Incompatibles

By AgostinaRocy

35.7K 6.7K 2K

Yuei es una academia dividida en cuatro campos, Artes, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Gastronomía. L... More

Prólogo.
Nota.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Epílogo.
Agradecimientos

Capítulo 6

856 171 62
By AgostinaRocy

—Kirishima es valiente —susurro Ashido impresionada.

— ¡Ese es un hombre! —aplaudió Kaminari — ¡Sin miedo a nada!

La femenina y el rubio estaban escondidos en una esquina de la cocina, viendo la escena donde un molesto Bakugou perseguía a Kirishima que lo nombraba cariñosamente —y con burla, quizás, no estaban seguros— mientras Midoriya dormía sobre la mesa y los demás observaban a una sana distancia.

Hasta que, finalmente, el cenizo acorraló al pelirrojo en una esquina y recibió un zape.

Bueno, ese golpecito, en opinión de la ídola contaba como amistoso.

—Kaminari, no pensé que fueras de madrugar...—hablo una voz a sus espaldas —Ah, hola Ashido.

Los dos mencionados voltearon para ver hacía Sero que estaba pasando a la cocina o intentándolo ya que ellos bloqueaban el paso. Le hicieron un espacio en la puerta y el rubio se le apoyo cómodamente en el costado, la femenina siguió viendo la escena donde ahora el estudiante de gastronomía comía de sus bollos rellenos junto con el de dientes puntiguados y el pecoso que seguía durmiendo.

—No lo soy, pero quería ver el asesinato de Kirishima —se rió el de ojos dorados —El cual, por suerte, no sucedió. No sé si es porque a Bakugou le gusta realmente lo dulce o si no es tan malo como parece.

Al ver cómo el azabache hacía una mueca ante lo último, como si no lo creyera, la de cabello rosado se sintió en la obligación de intervenir.

—Katsuki es amable —aseguro ganándose las miradas incrédulos de los otros dos — ¡Hey, lo conozco desde hace más tiempo que ustedes, lo sé bien! Es muy amable.

—Lo creeré cuando lo vea —dijo el rubio.

—Lo que jamás pasará porque dudo que Bakugou sea amable con los demás —se cruzó de brazos el mas alto —Tal vez Midoriya y tú sean una excepción. Pero el resto no.

Mina hizo un puchero, frustrada, pero comprendiendo que dadas las primeras impresiones que podía dar el cenizo —grosero, iracundo, rebelde— era imposible hacerle creer a otros que era una persona amable y buena. Que lo demostrará...de maneras poco convencionales tampoco ayudaba. Pero ella sabía de lo amable que podría ser y le parecía una lástima que los demás no pudieran verlo.

—Buenos días a todos, ¿me dejarían pasar, por favor?

La voz dulce de Momo atrajo la atención de los tres que se quedaron en medio del pasillo, otra vez, bloqueando el paso. La azabache sonrió con encanto —algo imposible de conseguir a las seis de la mañana— para después moverse hacía las cocinas, la de cabello rosado la siguió y se sentó en el lado donde Eijirou estaba.

Katsuki estaba de espaldas a ellos preparando el desayuno e Izuku dormía en la mesa. Sin poder resistirse, le pasó una mano por los rizos verdes y lo vio sonreír entre sueños con satisfacción.

A lo lejos, pudo ver a Denki y Hanta sentarse en una mesa. Esperando su turno para usar la cocina.

—Gracias por tu ayuda, Ashido —le hablo el de dientes puntiguados llamando su atención —Parece que a Bakugou le gustaron los bollos rellenos.

—A su madre y a él les encanta todo lo que sea dulce, siempre que venían a ayudarme con mí ropa, me aseguraba que mí agente les hubiera preparado toda una mesa con bocadillos dulces —contó la ídolo con una sonrisa —Aunque Katsuki se quejaba después de las caries y que por mí culpa debía cepillarse los dientes como cinco veces al día.

El pelirrojo soltó una pequeña risa y el cenizo volteo un segundo para verlos, le dio una mirada enojada a la femenina, pero no dijo nada al respecto y con eso le dio la razón en sus argumentos.

