Sus tacones hacían eco en el largo pasillo por el que se encontraba caminando.
Su postura era firme y decidida.
No había nadie del personal de servicio a su alrededor ya que había ordenado que dejaran ese área despejada para poder hablar con libertad. Se detuvo cuando llegó a su destino.
La puerta del estudio estaba cerrada como siempre pero sabía muy bien que él estaba dentro revisando las últimas cosas.
Respiró profundamente antes de mirar hacia todos lados para confirmar que nadie estuviera cerca y entró.
"No te he llamado."
Observó al hombre quien ni siquiera volteó a mirarla ya que estaba muy ocupado revisando los recientes informes sobre el pueblo vecino. Ella sabía muy bien en el problema en el que se estaba metiendo pero no había otra opción.
"Su Majestad, necesito hablar con usted urgentemente." con pasos cautelosos se fue acercando hasta estar cerca del enorme escritorio de mármol.
"Ahora estoy ocupado. Márchate."
Ella lo sabía. Sabía que él estaba ocupado pero aún así no se movió.
Prefería quedarse ahí a marcharse y seguir siendo presionada una y otra vez. Tenían que tener esta conversación cuanto antes y ella estaba decidida a quedarse.
"Majestad, todo el pueblo se pregunta cuando se casara." ella vio al rey soltar un suspiro y dejar los informes de lado para ponerle total atención. "Ha estado reinando por varios años y el pueblo se pregunta cuando llegará un heredero. Las discusiones con el pueblo vecino ha puesto en alerta a toda la corte real."
"Y yo que creía que hoy era un buen día." respondió simplemente. "¿Ahora que es lo que quiere la corte real?"
"El primer ministro ha sugerido que contraiga matrimonio con alguna omega de la realeza." respondió Arya sintiéndose nerviosa por la mirada enfadada del rey. "La corte aún no ha tomado una decisión pero la mayoría teme por su seguridad y la del pueblo."
"Ese hombre solo sirve para darme problemas." respondió sintiéndose furioso. "Él quiere que me case entonces lo haré pero yo elegiré a esa persona."
Arya observó al rey levantarse y pasar sus manos por su traje para quitar las pocas arrugas que ahí habían. Ella tembló cuando la mirada del rey se posó en ella.
"Llama a Liam." ordenó el rey mientras caminaba con paso decidido hacia la puerta. "Iré al pueblo."
Arya se quedó parada en medio del estudio sorprendida de ver al rey caminar fuera de la habitación.
"¿Al pueblo?"
Ella salió de su aturdimiento y le siguió.
El rey caminaba con pasos decididos por el pasillo, sus manos se encontraba entrelazadas detrás de su espalda y su postura era firme y perfecta. Arya tuvo que acelerar sus pasos cuando el rey se iba alejando cada vez más de ella. Llegaron a la enorme sala en donde todo el personal de servicio se encontraba haciendo su trabajo, muchos de ellos hicieron una leve reverencia a su rey y siguieron con su trabajo.
Arya siguió al rey hasta que se detuvo en el estacionamiento junto a los demás autos. Ella le acompañó dentro del auto así como su guardaespaldas mientras que Blyen ponía el auto en marcha y empezaban a alejarse del palacio.
Su mirada se posó en el rostro del rey. Muchas veces había pasado por su mente la idea de que el rostro del rey había sido creado por los mismísimos dioses. Su mandíbula era tan definida que muchas veces ella se había preguntado qué se sentiría pasar su mano por aquel rostro que había sido pincelado por los dioses. La belleza del rey era otro nivel, sus ojos verdes hacían contraste con cada una de las prendas que llevaba en estos momentos y haciéndolos ver más hermosos de lo normal. Y que decir de esos labios que por muchos años ha estado anhelando y que lastimosamente la oportunidad de probarlos nunca se había dado.
Sintió un carraspeo y rápidamente alzó su mirada posándola en Blyen quien tenía el ceño fruncido y seguía mirando el espejo retrovisor. Ella sintió sus mejillas rojas al darse cuenta de que el conductor del auto se había dado cuenta de que había estado mirando al rey más de la cuenta.
