Stupid Wife

By luimeliamoments

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¿Te has imaginado casada con alguien que nunca soportaste en la vida? Luisita también lo había imaginado, sin... More

Prólogo.
Capítulo 1. ¿Qué?
Capítulo 2. Volver a la vida.
Capítulo 3. Algunos vídeos.
Capítulo 4. Mi hijo.
Capítulo 5. ¿Un sueño o....?
Capítulo 6. Ella es mi problema.
Capítulo 7. Deseos.
Capítulo 9. Aniversario.
Capítulo 10. Empezar de nuevo.
Capítulo 11. Siempre que quieras.
Capítulo 12. Ella es increíble.
Capítulo 13. Esposa.
Capítulo 14. Día de nieve.
Capítulo 15. Tentación.
Capítulo 16. Solo un poco de tu corazón.
Capítulo 17. Me gusta cuando me llamas cariño.
Capítulo 18. ¡Esta loca!
Capitulo 19. Clases de conducir.
Capítulo 20. Mi Ame...
Capítulo 21. Something.
Capítulo 22. No me dejes.
Capítulo 23. Todo va a estar bien.
Capítulo 24. Déjame abrazarte.
Capítulo 25. Feliz navidad.
Capítulo 26. Todo lo que ella quiera.
Capítulo 27 - Better than a princess, more than a queen.
Capítulo 28 - Everything.
Capítulo 29 - En mi lugar.
Capítulo 30 - Una oportunidad.
Capítulo 31. Confianza y actitud.
Capítulo 32. ¿Dónde estoy?
Capítulo 33. Esta es mi realidad.
Capítulo 34. Nada supera.
Capítulo 35. Soy tu regalo.
Capítulo 36. Felicidad indefinida.
Capítulo 37. Pequeña estrella.
Capítulo 38. Recuerdos.
Capítulo 39. Destiny.
Epílogo I
Epílogo II
Especial Destiny

Capítulo 8. Ella me dejará ir.

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By luimeliamoments

Al salir del hospital me acerque al lado de mi padre en silencio, todavía estoy tratando de digerir y entender todo lo que el Dr. Charlie me dijo. No es fácil saber que nunca podrás recordar la mitad de tu vida. Amelia y mi madre van delante, hablan en voz baja, es decir, mi madre está hablando y Amelia sólo escucha.

Es muy interesante verlas de ese modo, parecen ser intimas como si fueran buenas amigas desde hace años. Me pregunto en qué momento Amelia logro la hazaña de conquistar a mi madre de esa forma, puedo recordar cuan protectora era cuando chicas se acercaban a mí para tener una relación. Y ahora Doña Manolita parece amar a Amelia de manera autentica.

Como si fueran madre e hija.

- Luisi... - papá me llamó antes de separarnos. Lo miro esperando que continue hablando - ...por lo menos hoy, intenta ser más amable con tu esposa.

Siento como se forma una mueca por la forma en que se refirió a ella, pero estoy demasiado aturdida por las noticias de hoy para tener alguna objeción. Le sonrío a mi padre y le doy un abrazo.

- Prometo que me esforzare - le digo al oído y lo escucho suspirar, acariciando la base de su espalda.

Me atrae más hacia él y deposita un beso en la parte superior de mi cabeza.

- Vas a estar bien, princesa - trata de sonar confiado, aunque su expresión facial muestra el miedo que tiene. Sonrió irónicamente y afirmo.

Realmente espero que todo vaya bien, papá... Lo espero.

//

Amelia pasó en silencio todo el camino, ahora nos encontramos frente a la casa que compartimos y estoy esperando a que diga algo o, al menos, abra las puertas inmediatamente. Ella toma una respiración profunda, con las manos agarrando el volante. Frunzo los labios, con las manos inquietas, no sé qué decir, mucho menos si debo decir algo o sólo permanecer en silencio.

- ¿Tienes hambre? - su pregunta me tomó por sorpresa, Amelia me mira y sonríe, sus ojos tristes y apagados, está forzando una sonrisa. Ya puedo identificar algunas cosas - Puedo ir a buscar algo si quieres - sugiere.

