Stupid Wife

By luimeliamoments

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¿Te has imaginado casada con alguien que nunca soportaste en la vida? Luisita también lo había imaginado, sin... More

Prólogo.
Capítulo 1. ¿Qué?
Capítulo 2. Volver a la vida.
Capítulo 3. Algunos vídeos.
Capítulo 4. Mi hijo.
Capítulo 5. ¿Un sueño o....?
Capítulo 6. Ella es mi problema.
Capítulo 7. Deseos.
Capítulo 8. Ella me dejará ir.
Capítulo 9. Aniversario.
Capítulo 10. Empezar de nuevo.
Capítulo 11. Siempre que quieras.
Capítulo 12. Ella es increíble.
Capítulo 13. Esposa.
Capítulo 14. Día de nieve.
Capítulo 15. Tentación.
Capítulo 16. Solo un poco de tu corazón.
Capítulo 17. Me gusta cuando me llamas cariño.
Capítulo 18. ¡Esta loca!
Capitulo 19. Clases de conducir.
Capítulo 20. Mi Ame...
Capítulo 21. Something.
Capítulo 22. No me dejes.
Capítulo 23. Todo va a estar bien.
Capítulo 24. Déjame abrazarte.
Capítulo 25. Feliz navidad.
Capítulo 26. Todo lo que ella quiera.
Capítulo 27 - Better than a princess, more than a queen.
Capítulo 28 - Everything.
Capítulo 29 - En mi lugar.
Capítulo 30 - Una oportunidad.
Capítulo 31. Confianza y actitud.
Capítulo 32. ¿Dónde estoy?
Capítulo 33. Esta es mi realidad.
Capítulo 34. Nada supera.
Capítulo 35. Soy tu regalo.
Capítulo 36. Felicidad indefinida.
Capítulo 37. Pequeña estrella.
Capítulo 38. Recuerdos.
Capítulo 39. Destiny.
Epílogo I
Epílogo II

Especial Destiny

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By luimeliamoments

POV Luisita Gómez Ledesma

El tranquilo ronquido de Amelia es el único sonido, aparte del ruido del aire acondicionado, que puede escucharse en nuestra habitación. Sonrío a la imagen adormecida de mi esposa. Ella es tan hermosa, no puedo creer que esté casada con una mujer así.

Con todo el cuidado del mundo retiro el cobertor de ella, revelando poco a poco su enorme barriga. Mi corazón se acelera, el sentimiento de pertenencia y orgullo se apodera de mí. Es inexplicable la sensación de saber que allí dentro de mi esposa está habitando una vida.

La vida de nuestro bebé.

Estoy orgullosa de tener la esposa que tengo y de nuestra familia y al vida que construimos. Nunca, bajo ninguna circunstancia cuando era más joven, pensé que iba a tener una vida tan maravillosa. Me imagine casada varias veces, pero mi sueño no se acerca a mi realidad.

No podría estar más feliz de estar casada con Amelia Ledesma. Sin duda, no existe mejor persona para estar conmigo. Debido a que ella me transforma en una nueva Luisita, me hace feliz y cuida de mí.

Amelia y yo prácticamente somos una, ella es mi persona.

Una brisa helada impacta contra nuestros cuerpos, incluso con la poca luz puedo ver los vellos de sus brazos erizarse. Con mi mano siento cuan afectada está por el aire frio. Acaricio su piel, tratando de hacerla entrar en calor con las palmas de mis manos. La cubro de nuevo, no quiero que se despierte por un descuido mío. Sonrío al verla murmurar algo mientras estira los brazos en busca de algo para agarrar, probablemente buscándome. Me vuelvo acostar, dejando que me abrace. La escucho suspirar y retiro los rizos de su rostro, acariciando sus mejillas.

Tan hermosa y tan mía, pienso al observar su rostro sereno. Soy demasiado afortunada por haber sido presentada con esta mujer en mi vida. Por alguna razón, todos conspiraron a nuestro favor con la intención de juntarnos. E incluso cuando todo parecía perdido, el destino conspiro para que permaneciéramos juntas.

Somos como un imán.

Nunca lograre agradecer demasiado por tener a Amelia a mi lado.

Nunca seré digna de su amor, porque nadie es suficientemente digno de tener a Amelia Ledesma como esposa.

Pero tengo todo el tiempo del mundo para tratar de ser suficiente para ella. Yo nunca dejare de intentar ser el uno por ciento de esposa y mujer increíble que ella es porque Amelia es mi espejo y yo me quiero reflejar en ella.

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Días actuales.

Recordar los meses de embarazo de Amelia siempre me hace sentir bien. Estoy muy contenta y realizada de saber que ahora tengo todo lo que necesito. Una maravillosa esposa y dos pequeños ángeles como hijos. ¿Podría pedir más? No, no podría. Tampoco lo haría si pudiera.

Estoy plenamente feliz así.

Miro a la cama donde mi esposa descansa, después de horas de parto. No recuerdo mi agotamiento al dar a luz a Louis, pero pude ver lo agotada que Amelia estaba cuando finalmente trajo a nuestra pequeña al mundo.

Voy a la pequeña cuna donde descansa nuestra pequeña Destiny. Ella duerme serena y profundamente, completamente ajena a todo a su alrededor. Siento que mi corazón se acelera, un sentimiento de cuidado y posesión crece en mí al contemplar su rostro.

Tan pequeña e inocente; pura. Libre de cualquier mal que trae este mundo. Verla allí, tan frágil y adorable me hizo sentir un deseo absurdo de protegerla de todo y todos. Quería mantenerla por siempre de ese tamaño, sólo para no ver el momento en que nos deje a Amelia y a mí.

No puedo lidiar con el hecho de que Louis está cada vez mayor, imaginen lo difícil que será cuando suceda lo mismo con mi pequeña Destiny.

Destiny.

Amelia no podría haber elegido un mejor nombre.

Realmente creo que toda nuestra vida fue trazada por el destino. Desde que nos conocimos, era como si en el fondo, las dos supiéramos que estábamos hechas para estar juntas. Tal vez por eso siempre trate de odiarla al máximo y permanecer lo más lejos posible. Por temor a toda esa conexión que nos rodeaba.

¡Qué estúpida soy!

¿Cómo podría escapar del amor de mi vida? Siempre volvería a mí de cualquier forma.

Amelia es mi imán.

- Eres tan hermosa, mi pequeña - con delicadeza sostengo sus dedos, tan pequeños y frágiles.

Destiny abre los ojos casi al instante, como si supiera quién soy. Una enorme sonrisa aparece en mi cara, imposible no sonreír al ver aquellos pequeños ojos curiosos. Ella parece tratar de identificar dónde está; mirando a todas partes.

- ¿Tienes hambre? - sabía cómo cuidar un bebé, pero aún así era una completa ignorante con relación al identificar sus necesidades. Mis padres y María siempre me ayudaron en eso cuando cuidaba a Marisol - Hola, mi amor.

Con extremo cuidado la tomo en mis brazos. Es muy difícil tomar a un recién nacido, estás con el miedo de lastimarlo o terminar tirándolo. Son tan pequeños e indefensos. Me pregunto cómo existen monstruos que pueden hacerles daños a estos pequeños ángeles.

Mis ojos están llenos de lágrimas, colocó a Destiny en mi pecho y comienzo a balancearla de un lado a otro. La sonrisa nunca dejando mi rostro, mi corazón acelerado en mi pecho y la respiración baja, casi fallando. Estaba completamente hipnotiza por mi hija. Podría contemplarla para siempre.

Al observarla mejor después de que su rostro parecía menos hinchado, pude ver lo mucho que tenía rasgos de Amelia, bueno, de las dos en realidad.

Ahora mismo diría que estoy completamente enamorada de ella. Si ella crece y se convierte en una mini Amelia no podría controlar mi amor por ella. Sería una tonta por mi hija como lo soy por su madre.

Destiny mueve sus pequeñas manos, apretando mi dedo índice que estaba atrapado en su mano derecha. Ella parecía estar tratando de llamar mi atención.

- Eres tan hermosa, pequeña - susurré de nuevo, sin dejar de balancearla. Nunca dejaría de resaltar la belleza de mi hija.

Destiny oyó mi voz y sus ojos curiosos se centran en mi rostro. No sabía si ella entendería algo o si sabría quien soy. Pero sentí, en aquella mirada, en el fondo lo sabía.

- Eres el mejor regalo que tú madre me pudo haber dado ¿sabías? ¿Sabías eso, mi amor? Eres lo mejor que me ha pasado en la vida desde que descubrí que amaba a mami Amelia y tenía un hijo increíble. ¿Sabías que tienes un hermanito?

