Stupid Wife

By luimeliamoments

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¿Te has imaginado casada con alguien que nunca soportaste en la vida? Luisita también lo había imaginado, sin... More

Prólogo.
Capítulo 1. ¿Qué?
Capítulo 2. Volver a la vida.
Capítulo 3. Algunos vídeos.
Capítulo 4. Mi hijo.
Capítulo 5. ¿Un sueño o....?
Capítulo 7. Deseos.
Capítulo 8. Ella me dejará ir.
Capítulo 9. Aniversario.
Capítulo 10. Empezar de nuevo.
Capítulo 11. Siempre que quieras.
Capítulo 12. Ella es increíble.
Capítulo 13. Esposa.
Capítulo 14. Día de nieve.
Capítulo 15. Tentación.
Capítulo 16. Solo un poco de tu corazón.
Capítulo 17. Me gusta cuando me llamas cariño.
Capítulo 18. ¡Esta loca!
Capitulo 19. Clases de conducir.
Capítulo 20. Mi Ame...
Capítulo 21. Something.
Capítulo 22. No me dejes.
Capítulo 23. Todo va a estar bien.
Capítulo 24. Déjame abrazarte.
Capítulo 25. Feliz navidad.
Capítulo 26. Todo lo que ella quiera.
Capítulo 27 - Better than a princess, more than a queen.
Capítulo 28 - Everything.
Capítulo 29 - En mi lugar.
Capítulo 30 - Una oportunidad.
Capítulo 31. Confianza y actitud.
Capítulo 32. ¿Dónde estoy?
Capítulo 33. Esta es mi realidad.
Capítulo 34. Nada supera.
Capítulo 35. Soy tu regalo.
Capítulo 36. Felicidad indefinida.
Capítulo 37. Pequeña estrella.
Capítulo 38. Recuerdos.
Capítulo 39. Destiny.
Epílogo I
Epílogo II
Especial Destiny

Capítulo 6. Ella es mi problema.

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By luimeliamoments

Pasó el día y el sueño, o lo que sea que fuera no salía de mi cabeza. Amelia volvió a ignorar mi existencia después de que el juego terminó, y Louis estaba demasiado cansado para darme atención, se durmió en el sofá poco después y Amelia tuvo que llevarlo a su habitación.

Estoy sentada sola, mi mente sigue siendo un lío. Es extraño no reconocerme, supuestamente me convertí en una persona completamente diferente, supuestamente estoy locamente enamorada de la persona que no quería ni de amiga, supuestamente somos felices. O lo estábamos.

¿Por qué tiene que pasar esto? No quería estar pasando por nada de esto, ni tampoco merecía sufrir. Y no vale la pena, ¿la compasión? creo que sí. Los ojos tristes de Amelia pueden conmigo de una forma que no podía antes.

No entiendo... me siento,me siento extraña cuando ella me mira como si estuviera pidiendo ayuda, no sé. Es difícil tratar de entenderla, y más conversar. Yo sé que tengo que hablar con ella, nadie me quiere decir nada, dicen que tengo que preguntarle directamente a mi esposa.

Esposa.

Eso es tan temible.

Oigo pasos en la escalera y en silencio miro por encima del hombro, ella está tallándose un ojo y bostezando. Como he dicho antes, Amelia parece estar cansada todo el tiempo, quería entender por qué. Ella termina de bajar las escaleras y apoya las manos en la espalda baja, y luego se curva hacia atrás tronando sus huesos, sus rizos se desprende de la coleta mal hecha y cae sobre sus hombros.

¿Por qué estoy mirándola tanto?

Cuando me mira desvió la mirada y me giro hacia adelante, la oigo suspirar en voz alta, exhausta. El sonido de sus pies descalzos chocando contra el suelo resuenan en la sala de estar, la casa está silenciosa, incluso se pueden escuchar los aspersores fuera. El silencio me molesta.

- ¿No tienes sueño? - ella habla y casi salto por su voz, mi corazón parece latir más rápido en mi pecho.

Trato de decir algo, pero mi voz parece estar atrapada en mi garganta. Todavía estoy asustada de que me descubrió mirándola.

