HOLY REVIVAL โœต STEVE ROGERS

By taysmuse

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โ˜„๏ธ๐Ÿช โ‹ฏ โ”โ”โ” ๐‡๐Ž๐‹๐˜ ๐‘๐„๐•๐ˆ๐•๐€๐‹. โ› En donde June Quill y Steve Rogers ... More

โ–Œ ๐Ÿช ๐ŸŒŸ โ„๏ธ . . .
๐Ÿฌ๐Ÿฌ. โ› MITAD DE UN CORAZร“N. โœ
โ”โ”โ”โ” ๐Ÿ’ฅ : ๐—ง๐—›๐—˜ ๐—”๐—ฉ๐—˜๐—ก๐—š๐—˜๐—ฅ๐—ฆ.
๐Ÿฌ๐Ÿญ. โ› EL NIร‘O MALO DE ASGARD. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿฎ. โ› REBEL JUNE. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿฏ. โ› GRUPO DE FENร“MENOS. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿฐ. โ› CON LAS TORMENTAS. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿฑ. โ› CARACTERรSTICO BRILLO. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿฒ. โ› UN LINDO IDIOTA. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿณ. โ› LA VERDAD. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿด. โ› NO PARES DE CORRER. โœ
๐Ÿฌ๐Ÿต. โ› TODO ESTARร BIEN. โœ
๐Ÿญ๐Ÿฌ. โ› ยฟMEREDITH QUILL? โœ
๐Ÿญ๐Ÿญ. โ› VENGADORES. โœ
๐Ÿญ๐Ÿฎ. โ› TU HERMANO ANDREW. โœ
๐Ÿญ๐Ÿฏ. โ› PAZ. โœ
โ”โ”โ”โ” โ„๏ธ : ๐—–๐—”๐—ฃ๐—ง๐—”๐—œ๐—ก ๐—”๐— ๐—˜๐—ฅ๐—œ๐—–๐—”: ๐—ง๐—›๐—˜ ๐—ช๐—œ๐—ก๐—ง๐—˜๐—ฅ ๐—ฆ๐—ข๐—Ÿ๐——๐—œ๐—˜๐—ฅ.
๐Ÿญ๐Ÿฐ. โ› BROOKLYN. โœ
๐Ÿญ๐Ÿฑ. โ› ยฟCELOSO, ROGERS? โœ
๐Ÿญ๐Ÿฒ. โ› DETALLES. โœ
๐Ÿญ๐Ÿณ. โ› TITANIC. โœ
๐Ÿญ๐Ÿด. โ› UN BAILE. โœ
๐Ÿญ๐Ÿต. โ› MY FUNNY VALENTINE. โœ
๐Ÿฎ๐Ÿฌ. โ› CITAS DE ARGADA. โœ
๐Ÿฎ๐Ÿญ. โ› YA OYERON A LOS CAPITANES. โœ
๐Ÿฎ๐Ÿฏ. โ› MALOS RECUERDOS. โœ

๐Ÿฎ๐Ÿฎ. โ› UN VIAJE AL PASADO. โœ

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By taysmuse

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CAPÍTULO VEINTIDÓS
🗯️ UN VIAJE AL PASADO.
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▌  Verano, 1988

Las luces rojas lastimaban los ojos de June. Su corazón estaba latiendo rápido, pues el sonido de la ambulancia acercándose no era demasiado satisfactorio para su calma, pero tenía que mantenerse de pie, ya que nadie lo estaba. No le gustaba ser la persona relajada mientras su madre estaba en el suelo, después de haber intentado ir al baño sola. Pero si ella no lo era, nadie estaría dispuesto a serlo. Peter estaba llorando, Andrew esperó la ambulancia fuera de su hogar y ella estaba junto a su madre, esperanzada a que despertara.

June solamente podía recordar el color de las luces de la ambulancia cuando llegó al hospital. Esa fue la primera vez que tuvo una laguna. Sabía que había llamado a los paramédicos, sabía que ella había descubierto a su madre en el suelo, sabía que ella había mantenido la calma dentro del huracán, pero no podía recordarlo, lo cual le aterraba a un nuevo nivel. Todo aquello, lo reconocía únicamente porque uno de los doctores le señaló el buen trabajo que hizo al llamar al 911. Algo debió haber aprendido después de tanto tiempo en el hospital.

Su abuelo tan solo había salido unos minutos a comprar algo de cenar esa noche, y evidentemente pensó que todo saldría bien, porque la había dejado en cama, dormida, con sus nietos vigilándola como halcones. Pero Meredith Quill era una mujer muy necia, no quería que sus hijos pensaran que era débil. Y ellos sabían mejor que nada en todo el mundo, que su madre era la mujer más valiente de todas.

Estaba asustada, sin lugar a dudas, su madre había estado cada vez con menos energía, se reía con poca frecuencia y estaba casi todo el tiempo dormida. Siempre intentaba verse sonriente por sus pequeños, pero ni siquiera tenía la más mínima energía para ello. Eso no podía significar nada bueno.

—Ella va a estar bien —le dice Peter—. Siempre está bien. Es mamá.

