Mi ambedo, tu litost (#PGP202...

By HeOrdinisEtChaos

4.6K 1.2K 1.3K

Blake Graham y Kerrick Mills, dos chicos que lo tienen todo, sin necesidad de envidiar a otros porque a ambos... More

Epígrafe
Prefacio
Capítulo 1: La agridulce ironía de la vida (Blake)
Capítulo 2: Un desastroso inicio lleno de expectativas (Kerrick)
Capítulo 3: Adulaciones y reconocimientos incapaces de consolar (Blake)
Capítulo 4: Pasos firmes para alcanzar grandes metas (Kerrick)
Capítulo 5: Caprichos ajenos sobre mi espalda que no pedí (Blake)
Capítulo 6: Avances constantes a pesar de las dificultades (Kerrick)
Capítulo 8: Tregua de un día para no terminar arrastrándonos (Kerrick)
Capítulo 9: Una dulce victoria y una propuesta (Blake)
Capítulo 10: Una derrota que significó grandes progresos (Kerrick)
Capítulo 11: El extenuante sentimiento de no recordar pero sentir (Blake)
Capítulo 12: Comportamientos extraños y Acercamientos inesperados (Kerrick)
Capítulo 13: La calma después de la tormenta siempre tiene repercusiones (Blake)
Capítulo 14: Iniciando una nueva etapa con pie derecho, o quizá ¿izquierdo? (K.)
Capítulo 15: El mar de mentiras que inunda tus ojos y amenaza con ahogarnos (B.)
Capítulo 16: Los días vuelan en tiempos de paz y las relaciones afloran (K.)
Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 1 (Blake)
Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 2 (Blake)
Capítulo 18: Una colisión de orgullos capaz de detener el tiempo. Parte 1 (K.)
Capítulo 18: Una colisión de orgullos capaz de detener el tiempo. Parte 2 (K.)

Capítulo 7: Discusiones constantes con un rostro amargado (Blake)

144 47 33
By HeOrdinisEtChaos

En el siguiente capítulo se dan dos escenas específicas que, si bien no son tan "explícitas" en todo el sentido de la palabra, podrían ser incómodas para algunas personas. 

Blake

Imperdonable, imperdonable, totalmente imperdonable. ¿Cómo se atreve a mostrarme el dedo del medio de forma tan descarada? ¿Por qué me enseña esa estúpida sonrisa burlona? ¿Acaso es tonto? Quiero darle un golpe, es lo único que pido.

Maldigo el momento en que el coordinador pensó que esta sería una buena opción, ¿en qué estaba pensando?

—Jóvenes, casi no les queda tiempo, solo tienen este lunes y martes hasta el fin del descanso para presentar las plantillas completamente firmadas, así que mínimo deben conseguir la mitad el primer día —la persona a mi lado llamó nuestra atención—. Sé muy bien que será complicado, por eso, voy a intentar pedir a los encargados de la elección un poco más de tiempo —el rostro de la chica se iluminó y el chico lucía sorprendido al escuchar al coordinador—, solo si no lo logran hasta el martes. ¿De acuerdo?

—Nos esforzaremos —Amy sonrió—, ¿no es así, Kerrick? —el susodicho lucía aún consternado, por lo que solo asintió.

—Esa es la actitud —felicitó a la chica—. Si surge cualquier problema, no duden en decírmelo, les ayudaré en todo lo posible —me regresó a ver—, así que vayan a ganar —palmeó mi hombro como una forma de mostrar apoyo.

No entiendo del todo por qué se toma tantas molestias en ayudarnos, es decir, esto no lo beneficia en nada, ni tampoco al programa. De hecho, lo más lógico sería que apoyara a la lista que crearon mis compañeros, pues ellos son quienes nos representarán ante el instituto como estudiantes del Bachillerato Avanzado.

Lo único bueno de todo esto, es que con esta lista dudo mucho que podamos ganar las elecciones, así que no me preocupo tanto porque es imposible para mis padres interferir en los resultados. Básicamente, estos chicos frente a mí son mi boleto ganador.

