Stupid Wife

By luimeliamoments

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¿Te has imaginado casada con alguien que nunca soportaste en la vida? Luisita también lo había imaginado, sin... More

Prólogo.
Capítulo 1. ¿Qué?
Capítulo 2. Volver a la vida.
Capítulo 3. Algunos vídeos.
Capítulo 4. Mi hijo.
Capítulo 5. ¿Un sueño o....?
Capítulo 6. Ella es mi problema.
Capítulo 7. Deseos.
Capítulo 8. Ella me dejará ir.
Capítulo 9. Aniversario.
Capítulo 10. Empezar de nuevo.
Capítulo 11. Siempre que quieras.
Capítulo 12. Ella es increíble.
Capítulo 13. Esposa.
Capítulo 14. Día de nieve.
Capítulo 15. Tentación.
Capítulo 16. Solo un poco de tu corazón.
Capítulo 17. Me gusta cuando me llamas cariño.
Capítulo 18. ¡Esta loca!
Capitulo 19. Clases de conducir.
Capítulo 20. Mi Ame...
Capítulo 21. Something.
Capítulo 22. No me dejes.
Capítulo 23. Todo va a estar bien.
Capítulo 24. Déjame abrazarte.
Capítulo 25. Feliz navidad.
Capítulo 26. Todo lo que ella quiera.
Capítulo 27 - Better than a princess, more than a queen.
Capítulo 28 - Everything.
Capítulo 29 - En mi lugar.
Capítulo 30 - Una oportunidad.
Capítulo 31. Confianza y actitud.
Capítulo 32. ¿Dónde estoy?
Capítulo 33. Esta es mi realidad.
Capítulo 34. Nada supera.
Capítulo 35. Soy tu regalo.
Capítulo 36. Felicidad indefinida.
Capítulo 37. Pequeña estrella.
Capítulo 38. Recuerdos.
Epílogo I
Epílogo II
Especial Destiny

Capítulo 39. Destiny.

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By luimeliamoments

El domingo comenzó con el día bastante acalorado, quien está sufriendo más con eso es Amelia. Ya quien está amando el día soleado es mi pequeño Louis, que parece un pez por no querer salir de la piscina para nada. Estoy sentada en el borde de la piscina, en uno de los muchos sillones esparcidos por allí. Mi hijo está jugando en la piscina con sus patitos de plástico, estoy atenta a cualquier movimiento que haga, pues él no sabe nadar, nunca se sabe cuando algo puede ir mal.

- Luna... - escucho la voz mimosa de mi amada esposa y desvió la mirada de Louis en la piscina. Amelia está caminando prácticamente arrastrando los pies, sus pechos mucho más grandes apretados en ese bikini de rayas, el rostro ligeramente ruborizado. Hermosa - Tengo un antojo.

Sonrío y bajo las piernas, haciendo una señal para que se siente en mí regazo. Amelia no se hace del rogar, viene hacia mí y sostiene mis hombros antes de sentarse en mis muslos.

- ¿Qué quieres?

- Copos de helado con crepa de Nutella - pasa la lengua por sus labios al terminar de hablar, sus ojos brillan.

- Iré a prepararlo para ti - Amelia celebra y aplaude animada, después me da un beso rápido - Lou, sal un poco del agua, hijo.

Veo al pequeño mirar en mi dirección y un puchero aparece en sus labios. Suspiro, desvió la mirada a Amelia y la veo con el mismo puchero.

¡Chantajistas!

//

Observo a mi esposa prácticamente devorar el helado. Louis está con la misma expresión que yo, él está mirando horrorizado a su madre que tiene toda su boca manchada. No es muy inusual cosas como esas pasen, el apetito de Amelia está muy desregulado.

Desvió la mirada al pequeño y termino riendo de su expresión, él está boquiabierto.

- Estos son... - Amelia dice con la boca llena, la reprendo con la mirada y ella para de hablar para terminar de tragar - Son las mejores copos que he comido en mi vida.

- Puedo verlo - bromeo, viéndola limpiar la boca con el dorso de su mano - Amelia, no hagas eso - la regaño y tomo una servilleta para entregársela.

Ella tiene esa manía de seguir haciendo cosas como esa frente a nuestro hijo, debe entender que los niños copian a los adultos. Pero confieso, que encuentro adorable a esa Amelia que necesita una llamada de atención algunas veces. La verdad es que amo cada parte de esa mujer, hasta cuando está malhumorada. No tengo defensas contra los efectos que ella me causa.

Es imposible no estar completamente enamorada de ella.

Amelia tiene una especie de imán, ella te atrae, te deja encantada y enamorada con facilidad. Esos gestos de mujer-niña, cuando está estresada golpea el pie y aumenta la voz, pero luego viene toda mimosa pidiendo disculpas con aquella carita linda. La forma decidida como camina y vive su vida, la forma increíble que ve la vida. La forma en cómo mueve sus rizos, o conversa moviendo las manos.

Todo en ella es alucinante.

Amelia es un conjunto infinito de cosas para enamorarte.

