Suplicarás © (2)

By EternalMls

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•Segundo libro de la bilogia "Arderás". (Para leer este libro, es necesario leer la primera parte titulada "A... More

Prólogo
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By EternalMls


Dereck POV

Sentir su presencia era una amenaza constante. No sabía de dónde lo conocía Samanta, tampoco como conocía con exactitud la existencia de nuestra familia, pero no deseaba que su rostro divague por la cabaña de Jacob día y noche. No lo permitiría.

Lo miraba, y al verlo sonreír tan pacifico por encima de los ojos de Sam me dejó conocer sus intenciones más profundas.

<<Erin, Eren o como se llame>> Me repetía mentalmente intentando recordar su nombre mientas que su cuerpo volvía a posicionarse a su lado. A él le gustaba, le atraía demasiado a decir verdad y por alguna extraña razón pensaba que yo era su competencia.

Oh, niño estúpido, tú no eres ningún rival para mí. Esa chica es solo mía. Siempre lo ha sido y seguirá siendo igual hasta que ella decida que no quiere estar conmigo. Si tengo la oportunidad de vivir y morir en sus brazos, sería el hombre más afortunado en esta tierra.

Tenía mucha confianza, mi ego se elevaba cada vez que pensaba en ella y como su boca rozaba la mía para completar juegos con nuestras lenguas entrelazándose. La conocía, conocía exactamente algunos de sus gestos los cuales usó conmigo hace un año atrás y al verla, los estaba usando con él.

Me había dicho que me amaba. Aun a pesar de la tragedia seguía sintiendo cosas por mí, sentimientos encontrados probablemente, pero era amor. No podía desconfiar de ella. Era un amor trágico, toxico y descarado, una situación que odiaba y necesitaba cambiar tan rápido tuviera la posibilidad de hacerlo.

Caminando hasta la motocicleta sin agradecerle al muchacho que se hallaba cerca por traerla, la arrastre hasta la entrada de la cabaña. No podía dejar de ver el espejo retrovisor observando cómo su silueta se alejaba y como ambos se miraban con pausa. Eren manteniendo la cordura, sosteniendo una sonrisa amplia y sin filtros, todo lo contrario a mí. Samanta estaba tan seria y distante luego de lo que le había dicho. En su cara se dibujaba el disgusto y la tristeza, pero quería ocultarlo a toda costa.

- Debo ir – Escucho entonar a mis espaldas la voz de Samanta.

Sin verla directamente, tomo el pequeño espejo de la motocicleta y lo dirijo en dirección a ella, en sus ojos cristalizados y levemente cerrados, quien le estaba hablando directamente a Jacob.

Al recordar que él sabía donde había ido, la cólera regreso a mi cuerpo de improvisto.

- Trajiste a una persona sin avisar, ¿Y ahora quieres volver a salir? – Jacob se acerco a ella sin medir sus pasos. Se lo veía calmado a pesar de que en su tono de habla se le escuchaba un poco de frustración.

- Necesito ir a verlo – Samanta, de manera inquieta y necesitada, se abraza a si misma.

Observo cómo sus dedos palpan con ritmo el abrigo que cubría su torso y al segundo, un pie acompaña la ansiedad que estaba cargando. Estaba alterada y quería una solución rápida. Todos teníamos el mismo objetivo, todos deseábamos estar bien, nos ilusionábamos con que la vida podía ser distinta en cualquier momento, color rosa y felicidad absoluta, pero esta situación causaba estrés.

- No iras – Mia decreta enalteciendo la voz atrayendo la atención de todos los que la rodeaban.

Se cruza de brazos endureciendo sus finas facciones, demostrando autoridad. Mia había cambiado mucho, diría demasiado desde todo lo que había pasado hace un año atrás. Era más independiente, decida y reclamante. Lo que había sucedido la había golpeado de forma brutal, pero Samanta, para mi parecer, fue una de las que más lastimada salió de todo este desastre. Su brillo interior, aquel que me encantaba, había desaparecido. En su habla, pura ira e irracionalidad, una persona que había cambiado totalmente de personalidad y de mentalidad.

Pensaba como él. Era su clon hecho mujer. Tal como todos opinan, padre e hija suelen parecerse demasiado en ciertos aspectos y ellos solo querían destrozar a una persona en particular.