Paro a pensar, no estoy tan hambrienta, pero creo que sólo necesita una excusa para dar un paseo y aclarar sus cosas. Sé que tenemos comida en casa.

- Sí.

- Pizza - no pregunta, parecía más bien un comunicado.

Me quedo boquiabierta porque ella sabía lo que iba a pedir. Bueno, ella es tu esposa, Luisita, es obvio que sabe.

Yo quería saber un poco más también, conocer sus necesidades y gustos.

Sin decir una palabra, suelto el cinturón y abro la puerta, miro a Amelia y esbozo una sonrisa antes de salir del coche y cerrar la puerta. Veo como sacude su mano dentro y entonces el coche se enciende de nuevo. La veo desaparecer por la esquina y dejó escapar un largo suspiro.

Aquí vamos, a vivir mi vida.

O tratar.

Treinta minutos más tarde y ella aún no regresa, no es que esté controlando el tiempo que está en la calle, pero confieso que estoy preocupada. Amelia nunca ha sido una persona muy inestable, nunca aprendió a lidiar con sus emociones y esto es algo que no parece haber cambiado con los años. Me temo que haga algo mal o le suceda algo.

Ando de un lado a otro en la habitación, veo mi móvil en la mesa de café y voy a tomarlo. Enciendo la pantalla y luego veo un mensaje, un mensaje de ella.

"Luisita lo siento, no puedo volver ahora, Ian me llamó y me pidió que lo viera, pero te llevare tu pizza más tarde."

Me siento molesta por eso, y enojada, enojada de estar aquí esperando por ella y preocupada mientras sale con su hermano. Por lo menos podría haber llamado. Mantén la calma, Luisita.

¿Qué hago ahora?

Me siento en el sofá con el móvil en la mano, no tengo idea de lo que voy a hacer ahora, con Amelia aquí al menos tenía compañía. Miro la pantalla del televisor apagado, suspiro y le voy vuelta al dispositivo en las manos. Decido desbloquearlo, no tengo nada que hacer ahora mismo.

Ya me siento más familiarizada con la alta tecnología de este móvil, antes eran menos complicados, pero tiene tantas cosas útiles hoy en día. Y parecen más grandes también, y finos, pero es bueno. Me gusta por lo menos.

¿Qué mirare? La galería ¡Sí!

Hago clic en la galería de fotos y veo diferentes carpetas. Hago clic en la primera, son fotos mías.

Me veo caliente.

Vaya, aquí también.

¡Mierda! Qué maravillosa eres, Luisita Gómez.

- Los años me han hecho así - comento sin darme cuenta.

Seguía viendo mis fotos y si es posible conseguí amarme un poco más. Era como si no pudiera controlarme, mi autoestima estaba en lo máximo, así como mi egocentrismo.

Debe haber sido algo que adquirí con el tiempo, porque me casé con una mujer así. Anteriormente si a Amelia le sobraba algo era ego. Era molesto.

Abro la segunda carpeta y me derrito al ver que son fotos de Louis.

Se vistió de conejo, hermoso.

Vestido de motorista, a su lado Ian vestido de la misma manera y Amelia también todo de cuero.

Acabe riéndome de esa foto.

En otra Louis está con los ojos cerrados, su lengua entre sus dientes y Amelia y yo estamos besando sus mejillas.

Sonrío con eso, es tan parecido a mí.

En el siguiente Louis está tumbado en la parte superior de Amelia, los dos están en uno de los sillones de la sala y parecen dormir profundamente, sus manos están entrelazadas.

Seguía viendo las fotos que estaban allí y cada vez me sentía más enamorada de Louis.

Vi una carpeta mía con las chicas, hasta con personas que ni siquiera conozco. Y por último pero no menos importante, una carpeta aislada me llamo la atención. A diferencia de la otra está tenia de nombre "Mi Suerte", el mismo nombre de contacto que tengo de Amelia en mi móvil.

¿Ver o no ver?