- Yo-yo... Sí - suspiro, apretando mis dedos en el forro de color crema que cubre el sofá - Me levantare.

- No necesitas subir solo porque estoy aquí, si deseas puedes ver la televisión - ella está seria, pero su voz es tranquila, controlada, diría que hasta simpática - Mañana regresa tu hermana de viaje - la miro con curiosidad, nuestros ojos se cruzan y ella capta mi mirada curiosa - María.

Alzo las cejas y asiento con la cabeza, finalmente veré a mi hermana.

- ¿Dónde estaba?

- Grecia.

Mis ojos se abren por la sorpresa. ¿Qué demonios hacia esa loca en Grecia?

- ¿Qué estaba haciendo allí?

Amelia lleva un pantalón de chándal oscuro, antes de sentarse a mi lado tira de la tela, después se sienta en el sofá.

- Luna de miel - responde sencillamente y sonríe de lado. Una media sonrisa. Pero estoy confundida ¿María no estaba casada ya?

- Pensé que ya estaba casada - al menos eso es lo que dijo Marina. Así que la tonta me mintió...

- Oh no, quiero decir, sí, ella ya estaba casada - Amelia responde con una risita torpe - Ignacio decidió sorprender a María con un viaje, estaban teniendo su segunda luna de miel - ella explica y, finalmente, entiendo, estaban teniendo una segunda luna de miel.

¡Wow! Eso es bastante romántico. Estoy encantada y feliz por mi hermana, su matrimonio parece un cuento de hadas.

- ¿Y mis sobrinos? - mi voz suena totalmente animada, Amelia lanzó una risa nasal al notar mi animación, ni me importa, quiero conocerlos pronto.

- ¿Serena y Will? Están con los abuelos, los padres de tu madre.

- ¿Se quedaron con ellos? - pregunto y Amelia asiente con la cabeza, mis hombros caen. Quería verlos - Yo quería conocerlos.

Antes de bajar la cabeza pude ver a Amelia mirarme con tristeza, debía ser extraño para ella oírme decir eso ya que supuestamente estaba cansada de ver la cara de mis sobrinos. Pero no los conozco, ni en medio de fotos puedo reconocerlos.

- Ellos todavía no saben sobre... - miré que estaba gesticulando como si estuviera buscando palabras para tratar de hacerme entender - Será un shock, especialmente para Serena, ella siempre ha sido cercana a ti.

Me entran ganas de llorar. Todo esto es una mierda, siento dolor porque no puedo recordar nada. ¿Cómo voy a mirar a mis sobrinos y decirle que no tengo ideas de quiénes son?

¿Cómo veré la cara de mi hermana y decirle que no recuerdo su boda? No sé nada más al respecto, no tengo idea de lo que está sucediendo. No conozco a sus hijos, no sé su fecha de nacimiento e incluso recordar cuando nacieron.

Todo esto es una mierda, odio está maldita amnesia.

Estoy tan enojada y devastada que ni siquiera me di cuenta de cuando empecé a llorar, lloro por todo y sigo sin poder hacer nada para revertir la situación. Unos fuertes brazos rodean mis cuerpo, un olor que es familiar invade mi nariz, a pesar de que Amelia está ahí, siento que conozco esta fragancia hace mucho tiempo. ¿Era alguna clase de memoria?

Mis hipos son altos, Amelia me aprieta más contra su cuerpo y me refugio en sus brazos como un gatito. No necesitaba nada más que llorar todo lo que no había llorado desde el día fatídico en que desperté olvidando todo.

Con cierto miedo, Amelia me levanta del sofá, me carga y luego estoy en sus brazos, me aferro a su cuello y hundo mi cara contra su blusa, camina conmigo aferrada como un koala y yo solo dejo que me lleve.

No tengo fuerzas para alejarla y no quiero hacerlo la verdad.

...

No tengo idea de cuánto tiempo pase llorando, pero sé que han pasado largos minutos, me siento agotada, me arden los ojos, mi pecho duele y mi nariz está tapada. Amelia no salió de mi lado por un segundo, después de tumbarme en la cama, se sentó con la espalda apoyada en la cabecera de la misma y tiró de mi cabeza para descansarlas en sus muslos. Se paso todo el tiempo haciéndome cariños, no dijo nada, sólo se quedo allí para mí.

