Mi cuerpo se heló, los vellos de mis brazos se erizaron y mi corazón se detuvo, tenía una sola opción, correr por mi vida, miro hacia ambos lados y no hay muchas personas pero si las suficientes como para ayudarme, suspiro con un poco de alivio al saber que estamos en publico pero eso todavía no significa que este a salvo, guardo mi celular en el bolsillo del jean.
-Cameron- me levanto del banco y me giro para tenerlo cara a cara.
-Alice, amor, he estado yendo a rehabilitación, ya estoy bien- la locura brillaba en sus ojos, este no era su mejor momento.
-Me alegro mucho- trataba de evitar el tema y si algo aprendí es que si no quiero hacer enojar a Cameron solo tengo que hacer y decir lo que el dice o espera.
El se acerco con un paso y me tomo en sus brazos, su abrazo era tan fuerte que sentía que en cualquier momento explotaría. Sus manos apretaban mi cintura con todas sus fuerzas.
-Te extrañe tanto amor, pero me haz engañado todo este tiempo con Seymour, con un viejo - su agarre era mas fuerte - dime ¿lo hace mejor que yo?. Tu eres mía, de nadie mas, siempre será así-
-Cameron, suéltame-susurre.
Pero el no me escucho, solo me apretaba mas fuerte, aspiro con fuerzas el aroma de mi cabello.
-Aunque te hecho de menos, tu cuerpo, tus curvas, tu sonrisa, lo otro lo podemos solucionar de alguna manera-
Mi cuerpo comenzó a temblar y el miedo se empezó a apoderar de mi, sabia que esto no estaba bien, quería salir corriendo de allí lo antes posible.
-Me estas lastimando-
-¿Y sabes lo que a mi me lastimo? Que me engañaras con otro, lo único que te importa es el dinero, no sirves para nada, eres una estúpida, ahora mismo tengo un gran problema en el juzgado por culpa de ese Seymour-
-Amor ¿porqué mejor no me besas?- tenia que buscar su punto débil, su desconcierto era notable pero de inmediato sus labios estaban sobre los míos, salvajes, sin pasión, solo dolor, no como los de Steven.
Tomo un gran impulso y lo alejo de mi, sin dudarlo empiezo a correr, sin importarme si grito de furia, corrí por la senda colina arriba. Este es un parque al cual nosotros solíamos venir cuando recién habíamos comenzado a salir, por la noche todo se llenaba de luciérnagas y sin duda era un lugar muy romántico y concurrido por jóvenes parejas.
Miro por encima de mi hombro y veo como el corre detrás de mi, aunque tengo bastante ventaja, corro con todas mis fuerzas ahora colina abajo, estoy por llegar al final de parque cuando el me toma por la cintura, lucho con todas mis fuerzas pero el es mucho mas fuerte que yo, seguí poniendo resistencia hasta que siento algo duro y frió en mi espalda.
-Camina o disparo- susurró sobre mi oído y luego me dio un asqueroso beso en mi cuello.
Me puse rígida y comencé a caminar por donde el me indicaba, las lagrimas corrían por mis mejillas, antes no me hubiera importado morir pero ahora sabia cuanto sufre mi mama o incluso ahora formo parte de la vida de Alec.
Pude distinguir un auto plateado a la distancia. Cameron dijo algo sobre que era nuevo y ahora seria nuestro, pero no lo escuche, solo me concentraba en la pistola que hacía presión sobre mi cintura.
Al llegar me indico que subiera en la parte de atrás y lo hice ¿que otra opción tengo? moriré de todos modos.
Aunque ahora mismo estoy optando por la muerte mas dolorosa.
Me acomodo en el asiento de cuero y miro para todos lados, nadie se encuentra en ningún lado, por un lado era algo bueno ya que nadie saldría lastimado si Cameron intenta disparar.
-Dame tus manos- su tono era firme, al estirarlas el las tomo y saco unas esposas de su bolsillo, me sorprendí al no haberme dado cuenta antes. Me las coloco en ambas muñecas y luego me deposito un beso en mi boca, tenía ganas de vomitar.
-¿Ves bebe? Ya no te dejo inconsciente con un golpe, ahora uso esposas-dijo en broma pero a mi no me causo gracia.
El mira la desolada calle y luego sonríe, satisfecho con el mismo, se abalanza sobre mi y comienza a besar y morder con brusquedad mi cuello luego cierra la puerta y a los segundos se encuentra en el asiento delantero conduciendo a toda velocidad.
Me concentro en respirar, ahora mismo es algo muy difícil, el se desvía de la avenida principal y toma un atajo y luego otro, me siento mareada a causa de las tantas vueltas que da y por el punzante dolor en mi cuello.
Hasta que toma la carretera.
-Cielo, he conseguido una hermosa cabaña para los dos-
No pude responder solo sollozar.
