«Estoy más solo que la guitarra de lolo»
Win se había pasado el día con preocupación pensamientos perdidos, por un lado tenía muchas ganas de visitar a su madre, a su padre, prepararles sus postres favoritos y batidos de fruta nutritivos para ellos, reír a causa de los malos chistes que hacía su padre y disfrutar las películas de comedia y romance que veían en familia.
Pero se esfumaba de inmediato al recordar lo defectuoso que era, habría soportado cualquier cosa, pero ser estéril es una vergüenza para todos y para él mismo, algunas veces se preguntaba cómo se sentiría tener un aroma más fuerte y delicioso, que se sintiera incluso a varios pasos de distancia, o que cada mes llegara tu celo para que lo disfrutes con tu pareja regalando acciones, palabras y gestos de amor mutuo, se sentía sólo, pero empezaba a acostumbrarse ya que lo estéril no se le quitaría, así que viviría el resto de su vida sin compañía.
Se encontraba haciendo limpieza extrema en su departamento para tener algo con que distraerse y así no pensar en sus desgracias, otro tema que le atormentaba era el trabajo; había recibido su quincena antes de irse de la cafetería pero eso solo le alcanzaría hasta mañana para comer y apenas cenar, no quería pasar hambre ni deudas, los pocos muebles que tenía en su departamento eran un poco viejos, aunque no le importaba tanto el esperaba que de su anterior trabajo podría al menos mejorar su hogar, pero nada de eso se iba a cumplir.
El timbre sonó, estaba extrañado ya que él no tenía amigos ni nada como para que alguien llegara a visitar, así que dejó de lado la escoba y arregló un poco su ropa, para después abrir la puerta un poco desconfiado, al mirar de quién se trataba no pudo evitar sentirse sorprendido y nervioso, pero a la vez tenía ganas de saltar donde el alfa, jalarle ese lindo cabello y morderle muy fuerte.
— ¿Qué hace aquí, señor Chiva-aree? — Preguntó frunciendo con suavidad el ceño, mirando al Alfa.
— ¿Podemos hablar de lo ocurrido? — Su ex jefe se veía avergonzado, tenía una mirada arrepentida y al parecer el tema era importante, así que sin más que decir, el Omega soltó un largo suspiro, para después hacerse un lado y dejar pasar al Alfa.
— Póngase cómodo.
Bright sintió el aroma del Omega por la casa, haciéndolo sentir inmediatamente muy cómodo y a gusto, su aroma no era muy fuerte pero el lobo Alfa lograba hipnotizarse con el delicioso aroma a frutos y crema dulce. A primera impresión la sala no era tan llena, tenía los suficientes sillones, una pequeña mesa de centro y un florero como adornito en el medio, todo era impecable, incluso las paredes blancas no tenían algún rastro de polvo o suciedad, era cómodo y lindo, se sentó en uno de los sillones y el Omega al frente de él, mirándolo.
— ¿Y...?
— N'Win, venía a ofrecerte unas sinceras disculpas por lo mal que te traté y por la acusación que te hice, fui injusto al no buscar pruebas primero. — Dijo el Alfa sin rodeos.
Win se sintió por alguna razón especial, no creía que alguien se disculparía con él, mucho menos un Alfa. — Disculpas aceptadas. — Murmuró el Omega mirando a otro lado. Otro dato curioso de Winnie, era que en cierto modo él era un poquito orgulloso, podías darle mucha comida y regalos, pero aún así seguiría un poco resentido, pero no para mal.
— N'Win... Quería pedirte que vuelvas a la cafetería, el contrato no se ha cerrado y la verdad es que tú eres un elemento esencial en la cocina, las ventas han bajado y...
— No, no quiero volver, si usted lo hace por pena quiero decirle que no me importa cuando sea la paga, incluso podría trabajar como lava loza pero no volveré a su cafetería. — Exclamó el cachorro indeciso, pues una gran parte de él quería correr y aferrarse a ese trabajo donde la paga al mes era demasiado perfecta y suficiente para él, pero por otro lado no quería volver y que sus compañeros lo miren mal, o que incluso pensaran que el jefe Chiva-aree le tuvo pena porque es pobre y le devolvió el trabajo.
— No es por pena, escúchame, lo que hice estuvo mal, lo reconozco y te pediré disculpas de todas las maneras posibles, por eso mismo te pido que vuelvas, porque no merecías ese trato y ahora siento que te debo mucho, te aumentaré el sueldo si es lo que deseas, ¿si?
El Omega casi se desmaya al escuchar eso, aumento de sueldo sería como un deseo cumplido, podría aumentar su porción de comida, comprarse un poco más de ropa y tal vez un nuevo florero, era genial, estaba tentado, así que pensó un poco, jugando con sus dedos de manera un poco tímida al sentir la atenta mirada del Alfa sobre él.