Incluso cuando la rechazaba, aunque no lo merecía, ella estaba allí.

Finalmente me di cuenta de lo increíble que es, sino también me di cuenta de que no me la merezco. Yo sufro y puede ser que no me acuerde nunca de haberla querido.

Esto no va a funcionar, no es saludable para ninguna de las dos, nuestra relación está condenada al fracaso.

//

Fue la primera noche en la que dormimos en la misma cama desde lo que sucedió. Amelia no cruzo el límite, y cuando nos abrazamos, la que tomó la iniciativa para que pasara fui yo. Ella parecía tener miedo de hacer algo que no me gustara. Sin embargo, aprecie su respeto por mí.

Cuando abrí los ojos esta mañana, me di cuenta de que ya no estaba en la cama. Miré alrededor de la habitación y como siempre la puerta del armario estaba entreabierta.

Ella había ido a trabajar. Creo.

Su perfume estaba por toda la habitación, inhale con fuerza varias veces antes de levantarme para ir al baño. Tomo una ducha rápida y notó que hay una nueva muda de ropas en el mostrador del lavabo. Amelia tiene este hábito de separar la ropa. Creo es un tipo de TOC.

Me visto y salgo del baño, mi pelo está un poco húmedo y no me importa sentir que mi espalda esta mojándose un poco. Todo está en silencio, cuando Louis no está en casa todo es paz. No me gusta, es tan bueno verlo rebotando alrededor de la casa.

Mi hijo... Él heredo mi energía, por eso no para un segundo.

En la cocina, la mesa está puesta, miro la estufa y suspiro. La comida de Amelia no es mala, pero recuerdo que le gustaba cocinar. ¿Será que extrañaba ese hábito?

Parece que me he vuelto perezosa, aparentemente soy mantenida por Amelia, ya que ella no mencionó que trabaje, ni siquiera sé en qué trabaja. Ella básicamente hace todo por mí, limpia la casa, lava la ropa y busca a nuestro hijo en la escuela.

¿Me quedó sin hacer nada todo el día como una dama?

No lo creo.

//

Después de terminar mi desayuno, lavo los platos y los pongo en el escurridor. Me estiro rápidamente, sintiendo mis músculos estirarse y dejo salir un gemido de satisfacción. El día está soleado, veo el sol reflejarse a través de las ventanas. Sé que está casa tiene una piscina, porque la he visto, y ahora voy a probarla.

Corro hacia el segundo piso y voy a mi cuarto, entro al armario y busco en los cajones que Amelia dijo que eran míos, un bikini. Encuentro pronto muchos con diferentes colores y tamaños...

- Vaya, ¿esto cubre algo? - me pregunto mientras analizo las bragas rojas de uno de los bikinis, tiene una franja muy delgada.

¿Lo usaría sólo en la piscina de casa o en otros también? No creo, mi cara enrojece con simplemente imaginarme andando por ahí con un diminuto bikini de estos.

No tengo ningún pudor. Yo misma estoy en shock.

Estoy sola en casa de todos modos, no hay ningún problema en usar uno de estos bikinis. Después de haberme vestido correctamente, voy al espejo a mirarme y... ¡Joder! Mi mandíbula cae. No me había dado cuenta de lo mucho que mi cuerpo ha cambiado, pechos grandes y naturales. Mis piernas no están tan flacas, ahora tenían más músculos, mis brazos también tienen un poco de músculos. Doy la vuelta y... ¡Maldición! Mi culo es diferente, más redondo y duro.

¡Estoy jodidamente caliente! Me sonrió a mi misma en el espejo.

¿Ahora hago ejercicio? Solía ser tan sedentaria. Sólo la idea de hacer ejercicio me hacía sentirme agotada.

//

Suspiro, encantada con esta enorme piscina. Hay una terraza al final del patio trasero e incluso de lejos puedo ver la parrilla y el pequeño bar. También hay una mesa. Me quito las zapatillas y tiro la toalla a una de las sillas que estaban allí. Parecen ser cómodas, pero en este momento, sólo quiero entrar al agua. Camino hacia la piscina y estiro los músculos antes de saltar al agua.