Camine hacia la silla en la esquina de la habitación, un poco alejada de la cama donde Amelia estaba durmiendo profundamente. Me senté en silencio, sin querer hacer algún movimiento brusco y terminar tirando a la pequeña en mis brazos. Ella está con sus ojitos centrados en mis rostro, muy abiertos, extremadamente curiosa. Le sonrío, acariciando los pocos cabellos en su cabeza. Destiny abre y cierra la boquita algunas veces, haciendo sonidos bajos.

- Tu madre y yo tenemos una historia muy desordenada, ¿sabes? - ella me estaba mirando fijamente - La odiaba, ¿puedes creerlo? Sí, lo sé. Mamá era una idiota con tu mami - toco la punta de su nariz, acariciándola - Las dos teníamos muchos desacuerdos. Peleábamos por motivos estúpidos, era una estúpida con tu mami y ella sólo quería darme amor - Destiny mueve sus pequeñas manos, como si estuviera reprendiéndome por eso. Sonrío a través de las lágrimas acumuladas en mis ojos - Sí, soy una estúpida.

Pase la mano lentamente por su frente, pensé que tendría más miedo a abrazarla, pero me estaba yendo súper bien. Era como si estuviera sosteniendo una joya muy rara, era mi pequeño mundo allí en mis brazos. Apenas la había conocido y daría mi vida por ella sin pensarlo dos veces.

- Sé que le hice mucho daño a tu madre, ella no debería ni mirarme a la cara, y mucho menos quererme. ¿Pero te puedo decir algo? Sería capaz de rodear el mundo, ir a la luna y arrastrarme hacia ella para traerla de vuelta si se iba - levante la cabeza, mirando a Amelia, que roncaba tranquila, inmensa en su sueño. Sonrío, mi corazón sigue acelerado. Lo sentía golpeando con fuerza en mi pecho, como si fuera a salirse - Tu madre trajo sentido a mi vida, ella dice que yo la salve, pero ella es quien me salva todos los días.

Sentí las lágrimas comenzar a rodar por mis mejillas, miré hacia arriba, respirando profundamente. Destiny comenzó a inquietarse en mi regazo, pareciendo querer atraer mi atención. Mantuve firme un brazo alrededor de ella y la otra mano la lleve a mi rostro, secando mis lágrimas. Mire a mi hija en mis brazos, sus ojitos ya parecían pesar. Se dormiría en cuestión de segundos si continuaba arrullándola.

- Puedes dormir un poco. Mamá estará aquí cuando te despiertes. Siempre estaré aquí.

Nunca dejaría a mi hija, ya no sabía cómo vivir sin ella.

//

Dos días después, Amelia fue dada de alta, finalmente. Ella estaba claramente agotada, no podía dormir mucho, pues nuestra pequeña hija le daba un poco de trabajo. Nunca fui muy buena en calmar a los niños pequeños, así que mi mujer tenía que estar a cargo de hacer que nuestra pequeña Des vuelva a dormir tranquila cada vez que se despertaba llorando.

Imagino que serán días difíciles y noches sin dormir. Pero no tengo miedo de eso. De hecho quiero esos momentos, incluso si voy a estar agotada después, e incluso si un día pienso renuncia a todo. Sé que puede suceder, pero nunca voy a abandonar a mi esposa e hijos. Mi familia es todo para mí.

Siento ganas de poder regresar el tiempo y conversar con la antigua Luisita. Amelia y yo podríamos haber vivido una historia tan intensa de aquellos amores dignos de una película de romance cliché. Pero tal vez, deberíamos pasar por todo esto y llegar a donde estamos.

Amelia no fue mi primer beso, pero era y es el único beso que realmente importa. El beso que me hizo comprender que no iba a besar a nadie más en este mundo. Mis labios pertenecen a ella y todo mi cuerpo y alma. Ella está atrapada en mí, marcada como un tatuaje invisible debajo de mi piel.

El registro de Destiny podía hacerse en el mismo hospital, lo que agradezco a Dios todos los días por ser menos agotador, por lo tanto, mi hija se llama Destiny Gómez Ledesma. Un fuerte nombre para una pequeña niña hermosa.

El camino de regreso a casa fue tranquilo, Louis estaba en su silla en la parte posterior y Amelia descansado junto a mí, con nuestra hija en su regazo, sosteniéndola de forma segura. Sé que no es recomendable que ella venga delante con un bebé recién nacido, pero entiendo su deseo de no querer soltarla un poco. Además de que estaba siendo cuidadosa al volante.

- Deja que te ayude - hablo tan pronto como estaciono en el garage de la casa. Me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta, rodeando el coche para abrir la puerta del pasajero. Sostengo la mano de mi mujer, ayudándola a salir del coche - ¿Todo bien? - pregunto por si acaso, Amelia asiente con la cabeza, cubriendo la cabeza de nuestra hija con una manta.

- No olvides al pequeño Louis - ella me recuerda mientras entramos a casa. Le sonrío, estirándome para darle un beso en la frente.

- Vuelvo pronto para cuidar de ti.

//

Ya es de noche, Louis y yo estamos en el sofá viendo Hora de Aventura. Amelia está descansando en nuestro cuarto con Destiny. Por ahora nuestra hija duerme serenamente, no parecía estar muy agitada y espero continúe así.

- Mami, ¿cuándo podre jugar con Des? - Louis cuestiona, girándose en mis brazos.

Sostengo su cintura, colocándolo en mi regazo para mirarlo a sus ojos y tomo su pequeña mano y entrelazo nuestros dedos.

- Tardara un poco, cariño - sonrío ante la mención cariñosa que Amelia usa para referirse a él y a mi - Tu hermana todavía está muy pequeña, ella no es capaz de hacer muchas cosas más que dormir y comer.

- Pero yo quiero jugar con ella, mami - hace muecas, un lindo y adorable puchero en sus labios.

Uso la mano libre para sujetar su nariz y hacer un poco de presión, Louis sonríe, divertido.

- Lo sé, pequeño, pero los meses pasan muy rápido. Luego los dos estarán corriendo alrededor de la casa poniéndose al día.

- ¡Sí! - exclama demasiado alto, entonces ensancha los ojos y presiona los labios. Su mirada es culpable - Fue un accidente, espero no haber despertado a mamá.

Miro a la parte superior de las escaleras para ver si veo algún movimiento o escucho algún ruido, pero todo sigue en calma. Amelia debe estar exhausta después de haberse despertado varias veces durante la noche para cuidar a Destiny.

- Creo que tu madre no se despertara pronto.

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POV Amelia Ledesma Gómez

El llanto fuerte y ya conocido resuena por el cuarto. Luisita había insistido que colocáramos la cuna de nuestra hija en nuestra habitación, que sería más práctico por si lloraba durante la noche. Estaba agradecida por eso, pero por el momento me gustaría dormir un poco más.

- Luisita... - me giro a un lado, poniendo una mano en su espalda para sacudirla. Ella continua durmiendo, nunca voy a entender cómo alguien puede dormir tanto - Cariño...

- No, no... despúes... otro dia.

- ¡Luisita, despierta!

- Eh, ¿hola? ¿Qué pasa? - ella salta asustada, girándose hacia mí. Luisita parpadea varias veces, balanceando la cabeza, como si quisiera organizar su mente - ¿Amelia?

Estiro la mano para encender la luz de mi lámpara.

- Es tu turno de ver lo que necesita - Luisita suelta un gruñido, mirando hacia la cuna de nuestra hija. Destiny no paraba de llorar, probablemente debe tener hambre. Recuerdo bien cuanto lloraba Louis durante la madrugada por hambre - Levántate.

- Está bien - ella echa a un lado las mantas, fijando su cabello mientras caminaba hacia la cuna totalmente soñolienta. Acomode las almohadas a mis espaldas para poder sentarme correctamente para amamantarla - Hola princesa. Shhh, mamá Luisita está aquí - no pude evitar sonreír mientras observaba la escena. Es simplemente inexplicable ver a la mujer que quiero sosteniendo a nuestra hija con mucho amor y afecto. Son mis chicas favoritas en el mundo - ¿Quién es la bebé más hermosa del mundo?

Incluso interrumpiendo su sueño varias veces, Luisita nunca pierde ese tono de amor al hablar con nuestra hija. Ella simplemente se derrite toda; Y todas las veces está de buen humor. Destiny es la única que despierta a Luisita y no es recibida por el monstruo del mal humor.

- Yo lo soy - bromeé levantando las manos y haciendo una voz de bebé

Luisita me mira mientras caminaba con nuestra hija. Parpadeé varias veces para ella, sonriendo como una niña traviesa.

- Sólo existe un bebé hermoso, dile hija - hago pucheros, pero Luisita me ignora. Extiendo los brazos para tomar a Destiny, mi esposa usa la rodilla como soporte para llevar a nuestra hija hasta mí - Pero también eres mi bebé hermosa, no le digas a nuestra hija - ella susurra, depositando un beso en mi frente antes de alejarse.

