«Si regresara el tiempo se bien que nada cambiaría, el espacio entre la luz y el obscuro se que te vería llorar.»
— P'Win...
— ¿Qué pasa Gun?
— No me agrada P'Off...
— ¿Por qué? Él es muy buena persona.
— Es que... Es que cuando estábamos por dormir él hablaba con muchos Omegas y les decía cosas lindas...
El par de Alfas se habían ido del hospital al departamento de Win para sacar ropa limpia, ya que en unos minutos le darían de alta, en eso, ambos Omegas se quedaron solos en la habitación, dándose mimos y contándose como se sentían o cómo les había ido, los dos ya estaban más tranquilos por suerte, el castaño se sentía cada vez mejor tanto emocional como físicamente, aunque no era suficiente ya que en ratos tenía miedo de cometer algún error de nuevo o ser insuficiente como persona.
Gun aún estaba confundido, no sabía que era Off para Win, no le había gustado para nada dormir con un Alfa desconocido de aroma rico y sonrisa perfecta, su pecho temblaba cada vez que escuchaba la voz empalagosa de ese P' que hablaba por celular con quién sabe quién, aunque de todos modos, en medio de la noche no pudo evitar abrazarlo y acurrucarse en su pecho, pensando que era Win, cada vez que recordaba esa escena sus mejillitas se teñían en un intenso color rosa, jamás de había sentido así.
— Gun, ¿Tienes fiebre? Estás rojito...
— Nada P'. — Murmuró el menor acostando su cabecita en el hombro contrario para así acurrucarse e intentar esconderse. — ¿Hoy si dormiremos los dos juntos?
— Claro que si y te abrazaré mucho. — Sonrió.
— Llegamos. — La puerta se abrió y dos Alfas ingresaron con una pequeña sonrisa, fue el momento exacto cuando el menor de todos chilló en sus adentros al sentir ese fuerte aroma de menta dulce característico de Off.
— Gun, P'Off, ¿Podrían salir un ratito? Debo cambiarme... — Murmuró el castaño con una suave sonrisa tímida, mirando de reojo a su novio quién también sonreía, después de lo que sucedió en el baño, los dos ya estaban un poco más tranquilos, aunque tenían mucho más por charlar, lo importante era que ya no habría tanta incomodidad.
Una vez ambos mencionados salieron y se quedaron solos, Bright empezó a sacar la ropa cómoda y holgada que había escogido para su pequeño, al igual que la ropa interior como medias y boxer, mientras que el castaño se desvestía con timidez, el contrario intentaba no fijar mucho su vista en el cuerpo que tenía en frente para evitar incomodar, aunque de todos modos tuvo que hacerlo para ayudar.
— ¿Qué pasó aquí? — Cuestionó el moreno señalando con sus dedos el muslo blanquecino que tenía un moretón en medio.
— Uhm... No lo sé, la verdad no recuerdo como me lo hice...
— Mira, aquí hay otro. — Ahora señaló la rodilla rosa, la cual tenía un hematoma más intenso, como si hubiera sido hace poco.
— Tal vez me los hice cuando me desmayé, mi piel normalmente es así, no soporta nada tosco. — Suspiró, deslizando el pantalón de algodón por sus muslos hasta colocarlos de manera correcta, seguido por la campera abrigadora, las medias y un gorrito que abrigaría sus orejitas del frío clima.
— Llamaré al doctor para que te haga los últimos chequeos y recete tus vitaminas.
— Está bien, te espero aquí, no tardes...
— No lo haré. — Se acercó al rostro de su menor para depositar un dulce y tierno beso en los labios regorditos de Win, para después separarse y salir de la habitación, dejando entrar a los otros dos que esperaban afuera.
En un hora ya estaban en la pequeña y acogedora casa del castaño, aunque solo estuvo algunas horas en el hospital, había extrañado su casita con todas sus fuerzas, le habían recetado tres frascos de vitaminas que tendría que empezar a ingerir con alimento, los días para las citas con la psicóloga serían miércoles y domingos en las tardes, no se sentía motivado para cumplir todos esos horarios, pero tendría que hacerlo, su Alfa iba a supervisar todo y sería el principal en apoyarlo, eso por parte le encantaba, pero el sentimiento que más destacaba era la culpa, se sentía una carga más y un estorbo para su novio que tenía más cosas importantes en que ocuparse
Cenaron pollo hervido con arroz y un poco de mayonesa, todos morían de hambre excepto Win, quién a fuerzas terminó de comer con ayuda de Bright que le daba en la boquita haciendo dulces sonidos de un tren y un avión para que la comida sea recibida, al finalizar la cena, sacó una cápsula de cada frasco y sirvió una vaso de mate con anís para el menor.
— Winnie, toma tus vitaminas.
— Gracias... — Tomó con su mano la taza de mate tibio y en la otra sus vitaminas, empezó a tragarlas una por una, haciendo muecas al final por lo extraño que se sentía, pero lo logró, era lo más importante.