- No eres nadie para ordenarme – Se atreve a responder Mills de forma atrevida intentando acercarse a ella, pero una mano se aferra a su ante brazo deteniendo su andar.

No quería voltearme, pero mi frustración, al igual que desconfianza, era aun más grande. No desconfiaba de Samanta, más bien del chico rubio que colgaba de su brazo. Solo gire mi rostro y al ver a Eren reteniendo a Sam, no contuve la irritación que se desprendió de mi piel.

- Solo estoy cuidando de ti, Samanta.

- ¿Crees que él seria capas de lastimarme? ¿Eso piensas? – Se acerca intentando interrogar de mala forma a su hermana sabiendo que Eren se aferraba a su piel y no dejaba que haga una acción que podía arrepentirse en un futuro cercano.

Cuando lo mira y centra su vista en como la estaba manteniendo, agita su abrazo hasta zafarse de su agarre. Al parecer, no le había gustado para nada que hiciera eso. Estaba fuera de sus cabales y aunque me gustaba admitirlo sabía cómo calmarla, pero no quería involucrarme en su conversación esta vez.

Una parte demostraba que la verdad me incineraba la cabeza y no quería escuchar más lo que ya sabía. Solía costarme, pero necesitaba aceptarlo.

- SI, eso pienso – Respondió la rubia con una solidez que pocas veces fue vista en ella.

- Está en la cárcel, Mia. No me hará daño si hay personas a mí alrededor.

Jacob se llevo la mano a la cabeza peinando con sus dedos su cabello color azabache y soltó un suspiro agotador.

- No lo entiendes, ¿Verdad? – Preguntó frustrado alejándose hasta tropezar con el coche y reposar su espalda en una puerta.

Samanta se dedica a observarlo por un segundo efímero para luego pensar en lo que le había preguntado.

- ¿Qué debería entender? – Rindiéndose, consulta apagando su voz.

- Ella no quiere que vayas y punto. No porque te haga daño, sino por todo el desastre que ocasiono en nosotros – Fue tan brusca su respuesta que por un segundo quise entrometerme en su conversación.

Había sido demasiado directo, tanto que la mirada de Samanta decayó. Era la verdad a fin de cuentas, y así como a mí me dolía la realidad, ella debía entender lo mismo.

Ambos éramos testarudos y orgullosos.

- Y así como lo ocasiono, también tiene que saber cómo pararlo – Refuta Sam y cruza sus brazos pensativa.

- No entiendo como todavía puedes seguir confiando en esa persona – Otra vez Mia decide dirigirle la palabra, pero aquellas palabras las escupió con asco.

Se notaba su odio hacia aquel hombre que ya no era su padre, sino un desconocido para ella. A pesar de que la había criado de la mejor manera, a pesar de que había sentido amor hacia él prácticamente toda su vida. Ahora, lo único que ella deseaba solo era no escuchar su nombre.

- No confió, solo sé que él puede decirnos que hacer...

Por alguna razón, sus ojos esmeraldas me ojeaban con cuidado desde la distancia. Estaba pendiente de mis acciones, pendiente de cada maniobra que podía llegar a tomar. No haría nada, no me entrometería, solo me dedicaría a escuchar y verla mientras aun tenía las manos apoyadas en el asiento de la motocicleta.

- Seguro te dirá que lo mates – Jacob comento jocoso y a la deriva mientras observaba la arbolada a su espalda.

- Lo más seguro es que te diga lo que Jacob dijo – Me sorprendió que Mia haya estado de acuerdo con Jacob, pero a la vez era de esperarse que acotara algo como eso - ¿Quieres apostar? – La rubia se había embravecido, casi como asechando a quien pensaba que era su rival.

Solo era su hermana menor, solo Samanta, y estaba asustada. Ambas lo estaban, pero una quería seguir su intuición y la otra estaba cerrada en lo que pensaba que era mejor para todos.

- ¿Por qué dices estas cosas? – La voz de samanta se quebró ante los fríos ojos de la Mia, quien no dejaba aquella rivalidad que había emergido entre ambas.

