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CHAPTER XXVI
( i don't really like water! )
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LOS VKS JUNTO A PAYTON Y EVANGELINE SE preparaban para el cumpleaños de Kiara, en la nueva casa de Evie. A pesar de que los amigos de la Diosa del Inframundo estaban en contra de las medidas de los actuales reyes, principalmente Mal, debían mantenerse cerca si querían ganar información sobre la Isla y de cierta chica de flameantes cabellos azules. Además, Carlos le había pedido ayuda a Eva con el pastel para la felina, después de todo, la morena había sacado los dotes culinarios de su madre.
— En verdad creo que le gustará el pastel— dijo Carlos acercándose al pastel violeta con detalles rosas y mariposas que habían terminado el día anterior.
Evangeline se acercó junto a él a su creación, orgullosa de su esfuerzo. Pero lo que encontraron, fue que al pastel le faltaba un pedazo, claramente obra de los niños que ahora vivían junto a ellos.
— A ver, ¿quién se comió el pastel de Kiara?— exclamó Evangeline molesta de que hayan arruinado su obra maestra.
Pequeñas risas podían escucharse desde afuera, dando indicio de que sus sospechas eran ciertas.
Peyton llegó a la cocina con varios regalos flotando detrás de él, producto de la pequeña morada hada que se encontraba a su alrededor.
— Gracias, Vidia— le agradeció a su pequeña compañera mágica, la cual dejó salir un pequeño campaneo en respuesta. El castaño se acercó a la mesada mirando el pastel frente a él—. Eh, notaron que falta un pedazo, ¿verdad?
Carlos lo miró con mala cara, antes de salir con furia de la habitación.
»¿No lo había notado?«, volvió a preguntar completamente ausente de la situación.
De repente, un gran estruendo proveniente de afuera se escuchó alertándolos a todos. Salieron de la casa a gran velocidad, seguidos por los niños, encontrándose con una Audrey totalmente diferente a la que acostumbraban. Ahora, la muchacha se encontraba con el cabello rosa, una ropa muy parecida a la que ellos solían usar y, por si fuera poco, la corona de Auradon y el cetro de Maléfica se encontraban en su poder.
— ¡Adiós, perdedores!— dijo ésta, antes de desaparecer en una nube de humo rosa.
Los gritos de los niños les advirtieron que algo estaba mal, girándose hacia su amiga pelimorada, la cual se encontraba avejentada.
— Wow, mejor piensa un hechizo para eso— dijo Jay sorprendido por la imagen que tenía enfrente.
— Ningún hechizo puede revertir un maleficio del cetro— contestó Mal con voz ronca.
— Pues qué lástima, estaba a punto de sacar mis cremas— comentó Peyton, provocando que Evangeline tapara su risa.
— Olvídense de mi— continuó la reina de Auradon, ignorando al castaño—. Audrey busca venganza, y todo Auradon está en peligro.
— Puedo hablar con ella, tal vez me escuche, soy su amiga— intentó ayudar Eva.
— No creo que te escuche ahora que ganó tanto poder— le advirtió Carlos.
— ¿Qué hacemos?— preguntó Evie.
— Lo único más poderoso que el cetro son las brasas de Hades— respondió Mal, sabiendo que no se encontraban en una buena posición.
— Como si nos la fuera a dar, lo retuvimos en la Isla— dijo Jay con sarcasmo—. Por no decir, que sus hijos nos odian.
— Y nadie sabe dónde está su guarida— siguió Evie, jugando con sus manos nerviosa.
— Nosotros sí— contestó Will y Winnie, junto a Celia.
— Hago sus mandados, tengo la llave en casa de papá— explicó la rulosa.
— Harry nos llevó una vez para intentar hacerla salir de su cuarto— siguió Winnie con felicidad de aportar, pero terminó ganándose un leve golpe de Will.
— No debías decir eso— le gruñó por lo bajo el niño.
— ¿Salir de su cuarto?— preguntaron varios a la vez, confundidos ante tal información.
Pero Mal los ignoró, sabiendo que el tema Agnys no era uno que quería hablar en aquel momento.
— Tú vienes— señaló a Celia, antes de dirigirse a Will—. Tú también.
— ¿Qué hay de mí?— preguntó Winnie desilusionada—. Quiero ver a Agnys, y a Harry, Ace y Ginny. Y mis amigos, Lian, Vlad, Mi...
— Tú te quedas— la detuvo Will del nombramiento de todos sus amigos.
— ¡Quiero ir!