//

Miércoles, 05 de agosto de 2023

- Hola - mi voz resuena en el vídeo, estoy más joven, una enorme sonrisa en mi rostro. Mi cabello preso en una cola de caballo, mis ojos brillaban intensamente. Parece que estoy muy feliz - Hace algunas horas me desperté, fui fuera para admirar la vista. Y tengo que agradecer a mis padres, muchas gracias. Santorini es realmente maravilloso - tengo la lengua entre los dientes y sonrío con los ojos cerrados - Pero sería aún mejor si mi esposa estuviera con suficiente energía - un puchero aparece en mis labios y termino riendo de mi aspecto desolado en el video.

Giro la cámara y camino hacia la cama, mostrando una Amelia toda desparramada sobre ella. La sábana está en su cintura, mi esposa está sin ropa y aunque la habitación no estaba tan clara, es posible ver algunas marcas en su espalda. Aumento el zoom de la cámara y enfoco su rostro. Sus labios ligeramente separados, con el rostro sereno, más delgado de lo que está ahora.

Voy bajando la cámara, mostrando toda parte descubierta del cuerpo de Amelia. Ni siquiera se movió, sólo mi respiración se escucha en el video. Veo mi mano aparecer en la pantalla, toco ligeramente su culo, para luego apretar la carne dura con fuerza. Un suspiro escapa de mi esposa, sonrío, ella parece reconocer mis toques incluso cuando está dormida.

- Sé que me estoy poniendo pesada contigo, amor - comento mientras acaricio su culo, pasando el dedo índice en la brecha entre sus nalgas. Escucho una risita escapar de mí, parece que Amelia se encoge ante aquello. La cámara vuelve a estar enfocada en mi rostro - Pero la culpa es toda tuya, que despiertas mi lado salvaje - balanceo mis cejas y termino riendo de mi estupidez - Sé que tengo mi parte de culpa por haber sugerido que no tuviéramos un contacto más íntimo hasta la boda. Recuérdame nunca más hacerlo.

Estoy riéndome de mis discursos, muecas y bromas tontas cuando escucho la puerta del cuarto siendo abierta. Miro a esa dirección y veo a Amelia acariciando su barriga y bostezando algunas veces. Tomo el mando para pausar el vídeo.

- ¿Qué estás haciendo?

- Viendo algunos vídeos de nuestra luna de miel - me arrastro hacia atrás y doy espacio para que mi esposa se siente entre mis piernas - No sabía que fuimos a Santorini. Cuando era más joven siempre soñé con conocer ese lugar - comento con pesar.

Me gustaría tanto recordar nuestra luna de miel y haber pasado algunos días en Santorini. Es un hermoso lugar, no es justo que lo haya conocido y no lo recuerde.

Mis pensamientos son interrumpidos por Amelia, que apoya la cabeza en mi pecho y envuelve su cintura con mis brazos. Me sorprende el hecho de que estaba buscando estar en mi regazo, desde que Louis volvió a clases, mi esposa ha estado carente de cariño. Pero amo acariciarla.

- Hazme cariños - ella pide, con la misma maña de siempre. Sonrío y llevo una mano a su cabeza, entierro los dedos en sus rizos y comienzo con las caricias delicadas - ¿Por qué dejaste de verlo? Ponlo de nuevo, también quiero verlos.

- ¿El de nuestra luna de miel? - ella sólo murmura de acuerdo. Vuelvo a tomar el mando y pongo el vídeo donde me había detenido - No he encontrado ningún vídeo de nuestras primeras noches - comento triste y Amelia suelta una risita, miro su rostro, curiosa - ¿Qué pasa?

- Ni siquiera recordamos la existencia de la cámara las primeras tres noches, cariño - levanto mis cejas, sin interrumpir los cariños en la cabeza de Amelia - Agotaste toda la energía que tenía. Parecías una ninfómana sedienta de Amelia.

Mis mejillas se calientan un poco, pero no puedo evitar reírme de su frase. Trato de imaginar cómo deben haber sido esos días, pero al juzgar por la tensión y la química sexual que tenemos, sólo puedo deducir que debe haber sido una locura. Si Amelia estaba profundamente dormida en medio del día por estar cansada después de tanto sexo, no consigo imaginar cómo fueron los siguientes días.

Pero nadie puede juzgarnos. Las parejas lo hacen en su luna de miel, ¿cierto? Por lo menos deberían. Comenzar el matrimonio con todo el cuerpo, no sólo el pie derecho.

- ¿Tenemos un vídeo de nuestra boda? No recuerdo haber visto ningún vídeo.

- Hay, pero no están en la caja - apunta al mueble del televisor, me desenredo de su cuerpo y me levanto de la cama.

Me arrodillo delante del pequeño mueble de madera, tan reluciente que parecía nuevo. Cuando abrí el cajón, entonces pude ver un par de DVDs. A diferencia de los otros estos estaban dentro de las tapas de color azul con un borde dorado, en el medio dorado también destacando el nombre más bello del mundo: Sra. Y Sra. Gómez Ledesma.

¿Existe combinación más perfecta que esa?

Siento mis ojos llorosos, tal vez por la emoción del momento. O tal vez un poco triste por no recordar ese día tan importante. Me gustaría saber cuál fue la sensación de estar ansiosa por casarme con la mujer de mi vida. Quisiera recordar cómo me sentí cuando la oí decir sí, o incluso la forma en cómo debe haber sonreído con lagrimas en sus ojos cuando le dije que sí.

