

— si no quieres, no me cuentes, yo lo entenderé — lo tranquilizó.

— ella es mi madre — soltó sin expresiones aparentes — ahí ella tenía veintiséis años y yo tenía cinco años. — sonrió nostálgico

— se ve que eran muy unidos — dijo sobando la espalda de su novio.

— lo éramos, siempre decía que yo era su mejor amigo — suspiró — en fin... —  finalizó la conversación.

— eso es demasiado hermoso cariño — hizo una media sonrisa, mirando a los tiernos ojos del otro

— ¿eso crees? — preguntó sorprendido

— no lo creo, lo es — puso su cabeza en el hombro de su novio.

— esta es la primera vez que le cuento a alguien sobre mi madre, así que considerate especial — sonrió acercando su cara de contrario.

— cuando vivamos juntos en nuestra gran casa, podrás colgar un hermoso cuadro como ese, pero obviamente más grande —  hizo una expresión con sus manos refiriéndose a grande — en la sala de nuestra casita — puso su mano en la rodilla de su novio

— ¿Viviremos juntos? — lo miro sonriente

— claro, como tú lo dijiste, Siempre...

— eternamente — Jimin termino la frase, para voltearse a mirar y reír onisona

— te rescatare de este infierno y te llevaré al paraíso — fijamente lo miraba a los ojos

— a veces, creemos que estamos viviendo en el infierno, pero luego caes en cuenta que en realidad viviste en el paraíso, porque después ocurren cosas peores... — decía sin ninguna expresión

— por ello purificaremos nuestras vidas una vez que salgamos de aquí, por ello...  ¿Te puedo hacer otra pregunta? — preguntó ahora tímido

— claro — lo miro sonriendo de para a par

— ya lleva unos días, pero siento que hay muchas cosas que prefieres no contarme, sé que es tu vida privada, pero, sabes que puedes desahogarte conmigo, lo sabes cielo — sabía que Jimin era como una tumba, nada saldría de él, pero no entendía el porqué.

— no lo sé, solo no quiero traer esos problemas a flote, aparte no son nada serios, ya sabes, los típicos problemas — dijo un poco incómodo

El pelinegro captó la indirecta, así que se calló sobre ese tema, talvez aún no era momento de hablar de ello.

— ¿Que te gustaría tener como primer regalo de novios? — cuestionó cambiando rápido de tema

— no lo sé ¡No lo había pensado! — exclamó con diversión — talvez podamos hacer otro picnic, podríamos leer un libro, como lo hicimos en tu habitación

— eso podríamos hacer la próxima semana ¿Qué te parece? — sus expresiones cambiaron a una de emoción.

— me encantaría — dió varios brinquitos de emoción en su lugar — ¿Y ahora que hacemos? — ladeo su cabeza demostrando curiosidad

— Mmm, no lo sé... — Min pensó, recargo si cabeza en su mano — ¿Qué se puede hacer? — pregunto tímido

— podemos hacer cualquier cosa que sea dentro de esta habitación — juntó sus manitas en su regazo y sonrió de par a par

— Mmm, estuve mirando y Vi que tienes muchos dibujos, no sabía que te gustaba dibujar, creo que lo hacer muy bien cariño — se levantó para ponerse delante de su novio y sobarle la mejilla

— No me gusta dibujar — respondía seco— Mmm ¿¡No te gustaría quedarte a dormir aquí!? — exclamó casi brincando de la cama

— pero mis padre, Mmmm... — se quedó mirando el techo, estaba pensando — Me parece buena idea — soltó una sonrisa

— perfecto, prepararé tu ropa para dormir ¿Qué prefieres? ¿Un gatito o un patito? — salto en su lugar de emoción, tendrían una pijamada con pijamas divertidas

— Mmm, prefiero un gatito, tú eres un precioso y amarillo patito — deposito un corto beso en la coronilla de este.

— Está bien, las buscaré — intento pararse de su lugar pero fue interrumpido

— Amor ¿Pero que hay de tu padre? — lo miro preocupado

El silencio invadió la habitación, solamente se habían quedado callados, al parecer llegaba un pequeño ruido de ronquidos del primer piso.

— ¡creo que sí se durmió! — exclamó Min, ambos solo se miraron y asintieron, pero el silencio perduró, sabían que se podría quedar a dormir.

Después de algunos segundos, habló Jimin, rompiendo ese silencio.

— oye Yoongi — hablo Jimin

— ¿Qué ocurre? — lo miro con una expresión indigadora.

— ¿podría hacerte una pregunta? — ahora era el turno de Jimin de cuestionar.

— sí — sonrío

— ¿Podríamos jugar a qué es nuestro primer beso? — pregunto tímido

El pelinegro solo rió de ternura, pues no sé esperaba a que le dijera eso

— ¿En serio? — estaba avergonzado

— sí... Es que el pensarlo me reconforta, pero si jugamos a nuestro primer beso, me sentiré muchísimo mejor — jugó con sus manos juntando ambos índices.

está bien...acércate un poco más — dijo acercándolo por su cintura.

A la par  se acercaron un poco más, sus hombros chocaban por lo juntos que estaban.
Ambos se voltearon a ver, para quedarse conectados, mirándose profundamente fijos a sus ojos.
El pelinegro podía ver cómo los ojos de su novio expresaban inocensia y preocupación, también se miraban eridos, como si hubiera estado llorando horas, al mismo tiempo, sus pupilas se dilataban, era como si amara lo que estaba reflejándose en sus bellos iris.
Yoongi subió su mano hasta la mejilla de Jimin y comenzar a juntar el rostro del menor, con él de él.