- En este momento soy mas consciente de lo que sucede que tu. No estoy cegada en que él es parte de mi familia, porque no lo es y jamás lo ha sido.

Sam suelta una risa mordaz, la cual envuelve todo el aire del terreno. Su risa había sido expulsada con tanta potencia que algunos pájaros en las ramas de los arboles emprendieron vuelo.

- Oh, ¿Ahora resulta que te has vuelto un Pierce? – Interroga con los vellos erizados - ¿Que sigue? ¿Unirte a Zack?

En ese momento, al tener conciencia de lo lejos que había llegado esa conversación, decido apartarme de la motocicleta para comenzar a caminar hacia ellas, pero Jacob se interpone entre ambas al ver que tanto Eren como yo no hacíamos nada al respecto.

Cuando él tomó acción, detuve mis pasos al segundo.

- Maldita sea, ¿Se dan cuenta que lo único que hace normar a ese hombre es su destrucción? Dejen de pelear.

- Solo quiero que no vayas. – Concluyó.

Samanta se queda mirando sus ojos iluminados por varios segundos, pero cede a sus más profundos deseos sin importarle nada ni nadie que la rodeara. Camina hacia atrás con confianza sin quitar mirada de la rubia.

- Jacob, ven conmigo – Ordena dirigiéndose al coche, centrándose en solo abrir la puerta e introducirse en su interior.

- Jacob, no vayas – Ruega Mia. Camina hacia él y con sus delicados dedos se ferra a su camisa.

Él no duda en mirarla y emitir una mueca de disgusto. Jacob no queria ir y tampoco queria defraudar a Mia, pero tampoco podía dejar sola a Mills. Aun tenia un cargo de conciencia por lo que habia sucedido por la mañana.

- Ella ya está decidida y veo que no tengo otra opción – Dice mirando el interior del coche.

Sin pensarlo, rodea el vehículo para introducirse en su interior sin importar si en ese momento Samanta comenzaría a conducir o sin importar que Mia retenga un par de lagrimas en sus ojos.

- Samanta, tu hermana te está pidiendo que no vayas, sabes que hay una mejor forma para arreglar lo que está sucediendo aquí – Eren habló después de mucho tiempo, pero sus palabras no hicieron ruido por ningún lado.

Era como una persona invisible para ella. Estaba tan cegada por la ambición, por la derrota que podría tener mi hermano en un futuro cercano, que no le interesaba las recomendaciones baratas que podía recibir.

Mia entra en desesperación chocando la planta del pie contra la tierra repetidas veces y sin saber que hacer, cuando pensé que esta conversación había concluido, sus ojos enrojecidos me encuentran.

- Dereck, por favor detenla.

Samanta me observa después de todo este tiempo, y entendí con su mirada que solo bastaban unas palabras para que no saliera de este lugar. Pero ya estaba roto, y ella igual. Sabía que a fin de cuentas, a pesar de que la detuviera, ella tomaría su propio rumbo.

- Haz lo que quieras.

Fueron las únicas palabras que bastaron para que sus ojos entristecidos dejaran de emitir brillo. Su rostro se vigorizó, pero vi que también necesitaba que mis palabras fueran el detonante para actuar. Sin dudarlo, luego de parecer que una delicada lágrima descendiera por su mejilla, se introdujo en el coche junto a Jacob para salir disparados hacia la ciudad.

Mia se volteó lo más rápido posible para comenzar a caminar hacia mi paradero. Sus pisadas eran concisas y puedo afirmar que emitían pavor.

- ¿Estás demente? – Pregunta con enfado.

Detrás de ella, escucho otros pasos acercándose. Suspiro sabiendo que esto podía llegar a ocurrir.

- Antes no, ahora sí – Respondo sarcástico.

- ¿Por qué le dijiste que haga lo que quiera? – Pregunta con cólera, casi escupiendo sus palabras una vez que su cuerpo se posicionó al lado de la motocicleta - Sabes que la pudiste haber detenido.

- A pesar de que le dijera mil veces que se detenga, ella iba hacer lo que quisiera.

Y era verdad. Samanta cuando tenía algo en mente no paraba hasta conseguir ese objetivo.

- No lo creo, ella te hubiera obedecido.