—Oye.

Creo que este fin de semana celebraré mi suerte junto a Ethan, quiero tener un momento divertido con él.

—Oye.

También debería aprovechar el domingo para descansar, estos días no he dormido tan bien, me siento algo agotado.

—Oye.

¿Qué habrá hecho de almuerzo mi nana? En estos últimos días no he tenido mucho apetito, pero justo ahora soy capaz de comerme un elefante entero. Tengo ganas de una pasta carbonara con...

—¿Qué crees que haces? —regreso a ver al chico que tiene su mano sobre mi hombro, el cual luce molesto—. No vuelvas a tocarme —me muevo para alejar su brazo.

—¿Acaso eres sordo? Te estuve llamando —sí, luce muy enojado —, pero ni siquiera prestabas atención.

—¿Qué quieres? —suspiro con impaciencia.

—No creas que disfruto estar frente a ti —me señala. Apostaría a que está perdiendo la paciencia, lo que me causa un poco de gracia, si soy sincero—. ¿Me estás tomando el pelo? Deja de reír —ni siquiera me percaté del momento que empecé a sonreír.

—Oye, tengo cosas importantes que hacer, no me hagas perder el tiempo —al parecer no le gustó mi respuesta, me pregunto si tendrá rabia, ¿debería preocuparme si de la nada se lanza a morderme? 

—Paciencia, Kerrick, solo debes controlarte —es lo único que murmura mirando hacia arriba—. Tenemos que hablar sobre nuestro plan de acción para recolectar las firmas en los dos días, aunque siendo honesto, es probable que necesitemos más tiempo —se encuentra cruzado de brazos esperando mi respuesta.

—Tan patético —suelto sin pensarlo, y, en un instante, siento cómo me jala bruscamente de la corbata y me acerca a él.

—¿Solo buscas pelear, no es así? —está tan cerca que incluso lo escucho exhalar.

—Chicos —oigo a alguien que se acerca corriendo hacia nosotros—, cálmense, por favor —Amy se pone en medio, obligando así que su amigo me suelte—. Kerrick —veo su delgada mano impactar en un costado, lo que de manera sorpresiva hace reír y retorcerse al chico que hace unos segundos parecía listo para atacar—, compórtate, me dijiste que solo ibas a llamarlo.

—Todo es su culpa —me señala como un niño chismoso—, él se comportó como un crío mimado y no quiere ayudar —la chica me regresa a ver.

—¿Acaso fui yo quien jaló al otro por la corbata? —me defiendo, lo que parece funcionar porque él recibe una mala mirada de su amiga.

—Por favor, discúlpalo —se ve realmente apenada. También me hubiera disculpado, pero su amigo acaba de quejarse y llamarme chillón, así que no dije nada—. Queríamos saber si tenías tiempo para hablar sobre la recolección de firmas, y de paso, podrías conocer a los otros miembros.

—Lo siento, pero ahora tengo un compromiso muy importante —creo que cualquier persona me apoyaría, es decir, no hay nada mejor que ir a disfrutar un poco del contacto humano, si saben a lo que me refiero—. Pero en el descanso del lunes podríamos reunirnos y discutir nuestro plan.

—Vaya que eres lento —volvió a atacarme aquel chico, pero solo lo ignoré—. Si queremos conseguir la cantidad requerida, debemos planear muy bien nuestra estrategia —comencé a reír al escucharlo hablar, no lo pude evitar, a pesar de aquella mirada enojada que lanzó, mi risa no paró—. ¿No te lo dije, Amy? A él no le importa, le da igual.

—Lo siento, lo siento —me disculpo con una sonrisa—, pero me sigues pareciendo patético. Un día es más que suficiente para recolectar las quinientas firmas, no entiendo por qué te preocupas tanto por ello.

—No solo eres un idiota, sino también un presuntuoso —su dedo toca mi pecho con fuerza—. ¿En serio crees que en un día se pueden conseguir todas esas firmas?