— E-está bien pero... No quiero que tengamos ninguna amistad, solo Jefe y trabajador, quiero evitar decepcionarme más de usted si algo como esto vuelve a pasar. — Sentenció el Omega un poco arrepentido. ¿A quién iba a mentir? Su jefe era tan guapo, inteligente, alto, castaño, amable, su jefe era el sueño de cualquier Omega, y cuando empezó a prepararle los postres cada día intentaba hacer lo mejor que podía para no tener ningún error ante ese Alfa ¡Pero estaba aún dolido! Eso no lo iba a quitar nadie.
— Está bien. — Bright soltó un suspiro pesado, sintiendo como el ambiente se volvía un poco incómodo, él estaba aliviado porque todo volvería un poco a la normalidad, pero si era sincero, él no quería dejar de hablar con Win. — Pero... Quería pedirte otra cosa, quiero invitarte a una salida juntos, quiero disculparme de manera más profunda, por favor.
— ¡No! Yo no salgo con nadie, no conozco Bangkok, me perderé, además es raro que un jefe y trabajador salgan. — Contestó de inmediato el Omega, un poco nervioso, ¿Era como una cita? ¡Claro que no! Su jefe solo quería comprarlo, si, era eso.
— Por eso estaremos los dos juntos, además será una oportunidad para que conozcas la ciudad. ¿Qué dices?
— ¿Usted quiere comprar mis disculpas con comida? — Si era con comida obviamente lo iba a aceptar, pero se haría el duro, no se lo dejaría fácil a ese tonto y guapo Alfa.
— Claro que no, ah. — El Alfa no sabía si reír por las ocurrencias de el Omega, o llorar cansado por insistir. — No lo veas de esa manera, solo quiero disculparme contigo de una buena forma.
— No quiero, no quiero. — Claro que quiero.
— Metawin... No te hagas de rogar, por favor.
— Pero... Eish... — El Omega se estaba cansando de las insistencias, así que a mala gana aceptó, pero aún así no se la dejaría fácil al Alfa. — Está bien, con la condición de que después de todo, no me dirija más la palabra.
Al Alfa se le hizo muy difícil aceptar, eso no le gustaba, Win le había agradado mucho y su manera de actuar era tierna y linda, él quería ser su amigo. — Está bien, tú dime la fecha de cuando quieras ir.
— Ahora.
— ¿Ah?
— Quiero ir ahora señor, mientras más rápido mejor, así ya no veo a un tonto Alfa, iré a ponerme abrigo, espérese. — El menor se levantó, corriendo a su habitación emocionado, pues nunca nadie lo había invitado a salir y ahora que tenía la oportunidad de conocer la ciudad no la iba a desperdiciar.
Por otro lado, Bright se encontraba mirando curioso el lugar, tocando los pocos adornos que habían por ahí, hasta que se encontró con el lindo florero de la mesa de centro, lo tomó en una mano para mirarlo más de cerca y ver los bonitos colores que tenían las flores.
— ¡Vámonos! — Un cachorro ahora feliz llegó corriendo, saltando sobre el mayor que sin darse cuenta soltó el florero.
Todo pasó en cámara lenta, el florero cayó al piso y se partió en dos, las flores rebotaron viajando a otro lugar de el piso, la había cagado, el Alfa la había cagado de nuevo.
— ¡Vachirawit Chiva-aree era el único que tenía! — Gritó Win, mirando con desespero al Alfa que se encontraba como cachorro regañado en su sitio.
— Lo siento, W-Win te compraré dos, tres, los que quieras. — Se acercó al Omega el cuál tenía el rostro rojito por el enojo, al ver al Alfa cerca se lanzó a él y la primera parte que encontró, la mordió con fuerza, haciendo que Bright se retorciera de dolor en su sitio al sentir los dientes del pequeño en su hombro.
Win lo estaba mordiendo.
— ¡Suéltame! Ah, me dejarás una marca, ¡suéltame! — Jadeó de dolor una vez el Omega ya lo había soltado, en su camisa había un rastro húmedo, obviamente de la boquita del cachorro.
— Te mereces eso y más tonto Alfa, quiero que me compres diez iguales.
— Lo haré, lo haré, ¿dónde puedo conseguirlos? — Bright se encontraba frotando su hombro adolorido, mirando como el rizado recogía las dos partes de su florero con tristeza y los tiraba a la basura.
— No lo sé, ese florero lo traje de una tienda de Nakhon Pathom.
— ¿Tengo que viajar a Nakhon Pathom? Dios mío.
Después de pequeñas peleas infantiles entre ambos, decidieron ir al parque de diversiones, así que subieron al lujoso auto de Chiva-aree, rumbo a uno de los parques más grandes de Bangkok.
— Primero quiero comer.
— ¿Comer? Ahí solo hay carritos de comida rápida, ¿estás seguro?
— La comida rápida de esos carritos es deliciosa, P', ¿nunca los probaste?
— No, mi ex pareja decía que era asqueroso comer ahí porque era antihigiénico.
Win abrió su boquita indignado. — Para nada, es todo muy delicioso, yo creo que deberíamos comer brochetas de pollo y carne, también hamburguesas con Pepsi. ¡Después podemos comer salchipapa!