Es tan bueno.

//

Casi una hora después salgo del agua porque estoy cansada, por no hablar de que olvide la protección solar y si no consigo salir del sol ahora es probable que padezca quemaduras más tarde. Me limpio y envuelvo la toalla alrededor de mi cuerpo, de modo que abro la puerta de cristal y entro a casa, escucho el timbre.

¿Quién podría ser?

Curiosa, sujeto la toalla alrededor de mí. Llego a la puerta y miro a través de la mirilla. Hay un hombre de pie allí. ¿Quién será?

No me atrevo a abrir la puerta, no sé quién es. ¿Y si a Amelia no le gusta que atienda a un extraño cuando no está en casa?

¡Luisita! Deja de actuar como un adolescente.

Aunque no deseo abrir la puerta, quito el seguro y giro la perilla. El tipo esta vestido como un cartero, él es alto, blanco como la leche y cabello corto, también tiene los ojos marrones claros, muy claros. Él me sonríe y me mira de arriba abajo y aprieto la toalla con más fuerza contra mi cuerpo.

Justo lo que necesitaba, aparte de perder la memoria seré atacada por un cartero maníaco. Debo tener un imán para los locos.

- Hola amor - dice tratando de parecer seductor. ¿Amor? ¿De qué hablas, gilipollas? - ¿No me vas a dejar entrar? Echo de menos ese cuerpo.

Amplio mis ojos y doy un paso atrás cuando da un paso adelante, casi me caigo porque el piso esta mojado, gracias a mí. Miro aterrada al cartero loco.¿Supuestamente este cartero loco es mi amante?

¡Oh Dios mío! ¡Esto no puede ser verdad! Siempre he sido una buena persona, nunca he engañado en mi vida.

-¡Sa-sal de aquí loco! - le grito y me doy la vuelta para huir.

Trago en seco y cierro los ojos. No es posible que traicionara a Amelia, no después de aceptar casarme con ella y tener un hijo con ella. No puedo ser tan horrible en ese punto.

- ¿Hoy toca hacerte la dificil? - pregunta.

Siento mi estomago revolverse y creo que me desmayare. Estaba a punto de responder y darle un empujón cuando una carcajada, bien conocida sonó por toda la casa.

El loco baja la cabeza totalmente avergonzado y abro los ojos, girando sobre mis talones para ver una loca rodando, literalmente, rodando por el suelo de la risa.

Estoy sin habla, ¿qué mierda paso aquí?

- ¡Mí-mí D-Dios! -  se reía tan fuerte que ni siquiera puede hablar, yo todavía no entiendo todo este circo.

Miro al tipo vestido de cartero y tiene sus manos juntas pidiendo perdón. Una vez más miro a la estúpida que se ríe a carcajadas en el piso de la sala y aprieto la mandíbula.

- ¿¡Qué carajos, Marina!? - exijo casi hirviendo, aquí estoy aterrada y disgustada conmigo por supuestamente tener un amante y esta idiota se está riendo como si hubiera sido la mejor broma del mundo.

- Luisita... hay Luisita, deberías haber visto tu cara - ella sigue riendo, pero con menor intensidad.

La idiota que llamo mejor amiga se levanta y saca algo de su bolsillo, una cartera marrón, lo abre y saca un billete de cien dólares, se lo entrega al imbécil loco y le dice algo al oído, el loco me hace señas y luego sale de mi casa, cerrando la puerta. Miro a Marina que también me mira, su cara empieza a enrojeces y luego se ríe de nuevo.

- ¡Voy a matarte! - digo con los dientes apretados y caminando hacia ella, Marina empieza a correr lejos de mí, pero no para de reír, ni siquiera por un segundo.

//

Minutos más tardes me doy por vencida tratando de atraparla, ella es más rápida que yo y más grande también.

- Oh, no te pongas de mal humor - se sienta a mi lado y trata de abrazarme, pero esquivo su abrazo y la empujo - Fue divertido, admítelo.

- No le veo ni puta gracia a eso, idiota - casi grito y mis nervios están a flor de piel.