La verdad es que existen varios momentos que me gustaría recordar, pero no hay problema. Si los viejos recuerdos no regresan, voy a crear nuevos al lado de mi esposa.

Porque puedo olvidarlo todo varias veces, pero el amor que siento por ella, eso, nunca va a salir de aquí. Está marcado en mí, como un tatuaje imposible de remover, como una droga en mi organismo y como función de mi vida. Porque, si existe algo para lo que nací, definitivamente fue para amar a esta mujer. No tengo ninguna duda.

Parpadeo algunas veces para ahuyentar cualquier rastro de lágrimas. No quiero llorar ahora, pero sé que en algún momento lo hare. Me levanto del suelo con los DVDs en mi mano, tomo el mando para pausar el otro vídeo y abro la bandeja del DVD.

- Estabas hermosa - la escucho comentar y esbozo una sonrisa, sintiéndome hermosa. Es sorprendente la capacidad que Amelia tiene para hacerme querer a mi misma con un simple cumplido - Perdí la cuenta de cuántas veces me enamoré de ti ese día.

Vuelvo a la cama y abro los brazos para que ella se acurruque conmigo. Amelia se mueve tan rápido como puede, su barriga está cada vez más redondo y comienza a pesar. De vez en cuando mi mujer se queja de ello.

En la pantalla, aparece una secuencia de fotos nuestras. Fotos antiguas de la época de la secundaria, de nuestro tiempo de novias y en la universidad. La sonrisa no sale de mi rostro, siento mi corazón acelerarse por cada foto mía a su lado. Amelia está con su cabeza sobre mi regazo y una pierna encima de mi cadera. No veo su cara, pero estoy segura de que está sonriendo.

- Y aquí está la novia número uno - escucho la voz de Natalia en el vídeo, Amelia está sentada en una silla que parece ser de alguna sala. Una rubia está haciendo algo en su cabello y una morena arreglando sus uñas. Mi mujer mira la cámara y muestra la lengua - Ella no quiere admitirlo, pero se está haciendo en los pantalones - Amelia revira los ojos y suelta una grosería, la risa de Natalia resuena en el vídeo. Ella gira la cámara y enfoca su rostro - Tu futura esposa está casi lista, Luisi, no comiences sin ella. Y enséñale buenos modales - manda un beso a la cámara antes de que el vídeo pare.

Suelto una risa, Natalia es divertida. Amelia toma mi mano y la coloca sobre su cabeza, entiendo lo que ella quiere y empiezo a hacerle cariños.

- Ella está enloqueciendo, te dije que iba a flipar - esta vez es Marina quien habla, en el vídeo aparece una imagen de una puerta blanca. Junto las cejas. ¿Estoy encerrada en algún lugar? - ¡Maldición! Perdí cien dólares.

- Yo también - la voz de María se escucha, un tono claro de frustración - Pensé que Amelia enloquecería primero que ella, pero Natalia dijo que está tranquila como alguien que acaba de fumar marihuana.

- ¿Será que ella fumo? Y la desgraciada no me ha convidado - un estallo resuena y la cámara tiembla - ¡Ay, María!

- No digas esas cosas, que tenemos que desmotrar un buen papel.

- Y lo hacemos. Somos buenas personas y alegres que fuman marihuana.

- Bueno, pero calla que me dan ganas.

- ¡Se pueden callar! - mi voz se escucha está vez, las dos se callan casi instantáneamente. Tardan sólo segundos para que se escuche el ruido de la cerradura y luego se abre la puerta. Estoy cabizbaja, mis hombros subiendo y bajando un poco rápido. Es como si hubiera corrido o estaba teniendo un ataque de pánico - Creo que voy a tener un ataque al corazón.

- Madre mía, que dramática - Marina susurra, acercándose a mí.

- Insensible - María gruñe y se pone delante de la cámara, su expresión sería mientras le lanza una mirada cortante a Marina - Ven aquí, hermanita. No importa lo que esta criatura desconocida diga.

Marina enfoca la cámara en su rostro y hace algunas muecas, ya que parece estar imitando a María. Suelto una risita nasal, nunca cambia. Marina manda un beso a la cámara y saludos antes de detener el video.

- Entonces, ¿quiere decir que tuve un ataque de pánico?

- Lo tuviste - Amelia concuerda, ronronea en medio de una risa, moviéndose un poco en mí regazo para conseguir mirarme. Estiro el cuello y besos sus labios levemente - Me llamaste llorando, preguntando si aún quería casarme contigo. Primero pensé que te habías arrepentido, pero la verdad fue que pensaste que te dejaría plantada.

- ¿En serio? - levanto su blusa justo lo suficiente para deslizar la mano en su vientre, acariciando con cariño.

Mi mujer suspira, cerrando los ojos al instante para apreciar mi toque. Sonrío, levantando más la blusa, con la mano libre levanto el brazo de Amelia y la coloco encima, bajo el torso para estar a la altura de su barriga. Deposito un beso largo en la circunferencia.

- Luisi... Uh... Espera - Amelia jadea un poco, comienzo a levantarme pero ella me detiene - ¿Has sentido eso? Ah... Otra vez.

