Mi Melodia Favorita✔️

By Camilu_B

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¿Quién era la propietaria de esa melodía enigmática? ¿Por qué sus manos parecían tan naturales sobre aquel pi... More

Sinopsis
Prologo
Personajes
INSTRUMENTOS
1. 🎹
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Epilogo. 🎹

9. 🎹

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By Camilu_B



9

Atreverse



— ¿Y?

— ¿Qué? —miro a Nora confundida.

—Pues suelta lo que te dijo Zack. Me tienes con el chisme desde ayer.

—Pues me dijo que no, ya sabes que esa sería su respuesta—digo la verdad—. Es un idiota, arrogante, que cree que todo el mundo gira a su alrededor.

—Es el hijo del dueño de la academia—me recordó—. Básicamente toda la academia gira a su alrededor incluyéndote—se encoge de hombros.

—No era necesario el recordatorio, Nora.

Continuamos nuestras tres primeras horas del día hasta que llega la hora del descanso. Nos fuimos directo a la cafetería, quería tomarme el vaso de café más grande. La idea de no quedar n en tercer lugar en el show me estaba carcomiendo viva.

Después de haber pedido su ayuda, intente llamarlo pero se fue buzón, no quería que la buena amistad que había iniciado con Zack se fuera la basura, pero necesitaba su ayuda sí o sí. Debo ser un poco más persistente.

Recibí mi café y me senté frente a Nora, ella estaba comiendo una ensalada de frutas.

—¿Iras a mi casa en la tarde? —le pregunte y ella me miro ahora desanimada—. No puedes ignorar a mi hermano para siempre, Nora.

—Pues no para siempre, pero si mientras que se va a la escuela de futbol—se metio una fresa a la boca.

—Inmadura.

—Mura... Sabes bien que soy débil, veo a tu hermano y me dan ganas de llorar—se sincera.

—Ese imbécil—lo insulto mentalmente de mil formas posibles—. De solo recordar que fue u completo capullo contigo el orgullo que siento por él se va a la mierda.

—No es fácil—murmura—. No es fácil que yo me fije en alguien, y del que menos pensé que lo haría, mi corazón paro el bus justo allí.

—Sin comentarios.

No quiero hablar de mi hermano más.

—Mejor cuéntame, ¿Qué tal la cita con Zack?

—Ya te dije, Nora. No fue una cita. Salimos como amigos y ya—puse un mechón de cabello tras mi oreja recordando cuando nuestras rodillas se rozaban intencionalmente.

— ¿Por qué te pones roja? Hay algo que no me has terminado de contar maldita mentirosa—me golpea por debajo de la mesa.

—Auch—me quejo—. No, no te he contado todo.

— ¡Lo sabía! —alzo la voz y algunos chicos que iban pasando se nos quedaron mirando—. Cuentameeee.

—En un momento mientras estábamos comiendo el helado compartido.

—Helado de pareja—me aclara y tuerzo los ojos.

—Como sea—le restó importancia—. Sus rodillas se rozaban con las mías y las miradas que me daba mientras se tocaban me hacían sentir escalofríos muy satisfactorios. De hecho sentí miedo de mi misma en ese momento, la cantidad de pensamiento cochinos me aturdieron...

—Tensión sexual... Mi cliché favorito. Bueno, continúa.

—Lo llame por su apellido y él se enojó, entonces dije su nombre lentamente, tanto que parecía como un gemido y él lo pensó de esa manera. Te juro que les pedí a los dioses que me enterraran viva.

—Estas comenzando la vida hormonal, me siento muy orgullosa de ti—se limpió lagrimas falsas—. ¿Trato de besarte o algo así?

—Ojala.

— ¿Ojala qué? —casi me atraganto al escuchar la voz de Zack.

Nora quedo pálida y mi cara ni hablar.

— ¡Zack! —lo saludo Nora.

— ¿Qué tal, Nora? —Saludo a mi mejor amiga, no me atreví a mirarlo a los ojos—. ¿Mura, estas bien?

—Sí, yo estoy perfecta—lo dije aun sin mirarlo, la vergüenza no cabe en cuerpo.

—Yo tengo que a alimentar a mi mariposa—Nora se levantó súper rápido—. Nos vemos luego chicos.

