Después de navegar un tiempo, y ya con la mente más clara; Ace se da cuenta de lo ridícula que es la situación.
Luffy, un impostor. De él. Por más que le daba vueltas no lo entiende. A parte de tener el cabello del mismo color y ser tachados de idiotas por Dadan, no hay nada que tengan en común. Además, Ace es mayor, ¿cómo pudieron confundirlo con un humano tan diminuto como Luffy? ¿Qué paso para que llegaran a esa conclusión? ¿Cómo los engaño si es tan malo mintiendo?
Ace niega con la cabeza.
—Deben ser todos idiotas.
Ace lleva alrededor de dos semanas navegando por el East Blue en su pequeño bote. Él ha visitado unas islas por un periodo muy corto de tiempo buscando desde la mañana hasta la madrugada sin dormir, siempre insistiendo a cualquier persona si había visto a su pequeño hermanito. Eso mismo ha logrado que un nuevo rasgo se produzca en Ace: Unas grandes y profundas ojeras negras debajo de sus ojos. Aun así, el pecoso se negaba a asumir que era realmente un problema, "dormir es para débiles" había replicado a las personas que se preocuparon por su falta de sueño.
A la distancia alcanza a ver un barco rosa con una bandera pirata de calavera con corazón. Un olor agradable llega a sus fosas nasales, provocando que su estómago gruña. Ace da unas palmaditas a su abdomen plano y musculoso, y suspira.
En cuestión de minutos Ace nada hasta el barco, se infiltra entre ellos comiendo como se le venga en gana y cuando finalmente lo descubren, empieza una pelea con toda la tripulación, saliendo victorioso. Cuando la robusta mujer aparece, lo amenaza y empieza a alabarse a sí misma como la más grande y hermosa pirata en el mundo, Ace no la escucha y en cuestión de segundos la somete boca abajo sobre el piso, terminando sentado sobre su cuerpo ejerciendo una fuerte presión.
—¡Maldito mocoso! ¿Cómo te atreves a hacerle esto a la gran Alvida?! ¡¿Quién eres?! ¡Déjame ir! —Los demás piratas lo rodean con nerviosismo, sin saber si deberían atacar, sabiendo que los podrían derribar nuevamente—¿Qué hacen subordinados inútiles? ¡Aléjenlo de mí!
Ace la ve con aburrimiento y da otro sorbo a la botella de sake. Luego saca un cartel de su bolsillo y se lo pone en la cara de la mujer.
—¿Sabes algo de él?
Alvida ve el cartel y bufa con molestia.
—Ese pequeño mocoso ¿Cómo se atreve a tener una recompensa más alta que la mía? ¡Imperdonable!
Ace ignora eso y cambia levemente su expresión a una de interés.
—Entonces, ¿si lo has visto?
—No, si lo hubiera hecho lo hubiera matado yo misma. ¿Eso es lo que eres? ¿Un cazarecompenzas? ¿Por qué solo lo buscas a él? ¡Yo también tengo una recompensa!
Ace gruñe e insiste colocando la recompensa en su cara.
—Algo, lo que sea que puedas saber de él, lo necesito con urgencia. Habla.
—¡Que no se nada! ¡Déjame en paz!
Ace gruñe más fuerte.
—Hummm, disculpe —habla uno de los subordinados de Alvida con timidez— He escuchado algo sobre ese chico, pero no estoy seguro si le sea de mucha ayuda —Ace traga duro, por fin una pista. Su postura atenta y expresión algo desesperada le dio pie a continuar—. Escuche a unos comerciantes hablar sobre él en la última isla que fuimos. Ese chico estuvo en Loguetown y huyo, también hablaron de la posibilidad de que haya ido a Grand Line.
Ace cierra los ojos con fuerza y aprieta sus manos, que descansaban en su regazo.
—Qué demonios, Luffy —murmura.
Mierda, solo te alejas más y más.
Luffy camina de un lado a otro agarrándose el mentón.