Abro los ojos. ¿Finalmente sintió algo? Recuesto mi mejilla en su barriga con la esperanza de sentir también, pero es en vano.

- ¿Qué estás sintiendo?

- Es como tener un pequeño pez nadando en mi barriga de un lado a otro - su tono de voz es explicito de animación y emoción. Levanto el rostro para encararla, Amelia está con sus ojos enfocados en su barriga. Sus ojos brillando intensamente, la enorme sonrisa adornando sus labios libre de cualquier labial, naturalmente rosados.

Hermosa.

¿Cómo explicar la belleza de mi esposa sin sonar cliché o demasiado enamorada? Es algo imposible. Porque no hay explicación al hecho de Amelia ser tan absurdamente hermosa, parece que Dios esculpió cada detalle a mano.

Amelia es un ser único, y tengo la suerte de que ella me haya elegido para vivir a su lado.

//

05 de noviembre de 2022

Fueron horas exhaustas. Ni siquiera recordamos que nuestro hijo está durmiendo cerca de nuestra habitación, por suerte él no se despertó con nuestros gemidos. Pero también, no sé que hubiéramos hecho si se despertaba y llamaba a la puerta. Estábamos sedientas una de la otra... Mejo dicho: Yo lo estaba.

Miro a un lado a donde Amelia duerme profundamente, su respiración tranquila hace que su espalda suba y baje. Las marcas rojas, gruesas líneas dejadas por mis uñas, simplemente muestra lo salvajes que fuimos las dos. Sentía la necesidad de marcarla, entera si es necesario. Quiero dejar claro para todo el mundo a quien pertenece. A mí, solamente a mí.

No existe alguien en este mundo que pueda cambiarlo, nadie es capaz de tomarla de mí. Pero sé que toda mi posesividad es sólo por miedo de perderla. Hace algunos días ella me pidió el divorcio. Estoy a punto de explotar, no puedo perderla, de ninguna manera. La oí decir con todas las letras que estaba pretendiendo dejarme, saldría de nuestra casa, de mi vida.

Se alejaría de mí.

Sé que todo es una mierda, no he sido una buena esposa, pero ¿eso es motivo para pedir el divorcio? ¿Olvido que la quiero más que a mí misma?

¿Olvido nuestros votos matrimoniales?

¿Nuestros juramentos y promesas de amor infinito?

¿De nuestros "felices y unidas para siempre"?

¿Amelia dejo de quererme? ¿Encontró otra persona?

No puede. No sobreviviría si ella me cambio por otra.

Cualquier cosa menos eso.

Me levanto de la cama sintiendo un fuerte dolor de cabeza, la angustia me está comenzando a sofocar. Hay tantas preguntas sin respuestas, tantos miedos absurdos. Perder a Amelia poco a poco está haciendo que también me pierda. Siempre ha sido mi guía, si la pierdo ¿cómo encontrare mi propio camino?

Ella hace que mi mundo gire. Es por ella que despierto sonriendo todos los días. O por lo menos eso recordaba...

¿Cuándo nos perdimos? ¿En qué momento el "te quiero" dejo de ser esencial para convertirse en algo común?

Sólo tuve tiempo de cerrar la puerta antes de que el primer sollozo escapara de mi boca. Lloré, lloré con tanta fuerza que mis hombros temblaban con violencia y mis piernas perdieron fuerza. Caí de rodillas en el suelo, el cuerpo curvado hacia adelante y mis manos apoyadas en el suelo mientras el llanto sale con toda su fuerza.

¿Por qué no podemos volver a ser lo que éramos antes? ¿Por qué no todo puede sólo arreglarse?

- ¿Por qué? - pregunto a la nada con un hilo de voz, difícilmente consigo hablar de tanto llorar.

Miro hacia arriba, en busca de algo más allá del techo y el cielo. Si Dios me está mirando ahora, sólo le pido que me ayude a pasar por todo esto y que no permita que Amelia me deje.

No puedo vivir sin ella. No quiero vivir sin ella.

- Por favor... - imploro en medio de mis sollozos desesperados.

¿El destino no tiene algún plan para ayudarnos?

//

Después de tomar un largo baño, me sequé rápidamente, con ganas de volver a la cama y sentir el calor de mi esposa. Use su perfume favorito, la crema que ella ama y deje mi cabello desordenado de la forma que la vuelve loca. Quiero que despierte mañana y sonría para mí, que me tome en cuanto abra los ojos y me desee. Quiero que desee seguir conmigo.

Y si es necesario cumpliré todos sus deseos.

Amelia sigue durmiendo, tranquilamente. Ajena a todo lo que está pasando en mi cabeza, en mi corazón. Sonrío a la imagen de mi esposa sobre la cama, tan hermosa... tan mía.

Me tumbo detrás de ella y agarro su cuerpo. Amelia se tensa durante algunos segundos, le doy un beso en la nuca y poco a poco se relaja, cubriendo mis manos con las suyas. Sonrío, sintiéndome un poco más tranquila.

Todo estará bien. Lo sé.

Cierro los ojos y meto mi rostro en su cuello, el olor a fresa invade mis fosas nasales, relajándome casi al instante.