Estoy dividida, no estoy segura de si quiero ver estas fotos. Me siento ansiosa y curiosa, siento voluntad de simplemente abrir la carpeta y ver todas las fotos.

Pero me falta coraje.

¡Vamos Luisi! Sabes que no estarás tranquila hasta que veas esas fotos.

Tomo una respiración profunda, cinco segundos de coraje, hago clic en la carpeta y luego en la primera foto.

No hay nada especial, sólo estoy sentada al lado de Amelia en lo que parece ser la playa y estamos sonriendo.

La siguiente imagen estoy con los brazos envueltos alrededor de su cuello, mi cara oculta en su cuello y ella sonríe a la cámara.

En el tercero Amelia está sola, acostada en la cama y concentrada en su libro.

Nota mental: Amelia es atractiva con gafas de lectura.

Me sorprendo con ese tipo de pensamientos, ciertamente no debería estar pensando estas cosas.

Luego vienen las fotos que tenía tanto miedo de ver. Ahora Amelia y yo nos besamos, ella está encima de mí y parece que solo estamos en ropa interior.

¿¡Quién tomo esta foto!? Es todo lo que puedo pensar.

Y las siguientes fotos son más o menos lo mismo: las dos besándonos, una donde estábamos en la ducha juntas.

Todavía estoy ruborizada debido a esta foto. Quiero dejar de verlas, pero mi curiosidad es mayor. Estoy tan centrada en la pantalla del móvil que de repente me asusto y dejo caer el aparato en el suelo.

No puede ser.

De ninguna manera.

No, no, no.

Repito mentalmente tomando el móvil de nuevo, todavía incrédula enciendo la pantalla y un grito se queda atascado en mi garganta al ver una Amelia desnuda y sonriente en la pantalla, ella está tumbada en una cama, con sus rizos voluminoso arrojado sobre sus hombros, las piernas separadas, ella sonríe con un dedo en la boca y mira a la cámara de una manera que...

- ¡Oh joder! - exclamo y cierro la galería del móvil, bloqueo la pantalla y dejo el aparato en el sofá junto a mí.

¡Madre mía! Esta mujer ama estar desnuda, no tiene vergüenza en absoluto. ¿Soy algún tipo de pervertida? ¿Por qué tengo tantas cosas de Amelia desnuda por ahí? No eran suficiente los videos, ahora también... ¡Oh Dios!

¿Ella también tendrá fotos mías así?

Es decir... no lo creo.

¿En qué clase de persona me convertí?

//

Las cuatro de la tarde, y Amelia no ha vuelto, al menos quiero que Louis este aquí, pero él está en el colegio. La educación se está robando a mi hijo. Sonrío al pensar, no tengo miedo de pensar que es mi hijo, porque lo siento, que nació de mí, me siento conectada a él de una manera que no puedo explicar con palabras.

He comido galletas, hasta mire la televisión y por suerte estaba en el canal de dibujos así que ahí lo deje. Después de un rato me cansé de ver dibujos animados, especialmente porque Bob Esponja ha terminado.

No se que más hacer. La piscina está fuera de cuestión, con el frío ahí fuera puedo ganar una neumonía. Comer también porque estoy harta de las galletas, espero estar hambrienta cuando Amelia traiga mi pizza. Sólo de pensarlo la boca se me hace agua.

Suspiro alto, apago la televisión y miro a mi alrededor. ¿Qué hago? Me siento tan sola en esta casa grande. He pensando en llamar a María, pero debería estar en el trabajo, entonces pensé en llamar a Marina, pero mi mejor amiga está cuidando a Toni que estaba ardiendo de fiebre.

¡Qué mierda! Quería ir al centro cultural, pero no sé ni llegar allí.

"Pero es aconsejable seguir viviendo su rutina, ver fotos, vídeos o incluso leer todos los días puede ser de mucha ayuda para hacerla tener destellos de memoria."

¡Eso es! Puedo ver los vídeos...

Quiero decir... ¿Amelia y yo no sólo tenemos vídeos lascivos? No quiero verla desnuda de nuevo, he tenido mi cuota hoy.