— ¿Ahora sí sabes hacerlo? — cuestionó musitando coquetamente a unos pocos centímetros de los gruesos labios del contrario.

El rubio solamente negó nervioso mientras se mordía el labio y miraba directamente a los ojos de Yoongi.

— Solo cierra los ojos — volvió a musitar, pero esta vez la respiración de ambos se comenzaba a mezclar.
Están tan cerca que los jadeos dejaban de ser dos y se volvió solo uno, la distancia ya no era notoria.
Poco a poco sus frentes estaban juntas, y en un abrir y cerrar de ojos, sus labios chocaron.
Primero le dio un pequeño besito, dónde solo chocaron poco los labios, para después separarse unos centímetros y mirar la expresión de Jimin, la cual se veía demasiado inofensiva y curiosa, eso hizo que por inercia Volviera a pegar sus labios en los de su novio.
La mano de Yoongi bajo hasta el cuello del menor.
El beso cuál empezó corto y cálido, se estaba volviendo en uno largo y baboso.
El pelirrosa paso sus manos por la cintura de su novio.
Los labios de ambos se estaban volviendo una droga, pues sus besos eran tan buenos, que parecía que no podrían vivir sin ellos.
Yoongi no pensó que accedería, pero en aquel beso, su lengua comenzó a jugar con los labios de su novio, este poco a poco fue abriendo su boca, dándole paso a su cavidad bocal.
El pelinegro mordió el labio de su novio, para después despegarse.

Se quedaron viendo unos segundos, para después iniciar con lo mismo, a chocar sus labios está vez un poco más desesperados.
La lengua de Yoongi volvió a entrar a la cavidad bocal, está vez Jimin choco su lengua con la de su novio, teniendo una lucha entre sus bocas y sus lenguas.
Las manos de ambos comenzaron a pasar por todo el cuerpo de ambos, a dar pequeñas carisias, pequeños recorridos, no era como la última vez en la casa de Yoongi, esta vez era con lujuria y curiosidad.
Jimin se subió a horcajadas sobre la piernas de Yoongi, sin despegarse del beso, estaba encima de él, en una pose dónde se había subido encima de él, las piernas de Jimin pasaban por la cintura de Yoongi y sus miembros rozaban un poco sobre su ropa pero aún seguían sentados, el pelinegro comenzó a meter sus manos en el suéter beige que traía su novio para después retirarlo y tirarlo sobre el suelo de la habitación oscura, mientras ambos seguían en el beso las manos de Yoongi comenzaron a pasar por el abdomen pálido y desnudo de su novio.

Se despegaron de aquel baboso y lujurioso beso para poder respirar, mientras tomaban aire solo se miraban, sus reacciones, sus expresiones, el ver qué decían o hacían, se quedaron viendo algunos segundos, para darse cuenta el cómo era que Jimin estaba encima de Yoongi ahorcajadas y semidesnudo, todo eso era gracias a la lujuria que estaba sintiendo, gracias a los besos, a las carisias, al momento.

— ¿Puedes continuar? — pregunto Jimin tímido.

Yoongi lo miro gracioso, antes de que dijera una sola palabra, inclino el cuerpo del contrario un poco para posar su rostro en el espacio que sobraba entre el cuello y la cabeza de Jimin, una vez estando ahí, comenzó a olfatear el rico olor del pelirrosa, en serio, como lo volvía loco el solo sentir su aroma en el ambiente, era tan dulce, daba pequeñas lamidas en la clavícula y algunas leves mordidas mientras seguía olfateando el mismo lugar, sus manos soltaron el agarre de la cintura de Jimin, para bajarlas y apretar el trasero de su novio, este solo rió tímido, era la primera vez que Yoongi le agarraba el culo, no era algo que le disgustara, al contrario, le encantaba, ambos regresaron a su lugar, Jimin se enderezó encima de Yoongi.

Cuando terminó de olfatearlo, otra vez solo se quedaron quiero ahí, mirándose, el menor volvió a hacer la misma pregunta de hace rato, el cual, el pelinegro solo asintió entre risas, movio el cuerpo de él pelirrosa hacia él, para empezar a pasar sus labios por el abdomen desnudo.

— ¡Ah! ¡Mmm! — Jimin se estremeció por el tacto de los labios de su novio en su abdomen.

Yoongi continúo dando pequeños besos inocentes por el cuerpo de Jimin.

Todo eso era un momento tan íntimo, algo de ellos dos, disfrutándose, la primera vez que ambos hacían algo así. Ambos estaban disfrutando tan bien, todos los besos, carisias y roces eran tan mágicos, sin duda, ese estaba siendo el paraíso para ambos, estaban pasándola tan bien, tanto que podrían morir ahí mismo y moririan felices...

puerta se abrió de una patada.







El pelirrosa y el pelinegro miraron de reojo como es que la puerta era azotada y chocaba contra la pared, ambos se aturdieron y dejaron lo que estaban haciendo.

— ¿¡Qué diablos es esto!? — el gordo padre de Jimin acababa de entrar a la habitación de su hijo

Ambos saltaron de golpe, parándose de la cama y poniéndose de pie, Jimin se puso delante de Yoongi.