Si hay alguna manera de arreglar mi matrimonio, lo tomare, aunque tenga que cambiar por completo por ella. Por favor, por favor, que todo vuelva a su lugar.

Quiero recuperar mi vida.

//

05 de noviembre de 2023

Si hace un año, en la misma fecha, alguien me dijera que me casaría, otra vez, con Amelia Ledesma, probablemente habría mandado a esa persona a un hospital psiquiátrico. Hace exactamente 365 días atrás, estaba despertando de un sueño que pensé fue en mi adolescencia, cuando en realidad había olvidado la mitad de mi vida.

Exactamente hace 365 días odiaba al amor de mi vida sin saberlo. Pero hoy en día, un año después de lo que pasó entre nosotras, sólo me hace estar segura de que ella es mi persona. Destinada a mí, hecha a la medida para mí, y enviada a este mundo para encontrarme. Ahora entiendo que todo era un objetivo del destino, poniendo a prueba nuestro amor. Y una vez más ambas demostramos que todo nuestro amor es más fuerte que cualquier obstáculo.

Después de todo lo que pasó, las discusiones sin sentido, casi haberla perdido por idiota y haber pasado por su dolor de perder a nuestro hijo, aquí estamos. Vamos a casarnos de nuevo. Y estoy tan nerviosa como si fuera la primera vez.

Miro a mi alrededor, a mi familia y nuestro amigos. María, Ignacio, Serena, Will y Marisol están sentados en la primera fila en la esquina izquierda. En la otra está Ian, Toni y el pequeño Harry en los brazos de mi cuñado.

Los amigos de Amelia y algunos míos están en las siguientes filas. No es una gran boda, no demoramos más que una semana para preparar todo. Amelia me dejo elegir la fecha y el lugar.

¿Qué mejor lugar que en nuestra casa del árbol?

Fue aquí donde recomenzamos, y será aquí donde empezara una nueva etapa de nuestra vida.

"This is my love song to you. Let every woman know I'm yours".

"Esta es mi canción de amor para ti. Que cada mujer sepa que soy tuyo".

Los primeros versos de Never Stop de Safetysuit comienzan a resuenan. Amelia lo escogió y tengo que decir; es una opción hermosa. En poco tiempo, por fin la veo. Mis mis ojos descienden hasta su barriga, ya visible.

Hermosa, increíblemente hermosa.

"So you can fall asleep each night, babe. And know I'm dreaming of you more. You're always hoping that we make it. You always want to keep my gaze".

"Para que puedas quedarte dormido cada noche, nena. Y sé que estoy soñando contigo más. Siempre esperas que lo logremos. Siempre quieres mantener mi mirada".

Puedo ver que ella está sonriendo. Miro hacia arriba brevemente, mis ojos están llenos de lágrimas. No puedo llorar antes de que llegue aquí.

Una vez más miro a mi esposa, parece que todo a su alrededor desaparece y sólo existe ella.

"Well you're the only one I see... And that's the one thing that won't change".

"Bueno, eres el único al que veo... Y eso es lo único que no cambiará".

Está cerca, lo suficientemente cerca para hacer que pierda el aire con su belleza. Tomas está con el rostro rojo y las lágrimas escurren por sus mejillas. Me mira con una enorme sonrisa y adopta una leve expresión sería al entregarme a Amelia.

- Cuida de mi pequeña.

- Ese es el objetivo de mi vida - le prometo a mi suegro y él vuelve a sonreír.

Él da un beso en la frente de Amelia y se aleja. Con las manos temblorosas, tomo su mano. Amelia tiene el rostro cubierto de lágrimas, su maquillaje es aprueba de agua, si no estaría toda manchada. Esta vez no consigo contener mis lágrimas, y doy un paso hacia adelante, sostengo su barbilla y le doy un beso.

- Gracias por elegirme - susurro sobre sus labios antes de alejarme.

"I'll never stop trying. I'll never stop watching as you leave. I'll never stop lose my breath, every time I see you looking back at me".

"Nunca dejaré de intentarlo. Nunca dejaré de mirarte mientras te vas. Nunca dejaré de perder el aliento, cada vez que te vea mirándome".

Inicia la ceremonia, pero sólo consigo prestar atención a la bella mujer a mi lado. No puedo creer que está es mi mujer, mi esposa. Me voy a casar con ella otra vez, ella me quiere. Esto es tan surrealista.

I'll never stop holding you hand. I'll never stop opening you door. I'll never stop choosing you babe. I'll never get used to you.

"And with this love song to you. It's not a momentary phase. You are my life I don't deserve you".

"Nunca dejaré de tomarte la mano. Nunca dejaré de abrirte la puerta. Nunca dejaré de elegirte, nena".

Simplemente no puedo quitar mis ojos de ella. Amelia tiene un imán natural que me atrae, me tira hacia ella.

¿Han encontrado a esa persona que te hacia confiar en el amor? ¿Qué te da ganas de jugar en un precipicio sin miedo a lo que te espera allí abajo?

Si eres joven todavía y no has encontrado esa persona, no te rindas. Y lo más importante: no tengas miedo. No tengas miedo porque el amor no es malo, el amor es increíble, amar a alguien es un regalo. Necesitas creer, hacer lo mejor para dar lo justo o más, confiar en el sentimiento entre tú y esa persona.