Está bien, Luffy tiene vasta experiencia en ser comido por animales más grandes que él, aunque este en particular supere en tamaño todo lugar en el que ha estado, no debería ser muy diferente, así que había optado por salir dando golpes o quizá romper sus dientes, pero sus puños no funcionaron y no pudo encontrar el camino a la boca.
Así que... ¿Qué debería hacer?
Su cara empieza a arder, todo da vueltas y cae de espaldas.
Pensar demasiado te hará daño, le diría Ace.
Luffy hace una mueca y suspira.
Esperará un poco más a ver qué pasa.
Su estómago gruñe. Mira alrededor a ver si queda algo de pescado, no es su comida favorita en estos momentos, pero no le dirá que no a la comida. Sin embargo, para su desgracia, no encuentra nada.
—¡Hey! —Luffy patea una pared de carne— ¡Tengo hambre! —exige— ¡Come algo para que pueda comer, sino lo haces, te comeré!
Luffy se sienta a esperar que haga lo que dijo; se queda allí varios segundos, entonces una idea llega a su mente.
—Oh, cierto, es como un pez —Luffy ve nuevamente la pared de carne y sonríe.
Un barco de pesca de tamaño promedio se balancea sobre las olas. Últimamente el capitán del barco había decidido aventurarse un poco y probar suerte en aguas profundas con la esperanza de tener una mejor pesca, era casi un suicido, pero estaban desesperados, la pesca no era buena y tenían que alimentar a sus familias.
Uno de los pescadores nota un movimiento extraño en el agua a poca distancia del barco, frunce el ceño y se inclina levemente para ver mejor. De repente la silueta de algo realmente grande se hace mayor a la velocidad que sube. Se trataba de un pez un poco más grande que el barco, el pobre se retorcía extrañamente, como si sufriera. Todos los pescadores se acercaron a la barandilla con expresiones de asombro, sus ojos se ampliaron más cuando vieron como algo salía de un lado del pez, luego un brazo se estiro hacia la barandilla a un lado de ellos y se retrajo hasta que un pequeño hombre se paró en donde había estado la mano con anterioridad.
—¡Que suerte! —ríe— Hola, soy Luffy, llévenme a una isla, por favor.
Entonces, sin esperar confirmación pasa entre ellos y empieza a explorar el barco.
El capitán pasa sus ojos del pez muerto a Luffy por varios momentos, hasta que finalmente lo mira con claro interés.
—¿Quieres ser pescador?
Marco ha notado un pequeño cambio en el Moby Dick. Unas risitas discretas, conversaciones entusiastas sobre tal recompensa. Algunos limpiaban la cubierta, hasta el punto del que Marco casi se resbala tres veces esta mañana. Marco podría enumerar todas las cosas raras que había notado hasta el momento y la lista parecía interminable. Su tripulación se veía notablemente entusiasmada por la futura presencia del chico de la recompensa, porque es un hecho; Marco conoce lo suficiente a Oyaji para saber lo terco que es, en el peor de los casos tendrían que secuestrarlo por su bien.
Le hablo de eso a Oyaji y el mencionado solo rio profundamente.
Marco se trasladó a la cocina y se sentó en una silla, viendo a Thatch maniobrar los utensilios de cocina como si fueran una extensión de sus brazos. Thatch tarareaba y ocasionalmente se detenía unos segundos para suspirar soñadoramente y seguir.
Marco niega, puede imaginar lo que está pensando.
—¿Por qué están tan animados por ese muchacho? —dice— Quiero decir, es genial que se vaya a unir, pero creo que están exagerando, yoi.
Thatch deja caer una cuchara y se voltea indignado.
—¿Te escuchas, Marco? ¡No hemos tenido un nuevo hermano pequeño en años! ¡Míralo! —puso el cartel de recompensa en su cara— ¡Es adorable!
—Estás loco, yoi.