— ¿Se conocen hace mucho? —interrogó lleno de curiosidad.

—Unos tres años —respondió sonriente la ídolo —Su mamá lo llevaba a las pruebas de vestuario, a veces venía también Izuku, pero le ponía muy incómodo todo lo de las cámaras y las personas. Oh, incluso una vez posamos juntos para una revista ya que el modelo masculino faltó, ¡Katsuki ni siquiera podía sonreír de lo rígido que estaba! Fue tan divertido.

—Para ti, maldita sea. Fue el peor día de mí vida —gruño el cenizo apoyando unos platos sobre la mesa —Hagan silencio y coman. Deku, despierta, vamos. Abre los ojos, carajo o te mato.

A diferencia de sus palabras, tanto Ashido como Kirishima vieron la forma suave en que Bakugou frotaba la espalda del pecoso para despertarlo y le tenía paciencia hasta que lo vio abrir poco a poco sus ojos esmeralda somnolientos.

Aparte de eso, los platos delante suyo tenían panqueques con miel. Y ellos no le habían pedido en ningún momento al cenizo el desayuno, él solo se los hizo.

Midoriya comenzó a comer lentamente en lo que se despertaba y el cenizo comía de sus bollos rellenos, sintiendo las miradas curiosas de los otros dos encima suyo.

— ¿Qué? —alzó una ceja molesto —Coman y dejen de mirarme.

El de dientes puntiguados negó con la cabeza, una leve sonrisa asomando en sus labios. Por otro lado, la femenina solo se rió y menciono que eran los mejores panqueques que hubiera comido en su vida.

Durante toda la jordana escolar, Sero estuvo tenso. Para empezar, las clases pasaron muy rápido, indicando que pronto sería tiempo para irse a su edificio. Después, estaba el hecho de que Kirishima había llevado a Bakugou a almorzar con Kaminari y él, de paso se incluyo Ashido. Pese a toda la molestia que emanaba el cenizo, el pelirrojo mantuvo —de manera suicida— un brazo sobre sus hombros para mantenerlo en su lugar. Fue incómodo, demasiado, porque no quería hablarle ni quería verlo ni quería estar cerca suyo.

Casi por milagro, a la mitad del almuerzo, Midoriya vino con Asui a llevarse a quien sabe dónde al cenizo. Fue un respiro. Pudo comer en paz.

Pero luego pasaron a las últimas dos clases del día, dieron la una de la tarde y los grupos se fueron dividendo para irse a los edificios de los campos de Yuei, algunos con muecas de aburrimiento por lo que les esperaba, otros con cierto entusiasmo.

Al menos, no hubo peleas.

Hanta freno sus pasos un momento, preguntándose si debería esperar a Katsuki para salir juntos o no. Pero cuando miro hacía quienes quedaban en el salón, se dio cuenta que el cenizo no era uno de ellos.

¿Tal vez no iría cómo habían acordado? ¿Eso sería posible? Por alguna razón, lo dudaba. Tomo su bolso y se dirigió hacía el pasillo, siendo seguido por Tohru y Ochako, las dos conversaban alegremente, al parecer eligieron hacer una semana y una semana para cada una. A las dos le vendría bien ese horario, según parecía.

El azabache dejo su mente en blanco en el trayecto desde el edificio principal hasta el de artes, intentando imaginar qué rayos haría Katsuki en aquel lugar, como se entretendria o si buscaría molestarlo todo el tiempo. Estaba tan aturdido en eso que, cuando finalmente llego a la entrada, no vio al cenizo parado delante de ella hasta que le hablo.

—Tardaste mucho, cara plana —le regaño con molestia — ¿Donde mierda vas a estar?

—...En el piso cuatro —respondió vagamente el más alto, cayendo en la realidad de que tenía a su compañero de dormitorio delante suyo.

—Bien, estaré en el tercero —se dió la vuelta el de ojos rojos —No hay ninguna maldita regla que diga que debo soportar ver tu estúpida cara mientras estamos aquí.

Sero frunció el ceño pero no dijo nada, las dos chicas a sus lados le vieron con algo de pena y le dieron palmadas en la espalda.