—Por supuesto que sí —repito su gesto, pero mi dedo impacta con mucha más fuerza. Amy luce molesta, lo único que hace es tapar su rostro—. ¿Te gustaría apostar?

—Claro —avanza un paso más cerca—. Pero me gustaría saber qué ganaré luego de humillarte.

—El ganador decide el castigo y, por supuesto, el perdedor no puede negarse —también me acerco un poco más.

—¿No estarán hablando en serio sobre esto, no? —pregunta la chica con un tono irritado—. ¿No?

—Acepto. Si logras recolectar las quinientas firmas en un día, tú ganas.

—Perfecto.

—¿Podrían prestarme atención? —regresamos a ver a quien hemos ignorado por un rato— Si siguen así, al final saldremos perdiendo todos.

—No te preocupes, yo me encargaré —le sonrío—. Si ya terminamos de hablar, nos vemos el lunes —comienzo a caminar, pero cuando paso junto al tal Kerrick me detengo—. Espero estés acostumbrado a la derrota —le susurro para que solo él pueda escucharme—, porque es lo único que conseguirás al competir contra mí —le doy un leve apretón en el hombro antes de seguir caminando.

—Oye —me detengo cuando su mano atrapa mi brazo—, te tragarás todas esas palabras —dice cerca de mi oído, luego siento una palmada en mi hombro.

Lo único que hago es reír y levantar mi mano para volver a despedirme, a pesar de que sigo de frente y ellos están a mis espaldas.

Una vez llegué a casa, pasé toda la tarde durmiendo porque en el instante que me recosté, caí en un sueño profundo. Me levanté cerca de las siete cuando sentí mi celular vibrar, aún con los ojos cerrados comencé a buscarlo hasta dar con él, lo desbloqueé y revisé la última notificación de Facebook, era una solicitud de amistad de Amy.

Encontré curioso que me haya buscado por la aplicación, pero tenía más sentido pensar que era porque ahora estamos en la misma lista, así que de vez en cuando necesitaremos contactarnos para hablar sobre algún asunto relacionado a ello. Además, esa sería la única manera para que hablara con ellos a distancia, pues no pensaba darles mi número de celular; uno nunca sabe lo que podría pasar, no los conocía en absoluto.

Antes de aceptar la solicitud, el bichito de la curiosidad me hizo entrar a su perfil y revisar sus últimas publicaciones. Debo admitir que muchas veces caigo rendido ante el chisme, simplemente no puedo evitar las ganas de conocer o enterarme de cualquier cosa sobre una persona. Y eso era lo que hacía.

La mayor parte de las publicaciones eran memes, una que otra frase o foto de una celebridad compartida, algunos estados interesantes, hasta que llegué al seis septiembre, un día antes de comenzar clases. Era la última serie de fotos actualizadas en su muro: La primera solo mostraba comida, pero debo decir que en cantidades industriales. La segunda era una gran pantalla con la portada de una película, lo que me sorprendió de manera grata, pues tenía muy buenos gustos eligiendo ese filme. En la tercera, ella aparecía sonriendo mientras sostenía un gran bote de helado, y con la misma dinámica, en la cuarta estaba el chico amargado que conocí hoy, quien intentaba lucir serio. En la última imagen, aparecían los dos sentados, Amy había rodeado los hombros del chico y con sus dedos índices apuntaba las mejillas de su acompañante; pero me sorprendí al fijarme en él, quien tenía una gran sonrisa que provocaba sus hoyuelos aparecieran.

¿Quién diría que el tal Kerrick podría sonreír así? Apostaba que su rostro siempre estaba adornado por una expresión de asco o enojo.

Ya satisfecho, acepté la solicitud de amistad. Mientras tanto bajé a buscar alimento porque mi estómago no dejaba de rugir, quería aprovechar que mi apetito había vuelto. Me encontré con mis padres subiendo a su cuarto para cambiarse y luego bajar al comedor, así que me dijeron que los espere porque se unirían a mí. De seguro quieren averiguar qué sucedió hoy con la lista.

