LOS JUEGOS DE MI JEFE (PLAYER...

By nanita241

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PROLOGO Cuando obtuve este trabajo nunca me imaginé sentir esta terrible atracción hacia mi jefe. Mi estúpido... More

LOS JUEGOS DE MI JEFE
ADELANTO
Capitulo 01
AVISO IMPORTANTE

Capitulo 02

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By nanita241

- Y... aquí está bien. - dijo Diane luego de encontrar un lugar donde aparcar el carro.

- Por fin. - murmure.

- Si hubiéramos salido más temprano, habríamos encontrado un lugar más cerca de la casa. - dijo mientras salíamos del carro. - Pero ¿Quién se demoró al bajar?

- Tampoco me demore tanto.

Ella rodo los ojos y no dijo nada.

- Mejor camina rápido ya son casi las 11:00 pm.

Empezamos a caminar en dirección a la fiesta. Cada cuanto sentía la necesidad de bajar el borde de mi vestido y me sentía un poco desanimada cuando el pedazo de tela no sentía. ¡Estúpida Kristie y sus estúpidas ideas!

Entramos al salón de la fiesta donde el volumen de la música era moderado, lo suficiente para poder hablar sin tener que levantar mucho la voz. Camareros llevaban bandejas con copas y aperitivos de aquí para allá entre las personas, Diane fue rápida y se hizo con dos copas. Me pasó una y empezó a tomar de la suya.

- Busquemos a Evelyn. - le dije.

- Debe estar con el idiota de su novio. - dijo Diane.

Empezamos a ver entre todas las personas. Había grupos grandes de gente conversando, así como también algunos que se encontraban sentados callados. Podía identificar a casi todos los de la empresa y de vez en cuando saludábamos a algunos. También había un gran número de gente que no conocía, tal vez eran clientes o futuras negociaciones.

- Allí están. - me dijo Diane llevándome en una dirección.

Mi amiga Evelyn estaba junto con su novio Christian. Ella estaba vestida con un corto vestido blanco que le llegaba hasta la mitad del muslo y tenía escote corazón que realzaba su busto.

- ¡Chicas! - nos saludó apenas nos vio. - Ya se habían demorado.

- Hola Evelyn. - la salude con un beso de mejilla. - Hola Christian.

- Hola. - dijo Diane sin dignarse a mirar al novio de Evelyn.

- Hola Ranndhy, Diane. - saludo Christian con media sonrisa. Él sabía bien que pensábamos de él.

- Esta lleno este lugar. - dijo Evelyn. - Pero Adam aun no aparece.

Mi atención se tornó a lo dicho por Evelyn y sin darme cuenta empecé a escanear todo el lugar buscándolo.

- Sabes bien que a él le gusta llegar después para acapararse lo atención. - dijo Diane bebiendo de su copa. - Pronto llegara con una de esas tipas que parecen súper modelos guindada de su brazo.

- Más le vale porque mira. - dijo Evelyn señalando discretamente un lugar. - Los coreanos del contrato de la semana pasada que aún no se ha cerrado están aquí.

Mire hacia él lugar que señalaba mi amiga y encontré al grupo que parecía resaltar entre la multitud. Eran tres hombres y una mujer, todos con característicos aspecto asiático parecían conversar amenamente entre ellos. Uno de ellos, el que estaba vestido de blanco, debió sentir las miradas ya que su cabeza se giró en nuestra dirección.

- Él es Yang Mi Park, presidente de una de las compañías de carro más importantes de Corea del sur. - susurraba Evelyn a mi oído. - Si Adam logra ese contrato, sería una gran ganancia.

Él coreano, Yang Mi, levanto su copa en señal de saludo y yo hice lo mismo, luego aparte la mirada.

- No está nada mal. - comento Diane. - Y creo que le has gustado Ranndhy.

- Ok creo que es hora de ir por una copa antes de que me absorban en sus conversaciones femeninas. - dijo Christian al cual habíamos ignorado. - ¿Quieres que te traiga una, amor? - pregunto a Evelyn.

- Si, por favor. - Respondió Evelyn.

- Y si no vuelves seria genial. - le dijo Diane.

- ¡Diane! - la regaño Evelyn. Ella se encogió de hombros.

Christian solo le sonrió sarcásticamente y desapareció entre la gente y yo centre de nuevo mi atención en Diane.

- No está interesado nada. - le dije. - Solo fue un saludo.