—Bakugou-kun parece ser difícil de tratar pero no te rindas, Sero-kun —lo alentó la castaña.

—Seguro serán capaces de llevarse bien —agrego la otra.

—Lo dudo, somos demasiados incompatibles —suspiró el azabache —Es imposible que nos llevemos bien.

Ambas femeninas le dijeron que estaba siendo dramático pero él les aseguro que no lo era. Su relación con el cenizo eran de esas que empezaban y seguirían con el pie izquierdo. Sin poder cambiarse nunca.

Aunque lo que más le molestaba al azabache era que parecía ser el único con problemas con el de ojos rojos. Iida le reprochó su vestimenta ese día por la falta de corbata pero después se sorprendió a descubrir su alto nivel académico y lo empezó a admirar. A las femeninas les caía bien, sin importarle su lenguaje, Asui y Ashido en especial mantenían una relación amistosa con él, pese a que de la primera nadie tuviera idea de cómo se había hecho amiga del cenizo. Por otro lado, por parte de los chicos, sacando a Midoriya, al resto le agradaba bastante. Prueba de eso era que Kirishima y Kaminari quisieran ser sus amigos en menos de día y medio transcurrido.

Bakugou podía tener una personalidad complicada pero a la clase A parecía no importarle e incluso, se sentía como si todos lo necesitarán. La mayoría eran hijos con padres muy perfeccionistas y tradicionales, que no aprobarían una personalidad tan rebelde, desafiante y arrogante como la del cenizo.

Tenerlo de su lado a los adolescentes les recordaba a su propio yo interno que no era ni quería ser perfecto para sus padres o el resto. En otras palabras, tener al cenizo cerca hacía a todos sentirse un poco más como ellos mismos. Adolescente normales.

Quizás fuera infantil que siguiera sosteniendo aquella animosidad con el estudiante de gastronomía.

Pero mierda, no le caía bien.

— ¡Bakugou, que sorpresa verte aquí! ¡Pensé que te llevarías a Sero a la frontera!

El cenizo se maldijo por un segundo. Había olvidado que Kaminari era de artes y como estaba en el edificio en ese momento, Kirishima también tendría que no estar lejos.

Supo que tuvo la razón cuando un maldito brazo se poso sobre sus hombros y tuvo una jodida sonrisa de dientes puntiguados a su lado.

— ¡Blasty! ¿Sabes tocar algún instrumento?

—Sigue diciendo ese apodo y te arrancó la lengua, cabello de mierda —gruño el cenizo separándose del contrario, escuchándolo reírse y los pasos del rubio acercándose —Puedo tocar la batería, ¿tienen una aquí, enano?

—Deja de decirme enano —hizo un puchero el de ojos dorados —Y sí, ¡claro que tenemos uno! Por aquí, por aquí.

El rubio lo guió hasta una sala insonorizada, donde había dos baterías una al lado de la otra y nadie más alrededor. El cenizo fue a sentarse en la primera, tomo unas baquetas y empezó a tocar ignorando el parloteo que iniciaron los otros dos.

Se dejó llevar por la música, tocar la batería era muy relajante y nunca se dio cuenta que Denki, jugando con las consolas de la sala, puso a reproducir la batería por los altos parlantes de todo el edificio de música.

—Se va a enojar cuando se de cuenta —susurro el pelirrojo viendo los botones que marcaban que estaban trasmitiendo a todo el edificio.

— ¿Por qué lo haría? Es fantástico —respondió el de ojos dorados —He tocado la batería en innumerables ocasiones. Pero nunca llegue al nivel de Bakugou.

Eijirou comprendió con facilidad que eso era mucho decir por parte de un chico con dos padres músicos y que podía tocar cualquiera tipo de instrumento con sencillez. Y aunque concordaba que el ritmo de la batería era fantástico, seguía creyendo que Katsuki se enojaría apenas se enterará.

El azabache eligió el lugar más alejado, en una esquina, desde donde la luz solar de las ventanas le daba algo de calor pero no demasiado. Estaba solo. No tenía ni idea de dónde estarían los demás pero tampoco le importaba. La sala era suya y podía hacer lo que quisiera.