Tiró de las correas de la camisa hacia abajo, dejando al descubierto mis pechos. Ayudo a Destiny a encontrar mi pezón y en poco tiempo comienza a succionar con fuerza extrema. Dejé escapar un gemido de dolor, era muy incomodo. Chelsea me había dicho que sería doloroso al inicio, pero con el tiempo me acostumbraría a la lactancia materna.

Espero que así sea, porque realmente duele. Especialmente cuando parece tan hambrienta. Incluso evito que Luisita toque mis pechos, aunque es muy insistente. Según ella están millones de veces más deseables y ella quiere meter su cara en ellos y jugar.

Es una pervertida.

- Está bien, sólo tenía hambre - comento sin desviar la mirada del rostro de mi hija.

Ella estaba concentrada en alimentarse, succionando con mucha fuerza y moviendo los brazos de forma inquieta. Tiraba patadas algunas veces, murmurando cosas ininteligibles. Destiny es muy inquieta, no hay duda de que heredo eso de Luisita.

Cuando mi esposa y yo comenzamos a dormir juntas, era prácticamente una prueba de fuego. Se movía, hablaba y a veces sufría de sonambulismo. Siempre estaba preocupada de que ella terminara lastimándose. Perdí la cuenta de cuantas veces desperté con el ruido de Luisita cayéndose de la cama, o incluso tratando de abrir la puerta o ventana para salir. Demoró largos meses hasta que se acostumbro a dormir conmigo, poco a poco ella fue perdiendo todas esas manías.

Aunque a veces habla dormida.

Destiny duerme profundamente, en los días que ha estado con nosotras en casa, ella no se despierta con los sonidos que hacemos caminando por el cuarto o cuando hablamos. Pero cuando se despierta, no está en silencio un segundo. Es una mini Luisita, literalmente.

- Creo que ella nació con un estómago parecido al mío - Luisita bromea, haciéndome que suelte una risa nasal. Miro a mi esposa, su mirada estaba fija nuestra hija, El brillo de orgullo siempre presente allí, completamente encantada por nuestra pequeña - Trata de no acabarte toda la leche, Des. También quiero un poco.

Abro los ojos, sonrojándome al instante. ¿No he dicho que es una pervertida?

- ¡Luisita!

- Es broma, amor - sonríe como una niña traviesa - O no.

- Basta, pervertida. Mi leche es solamente para nuestra hija.

- ¿Nunca sentiste ganas de hacer lo mismo conmigo después de que Lou nació? - rápidamente regrese la mirada a nuestra hija, no quería encararla. Ese tema era un poco incomodo, y muy enfermo - No lo creo. ¿Tomaste la leche de tu hijo? Amelia, eres una pervertida.

- ¡Tú! No fue mi culpa si tengo una esposa traviesa que a menudo tiene ideas descaradas. Cínica.

- ¿Yo?

- ¡Sí, tú! - Destiny comienza a quejarse, inquietándose en mi regazo - Mira la confirmación.

Retire mi pezón de la boca de Destiny y mi hija hizo algunos estallos con la boca, abriendo y cerrando las manos. Inquieta como siempre.

- Es la confirmación de que ella quiere compartir su leche conmigo - no necesite decir nada, sólo lanzar una mirada seria a Luisita. La oí tragar seco, levantando las manos en señal de rendición - Está bien, no hablare más de eso - salta de la cama, sonriéndome. Niego con la cabeza mientras acomodaba a Destiny para hacerla eructar - Puedo conseguirla cuando duermas.

Antes de que pudiera responder, Luisita salió de la habitación riendo.

- No puedo con esta mujer.

//

Dos meses después.

No parpadeaba, no conseguía desviar la mirada de la preciosidad frente a mí. Destiny dormía profundamente, haciendo algunos sonidos de vez en cuando. Sonrío, acariciando su pequeño pie cubierto por un mameluco rosado. El sentimiento de orgullo y posesión llenaba mi cuerpo.

Mi hija está durmiendo. Nació de mí, es una parte mía y de Luisita. Ambas la hicimos.

No parece la vida real.

Destiny es la unión perfecta entre Luisita y yo. Algunos días me recuerda mucho a mi esposa, otros me recuerda bastante a mí. Aunque sé de alguna manera, que cuando Destiny crezca, será la copia de Luisita.

Realmente espero que nuestra hija se parezca a ella.

Louis ya se parece a mí, él heredo todos los genes Ledesma. Cuando decidí pedirle a mi hermano ser el donante, no voy a mentir, fue una decisión difícil. Porque algunas personas cuando saben que mi hijo, genéticamente hablando es hijo de Ian, miran a Luisita como si fuera una mujer traidora. Pero quería un niño que tuviera mi ADN y el de Luisita, y en esa época no tuvimos la oportunidad de hacer lo mismo que hicimos con Destiny. Ni siquiera sabía que era posible.

Pero no me arrepiento de esa conexión eterna que siempre tendremos. Todos nosotros, Luisita, Louis, Ian y yo. Mi hermano siempre dice que ayudó a darme un hijo, pero sólo puede verlo como su sobrino. Los dos se llevan muy bien, y si no fuera por el cabello y algunos rasgos, nadie diría que Ian donó el esperma. Es como si yo misma hubiera colocado a mi hijo en el vientre de Luisita.

Recuerdo la emoción que sentí cuando sostuve a Louis por primera vez. Lloré tanto, mi Luisi tuvo que cuidar de mí como si fuera nuestro hijo. Ella sabía lo emocionada que estaba. Que todo lo que más quería era darle un hijo. Pero verla dando a luz a nuestro hijo, escuchar su llanto por primera vez, mirar a Luisita y verla con los ojos llenos de felicidad. Hizo que toda mi vida valiera la pena en ese momento.

*Flashback*

Mi corazón parecía una de esas canciones de samba brasileño. Era como si en cualquier momento rasgara mi pecho y saliera, de tan acelerado que estaba. ¿Por qué? Simple. Estoy viendo a mi hijo por primera vez. ¡Cielos! Nuestro pequeño, no puedo creerlo todavía.

- Él es tan lindo... - susurro, observando a Luisita amamantarlo.

Ella me miró y sonrió, largamente, con una sonrisa digna que deja su rostro aún más bello. Sus ojos marrones brillaban tanto que parecían más claros. Mi mujer se veía más hermosa.

Me enamore de ella aún más. Fue como si todos nuestros problemas y dolores haya desaparecido al instante. Todo parecía mero pasado, ni digno de ser recordado. Nada en el mundo importaba ahora además de mi familia.

- ¿Crees que conseguirás sostenerlo sin miedo? - mi esposa pregunta.

No dije nada, paralizada y pensando en las posibilidades de sostenerlo. Tenía miedo, lo confieso. Sin darme cuenta ya estaba asintiendo, y mi esposa consiguió sonreír aún más. Ella estaba insistiendo con que lo sostuviera, quería ver a nuestro pequeño en mis brazos.

- Simplemente deja que lo termine de alimentar.

- Está bien - respondí rápidamente, mi voz sonando tan emocionada como un niño feliz.

Me quede observando a mi mujer amamantando a nuestro hijo. Ella acarició su pequeño rostro, delineando sus rastros. Sonríe toda enamorada y susurraba cosas amorosas. Mi familia, mi hermosa e increíble familia.

¡Por Dios! No podría pedir nada más.

Demoro algunos minutos hasta que Louis finalmente estaba satisfecho, soltando el pezón de Luisita con un fuerte estallido. Él agarro la bata verde del hospital que mi mujer está usando y se agita un poco, calmándose sólo cuando ella le da un beso en la frente.

¡Chico listo!

- Ven aquí, Mi Suerte - trago seco, me acerco a la cama con cierta cautela y nerviosismo - ¿Recuerdas lo que dijeron nuestros padres? ¿La forma segura de sostenerlo?

- Lo recuerdo, sí, sí lo recuerdo.

- De acuerdo... - Luisita espera hasta que llego lo suficientemente cerca como para estirar los brazos, ofreciéndome a nuestro pequeño. Él se agita al estar lejos del calor de su madre, ensancho los ojos con miedo de que él termine cayéndose y rápidamente lo sostengo. Con amor, por supuesto, sin hacerle daño - Creo que le gustas, cómo no podría, ¿cierto?

¿Cómo explicar la sensación de tener a mi hijo en mis brazos? Ya había cargado otros bebés, de nuestra familia hace algunos años. Pero nada se compara en sostener un niño que es mío, fruto de mi matrimonio con el amor de mi vida. Después de todo lo que hemos pasado, todas las crisis y peleas; finalmente llegamos al punto de comenzar nuestra familia. No puedo creer todo lo que hemos logrado.