Diez minutos después, la cena fue servida y cada uno se concentró por completo en su plato, nadie habló hasta acabar de comer. Como ya era costumbre, mi madre fue la primera en terminar, esperó a que mi padre y yo también acabáramos para dar inicio a la conversación.

—Blake, nos enteramos que ya formas parte de una lista como vicepresidente —su voz era tranquila pero inquietante a la vez—, que justo hoy entraste.

—Así es, el coordinador logró encontrar una al final —comencé a remover la bolsita de té para distraerme—, aunque si soy sincero, no estoy convencido del todo con ellos.

—Nosotros tampoco —sentí la mano de mi padre sobre mi hombro para concordar con mis palabras—. Sabemos que esos chicos no tienen un buen rendimiento, y como no podemos hacer nada a estas alturas, al menos asegúrate de llegar a las elecciones.

—Con tantos buenos para nada, destacarás entre ellos y, ojalá, recapaciten los encargados y te dejen tomar el puesto de presidente —acababa de menospreciar a chicos que ni siquiera conoce, pero ahí estaba, mi madre sonreía y jugaba con una servilleta—. Como dijimos, por ahora solo encárgate de conseguir todas las firmas.

—No nos decepciones, Blake —el hombre a mi derecha dio fin a la conversación.

El fin de semana fue entretenido, pude despojarme de todo el estrés que había estado afectándome en los últimos días debido a las insistencias de mis padres. Para explicar de manera resumida y clara lo que sucedió, me enfocaré en cada día:

 Sábado: Pasé la mayor parte del tiempo haciendo los trabajos y estudiando para la semana, pero la llegada de un mensaje logró que dejara los libros de lado y corriera a tomar una ducha para luego salir. Ethan me había invitado a pasar un rato con él, ya que se encontraba solo porque su mujer fue a una reunión con sus amigas; era una situación que rara vez sucedía, no podía desaprovechar el momento. 

A penas coloqué un pie dentro de su casa cuando él ya se había abalanzado sobre mí para besarme con desenfreno, sus manos se encargaron de despojarme de mi camisa; comenzó a besar mi cuello y dejando alguna que otra marca para luego ir bajando poco a poco, pasó por mi pecho y abdomen; me arrastró al cuarto y terminó empujándome a la cama, sus manos con prisa desabrocharon mi cinturón e hicieron desaparecer mi pantalón para dar paso a una exquisita tortura que me otorgaban sus labios, su boca, su lengua. Me sentía muy extasiado, me levanté y lo agarré del cuello para comenzar a besarlo una vez más mientras se desvestía por completo, lo lancé sobre la cama y me acerqué lo suficiente para escucharlo suspirar y rogar porque empezara de una vez; y eso hice, entré en él y di inicio a rápidos vaivenes sin parar, cada vez con más fuerza al escucharlo gemir. 

Pasamos la tarde completa divirtiéndonos en esas cuatro paredes, pero uno de sus comentarios hizo que quiera huir de allí, él dijo: Me encanta pasar tiempo contigo, en serio me gustas mucho más que en un principio.

Domingo: Mi humor era pésimo, estaba molesto por lo sucedido con Ethan el día anterior; por su última frase. No fue hasta la noche que surgió un plan, el cual llamó mucho mi atención y acepté de inmediato porque era una buena manera de rechazar indirectamente la confesión de mi amante. Luego de ducharme, me vestí con un jean negro algo rasgado, una camisa blanca y una chaqueta de cuero, para después pedir un taxi que me llevara directo a una discoteca que conocía muy bien, donde me esperaba Grace. 

Me había llamado para proponer vernos y divertirnos como los viejos tiempos, eso significaba que quería enrollarse conmigo y, sin pensarlo dos veces, acepté. Hablamos de nuestra semana, lo que habíamos hecho; bebimos de todo un poco, que sin darme cuenta ya comencé a sentir los efectos del alcohol; bailamos por un largo tiempo y el calor, los roces y toqueteos me hicieron sacarla de allí para encerrarnos en uno de los baños que estaban desocupados. No tardó en besarme mientras sus manos se encargaban de quitar mi pantalón de en medio, aproveché un instante para colar mi mano por debajo de su falda y comenzar a masajear la zona con más velocidad a medida que ella gemía entre mis labios. Grace se dio la vuelta y sin esperar, se encargó de introducir mi miembro en ella, así que empecé a moverme rápido debido a los golpes en la puerta del baño. Pasamos diez minutos sin detenernos para poder acabar de prisa, puesto que otra pareja quería disfrutar su turno. 