— ¿Qué tenemos aquí, una pequeña putita y su novio marica? — dijo sarcásticamente

— ¿Qué es lo que quieres? — cuestionó Jimin firme

— ¿Quién diablos te crees tú para hablarme como se te dé la gana? ¡Pequeño bastardo hijo del demonio! — dijo gritando

— ¡déjame en paz, déjame solo! — grito desesperado — ¡Lárgate de mi habitación" — con sus manos hacia ademanes, indicando a qué se largara

— ¿entonces ya te crees lo suficientemente grande para desafiar a quien te da de comer? — daba pasos lentos, acercándose al par que estaba escondidos al final de la habitación.

— ¡Sí! ¡Ya soy lo suficientemente maduro para darme cuenta de tus abusos! — ambos caminaban hacia atrás, aún así, les intimidaba su padre.

— entonces ¿Que haces aquí? ¿¡Por qué no te largas!? — con su brazo derecho barrio el escritorio de la habitación, tirando todas las cosas que estaban encima de ellas.
Jimin sentía tanta importancia, miro como el retrato de su madre chocaba contra el suelo,

El menor sentía como las manos y el cuerpo de Min, temblaba, como si quisiera saltar sobre su padre y golpearlo, pero este solo indicaba a qué se calmara con sus manos.

— ¡Me voy! ¡Me voy a largar de aquí ahora mismo! — tomo la mano de su novio para jalarla hacia el, indicando a qué ambos se fueran.

— ¿En dónde te quedarás? No eres más que un huérfano sin amor — tomo su perchero de ropa para tirarlo contra el suelo.

— ¡Mientras él esté conmigo lo tendrá todo! — exclamó Min con tanto coraje en su voz, sus venas marcaban su cuello.

— si este idiota se larga, se irá conmigo — metió su mano en el gran bolsillo que traía su oscura gabardina, cauteloso, saco una calibre veintidós y ambos entraron en pánico — Maldito maricón, seguramente debes de estar lleno de sida o alguna otra enfermedad. — dijo acercándose más a ellos.

— ¡No se acerque! — exclamó Yoongi firme, poniéndose delante de Jimin

— ¿Quién eres tú? ¡Maldito maricón! —  dijo empujando al pelinegro hacia atrás, haciendo que este se golpeara la cabeza con el marco de la ventana.

— ¡Déjalo! — dijo Jimin entre sollozos intentando quitarle el arma a su padre.

— ¡maldito hijo de puta! ¡Debí de matarte con mis propias manos cuando seguías en el vientre de tu madre! —  forcejeaba el arma con su hijo
Esto se había vuelto una pelea.

Yoongi estaba sentado en el suelo, procesando aquel horrible golpe que se acababa de dar, quería levantarse, pero sentía que sus piernas no le respondían se sentía muy atontado, se sentía fuera de sí, parecía como si aquel golpe le hubiera causado una sordera por ese momento, pues la discusión de fondo no la podía escuchar tan bien pero de reojo solo podía ver ambos intentando agarrar el arma.
Con su mano dercha busco entre sus bolsillos su teléfono.
Para acceder rápidamente al llamado de emergencias.
De reojo podía mirar cómo es que su chico y su padre acababan de convertir en una pelea el mando de la calibre veintidós.

Finalmente le respondieron el teléfono.

— Novecientos once ¿Cuál es su emergencia? — respondió la señorita del otro lado

— mi novio... Mi novio y y su pa-dre — no podía formar oraciones

— no lo escuchó, tiene que hablar más claro — indicaba la otra línea.

— mi no- novio y su padre, están peleando un arma, un arma que parece cargada. — hablo lento y con dificultades

— ¿Cuál es su dirección?

— no-no-no lo sé ¿¡No pueden simplemente rastrear la llamada!? — cuestionó casi gritando

Lo siguiente que le dijo no lo escuchó, al parecer le estaba dando algún tipo de ataque, su corazón latía rápidamente, se trataba de la taquicardia, sus manos no las sentía y sus ojos veían nublado, dejo de escuchar lo que la señorita le estaba diciendo, pues, en serio se quería levantar, quería ayudarle a su chico, a derrotar a su padre y así vivir felices juntos para siempre eternamente.
El pelinegro seguía intentando darles las indicaciones a la policía cuando...

¡Pum!

Escucho como la pistola acababa de hacer una detonación, por inercia cerro los ojos, una lágrima comenzaba a rodar bajo su pómulo, sentía como gotas tibias habían aterrizado en la parte izquierda de su rostro.

Abrió los ojos para encontrarse al padre de Jimin el cual estaba lleno de sangre, su cara, abdomen y manos.
El masculino se encontraba justo enfrente de él, con el arma en sus manos, se veía tan traumado, tan enfermo, sus manos temblaban a más no poder

Las lágrimas comenzaron a desbordar en Yoongi, tenía tanto miedo de voltear a ver qué había ocurrido.

— será mejor que no veas, hijo de puta —
dijo para después recorrer la mirada en su cuerpo, observando cómo es que toda su ropa estaba llena de sangre, sangre de la cual era de su hijo, Park Jimin.  — ¡te dije que no miraras! ¡Con está arma, acabe con la vida de ella! — apunto al marco del escritorio — ¡acabe con la de mi hijo! ¡Y ahora acabaré con la mía!— exclamo para después subir su mano y poner el arma en su cien y jalar el gatillo, disparándose así mismo, en un abrir y cerrar de ojos la sangre había salpicado toda la puerta de la habitación.

