MATTHEW.
Aquí estábamos los dos, ella sobre mis piernas, con su mirada fija a la pantalla de la computadora, mientras que yo, cuál vil cobarde escondía mi rostro ante la verdad.
— Matt, ¿Tu hermana hacía algo de periodismo? —
— Si, Maggie terminó sus estudios secundarios con énfasis en periodismo y se dedicó a realizar cursos de lo mismo, el día de su muerte se graduaba de una tecnicatura periodismo, estaba feliz porque decía que gracias a esos cursos había descubierto que le apasionaba la psicología, la habían aceptado en Oxford — por fin iba a cumplir su sueño.
— Lamento escuchar eso — puso su mano acariciando la que tenía en su abdomen.
— ¿Por qué preguntas eso? —
— Con lo que me dijiste tiene más sentido lo que veo aquí —
— ¿Que hay? Habla ya mujer, aush — me pellizco la mano.
— Deja que termine de hablar, y ahora te esperas a que lea esto — se quedó en silencio por unos minutos, leía varios archivos.
Debió pasar más de media hora, ella seguía concentrada en lo que veía en la pantalla y a mí me mataba la curiosidad. Para pasar el tiempo acariciaba sus piernas bajo la falda y dejaba besos en su cuello haciéndola estremecer.
— Bueno, el proyecto final de tu hermana fue hacer un reportaje sobre una persona que admirarán, ella eligió a Sarah — me habló por fin y supe que Maggie había tomado una muy mala decisión, aunque su proyecto final no era sobre ella.
— Pero yo leí su proyecto, estaba enfocado en mamá — ella no contesto nada.
— Vaya, no sabía que Sarah era cinco años mayor que tú, no los aparenta —
— ¿Qué? — cinco años, imposible, su documento decía que habíamos nacido el mismo año, tendría que tener veinticinco.
— Matthew, ¿Te puedo preguntar el apellido de Sarah? — cada vez que abría la boca me confundía más.
— Evans, ¿Por qué? — ella se quedó en silencio, lo siguiente que escuche fue la impresora.
— Mandé a imprimir todo, lo mejor es que lo revisemos juntos —
— Lo estamos revisando juntos — le dije mientras ponía mi mano abajo de su falda nuevamente, subiendo por sus muslos.
— Es algo demasiado delicado, y prefiero que estemos frente a frente — mi otra mano la lleve por su abdomen hacía arriba, hasta apretar uno de sus senos.
— ¿No dijiste que siempre ponías seguro a la puerta? — la puerta se abrió de golpe y nos hizo respingar en nuestro lugar.
— Mamá por Dios, casi me haces dar un infarto — ella entro como si nada sentándose en el sofá.
— Alice, que vergüenza que nos encuentre de este modo, pero no es lo que parece — ella enarco una ceja.
— Bueno, para no ser lo que parece, parece mucho ¿Qué hacían? —
— Mamá, incómodas a Katherin — Ella se levantó de mis piernas y se dirigió al mueble de la impresora.
— Tonterías — Miré a Katherin y suspiré antes de mirar a mamá, lo mejor era contarle la verdad.
— Estábamos revisando unos documentos — le dije con seriedad.
— ¿De la próxima pasarela? — negué con la cabeza.
— Lo mejor será llamar a papá, Katherin ya leyó todo, y nos va a mostrar y explicar, es sobre Maggie — mamá se puso de pie tan rápido que casi cae al suelo.
— ¿Que encontraste linda? — Katherin le sonrió y tomo sus manos sentándose con ella en el sofá.
— Lo mejor es que Lucían también este presente, son cosas delicadas que preferiría no decir más de una vez y que solo los presentes sepamos — le contesto ella de forma dulce.
— Iré por Lucían, no se vayan ni hagan sus cositas mientras vuelvo — y ahí iba, mamá siendo mamá.
— Esto es raro — me dijo revisando algunas hojas.
— ¿Qué? —
— El nombre de tu hermano también sale en estos papeles — ¿Qué? Sabía que este bastardo tiene algo que ver, solo necesitan saber qué para ir a romperle la cara.
— Ya estamos aquí, ¿Qué es tan importante qué no puede esperar? — papá entro con un aura imponente, pero a mí mente solo venía la imagen de hace un rato en su oficina.
— Lo mejor será que tomen asiento — mis padres se sentaron y yo me ubique a un lado de Katherin.
— El día de la pelea en su casa, no fue una pelea por celos como seguramente lo piensan, ese día Matthew había salido a conseguir algunas cosas y me dejó sola en la habitación, iba a salir a buscarlo y vi salir a Sarah de la habitación del frente hablando por teléfono, decía que ya había encontrado lo que buscaba y en su mano llevaba está usb — levantó el aparatito negro mostrándolo.