— ¿Mariposa? —Él se sentó frente a mí y pude verlo mejor, se veía muy guapo y el pircing en su labio inferior era testigo de lo embobada que este chico me traía—. No hay mariposas en Vancouber por temporada de frio.

Mierda.

—Ella tiene una...—piensa Mura, piensa—. Gatita la cual llama mariposa.

—Entiendo.

Él sonrió. Él sabe muy bien que no es cierto, no es tonto. ¿Nos abra oído?

— ¿Dormiste bien? —Asentí—. ¿Por qué ese vaso tan grande de Café?

Si supiera que ni dormí por varios motivos revueltos.

—El show...

—No te deja dormir—pone los codos sobre la mesa—. ¿Ya sabes que tema tocar?

Niego con la cabeza.

—Soy un desastre—me pongo las manos en la cara—. Es la primer show al que participo, soy patética, lose.

—Muy patética.

—Gracias.

El suelta una carcajada y mi vista se pierde en sus labios por varios segundos hasta que el truena sus dedos.

—Te ayudare.

Me levante de golpe.

— ¿Es enserio?

—Si.

—Oh por Dios.

Me voy a abrazarlo e incluso lo rodeo por os hombro oliéndolo más de cerca. Huele demasiado bien.

Cuando me separo mi cara queda a cortos centímetros de la suya. Él se relame los labios y mi mirada pasa de sus ojos azules a sus labios húmedos decorados con ese sensual pircing que a él le queda perfecto.

Me separo cuando él sonríe sacándome de mi ensueño.

—Lo siento.

—Nos vemos esta tarde en mi casa—me avisa levantándose.

—Esta tarde tendré películas con tu hermana—le informo.

—Llega un poco más temprano entonces, para que después puedas pasar el rato con Lavery. Lleva temas que te llamen la atención para ensayarlos y decidirnos.

Asiento.

—Nos vemos—tomo mis cosas y me voy.

—Nos vemos—es lo último que lo escucho decir.




Las manos me sudan cuando Leo me deja frente a la casa de los Howar. Mi pulso es un poco más descontrolado. Me anuncio en la entrada y la que me recibe es Lavery.

— ¡Mura! —Me saluda la hermosa rubia—. Llegaste más temprano de lo planeado.

—Tengo ensayo con tu hermano.

— ¿Con Zack?

— ¿Acaso tienes otro hermano que toque el piano y estudie en Candance? —sonreí y ella se tapó la boca sorprendida.

—Esto es una locura, Mura—confiesa—. Zack nunca había accedido a nada que tuviese con volver a tocar el piano.

—No lo malinterpretes...

—Le gustas mucho.

—Lavery...

—No, Mura. De verdad le gustas—dijo con mucha confianza y le creí.

— ¿De verdad lo crees? 

—A ti también te gusta.

—No... Claro que no. Y dudo que yo le guste a él también, debo ir a...—m quedo callada—. ¿A dónde debo ir? Él no me dijo nada sobre donde ensayaríamos.

—A su habitación.

—Su habitación...

De repente comencé a sudar frio de nuevo y mi corazón amenazo con ponerse a cantar una canción de amor.

—Segunda puerta ala izquierda—me aclaro y le tire un beso a aire para comenzar a subir las escaleras de su casa.

Claro que sabía dónde quedaba su habitación, solo que tenia de disimularlo delante de Lavery, o hubiera pensado mal.

Subí las escaleras de la forma más lenta posible par no legar tan rápido, tomarme mi tiempo para observar un poco más la casa. Recordar también la fiesta y cuando toque el piano en la terraza.

Toco la puerta por instinto, ósea, he leído libros, sé que si no toco la puerta seguramente el estará sin camisa o desnudo y no quiero hacerlo pasar un mal momento.

—Adelante—su ronca voz me hace saber que puedo pasar.

—Zack...—lo busco por la gran habitación pero él no está en ningún lado.

—Estoy en el baño, ya salgo.

Mierda.

Ven, los libros nunca mienten y los clichés si existen, solo que la mayoría somos tímidas para dar el paso y enamorar al protagonista.

Me siento en una silla frente a un escritorio, puedo ver que está escuchando rock. No conozco la banda ni tampoco había escuchado jamás la canción, pero es demasiado preciosa.

—Pensé que no vendrías.

Joder.

Esta sin camisa y tiene el cabello mojado y solo trae una sudadera.

Joder.