Estaba practicando unos bocetos cuando el rítmico sonido de una batería se filtro en sus oídos, debido al parlante en la sala. Yamada había explicado el otro día que los estudiantes de música eran como DJ's de todo el edificio. Tenían una consola en su piso que transmitía a todos los demás.

¿Quién estaría tocando? La música se escuchaba intensa, sin pausa, frenética, violenta, alocada.

Increíble.

Sero no creía que fuera Kaminari, ni siquiera Jiro. Los escucho a ambos con atención durante su concierto de ayer y su forma de tocar era más delicada, dulce, suave pero intensa y maravillosa. Aquella melodia era furiosa y caótica, única y muy diferente.

Muy parecida a Bakugou.

El de ojos ónix quebró la punta de su lápiz ante el traicionero pensamiento que llegó a su cabeza y gruño frustrado, teniendo que arrancar la hoja arruinada y tirándose de espaldas en su silla para mirar hacía el techo.

¿Por qué pensó en el cenizo justo ahora? Mierda, aquella musica era genial, no quería compararla con aquel chico irritante.

La batería siguió sonando, haciendo cosquillas en sus oídos y haciendo que tomara un lápiz. Hanta intento mantener la mente tranquila y para distraerse, comenzó a dibujar una batería pero a medida que el dibujo avanzada se dio cuenta que le faltaba el músico de aquel instrumento y pese a que dudo de su mente, lo hizo.

Cuando fue tarde y la música de la batería ya no sonaba y la luz del sol de la ventana empezaba a hacerse más intensa, pudo ver que su dibujo era de Bakugou Katsuki tocando la batería, con los ojos rojos cerrados como si disfrutará del momento, los labios hechos una fina línea, un entrecejo fruncido en concentración y las manos agarrando fuertemente la baquetas de madera.

Hanta miro su propia mano como si lo hubiera engañado y arranco la hoja del cuaderno, pero en el momento en que llegó al tacho de basura en la sala, no logro tirarla. Volvió sobre sus pasos y guardo la hoja arrancada entre las demás de su cuaderno.

Porque para incrementar su enojo, el dibujo de Katsuki era uno de los mejores que había hecho hasta el momento. Con los rasgos del rostro trazados limpiamente, el cuerpo proporcionado y los bordes adecuados.

Maldito seas, Bakugou.

— ¡Kacchan! ¿Cómo te fue?

Bakugou miro a Midoriya de arriba a abajo, notando casi de inmediato que el pecoso le oculto las manos tras la espalda y se acercó peligrosamente hasta él, tirando de su brazo izquierdo en el proceso.

— ¡O-Oye, Blasty! —lo llamo el pelirrojo desde atrás — ¡Se bueno con tu hermano menor!

— ¡Cállate y no te metas, dientes de tiburón! —reclamo el cenizo, tirando de la manga del uniforme del más bajo y dejando su mano hasta la muñeca expuestas —Deku, ¿lo mataste?

El de ojos esmeralda tenía los nudillos lastimados, la muñeca un poco morada, pero el estudiante de gastronomía sabía que no era él quien había perdido en una pelea.

Quién halla sido su oponente debía estar severamente herido.

—...Pues no —se rió nervioso el pecoso —Ah, pero estuve cerca y...estoy suspendido por dos días.

— ¿Midoriya lastimó a alguien? —parpadeo incrédulo el rubio — ¿A quién?

Sero se quedó detrás de de los demás, estaban en la entrada del edificio de dormitorios y no parecían ser los únicos que estaban volviendo, así que llamaban la atención del resto. Por un segundo, pensó en adelantarse a su dormitorio, pero la curiosidad ancló sus piernas a ese lugar.

Después de todo, como Kaminari, no podía creer que Midoriya hubiera lastimado a otra persona. No iba con lo que había visto de su personalidad.

La expresión del pecoso se volvió sombría mientras que el cenizo le estaba examinando la mano, chequeando la lengua al verle los nudillos lastimados. Pareció analizar si contarles lo que pasó o no hasta que se escucharon los pasos de alguien más acercándose hasta ellos.