Yoongi tenía tanto miedo de mirar la escena, tenía miedo de ver lo que estaba pasando por su mente, una crisis estaba comenzando a apoderarse de su cuerpo.
Sus sollozos eran el único ruido de aquella habitación, era lo único que causaba algún sonido.
El pelinegro quedo atónito, estaba completamente traumado,  ningún tipo  de ayuda le serviría de nada, estaba aterrado, lo que sentía era horrible, su piel  de gallina, su estómago  estaba totalmente revuelto,  sabía que antes vivía un infierno con lo que sucedía en casa, pero  con este   hecho, parecía que siempre estuvo  en el paraíso, Jimin tenía razón, siempre fue un paraíso, tenia tanto miedo de mirar la escena, tenía miedo de ver lo que estaba pasando por su mente, una crisis estaba comenzando a apoderarse de su cuerpo.
Sus sollozos eran el único ruido de aquella habitación, era lo único que causaba algún sonido.
después de pasar al menos diez minutos tratando de visualizar y pensar que era lo que había acabado de suceder, sus piernas comenzaron a reaccionar, comenzaron a abrirse entre sí,  Poco a poco comenzó a voltear a ver, miró como el amor de su vida estaba tirado en la esquina.
Paso su mano derecha por su rostro para después mirar sus dedos, sabía que toda aquella sangre en su rostro, era de Jimin.
Volteo completamente, para ahora observar como el amor de su vida estaba tirado a unos  centímetros, y parecía como este se retorcía de dolor.

Saco las pocas fuerzas que le quedaban para correr hasta donde se encontraba el chico.

— ¡Jimin! — miro como sus hermosos ojos oscuros seguían brillando — estarás bien, estarás bien te lo prometo — se sentó en el suelo, aún lado de su novio.

— Yoongi... — musito con problemas

— llegara la ambulancia y... — fue interrumpido.

— cariño — soltó Jimin adolorido, señalando con su mira el pecho, el cual cubría con su mano llena de sangre.

Abrió los ojos tan asombrado, sentía como sus ojos se estaban volviendo aguados, pero sabía que tenía que ser fuerte pará él.

— ¡No pasará nada! — exclamaba con esperanza — tengo que retener la sangre — se quitó su suéter de una para después arrancar un pedazo de tela.

— No... — hablaba despacio — no hace falta... Ya no hay nada que hacer — decía con problemas, se podía escuchar como es que en su voz había dolor.

— no pierdas la esperanza, estarás bien Jimin... — el mencionado solo negaba. — verás que sí, en cuanto menos lo veas, estaremos tú y yo viviendo en nuestra casita, con nuestros gatitos — las lágrimas comenzaban a resbalar por su rostro, estaba sintiendo muchísimo miedo en estos momentos, no quería perder al amor que juraba que sería para toda su vida.

El pelirrosa comenzó a llorar, no sabía si le dolía más el disparo en su pecho, o todas las promesas que sabía que nunca se cumplirían de su novio.

— Viviremos juntos... — respondió Jimin — en una casita, solo tú y yo... — decía mientras comenzaba a sentir pesados sus ojos.

— Amor, no cierres los ojos, ¡no lo hagas! — exclamó con un hilo de voz

— nuestro amor fue separado ante nuestros ojos, como Romeo y Julieta — hablaba como si su garganta se estuviera cerrando.

— no digas eso, estarás bien, lo verás, te lo prometo Jimin, pronto llegará la policía... Y-y...

El pelirrosa puso su mano en la mejilla, mientras con muecas de dolor en su cara, lo miraban fijamente a los ojos entristecidos de su novio.

— Te amo, nunca lo olvides — expreso el pelirrosa intentando sonreírle.

Las lágrimas bajaron más rapidas, sentía como es que aquella frase era una despedida, pero no podía hacerlo, talvez no iba ayudar de mucho, pero el pedazo de tela que había arrancado, lo coloco en el pecho de su novio, cortando la sangre, talvez no ayudaría de mucho, talvez la bala había perforado algún baso sanguíneo o talvez por tener su herida expuesta, está podría infectarse y ocurrir algo peor.

— No te dejare, estarás bien ¿Por qué no llega ningun policía? — casi se arrancaba los cabellos de la desesperación.

— perdóname por no haberte contado mis traumas — dijo seco

— en su momento lo haras, porque todo esto solo será un amargo recuerdo — decía entre sollozos.

— por favor leelo — dijo apuntando a su cama, sabía que se estaba refiriendo a su cuaderno

— pero ¿Por qué leerlo? si tú me lo puedes contar después — seguía teniendo tantas esperanzas.

— sé cuánta curiosidad tenías... Así que, te ordeno que lo hagas, nunca estaré en paz...

El mayor solo negaba de un lado a otro la cabeza, solo hacia eso, negar.

— Yoongi, te amo... Seremos felices siempre eternamente... — su mano resbaló de la mejilla de su amado.

Después de estas palabras el mencionado volteo a ver la cara de su novio, miro como es que aquel brillo que siempre tenía en sus ojos había desaparecido completamente, vio como sus labios comenzaron a ponerse pálidos, al igual que su cara.

— ¡No! ¡No! — exclamó atrayendo el cuerpo de su novio hacia él, recostandolo encima de sus piernas. — ¡no te puedes morir así! — su cara estaba completamente roja, estaba llorando mucho, una sensación causaba su estómago, quería vomitar, por todo lo que había ocurrido, sabía que había perdido a su novio, Jimin acababa de morir.