—Niños —los tres alzan su mirada al escuchar a su abuelo, con un rostro bastante extraño—. Vengan.

June sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando escuchó el tono de voz del hombre. No era normal. No quiso ponerse de pie, como sus hermanos lo hicieron en seguida. Tenía un mal presentimiento, y estaba muy agotada de ver a su mamá así de enferma.

—June Mae, ven aquí —le habla el hombre, extendiendo su mano—. Su madre despertó, quiere verlos.

La pequeña rubia siente algo de luz dentro de su corazón. No duda en levantarse, dando pasos rápidos para tomar la mano su abuelo y comenzar a formar camino hacia la habitación en donde su madre había estado horas. Le dio una rápida mirada a Andrew, con quien continuaba molesta, no tenía planes de dirigirle la palabra por lo grosero y mentiroso —como ella pensaba— que había sido.

La niña reaccionó de manera instantánea dando un paso para atrás cuando entraron al cuarto. Tres de las mejores amigas de su madre estaban dentro, todas estaban con las mejillas rojizas y con un pañuelo sobre sus manos. June miró tres regalos sobre la cama, y aunque la mujer tendida sobre ella estaba enferma, había perdido su cabello semanas atrás y apenas podía sostenerse, su hija siempre pensó que era la mujer más hermosa de todo el mundo. Lo continuaba pensando.

Las pequeñas piernas de la joven Quill comenzaron a temblar. No le gustaba la sensación que sintió sobre su espalda, sobre todos sus huesos.

—Niños —la mujer les habla a los mellizos—, ¿por qué estuvieron metidos en una pelea ayer?

El chismoso de Andrew.

—¿Peter? —le cuestiona al niño.

—Mataron a un sapo que no les hizo nada —responde, con la mirada hacia a abajo—. June y yo lo vimos todo.

—Mis pequeños rebeldes —murmura—. Son idénticos a su padre, él era un ángel.

—Mer, ¿no tienes algo para los chicos? —cuestiona el hombre, esperando que esas no fuesen las últimas palabras de la mujer.

—Sí, niños: el azul es para June, el rojo para Peter —ella tomó un largo exhalo— y el amarillo para And.

Cada uno tomó el presente, algo temerosos. No eran una familia con mucho dinero y los regalos no eran una parte usual de su vida. Debajo de estos, estaba en cada uno, un sobre pegado con algo de cinta. June sintió cómo su abuelo le ayudaba a guardarlo en su mochila, pues no podía dejar de mirar a su mamá.

—Se quedarán con su abuelo —comienza a decir—. Tienen que obedecerlo.

—No —expresa June—. Vamos a quedarnos contigo, ¿por qué estás diciendo eso?

—Niños —ella dice apenas—, tomen mi mano, todos.

Andrew rápidamente lo hizo, sin dudarlo. Sin embargo, June no estaba dispuesta a tomar la mano que su hermano le había ofrecido al mismo tiempo, y tampoco iba a aceptar que ese era el último momento que estaría con su madre, porque era lo que sentía. No estaba dispuesta a hacerlo, y su alma gemela junto a ella, tampoco.

—Rebel June —le pide—, mi Star-Lord. Debemos darnos la mano.

Los esperanzadores ojos de su madre comenzaron a cerrarse, a la par que un sonido que sobresaltó a Peter comenzó a sonar. Las reacciones de sus amigas no ayudaron, estaba completamente segura de lo que había sucedido.

Los gritos de su hermano comenzaron a hacerse presentes, el llanto de Andrew también. La pequeña rubia comenzó a mirar a todos, sintiéndose perdida, fuera de lugar en una situación en la que no pudo reaccionar. Quería hacer algo, pero cada vez los ruidos en el lugar comenzaban a aminorarse. No sabía qué hacer.

Peter salió corriendo de la habitación, y fue lo único a lo que la niña pudo reaccionar. Ella hizo exactamente lo mismo, gritando su nombre y diciéndole que volviera. Nadie quiso seguirlos, pues, si habían aprendido algo sobre el par, era que ellos dos por su propia cuenta, se entendían, y se apoyaban. Tenían una conexión, tenían el mismo corazón.

Mientras estaban sentados en el pasto, con June abrazando a su hermano con fuerza, sintieron la corriente eléctrica que ella pensaba que era perfectamente normal entre ellos dos. Y una coruscante luz sobre sus cabezas los iluminó. Fue entonces cuando la niña realmente se asustó, nunca se había sentido tan indefensa, y detestaba ese pesar. No le gustaba sentirse asustada, pensaba que había tenido demasiado de eso, pero una gigantesca nave en el cielo los absorbió, ocasionando los gritos más terroríficos.

Los gritos más terroríficos que Andrew Quill tuvo que presenciar a la distancia, generando lo que sería una cadena de caos en el futuro.



▌  Primavera, 2014

—Maldita sea, Steve.

Rogers rara vez olvidaba hacer los deberes que le correspondían, limpiaba su apartamento como debía y se turnaban cada semana para hacer compras para ambos, pues técnicamente, vivían en ambos apartamentos por el tiempo que pasaban juntos. Pero Steve siempre olvidaba sacar la basura, y ella estaba cansándose.