Allí, de pie; mirando a mi pequeño Louis, me sentí como si no existiera nada más que nosotros dos y mi esposa. Estaba tan tranquilo en mis brazos, sus ojos curiosos mirándome como si me reconociera. Las lágrimas no paraban de correr por mis mejillas, y mi corazón latía violentamente en mi pecho.

Finalmente estaba viviendo uno de mis más grandes sueños; una familia con el amor de mi vida.

Esposa afortunada era poco para definirme.

*Fin del Fashback*

Cuando mi familia estaba allí, delante de mí, el mundo gana más color. Era un sentimiento de felicidad completa, como si mi alma hubiera salido de mi cuerpo y regresara más fuerte. ¿Tiene sentido? Porque no existe explicación para un amor incondicional.

Cuanto tienes un hijo, todo cambia. Te sientes como un súper héroe que sería capaz de dar tu vida por él, te sacrificas sólo por el bienestar del pequeño. Tener un hijo no sólo es registrarlo, o verlo una vez al mes o año. Tener un hijo es más que cosas superficiales, tienes que dar todo. Y el amor que sentimos, ah... va más allá de las barreras del universo.

Es inmenso, intenso y potente.

Fue lo mismo que paso con Destiny, tenía miedo de no aguantar y no tener la oportunidad de ver su rostro. El día que ella nació, empecé a tener miedo de que algo malo pudiera suceder. Nunca pude mantener un embarazo, ¿cómo iba a sobrevivir el parto?

Sinceramente pensé que iba a morir ese día, todo lo que podía pensar era despedirme de Luisita y pedirle que cuidara de nuestros hijos. Estaría observando a los tres desde donde estuviera. Fue aterrador. Pero, por suerte todo salió bien, y hoy puedo decir que tengo lo que necesito.

Una esposa increíble que quiero cada día más, hijos bellos y saludables. Un trabajo que me encanta, una familia que siempre está conmigo y amigos que se preocupan por mí.

¿Necesito algo más en la vida? Me siento completa.

O mejor dicho, siento que estaba rebosando.

- ¿Mi vida? - oigo a Luisita llamarme, devolviéndome a la realidad. Pero no aparto la vista de Destiny, es imposible no admirarla. Mi hija es hermosa y no sólo porque Luisita y yo la hicimos. Realmente es muy hermosa y parece tener su propio brillo - ¡Amelia Ledesma Gómez!

- Hmm, ese nombre suena muy sexy - murmuro al sentir el calor de su cuerpo aferrarse al mío. Sonrío, inclinando la cabeza hacia atrás y reposándola en el hombro de Luisita. La respiración de mi esposa acaricia mi rostro, haciéndome sentir un pequeño escalofrío.

- No es tan sexy como tú - sin ninguna vergüenza, ella simplemente sube las manos hasta mis pechos y los aprieta. Di un grito ahogado, incapaz de tener otra reacciono que no fuera casi desfallecer en sus brazos - Amo el hecho de que están tan grandes, espero que permanezcan así para siempre.

- Deja de hacer eso, Luisi - le reprocho, en tono bajo, no realmente queriendo que parara con aquello.

Era deliciosa la sensación de tener las manos de Luisita paseando por mi cuerpo, ella sabe donde tocar. Su experiencia del pasado debe haberse multiplicado.

- No puedo mantener mis manos quietas. Se pegan a tu cuerpo - Luisita presiona su cadera contra mi culo, poniendo suficiente presión. Nuestros cuerpos estaban pegados, la calidez comenzaba a hacerme perder la cabeza. Se frotaba contra mí, su cálido aliento golpeando mi cuello - No puedo dejar de tocarte, no puedo.

- Nuestra hija está aquí...

- Dormida como el ángel hermoso que es - su voz no pasaba de un susurro, ronco y provocador.

Luisita sabe ser sensual y caliente como el infierno. Es mi eterna provocación, creo que nunca voy a perder el deseo por ella. Incluso cuando lleguemos a los cincuenta años.

- Y yo echo de menos a mi bella esposa. Hermosa, fragante, maravillosa. Que quiero más y más cada día.

Mi corazón se acelera, loco y descontrolado. No era sólo el hecho de que ella estaba con la boca pegada a mi oído y usando un tono de voz delicioso, pero sus palabras me afectaban. Luisita constantemente me elogiaba y varias veces me decía que me quiere y lo que ama de mí.

Estoy bastante segura de que sólo quiere verme así, porque ha notado que no estoy feliz con mi apariencia. Cada vez que me miro al espejo me desconozco, y todas las veces ella aparece para decirme lo bella soy y cuan enamorada está de mí.

¿Existe una esposa más perfecta?

Me gusta que aumente mi autoestima, todos necesitamos una inflada de ego de vez en cuando. Pero sobre todo, me encanta el hecho de que demuestre todo su amor y admiración por mí. Luisita por diversas cosas le gusta subrayar mis cualidades, incluso me hace olvidar mis defectos.

Nuestro matrimonio se demuestra más sólido cada día. No es que sea un cuento de hadas, tenemos nuestros problemas como cualquier pareja, pero el compañerismo está siempre presente.

Y creo que el matrimonio es sobre eso. Tener una amistad fuerte además del amor y pasión. Aquella seguridad que solamente una mejor amiga puede trasmitir. ¿Entienden?

Básicamente, todos esperamos que en algún lugar en este mundo haya alguien mirando el mismo cielo que nosotros y ni siquiera es consciente de nuestra existencia, está esperando por nosotros.

¿Saben lo que es almas gemelas? Si existe, Luisita es la mía.

Mi amor es mi mejor amiga. Mi yo sólo existe en ella. Mi refugio seguro lo construí a su lado, y es con ella con quien me siento bien. Con Luisita sé que todo al final estará bien, e incluso si no es así, ella estará allí para sonreír y decir que me quiere. Mi cordura ella la sostiene, siempre voy a insistir en eso porque en medio del mar de incertidumbre, es mi única seguridad.

La necesito, su mirada sobre mí. Debido a que sólo Luisita consigue hacerme creer que puedo hacer algo. Sé que soy demasiado dependiente de ella, pero ¿cómo no serlo? Ella une todas las cosas. Y yo nací para amar y alabar al amor de mi vida.

Porque vivir sólo tiene sentido si estoy a su lado.

- ¿Mami?

Oímos la voz de nuestro hijo y luego sus pasos resuenan en el pasillo. Luisita estaba con los labios pegados en mi nuca, y sentí su sonrisa sobre mi piel. Cierro los ojos, controlando la tensión presente en mí.

Cada vez que comenzábamos algo, uno de nuestros hijos nos interrumpía. Ha sido un poco difícil encontrar tiempo para hacer el amor con mi mujer, pero no creo que sea tan importante. Me gustan los momentos que pasamos en familia.

- Hola, príncipe de mi reino - Luisita lo saluda.

- Creo que las palomitas de maíz están listas.

- Oh Dios mío, se me olvidó la olla en el fuego - Luisita murmuro sonando desesperada y salió corriendo de la habitación, casi tropezando en el proceso.

Me quede allí, tratando de no reír y Louis me mira con las manos en las caderas y una expresión confusa en el rostro.

- ¿No vas a ver la película con nosotros, mamá?

- Por supuesto que sí, mi amor - fui hasta él, sin dejar de mirar sobre mi hombro para ver si Destiny seguía dormida. Acaricio el rostro de Louis, viéndolo esbozar una sonrisa y morder la lengua entre sus dientes. Una de las manías más adorables que heredó de Luisita - Sólo estaba comprobando si tu hermana está durmiendo bien.

- ¿Puedo verla? - pide y sus ojos brillan intensamente.

Louis está completamente enamorado de su hermana y es imposible negarlo. Luisita y yo pensamos que sería el típico hermano mayor acostumbrado a ser hijo único y terminaría celoso, no dándole atención a su hermana. Pero fue lo contrario, incluso él exige que ambas le demos atención a Destiny.

Creo que es adorable el cariño que le tiene.

//

Con sus diez meses completos, Destiny comenzó a tratar de estar de pie sola. Lo que nunca funciono muy bien porque ella siempre terminaba cayendo y se reía en el suelo mientras aplaudía. Muchas veces Luisita y yo la vigilábamos y siempre la veíamos sosteniendo algo mientras intentaba ponerse de pie. Era una escena adorable.

Con once meses fue capaz de ponerse de pie por sí sola, apoyándose de los muebles, claro. Desde la primera vez que lo consiguió, siempre estaba con la cámara en la mano para poder grabar sus primeros pasos. Cuando no podía, mi esposa era la encargada de grabar el momento o incluso Louis. Luisita y yo siempre tratábamos de animar a Destiny a caminar, pero esa pequeña koala ama abrazarnos en lugar de caminar.