Yoongi abrazo por atrás a Jimin, el cual ya no respondía, ya no había ninguna noción de que siguiera con vida, sabía que ahora sí, ya no estaba aquí, ya se había ido, y nunca más lo volvería a ver.
El pelinegro comenzó a depositar pequeños besos en la cabeza de su novio.

No lo podía creer, la tristeza y el miedo estaba floreciendo en todo su cuerpo, pero inmediatamente apareció la culpa, pues el está conciente, sabía que si no hubiera seguido a Jimin, no estuviera ocurriendo nada de esto, sabía que no debía de haber ido hasta aquí, no debía de haberse metido a la boca del lobo, si bien sabía por lo que su chico le había contado, su padre era muy problemático, debió de considerar algo de esto en algún momento, todo esto era su culpa, su culpa y su pura culpa, era lo único que podía pensar.

Intento regresar a la realidad y tomar el cuaderno que Jimin le había ordenado leerlo.
Una vez teniendo aquel cuaderno color café entre sus manos, regreso con el cuerpo de Jimin, para comenzar a Ieer todas las páginas.

Sus ojos no podían dejar de lagrimear, estaban tan inchados, no creía que podría leer, pero el hizo el intento, sentía culpa por leerlo, pero se sentiría peor si no lo hacía, Jimin quería que lo leyera, el pelirrosa necesitaba que supieran la verdad.

Min empezó a ojear el libro, lo abrió en cualquier página al azar y comenzó a leer.


"Placebo"
Diez de Septiembre del 2019
"Hace un par de días llegué de nuevo a este lugar... a este horrible lugar, el cual me traía muchísimos recuerdos horribles, los cuales prefería no pensar más.
Hasta el momento, lo más interesante ha Sido acompañar a mi tía a una consulta que tenía hoy.
Era un chico pelinegro, mi tía siempre lo menciona, le dió unas pastillas rosadas, se llaman placebo.
En realidad no le harán nada, solo creerá que lo ayudan."

"Serendipia"
T

rece de septiembre del 2019

"Entonces eso fue lo que creyó aquel chico de nuestra primera platica.
Mi padre estaba follando con dos chicas en su habitación.
Por eso Di creyó que sería bueno acompañarla otra vez, me da pena hacerla pasar por estos asuntos pero...
Tengo mucha curiosidad de hablar con él.
Mi tía dijo que era muy lindo, talvez tendríamos algo en común, por eso accedí

El chico fue muy lindo, me agrado muchísimo, me gustaria volver a salir con él.
El destino había predijo nuestro encuentro pero igual está celoso de nosotros"

"Nunca más"
2

0 de septiembre del 2019

"Cómo de costumbre estaba limpiando mi habitación, encontré algunas cajas donde estaban algunos antiguos dibujos.
De inmediato me vino el recuerdo amargo de cuando mi padre me encontró dibujando en mi habitación, tomo todos mis colores y algunos otros dibujos y les prendió fuego afuera.
Yo llore mucho, cuando él vio eso procedió a golpearme hasta dejarme sin lágrimas,
Decía que llorar era de maricas.
Luego, mamá subió pidiendo que me dejará en paz, procedió a golpearla y a violarla, yo tenía ocho años."

"Primer amor"
27 de septiembre del 2019
"Siempre estás en mis más profundos recuerdos, cuando divagó en mi mente siempre estás tú, mi amada madre.
Antes de nacer, ya me amabas.

Posteriormente, de encontrarme con Min, pase al cementerio, para poder estar un rato contigo y hablarte.
Seguramente amarías a Min Yoongi, es un chico excepcional, apenas llevamos una semana conociendonos, pero ya lo admiro.
Me da las mismas ilusiones que tú me diste de la vida.
Cuando estuve con él, ayudándolo con su tarea, mi mente se llenó de tí, siempre me motivaste a seguir adelante, me diste tantas herramientas para ser alguien, pero un ser despreciable arrebato todos esas ilusiones, yo sé que él te mato aquella noche, cuando nos encontro huyendo.
Amada mamá, eres un recuerdo agradable, cada vez que me quiero dar por vencido, sé que tú estarás a mi lado.
Cuando te vuelva a ver, nunca soltaré tu mano, porque nunca me voy a separar de ti, sé que mi padre me odia, me odia por amar a mi madre"

"Tan lejos"
1

de Octubre del 2019

"Hace mucho tiempo que no tenía ningún sueño ninguna ilusión, nada, no existía nada...
Hasta que llegaste tú, como un ángel a salvarme, a mostrarme que no todos era una mierda.
Llegaste a hacerme feliz.
¿Cómo puede ser que tan rápido te comencé a querer tanto Min Yoongi?
Estoy tan feliz que seamos novios, estoy tan feliz que me hayas dado una oportunidad, esta es la segunda persona que valoro con toda mi alma, y a esta no quiero perder, estaré en tu crecimiento como persona hasta el final"