- Chica, con ese vestido los hombres aquí van a querer más que un simple saludo. - dijo ella guiñando el ojo.

Mi boca se abrió y se cerró, dos veces.

- Es verdad. - secundo Evelyn. - Estas hecha una bomba, amiga.

- No es cierto. - me apresure a tomar de mi copa para encubrir mis mejillas sonrojadas.

Las chicas rieron.

- Oh miren, Adam acaba de llegar. - dijo Diane.

Me gire inmediatamente. Él estaba allí, hermoso y sensual como siempre saludando a muchas personas.

- Que raro. - dijo Evelyn

- ¿El qué? - Pregunte.

- Viene solo. - dijo ella.

Mi mirada lo volvió a recorrer y si, definitivamente vino solo. Mis mejillas se volvieron a ruborizar, y mi mente viajo a la conversación que tuve con Adam hace unos día y su extraño comportamiento. Adam siguió saludando personas y vimos como llego hasta donde los coreanos se encontraban.

- Ya termine mi copa. - dijo Diane con gesto triste. - Quiero otra, voy por más y por un baño.

Diane se fue y ahora solo quedábamos Evelyn y yo. Termine mi copa y la deje en la bandeja de un camarero que pasaba ocasionalmente por allí y tome una nueva.

- Y entonces ¿A quién viniste a conquistar? - me pregunto Evelyn.

Mi mirada seguía fija en el grupo Coreano y me obligue a apartarla. Tome un sorbo del champagne.

-Yo... ¿Por qué todos piensan eso?

- Bueno... Ese vestido, tus mejillas sonrojadas, el brillo en tu mirada... ¿Quieres que siga?

Yo negué con la cabeza.

- Me vestí así porque no encontraba otro vestido que colocarme, además no es como si fuera la primera vez que me visto así.

- Es la primera vez para una fiesta de la empresa. - me dice ella.

- Eso no cambia nada.

Ella rio.

- Mira, se dirigen hacia acá.

- ¿Quiénes?

- Adam y el grupo de coreanos.

Me fije de nuevo en ellos y definitivamente se movían hacia nuestra dirección. Adam saludaba y presentaba por el camino siempre con una sonrisa. Mmmm... su estúpida y sensual sonrisa. Ya casi estaban donde nosotras y Adam había puesto su mirada en mí. Su expresión cambio por completo, su sonrisa se volvió más sensual que de costumbre y sus ojos me escanearon completamente. Ay dios, necesito aire.

- Buenas noches, chicas. - saludo cuando llego.

- Hola Adam. - dijo Evelyn.

- Buenas noches, señor Hastins. - dije yo.

Hice un gesto cuando escucho el formalismo. Así es Adam, puedo ser muy profesional.

- Les presento al señor Yang Mi Park. - dijo Adam señalando al Coreano. - Yang ellas son Ranndhy y Evelyn. Evelyn trabajo en relaciones públicas y Ranndhy en recursos humanos.

Yang le dio la mano a mi amiga primero y luego se dirigió a mí.

- Un placer conocerlas. - dijo mientras sostenía mi mano más tiempo del necesario.

- Igualmente. - respondí para luego recuperar mi mano.

Adam nos presentó a las otras tres personas en el grupo y podía sentir dos miradas fijas en mí, una era Yang y otro Adam. Razón por la cual no preste mucha atención a las presentaciones.

Me atreví a devolverle la mirada a Adam mientras Evelyn conversaba con los demás. Sus ojos turbios estaban fijos en mí y no se molestaba en ocultarlo. Se acercó más a mí hasta quedar a mi lado.

- Esta muy hermosa señorita Sands. - susurro cerca de mi oído.

Mi sonrojo no se hizo esperar. ¡Vaya! Ya no quiere tuitearme.

- Gracias. - musite.

- Espero que más tarde tengamos tiempo de conversar. - siguió susurrando él.

Si claro, conversar.

- ¿Sobre qué exactamente, Señor Hastins? - pregunte.

- No lo sé, pero apuesto a que será sencillo encontrar un tema. Se me viene a la mente unos muy interesantes.

Me voltee hasta quedar frente a él con una ceja enarcada.

- ¡Adam! - escuchamos que llamaban e interrumpían el momento.

Marion la de contabilidad se acercó hasta donde estábamos.

- Hola Marion. - dijo él encubriendo un tono de frustración.