Ven. Les dije que si entraba sin tocar me encontraría con algo así, pero toque y me gane el premio mayor.

—Aquí estoy.

—Eso veo—me mira durante cinco largos segundo y no puedo evitar mirar su torso descubierto.

Esta jodiendome. Mucho. Está muy bueno.

Joder.

— ¿Iniciamos? —trato de concentrarme en la computadora y la nueva canción que comenzó. Positions de Ariana grande. Sonrió.

— ¿Qué?

—No sabía que el chico malo de la academia le gustara Ariana Grande.

—No me gusta—se me acerca—. Me encanta. Tiene una voz preciosa.

—No diré nada al respecto—el frunce el ceño mientras se recuesta al escritorio dándome una mejor vista de su cuerpo—. Porque tienes toda la razón.

Él sonríe y mis piernas flaquean.

—Iniciemos entonces.

—Podrías ponerte una camisa al menos.

Trato de no mirarlo a los ojos.

—No. Así estoy cómodo—se encoje de hombros. Hijo de... No.

No a las grosería, Mura. Paciencia.

El me señala el gran piano forte que tiene frente a su gran ventana y me siento frente a él.

—Sueles coleccionar muchos pianos—digo contando mentalmente el de la terraza, el prohibido de la academia y el de su habitación.

—Solo has visto dos—se sienta junto a mí y nuestros hombros se rozan.

Mierda.

—Por eso. Yo apenas y tengo el mío—no miento—. Entonces... Traje Mozart y... Beethoven...

—Que original—mira hacia la ventana serio.

—Son mis favoritos...

—Claro que lo son. Son los que la gente más escucha—se separa un poco de mi para mirarme—. ¿No tienes algo propio, algo que sea tuyo?

Niego rápidamente con la cabeza.

—Si-No—mierda.

— ¿Si o No?

—No—miento—. No soy tan buena como para inventar algo así yo sola, por algo te estoy pidiendo ayuda, Howar.

—Otra vez con el apellido, me llamo Zack, Murita.

— ¿Murita? Es Mura idiota—lo empujo.

—Que poco originales fueron tus padres al ponerte así.

— ¿Algún problema con mi nombre? El tuyo no es que sea especial, lo tiene cualquier chico de la calle—touche.

—Al menos el mío es común y no tiene nada que ver con un muro.

—Al menos mis padres fueron originales, idiota.

—Vaya insulto.

—Tengo más guardados para ti...

Corte. ¡CORTE!

¿Pero qué ha pasado?

¿Por qué estoy a centímetros de sus labios? ¿En qué momento?

Los segundos se hacen eternos cuando siento su mirada en mis labios, paso mi lengua por ellos lentamente mientras suelto un suspiro.

—Mura—susurra.

— ¿Umh?

—Eres un poco irritante.

Me separo de golpe y siento las terribles ganas de abofetearlo hasta que se le borre esa maldita cara de satisfacción.

—Me voy.

Me levanto mientras tomos mis partituras y me dirijo hacia la puerta. Cuando estoy a punto de salir el al fin habla.

—No quedaras ni en décimo lugar en el show de Alfred—freno de golpe—. No sin mi ayuda.

—Ya no quiero tu ayuda—digo para luego azotar la puerta e irme hacia donde esta Lavery.

Este idiota. Por mi se puede ir al carajo, por muy buen pianista que sea. Tengo las orejas rojas de la rabia, lose. Normalmente siento la sangre subir a mis orejas cuando tengo pequeñas discusiones.

Ahora si estoy jodida.

Entre al cuarto de la menor de los Howar y ella tenía puesto un camisón negro ancho hasta sus rodillas.

— ¿Qué haces? —me senté en una esquina de su cama y ella se giraba a mirarme.

—Te estaba esperando—me sonríe—. ¿Vemos crepúsculo?

Mi sonrisa se ensancha y asiento con la cabeza mientras me quito los zapatos para acotarme mejor y tener una mejor vista al televisor. Así fue la tarde, llena de emociones risas y ganas de llorar porque soy team Jacob. Pero acepto que el vampiro tiene lo suyo, es irresistible a su manera, Pálido y todo.




¡Hola!

¿Les esta gustando?

¿Teorías?

¿Dudas?

Yo sinceramente soy team Vampiro pero mura gano con ser team Lobo.

¿Qué team son ustedes?

Nos leemos luego.

Un abrazo.




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