Por primera vez ella agradecía estar utilizando supresores que escondían su aroma y que ocultaban lo avergonzada que se estaba sintiendo en estos momentos. Nadie tenía que saberlo. Nadie tenía que sospechar nada.
Nadie tenía que enterarse que estaba enamorada del rey.
Le había tomado años llegar hasta donde se encontraba en estos momentos. Tenía la confianza absoluta del rey en ella y no podía dejar que sus estúpidos sentimientos arruinen su empleo. Ella tenia que seguir haciendo su trabajo como siempre.
Para evitar perderse nuevamente en la belleza del rey ella decidió que era mejor idea mirar el paisaje por el que pasaban. Aún faltaba al menos otros treinta minutos hasta el pueblo y si quería evitar más vergüenzas ella tenia que distraerse con algo más.
El resto del camino fue en silencio. El rey estaba ocupado revisando su tableta como para querer empezar alguna conversación que solo seria en vano pues el rey no la seguiría. Ellos ya estaban acostumbrados a un camino lleno de silencio.
El auto empezó a entrar al pueblo y muchas personas volteaba a ver el auto que traía la bandera real. Preguntándose si algo malo había pasado como para que el rey haya salido del palacio y visitar el pueblo sin previo aviso. El auto se adentro al pueblo mientras que el rey guardó su tableta y empezó a ver a su alrededor. El auto aún no se había detenido ya que él rey aún no había dado la orden de querer detenerse. Así que Blyen siguió manejando y adentrándose cada vez más al pueblo en donde rápidamente se empezó a notar la belleza de aquel lugar.
Arya observó con preocupación al rey mientras miraba a su alrededor. Cada vez alejándose más y casi llegando al área rural del pueblo en donde solamente la gente humilde se encontraba.
"Detente." ordenó el rey para luego acomodar su ropa y bajar de auto.
Arya se sintió alarmada en el instante en el que el rey bajó y sus costosos zapatos de llenaron de lodo. El rey ni siquiera se inmutó y cerró la puerta del auto mientras empezaba a caminar lejos del auto.
Arya bajó con rapidez del auto para seguirlo al igual que Liam. El lugar se veía muy humilde a comparación con las casas y tiendas que hay en el centro del pueblo, habían niños jugando cerca y gente vendiendo a su alrededor. Muchos de ellos estaban asombrados viendo al rey caminar por la calle sin preocupación alguna sobre lo mucho que sus zapatos se estaban manchando de lodo. Algunos de ellos se sentían avergonzados de que su rey les viera vestidos con su ropa sucia.
"Jamás había venido por aquí." dijo el rey mientras caminaba hacia el puesto de una señora embarazada que vendía bolsas de fresas. "Buenos días." saludó con amabilidad mientras agarraba una bolsa de fresas. "Se ven deliciosas. Gracias." de su bolsillo agarró un par de monedas y le pagó a la mujer quien estaba muy sorprendida de haber tenido al rey a escasos centímetros.
"Majestad, no creo que sea una buena idea estar aquí." dijo Arya mientras hacía muecas por la suciedad que había en las calles y que había ocasionado que sus zapatillas se ensucieran. "Este lugar es demasiado sucio para usted."
"Esta parte también le pertenece al reino. ¿Por qué está tan descuidado?" preguntó mientras empezaba a comer las fresas que había comprado. "Se supone que le di órdenes al primer ministro para levantar este lugar nuevamente. "
"No se porque él no ha hecho lo que usted le ordenó." respondió Arya mientras se acercaba al rey. "Hablaré con él personalmente para pedirle una explicación."
"No es necesario. Yo me encargaré de ello." respondió mientras miraba a su alrededor. "Personalmente me encargaré de que esta parte del pueblo vuelva a ser como antes. He estado tan ocupado en otras cosas que me he olvidado del pueblo."
"Majestad, usted tiene otras obligaciones así que es entiendible esto." Arya trató de tranquilizar al rey quien no le miraba a ella. "Majestad, ¿se encuentra bien?"
El rey no respondió.
En vez de eso empezó a alejarse de ellos para caminar hacia un callejón. Liam siguiéndolo a cada paso que daba. Arya no le quedó otra opción más que seguirlos.