En ese momento decidí adoptar una táctica diferente, agarre mi cámara y le pedí a Louis que me ayudara a tratar de hacer que su hermana diera sus primeros pasos. Estuvo de acuerdo enseguida, emocionado por la oportunidad de ayudar a Destiny. Estaba concentrada en grabar cada momento cuando oí la puerta ser abierta, no necesite mirar para saber quién era.

- ¿Qué estás haciendo? - ella pregunto curiosa, acercándose a donde estaba agachada grabando a Louis y Destiny.

- Shh... no digas nada - pido y desvío la atención de los dos para mirarla. Luisita está hermosa con el cabello agarrado y la ropa de baile - Louis está consiguiendo que nuestra hija este de pie sola.

Luisita mira a nuestros hijos. Louis está sentado a pocos metros de Destiny, llamándola con la mano. Nuestra hija sostiene la mesa del centro para apoyarse, pero con el incentivo de su hermano se suelta y puede quedar de pie sola. Empiezo a sentirme emocionada, no es fuera de lo normal que siempre me este emocionando con todo lo relacionado con mis hijos.

- Vamos, Des - Louis la llama, toma unos segundos para que Destiny de un pequeño paso. Ella casi se cae, pero se mantiene de pie y esbozo una sonrisa - Ven con tu hermanito - él la anima de nuevo.

Destiny da otro pasito, esta vez con mejor equilibrio. Louis la vuelve a llamar con una enorme sonrisa, en cuestión de segundos mi hija comienza a ir hacia él para agarrarlo del cuello.

Luisita y yo intercambiamos miradas antes de ir hacia ellos, ambas emocionadas. Louis estaba abrazando a Destiny, me agacho cerca de los dos para grabar el momento. Mi esposa entro en medio, ganando un abrazo de nuestra hija, que balbuceo algunas cosas. Pronto ella estaría hablando también.

El tiempo pasa muy rápido.

//

Era un día frío como aquello de diciembre. Luisita estaba en el trabajo, Destiny dormía toda acurrucada en mi cama al lado de Louis. Me senté en la silla y estaba viendo a los dos dormir mientras leía un libro que había comprado recientemente.

Mi hija está más grande cada día, habladora también. Sospecho que heredo eso de Luisita, porque la pequeña no parar de charlar desde que dijo su primera palabra.

*Flashback*

Era un almuerzo familiar, todos estábamos reunidos en la nueva casa de Marina e Ian, que finalmente se han convertido en nuestros vecinos. Entonces era un almuerzo de celebración.

Los niños más grandes estaban en la piscina, algunos adultos conversaban en el borde, otros dentro de la casa alegando que hacía mucho calor en el patio. El lugar estaba lleno, así son las familias grandes.

Luisita está sentada en mi regazo comiendo un pedazo de tarta, estábamos en una parte cubierta de pufs y colchones. Acompañadas por Natalia, Marisol y María. Perdiendo el tiempo, por lo menos ellas, yo estoy centrada en buscar donde se metió Marina con mi hija.

No me fío mucho en dejarla sola con Destiny.

- ¡Mamá! ¡Mami! - Louis viene corriendo hacia nosotras gritando, haciendo que Luisita y las otras tres mujeres se queden en silencio un momento. Todas miraron a mi hijo, preocupadas por su prisa, incluida yo - ¡Des! ¡Ella hablo! Des hablo.

- ¡¿Qué?! - Luisita y yo exclamamos al mismo tiempo.

Mi mujer salta de mi regazo, siendo guiada por nuestro hijo hacia la casa. No perdí el tiempo, pronto los seguí, acompañada de las otras tres. Llegamos a la habitación y vimos a todos haciendo una enorme rueda, mi hija estaba en el suelo, sentada en el regazo de Marina.

- ¿Has dicho tu primera palabra, mi princesa? - Luisita pregunta al agacharse delante de nuestra hija, hago lo mismo, ya sacando el móvil del bolsillo para grabar. Siempre es bueno registrar esos momentos - Repítelo para mami, déjame oír lo que has dicho.

Destiny prácticamente salta al regazo de Luisita, abriendo y cerrando la boca como si se estuviera concentrado.

- ¡Rina! ¡Rina! ¡Rina!

Siento mi corazón acelerarse al escuchar la voz de mi hija con claridad.

- ¿Qué?

- ¡Rinaaaaa! ¡Rinaaa!

- ¿Rina?

- ¿Quién podría ser cuñadita? - miro a Marina y me tomó sólo unos segundos para finalmente entender.

¡Maldición!

- ¡No puedo creerlo, Marina!

- Rina, mi amor, acéptalo.

*Flashback*

Sí, así es. La primera palabra de Destiny fue Rina.

Luisita y yo siempre fantaseamos que sería como Louis, que había dicho mamá la primera vez. Pero no, aquella  egocéntrica interfirió en nuestros planes.

Iba a comenzar un nuevo capítulo del libro, cuando recibí un mensaje. Sonrío antes incluso antes de ver quién era, porque sólo una persona podría ser.

"Será mejor que te laves bien la boca más tarde, tengo algo delicioso para que comas..."

"¡¡¡OH DIOS MÍO!!! QUIERO. ¿Qué es?"

"¡Lasaña de cuatro quesos! Nos vemos más tarde en la cena, estoy inspirada. Te quiero."

Confieso que no fue lo que esperaba. Pero nunca rechazaría la lasaña de cuatro quesos de mi esposa, es la mejor del mundo.

Espero que mi madre no descubra nunca eso.

//

A los cinco años Destiny ya había aprendido a leer y sabía escribir algunas palabras. Después de muchas conversaciones y temores de mandarla a la escuela, Luisita y yo decidimos inscribirla en la antigua escuela de Louis. No estaba tan lejos de la actual de él, podríamos buscarlos y llevarlos.

En su primer día de escuela no era Destiny quien estaba nerviosa y ansiosa, era Luisita. Se la paso todo el tiempo pegada a nuestra hija, siempre preguntando si estaba bien o si quería aplazar ese momento.

Tomo muchos meses para que mi esposa lidiara con el hecho de que nuestra hija estaba creciendo.

No era diferente conmigo de todos modos.

A los ocho años, Destiny comenzó a demostrar interés con cosas relacionadas con la medicina. Ella obtuvo un libro de Natalia, no tan complejo, de medicina que hablaba sobre el cuerpo humano y quedo simplemente fascinada. Tuve que explicar muchas cosas que eran, pero era siempre tan inteligente que entendía todo rápidamente.

Con nueve años nos llevamos el primer susto cuando Luisita y yo recibimos una llamada del colegio de Destiny diciendo que había sido herida y estaba en el hospital. No es difícil imaginar nuestra desesperación, especialmente la mía. Llegue al lugar llorando y Luisita tuvo que calmarme.

Al final descubrimos que era sólo un esquince en el tobillo, que se hizo cuando estaba jugando en el patio con sus compañeros de clase.

Mi sobreprotección aumento.

Al poco tiempo Destiny contrajo varicela, y por consecuencia, Luisita cayó enferma. Era siempre así, una estaba enferma y luego la otra también. Louis y yo teníamos que cuidar a nuestras chicas, no demoro mucho para que ambas estuvieran perfectamente bien y celebráramos comiendo helado.

//

La sonrisa no desaparecía de mi rostro, mi pequeña hija estaba tan feliz. A ella simplemente le encanta venir al parque, una pena que Luisita no pudo venir, pues mi esposa tiene que dar clases hoy. Pero sé que está haciendo lo que siempre ha querido, incluso aunque la eche de menos, tengo que entenderlo y aceptarlo.

Una ligera brisa golpea con mi cuerpo, refrescándome, estaba comenzando a sentir un poco de calor.

- Mira, si no es mi madre ejemplar favorita - sorprendentemente la sonrisa en mi rostro aumento aún más al oír esa voz, ni tenía que mirar para saber quién era. No había manera que no reconociera esa voz, es única.

- Tú... - me levante para saludarla, para ser envuelta en sus brazos y darme un abrazo fuerte. Ella me levanto del suelo, haciéndome reír - Marina, me vas a tirar - hable con pánico cuando ella empezó a girar, haciendo que mis pies se balanceen igual que mi cabello.

- Has perdido tanto peso, estás pesando lo mismo que Luisita - dice poniéndome en el suelo.

Toco sus hombros, un poco sofocante por tratar de soltarme de ella. Era cierto, había perdido unos kilos, pero todo era debido a Destiny y su hambre exagerada. No se puede negar que es mi hija.

- ¿Tu mujer no te alimenta? El coño no cuenta.

