Miénteme

Da Ineskyblue

4.1K 804 993

Una identidad falsa, algunos secretos y muchas mentiras. Aitana llegó a la casa de los Ferraresi simplemente... Altro

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18

Capítulo 9

189 39 47
Da Ineskyblue

"No es tan importante quién comienza el juego, sino quién lo termina."

John Wooden

***

ALEK

Pasó el día entero lloviendo torrencialmente, pero justo en ese instante en el que necesitaba ver con claridad, las gotas se detuvieron.

Me encontraba recostado en una húmeda pared en medio de la calle, esperando con impaciencia, pero los minutos pasaban y nadie aparecía.

No llamé para insistir, un mal movimiento y podían descubrirnos, no estaba dispuesto a desperdiciar la única oportunidad que había tenido hasta el momento.

Las calles estaban oscuras, el cielo completamente cubierto por nubes grises y las luces de los autos se reflejaban en el agua que resplandecía en el cemento.

Miré la hora una vez más, los minutos corrían, aunque lo hacían lento.

—Aquí estoy —se anunció mi amigo, con la respiración un poco acelerada.

No lo ví llegar, aunque lo estaba esperando. Al parecer, mi mente no estaba del todo centrada esa noche.

—Por fin, idiota —bufé por lo bajo, sin quitar mi atención del lugar donde se suponía que ella estaría en unos minutos.

—¿Ya me dirás qué hacemos aquí? ¿O por qué me hiciste citarla?

—Ella miente, lo vamos a comprobar.

—¿Tú crees? —se extrañó Jean, frunciendo el ceño, confundido.

Tantos años siendo amigos, y aún creía que podía ocultar cosas de mí.

La verdad era que él sabía perfectamente que ella mentía sobre estar con Mirko, el problema era que yo también lo sabía y no podía decírselo. No iba a sacarlo del closet por la fuerza, ni a él ni a mi hermano, y no me importaba el tiempo que tuviera que pasar para que ellos se sintieran seguros, como sea lo iba a respetar y a fingir que creía en sus mentiras.

Allí el problema era otro, completamente diferente. Yo sabía que Aitana les mentía a ellos también, que no llegó a la casa por casualidad, y que no era la inocente muchacha del campo que fingía ser la mayoría del tiempo.

Había fuego en sus ojos, esa mirada que solo tienen las personas que saben jugar con otras y disfrutan hacerlo. Ella cuidaba muchísimo su lenguaje corporal, actuaba sus mentiras con demasiada meticulosidad, pero había algo más.

Para cada movimiento que yo hacía, ella se tomaba una fracción de segundo para decidir el suyo. Como un elaborado juego de ajedrez entre los dos, no había nada de espontaneidad en nuestras conversaciones, y eso estaba volviéndome loco. Cada palabra que quedaba en el aire era sobreanalizada por uno de los dos, nos movíamos con cautela y desconfianza, con una tensión insoportable, y siempre me dejaba la sensación de que ella ganaba.

Mi mayor frustración fue que no importó cuánto indagué, no pude descubrir absolutamente nada, todas sus mentiras cerraban a la perfección desde todos los ángulos.

Pero había algo con lo que todavía podía jugar: su factor humano.

—Entremos —le dije a Jean, tomé la perilla de la puerta detrás de nosotros y la giré para abrirla.

La puerta chirrió un poco, dentro todo estaba húmedo y oscuro.

—¿Quién vive aquí? —indagó mi amigo, y arrugó su nariz por el olor poco agradable.

Realmente necesitaba contratar a alguien para que limpiara el lugar, estaba asqueroso en todos los sentidos.

—Nadie vendrá, no te preocupes.

—¿Puedes dejar de ser tan ridículamente misterioso? —se quejó mientras pateaba unas cajas lejos para poder pasar— No sé si piensas que es cool, de seguro te funciona con las chicas, a mí solo me estás irritando.

—Ya te dije, imbécil —respondí y me acerqué a la ventana—. Desde aquí la vamos a observar, quiero demostrar que miente.

—Sí, pero dime cómo, cuál es el plan o algo…

Con las luces completamente apagadas podríamos observar de cerca sin ser vistos, y esa era mi única pretensión.

Jean tuvo la intención de exigir respuestas, pero entonces la vimos llegar. Traía un bonito vestido de flores bajo su abrigo blanco, tan inocente como siempre, frotó sus brazos por el frío viendo alrededor.

—¿Qué excusa le pusiste? —indagué, por el nerviosismo que expresaba.

—No necesito una excusa —se encogió de hombros, pero la forma en la que tocó su nariz y bajó la mirada al suelo dejaron en evidencia que mentía—. Somos primos, si le digo que quiero salir con ella por un café simplemente lo hace.

El lenguaje corporal de Jean siempre era súper evidente, no solo era obvio que eso era una mentira, también era obvio que de algún modo él se sentía atraído por ella y eso lo puso nervioso.