Subo las escaleras, entro a mi habitación y voy directamente al armario. Agarro un banco y lo pongo cerca de la plataforma donde está la caja, la tomo y la deposito cuidadosamente en el suelo, arrodillada delante de la caja la abro y... me sorprendo. No estaban así la última vez.

Antes los CDs estaban desorganizados, ahora están apilados correctamente. Ahora me doy cuenta de que tienen etiquetas de colores, amarillo, azul, blanco y rojo. Voy a elegir el azul.

Recojo al azar uno de los muchos CDs en la pila de las etiquetas de color azul, lo tomo de la caja y lo cierro, me levanto y vuelvo a la habitación. Enciendo el DVD e inserto el CD en ella, regreso a la cama y me siento en el borde, enciendo la televisión y espero a que comience el video.

Todo esta oscuro y de repente la pantalla se queda en blanco, después Amelia aparece. Ella parece estar ajustando algo en la cámara, de repente empieza a hacer cara y sonríe. No me doy cuenta de que estoy sonriendo, pero lo estoy.

- Ahora sí - Amelia habla mirando a la lente de la cámara y luego mira hacia atrás, parece ver algo. Cambia de lugar donde está sentada y sólo entonces tengo una visión de donde está, se encuentra en la sala de estar, en una la silla - Necesito decir algo... - su expresión es de falsa tristeza - Mi esposa no quiere saber nada más sobre mí, me está cambiando - tengo curiosidad, Amelia gira la cámara hacia un lado y por encima del hombro estoy yo, sentada en el sofá y concentrada en algo - Ella no quiere saber nada más sobre mí, me cambió por un juego.

La cámara vuelve a centrarse en la cara de Amelia y ella hace un puchero. ¡Guapa! Ella mira hacia atrás y mueve la cabeza.

- Luisita se quejaba de mí, pero ahora es peor que yo. Si la dejo pasaría todo el día en ese juego - suspira, como agotada - Voy a tratar de comunicarme con ella de nuevo - dice y se levanta de la silla.

Va a donde estoy sentada jugando el videojuego y se sienta, parecía que no me daba cuenta de su presencia, todavía estaba centrada en la televisión. Amelia aprieta los labios y susurra "No me nota" para la cámara, hace una cara triste y termino riendo cuando me comienza a hacer un monto de caras, que ni siquiera me di cuenta.

Amelia se dobla y endereza la cámara, en lo que creo es la mesa de centro de la sala. Ella juega con algo y vuelve a sentarse a mi lado, sigo centrada en el juego.

- ¿Cariño? - pega su cuerpo al mío y me besa la mejilla, la miro por el rabillo del ojo, pero no dejo de jugar - Luisi...

- ¿Qué pasa, Amelia?

Parezco irritada con su interrupción, Amelia mira la cámara y muestra una cara triste. Apoya la cabeza en mi hombro y se queda mirando mi cara.

- Quiero cariño.

Ella acaricia mi muslo y luego lanza su pierna izquierda sobre la mía, la miro y luego su pierna en su regazo. Una vez más miro la televisión, bufo y empujo su pierna de encima de mí y muevo el hombro para que quite su cabeza. Amelia se aparta y se lleva una mano al pecho, fingiendo un drama básico.

- Casi me haces perder la carrera.

Refunfuño aún enojada y Amelia resopla, ella mira a la cámara y mueve las cejas como diciendo "¿Ven cómo me trata?"

Amelia ahora está sentada correctamente en el sofá con las manos en las rodillas y mirándome por el rabillo del ojo, ella pone los ojos un par de veces porque estaba tan concentrada en el juego. Luego sonríe de manera traviesa a la cámara dejando en claro que hará algo.

Estoy vestida con una enorme camisa abierta de los lados. Amelia mira a la cámara otra vez y guiña antes de volver a mirarme. Ella percibe cuan concentrada parezco estar y con cuidado empuja a un lado la camisa, dejando un enorme hueco, ella sonríe y en segundos mete la cabeza dentro de la camisa que estoy usando. Me asusto y salto, mirando hacia abajo con los ojos abiertos y escuchando a Amelia reír.