- ¡Marina! - exclamo con horror, mirando alrededor para ver si alguien escucho lo que acaba de decir. No cambia esa manera "espontanea" de ser.

- Sólo estoy diciendo la verdad, ¿crees que no sé qué pasa en el coche cuando vas a buscarla al trabajo?

- No es culpa nuestra que tener sexo en nuestra casa es casi imposible.

- Al menos lo admites - reviro los ojos, volviéndome a sentar en la toalla donde estaba antes, pero esta vez deje un espacio para Marina - ¡Tengan cuidado ustedes dos, los estoy viendo! - su grito atrajo mi atención y sólo entonces me di cuenta que trajo a Toni y Harry al parque también, los dos estaban con Louis y Destiny - Eso niños están cada vez menos educados, ni siquiera saludan a las personas. Quisiera saber de dónde aprendieron a ser así.

- ¿Quieres saber de dónde aprendieron a ser así? - la miré con una sonrisa.

- Oh, cállate, por favor - ella me empuja por el hombro, haciéndome reír. Marina apoya ambas manos en el suelo, inclinando la cabeza y dejando escapar un largo suspiro. Ella se ve cansada. Su cabello se balancea conforme gira la cabeza, tronando los huesos de su cuello - Parece que un camión pasó por encima de mí.

- Puedo verlo. ¿Quieres un masaje? - Marina para de tronar su cuello y me mira, con una expresión extraña en su rostro. Frunzo el ceño, confundida - ¿Qué pasa?

- ¿Esa es una técnica de seducción lesbica?

- ¡Marina, joder!

- Mami dijo una mala palabra - de repente una pequeña que ni siquiera vi se acerca, acomodándose en mí regazo - Le diré a mamá.

- Amo a esa niña - Marina dice riendo.

Destiny se levanta de mi regazo y está vez se acomoda en el regazo de su segunda madrina, la primera fue Natalia. El día que bautizamos a nuestra hija, Luisita y yo casi enloquecemos con esas dos queriendo tomar el lugar de la otra. Entonces lo decidimos así, Marina y Natalia son las madrinas de Destiny.

- ¡Des, ven!

Oímos a Harry llamarla, mi hija le da un último beso en la cara a Marina antes de salir corriendo hacia los chicos. La estoy viendo, ella es tan feliz con su hermano y sus primos. Me gusta verla de esa manera tan alegre.

- Se ve mejor.

- Sí, tienes razón. El resfriado la había dejado abatida, pero ahora su energía volvió con todo.

- Deben sufrir con esos dos. Destiny es muy hiperactiva cuando está con Louis.

- Ni me digas, hay días que parece que un huracán entro en la casa.

- Lo imagino - Marina suspira y se recuesta, poniendo sus brazos detrás de su cabeza - ¿Y tú? ¿Cómo estás?

- Bien, un poco cansada de tener que cuidar a esos dos, pero estoy bien.

- ¿Lista para enfrentar todo de nuevo? - la miro sin entender - Aumentar la familia, ¿no querías seis hijos?

- ¡Oh no! Definitivamente no. Estoy contenta con los dos que tengo - Marina y yo terminamos riendo.

Luisita y yo estamos trabajando con nuestros hijos, son obedientes, pero tienen una energía inagotable. Nuestra casa siempre parece una zona de guerra, y no hay necesidad de comentar sobre sus habitaciones.

- Louis y Destiny valen los seis hijos que quería. Además, no sé si podría tener otro embarazo tan bueno como el de Des.

- Por supuesto que puedes, lo sé. Tienes miedo de algo. ¿Qué pasa? ¿Luisita no quiere más hijos?

Suelto un largo suspiro, sosteniendo mi cabello. El día estaba soleado, incluso la brisa soplaba un poco caliente.

- De vez en cuando se pone toda nostálgica viendo fotos viejas y videos de nuestros hijos. Siempre se emociona hablando que ellos crecieron demasiado rápido, pero nunca comenta acerca de tener más hijos.

- ¿Y si quiere?

- Tal vez adoptemos.

- ¿Por qué no tener uno? Amelia, tu salud esta perfecta. Basta con que sigas todas las recomendaciones medicas. Y sabemos que adoras ser mimada por Luisita durante el embarazo.

- Lo sé, pero tengo miedo de que algo malo suceda. Luisita casi me perdió dos veces, y si no fuera por ti que me salvaste.

- Y haría todo de nuevo para salvar tu vida.

- Sé que lo harías, eres muy valiente en arriesgar la vida de Harry al donarme sangre. Sabes que jamás permitirá que cometieras esa locura de nuevo, ¿verdad?

- Pero él está bien, saludable. Come tanto como su padre y hermano. Nada salió mal, sólo te ayude a ponerte bien - Marina se sienta, colocando una mano sobre mi hombro - Y lo haría de nuevo sin pensarlo dos veces, porque te quiero demasiado.

- Te quiero también, y siempre estaré agradecida por todo lo que has hecho por mí.

- Para eso son las hermanas, ¿cierto?

//

En el aniversario de diez años de Destiny, Luisita y yo descubrimos que Louis había dado su primer beso. ¿Necesito comentar lo poseída que estaba mi mujer? Tuve que ser muy paciente y calmarla de la mejor manera posible.

Ella olvido completamente el tema cuando estaba de rodillas para ella.

//

- ¿Segura que no necesitas ayuda? - pregunto recelosa cuando llego a nuestro patio.

Luisita está empeñada en enseñarle a nuestra hija a andar en bicicleta desde que Destiny obtuvo una como regalo de los padres de mi esposa para celebrar su cumpleaños número ocho. Obviamente intente de todas formas intervenir eso, porque, bueno, Luisita no es la mejor maestra si saben a lo que me refiero. Su coordinación solamente existe cuando está bailando, porque de lo contrario ella es algo "torpe".

- Déjala conmigo, sé lo que estoy haciendo - dice completamente segura, con una mano sobre el pecho y la barbilla erguida.

Una actitud típica de confianza. Confianza que en mi opinión es inexistente y Luisita es demasiado terca para dar su brazo a torcer. Marina ha pasado horas burlándose de su capacidad, insistiendo en que mi mujer nunca podría enseñarle a Destiny a andar en bicicleta solita, sin mi ayuda.

Obviamente mi determinada mujer acepto aquel desafío, dispuesta a callar a su mejor amiga.

Me senté a observar a mi amada esposa y nuestra pequeña hija, que un tanto recelosa seguía a su madre hasta el patio. Destiny estaba cada vez más alta, por alguna razón parecía más y más mayor y nunca sabríamos explicar de quien había sacado esa tendencia de ser alta. Mirándolas a las dos era notable lo similares que eran y nada en el mundo me hacía más feliz que eso.

Siempre quise que tuviéramos una hija parecía a Luisita, porque el mundo necesita ser bendecido con otra belleza única. Todos los días me despierto con una enorme sonrisa en el rostro al encontrarme con los dos tesoros de mi vida.

- ¿Qué vas a hacer Luisita? - pregunto un tanto horrorizada al verla tomar la bicicleta de Louis.

Ya no la usa como antes, siempre está más interesado en su longboard, un regalo que le di por sus buenas calificaciones. Mi mujer se limita a sonreír, haciendo caso omiso de cualquier horror que dejó aparente.

- Mira y aprende Des.

Coloco las manos sobre la cabeza, sintiendo algo muy dentro de mí decir que aquello no saldría bien. Obviamente Luisita sabe andar en bicicleta, pero como dije antes, ella es muy torpe. Destiny está de pie junto a su madre, el pequeño casco púrpura en su cabeza y las manitas atrás en su espalda. Al igual que yo, parecía observar aquello con cierta agitación. Para su edad, es muy inteligente y conoce bien a su otra madre.

Luisita se sube a la bicicleta, sonriéndome antes de empezar a andar alrededor de la piscina. Niego con la cabeza y trato de contener una sonrisa, pero es imposible, especialmente cuando nuestra hija vibra con su madre y se anima a subir a la pequeña bicicleta. Me acerco a ella, ayudándola a subirse correctamente.

- ¿Recuerdas lo que te dije de pedalear lentamente?

- Sí mami - ella concuerda con la cabeza, miro a Luisita y la veo mirarme con cierto enojo, sabía que se pondría así si me ve tratando de ayudar. Mi amor y su eterno orgullo - Más despacio - Destiny susurra bajo, animándose a sí misma.

Me alejo de ella, dejando que mi hija comience a pedalear sola. Es una chica inteligente, consigue aprender rápido, y Luisita le ha enseñado lo suficiente.

Estoy lejos de nuevo, mirando con orgullo a las dos mujeres de mi vida, una al lado de la otra. Era gracioso ver a Luisita en aquella bicicleta tan pequeña, pero no dejaba de ser adorable.

