Dato: Este capítulo se dividirá entre la Era Moderna y la Edad de Piedra (￣ω￣)
¡Disfrute! ;)
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EDAD MODERNA ►
Tsukasa Shishio era el chico que te dejaba sin aliento, en pocas palabras, el hombre de tus sueños. En el viejo mundo, fue conocido por ser el primate más fuerte de la secundaria, un muchacho que a su corta edad había logrado un gran reconocimiento; pero a pesar de ello, nadie lo conocía verdaderamente.
A él no le interesaba la fama o tener a millones de personas pidiendo su autógrafo, solo deseaba salvar la vida de su pequeña hermana, aunque esta padeciese de muerte cerebral, no quería rendirse por nada, eso realmente lo valorabas. Eras una enfermera novata, no llevabas muchos años en tu trabajo; sin embargo, las cosas fueron excelentes, cuidabas a mayores y niños en estados delicados, por esta misma razón fue que lo conociste.
En ciertas ocasiones, acercabas tu oreja a la puerta de la habitación de Mirai para escuchar lo que Tsukasa le decía, aquellas promesas que estaba dispuesto a cumplir, esas palabras tan dulces simplemente tocaron tu corazón, no obstante, luego de un rato te arrepentías profundamente por haber escuchado una conversación ajena. Nunca hablaste con él fuera del tema médico, solamente indicabas cada detalle acerca del estado de la menor para después retirarte, por más que quisieses seguir hablando, temías que esto le llegara a resultar raro o que pudiera poner en peligro tu puesto.
Sin saberlo, tú también llamaste su atención.
Los días siguieron pasando, leías noticias relacionadas con esas golondrinas encontradas petrificadas que incluso llegaste a toparte con una afuera de tu casa, sin duda era algo inexplicable, pero no le tomaste demasiada importancia. Salías de la cafetería del hospital una vez acabó la hora del descanso, aprovechaste en comprar un emparedado para ir comiendo en el camino, fue entonces que escuchaste gritos a tus espaldas.
Al momento de girar tu cabeza, lograste apreciar una luz verde que convertía en piedra a tus colegas, no tuviste tiempo a reaccionar, porque en un parpadeo, todo se volvió oscuridad. Tratabas de pedir ayuda, pero resultaba imposible, lo único que logró mantenerte consciente fue el recuerdo de cada uno de tus pacientes, estando preocupada por ellos, preguntándote que les pudo haber pasado o siquiera saber con certeza si estaban bien.
Tsukasa, Mirai... Espero que estén a salvo.
...
EDAD DE PIEDRA ▷
Reconociste el sonido de piedras quebrándose, escuchabas murmullos a tu alrededor y sentías los rayos del sol nuevamente chocando contra tu rostro, abriste los ojos para ver a esa persona que te despertó.
-¿T-tsukasa...? -dijiste, estabas completamente confundida, habías perdido la cuenta de cuantos años pasaron desde aquel suceso.
El recién nombrado sonrió cálidamente, seguido de esto te ofreció una mano para que pudieses ponerte de pie, aceptaste gustosa mientras observabas a los demás. Bajaste la mirada hacía tu cuerpo el cual yacía cubierto por una bella vestimenta, levantaste tu cabeza para quedar frente a frente con él.
-Bienvenida de nuevo, [Nombre] -dijo.
Tu corazón volvió a palpitar desenfrenadamente tras milenios, sentiste tus mejillas calentarse, apartaste tu cara inmediatamente ocultando tu vergüenza, el chico solo soltó una pequeña risa por ello. El primate te llevó consigo para explicarte lo ocurrido, quedaste paralizada al enterarte que en total habían pasado unos 3700 años, eso explicaría la tremenda cantidad de árboles y plantas, en como el cielo estaba en su máximo esplendor en comparación a la edad moderna.
-¿Te gusta todo esto? -preguntó repentinamente.
Mentirías si dijeras lo contrario, no solo te gustaba, más bien te fascinaba, respirabas aire puro y aquellos escenarios eran dignos de apreciar.
-Sinceramente me quedaría viendo esto durante horas, pensé que nunca llegaría a ver algo así. -Tu expresión era como la de una niña entrando a la sección de juguetes.