- ¡Amelia! - mi voz es casi un gruñido, advirtiéndole que estoy enojada - ¿Qué mierda crees que estás haciendo?

- Quiero atención, afecto, me has dejado por un juego.

Dice en voz baja, su voz amortiguada. Pongo los ojos y presiono un botón en el mando del control inalámbrico. Ese joystick es impresionante, pienso por un segundo y regreso mi atención al vídeo.

- Quiero darte una bofetada, no perdías nada con esperar a que termine la carrera, era la última.

Gruño todavía enojada, Amelia deja escapar una risa baja, lo sé porque veo su cuerpo temblando ligeramente. Dejo escapar un gruñido y le doy un golpe en las costillas, se encoge y da un grito de dolor.

- Violenta.

- No has visto mi lado violento - soné tan amenazante que hasta yo me asuste, Amelia saca rápido la cabeza dentro de mi camisa y me mira con los ojos abiertos - ¡Corre!

Vocifero y sus ojos parecen que van a salir de su rostro, aprieto la mandíbula y en cuestión de segundos Amelia salta del sofá y sale corriendo, suelto una risita y también corro tras ella. No hay manera de saber lo que estamos haciendo con certeza, pero se oyen nuestras voces y pasos apresurados en la casa, Amelia me ruega que no la golpee y yo la amenazo.

- ¡Luisita! ¡No!

Ella grita como aterrada, pero la sonrisa en su voz es notable, sólo me río de las dos. A continuación, la pantalla se pone toda oscura y aparece: "Estamos experimentando dificultades técnicas por el momento, hasta el siguiente video" , y el vídeo acaba.

Me río, éramos como dos niñas. Y parecíamos felices.

Echo de menos esos momentos, momentos que ni siquiera recuerdo haber vivido.

¿Qué está haciendo Amelia conmigo?

//

Estoy terminando de vestirme cuando escucho unos gritos abajo.

- ¡Mamá!

Sonrío de forma automática, ya está mi pequeño en casa. Me pongo mi blusa y salgo del armario, apenas salgo de la habitación y siento un pequeño cuerpo chocando contra mis piernas.

- Hey, mi niño - le alboroto el pelo y me sonríe aferrándose a mis piernas, abrazándome. Tan lindo.

- Te eche mucho de menos, mamá - hace un puchero y sólo me derrito, me agacho y lo tomo en mis brazos - Mucho, de verdad - agarra mi cuello y me abraza con fuerza extrema.

Mis ojos se llenan de lágrimas y lo abrazo, demasiado apretado. Este abrazo tan inocente es maravilloso, me siento tan protegida.

- ¿Mucho? - pregunto.

- ¡Mucho! - grita emocionado, termino riéndose de su animación y le lleno la cara de besos.

- También te eche mucho pero mucho, mucho de menos - toma mi cara y besa mi mejilla una y otra vez - Ahora pequeño, quítate el uniforme, toma una ducha y luego baja que te haré algo para comer.

Lo pongo en el suelo y Louis sale corriendo, pero antes me mira con la mochila en sus manos.

- ¿Brownies y chocolate caliente? - cuestiona con un brillo en los ojos.

¿Cómo decirle que no a esa cosita linda?

- Por supuesto.

El celebra y sale hacía su habitación, me quedé allí con los brazos cruzados y una gran sonrisa en su rostro.

Estaba terminando de preparar la merienda cuando Louis apareció en la cocina, con un poco de astucia se sentó en una silla y apoyó los codos sobre la mesa, me mira sonriendo. Le devuelvo la sonrisa.

- Louis, ¿no venias con tu madre? - pregunto intrigado, no la he visto desde que llego a casa, e incluso cuando llega a casa y se va directo a la oficina, la veo salir a comer en algún momento.

- No - levanto la cabeza para mirarlo, curiosa e intrigada - De hecho, me encontré con la madre de Rose, mamá llamó a la maestra que no podía ir a buscarme, así que la mamá de Rose me trajo - explica y mi expresión cae, miro hacia abajo y tomo una respiración profunda.