Fue una buena salida, ella entendía que nuestra relación solo era algo físico y del momento, nada serio.

Eso es lo que sucedió en resumidas cuentas durante estos dos días, acabo de llegar hace una hora de la discoteca. Volví con tanta hambre que terminé pidiendo una pizza para mí solo luego de tomar una ducha, y, de hecho, esperaba que luego de comer me diera sueño y así poder dormir, a medida de lo posible, temprano para madrugar al colegio. Cogí mi celular y entré a revisar los mensajes mientras agarraba una rebanada de la caja, algunos chicos y chicas del colegio buscaban empezar una conversación pero no tenía ganas de contestarles; un par de desconocidos (al parecer mayores) de manera descarada coqueteaban y mandaban indirectas para conocernos, me reí de sus insinuaciones y los bloqueé; Ethan me deseó buenas noches y Grace dijo que disfrutó nuestra salida, a ambos los ignoré. En el momento que saqué la última rebanada, un mensaje de Amy llegó.

Amy: Hola, Blake. ¿Qué tal? Como olvidamos pedir tu número de celular, me tocó buscarte por aquí para estar en contacto.

Blake: Hola, Amy. Lo siento por darte más tarea, pero me alegra que hayas dado conmigo, así será más fácil hablar sobre la lista.

Amy: Tranquilo, tenías cosas que hacer. Además, tampoco fue difícil encontrarte cuando casi todo el instituto te sigue. Por cierto, quiero volver a disculparme por la actitud de Kerrick, lo siento mucho.

Blake: Vaya, no creía que era tan fácil dar conmigo. Respecto a las disculpas, no tienes por qué hacerlo, no es culpa tuya que tu amigo y yo comenzáramos a comportarnos como unos niños. En realidad, me gustaría discúlpame contigo por la mala impresión que causé.

Amy: No, claro que no debes pedir disculpas. ¿Te parece si hacemos como si ese primer encuentro no sucedió? Igual todos debemos llevarnos bien para lograr ganar como grupo.

Y así es como quedas bien con una chica; ya no soy el malo de la historia. Ahora solo queda lanzar la piedra y esconder la mano.

Blake: Me parece bien, me esforzaré en llevarme bien con todos, espero tu amigo no tenga ningún inconveniente con mi presencia.

Amy: Yo me aseguraré de que se comporte bien, tranquilo. Ya es tarde, así que seguro debes descansar porque mañana nos espera un día ajetreado, no te molesto más.

Blake: Tranquila, no me molestas en lo absoluto. Pero sí, estoy un poco cansado, nos vemos mañana.

Amy: Hasta mañana, Blake. Espero nos sigamos conociendo, descansa.

¿Acaso acaba de tirarme una indirecta? Solo eso me faltaba, que con quien voy a tener que hacer equipo quiera intentar algo conmigo.

Blake: Por supuesto, Amy. Nos vemos mañana, descansa.

No soy creyente, mas si hay alguien allá afuera escuchándome, por favor, haz que esto acabe rápido para no involucrarme más con ellos.

Una nueva semana de clases empezó, el día transcurría como lo habitual y yo ya esperaba que sea hora de volver a casa, solo bastó la mitad de la primera jornada para drenarme hasta la última gota de energía. Además, los bostezos de mis compañeros y las dos horas seguidas de historia no ayudaron mucho, pero lo único destacable fueron los diez minutos libres que nos dio nuestra dirigente para hablar, puesto que había terminado de impartir el tema de hoy.

Las tres amantes de los doramas se unieron para conversar de alguno que estaban viendo, comentaban muy emocionadas sobre el último capítulo, reían mientras se mostraban alguna publicación o foto.