- ¿Cómo están? - saludo por cortesía a todos. - Adam los de Nueva York solicitan verte. - Informo ella con coquetería.

- Voy en un momento, Marion.

Adam se despidió de nosotros regalándome una última mirada y prometiendo que más tarde nos encontraría, luego se fue seguido del grupo de coreanos.

- Son muy simpáticos ellos ¿no? - Evelyn pregunto.

Yo seguía analizando las palabras de mi jefe así que no estaba prestando mucha atención a lo que decía.

- hey Ranndhy. - dijo ella moviendo su mano frente a mis ojos.

- ¿Qué? - pregunte.

- ¿Tan siquiera me estabas escuchando? - dijo ella divertida.

Yo negué y reí.

- Okey después de un poco de coqueteo por allá, estoy de vuelta. - dijo Diane irrumpiendo. - ¿De qué me perdí?

- Adam nos presentó a los coreanos. - dijo Evelyn.

- ¿Qué? No es justo. Enserio quería conocer a Yang Mi como se llame. - dijo Diane.

- Aun puedes ¿Creo que están hablando con los de Nueva York? - le dije.

Diane se encogió de hombros.

- Más tarde.

Las palabras de Adam seguían en mi cabeza y yo necesitaba un poco de aire antes de actuar como que las cosas no me afectaban.

- ¿Dónde se habrá metido Christian? - dijo Evelyn.

- Creo que lo vi hablando con esa chica, la que es su cliente, creo que su nombre es Anne Willis. - escuche que Diane le respondía a Evelyn.

***

Las presentaciones habían pasado y la reunión estaba tomando otro tono, el de la fiesta para ser exactos. La música había subido unos cuantos grados y ya se comenzaba a ver parejas bailando. Acababa de terminar la que creo era mi quinta copa y mis sentidos empezaban a nublarse.

- Chicas creo que voy a ir un momento a la terraza. - les dije.

Ellas asintieron.

Camine entre la gente en dirección a la terraza, logre hacerme con una copa por el camino y me recordé a mí misma que tenía que controlar cuanto bebía. Al otro lado de la habitación pude apreciar a Adam por un momento, sabía que no demoraría mucho para tener a una chica de piernas interminables colgada del brazo. Se le veía muy cómodo en el momento y decidí tomar un poco más de mi copa para pasar el mal sabor de mi boca. Decidí que no tenía que importarme lo que el hiciese, no sé ni siquiera porque pensé que le podría interesar.

Finalmente salí a la terraza, el aire frio de la noche rozaba mi rostro. Camine hasta el balcón y respire, me hubiera quedado a pasar esa noche de películas con Kristie, su novio y el primo muy lindo de su novio al cual si parecía interesarle.

- Le aburre la fiesta señorita Sands. - una voz interrumpió detrás de mí.

- No. Solo que a veces se necesita un poco de aire fresco. - le respondí sin mirar. - ¿Y a usted?

Yang Mi Park se situó a mi lado en el balcón.

- La verdad encuentro mucho más interesante las cosas aquí afuera. - dijo sonriendo, lo que hacía que sus ojos se vieran aún más cerrados.

Yo solo sonreí.

- Entonces, ¿Trabajas en Recursos Humanos? - pregunta.

Yo asiento.

- Así es, desde hace casi cinco años. Empecé con las prácticas y me quede permanentemente.

- Adam es un empresario con suerte al haberse quedado con alguien como tú. - dijo. - A mí me encantaría tenerte en mi empresa.

Yo solo sonreí evitando adrede entender el mensaje bajo sus palabras.

- Tengo entendido que está a punto de firmar contrato con nuestra empresa ¿no es así? - pregunte para cambiar de tema.

El apoyo su codo derecho en el balcón quedando frente a mí.

- Todo depende.

Yo fruncí el ceño.

- ¿De? - pregunte sin poderlo evitar. El alcohol me hace olvidar de protocolos.

- De si encuentro interesante o no lo que esta empresa tiene para ofrecerme.

Él me escanea de pies a cabeza y me siento más desnuda de lo que estoy. Definitivamente este vestido fue una malísima idea.

- Y hasta ahora... - sigue diciendo. - Me gusta lo que veo.

Ay dios... este hombre tiene muchas intenciones.

- ¿Interrumpo? - la voz de mi jefe me salva de un momento incómodo.