La mujer había hecho algunas cosas esa tarde, acababa de llegar a su hogar. Todavía no se había quitado los audífonos que tuvo todo el día, escuchando específicamente la cinta que le había regalado su madre mucho tiempo atrás. Había anochecido y quería tirarse en el sofá a mirar alguna película con un enorme tazón de palomitas, ya que Steve todavía no llegaba a casa.

Tomó la bolsa negra de mala gana. Era el turno de Steve, pero prefería echarle en cara que ella hacía las cosas mejor que él, para que sintiera un poco de vergüenza y comenzara a hacerlas, pero era complicado crear un hábito en él. Simplemente lo olvidaba.

Sin ánimos de bailar mientras escuchaba una de sus canciones favoritas en su viejo walkman, salió de su apartamento, aproximándose a salir del edificio, pues en un callejón al lado, estaban los contenedores de basura. Era molesto tener que salir todo el tiempo, sobre todo porque, evidentemente, era siempre ella quien lo hacía.

Arrojó la bolsa de plástico lejos, mirando de manera fija a una rata que salió corriendo en ese momento. Seguramente estaba cenando y la interrumpió.

La castaña estaba por darse la vuelta, para regresar a continuar sus planes para esa noche, después de un raro día de trabajo. Sin embargo, mientras una canción de Glen Campbell inundaba sus oídos, algo diferente sentía recorriendo su espina, y se recorría hasta su estómago. Frunciendo el ceño, decidió echar un vistazo hacia el fondo del callejón, completamente oscuro, pues tuvo una extraña sensación durante todo el día, como si la estuvieran observando a distancia. Le trajo a la memoria cada que Aryda la miraba desde las alturas, observando siempre sus más grandes fracasos y cómo, de vez en cuando, le ponían una paliza. Eso la hacía sentir mal, pues, aunque ella decidía no voltear a verla, sabía que la mujer la observaba. Eso era aterrador.

En contraste, no estaba asustada, pero no se quedaría de brazos cruzados por más tiempo.

Dio un par de pasos, pero supo que no se trataba de alguien que se estaba escondiendo, pues la presión y escalofrío que sintió en su espalda, la hicieron voltear de manera veloz, percatándose de la presencia de una persona de casi dos metros detrás de ella. Sin pensarlo dos veces, puso uno de sus brazos sobre su pecho, empujándolo con ferocidad contra la pared. Levantó uno de sus puños, dispuesto a darle un fuerte golpe en el rostro, con cierta energía con brillo azul resaltando sobre su piel. Supo rápidamente que era la persona que había estado siguiéndola todo el día.

Y gracias a la energía cósmica alrededor del pequeño puño de June, el rostro del individuo se iluminó, logrando bloquearla y congelarla. Dio dos pasos atrás, soltándolo de manera increíblemente rápida al obtener esa visual información. En definitiva, era algo que jamás había hecho, alejarse de una pelea no era su estilo. Sin embargo, no sabía de qué manera reaccionar si Andrew Quill estaba frente a ella.

Los audífonos habían caído sobre su cuello con el impacto. Ambos lograban escuchar la música todavía, en medio del sepulcral silencio y oscuridad. Divisó una sonrisa en el rostro del hombre, llena de nostalgia al escuchar la canción, que no pudo contagiar en ella. No era el tipo de persona que sentía miedo, pero estaba aterrada, en una nueva escala.

La castaña intentó hablar, pero las palabras no podían salir de su garganta, sólo podía sentir debilidad en sus piernas. Miraba el rostro del hombre que Charlotte Heller le había mostrado incontables veces en álbumes de fotos. Era él, no cabía duda, ella se había encargado de memorizar el adulto rostro de su hermano. Pero era imposible, su hermano estaba muerto.

Fuertes ruidos escucho de repente sobre su cabeza. No dudó en voltear hacia arriba. Alguien había atacado el apartamento de Steve.

Bajó su mirada, al reconocer el otro problema frente a ella. No pudo reaccionar, simplemente no podía.

—Lo siento.

Es lo único que el hombre con una crecida barba pronuncia, antes de colocar con fuerza una pistola eléctrica sobre el cuello de su hermana, tomándola por sorpresa. La frecuencia debía generar un terrible daño en un humano, pero con June, era suficiente para tirarla al suelo y darle algunos segundos para poder huir corriendo de la escena, como si de un fantasma se tratara.

Evidentemente, la mujer cayó al sucio piso, mientras él corría con velocidad. Le tomó algunos segundos poder volver a respirar, pero, esforzándose bastante al tener razones caóticas frente a ella, se puso de pie, para comenzar a correr en la misma dirección. Corrió pocos metros, pues se había esfumado muy pronto. Entre tanto, lograba escuchar las ambulancias acercándose, alguien estaba herido, pero su alma dio un leve respiro cuando divisó a Steve, en el techo del edificio frente a ella. Y él la observaba, de una manera inusual.

¿Qué diablos acababa de pasar?


🗯️ 🛡️ 🌟 🪐 ❄️ 🕊️


And I just gotta say...

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