Las otras dos chicas restantes estaban muy concentradas, conversando de chicos que les interesaban para intentar algo, dando su humilde opinión acerca de las nuevas estudiantes de primer año del BA y, en general, poniéndose al día.

Me encontraba junto a mis dos amigos, quienes de igual manera iniciaron una conversación sobre chicas: Jacob nos contó que Abigail volvió a escribirle y ofrecerle salir en los descansos, pero según sus palabras, a él ya no le interesa la chica y ha estado hablando con una de las nuevas porque le gustó. 

Por otro lado, Michael nos comentaba que también le llama la atención una de las chicas nuevas, pero había un pequeño detalle que le impedía acercarse como le gustaría, pues ella tenía un novio en el mismo curso; una completa decepción cuando se enteró. 

Cuando ambos chicos me regresaron a ver listos para escuchar lo que tuviera que decir, me excusé con que mi vida amorosa estaba muerta y no he tenido tiempo para preocuparme por ella.

—¿Cómo van con las firmas, chicos? —todos prestamos atención a la pregunta que había hecho la maestra—. Mañana es el último día, ¿ya consiguieron todas?

—Aún nos faltan ciento veinte, esperamos que hoy podamos recolectar la mayoría —Noah fue el primero en responder con una mueca.

—Son bastantes, ojalá alcancen a entregar las plantillas a tiempo —se levantó, guardó su computadora y agarró el bolso. Comenzó a caminar hacia la salido, pero me regresó a ver cuando estaba cerca de mí—. ¿Cómo le está yendo a tu lista con las firmas? —habló despacio para que nadie más oyera, lo que realmente agradecí porque no quería que mis compañeros se enteraran.

—Recién vamos a comenzar hoy —ella solo asintió y me deseó buena suerte, se despidió de nosotros segundos antes de que el timbre sonara.

Si soy sincero, justo ahora estoy un poco preocupado y nervioso porque recordé la apuesta del viernes, que si bien estaba confiado en ese momento, ya no es así. No pensé en cómo haría para conseguir las quinientas firmas que necesitamos y, por obvias razones, tampoco está en mis planes aceptar que estaba equivocado.

Amy me envió un mensaje diciendo que nos reuniríamos en el comedor cinco minutos antes de que terminara el descanso, lo que aumentó mis nervios. Para no perder mucho tiempo, compré los mismo de siempre y me puse a pensar en maneras de conseguir todas esas firmas, mas no lograba idear un plan. Ya estaba a nada de darme por vencido pero no lo hice, se me ocurrió una gran solución cuando miré al coordinador pasar, me aseguraría de no perder.

Corrí hacia él y le dije que necesitaba su ayuda con la recolección de firmas, no dudó en responderme con un sí.

—Hola a todos —saludé cuando ya estaba lo suficientemente cerca del grupo—, me disculpo por llegar tarde. Soy Blake —estreché mi mano con los dos chicos que no conocía—, mucho gusto.

Se presentaron como Nhoa y Sam. El primero, al parecer, era del mismo curso que Amy y Kerrick, mientras que el otro era de diferente paralelo como yo. Amy me ofreció el puesto a lado de ella, así que acepté y me senté teniendo frente a mí una expresión de quemeimportismo y otra de soberbia.

—Ya que estamos todos aquí, es momento de planear cómo conseguiremos llenar estas plantillas —alzó y agitó las hojas que reposaban sobre la mesa—. ¿Alguien tiene alguna idea? —alcé mi mano para hablar, él rodó los ojos al suponer lo que diría—. ¿Piensas seguir adelante con la apuesta?

—No me digas que te retractas, ¿acaso tienes tanto miedo de perder? —sé que está mal de mi parte empezar otra discusión, pero sus expresiones me causan gracia—. Si es así, supongo que deberíamos...

—¡¿Quién tiene miedo?! —se levantó de su puesto—. Por supuesto que la apuesta sigue en pie, y espero no hayas olvidado que debes cumplir cualquier cosa que diga porque haré que te humilles.