Ambos nos volteamos hacia la entrada de la terraza donde Adam se encuentra parado. Él trae una copa en su mano y ni rastro de la chica con la que estaba cuando lo vi.

- Te había estado buscando Yang, tu secretaria creo que necesita hablarte. - le dice Adam con gesto serio.

Yang me mira.

- Creo que estoy un poco ocupado. - responde.

- Ella parecía necesitar hablar contigo urgente. - insiste Adam.

Finalmente Yang cede.

- Espero verla después señorita Sands. - se despide. - Me ha parecido una persona muy... interesante.

Camina hacia la entrada y Adam se aparta para que pueda pasar.

- ¿Viene? - le pregunta a Adam antes de marcharse.

- En un minuto. - responde y Yang se va.

Solo quedamos Adam y yo.

- ¿Le agrada el Señor Park? - pregunto.

Yo fruncí el ceño.

- ¿En qué manera? - le pregunte.

- Sabe usted muy bien a lo que me refiero.

Yo tome el resto de mi copa después de soltar una carcajada. Adam me miraba fijamente.

- No, de hecho con usted señor Hastins yo nunca se nada. - le dije.

Él se colocó en donde anteriormente estaba Yang.

- Creo que has tomado más de la cuenta... Ranndhy. - dijo quitándome la copa vacía de la mano y dejándola aparte.

No estaba borracha, o por lo menos no me sentía borracha. Tal vez no estaba acta para conducir y mis sentidos estaban un poco más lentos pero definitivamente podía razonar.

- Creo que aún no tomo lo suficiente. - le dije. - Y veo que otra vez ha decidido tutearme.

Él me dio una sonrisa de medio lado.

- Sin embargo yo no consigo que me llames por mi nombre. - me dice.

Yo lo mire divertida.

- ¿Y que conseguiría llamándote por tu nombre, Adam? - le dije.

Él se volteo hasta quedar frente a mí.

- ¡Vaya! Creo que tengo que conseguirte otra copa.

Yo reí y él se contagió de mi risa. Un momento así en el que pueda estar tranquila conversando con Adam es muy raro.

- ¿No te necesitan allá dentro? - le pregunte luego del ataque de risa.

- Tal vez. - responde.

- Entonces es mejor que entremos. - le digo.

Él me queda mirando fijamente por mucho tiempo hasta que mis mejillas se ponen rojas.

- Tengo que hablar contigo Ranndhy Sands.

- Estamos hablando ahora. - le recuerdo.

- Si pero lo que tengo que decirte no lo puedo decir aquí. - me dice.- No cuando tenemos mucha gente al otro lado de la puerta, y tu estas en ese provocador vestido.

Mis mejillas vuelven a sonrojarse cuando me imagino que es eso que tiene para decirme.

- ¿Qué es lo que quieres, Adam? - le digo.

Él niega.

- Estas muy tomada para que pienses con claridad. - me dice.

- Estoy lo suficientemente sobria para entender. - me defendí.

- Pero no para asimilar lo que te tengo que decir. - dice.

- Entonces dilo sin más. - lo reto.

El me mira, me mira y me mira.

- Necesito una copa y tú también. Todo a su tiempo.

Me arrastra hasta que entramos de nuevo a la fiesta. El ambiente ha cambiado y ahora sí parece una verdadera fiesta. Miro la hora en mi reloj de muñeca y me doy cuenta que ya son pasada las doce.

- Tengo que buscar a Diane. - me acerco hasta el oído de Adam y le digo.

Él me toma por los hombros y me gira hasta la improvisada pista de baile donde Diane está bailando.

- No creo que esté disponible ahora. - me dice en el oído.

Adam me sigue arrastrando por entre la gente hasta que nos topamos con Evelyn y Christian los cuales parecían estar en una acalorada discusión. Me zafo de la mano de Adam y camino hasta donde Evelyn quien parece enojada. Adam se acercó a hablar con Christian.

- ¿Está todo bien? - le pregunto.

Ella asiente pero puedo leer la verdad en sus ojos.

- ¿Qué paso? - insisto.

- Christian quiere irse de la fiesta más temprano de lo que habíamos acordado. - dice ella. - ¿Dónde estabas? Te demoraste allá fuera.

- Hable un rato con el señor Yang. - le dije y ella me miro.

- Con que coqueteando con el coreano ¿no? - se burla.

- Fue una charla normal. No me interesa para nada. - le digo.