Rose, siempre esa niña. Es ridículo que me sienta celosa de mi hijo, pero no puedo evitarlo, es más fuerte que yo. Termino de preparar las cosas y las llevo a la mesa, me siento con Louis y comienzo a tomar mi café mientras me contaba lo que había hecho en la escuela.

Es tan agradable pasar momentos con él.

//

Las nueve y media, Louis trato de permanecer despierto para esperar a Amelia, pero se durmió en mi regazo. Ella no ha regresado a casa, pero me siento menos preocupada al saber que Ian está con ella. Increíblemente estoy preocupada por ella. Tal vez eso es bueno.

Louis estaba en mi cama y debajo de las sábanas, quiero dormir con él hoy. Cierro la puerta y camino hacia la escaleras, estoy a punto de bajar cuando escucho el ruido de la llave en la puerta y algunas voces, me paralizo en mi lugar y discretamente veo si Amelia está llegando, y es ella e Ian para ser exactos.

- Louis debería estar durmiendo, la casa está tranquila cuando está durmiendo - Ian comenta lúdico al entrar en la casa, Amelia también se ríe y estuvo de acuerdo.

- Probablemente Luisita lo puso a dormir - se encoge de hombros y se quita el abrigo que lleva, Ian hace lo mismo y los dos pasan a la sala, bajo algunos pasos más para poder escuchar acerca de lo que van a hablar.

- Hablando de Luisita, dime cómo van las cosas.

Estoy casi tirada en las escaleras con el fin de ser capaz de verlos, y lo estoy consiguiendo. Amelia está en silencio y baja la cabeza, se acaricia el cuello y mira a su hermano, él sonríe y acaricia su hombro.

- Es difícil, muy difícil - admite e Ian la mira con algo de tristeza, me siento mal por el tono de voz que usa, me incomoda.

- ¿Cómo fue la cita de hoy? - pregunta y se endereza mejor en el sofá.

Amelia toma un respiro antes de empezar a contar todo lo que pasó en la consulta anterior. Me siento quebrar cada vez que abre la boca, no veo su rostro, pero la expresión de Ian cuando Amelia habla, me da la certeza que dé está a punto de llorar. No quiero ser la causa de su dolor.

- Oh, mi pequeña - dice él y tira de ella a sus brazos y sólo entonces se oye el primer sollozo, seguido de otros y Amelia se derrumba en los brazos de su hermano. Ian acaricia su pelo y le susurra - Deja salir todo.

Siento que quiero correr, entrar a la habitación y no salir hasta que haya dejado de llorar, Amelia se ve tan frágil llorando porque ella exuda confianza, todo mundo piensa que es inquebrantable. Pero la realidad es que Amelia puede ser más frágil que yo, ella sólo usa algún tipo de mascara.

Nunca me ha gustado ver llorar a la gente, a pesar que de realmente no me llevo bien con Amelia, realmente duele verla así. Su sufrimiento me deprime, verla triste me desgarra.

- J-juro que lo intento, ¿sabes? - ella se aleja un poco de él, está jadeando y sollozando todavía. Ian pasa las manos en su rostro para secar sus lágrimas, todavía sosteniéndola en sus brazos - Pero es tan difícil, e-ella a veces me mira de aquella forma que me miraba antiguamente. Con desprecio, yo... - ella toma una respiración profunda - Es horrible ver que me mira como si fuera una desconocida cuando estaba tan acostumbrada a verla mirándome con amor, incluso con todo lo que estábamos pasando.

¿Todo lo que estábamos pasando? Entonces es cierto de que algo iba mal. Y por lo que dijo el doctor Charlie, mi pérdida de memoria fue causada por el estrés, ¿será que estábamos peleando con frecuencia?

- Me imagino que es una mierda.

- Una mierda, demasiado - ella vuelve a sentarse y se frota las manos en su cara, pasa sus manos en sus rizos y baja la cabeza.

Ian desordena su pelo, desarreglandolo un poco, se sienta de la misma manera que Amelia y se quedan en silencio un tiempo.