Eso me causó mucha molestia, era el novio de mi hermanito, ¿Por qué le interesaría otra?

Sin embargo, no estaba en condiciones de cuestionarlo.

Dos tipos se acercaron a donde Aitana estaba esperando y la rodearon en un segundo. El impulso de Jean obviamente fue correr en su ayuda, pero tomé su brazo para detenerlo.

—Yo los envié, no la van a lastimar.

—Pero, ¿Por qué? ¿Estás loco? —se alteró un poco.

Simplemente levanté mi mano para que hiciera silencio y le señalé hacia la calle para que observemos la situación.

Uno de los tipos hablaba, ella respondía con el semblante serio y postura segura. No se veía asustada, y tampoco nerviosa. El intercambio de palabras fue corto, en cuanto uno de los tipos puso una mano en su hombro ella la tomó, dobló sus dedos y de inmediato su brazo, haciendo que el tipo se voltee contra su voluntad para poner su rostro contra la pared.

Sin soltarlo, no sé cómo cogió impulso para lanzarle una patada al otro que le dio justo en el rostro, haciéndolo trastabillar hacia atrás.

Usó el brazo con el que estaba inmovilizando al primer sujeto para alejarlo de la pared unos centímetros y hacer que su rostro vuelva a impactar contra el duro cemento, no podía verlo con tanta claridad, pero casi me atrevería a asegurar que había sangre allí.

El tipo que había recibido la patada intentó volver a acercarse, pero recibió una más, esta vez con incluso más precisión, y mientras intentaba no caer, ella le lanzó a su compañero encima haciendo que caigan los dos.

Obviamente los tipos no tenían permiso para lastimarla ni en lo más mínimo, solo era una pequeña provocación para ver su reacción, así que en cuanto se levantaron del suelo salieron corriendo los dos.

—¿Que… acaba de pasar? —balbuceó Jean mientras los dos la observamos acomodar su vestido.

—Ya no la ves tan inocente, ¿no?

—Pero es que… wow.

Sus pupilas dilatadas y la forma en la que sutilmente mordisqueaba su labio inferior, era evidente que se sentía muy motivado por lo que vio. Probablemente ahora le gustaba más que antes.

—Dile que no llegarás —le indiqué, por algún motivo sentía el estúpido instinto de proteger a mi hermano en esa situación.

Obviamente no iba a servir de mucho, si Jean quería engañarlo iba a encontrar la oportunidad, pero realmente me sentí confundido porque hasta entonces estaba seguro de que lo que ellos tenían era bonito y que de verdad se querían.

—¿Por qué?

—Inventa una excusa, quiero ver qué hace.

—Va a regresar a la casa, ¿Que más haría?

—Pues ve, que te encuentre allí, en un rato iré —indiqué, y de inmediato señalé hacia el fondo del lugar, donde había otra puerta que daba a la calle contigua—. Que no te vea, carga el Uber a mi tarjeta.

Estaba al corriente de que desde aquella pelea con su familia su situación económica no era la mejor, por algo estaba viviendo en casa, y por algo Mirko se vio en la necesidad de traer a Aitana para que papá no sospechara.

Nunca me quiso decir por qué fue la pelea, pero según mi intuición, su orientación sexual tuvo muchísimo que ver en eso. Lo único que me quedó en claro fue que pasar de ser el hijo mimado de un millonario a no tener absolutamente nada, no estaba siendo una cosa fácil para él.

No me pesaba pagar su carrera, ni darle todo lo que necesite hasta que pueda graduarse. Él estuvo conmigo en momentos dónde nadie más estuvo, y el hecho de que saliera con mi hermano sin decírmelo no cambiaba nada, aunque él creyera que sí.

—Y… Jean —lo llamé de regreso en cuanto se alejó—: Gracias.

—Siempre para seguirte en tus delirios psicóticos, para eso son los amigos. —Hizo una reverencia y retomó su camino.

Escuché la puerta de atrás cerrarse y regresé mi atención a la ventana. Ella aún estaba allí, tranquila, pero mucho más atenta a su entorno que antes del ataque.

Esperé algunos minutos mientras ella intercambiaba mensajes con Jean, o eso supuse, porque su expresión se volvió fastidiada en cierto punto. Tomó una respiración profunda y llevó el teléfono a su oreja.

Para mi sorpresa, mi celular vibró en mi bolsillo, y en cuanto lo saqué descubrí un número desconocido.

¿Me estaba llamando a mí? ¿En qué momento le di mi número? En ninguno, obviamente, pero allí estaba, llamándome.

—¿Hola? —dije al responder, y mi voz salió un poco grave por no aclarar mi garganta antes.

—Hola… —dijo ella al otro lado— ¿Alek? ¿Eres tú?

Mierda, su voz temblorosa era perfecta, ella me iba a montar un show en mi propia cara.

—Sí. ¿Quién eres?

—Lo- lo siento, no quería despertarte pero es que… ¡Agh, mierda!