Si haces esto, las cosas simplemente pasaran.

Como por arte de magia, o mejor... Como el amor pase.

Porque el amor es como magia. Surrealista, encantador, inédito. Te hace sentir fuera de la realidad, como si estuvieras flotando, como si todo ganara más color... Como si todo valiera la pena vivir porque finalmente tienes un motivo para continuar, un motivo para ser mejor.

El amor también es algo misterioso, nunca se sabe cuándo va a suceder y quien te despertara ese sentimiento. Es un poco asustador, lo sé. Pero sobre todo, el amor es un regalo y no todo el mundo sabe apreciarlo. No todo el mundo sabe valorar ese sentimiento y no todo el mundo sabe cultivarlo.

Permítete amar y ser amado, pero no sólo por amar, no sólo por sentirte sola. Si te entregas sin condiciones, la confianza valdrá la pena. Porque el amor es mucho más que simplemente decir "te amo", amar a alguien es vivir sintiendo como si estuvieras flotando, pero sin apartar los pies de la tierra.

Y si no lo crees, o no sabes lo que estoy hablando, sólo espera encontrar a esa persona que hará que salgas de la órbita con una sola mirada. Entonces vas a encontrar y descubrir tu persona, así como encontré la mía.

"And as the mirror says we're older. I will not look the other way. You are my life, my love, my only. And that's the one thing that won't change".

"Y como dice el espejo somos mayores. No miraré para otro lado. Eres mi vida, mi amor, mi único. Y eso es lo único que no cambiará".

Estoy frente a Amelia, mirando sus ojos y pensando en lo que puedo decirle. Cuáles serían las palabras adecuadas para demostrar todo mi amor por ella, para mostrarle lo especial que es.

- Me pediste un pedazo de mi corazón hace unos meses, ese día no sólo te lo entregue por completo, te entregue mi vida también porque no existe mejor persona para cuidar de mí, para amar y admirar. Eres tú, siempre fue y siempre serás tú - hago una pausa para recuperarme y no llorar, los ojos de Amelia brillan al escuchar mis palabras y me siento feliz de ser la razón - Mi corazón te ha elegido, el destino nos ha elegido para vivir este amor tan intenso y verdadero. Te escogí para amar, respetar, honrar, cuidar, proteger, para vivir a mi lado... Escogí entregarte mi vida, porque sin ti yo sólo existo - sonríe entre lágrimas, llevo mis pulgares debajo de sus ojos y seco sus lágrimas. Ella hace lo mismo conmigo. Mi corazón parece que va salir de mi pecho de tan acelerado que está, mis piernas están un poco tambaleantes y siento mi nuca sudorosa - Mi eterna suerte. Soy la mujer más afortunada del mundo por estar enamorada de mi mejor amiga, porque eres más que mi esposa, mi todo, mi compañera de vida. Mi sol en día de lluvia, mi luz en medio de la oscuridad. El amor de mi vida, mucho más de lo que merezco.

Amelia no espera que termine de hablar y me tira contra ella, besándome con todo su amor. Y en ese beso me siento segura, amada, cuidada. Todo en mí es un reflejo de ella, todo de ella tiene un poco de mí.

Somos la combinación perfecta e imperfecta. Completo sus cualidades y ella camufla mis defectos.

Si algo hice bien en esta vida, sin duda alguna, fue dejar a Amelia entrar a mi vida.

Casarme con ella fue el mayor éxito de todos.

//

12 de junio de 2008

Hace al menos una hora que estoy leyendo y releyendo la misma página del libro en mis manos, no recuerdo más de lo que trata. ¿La razón? Simple: mi novia. ¿Por qué? Ella simplemente desapareció de la tierra. No contesta mis mensajes desde temprano, pregunte a Ian donde está Amelia, él me dijo que salió temprano y no había regresado a casa.

Estoy enojada y preocupada. Enojada porque ella se había ido, pero al mismo tiempo con miedo si le paso algo. Ella no suele hacer esto, y el tiempo fuera está mal, seguro pronto comenzara una tormenta. Miro a través de la ventana de mi cuarto, las hojas del árbol al otro lado de la calle se balancean con el viento. Suspiro y llevo mis manos a mis sienes.

Amelia sólo me da dolor de cabeza.

¿Quién diría que yo, estaría completamente enamorada de ella?

Pero, ¿Cómo podría no estarlo? Ella es increíble.

Trato de regresar mi atención al libro, pero no funciona, incluso sin querer, mi mente me lleva a Amelia. Suelto un resoplido, sin paciencia. Tomo el móvil para verificar si tengo algo, al menos una llamada o tal vez un simple mensaje, pero todo lo que encuentro es un gran vacío. Estoy a punto de levantarme de la cama e ir a buscar a la idiota que llamo novia cuando escucho la lluvia chocar contra la ventana.

- Que bueno - ironizó, el día acaba de mejorar.

Con la lluvia ahora será imposible encontrarla en algún lugar de la ciudad. Coloco la mano en mis cabellos y tiro de algunos mechones, estoy estresada. Camino hacia la ventana, la lluvia golpea violentamente contra el cristal, dejando huellas y formando líneas por donde las gotas escurren. Estoy a punto de cerrar la cortina cuando mi mirada es atraída por un coche aparcado en la acera, y mucho más, alguien caminando bajo la lluvia.