— P'Win, tengo sueño... — Un cachorro pelinegro frotaba con sus puños los párpados de sus ojitos cansados, había estado hasta muy tarde despierto y no durmió lo suficiente gracias a que Off se quedó hablando hasta muy tarde con uno de sus polvos, planeando un encuentro más para pasar una noche de puro sexo con una persona que de seguro ni el nombre sabía.
— Gun, adelántate tú. P' y yo tenemos que conversar un ratito, ¿Si? — Habló Bright, desordenando las hebras negras del más bajito, recibiendo un asentimiento como respuesta.
Una vez ambos quedaron solos en la cocina, conectaron sus miradas un tanto nerviosos, sobre todo Win, quién de a poco sentía el sonrojo aparecer en sus mejillitas.
— ¿De qué hay que conversar?
— Tú lo sabes...
— No quiero conversar.
— Winnie...
— No quiero.
— Mi niño, tenemos que hablar, nosotros somos novios y debemos buscar una solución, porque nos amamos y ambos queremos lo mejor para muestra relación, ¿No es así? — Vio al castaño asentir.
— No hay solución, y-yo soy estéril y jamás te haré feliz, ni a ti, ni a mis padres, ni a nadie. — De a poco la voz se fue quebrando hasta convertirse en un llanto silencioso pero que podía transmitir miles de sentimientos, Bright sin dudarlo lo tomó en sus brazos para arrullarlo en un abrazo cálido y cercano.
— Tú no tienes como obligación hacer feliz a una persona, tú debes dar lo mejor de ti mismo para que seas feliz con alguien que desee tu felicidad.
— Para ti es fácil decirlo...
— No lo es, para mí no es fácil verte destrozado, con tus ojitos apagados, no es fácil, porque te amo como no tienes idea y deseo que seas feliz. — Murmuró acariciando con sus grandes manos cada parte del cuerpo de su menor, espalda, cabello, así hasta bajar de nuevo hasta su cintura.
— P-perdóname...
— No, tú no haz hecho nada malo, él que debe pedir perdón soy yo, te he lastimado todos estos días y quiero pedirte una segunda oportunidad, esta vez daré todo de mí para que lo nuestro dure años, te voy a cuidar, amar y mimar siempre que lo necesites.
— Te daría todas las oportunidades del mundo Baii...
— Hagamos una promesa, ¿Si? — Se separó unos centímetros para poder mirar el rostro húmedo de su novio, dando un pequeño y suave beso en los labios rositas. — Sé que será difícil, pero ambos nos vamos a apoyar para poder lograrlo. — Sonrió leve. — Hagamos la promesa de no ocultarnos nada, si necesitamos llorar, lo haremos juntos, si es hora de reír lo haremos juntos, nos amaremos juntos y cada día seremos mejores personas. — Le mostró su dedo meñique, mientras que con una de sus otras manos mimaba el cachete con dulzura, retirando las lágrimas que bajaban en el proceso.
— Lo prometo Baii... — Murmuró Win, levantando su dedito meñique con timidez para después entrelazarlo con el de su novio, esbozando una pequeña sonrisa.
Esa noche, aunque no durmieron juntos, si se abrazaron y se besaron llenos de amor y cariño, se dijeron "Te amo" incluso antes de despedirse, se habían hecho la promesa de ahora no alejarse y darse apoyo en todo lo que necesiten.
Así fueron los 60 días de dos meses que empezaban a pasar con rapidez, la primavera empezaba a finalizar y llegaba el verano, a Win le hicieron examen físico, análisis de laboratorio y evaluación psicológica en las dos primeras citas con la psicóloga, para después ser diagnosticado con depresión distimia, sentía su mundo acabarse de a poco, llevar dos enfermedades para su cuerpo era pesado, pero por suerte ahí estuvo alguien que lo sujetó y abrazó cuando estaba a punto de desmoronarse una vez más en el suelo. Iban a ser 4 meses más así.
Respecto a la anemia, su cuerpo había recibido de manera satisfactoria el tratamiento que llevaba, subió de peso y aunque no fue mucho, si un gran logro. Su nariz ya no sangraba seguido, las veces que lo hacía la hemorragia era muy leve y se paraba en unos minutos con un par de bolitas de algodón, según el doctor, en unas semanas más solo tendría que consumir cápsulas más pequeñas de vitaminas para finalizar el tratamiento y así poder despedirse de la anemia aguda.
Nunca dejó de asistir a su trabajo, tampoco dejó de lado su relación ni a Gun, esos eran los motivos para seguir adelante y cada día sentirse más aliviado después de los bajones que tenía.
Estaba feliz.
Ahora se encontraba de camino a la escuela de su menor para recogerlo, esta vez Bright no lo pudo llevar ya que se encontraba en día de celo, normalmente lo solía pasar encerrado en su departamento lleno de supresores y esta vez no sería la excepción, solo con una pequeña diferencia. Había tomado dos prendas de su precioso Omega para poder aspirar el aroma a frutos tropicales y vainilla dulce que tanto caracterizaba a Win, no sería lo mismo que pasarla con su novio, pero al menos el masturbarse todo el día sería más placentero.