—Los amo a todos ustedes, puñado de idiotas, pero en lo personal necesito una nueva cara que consentir. —Thatch ve el cartel y sonríe— Parece un buen chico. Cuidamos de la familia, y el pronto lo será —asiente alegre y continua su labor.
Marco no vuelve a tocar el tema, pasan el tiempo hablando de cosas banales y lo regaña un poco por escapar de hacer la limpieza la semana pasada, y luego de un tiempo más, se retira.
En la cubierta del barco escucha una risa acercándose, al voltear encuentra a Izo.
—Nos escuchaste, yoi.
—Déjalo ser. La mayoría de nuestros hermanos son muy mayores. Haruta es maduro para su edad, no quiere que lo traten como un niño, anhela ser hermano mayor. Siempre hemos querido otro hermano menor.
—Talvez a él tampoco le guste que lo traten como un niño, yoi.
Izo se encoje de hombros.
—Ya veremos.
Tres días después, en las primeras horas de la mañana, Luffy camina alegremente entre las calles de la ciudad de cierta isla.
Al final no había sido tan difícil que los pescadores-osan abandonaran la idea de hacer de él un pescador. Bueno, en realidad Luffy no entendió del todo lo que paso, pero sus ánimos pudieron haber decaído cuando lo vieron comer, sus robos constantes de comida, su bullicio, además de caer varias veces al mar; si, esa pudo haber sido la razón. Luffy le restó importancia, solo se despidió con un "Nos vemos" y se fue ignorando sus gritos e insultos para que no volviera, aunque realmente no debería ser tomado enserio considerando que algunos lloraron un poco, algo encariñados con el mocoso.
Luffy está emocionado de estar en una nueva isla, no sabe su nombre, pero pudo identificar el clima otoñal. Recuerda como en estas temporadas solía lanzarse en grandes montones de hojas secas, como tiraba del brazo de Ace y lo animaba a jugar a pesar de sus quejas por ser mayor, y que por cierto siempre terminaba cediendo a las demandas de Luffy. En el camino de árboles y hojas que recorrió hace poco para llegar al pueblo, había saltado hacia los montones de hojas que había encontrado, y se había divertido, pero un extraño sentimiento no dejaba de carcomerle. Como si fuera una nube de malos pensamientos, Luffy lo agito con sus manos y se emprendió a su muy conocida búsqueda de comida y cosas raras. Al principio había creído que tendría que casar para comer, pero tan buena como es su nariz, detecto rápidamente una fuente de comida deliciosa y caliente, y se concentró en su búsqueda.
Luffy se detiene en seco al llegar a un bar, olfatea una vez más, sus labios babean y sin más demoras entra como si el lugar le perteneciese, todas las conversaciones paran, varios pares de ojos, unos más sobrios que otros, lo miran fijamente mientras pasa entre ellos hasta sentarse en el taburete de la meseta, entonces las conversaciones continúan, siendo susurros en vez de la gran bulla que había escuchado con anterioridad.
—¡Osan, comida! —exige Luffy. El hombre entrecierra los ojos ante su falta de educación y murmura sobre mocosos groseros— ¡Comida! ¡Comida! ¡Comida! —sonríe Luffy con anticipación, dando palmadas fuertes sobre la meseta.
—¡Deja de gritar, ya te escuché, mocoso! —lo regaña, al poco tiempo Luffy tiene cinco platos y de inmediato empieza a comer.
Isla Morat, en ataño era conocida como cede principal de cazarecompenzas del Paraíso. Los piratas y forajidos evitaban la isla como si fuera la peste, se decía que, si ese tipo de personas llegaran allí, solo tenían la opción de morir, para entregar su cabeza a la marine, o su entrega inmediata a Impel Down. Sin embargo, hace unos años la población se fue reduciendo por la aparición de Baroque Works. Los cazarecompenzas que aun residían y usaban la isla como cede principal, eran aquellos que se oponían a la unión con esa organización.