//

Era un sábado con un sol muy caliente, decidimos quedarnos un tiempo en la calle con los niños. Desde que Marina e Ian se habían mudado a la casa frente a la nuestra, nuestros hijos estaban siempre juntos y terminamos comiendo juntos también, como ahora por ejemplo.

- Luisita está haciéndolo bien, ¿verdad? -Ian comento, pareciendo divertido al ver a mi mujer andar en bicicleta con los niños.

Ella se convertía en una adolescente cuando estaba con nuestros hijos y sobrinos. Sonrío, sintiendo a mi hermano pasar un brazo alrededor de mis hombros y tirarme contra él.

- Ella es genial - contesto con orgullo - Parece que alguien se quemó la lengua.

- Sabía que ella conseguiría enseñar a Des a andar en bicicleta - Marina responde rápidamente, lo que hace que Ian y yo riamos - Muy bien, confieso que no confiaba demasiado, pero me alegro de que lo hizo.

- ¿Estabas muy feliz cuando perdiste aquellos trescientos dólares?

- No puedo creerlo, ¿apostaste con ella?

- ¡Ian! - Marina reprende a su marido, que sólo me hace reír más. De hecho no estoy tan sorprendida, ella siempre fue fan de las apuestas - No se supone que tenías que haberle dicho.

- No lo sabía - mi hermano se veía tan culpable y termino recibiendo un golpe de Marina, haciéndome reír.

Me encantan esos dos. Es tan extraño pensar que ellos se gustaban en la secundaria y entonces decidieron estar juntos y desde entonces es así, igual que mi esposa y yo.

- ¡Mamá!

El grito de Destiny hizo que los tres miráramos a su dirección, mi corazón ya acelerado en mi pecho imaginando mil cosas. Mi hija parecía desesperada yendo hacia alguien y entonces pude ver el motivo de su desesperación, Luisita estaba en el suelo al otro lado de la calle retorciéndose en la acera. Abro los ojos, dirigiéndome rápidamente hacia mi esposa. Parecía haberse lastimado de verdad, sabía que no era buena idea que anduviera tan rápido en la bicicleta.

- ¡Luisita! - exclamo al llegar lo suficientemente cerca de ella para ver lo que sucedió - Joder, cariño - me agacho a su lado, retirando la bicicleta en medio de sus piernas - Hija aléjate un poquito para ver cómo está tu madre - pido a Destiny, tratando a toda costa tocar el rostro de Luisita y llenarlo de besos. Siempre hacia eso cuando Louis se lastimaba, pues dice que los besos de amor curan el dolor.

- Pero mami, mamá necesita cuidados - se queja, observando afligida a su madre quejándose en el suelo.

Me duele ver a mi hija tan preocupada por Luisita que parece sentir tanto dolor. Miro de nuevo a mi esposa, retirando el cabello de su rostro para ver qué pasó. Mis ojos casi se salen de sus orbitas al ver la espesa línea roja escurrir por su cuello.

- ¡Joder, Luisita!

- Esa mierda duele - ella murmura, haciendo una mueca de dolor. Hago la misma cara, sabiendo que está herida de verdad.

- Siendo unas madres ejemplares como siempre - oigo a Marina comentar con ironía pero la ignoro.

Sostengo las manos de Luisita y levanto su barbilla dejando ver el corto visiblemente profundo. Destiny deja escapar un grito, comenzando a llorar cuando ve a su madre sangrando. No necesito decir nada para que Marina la saque de allí, tratando de calmarla.

Nuestra hija es muy unida a Luisita, la conexión es tan fuerte que si una se enferma la otra automáticamente también.

- Creo que necesitaras algunos puntos.

- No, amor, no. Por favor - ella comienza a implorar, desesperada porque no la llevase al hospital.

Sentía pena por ella, pero no había escapatoria. Ese día la lleve al hospital y mi esposa ganó cinco puntos e ese corte. ¿Por qué motivo? Estaba queriendo mostrar a nuestra hija que sabía hacer maniobras, de la misma forma que nuestros sobrinos y Louis hacen.

Al final del día recibí un mensaje muy audaz.

"Te dije que jodería todo, ella es muy torpe. Parece que tenía razón después de todo."

Marina nunca cambia su forma de ser.

//

El primer baile de graduación de Louis fue un momento memorable. Mi mujer estaba exudando felicidad. Por supuesto esa felicidad desapareció cuando descubrió quien sería pareja de Louis. Luisita tenía unos celos extremos en la entonces novia de nuestro hijo. Ella simplemente no conseguía aceptar esa relación, pero nunca le impidió salir con Rosalie.

En el fondo Luisita era demasiado protectora y celosa. Pero más allá de eso quería que nuestro hijo fuera feliz. Y él era muy feliz con su novia.

- Te has convertido en un guapo hombre - ella dijo con entusiasmo.

Nuestro hijo ya estaba listo para ir a buscar a su novia e ir al baile de graduación. El smoking escogido por mí se veía perfecto en Louis, dejando su rostro más de hombre. Cada vez ganaba más rasgos de hombre y eso me hace feliz y también triste. Parece que fue ayer cuando estábamos jugando en el suelo de su habitación.

- Diviértete, ¿de acuerdo?

- No voy lejos mami, es sólo un baile - Louis bromeó, haciendo que Luisita resoplara y palmeara su hombro. Él ríe, tirando de ella a sus brazos - Vuelvo pronto, pero no llores. Sabes que odio verte así.

- Estoy demasiado orgullosa.

- ¡Hey hombrecito! - llamó su atención, haciendo que los dos me miren - Diviértete y juicio, ¿ok?

- Claro mamá - estiro la mano para chocar los cinco. Él sostuvo el rostro de Luisita en sus manos y beso su frente - Tengo que irme, nos vemos antes de las dos.

Y simplemente se fue, a buscar a su chica. Luisita estuvo despierta durante todo el tiempo que nuestro hijo estuvo fuera; acostada en mi regazo viendo fotos viejas, sólo logró dormir cuando él llegó.

Y me abandono para dormir aferrada a él. Pero entendí, se estaba sintiendo muy emocionada por que nuestro pequeño se hacía cada vez mayor.

//

Recuerdo bien el día que Louis nos contó sobre el embarazo no planificado de Rosalie. Luisita y yo estábamos planeando su fiesta de dieciocho años, dentro de poco nuestro hijo se formaría e iría a la universidad. Nuestro plan era comprar un apartamento para él, no queríamos dejarlo en dormitorios para que Louis tuviera más comodidad.

Luisita estaba animada, había vuelto a casa diciendo que había encontrado el apartamento perfecto y no estaba tan lejos de la universidad donde Louis eligió ir, Princeton. Apenas comprobé que el lugar pareciera lo suficientemente acogedor, con mi esposa decidimos ir hasta allí y cerrar el trato.

- ¿Crees que le gustara?

- Estoy segura que sí - estábamos sentadas en el sofá, mi esposa en mi regazo con la tablet mostrando las fotos del apartamento. Bese su espalda, expuesta por la blusa caída que ella usaba - María no ha llamado, ¿será que Destiny se está comportando?

Nuestra hija se había ido a pasar el fin de semana con mi cuñada y sus primos. Serena ama a mi pequeña, y el sentimiento es recíproco. De vez en cuando somos obligadas a compartir a nuestro bebé con ella.

- Probablemente está con Serena, ella estaba muy emocionada cuando supo que su prima estaría en la ciudad este fin de semana.

- Son tan apegadas.

- Mucho - Luisita bloquea la pantalla de la tablet, colocándola a un lado. Se gira en mi regazo, colocando las piernas al lado de mis muslos, y sosteniendo mis hombros - ¿Qué tal si te pegas a mí?

- Hmmm, tentadora propuesta - subo las manos por sus muslos, llegando hasta su culo. Le doy una palmada, haciendo a Luisita saltar en mi regazo y esbozar una enorme sonrisa - Amo ese culo.

- Siempre dices eso.

- Porque es muy hermoso - estaba a punto de atacar su boca cuando oímos la puesta ser abierta. Luisita suspiro, claramente frustrada. Miré para ver si era Louis y lo vi caminar lentamente hacia nosotras, parecía abatido y estaba pálido - ¿Hijo?

- ¿Qué ha pasado, mi amor? - Louis pareció estremecerse, tanto por lo que le pasaba y por la forma en que Luisita lo llamó. Ella se levanto de mi regazo, caminando hacia nuestro hijo - Estás más pálido que tu madre.

La mire con incredulidad, pero Luisita parecía no sentir mi mirada en ella. O simplemente me ignoro.

- Tengo que decirles algo, pero por favor, no griten.

- Eso nunca es buena señal. ¿Qué has hecho, Louis Gómez Ledesma?