- ¡No lo creo! - cierro la cortina con rabia y giro sobre mis talones para salir de allí.

Por suerte mis padres no están en casa, ni mis hermanas, no quería que escucharan los gritos que le daría a esa chica irresponsable. A veces me pregunto porque Amelia es tan así, actúa sin pensar en las consecuencias. Ahora por estar caminando bajo la lluvia, es probable que se enferme. ¿Y quién va a cuidar de ella? Yo, por supuesto.

Desbloqueo la puerta principal justo en el momento exacto en que ella se acerca. Nuestro cruce de miradas sigue siendo intensa, pero sólo dura hasta que esboza la maldita sonrisa que tanto amo y me encanta.

- Luisi... hola - ella parece estar recelosa, diría que incluso con miedo de mí. Es bueno que esté así, nadie la manda a ser idiota.

Cruzo los brazos sobre mi pecho, encarándola con indiferencia. Amelia traga, poniendo sus manos en los bolsillos de su short, que por causa de la lluvia están completamente pegado a sus muslos.

- Yo...

- ¿Qué haces con esta lluvia, Amelia? Podrías traer un paraguas o llamarme que fuera a tu coche - digo lo más firme posible, para hacerle saber lo irritada que estoy - ¿Y dónde diablos estuviste todo el día? Nadie sabía tu paradero.

- Estaba resolviendo algo, perdón por no haberte avisado - lleva su mano hasta su nuca y acaricia, evitando mirarme a los ojos.

- ¿Sólo eso? - Amelia me mira sin comprender - Estuviste fuera todo el puto día, apareciste de la nada aquí en medio de la lluvia y ¿tienes el coraje de pedir perdón?

- ¿Qué debo decir? - rebate confundida y alzo las cejas con incredulidad.

Aprieto mis dientes y muerdo la lengua para no regañarla con todos los nombres horribles posibles. Le doy una última mirada a su rostro y me giro para entrar a casa y dejarla allí.

- Suéltame, Ledesma - ordeno entre dientes.

- No hasta que me perdones - Amelia se acerco a mí, lo sé a pesar de estar de espaldas, su cuerpo exuda su calor propio incluso con el frío - Te diré donde estaba sólo si aceptas bailar conmigo.

Mi rostro se contorsiona en confusión y mi mente se apaga en el momento en que ella me pide aquello. ¿Bailar? ¿Amelia está usando drogas y no sé?

- ¿De qué estás hablando?

- ¿Vamos a bailar bajo la lluvia? El agua está buena.

Me vuelvo a mirarla, Amelia tiene una enorme sonrisa en su rostro y termina contagiándome. ¡Cielos! ¿Por qué ella me puede convencer tan fácilmente así?

- Estás loca.

- Ah, soy la misma - ella me tira contra su cuerpo, sólo suspiro al sentir el agua fría en su ropa comenzar a mojarme - Te quiero.

Mi corazón dispara como un rifle en el ejército en una guerra. Es tan surrealista escucharla decir esas dos palabras, y me hace sentir fuera de mí. Amelia tiene ese don, hacerme olvidar de todo lo que me rodea con palabras y acciones pequeñas. Ella es increíble.

Tengo suerte de que ella no haya renunciado a mí. No consigo verme enamorada de cualquier otra persona más que ella. Amelia es más de lo que merezco, mucho más de lo que esperaba encontra.

Y yo que pensaba que Alexandra era el amor de mi vida. Que tonta era.

Odiaba tanto a esa chica abrazada a mí, no soportaba mirara a la cara, oír su voz, y cuando me tocaba me sentía disgustada. Pero creo que en el fondo, sólo tenía miedo de lo que sentía en su presencia. Aun sin querer, Amelia me avergonzaba, me disfrace, pero si me miraba bien descubriría la verdad y que siempre estuve enamorada de ella. No quería aceptarlo.

- Yo también te quiero.

¡Y ahí está! La sonrisa que tanto amo. Amelia sella nuestros labios antes de levantarme del suelo y comenzar a salir conmigo en sus brazos. Me agarro fuerte al sentir la lluvia comenzar a mojarme.

- Está fría.

- Pero te calentaras en breve - garantiza y luego besa mi mejilla. Amelia me coloca en el suelo con calma, sin dejar de sonreír. Envuelvo su cuello y ella sostiene mi cintura - Estaba en el orfanato que pasamos la semana pasada. Lo siento por no haberte avisado.

Si existía un poco de rabia dentro de mí porque ella había desaparecido todo el día, esa rabia se evaporo instantáneamente al oír aquello.

- No sabía... Sólo estaba preocupada.

- Lo sé, lo siento - Amelia se estira para besar mi frente - Quiero mostrarte algo.

- ¿Qué cosa?

- Espera - ella suelta mi cintura y quita mis manos de su cuello. Amelia sonríe de lado mientras da pasos hacia atrás - He estado practicando toda la semana.

Ella baja su cabeza y suelta el aire de sus pulmones, haciendo sus hombros caer. Luego levanta la cabeza de nuevo, sus ojos fijos en mi cara. No desvió mi mirada de ella, curiosa. Estoy a punto de abrir la boca para preguntar algo, pero mi novia comienza a correr a mi alrededor dando salto y haciendo poses en el aire. Junto mis cejas, sin entender nada.