— No, Dizzy se quedará aquí contigo— le indicó Evie, con la nombrada asintiendo antes de sostener la mano de la pequeña—. Volveremos pronto y todo estará bien.
— Nosotros las cuidamos— dijo Peyton, ganándose agradecimientos.
Dizzy se llevó a Winnie adentro, atrayéndola con algo más de pastel, mientras los VKs junto a Celia y Will, se dirigían en sus motocicletas en dirección a la Isla.
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Del otro lado del bosque Auradon, donde el lago encantado se encontraba, la fiesta de cumpleaños de Kiara ya había comenzado hace bastante tiempo. Por lo que la felina se encontraba con sus sentidos en suma alerta, esperando que cierto chico de pecas haga su aparición.
— Ten, para tus nervios— le habló Zahid entregándole un cupcake, el cual la rubia se lo metió en la boca en un santiamén.
— Parece que Carlos olvidó tu cumpleaños— dijo Chad acercándose a las dos, con ganas de armas caos como siempre hacía.
Kiara le contestó con molestia, palabras que apenas podían entenderse, gracias a la bola de masa que se encontraba en su boca. Al ver que Chad no había entendido, Jane tradujo para él.
— Dijo: "No te metas, maldito príncipe creído"— habló Jane, antes de acotar intentando tranquilizar a la rubia—. Yo creo que tal vez tomó el camino equivocado.
— O quizás simplemente se olvidó— continuó co su altanería, provocando que humo comenzara a salir de las orejas de Zahid, quién hasta ese momento intentaba no golpearlo—. Nunca se sabe.
— Oye, Chad— llamó su atención la princesa de Agrabah— ¿Audrey te sigue ignorando?
El rubio la miró ofendido, antes de comenzar a llorar y salir corriendo de allí.
— Eso fue cruel— la regañó Jane.
— La vida es cruel, cariño.
De repente, la música se detuvo, provocando que todos giraran su mirada hacia el culpable, siendo una chica que nadie conocía. Pero Zahid la reconoció a la perfección.
»¿Audrey?«
— Hola, chica— la saludó con una sonrisa falsa— ¿Alguien me guardó guacamole? ¿No? Parece que alguien olvidó invitarme.
— No me caes bien— respondió Kiara, ya habiendo tragado el anterior cupcake y notando finalmente que la pelirosa frente a ellos, se encontraba en posesión del cetro de Maléfica junto a la corona de Auradon.
— Oh, bueno— siguió Audrey, ignorando a la felina—. No esperen a Mal porque se siente un poco rara, ¿eso los hace sentir mal? ¡Esclavos inútiles! ¿Cómo olvidaron lo que nos hizo? ¿Cómo olvidaron que yo debía ser su reina?
— ¡Tiempo fuera!— gritó Chad, antes de correr hacia ella—. Primero, qué bien te ves, me encantan las plumas. Pero antes de que hagas lo que vayas a hacer, me preguntaba si querrías un novio leal a tu lado— al ver que Audrey no cambiaba su cara seria, continuó— ¿Un cómplice? ¿Un secuaz? O quizás solo un lacayo que haga tu voluntad, cambie ruedas, ¿o te compre batidos? Por favor.
— Maldito lamebotas— comentó Zahid por lo bajo.
La pelirosa lo pensó un momento, antes de contestar.
— Puedes serme útil.
— ¿Si?
— Bien, párate junto a mí— afirmó, haciendo que el rubio acatara su orden de inmediato—. A Auradon le gusta demasiado olvidar. Ésto les encantará.
»Que los cumplas feliz«, comenzó a cantar mientras el cetro se iluminaba, empezando a dejar a todos dormidos como alguna vez Maléfica había hecho. »Que los cumplas feliz. Que los cumplas, querida Kiara. Que los cumplas feliz«
Al ver lo que ocurría, Zahid tomó las manos de ambas chicas antes de arrastrarlas hacia el lago, pero Kiara se detuvo antes de saltar.
— Realmente no me gusta el agua— se quejó la rubia, asustada de saltar.
— ¿Quieres quedarte dormida por toda la eternidad?— le preguntó la princesa molesta por sus dudas.
— Me vendría bien una siesta.
— ¡Kiara!— gritaron ambas con molestia.
Zahid la empujó al agua, antes de agarrar la mano de Jane y saltar juntas. Aguantando la respiración hasta que Audrey se fuera. Salieron a la superficie, encontrándose a todos dormidos, pero para su suerte, ya no había rastro de Audrey o Chad.