La voz de Eren surgió de las profundidades hasta recaer sobre mis oídos. No me contuve y con la mirada le dije todas las palabras que habría deseados escupirle en su cara. Al verme tan serio, tan jodidamente irritado por solo sentir su presencia, una leve sonrisa triunfante se le habia formado en sus labios.

- ¿Y tú no te vas o qué? – Pregunto despreocupado desviando los ojos hacia la entrada de la cabaña.

- No creo que me vaya de aquí hasta que vea que ambas están bien – Responde calmado, pero sabía que aun seguía sosteniendo aquella sonrisa que hubiera amado destrozar con mis manos.

Eren se acerca a Mia, quien se estaba abrazado a sí misma, para tocar su hombro y agachar la cabeza hasta llegar a su altura.

- ¿Te crees su madre o algo parecido? – Lo mire desafiante y él actuó de la misma forma una vez que dejó la mano caer.

- Claro que no, pero no voy a permitir que tu estúpido hermano o tu las lastime otra vez.

Escupió, y supe que sabía todo lo que había sucedido a nuestro alrededor. Nunca intente lastimar a ninguna de ellas, jamás había sido aquella mi intención y eso hizo que alterara mis sentidos.

Me separe de la motocicleta intentando mantener la calma, pero mi postura demostraba lo mucho que deseaba que se alejara de Mia. Me acerco con sigilo hacia Eren, quien al ver mi actuar, con su mano aleja el cuerpo la rubia hasta posicionarlo a su espalda.

Cuando lo tuve delante, no me contuve en endurecer mis facciones. Estaba a solo segundos de que esta situación empeorara.

- Se las intenciones que tienes con Samanta, y no voy a dejar que sigas acercándote a ella.

Solté revelando lo que él ocultaba y su rostro, aquel que había mantenido sereno se volvió duro como una roca.

- Bien, si sabes que Sam me gusta, entonces tienes que saber que haría lo que sea por ella. Que te quede en claro esto: si algo le ocurre a ella o a Mia por culpa de Zack, voy a matarlo yo mismo.

- No si yo te detengo antes – Amenace.

- ¿No conoces el dicho que dice ¨ojo por ojo¨? – Pregunta - Él me quito a mi hermano, ¿Qué tal si yo te quito al tuyo?

Por alguna razón su mirada me dio escalofríos.

- Eso dices porque no podrías matarme.

- Podría, pero no soportaría ver a Samanta llorando por un imbécil como tú – Me insulta y mi cuerpo actúa a voluntad propia acercándose hasta que nuestros pectorales se rozan.

- Vete antes de que te reviente la cara.

El aire caliente que desprendía nuestras fosas nasales se fundían y hacia mas cálido el ambiente. Mi cuerpo al igual que el de él estaba listo para atrapar el primer golpe del otro, pero ambos estábamos conscientes y sabíamos que esta pelea no llegaría a ningún lado. Quien estaba entre medio de nuestros pensamientos era Samanta y solo por ella no atacaba.

Mia se interpuso entre nuestros enormes cuerpos a comparación del suyo. Con sus manos toco nuestros abdómenes e hizo suficiente fuerza para apartarnos. A pesar de que su fuerza era como unas simples caricias, cedí a su petición y me aleje primero sin desviar los ojos de Eren, quien al ver a Mia con temor, retrocedió al instante dedicándole una delicada sonrisa.

- El no se irá – Dirigió su mirada hacia la mía con severidad - Como dijo Sam, mientras más seamos, mejor para nosotros.

Concluyó tomando el ante brazo de Eren para ingresar a la cabaña, pero cuando ambos se voltearon, él no desaprovecho la ocasión y me diviso emitiendo una sonrisa triunfal.

- Si Samanta lo dice, ¿Cómo negarme?

Quería golpearlo, quería destrozarle la cara, pero no podía dejar que mis frustraciones se fueran con él. A fin de cuentas, Sam había dicho aquello y sabia que por desgracia, ella necesitaba que él estuviera aquí.

¡Hola mi gente bella! Quiero aclarar que lo mas seguro es que a este capitulo lo voy a editar porque no quede a gusto con el resultado. 

Voten y comentes si les va gustando la historia y como siempre, nos vemos muy pronto. ¡Muchos besos!

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