- ¿Pero qué... - ella no se detiene, continua saltando y lanzando las mano hacia arriba, haciendo muecas, dando vueltas. Bueno, eso no es buena idea - Está bien, amor, suficiente - trato de detenerla, pero ella no me escucha y todo ocurre muy rápido, en cuestión de segundos ella salta y cae mal. Mis ojos casi se salen de orbitas y rápidamente voy hacia ella - ¡Amelia! - exclamo horrorizada y preocupada, ella está con sus rodillas en el suelo y la cabeza baja.

Espero que no se haya lastimado seriamente. Me acerco a ella y coloco una mano sobre su hombro, llamo su nombre otra vez, pero no responde. Cuando me arrodillo frente a ella, Amelia finalmente levanta su rostro. Pensé que estaría con una mueca de dolor, pero parecía estar feliz.

- Soy una bailarina horrible, lo sé - bromea torpemente y termino riendo. Me inclino hacia adelante para agarrar su cuello - Te he comprado algo.

- ¿Qué compraste? - pregunto curiosa al soltarla. Amelia no responde de inmediato, en lugar de eso, lleva una mano a su bolsillo trasero - Amelia... - con los ojos muy abiertos salto del suelo, poniéndome de pie con las manos sobre la boca.

Ella está sosteniendo una pequeña caja azul. Conozco esa caja, mi madre tenía uno igual a esa y tenía un anillo de diamantes que mi padre le dio. No puede ser.

- De hecho sólo compre la caja - su voz apenas sale, Amelia parece nerviosa - Sabes lo que es, pero en primer lugar, te pido que no te asustes o grites. Sé que puede parecer algo precipitado, pero no consigo ver un futuro donde no estés presente.

- Amor...

- Este anillo fue de mi abuela, ha pasado de generación en generación. Iba a ser para Ian, pero él permitió que fuera mío - hace una pausa y respira profundo - Eres el amor de mi vida, estoy completamente enamorada de ti desde siempre. Y he tratado de ser mejor, porque mereces sólo lo mejor, nada menos que eso. Y tú, Luisi... lo sabes - las lágrimas corren por mis mejillas, es imposible no emocionarse, a pesar de que estaba asustada - Te quiero como compañera de vida para siempre, que tu luz siga iluminando mi camino, dando gracia a mi vida y haciéndome feliz como solo tú sabes. Esto es una propuesta de matrimonio, porque no quiero otra mujer, sólo a ti, siempre has sido tú.

- Dios mío... - boquiabierta la veo abrir la caja y revelar un hermoso anillo con una perla en la parte superior.

- Sé que la mayoría de las chicas prefieren un diamante, pero...

- ¡Acepto! - la interrumpo, Amelia ensancha los ojos está vez - ¡Acepto! ¡Acepto! ¡Acepto! - comencé a decir sin parar y me lanzo sobre ella.

Amelia ríe cuando comienzo a llorar, llorar de felicidad. Ella no estaba muy diferente a mí.

Estoy segura que fue la mejor opción que he tomado en mi vida. Porque no me imagino sin ella, y no existe nadie en el mundo que me haga feliz como ella lo hace.

Amelia es mi todo.

//

03 de febrero de 2024

Lo que me despertó aquella mañana fueron los movimientos inquietos sobre la cama. Abro los ojos rápidamente, tenía que estar atenta siempre, pues Amelia podría dar a luz en cualquier momento. Enciendo la luz de la lámpara y veo a mi esposa sentada en la cama haciendo ejercicios de respiración.

- ¿Qué pasa? ¿Sientes algo?

- Luisi... - ella agarra mi mano y la aprieta con fuerza - Creo que va a nacer nuestra hija.

Abro la boca y los ojos, Amelia esboza una pequeña sonrisa, pero luego se contorsiona y gruñe de dolor. Salto de la cama al mismo tiempo para ir a buscar nuestras cosas, salgo del cuarto para buscar a Louis, en el camino terminó tropezándome y tengo que sostenerme de la pared. Miro hacia arriba y veo las fotos en la pared. Sonrío al recordar el día que desperté sin memoria y no reconocí nada.

¿Quién diría que estaría hoy aquí corriendo para llevar a mi esposa embarazada al hospital?

Si me paro a pensar, el destino hizo un hermoso juego con las dos. Parece que fue una especie de prueba de la vida para probar nuestro amor, y bien, probamos que nuestro amor fue más fuerte que todo. Aprendí a respetarla, amarla y cuidarla pero es sólo un poco de todo lo que aprendí con ella, y sólo tenemos un año y algunos meses de vivir juntas. Sé que aprenderé más adelante.

- ¡Luisita! ¡La fuente se rompió!

Escucho el grito de mi esposa y vuelvo a la realidad. Tengo que llevarla al hospital urgentemente.

Ahora comienza la nueva etapa de nuestra vida, no puedo esperar. Nuestra pequeña Destiny viene en camino.

Estoy ansiosa por vivir mi vida al lado de mi esposa, pero antes de que me olvide...

¡Gracias destino!

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