-Cameron esto no es necesario, ya no estamos juntos, debes entenderlo, por favor da la vuelta-
-¡No! ¡Sigues siendo una maldita estúpida que no entiende nada! ¡Nosotros vamos a estar juntos siempre!-
Me encojo en mi asiento y me arrepiento de haberle hecho caso, hubiera sido mejor que me pegara un tiro pero luego pienso en mi madre y siento esperanza, un motivo por el cual luchar.
De pronto puedo sentir un choque de la parte trasera. Cameron mira por el espejo retrovisor y acelera.
-¡Maldita sea! ¡Maldita sea!-
El deja una mano en el volante y con la otra busca a tientas su pistola, la prepara pero ya es tarde, siento unos tiros, uno tras otro hasta que de pronto el auto se desvía y sale disparado hacia el costado de la carretera, no se que paso, solo se que estamos dando muchas vueltas y no puedo saber con exactitud todo los dolores que siento en cada parte de mi cuerpo, me abrazo a mi misma y pienso que todavía estoy viva hasta que el auto se queda parado en su posición inicial, por suerte no se quedo volteado sino se me hubiera hecho imposible salir, vi sangre por todos lados, sabia que era mía, pero de todos modos empuje la destrozada puerta e hice varias muecas al tratar de moverme pero lo conseguí.
Casi caigo al pisar el suelo pero con lagrimas de dolor trato de correr pero lo único que consigo es un caminar lento, arrastrando mi pierna, la miro y veo un gran cristal clavado en el, estoy perdiendo mucha sangre y siento como mi cuerpo se consume, no se si tengo alucinaciones pero tres coches paran delante de mi, bajan varias personas pero no las logro ver con claridad y sus voces son un poco lejanas. Cuando alguien trata de acercarse a mi, yo solo retrocedo asustada y aturdida y caigo de espaldas, el cristal choco contra el suelo y se clavo mas profundamente en mi pierna, grito, el dolor es insoportable.
-Alice, lo siento mucho yo no pensé que..-
Miro hacia arriba y veo ahora con mas claridad a Adam pero alguien lo empuja con todas sus fuerzas y lo hace retroceder, Steven, es el, miro su rostro confundida y puedo ver desesperación en el, se agacha hasta estar a mi altura y toma mi rostro entre sus manos.
-¿Estas bien? Mierda, es obvio que estas mal, pero ¿me escuchas? ¿estas consciente?-
Estoy tan aturdida que no respondo y el comienza a maldecir.
-Estoy bien, solo es mi pierna-
El baja su mirada hacia mi pierna y puedo ver como su cara se transforma de desesperación a horror, inmediatamente me toma en sus brazos y corre hacia uno de los autos, la sangre sale sin control y cada vez me siento mas débil.
-¡Comienza a conducir, tenemos que largarnos!-
Sea quien sea el conductor entendió bien, ya que comenzó a conducir a la velocidad máxima.
-Alice necesito sacar el cristal, ¿de acuerdo?-
Asiento con la cabeza y el baja sus manos hacia mi pierna, toma el cristal y lo saca poco a poco, aprieto mis labios hasta el punto de sentir el gusto a sangre y en el instante que el logra sacarlo no aguanto mas y grito, el sigue maldiciendo, se arranca la manga de su camisa blanca y la ata con mucha fuerza alrededor de la herida.
-Esto detendrá la hemorragia hasta que lleguemos al hospital-
No respondí solo me quede observando mis manos ensangrentadas
-Cuando di la orden de disparar en las llantas no pensé que pasaría ese accidente, cuando vi que el auto volcó pensé que era el final- susurró y tomo una de mis manos pero la aleje al instante, pude sentir su pesado respirar.
-No es necesario que hablemos ahora, si prefieres hablar cuando todo haya pasado, esta bien-
-¿Y que pasa si no quiero hablar contigo?- digo con lagrimas en los ojos, simplemente pensé que podía empezar nuevamente y el esta aquí, frente a mi, salvándome de Cameron por segunda vez. - No podré sopórtalo otra vez Steven, solo déjame- al decir la ultima frase levante la mirada y me quede mirándolo fija - Maldita sea, hace apenas unos días todo había acabado, no quiero comenzar de nuevo con la misma tortura, te aseguro que no me maltrataras físicamente pero me maltratas psicológicamente, mi mente no aguantara mucho mas- me obligue a callar cuando sentí que todo el dolor de mi cuerpo desapareció, era como si de pronto me encontrara en una cómoda cama hecha de pluma, es como si estuviera cansada luego de una larga caminata y solo quisiera dormir.
-Alice ¿estas bien?- dijo con tono preocupado.
Simplemente quería poder descansar en esa cama, cerré los ojos disfrutando de la sensación de liberación, quería dormir, entonces me deje caer...