"Euforia"
5

de octubre del 2019

¿Alguna vez has estado tan cerca de la muerte?
Esta es mi segunda vez a un hilo de conocerla, la primera, fue causada por un chico que era amigo de mi padre, venía a jugar conmigo.
Recuerdo que ese día me estranguló tan fuerte que mi vida paso tan rápido por mis ojos, todos mis once años pasaron por mis  ojos en un segundo, me aferre tanto a la vida, que está me dió una segunda oportunidad.
Pero la segunda vez yo me quite esa oportunidad, es muy diferente la sensación de cuando te estás muriendo por alguien a como cuando tú mismo te quieres matar ¿Sabes?
Cuando alguien te está quitando la vida, tienes un flashback de todas esas veces que fuiste feliz para que disfrutes tus últimos momentos de vida, para sentir que viviste bien y estás dejando una bella vida.
Pero cuando tú te la intentas quitar, pasa otra cosa.
La euforia.... Había tenido una discusión tan fuerte con Madison, sabía que ella no volvería, sabía que ella se había ido y no volvería más, me dejaría solo, pensé que mi vida se quedaba sin sentido, así que quise tener una muerte indolora.
Me empastille.
Estaba tirado en el suelo, había perdido la consciencia.
Sabía que solo había un fin para esto y era claro que solo pasaría si yo lo permitía, podía sentir como mi corazón dejaba de latir y como mis pulmones dejaban de pedir aire, mi mirada ya estaba oscura, pero ahí fue cuando llegó la euforia.
Aquella forma desesperada de tu cerebro de hacerte entrar en razón, en enseñarte todos aquellos momentos dónde disfrutaste vivir, cuando te caiste y te raspaste de pequeño, el sentir dolor.
Cuando llovía y le temias a las tormentas, el sentir miedo.
Cuando mirabas a alguien sufrir y te ofreciste como pañuelo de lágrimas, la compasión.
Cuando algo no salía como querías y te molestaba, el enojo.
Todo aquel razgo que nos hace sentir vivos, no solo él respirar, si no todo aquello que nos completa, el porqué deberíamos seguir viviendo, el porqué era agradable seguir aquí y el porqué debía seguir viviendo.
Pero... Cuando estés leyendo esto, es porque mi padre me habrá matado, lo he visto rondear en la oscuridad, he captado todas sus amenazas, sé perfectamente, que pronto estaré enterrado seis metros bajo tierra y todo será gracias a mi padre."

Jimin tenía razón, estamos en el paraíso, paraíso cuyo cielo era color del mismo infierno. — pensó al terminar de leer aquellas notas del demonio.

Tomo el cuerpo sin vida de su amado novio, para poder juntar y besar amargamente los labios de su enamorado y dulce Jimin.

La forma en la que Yoongi había idealizado al pelirrosa era en forma platónica, sabía que su amor había florecido como algo bello y delicado, no podía exponerse a este tipo de acontecimientos, aunque sabía que nada ni nadie podría separarlos de su "juntos para siempre eternamente"

Penso para acto seguido, tomar  la calibre veintidós, la cual la boca del arma, estaba literalmente metida en eso, en la boca de Min Yoongi.
Escucho como las sirenas de la policía parecían percibirse desde lo lejos, al parecer por fin vendrían a salvarlos, vendrían a salvar a tres cuerpos sin vida...

No lo pensó dos veces y jalo el gatillo.

Aquel efecto placebo que recibiria por sus pastillas nunca llegó, en realidad fue el joven pelirrosa el cual se encargó de alegrarle sus cielos, la vida se había encargado de juntarlo, como una serendipia, así que ni la misma muerte podría separar el vínculo que nosotros creamos y nosotros íbamos a proteger.







El viento era suave, podía sentir como es que este corría y pegaba con sus mejillas, también movía un poco sus oscuros cabellos.
Con sus pálidas manos se los cubría, pues no había pasado horas arreglandoselo para que el viento lo despeinar.
Miraba con emoción su reloj de pulcera, estaba feliz, casi se acercaba la gran hora, el momento más deseado y estaba feliz por ello, porque sabía que en pocos minutos, sería el chico más feliz del mundo, anteriormente mirar su reloj sería una tortura, sabría que su ansiedad comenzaría a apoderarse de su cuerpo, su respiración, comenzaría a sudar y lo haría tener taquicardia.

Veía con admiración, como el aire seguía soplando, las hojas de aquellos árboles de Sakura caían al verdoso pasto decorándolo de hermosos colores rosados, una combinación tan primaveral y muy romántica, perfecta para esta gran ocasión.

Cerro los ojos y sonrió, se sentía tan bien, hace muchísimo tiempo que esa sensación no la había tenido y sabía que apartir de hoy todos sus momentos serían así de reconfortantes, no habría ningún impedimento de ser feliz.

El pelinegro abrió los ojos al sentir una mano sobre su hombro, lo que hizo que saliera de sus pensamientos y prestará atención.
Miro de reojo, era un señor de la tercera edad vestido elegante, al parecer ya no faltaría mucho,  en poco tiempo sería la gran hora.

— ¿Lo asusté joven Min? — el anciano canoso cuestionó preocupado.

— No, solo estaba pensando en algunas cosas — contesto sereno.

— ¿Está listo?

— ahora sí, me siento tan pleno y feliz — sonrió calmado

— sé que hay algo que lo angustia un poco, lo puedo sentir — dibagaba por el rostro del pelinegro.

— Oh — su cálida mirada posó sobre las copas de los árboles de Sakura, era verdad, había algo que lo tenía un poco intranquilo — no es que me preocupe — respondió después de unos segundos

— ¿Podría saber que es? ¿Tal vez lo pueda ayudar? — cuestionó intentándolo concentir.

— no es nada, solo me hubiera gustado que mi amigo de la preparatoria hubiera estado aquí Kook también, le agarre cariño — miraba melancólico al mayor.