-La naturaleza es bastante generosa, no nos falta absolutamente nada, el mundo fue así mucho antes de la llegada del hombre. -expresó- No le pertenecía a nadie; pero, cuando nacimos, nos dijeron: En este planeta, hasta el último centímetro cuadrado que sean capaces de ver, le pertenece a algún viejo maldito e idiota.
Te sorprendiste un poco ante la forma que había cambiado su tono de voz, la molestia se podía distinguir entre sus palabras. El antiguo mundo era realmente injusto, en donde la gente que gozaba de poder se aprovechaba sin importarles que esto pueda llegar a afectar a otros con menos recursos.
-Los adinerados se aprovechan de los jóvenes empobrecidos, así era el mundo en donde todos peleaban y robaban, en donde no existía la justicia... -guardó silencio por un rato para luego volver a hablar-. Ponte a pensar en lo que sucedería si reviviéramos a todos, incluyendo a esos de clase privilegiada.
» Conseguirían nuevas armas de fuego para matar con facilidad. ¿Qué pasaría entonces?
Apretaste tus puños disimuladamente, comprendiste el rumbo de la conversación, veías cabezas de estatuas regadas en el suelo, Tsukasa tal parecía querer revivir a cierta parte y deshacerse de aquellos que consideraba impuros. Un vago recuerdo vino a tu mente, amabas tu trabajo de enfermera; pero el trato no siempre era el mejor, te obligaban a realizar horas extra sin darte al menos un momento para descansar, y si no cumplías, descontaban una buena parte de tu sueldo. Lo que te retenía en ese lugar fue el cariño que les tenías a esa gente a la cual cuidabas y porque verdaderamente necesitabas el dinero.
Los malos deberían ser ejecutados; sin embargo, lo que hacía Tsukasa tampoco era la solución, cada uno de sus aliados tenían un punto de vista, quizás diferente al suyo, pero no se enfrentaban sabiendo quien sería el ganador.
Estabas segura.
-Creo que recrearían el sistema que los colocó en la cima, los que han estado en la pirámide de riquezas, no querrían dejarla. -comentaste mirándolo- Pienso que la petrificación fue como un alto, una segunda oportunidad para que la humanidad enmendara sus errores y haga lo correcto.
Él sonrió, sabía que estarías de acuerdo, eso le gustaba de ti, conocía tu manera ver las cosas, amaba tu sencillez, tu bondad, generosidad, todo. Contemplaba como tratabas a tus pacientes con verdadera amabilidad y no solo porque sea una obligación.
Al igual que tú, escuchaba a través de la puerta la diversidad de historias y cuentos que le contabas a su hermana, en como te preocupabas y estabas al tanto de ella cuando no podía ir a visitarla. Eras merecedora de pertenecer al nuevo mundo, a su lado.
No obstante, detectó cierta inseguridad en ti, como si estuvieses dudando de tus palabras; pero eso no sería un problema, demostrará que está en lo cierto y que por nada deben volver al pasado, manchará sus manos cuantas veces haga falta para conseguirlo. Se dedicó a estudiarte parte por parte, dándose con la sorpresa que eras explotada por tu jefe, ese infeliz, tuvo que contenerse para no ir y golpearlo hasta matarlo.
Cuando encontró su estatua, disfrutó muchísimo destruirlo en pedazos...
Esa escoria no merecía vivir por lo que te hacía, tipos como él tienen que ser eliminados por completo. No dejaré que nadie te vuelva a humillar y mucho menos volver a tratar de esa forma... Tú y Mirai verán el nacer de un mundo purificado, lo prometo.
...
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¡Gracias por llegar hasta el final! <3
Este es uno de los borradores que tenía planeado subir, estuve un tiempo cambiando algunas cosas para llegar a este resultado :'D
Tengo un aviso que hacer y es que mis vacaciones están acabando, no falta casi nada para que vuelva a la escuela, no obstante, no planeo dejar de escribir, cuando tenga tiempo seguiré trayendo más contenido. Por lo pronto publicaré la cantidad de capítulos que pueda (＾◡＾)
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¡Nos vemos! :P