— Cuando escuché a Matthew enfrentándola por estar en la habitación de Maggie decidí intervenir, y pues ya saben el resto —
— ¿Y eso que tiene que ver? — papá estaba demasiado serio, cualquier asunto que tocará a Maggie lo ponía de muy mal humor.
— Hoy decidí revisar la usb, pero no me sentí listo para hacerlo solo, no sabía que podía contener, así que, busqué a Kathe — él asintió con la cabeza y su mirada se dirigió a Kathe.
Ella acomodo todos los papeles sobre la mesa de centro y le tendió uno de ellos a mi padre.
— Ustedes la conocen como Sarah Evans, pero su verdadero nombre es Sarah Parker, o ahora Sarah Drake según la investigación de Maggie, es la esposa de William Drake —
— Ese nombre me suena — menciono papá, Katherin asintió con la cabeza.
— Debería dé, es uno de los inversionistas de la sede de Milán, sin embargo, según estos documentos, también está involucrado en negocios ilegales, lavado de dinero, estafas — le tendió varios papeles a mi padre.
— Yo contraté un investigador y no consiguió nada de esta información que me estás mostrando —
— Pues su hija era un verdadero prodigio del cual seguro estaban muy orgullosos — mamá soltó un sollozo y yo me levanté de mi lugar para abrazarla, la información que estábamos recibiendo me tenía en shock.
— Acá hay algunas fotos de ellos juntos, además de algunos documentos — se quedó callada y paso saliva antes de continuar hablando.
— Lucían, Ethan también está involucrado en esos documentos, él está usando su empresa en Milán para lavar dinero — mi padre dejo caer los papeles que tenía en mano y de un movimiento arrebato los documentos que tenía Katherin en las suyas.
— No puede ser — me acerco a él y voy tomando algunos de los documentos que él ya ha leído.
— Esto es mucho dinero, y si esto es de hace siete años, no puedo ni imaginar cuánto es ahora — el maldito hijo de perra lleva ocho años a cargo de la sede de Milán, y lo único que sabe hacer esa basura es defraudar a mi padre.
— Yo... — Katherin nos sacó de nuestro estado, — Yo creo que ella los enfrentó y por eso paso lo que pasó — eso tenía lógica.
— Debieron sentirse amenazados, si una chica de veinte años, incluso menos, pudo descubrir todo esto, alguien más también podría, así que se deshicieron de ella y cubrieron mejor todos los rastros de sus ilegalidades —
— Tienes razón Katherin, contrataré nuevos investigadores, que averigüen más sobre esto — sentenció mi padre con enojo.
— Esta gente va a saber quién es en realidad Lucían Collins —
— Hay algo más — todos la miramos.
— Parece que además del lavado de dinero en la empresa, también lo hacía en una serie de burdeles en varios países — le pasó varias hojas.
— ¿Ven está foto? — Miramos fijamente una de ellas, había muchas chicas en lo que parecía una tarima.
— Son subastas — ella busco otra hoja entre las que tenía en la mesa.
— Uno de esos lugares se encarga de subastar las chicas al mejor postor solo por una noche — malditos desgraciados.
Katherin tragó saliva y empezó a mover varias de las hojas, hasta el punto de tirarlas al piso murmurando un "dónde está".
— ¿Qué buscas amor? —
— Una de las fotos que imprimí — me quedé mirando como revolvía todo en su lugar con una sola mano.
— ¡Aquí está! — se levantó rápido del sueño y fue al escritorio por una lupa.
— La vi más grande en el computador, puedo traer un proyector, pero mientras podemos ver bien con esta lupa — le acercó la foto a papá y la lupa también señalándole un punto.
— No puede ser — exclamó papá.
— Se que no es, por qué la foto es de hace algunos años, antes de que sucedieran las cosas, pero me puse a pensar y cabe la posibilidad que no sea Maggie quién esté muerta — abrí grande los ojos y le arrebate la foto a papá.
Allí mismo, dónde señalaba Katherin había una mujer muy parecida a Maggie, su sonrisa, su cabello e incluso podía decir que su estatura era igual, pero tal como dijo Katherin, era imposible que fuera ella.
— Pudieron hacer un intercambio, y entregarles el cuerpo de la desconocida de la foto, es solo una teoría —
Esa teoría podría no estar tan errada, el cuerpo de Maggie había quedado tan irreconocible que se decidió cremar sus restos en lugar de hacer un entierro común, mis padres la habían reconocido solo por las pertenencias que llevaba.
Una luz de esperanza se posó sobre nosotros, haríamos justicia por Maggie, o la recuperaríamos viva, aunque yo quería más que fuera la segunda opción.
Abrace a Katherin y bese su cabeza, a pesar de que la insulte y la trate completamente mal, fue gracias a ella que ahora teníamos está información en nuestras manos. Ella se había convertido en mi polo a tierra y sentía que no podía estar sin ella ahora.
— Creo que te Amo —