¿Por qué la idea de traicionar a Amelia me molesta tanto?

- Yo me estaba maldiciendo por pensar que me había convertido en una puta sin corazón - suspiro, pasándome las manos por el pelo mojado y lo dejo sobre mi hombro izquierdo.

Ajusto la toalla que casi se cae y niego con la cabeza varias veces. Oigo a Marina suspirar y lamentarse. Por lo menos sabe que se equivoco.

- Eso habría sido gracioso si tu memoria estuviera bien - su voz es triste, me vuelvo hacia ella, que esta apretando su mano contra la otra y me mira fijamente con torpeza - Lo siento, pero era tan divertido cuando nos las vivíamos molestándonos.

- Marina, yo... - no estoy segura de qué decir y dejó salir un gruñido, voy hacia ella y paso la mano por su pelo, Marina sonrió - Te la devolveré - le advierto y sonrió con malicia, la sonrisa de mi amiga se ensancha y me tira a su regazo.

Dejo salir un chillido sobresaltado cayendo de todos modos en su regazo, la toalla hasta mi cadera y mi pelo húmedo está cubriendo mi frente.

- Esa es mi chica - golpea mi culo y salto por la sorpresa, finalmente riendo.

No se puede estar enojada con esta mujer durante mucho tiempo, es fácil amarla.

- ¿Tienes hambre? - pregunto y me ayuda a levantarme, me ajusto la toalla alrededor de mi cuerpo mantengo mi cabello en cualquier forma en la parte superior de mi cabeza.

Para desenredar eso después tendrá Dios que ayudarme, debe ser un nido de pájaros. Marina también se pone de pie y baja su falda que se había subido ligeramente.

- ¿Todavía preguntas? Vamos, echo de menos tu comida.

- ¿Aún me gusta cocinar? - pregunto curiosa a medida que avanzamos a la cocina, voy a la nevera y Marina se sienta en una de las sillas del mostrador.

- Obviamente sí, es tu segunda mayor pasión.

Abro la puerta del refrigerador y la miró con una ceja arqueada.

- ¿Cuál es la primera?

- Louis - responde y sonrío abiertamente - Y Amelia - completa y mi sonrisa muere al instante.

Mi cara feliz cambia a una normal en cuestión de segundos, volteo para mirar la nevera y buscar algunos ingredientes para hacer algo que me guste. Genial, sé lo que haré.

- ¿Quieres filete a la parrilla?

- Tiene vino, no puedo.

Frunzo el ceño y la miro a través del pequeño espacio entre el refrigerador y el congelador, Marina tiene una mueca divertida en su cara, pero sonríe con timidez.

- Siempre te gusto el vino, ¿ya no te gusta? - sacude la cabeza y presiona sus labios, saco la carne del congelador y cierro las dos puertas - ¿Hay algo que quiera decirme?

- ¡Sí! - ella exclama y golpea sus dedos contra la mesa, coloco la carne en el lavabo y luego me giro para mirarla - Iba a decirle a todos al mismo tiempo, pero eres mi mejor amiga, así que mereces saber primero - creo que sé lo que es - ¡Estoy embarazada! - ella sonríe enormemente y dejó caer la mandíbula, con los ojos brillantes, todavía estoy paralizada.

Marina está embarazada. Oh. Mí. Dios.

- Tú... - cierro la boca y hago algunos movimientos extraños con la mano en busca de palabras, pero no sale nada - ¡Marina, voy a tener un nuevo sobrino! - camino hacia ella, Marina empuja la silla y se levanta, abre sus brazos y me hunde en sus enormes pechos.

Estamos sonriendo y saltando, parecemos dos niñas. ¿Ella también reacciono así cuando supo de mi embarazo?

Probablemente sí.

- Estoy tan feliz.

- Me doy cuenta, tu piel se ve más hermosa.

Nos soltamos y la miró, sus ojos están un poco llorosos y creo que es por su gran felicidad. Acaricio sus brazos y la balanceo de un lado a otro.

- Pero este debe ser nuestro secreto, nadie sabe todavía, ni siquiera Ian.