— es entendible tu nostalgia hacia tus amigos, todos extrañamos a alguien que ya no hemos visto, pero estoy seguro que ellos estarían feliz de estar hoy aquí contigo, a ellos los llevas aquí — poso su mano en el pecho de Min

— eso me hace sentir mejor — hizo una pequeña sonrisa. — cuando los vuelva a ver les contaré todo lo que ha pasado, estarán felices.

El señor solo miraba como Yoongi volvía a sentirse mejor, sus ojos cristalinos habían desaparecido, solo parecía que había felicidad en aquella hermosa cara, podía creer que estaba siendo tan feliz y tan pleno, observaba sus ojos, como estos miraban todos los alrededores, disfrutando del bello paisaje y el bello tiempo.

— por cierto, le traje esto — hablo el mayor entregándole una pequeña caja al pelinegro

— ¿Qué es esto? — miro con sorpresa tomando la pequeña caja café con un moño negro.

— es algo que necesitará de urgencia en estos momentos — contesto a su interrogante sin despegar la mirada al paisaje.

El pelinegro solo sonrió una linda sensación por aquel detalle, no sabía que era lo que se encontraba en el interior de la caja, pero le hacía ilusión como es que alguien más se preocupo por él.
Sin más rodeos desató el lazo negro que sostenía la caja, con su mano izquierda sostenía la base de madera, con su mano derecha comenzaba a abrir esta.
Su cara se iluminó al ver que dentro de esta se encontraba una hermosa corbata de color Azul.

— Lo había olvidado por completo, muchas gracias por este obsequio — hizo una reverencia ante el mayor.

— no tiene nada que agradecer, el color azul convinará con su esmoquin Gris — Modestamente termino la conversación

— ¿podría ayudarme a colocar la corbata? — Cuestionó tímido

— por su puesto.

El anciano tomo la corbata y la cruzo por el pelinegro, el cual era más alto que él, pero aún así podría ayudarlo

— ¿tú padre nunca te enseño a como se ponía una corbata? — hizo un nudo en la parte más alta de esta con cuidado jalo el extremo.

— mi padre no me enseñó muchas cosas...

— ya está, cuando necesites ayuda en colocarla, puedes llamarme. — respondió para después dar media vuelta y comenzar a caminar

Min miro como es que este se empezaba a marchar

— ¡Oiga! ¿a dónde va? — exclamó viendo cómo es que el mayor caminaba a lo lejos

— todos tenemos que caminar, todos caminamos ¡Nos veremos después! ¡no querrás que se te haga tarde para tu boda! — pronunció desde lejos.

— ¿Mi boda? — pensó en voz alta

Claro, hoy era tu gran día, hoy te convertirás en el hombre más feliz de todo el mundo, era lo que estabas esperando con muchísimas ganas en todo este tiempo ¿No lo recordabas?

El pelinegro miró como es que al fondo del lugar se encontraba un arco nupsial, decorado con hermosas flores blancas y muchas hojas verdes.
Camino hasta allí, se apretó más su corbata y se peino el cabello hacia tras, pues gracias al aire estaba un poco despeinado.
Miro una vez más la bella vista, como algunos pétalos caían, como si estuvieran lloviendo, veía que era brillante, en serio, estaba enamorado de aquellas dulces vistas, eran tan hermosas, pero en ese instante miro algo, aún más hermoso de lo que estaba admirando unos segundos.

Observó como es que un bello y apuesto chico comenzó a verse a lo lejos, avanzaba rápido, notaba como es que este cada vez era más magnífico, lucía tan bello con su esmoquin color azul y su elegante corbata Gris.
De solo verse de frente a frente, ambos corrieron hasta tenerse entre sus brazos.

Ese precioso rostro, el cual estaba adornado con aquellos luceros que tenía por ojos, esas hermosas manzanas que siempre se tornaban color carmín, todo el era un poema escrito, tan adorable y meloso, era una obra de arte, pues la podrías admirar por horas y jamás podrías acabar de entender como es que en aquel bello ser puede existir tanta belleza, tal que al querer explicarlo, no podrías por qué no habría suficientes abjetivos para terminar de describirlo. Él era tan hermoso, parecía ser primavera, por qué  su alma es tan cálida y alegre, los rayos del sol reflejaban su bella sonrisa de felicidad al iluminar su hermosa cara y mirarla sin cansarte, pues es imposible dejar de admirarte, no podría siquiera parpadear teniéndote enfrente, eres más que simple arte, Tú, hermosos chico de uno setenta y cuatro, verte reír, verte leyendo,  escuchar tus risas contagiosas, el jugar con tus manitas, todo aquello, convertiria en una pieza de vals, la cual siempre me gustaría bailar,  simplemente, es lo más bello del mundo, por esto y mucho más, sé que todo esto que siento, es amor, amor por el chico de cabello rosado, mirada cálida y mejillas sonrojadas, pues no es mentira que Park Jimin se robó mi atención y no es culpable porque tiene toda la razón, ser todo aquello y el dueño de mi corazón.