Adam llega hasta dónde estamos y me ofrece una bebida. Esta vez es de color rosa y no huele a alcohol. No pregunto y solo lo tomo.

- ¿Te estas divirtiendo Evelyn? - le pregunta.

- Por supuesto. - Responde Evelyn.

Christian se acerca a ella y la toma por la cintura.

- Es una gran fiesta Adam pero Evelyn y yo tenemos otros asuntos pendientes. - dice él.

Puedo leer la molestia en la cara de mi amiga.

- ¿Se van tan pronto? - pregunta Adam.

Christian asiente y le da la mano a Adam. Evelyn se acerca y se despide de mí.

- Te llamare mañana en la tarde. - me dice. - Cuídate y me terminas de contar como te va.

- Esta bien, igual estoy cansada y buscare a ver si consigo que Diane quiera irse. - le digo.

Ella se despide por última vez con la mano y se va.

- ¿Quieres irte? - me dice mientras termino la bebida que me dio.

- Así es.

Él se pasa una mano por su cabello.

- Entonces déjame llevarte. - me dice.

- Diane lo hará.

- Y estas loca si crees que dejare que Diane o tu manejen en esta condición. - me dice.

Mierda. Ambas estamos borrachas.

- Tú también has tomado. - lo acuso.

- Yo tengo chofer. - aclara.

- No puedo dejar botada a Diane y menos si está tomada.

- Conseguiré que alguno de los conductores asignados la lleve a casa. Confía en mí.

¿Confiar en ti Adam Hastins?

- En ese caso, vamos. - le digo.

Él mira alrededor del salón como buscando a alguien y luego me conduce a la salida. Pone su mano izquierda en la parte baja de mi espalda la cual está al descubierto y no puedo evitar el corrientazo cuando roza mi piel. Él se estremece a mi lado.

- Ranndhy Sands, enserio necesito hablar contigo. - dice más para el mismo.

Nos movemos hacia la entrada y Adam saca su celular, yo me distraigo viendo el jardín mientras el realiza unas llamadas. Al rato veo como un Audi se estaciona frente a nosotros y Adam me abre la puerta trasera, entro en el auto y el detrás mío. Adam me pide la dirección y se la doy, luego él se la da al chofer.

Una vez el carro arranca, siento que el espacio se ha reducido drásticamente.

- Era tu fiesta, no has debido dejarla. - le digo.

Él niega.

- Era solo una de tantas fiestas.

Yo miro por la ventana izquierda las calles pasar para evitar verlo a la cara. Así evito hablarle durante una buena parte del trayecto. Pronto empiezo a reconocer las calles cercanas a mi apartamento.

- No hablare contigo hoy, Ranndhy. - me dice.

Yo volteo mi cuerpo hacia él. Su camisa tiene los primeros botones desabrochados y su fragancia inunda todo el auto. Lo miro a la cara y veo que sus ojos están nublados de deseo. ¡Ay dios!

- Adam...

- Pero el lunes... - continúa. - No te vas a escapar.

Cuando comienzo a intimidarme recuerdo que también tengo voz.

- ¿Qué es lo que quieres de mí?

- Me interesas Ranndhy, y quisiera enseñarte a jugar.

Su voz aumenta los grados de seducción y yo me pego más a la puerta. Se fuerte Ranndhy, no puedes caer en sus encantos.

- Adam yo no... - suspiro. - Yo no estoy interesada. - miento.

El auto frena y me doy cuenta que ya estoy en frente de mi edificio. Quiero escapar así que intento abrir la puerta, cuando lo logro él la sujeta.

- No te creo... - me dice justo antes de besarme.

Esto es malo... muy malo es una ofensiva peligrosa contra mi barrera. Besaba como un dios y yo no podía detenerlo. El finaliza el beso tan abruptamente como lo comenzó.

- Hasta el Lunes señorita Sands.

Bajo del auto tambaleándome y puedo ver una sonrisa egocéntrica en su rostro antes de cerrar la puerta y que el carro se marchara. Muy mal Ranndhy Sands, muy pero muy mal.

---------

Holaaaaaa!!! Okey ahora si comenzo oficialmente esta novela. Espero poder actualizar como lo hacia con Los juegos de mi primo (osea todos los domingos) y pues, espero que les guste esta historia. Cronologicamente esta historia esta pasando antes que la primera pero ya llegara a la parte donde se enlazan.

Ya saben Voten y/o Comenten. Muchas gracias.

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