Y son las mismas personas que ven al supuesto Ace comer delante de sus ojos.
—Ese es Ace.
—Se ve algo pequeño.
—Así se ven 85 millones.
—Ace será nuestro.
—No, yo lo atrapare primero.
—Ace, ese niño jamás debió existir, le haremos un favor al mundo.
—Su sola existencia es un crimen.
—No merece vivir.
En cuestión de segundos, el adolescente se abalanza sobre la última persona que había mencionado las últimas palabras. Su rostro ensombrecido, sus manos agarrando fuertemente la camisa. Los cazarecompenzas lo rodearon algo asombrados por el ataque inesperado. El chico no pareció ni un poco asustado por la diferencia de números, toda su atención estaba en el hombre que agarraba. El hombre trago duro, algo simplemente no encajaba con la primera impresión que tenía al ver la recompensa, la diferencia se notó aún más, cuando el chico alzo la mirada y lo vio directamente a los ojos, ahora no había ningún gesto infantil, ni mucho menos la sonrisa; su rostro está totalmente serio y decidido, de alguna manera reprochando todo lo que se dijo. Entonces desvía la mirada unos segundos, aprieta sus labios, como si estuviera recordando algo y lo vuelve a ver con clara molestia.
—¡Ace, merece vivir! —grita fuerte y claro.
Los cazarecompensas bajan levemente sus armas, aturdidos y solo un poco temerosos.
Luffy mira alrededor, de repente dándose cuenta de su situación. Antes de irse mete toda la comida que encuentra en las mesas en su boca y se hecha a correr.
—¡Gaffia dod omiba, ofan! (Gracias por la comida, osan) —intenta decir mientras se va.
Los cazarecompensas salen de su letargo y lo persiguen.
A pocos minutos de perder a los cazarecompenzas, Luffy aun corre con destino al muelle. Las circunstancias impiden que pueda quedarse más tiempo en la isla, tiene que irse ahora.
Ser un forajido es algo emocionante, pero no está contento de abandonar las islas tan pronto, impide que explore como le gustaría, no se siente bien.
Luffy decide que cuando sea pirata, se quedara más tiempo en las islas, no irse hasta tener una gran fiesta con sus nakamas.
Llegando al muelle, trota mientras busca un barco donde zarpar, a la distancia ve un barco grande, y sin pensar corre hacia esa dirección, al minimizar la distancia nota las grandes velas y una bandera negra con calavera.
Piratas.
Su atención se desvía al escuchar un fuerte chillido.
Debajo del barco hay un gran grupo de personas vestidas de manera extraña, trajes pintorescos y extravagantes, y entre todos ellos, quien resaltó por el chillido antes oído, está un payaso con nariz grande y roja.
El payaso lo mira y llora.
Luffy detiene su carrera y lo mira fijamente sin entender el llanto.
—¡Sobrino!
Luffy parpadea.
—¿He?
*Pide presión para actualizar.*
Le dan presión, pero no actualiza por mas de un mes.
Mejor no digo mas, que solo dejan de creer en mi.
Pero es que me puse al día con una novela y estoy full, todos los días, a la misma hora, ansiando el nuevo cap, y bueno, hoy no hay cap, por ser feriado y pensé en ustedes, además que me faltaba poco para terminar y se pudo para la madrugada, gente.
No se si eso de la presión funciona conmigo, pensé que si, pero puede que no, no se, así que si quieren háganlo, o si quieren no.
Realmente espero que les haya gustado, batalle mucho con ciertas partes. 😔
Procedo a volver a desaparecer hasta nueva actualización aquí u otra historia, que ojala sea pronto.
AAAAAAAAH
¡Casi lo olvido!
¡Con esto seguramente llegamos a 10 000 visitas!
Muchas gracias por seguir la historia de una irresponsable como yo 🤧
¡Estoy muy feliz!
¡Los quiero! 💖💞💓
Ahora, si.
Hasta la próxima. 💃💖