Jane corrió hacia su celular, llamando al número del Rey Ben.
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— ¿Cómo estás?— le preguntó la diosa a la octópoda frente a ella, siendo su voz algo distorsionada gracias a la barrera y el sonido de las olas chocar con las piedras en las cuales estaba sentada.
— Hice nuevos amigos bajo del mar— contestó antes de que ambas rieran.
Una de las noches en las cuales Agnys escapaba de su casa, a veces esquivando el cuerpo dormido de Harry bajo su ventana, buscando algo de soledad y de aire "fresco"; se encontró con Uma rondando en los límites de la Isla. Jamás había estado tan feliz de volver a ver a alguien, descubriendo que aquella chica se estaba volviendo una parte importante de su vida y alguien que, después de tanto tiempo, podía llamar amiga.
Uma intentaba buscar alguna rajadura en la barrera para poder liberar a la Isla, y en aquella investigación se encontró con Agnys deambulando por las peligrosas rocas llenas de mejillones, que antes recolectaba para el restaurante de su madre. De vez en cuando, principalmente de noche, se encontraban y hablaban de su día, claro que Uma siempre tenía más que contar dado a que se encontraba afuera de aquella cárcel.
Desde que había vuelto a la Isla, Agnys no había hablado con su padre ni su hermano, excepto una única vez, en la cual le dijo a Hadie que se acercara a las rocas una noche. Sabía perfectamente que su hermano se encontraba sumamente enamorado de Uma, y si tenía la oportunidad de unirlos de nuevo, no iba a desaprovecharla. Y fue así, como ambos hermanos comenzaron a turnarse para hablar con la octópoda.
Y a diferencia de otras veces, ésta vez, la reunión era a plena luz del día.
— ¿Qué hay de Harry?— preguntó Uma, mientras apoyaba su cabeza en su mano con una sonrisa divertida.
— Está bien, sí, él está bien— respondió Agnys, intentando no hacer contacto visual.
— Sabes que no me refiero a eso.
La peliazul bufó, escondiendo su rostro en sus manos, antes de contestar.
— No quiero lastimarlo— dijo retirando sus manos, antes de pasarlas por su cabello.
— ¿Por qué lo lastimarías?— cuestionó Uma confundida— Ambos se gustan, ¿verdad?
¿A Agnys le gustaba Harry?
Sí, le gustaba. Mucho.
Era la primera persona luego de Evie a la que había comenzado a abrirse, él provocaba cosas en ella que jamás había sentido y tampoco quería dejar de sentir. Pero no se sentía lista para iniciar algo, mucho menos encontrándose tan desequilibrada emocionalmente. A penas tenía fuerzas para despertarse cada día, y el hecho de tener que ser emocionalmente consiente de otra persona, y aún más si aquella persona significaba tanto para ella, era un no rotundo.
Sin darse cuenta, todos aquellos pensamientos los había vomitado verbalmente, dejando a Uma impresionada por tal arrebato.
Agnys se había enamorado de Harry, con la misma intensidad que él lo había hecho hace tanto tiempo.
No iba a decírselo claro está, ella debía notarlo por su cuenta, y claro que también si se lo decía, Agnys se cerraría inmediatamente a la verdad.
El sonido de alguien corriendo hacia ellas, las alertó, encontrándose con Hadie con la respiración entrecortada por el esfuerzo físico.
»Hola, Hadie«, lo saludó Uma coqueta, creyendo que el muchacho había venido a su encuentro.
Éste sonrió embobado, antes de recordar a por lo que se había acercado con tanto desespero.
— Harry y los otros robaron motocicletas— comunicó girándose a su hermana.
— ¿De quién?— preguntó Agnys sumamente confundida, escalando las rocas para volver al interior de la Isla. Nadie tenía motocicletas allí.
— No va a gustarte la respuesta.
Hadie podría jurar que, si no se encontraran en la Isla, el cabello de su hermanita se encontraría flameando con intensidad.
TERCER CAPÍTULO DE ESTE TERCER ACTO
Cambié el cumpleaños de Jane por el de Kiara, ya que bueno... ♥KIARLOS♥
Peyton y Evangeline, mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca, ¿verdad?
Amo a Zahid odiando a Chad, qué decirles jasjajs
Uma y Agnys my babies♥
Espero que les haya gustado el capítulo♥
Recuerden que si quieren hacer algún gráfico, dibujo, meme, etc. Estoy abierta a verlos y publicarlos♥