"Te dije que quería todo el dinero hoy."
"Y yo ya te dije que el imbécil de mi jefe no me quiso pagar las horas extras."
El rey observó la discusión con curiosidad.
"Majestad, es mejor irnos. Esto no nos concierne a nosotros." dijo Arya mirando a las personas que discutían. Uno era un alfa y el otro un omega. Ambos tenían ropas llenas de suciedad aunque lo que le daba miedo a ella era el alfa con un tatuaje en el cuello.
"Quiero quedarme." respondió el rey sin dejar de escuchar la conversación.
"Entonces pagame con algo más." dijo el alfa mientras guardaba el dinero en su bolsillo.
"¿Y que es lo que quieres? ¿La radio de Zayn?" preguntó el omega mientras se cruzaba de brazos.
"Quiero algo delicioso." respondió el alfa mirando descaradamente al omega. "Como por ejemplo tu cuerpo."
El omega sonrió.
"¿Mi cuerpo?" preguntó el omega con una gran sonrisa y un puchero apareciendo en sus labios. "Lo siento. No acostumbro a acostarme con imbéciles."
"Pequeña perra." dijo enojado el alfa mientras alzaba su mano y abofeteaba al omega por haber sido tan grosero con él.
Liam tuvo que retener al rey cuando quiso intervenir en la pelea.
El omega empezó a reír mientras limpiaba las gotitas de sangre que salían de sus labios.
"Cometiste un error, Rafael." respondió el omega sin perder la enorme sonrisa en su rostro.
Arya vio con sorpresa e incredulidad el momento exacto en el que el omega golpeó al alfa directo en el rostro. Arya vio al omega tomar impulso y aventarse hacia el cuerpo del alfa quien golpeó su espalda con la pared del callejón y luego cayó al suelo, el omega tuvo al alfa boca abajo en segundos y haciéndole besar el sucio suelo mientras le hacía alguna clase de maniobra que lo tenía bien agarrado de los pies.
"Discúlpate conmigo." ordenó el omega mientras estaba sentando en la espalda del alfa. "Me diste una bofetada y me insultaste cuando yo solamente trataba de negociar contigo."
"¡Jamás!" gritó el alfa sintiendo más presión en sus piernas cuando el omega reforzó la maniobra. "¡Lo haré! ¡Está bien!"
"Me siento muy ofendido así que como tu acto bueno del día me perdonarás las monedas que me faltaron para pagarte." dijo el omega sin dejar de hacer presión. "Si hubieras aceptado la radio de Zayn nada de esto hubiera pasado pero bueno, ya cometiste la estupidez así que te escucharé."
"Siento mucho haberte hecho daño y haberte ofendido." murmuró el alfa mientras sentía el agarre cada vez más suave. "Y tú deuda esta saldada. No nos veremos más."
"Me gusta como suena eso." respondió el omega dejando las piernas del alfa y parándose. "Ya puedes irte. Espero no volverte a ver."
El rey observó con incredulidad al alfa marcharse por el otro lado del callejón y sin mirar atrás. Mientras que el omega empezó a sacudirse la suciedad de su ropa.
"Ya pueden salir de su escondite." dijo el omega sin dejar de sacudir su ropa. "Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas. ¿No les enseñaron eso en casa?"
Arya observó con incredulidad al omega que ni siquiera volteó a mirar al rey.
"¿Es que acaso no sabes con quién estas hablando?" preguntó Arya viendo el labio partido del omega.
"¿Tendría por qué saber quienes son ustedes?" preguntó el omega mientras les examinaba con la mirada. "¿Están perdidos? Porque si es así entonces busquen a alguien más que los ayude. Yo apenas y se como llegar a mi casa."
"Es él." susurró el rey sin dejar de mirar al omega. "Quiero que él sea mi consorte."
Arya miró con incredulidad al rey. Su rostro palideciendo.
"Majestad, ¿es que no le ha visto bien? Es un salvaje y parece un vagabundo." respondió Arya sin medir el tono alto de de voz.