— Win, eso es mucho, comeremos todo eso después de subir a los juegos, podemos vomitar.
— Claro que no. — Dijo con un pucherito en sus labios. — Solo los débiles vomitarían Alfa tonto, además dijiste que haríamos lo que yo quisiera. — Como pueden ver, Winnie si es un Omega resentido, se estaba vengando de el Alfa, quería hacerlo comer como cerdito para después hacerle vomitar subiéndolo a juegos extremos.
— ¿Ya me pusiste ese apodo? — Reclamó el Alfa con una suave sonrisa en sus labios, mirando la pista. — Ah, está bien, comeremos primero, pero si vomitas espero que no ensucies mis zapatos.
— Obvio que no lo haré, soy un Omega fuerte.
Al llegar al lugar el cachorro no pudo evitar emocionarse al ver desde afuera las luces de colores y los grandes juegos que se podían observar, los ojitos de Win se cristalizaron, la última vez que fue a un parque de diversiones fue cuando tenía nueve años, era uno más chiquito y había ido con sus padres, ahora estar frente a uno lo conmovía.
— Vamos a comer tus brochetas.
— ¡Si! Pero quiero que tú comas muchos.
— ¿Ahora me tuteas? Wow. — Bromeó. — No quiero comer muchos, no quiero que me duela la panza.
— No seas Alfa tonto, comerás mucho, te veo muy delgado. — Se excusó el Omega para después bajar feliz de el auto y correr a uno de los carritos de brochetas que se encontraba vacío, su jefe lo alcanzó y cuando los dos estuvieron ahí, Win empezó a pedir veinte brochetas, le pasó diez al Alfa y diez se quedaron con él, las empezó a comer contento, disfrutando el sabor sazonado y grasoso del pollo, llenando sus mejillas con comida y en seguida masticando. — ¡Ef felisoco!
— Si... — El Alfa un poco extrañado empezó a comer, pensando que no le iba a gustar absolutamente nada, pero a los segundos empezó a comer rápido del pollo, disfrutando de la suave y blanda textura, era el mejor pollo que había probado, se lo comió en pocos minutos, para después mirar al menor asombrado. — ¡Son deliciosos!
— ¿Lo ve Alfa tonto? Son el paraíso. — Dijo muy feliz el Omega al ver a su compañero comer. — Puede comer diez más si quiere... — Sugirió.
— No, no quiero que me duela la barriga Win, ya lo dije. — Murmuró sacando dinero y pagando a la señora, la cuál agradeció y se despidió.
— ¡Vamos a comer hamburguesas, P'!
— ¿Más?
— Alfa tonto.
— Está bien, está bien, vamos. — Sintió como la delgada manito de Win tomó la suya, arrastrándolo hasta un carrito de hamburguesas, donde los atendieron rápido y tomaron sus pedidos.
— Dos hamburguesas con queso, huevo, carne, ensalada y más queso, a una póngale doble carne, ese será para el señor. — Dijo con una sonrisa el Omega, mirando de reojo al Alfa que se veía un poco aterrado.
— Yo no-
— Alfa tonto.
Bright no podía creer como un simple Omega lo estaba manipulando de esa forma, por alguna razón no podía negarse a los pedidos del contrario. Cuando recibieron las queridas hamburguesas empezaron a comer, Win devoraba la suya, mientras que Bright comía su hamburguesa con calma, pues comer muy rápido afectaba a la digestión, una vez terminaron ahora sí caminaron al interior del parque, viendo los juego a su alrededor.
— ¡Wow! ¡Todo es genial! — El pequeño daba saltitos como un pequeño conejito emocionado, mirando todos los grandes juegos.
— Podemos entrar a todos si deseas.
— ¡Si! Pero no quiero entrar al carrusel, quiero juegos extremos. — Dijo con una suave sonrisa ladina.
— Vamos a vomitar Metawin...
— Eres un P' aburrido, mh, vive la vida buena Vachirawit. — Murmuró entre risas el pequeño.
— Solo me preocupo por ti, pequeño. — Respondió con una sonrisa que inconscientemente se formó en sus labios.
¿Qué había sido eso?
El Alfa sintió su lobo saltar feliz, mientras que el lindo cachorro del Omega sintió su lobito rodar y saltar en sus dos patas ante el comentario de su Jefe Chiva-aree.
«Me dices pequeño, sin embargo, me haces sentir grande»
Nota de adapta-autora:
¡Hola, bamboos! Actualizar aprovechando que el profesor de geometría se fue, es mi pasión.
Winnie y su plan para vengarse de "Alfa tonto" es lo más adorable que pueda existir.
Cabe mencionar que en esta historia Win es referido como un cachorro ya que a penas tiene 19 años, además su comportamiento se debe a que mi niño sufrió mucho y de alguna manera sigue siendo como un cachorrito en busca de cariño, pero ya lo leerán más adelante conforme los capítulos avancen.
— lilybws.