Me suelto y elevo mis manos, cruzo los dedos y los beso, ella sonríe y hace lo mismo. Solíamos hacer eso cuando éramos más jóvenes, significaba secretos y que no podíamos romper esa promesa. Después de celebrar mucho, Marina prácticamente me obligo a preparar el almuerzo porque dijo que mi sobrino tenía hambre.

Puta chantajista, ni siquiera se ha formado.

Pero acato su pedido, y luego voy a buscar especias para la carne. Opto por la tradicional carne con mantequilla y cebollas, incluso acompañada de arroz blanco. Como ya he puesto la carne en agua para descongelarlo, Marina y yo estábamos hablando diversos temas. Pregunte varias cosas sobre mi vida con Amelia y sobre mí misma, pero ella siempre me interrumpía y dijo que debería preguntarle a mi esposa.

Pésima mejor amiga esa que tengo.

Pero por lo menos me advirtió que Amelia y Louis llegarían un poco tarde hoy porque Amelia tiene juego de voleibol todos los viernes con Natalia, su mejor amiga y algunos amigos del trabajo.

¿Qué trabajo? Marina no me lo dijo tampoco.

//

Después del almuerzo mi amiga se ofreció a lavar los platos, por lo menos eso. Me senté escuchándola hablar sobre cuán perfecto es Ian.

Es curiosa oírla referirse a él como su marido porque en mi mente sigo viendo a Marina adolescente babeando litros por el hermano de la loca. Y ahora estaba aquí frente a mí, Marina siendo toda una mujer casada con su amor platónico de la escuela secundaria.

La vida es divertida, ¿verdad?

- Ian está loco por tener una niña. Estoy esperando una en esta ocasión.

Me reí, el gesto animado de Marina hablando sobre su matrimonio es algo lindo de ver.

- Con suerte lo será, estará muy feliz.

Ella termina de lavar los trastes y los pone en el escurridor, recoge el paño de cocina y se seca las manos. Se vuelve hacia mí y camina a mi dirección, coge una silla y se sienta en la mesa conmigo.

- Sí, seguro - se moja los labios con la punta de la lengua y me mira de una manera extraña - ¿Sabes quién más estaría feliz de tener una hija?

- Oh no - ya tengo una idea de lo que iba a decir y sinceramente no estoy lista para escucharlo.

- Oh sí, su preciosa y maravillosa esposa - hago una falsa mueca de disgusto, Marina lo nota y se ríe - Unas semanas atrás estarías dando saltitos e investigando en las mejores clínicas de inseminación - pongo los ojos en blanco y hago clic con la lengua - Luisita dime algo... - apoya los codos sobre la mesa y se inclina un poco mirándome a los ojos - ¿Han tenido relaciones sexuales? Es decir, después de todo lo que paso.

Mi cara se ruboriza, las escenas y recuerdos del vídeo que vi hace tres días invaden mi mente. Me muero de la vergüenza y me ahogo con mi saliva, empiezo a toser desesperadamente mientras tanto la idiota casi se muere al reírse de mí.

- Te dio vergüenza, o has tenido relaciones sexuales o recordaste algo.

- No es asunto tuyo - gruño pero no se preocupa por mi tono grosero - Y no hemos tenido relaciones sexuales, que asco - hago mi mejor cara de disgusto, Marina echa la cabeza hacia atrás y se ríe en voz alta. Bufo y me recargo en la silla, cruzando los brazos debajo de mis pechos.

- ¿Asco? - vuelve a mirarme y seca las comisuras de sus ojos - Yo debería ser la que dice eso ya que me venías a contar y con los lujos de detalles. No pensabas que era un asco cuando me decías lo maravillosa que es Amelia en la cama y tuve que escuchar como la llamabas diosa del sexo.

- ¿Estás jugando? - ella sonríe y niega con la cabeza, salto en la silla exasperada - ¿Diosa del sexo? ¿Amelia?

- La misma - Marina también se levanta, escucho la silla siendo arrastrada, pero estoy demasiado ocupada volviéndome loca - Luisita puedes no creerlo ahora, pero estás completamente loca por...