Eran Todoroki e Iida. El primero le dio hielo al pecoso y el segundo le vio de forma reprobatoria para después suspirar.

—A Monoma-kun le dieron también dos días de suspención —avisó el de lentes —Kayama-sensei dice que usen ese tiempo para reflexionar. Les aconsejo lo mismo.

—Golpeas fuerte, Midoriya —mencionó el bicolor en lo que parecía ser un halago —Monoma tenía el ojo morado.

El pecoso solo bufo, el cenizo paso de tomar su muñeca a su codo, con cuidado y lo jalo, llevándoselo lejos de todos hacía el edificio de dormitorios.

—Iida, ¿qué pasó? ¿qué pasó? —interrogó el rubio yendo hasta el subdelegado que no lo miraba a los ojos —Vamos, sabes que quieres decírmelo. Dilo, dilo.

—Es un asunto privado, Kaminari-kun —hizo una cruz con los brazos el de lentes —No puedo...

—Monoma dijo que la razón del divorcio de los padres de Bakugou fue la madre de Midoriya —soltó el bicolor —Lo estaba molestando desde hace rato. Pero con eso explotó y se pusieron a pelear en la biblioteca. Kayama-sensei estaba de paso y los castigo.

— ¡Todoroki-kun, no debíamos decirlo! —reprochó el de lentes.

—Había más personas en la biblioteca, aún si no era yo, Kaminari se hubiera enterado de todos modos —se encogió de hombros el más alto —Porque para mañana toda Yuei lo sabrá. En la biblioteca había más personas escuchando la pelea.

Hubo un momento de silencio incómodo y después, Hanta se metió en los dormitorios, pasando por la sala donde Neito se curaba con ayuda de Yosetsu un ojo morado y subió hasta su piso.

La puerta de su dormitorio estaba entreabierta y podía escuchar las voces de Katsuki e Izuku viniendo de ella, se detuvo delante y tocó la madera suavemente.

No entro, se quedó en el borde y vio al cenizo asomarse, su expresión era molesta, pero había algo más. Un brillo de preocupación que noto desde que vio los nudillos del pecoso lastimados.

—Solo quiero dejar mí mochila aquí y...—trago grueso, sin saber bien qué mierda estaba haciendo exactamente —Quede con Kaminari y Kirishima de hacer una pijamada. Podrías quedarte con Midoriya hoy. Aquí.

El de ojos rojos no dijo nada, le saco de forma brusca el bolso que llevaba y antes de cerrar la puerta, murmuró algo que el azabache apenas llego a escuchar.

"No esperes que te de las gracias".

Sero no esperaba eso. Porque, en primer lugar, ni siquiera tenía idea de qué estaba haciendo al querer dejar al cenizo y el pecoso solos en su habitación.

¿Darles una noche de hermanos en paz? ¿Para que pudieran hablar, consolarse, lo que sea? No estaba seguro. No, pero...

Sin importar que tan mal le cayera su compañero de habitación, no quería que pasar la noche en otro dormitorio si podía quedarse en el suyo y estar con su hermanastro.

Continue Reading

You'll Also Like

36.9K 4.2K 43
Este es un fanfic de Haikyuu, un AU Dom/Sub, pero la historia no se centra en el sexo, sino en cómo es el crecimiento personal y el desarrollo de nue...
60.1K 3.6K 7
Hipo, cansado de ser siempre el que se queda atrás, tomó una decisión que lo llevó a abandonarlo todo y renunciar a ser guardián y su inmortalidad. N...
93.1K 3.5K 12
❝ Nyke kivio naejot gūrogon care hen ao se mīsagon ao. Sir se va moriot. ❞ (Prometo cuidarte y protegerte. Ahora y siempre) ⤷ Rhaegar a Rhaenyra. ❝...
6.4K 338 5
•᯾-♪─────✰[⁠۞]✰─────♪-᯾• Lawlu •᯾-♪─────✰[⁠۞]✰─────♪-᯾• ꒰🌙- Law tiene 24 años de edad, pertenece a una familia mi...