Al llegar, buscó con la mirada a su pequeño y al verlo sentado en una banca se acercó con una suave sonrisa, mientras más caminaba se dió cuenta de que la figura de el pelinegro estaba cabizbaja, se preocupó al instante cuando escuchó pequeños sollozos y corrió a él.
— Gun, corazoncito ¿Por qué lloras? — Inmediatamente tomó en sus brazos el pequeño cuerpo de su cachorro, empezando a consolarlo con caricias en la espalda y cabellito.
— N-no me quieren... Piensan que soy un Omega mimado y malo por ser hijo de los Phunsawat... — Su voz sonaba rota y decaída, volver a sentir rechazo social fue un golpe duro y bruto para su corazón, todo había cambiado de la noche a la mañana y eso no le gustaba.
— Gun... Calma corazón. — Suspiró con impotencia. — ¿Cómo lo supieron bebé?
— Un compañero le dijo a toda la clase... Se llama Khai... — Balbuceó. — No le agrado porque soy gordito.
— Mañana hablaré con la maestra para que el te pida disculpas, ¿Bueno? Ya no llores osito, prepararé un delicioso arroz con leche que tanto te gusta para alimentar tu preciosa pancita. — Para Win, Gun no estaba gordito, era un Omega adolescente en pleno desarrollo que no necesitaba fijarse en calorías o si lo que comía engordaba, el pelinegro tenía su peso y talla ideal con 1.54 cm y 56 kg.
— ¿Estoy gordito P'?
— Claro que no mi vida, tu eres un osito tan hermoso y precioso, que aunque fueras gordito seguirías siendo igual de lindo siempre. — Con su dedo índice tocó la punta de la pequeña nariz del menor, haciéndole sonreír y soltar algunas risitas.
— ¿Por qué no vino P'Bright? — Cuestionó levantándose de la banca para así empezar a caminar con Win de regreso a casa.
— Está en celo y se quedará hasta mañana en su casita.
— ¿Por qué no pasas su celo con él, P'Win? Así sería menos doloroso para P'. — Sugirió el pequeño haciendo sonrojar a su mayor.
— Pasar el celo con él implica que me marque, aún no sé si él esté preparado para tener un lazo conmigo...
— ¿Por qué?
— Gun, yo soy estéril... — Susurró bajito, mordiendo su labio, asegurándose de que no haya mucha gente a su alrededor, si bien ya le había dejado de importar ese tema con el pasar de los días gracias a la confianza que le transmitía su novio, aún era un complejo que aparecía en cualquier momento.
— Pero P'Win, eso no es un problema, le pregunté a mi maestra sobre eso y me dijo que no es impedimento para tener un lazo o una marca. — Esbozó una sonrisa con emoción.
— Lo sé Gun... Pero como te digo, todo es decisión de Bright.
— Si P'Bright te pidiera pasar su celo contigo, ¿Le dirías que sí?
— No lo sé... Tal vez si... O... — Se quedó en silencio unos segundos. — ¿Tú por qué quieres saber eso, niño travieso? — Soltó pequeñas risas, picando con sus dedos el estómago y costillas de Gun para así hacer reír al cosquilludo cachorro que tenía.
— ¡P'!~ Anda, dime.
— Pues sí, obviamente le diría que sí y dejaría que me marque.
— ¡Ow! Ustedes hacen una pareja muy linda~ — Chilló con emoción, dando pequeños saltos mientras caminaba. — Espero que ese día llegué pronto.
— Y el día que pase eso, tú te quedarás con tu tío P'Off, no pienso dejarte solo en casa. — Gun se sonrojó de inmediato y casi se atraganta con su propia saliva.
Había tenido unos pequeños encuentros con ese senior, pero eran insignificantes, aún así cuando veía esa sonrisa y sentía el aroma de cerca, su ceño se fruncía y su corazoncito temblaba con fuertes cosquilleos, no le gustaba, se sentía raro ya que incluso su lobito chillaba de emoción, era algo extraño que le daba pena preguntar si era normal o no, pero sabía que no podía estar cerca de P'Off porque su cuerpito se pondría muy caliente, así como pasó un día en el que justo minutos después de respirar el aroma de menta dulce, su celo llegó con intensidad.
En todo el camino de regreso a casa, Gun pensaba con nerviosismo como la pasaría si esa fecha llegara, pensar en el Alfa de nariz respingada lo ponía mal, sus vellos se paraban gracias a que su piel se ponía como gallinita cada vez que pensaba en ese rico aroma.
Por otro lado, estaba Jumpol, quién cayó al colchón y rebotó rendido después de una ronda cansada de sexo con un Omega aleatorio que encontró en el bar, se había corrido tan bien que quedó agotado, pero no iba a faltar la típica frase que decía cada vez que terminaba de follar con alguien:
— No olvides tomar los supresores.
«En un segundo todo se consume, me hago fuerte y la razón es porque se trata de ti.»
Nota de adapta autora:
¡Hola bamboos!
Que no se note mi falta de inspiración como para poner a Khai de "Theory of love".
StarSanz04.