Él pareció estremecerse, sabiendo que yo no estaba tan tranquila. Cada vez que lo llamó por su nombre completo Louis sabe que las cosas no serán buenas para él.

- No hay manera de decir esto, entonces sólo lo diré - él trago saliva y miro a Luisita sosteniendo sus manos - Mami, mamá... Rose está embarazada, voy a ser papá.

Todo parecía en cámara lenta después de que él dijo eso. Tuve que ser muy rápida para sostener a Luisita antes de que cayera al suelo, mi esposa estaba aturdida tanto o más que yo. Louis no sabía qué hacer, indeciso sobre ayudarme con Luisita o colocar las manos sobre su cabeza.

Fue un día de muchas emociones, que se calmo con la inesperada llegada de Marina e Ian. Ellos nos calmaron a Luisita y a mí, pero estaban tan sorprendidos como nosotras de descubrir el motivo de nuestro aturdimiento.

Ese día vi a mi hijo ser más hombre que nunca, asumiendo todas sus responsabilidades, dispuesto a crear su familia.

//

El día que Angelica nació, Luisita y yo lloramos tanto cómo cuando nacieron nuestros hijos. Fue una sensación tan intensa saber que aquella pequeña era la hija de nuestro hijo. ¡Cielos! Las dos nos convertimos en abuelas.

Yo, obvio, grabe cada momento con mi cámara.

Louis estaba tan emocionado por el nacimiento de su hija, fue la primera vez que lo vimos llorar como un niño desde que se convirtió en un pre-adolescente, momentos así eran inexistentes. Estaba asustado, pero su felicidad fue mayor.

Gracias a Dios, todo salió bien y él comenzó a dividir el tiempo entre cuidar a Rose, trabajar y estudiar. Los dos terminaron mudándose al departamento que Luisita y yo queríamos comprar para nuestro hijo.

No hace falta decir que mi esposa estaba inconsolable, ¿verdad?

//

Cuando Destiny cumplió doce años, fue mi turno de casi morir. ¿El motivo? Simple; su primer beso.

Realmente pensé que iba a tener un ataque al corazón cuando sin querer, escuche a nuestra hija confiar a mi mujer que había dado su primer beso. Se veía tan feliz, pero yo estaba ciega de celos.

- Fue con Jhon, uno de mi escuela.

- ¿El rubio?

Estaba buscando a mi esposa y nuestra hija cuando oí una conversación baja entre las dos en el cuarto de Destiny. Debido a que la puerta estaba entreabierta podía oír su conversación. Fruncí el ceño, ¿de qué estaban hablando?

- Él mismo.

- ¿Te gusto tu prime beso?

Fue como si alguien me hubiera golpeado la espalda, haciéndome entrar al cuarto tambaleándome. Luisita y Destiny se giraron hacia mí con los ojos muy abiertos, el susto pareció duplicarse cuando vieron que era yo.

- Dime que escuche mal. ¿Diste tu prime beso? - negaba con la cabeza, mientras hablaba y movía las manos frenéticamente. Los ojos de mi hija se abrieron, mirando desesperadamente a Luisita - ¡Destiny!

- Amelia cálmate, fue sólo un beso.

- ¡Oh, por favor! ¡No fue sólo un beso, Luisita! Fue un maldito beso de mi bebé. ¿Lo puedes entender? - la mire con odio, pero mi mujer ignoró mi probable expresión amenazadora, rodando los ojos - ¿Quién fue? Dime el nombre y dirección.

- Mami...

- ¿Qué dijiste cuando paso lo mismo con Louis? Oh, ya recuerdo: "Son sólo niños, cariño. Un beso no cambia nada" - Luisita sonrío cínicamente cuando termino de hablar, mirándome como si me desafiara.

Juro que quería hacerla tragar sus palabras, pero sólo levante las manos y golpee mi pie en el suelo.

- ¡Te odio! - grité antes de salir de la habitación. Mi esposa se río y todavía la escuche gritar: "¡Me quieres demasiado!"

¿Quién necesita enemigos teniendo una esposa cómo la mía?

//

Con los años tuve que acostumbrarme al hecho de que mi hija estaba creciendo, convirtiéndose en una mujer hermosa y responsable. Cuando cumplió dieciséis años fue el año en que Destiny más cambio, eso incluía su primer novio. Ni más ni menos que el hijo mayor de Natalia, ella se embarazo primero que yo, pero ya que viajaba, sólo lo supe cuando complete los tres meses de embarazo.

Destiny parecía muy enamorada de David, tanto cómo él. Estaba claro desde hace tiempo que el niño gustaba de mi hija, pero ella nunca había demostrado algún interese más allá de la amistad con él. Aun sabiendo todo eso, mis celos no disminuyeron.

Siempre quería a mi pequeña conmigo, pero por desgracia tuve que aceptar que un día nuestros hijos siempre salen debajo de nuestras alas.

La sensación de protección es eterna. Las madres siempre velan por el bienestar de sus hijos, e incluso aunque no lo admitan, en el fondo siempre querrán tenerlos allí. Porque con la cercanía podemos estar seguros de que ellos se están cuidando, que no están haciendo nada malo. Pero también es un orgullo verlos crecer, ganar su propia independencia.

No importa cuántos años pasen; ellos crecerán y serán criados por sus familias, para tener sus propias vidas.

Destiny siempre será mi niña y Louis siempre será mi pequeño.

//

Tiempo actual

Luisita está con la cabeza apoyada en mi hombro izquierdo, una de nuestras manos están entrelazadas y la otra mano presionando su cuerpo contra el mío. La sonrisa no desaparece de mi cara, estar con ella siempre me trae una sensación de paz. Nuestras prendas están mojadas por la lluvia que cayó sobre nosotras, pero no me importa.

- ¿Estás feliz con todo lo que conseguiste a mi lado? - Luisita pregunta de repente, levantando la cabeza para mirarme a los ojos.

Su cabello está pegado a su cara, libre de cualquier maquillaje. ¡Guapísima!

- Estoy completamente feliz con todo lo que conseguí contigo.

Apenas termino de hablar y algunos gritos se escuchan en el patio. Miro por encima del hombro, encontrándome con todos saliendo de la casa para aprovechar la lluvia. Suelto una risa, observando a mi hijo colocar a Angelica sobre sus hombros y correr con ella a través del patio. Luego Destiny y David salen, de la mano, la sonrisa desaparece de mi cara al ver esa escena.

- ¿Por qué estás apretando mi mano tan fuerte? - Luisita se queja y sólo entonces me doy cuenta de que lo estaba haciendo, soltando rápidamente el agarre en su mano.

- Lo siento, sólo me distraje.

- Lo sé, me di cuenta - Luisita retira su mano que estaba en mi hombro y sostiene mi barbilla, girando mi rostro hacía ella - Es una mujer ahora, necesitas vivir con ello.

- Todavía veo a aquella niña desgarbada corriendo por la casa huyendo de las dos por no querer ponerse la ropa.

Luisita se ríe, probablemente recordando las muchas escenas en las que ambas tuvimos que correr a Destiny para ponerla la ropa. Nuestra hija simplemente amaba correr desnuda por la casa.

- Era divertido, Des odiaba usar pañales.

- Cierto, mi madre me dijo que tenía la misma costumbre.

- Sí, lo recuerdo. Amabas mostrar ese culo blanco por allí.

- Y ahora sólo te lo muestro a ti.

- Menos mal.

Le sonrío antes de sellar nuestros labios. Sostengo las dos manos de Luisita, juntando nuestros cuerpos para girarla, y luego volver a la posición anterior. No era necesario tener una canción, era suficiente estar a su lado.

Recordando los viejos tiempos.

- Hemos creado una bella familia. Dos niños hermosos y responsables, una vida estable y el amor entre nosotras no termina.

- Sólo se hace más fuerte. Me alegro de que hayas sido la única en mi vida.

- Puedes no haber sido la primera, pero eres la única que realmente importa - mi declaración hace a mi esposa sonreír abiertamente antes de tirarme a un beso apasionado. Suspiro, soltando su mano para envolverla en mis brazos.

- ¡Alto! Estúpida. Pervertida - Luisita me regaña cuando puse mis manos sobre su culo. Me reí de su reacción, sobre todo porque tenía las mejillas sonrojadas.

- ¿Sabes cuánto me gusta cuando me llamas así?

- ¿De qué forma? ¿Estúpida? - asiento con la cabeza - Es porque eres una estúpida, combina contigo.

Selle nuestros labios varias veces. Siempre estuve tan estúpidamente enamorada por esa mujer. Estoy segura que desde el principio fue así, y continuara en otras vidas.

Recargue nuestras frentes y la mire sus ojos para susurrar:

- Siempre seré tu estúpida esposa.

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