Si no hubiera visto todo lo anterior, de verdad me lo estaría creyendo. Su voz estaba rota, ¿Cómo fingía eso?

Si toda esta situación no hubiera sido planeada por mí, como el idiota que suelo ser ahora mismo estaría corriendo en su ayuda.

—¿Aitana? —pregunté, mi voz tambaleó un poco en un intento de mostrar confusión.

—Sí… soy yo, es que iba a… es que… necesito…

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

—No, no, necesito que vengas por mí, por favor… unos tipos me atacaron y estoy en la calle… no sé si van a volver, ven, por favor.

—¿Dónde? —me apresuré a preguntar, y aunque no interpretaba mi papel ni la mitad de bien que ella, estaba seguro de que era creíble.

—En… la calle, no sé bien, necesito que… que vengas y…

Responder rápido una pregunta en un momento de estrés hubiera sido poco creíble, ella lo sabía, ella tenía cada pequeño detalle calculado.

Pero, ¿Por qué? ¿Qué era lo que escondía? ¿Qué mierda buscaba de nosotros?

Había muchas cosas en mi cabeza, eran muchas las opciones, todas ellas negativas.

—Busca un lugar seguro, un bar o cualquier sitio donde haya otras personas. Envíame tu ubicación y estaré allí en cinco minutos.

—No veo nada cerca, no sé a dónde caminar —balbuceó, poniéndose en movimiento como si buscara algo.

Qué maldita mentirosa, estaba parada justo frente a un bar donde iba a verse con Jean. ¿Cómo era tan buena en esto? Me sentía completamente enojado, frustrado y desorientado, sobre todo porque su exagerada inteligencia en algún punto se me hacía atractiva.

¿Qué pasaba en mi cabeza? La tipa obviamente buscaba algo de nosotros, no habían buenas intenciones en ella, tenía que mantenerla vigilada y al mismo tiempo a mis hormonas bajo control.

—La ubicación, ahora —insistí mientras hacía sonar mis llaves para fingir que estaba saliendo.

—Ha- hay un bar —tartamudeó de forma acelerada—. Se llama Ápate, voy a entrar y allí te envío.

Qué oportuno el nombre del bar, no pude evitar preguntarme si conocía su significado.

—Llegaré muy rápido, lo prometo —intenté usar un tono tranquilizador, pero a decir verdad mi mente ya estaba en otro sitio.

Dejé pasar algunos minutos desde que ella entró al bar y me envió la ubicación, los cuales utilicé para volver a tomar el control de mis pensamientos.

Salí por la misma puerta que mi amigo había utilizado minutos atrás, y luego de dar una vuelta a la manzana para llegar por el otro lado, estacioné mi motocicleta justo frente al bar.

Había algunas personas, más bien pocas, y no me costó nada divisar su melena pelirroja entre la multitud.

¿Estaba preparado para oír sus mentiras y fingir que las creía? No estaba seguro de eso, como tampoco estaba seguro de poder ignorar la tensión.

Quería gritarle en la cara que sabía todo, que ya no se acercara a mis hermanos, pero no podía hacerlo y eso lo tenía más que claro.

¿Cómo podía exponer su falsedad sin herir a mi hermano en el camino? ¿Cómo podía explicarle que sé que ella miente, sin decirle que sé que es gay y sale con mi mejor amigo? ¿Por qué investigaría a su novia si confiara en él? Nada de eso tenía sentido, no había forma de deshacerme de ella sin traer consecuencias indeseadas.

Además, aún no conocía sus intenciones, y justo en ese momento me encontraba en completa ventaja. Yo sabía que ella mentía, y ella estaba segura de que yo le creía.

Mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más.

Si yo lograba alejarla, nada me aseguraba que no intentaría cumplir el que fuera su objetivo por otros medios, y entonces podría tomarme desprevenido.

Lo mejor que podía hacer era seguirle la corriente y vigilarla, entrar en su juego hasta entender que hacía, pero ella era tan buena jugando que me asustaba un poco perder.

Después de todo, en mi familia había demasiados secretos por proteger, secretos que si veían la luz, todo estaría perdido.

___________

Hola Pollitos 🌻

Pero Aleeeeeek, suelta el chisme, no nos dejes así -_-

Prometo traer el próximo capítulo pronto, los amoooo

Besos, mil besitos ❤️

Continua a leggere

Ti piacerà anche

889K 100K 43
«Las mentiras terminaron, pero las obsesiones se multiplican». Sinaí cree ser la reina del tablero, y perseguirá a su rey a donde haga falta, aunque...
DESCONOCIDO Da Alicia Markus

Mistero / Thriller

713K 6.4K 6
UN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO SECRETOS Y UNA PERVERSA VERDAD Portada hecha por la hermosa y talentosa: @Arte...
70M 6.9M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...
19.5K 1.2K 62
Charlie Magne es la heredera de su familia que decide dejar su hogar para enrumbarse a construir su sueño, sin imaginar que en su camino encontraría...