- ¡Tú estás loca! - la interrumpo antes de que hable más cosas sin sentido, me niego a escucharla decir una vez más que estoy loca por Amelia. Estoy loca pero de enojo - Está prohibido decir o jugar con una cosa así, ¿de acuerdo? Demasiado para mi cabeza y lo que menos quiero saber es que se supone que estoy enamorada de ella - la miró seriamente, que hace una señal de rendición y asiente.

Estoy tan enojada ahora que tiro la toalla de mi cuerpo y salgo de la cocina con un paso firme.

Después de un baño largo, me visto con ropa refrescante y bajo para pedirle perdón a Marina. No tiene nada que ver con eso, no es su culpa que mi mente esté defectuosa. Ella lo toma todo con calma, dice que me entiende, a pesar de que note claramente lo molesta que estaba. No fue mi intención hacerle daño.

Ahora estamos bien de nuevo. Estoy acostada en el sofá con la cabeza en su regazo. Estamos viendo algún reality show, Marina dijo que era uno de mis favoritos. Es gracioso. El programa se detiene y los comerciales empiezan.

- No es tan malo - comento sentándome en el sofá y estiro los músculos, miro a Marina y ella asiente con la cabeza, tronando su cuello y bostezando.

- Es divertido - se rasca la cabeza y me mira - Luisi, creo que me voy a casa, me siento tan cansada últimamente y Toni regresara pronto de la escuela, tengo que estar en casa para recibirlo.

Su tono es culpable así que sonrío para tranquilizarla, no sería justo retenerla conmigo sin ningún motivo aparente.

- Está todo bien - le aseguro y se pone de pie - Te acompaño a la puerta.

Ella está de acuerdo y extiende su mano derecha para mí. Entrelaza nuestros dedos y caminamos juntas hacia la puerta.

- Pídele a Amelia mañana que te lleve a casa para que puedas ver a Toni - hice un puchero y ella rueda los ojos - No hagas esas caras, intenta llevarte bien con ella.

- No quiero llevarme bien con ella.

Marina resopla con impaciencia y me sostiene por los hombros, mira directamente a mis ojos, tan firmemente que siento un escalofrió pasar por mi columna vertebral.

- Deja de ser así, ya no estás en la escuela secundaria. Amelia es una mujer increíble, permítete verlo.

//

Estoy sola en casa de nuevo, pero no por mucho tiempo, ya está oscureciendo, Amelia probablemente estará aquí con Louis pronto. María viene a visitarme, estuvimos hablando por teléfono durante dos horas, una hora y media fue simplemente llorando por mí.

María sigue siendo tan sentimental como antes.

No puedo lidiar con esta televisión, las cosas son muy diferentes de lo que recuerdo. Todo es diferente.

Literalmente.

Escucho el timbre, sonrió amplio porque sé quién está allí. Me levanto de un salto del sofá, tiró de mis pantalones cortos hacia abajo y camino rápidamente hacia la puerta, apenas giro la perilla y soy empujada bruscamente hacia atrás por un pequeño cuerpo.

- ¡Oh Cristo! - exclamo asustada por su repentina invasión. Han pasado trece años y María sigue siendo la misma bruta de siempre.

- Hermanita - ella murmura contra mi pecho y siento mis ojos llenarse de lagrimas.

Era demasiado bueno tener a mi hermana conmigo, sería una persona que me ayude a pasar por todo esto. Finalmente la miro, su pelo castaño esta más largo. María aleja su cabeza de mi pecho y me mira. Sonrío y beso su frente. Su cara es diferente también, sus rasgos más pronunciados y sus mejillas un poco más grandes.

- Dios mío, qué gran afecto, Luisi.

La aprieto en mis brazos y ella solloza en mi cuello, tiro de ella dentro y cierro la puerta. Con ella todavía aferrándose a mí, camino hacia el sofá y me siento, tirando de ella para que se siente a mi lado y continúe abrazándome.

Unos minutos más tarde finalmente se calma y pregunta que si lo que Ignacio le dijo era cierto, me dijo que Amelia lo había llamado y le contó lo sucedido, dijo que era temprano. Me sentí mal por perturbar su segunda luna de miel, ellos deberían estar divirtiéndose, le digo lo que ha pasado en los últimos días desde que perdí mi memoria, también le conté que tengo una cita el martes con el Dr. Charlie.