"Gracias por lo de salvaje." dijo el omega guiñando un ojo. "Y no soy un vagabundo, señora. Acabo de salir del trabajo, obviamente estoy sucio porque no he ido a mi casa a cambiarme y darme una ducha."
Arya abrió su boca por la sorpresa.
Ella estaba a punto de contestarle al omega grosero de no ser por otro omega que entró al callejón empujándola y casi haciéndola caer.
"¡¿Se puede saber por qué diablos no me dijiste que vendrías con Rafael?!" gritó el omega enojado mientras jalaba un mechón del cabello castaño del otro. "¿¡Te golpeó ese imbécil!?"
"Que vulgares." susurró Arya sin dejar de ver a los omegas.
"Me encargué de él." respondió el omega encogiéndose de hombros. "¿Puedes creer que entendió lo que me pasó con mi jefe y dijo que la deuda estaba saldada? Nunca pensé que Rafael fuera tan amable."
"No trates de mentirme que ese labio sangrando me dice lo contrario." respondió el omega señalando su labio. "¿Por qué seguimos hablando aquí? Huele muy feo."
"No te vayas." dijo el rey asustando a ambos omegas. "Quiero hablar contigo."
"Señor, ya le dije que apenas y puedo llegar a mi casa. Consiga a alguien más que quiera ayudarlo." respondió el omega agarrando la mano de su amigo para marcharse pero su amigo no se movió. "Zayn, ¿Ahora que te pasa?"
"Louis, ¿cómo puedes hablarle así a él?" susurró el omega mientras fingía una sonrisa. "Majestad, disculpe los modales de mi amigo. Él es nuevo aquí."
"¿Por qué le dices majestad?" preguntó Louis muy confundido mientras miraba al hombre de ojos color esmeralda. "Ay no. ¿Otra vez recibiste esas pastillas? Zayn, te he dicho que esas pastillas te hacen ver unicornios y prometiste que no volverías a tomarlas."
El rey sonrió por las ocurrencias del omega.
"¿No recuerdas lo que hablamos cuando llegamos aquí?" preguntó Zayn mirando a su amigo.
"¿Sobre qué? ¿No pelear nunca por un alfa que el otro vio primero? ¿Partir el pastel en partes iguales? ¿Golpear a otro omega?" respondió el omega muy inseguro.
"Lo siento. Mi amigo es muy distraído." dijo Zayn sonriendo nerviosamente. "Lo que te dije del rey."
"Oh. Recuerdo ese cuento." murmuró el omega. "¿Y eso qué?"
Zayn pasó sus manos por su rostro.
"No era ningún cuento. Aquí sí hay un rey." respondió Zayn.
"Lo sé. Se que tengo altas vibras de rey pero no es para tanto Zayn." respondió el omega sintiéndose cada vez más confundido.
"Lo que tu amigo quiere decirte es que soy el rey de este lugar." respondió el alfa acercándose hacia el omega. "Mucho gusto. Mi nombre es Harry Styles."
"Soy Louis Thomson." respondió el omega dando un paso atrás. "¿En serio es verdad? Creí que ese día solo bromeabas conmigo por eso no te tome en serio."
"Lamento todo este inconveniente Majestad." dijo Zayn mientras agarraba a su amigo. "Vámonos antes de que digas alguna estupidez."
"Gusto en conocerlo, Señor Rey." respondió Louis haciendo la señal de "amor y paz" con sus dedos. "Oye, ¿me vuelves a contar ese cuento? La primera vez que lo hiciste me aburrió tanto que me quedé dormido y ese día dormí como un bebé."
Zayn negó mientras jalaba a su amigo lejos.
"Detente ahí ahora mismo." ordenó Harry mientras veía a ambos omegas detenerse.
"Majestad, ¿qué está haciendo?" preguntó Arya sintiéndose muy nerviosa por la mirada decidida del rey.
"Señor Rey, tengo cosas que hacer así que sea rápido." dijo el omega con impaciencia.
El rey se acercó a él con pasos firmes. Su mirada solamente dirigida al omega castaño quien le miraba con confusión. Cuando estuvo a escasos centímetros de su rostro sonrió y dijo con voz ronca y segura:
"Quiero que te cases conmigo y seas mi consorte."
Nadie vio venir eso.