—¡Kerrick! ¡Blake! No son unos niños para que sigan comportándose así —la chica a mi lado lucía molesta—. ¿Saben? Hagan lo que quieran, porque Nhoa, Sam y yo iremos juntos a recolectar las firmas.

—¿En dónde quedo yo?

—Blake y tú formaran equipo e irán por su cuenta —se dio la vuelta y fue arrastrando a los otros dos chicos, dejándonos sorprendidos.

Como la campana ya había sonado, decidí apurarme visitando los cursos para aprovechar todo el tiempo que tenía, así que comencé a caminar ignorando a la persona de mi derecha. Sentí que venía detrás de mí, se mantuvo de esa manera por un tiempo, pero terminé estresándome.

—Si piensas venir conmigo, al menos apúrate y acércate —me quejé.

—¿Piensas discutir por cualquier estupidez? Yo veré si quiero caminar a tu lado o no.

—Claro, de seguro quieres aprovechar que vamos a subir las escaleras para verme —reí.

—¿De qué hablas?

—Tranquilo, te doy permiso de disfrutar la vista, pero no seas tan intenso que me incomodo —al parecer logró entender a lo que me refería porque en segundos ya estaba a mi lado.

—No eres mi tipo, idiota —seguí riendo.

Sudaba y me costaba respirar, estaba en cuclillas al igual que el rubio a mi lado. ¿Por qué? Porque habíamos estado corriendo por cada uno de los pasillos para dejar las plantillas en las aulas, luego de ello, volvíamos a correr para retirar las hojas; repetimos el procedimiento en tres pisos enteros, así que estábamos agotados.

Kerrick, sin razón alguna, comenzó a reír cada vez más fuerte y no pude evitar acompañarlo. Mi estómago dolía y algunas lágrimas aparecieron, hasta que no pude más y me senté en pleno pasillo para intentar calmarme.

—Espérame, ya vuelvo —se levantó con ayuda de la pared, y desapareció de mi vista unos metros después.

Ya tranquilo, también me levanté y empecé a ordenar las hojas. En cada una podían firmar cuarenta estudiantes, teníamos once hojas completamente llenas y una carilla de otra, es decir, cuatrocientas sesenta firmas. Suspiré aliviado porque conseguimos, matemáticamente hablando, el noventa y dos por ciento, faltaba el ocho por ciento restantes que eran cuarenta firmas más, las cuales esperaba lograr gracias a la ayuda que le pedí al coordinador.

Por ahora no podía dejar que Kerrick lo descubriera, no pensaba perder ante él.

—Toma —algunas hojas salieron volando luego del salto que pegué. Regresé a verlo enojado porque estaba riéndose, pero me sorprendí cuando divisé la botella de té helado que me extendía—, es para ti.

—Gracias —no esperaba que me comprara algo, así que no supe cómo actuar y dije lo primero que se me ocurrió—, pero no significa que te salvarás del castigo —bufó molesto para luego destapar su bebida y tomarse de un bocado más de la mitad.

—No celebres antes de tiempo —me apuntó con su botella—, estoy seguro de que no conseguimos todas.

La primera campana, la cual indicaba que solo restaban diez minutos de clases sonó.

—Nos faltan seis firmas —mentí con una gran sonrisa—, las cuales me encargaré de conseguir en mi curso —su rostro lucía tan sorprendido que hubiera reído con fuerza, pero preferí aprovechar el momento para despedirme—. Nos vemos en salida para el recuento final de firmas.

Ya estaba hecho, mi victoria era más que segura, le había ganado a aquel chico amargado.

—Y gracias por esto —agité la botella en mis manos.

—De nada —fue lo último que escuché de él.

Continue Reading

You'll Also Like

597K 52K 55
"El día que empecé a extrañarla, ella dejó de quererme" Jeon Jungkook es un padre soltero, en busca de su propio bienestar, no parece estar preocupa...
1.4M 76.2K 72
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
97.9K 8.1K 65
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitos...
800K 48.8K 89
Llene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puede...