María lloró cuando le confesé que no me acordaba de nada, ni siquiera de mis sobrinos, ni mi boda y mucho menos haber tenido a Louis.

Quería recordar cómo era la sensación de tenerlo en mi vientre, como la gente a mí alrededor me elogiaba y se mostraban animados por su llegada. Quería recordar incluso los posibles dolores de parto, los sentiría sin problema si eso hace que tenga mi memoria de vuelta. Quería saber cómo me sentí cuando lo tuve en mis brazos por primera vez, cuando dijo su primera palabra y cuando aprendió a caminar.

Quería recordar todos esos momentos que perdí sin saber, quería recordar mi vida.

Mi nueva vida.

//

Un poco más tarde decidí cambiar de tema porque estaba cansada de lamentar y llorar por lo sucedido, y que además no quería ver a María sufrir por mí. Siempre fuimos cercanas, desde jóvenes, Marisol también era cercana a nosotras, sino porque somos mayores, María yo siempre caminamos juntas. Hasta nos duchábamos juntas y comíamos del mismo plato de pequeñas.

-... Son increíbles, especialmente Serena, ella está completamente enamorada de ti - María dijo y me sonrió, me mostró algunas fotos de mis sobrinas, Marina, Louis y yo. Marina no jugaba cuando dijo que le gustaba a Serena.

- Tengo muchas ganas de verlos, siempre soñé con tener sobrinos y ahora tengo tres.

Sí, tres. Después de todo, el hijo de Marina también es mi sobrino porque siempre la he considerado una hermana.

- Lo sé, cuando Serena nació estabas más feliz que Ignacio.

- ¿En serio? -María concuerda riendo y termine riendo también.

- Muy enserio, todo el mundo bromeaba de que Serena nació de mí, pero tú eras la verdadera madre.

Nos reímos y seguimos hablando, María también era reservada cuando le pregunte sobre mi vida con Amelia. Todos me obligan a tener que hablar con ella.

Y no quiero.

Había perdido la noción del tiempo, María me dijo acerca de la vida de nuestros antiguos compañeros de clase. A muchos les ha ido bien en la vida, unos pocos trabajan en supermercados o están involucrados en cosas equivocadas. Una lástima. Me sentí tentada a preguntarle sobre Alexandra, pero sé que probablemente me reprenda.

-... Tenías que haber visto todo resulto una guerra de pastel después de eso - María me hablaba del primer aniversario de William, ella dijo que metió las manos en el pastel y luego empezó a golpear sus manitas ensuciando la mesa y a las personas que estaban a su alrededor. Me moría de ganas de recordar eso.

El sonido de un coche siendo estacionándose atrae nuestra atención, María mira hacia la puerta y yo hago lo mismo, unos dos minutos después la puerta se abre y entra un saltante Louis.

- Hoy ha sido el mejor juego de todos - él habla en voz alta, excitado.

Sonrío al verlo feliz, entonces ella también entra...¡Mierda! Mis ojos casi se salen de mi rostro, Amelia está...

¿A dónde se han ido las palabras?

Ella está vestida con un uniforme blanco apretado, un short corto pegado a su cuerpo, posiblemente húmedo por el sudor, la camisa también está pegada a su cuerpo marcando sus pechos voluminosos, sus rizos recogido en una coleta y ella tiene una cinta blanca en su cabeza. Mi mandíbula se cae.

¡Cielos! ¿Desde cuándo es tan atractiva?

No es que fuera fea antes, pero... Su cuerpo es completamente diferente, Amelia es mucho más femenina. Trago en seco, ella sonríe a Louis y los dos juegan con sus manos, haciendo la misma cosa con los dedos como siempre lo hacen.

Amelia lleva la bolsa en su hombro y cierra la puerta, tirando la bolsa en la esquina. Louis mira hacia el sofá donde estoy con María y sé que él grito algo porque vi su boca moverse, pero estoy demasiado ocupada apreciando aquel ser sexy.

¿Cuál es mi problema?

¡Ella es mi problema!

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