- ¿Han hablado?

- Todavía no.

Amelia ahora está más tranquila, pero su voz sigue siendo triste y su cabizbaja.

- Tienen que hacerlo, ya sabes.

- Lo sé.

- ¿Qué pretendes hacer?

Amelia mira hacia arriba y mira al techo, parece estar pensando en que decir.

- A pesar de todo estaré a su lado, incluso si al final de la noche me sienta como una mierda por no tener siquiera una sonrisa de la mujer que quiero con mi vida - ¡Maldición! Eso duele - La apoyo y tendré paciencia, si ella me lo permite la acompañare en todas sus sesiones de terapia. Haré todo lo que esté en mi poder para ayudarla a recuperar la memoria.

- Bueno, ya sabes que hay una gran posibilidad que no recuerde nada, ¿verdad?

Amelia asiente y vuelvo a bajar la cabeza, puto Ian, no era necesario recordarlo ahora.

- Lo sé y tengo miedo.

- ¿Qué no te recuerde?

- Que no recuerde que un día me ha querido.

Amelia es directa y su frase me golpea, haciendo que mi cuerpo tiemble. Siento su dolor por la posibilidad de que no recuerde.

- Pero si eso sucede, sabes que puedes tratar de recuperarla - él habla de repente y ella lo mira - Hermanita, lo has hecho antes, puedes intentarlo de nuevo.

- No es tan fácil como parece.

- Lo sé, pero... - él no sabe qué decir, se pone las manos en la cara y deja escapar un largo suspiro pesado.

- Hoy cuando regresábamos del hospital estaba pensando en ello, ¿sabes? Las posibilidades de recordar y no hacerlo - Hace una pausa y respira - Yo estaba paseando alrededor, recordando las cosas de nuestro tiempo juntas, nuestro matrimonio, el nacimiento de Lou. De cómo éramos felices. Entonces también pensé en nuestra realidad, ella ni siquiera recordaba a nuestro hijo - su voz es temblorosa, sé que ella está a punto de llorar de nuevo - Y ella lo ama tanto ¿sabes? Mi mayor preocupación era que lo rechazara, pero no lo hizo, y estoy feliz por eso. Pero yo ya no veo a mi Luisita, no la reconozco más, Luisita perdió todo el brillo que me fascinaba. Ella no se ve feliz.

- Conozco ese tono - Ian parece serio ahora - ¿Vas a dejar que se vaya si esa es su decisión?

Parece que todo desaparece a nuestro alrededor, simplemente puedo verla, esperando su respuesta. Amelia mira hacia arriba y antes de responder respira profundamente.

- Sí eso es lo mejor, la dejare ir - incluso desde la distancia veo sus labios temblando, ella se limpia el rabillo del ojo - Desde que estamos juntas, he estado dando todo de mí para que siempre esté feliz, y esto por desgracia no está funcionando ya. Así que si tengo que renunciar a mi felicidad por ella, entonces lo haré - veo la luz de la sala reflejada en su cara que esta bañada en lágrimas - Mi prioridad es ella, que sea feliz, y que siempre sea así... No importa nada de mí, no más.

Ian la abraza de nuevo y Amelia vuelve a llorar aún más fuerte que antes. Tengo los ojos vidriosos, llora con tanta violencia que su cuerpo tiembla como si estuviera teniendo una convulsión.

¿Cómo alguien puede dar de sí mismo para la felicidad de otra persona? Ella me quiere tanto hasta el punto de quizás pasar el resto de su vida infeliz con tal de que yo sea feliz, soy su prioridad.

Amelia siempre me pone en primer lugar.

Veo a Ian tratando de calmarla y sólo entonces me doy cuenta de que él está llorando también, Amelia siempre ha sido su hermana pequeña, Ian siempre la protegía de todo. Al verla así debe estar acabando con él, porque no puede hacer nada.

Entonces me doy cuenta de algo que me sorprende, mis mejillas estaban húmedas y mis ojos estaban ardiendo.

También estoy llorando por ella, debido a su dolor.

Llorando por su sufrimiento.

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