— hey — sonrió de oreja a oreja mirándolo con ojos de amor

— hey — le respondió el mayor tan sonriente al mismo tiempo

El par dió cuatro pasos más, estando más cerca de lo que se encontraban hace unos segundos, los metros que los separaban ahora solo eran unos centímetros, no lo pensaron más, el menor tomo la iniciativa y paso ambos brazos al rededor del cuello de Min, juntando sus cuerpos y aferrándose en el contrario, el pelinegro al ver el acto de su amado y dulce niño, cruzo sus ambos brazos al rededor de la cintura del cuerpo que tenía justo pegado en el de él, oculto su cabeza en el hueco que había entre el cuello y el hombro del contrario, respiró profundo la cítrica fragancia de Jimin, eso lo hizo sentir tan seguro, Jimin era su lugar seguro, era el lugar dónde sabía que jamás sería juzgado y siempre recibiría amor y sería entendido, podía sentir como el corazón del menor latía a mil por hora, podría creer que iba más allá que la velocidad de la luz sin importar los parámetros que dividían la misma física, ambos sabían que era lo que querían, y lo querían ahora.
El castaño se separó unos cuantos centímetros más sin soltarse, sin más  pensarlo dos veces, depósito un voraz beso, plantó sus rosados labios en los gruesos labios de su futuro esposo, este solo seguía los movimientos que el contrario hacia, la lucha que hacían sus lenguas en su cavidad bucal hacían que se tensarse al mismo tiempo, el agarre que se tenía el uno y el otro comenzaba a recorrer ambos cuerpos, de un momento las manos de Jimin acariciaban y jugaban con los cabellos oscuros de Min, pero luego, estás se encontraban abrazando al mayor por la cintura, mientras que el contrario subía sus manos para poder agarrar las mejillas de su novio y controlar aquel hambriento y lujurioso beso, claro, sin olvidar la pasión de lado.
Por otro lado, Yoongi seguía conciente que estaba en un lugar público, así que intento apaciguar el beso, aún que no había nadie cerca, no querían que pasará nada más, claro, hoy sería su gran noche, sus almas serían una sola en una misma casa y una misma habitación y cama.
Ambos terminaron dándose un pequeño y cálido besito en los labios y se reincorporaron en su anterior lugar, Jimin se acomodaba su corbata y Yoongi se peinaba su cabello.
El par se miro tímidamente y comenzaron a reír al mismo tiempo por todo lo que había ocurrido justo ese momento, Min solo le alzaba las cejas y daba sonrisas coquetas, esto hacia que el pelirrosa se emocionará y riera a carcajadas, ambos sabían que era lo que estaban deseando en ese momento, o eso era lo que creía.

Min pensaba en todo lo que podía suceder una vez estando disfrutando de su luna de miel, ya que ambos añoraban tener un momento a solas y privado, le gustaba pensar en el que tanto harían viviendo solos.

Park pensaba una y otra vez que pasaría esa noche estando en su habitación de hotel seguramente en malta o alguna ciudad de Europa, le gustaba fantasear en que en un futuro podrían adoptar un gatito o Perritos, también en que su novio era adorable haciendo esas coquetas caras.

Tocaron pasto una vez que la dulce y melodiosa voz de Elvis se empezó a escuchar de fondo con i can't help falling in love with you, al parecer ¿Ya era hora?

— ¿Estás listo? — cuestionó risueño

— solo estoy un poco nervioso — miro al suelo, no quería tensarse

— yo tengo muchas ganas de por fin unir mi vida a la tuya. — tomo las manos de su amado novio.

— ¿Sabes que hoy luces hermoso? — cuestionó Min casi rozando sus labios con los de su pareja.

— no podemos volver a besarnos si no estamos bajo el arco nupcial  — sonrió coqueto en los labios del pelinegro por obvias razones.

Miro a su alrededor como es que a tan solo unos pasos estaba aquella decoración nupsial, la cual no recordaban haber contratado o comprado, pero aún así, estaban tan felices, una hermosa alfombra Blanca con los pétalos de las flores de Sakura que caían de los árboles, una gran fila con banquitos cafés para los invitados y una larga mesa de postres dónde estaba un gran pastel de color blanco de tres pisos, tenía textura de rombos y en cada vértice una perla blanca, también estaba decorado en la copa del pastel con unas hermosas Dalias rojas.

— ¿Ya es hora? — musito cuestionando el menor.

— no puedo esperar un minuto más sin besarte, no tardemos más — se separó para después extenderle la mano, indicando que lo acompañará para por fin estar juntos para siempre.

— espera... — se quedó en silencio unos segundos, parecía que estaba esperando a alguien.

Yoongi lo miro un poco confundido, pues el sabía que no habían invitado a nadie a la boda, al menos no lo recordaba así, solo eran ellos dos, unirse para toda la vida y nadie los separe, ni la misma eternidad.

— Yoongi... — volteo a ver los ojos del nombrado, con su mano dió unos pasos hacia atrás

En este mismo instante parecía que la ansiedad regresaría al cuerpo de Min ¿Que ocurría?

Su mirada se perdió hacia el lado izquierda del parque, buscaba a alguien con su mirada, se notaba un tanto preocupado, pues su rostro estaba tenso, hasta que poso su mirada en algo más y una sonrisa se apareció en su rostro.

Min un tanto extrañado solo ladeo su cabeza esperando a que era lo que Jimin quería mostrarle

Jimin poso su mirada ahora en su futuro esposo y le regaló una cálida sonrisa de oreja a oreja, extendió su mano, dandole entender que quería presentarle o enseñarle a algo a Min, pues el pelirrosa le estaba dando paso a alguien más,

pudo observar a una mujer castaña un poco más joven que ellos acercarse.

— cielo, te quiero presentar a mi madre, a la que tanto querías conocer. — Jimin solo sonrió de oreja a oreja.

I can't help falling in love with you.

Después de todo, todos nacimos para morir
¿No?


Fin.





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