Segundo día de escuela, educación física en la primera hora ¡yuju! Alguien máteme rápido.
—Crees que si le digo al entrenador...—levantó la hoja de mi horario y reviso el nombre—¿Bobby? Que estoy en mi periodo no tenga que hacer ejercicio.
—Si...no lo creo—dice guardando su chaqueta en el casillero y tomando mi mano para guiarme al gimnasio.
—Fingiré un desmayo.
Ella soltó una de esas risitas que bien podría ser el canto de un ángel. Al llegar el resto de los estudiantes ya estaban ahí, pude ver a unos cuantos metros a los dos chicos del cementerio. Allison me jalo para avanzar junto a ella y fuimos directo hacia ellos.
—Chicos—llamó su atención y ambos giraron a verla—Ella es Maxine, es hija del amigo de mi padre y se está quedando con nosotros.
—Hola—levanté mi mano sin saber qué más decir.
Pude ver como ambos compartieron una mirada y Allison carraspeo haciendo que salieran del trance, vale eso no es nada raro.
—Hola, soy Scott—el moreno me sonrió y casi me derretí de ternura, tenía ojos de cachorro y sonrisa de bobo.
—Y yo soy Stiles—el estiro su mano en mi dirección y la tome dándole un apretón. Al contrario de su amigo él era pálido y su rostro estaba pintado con algunos lunares.
—Y yo sigo siendo Maxine—casi quise golpearme la frente—Tu debes de ser el novio de Allison.
—Eh...no, nosotros terminamos y... —balbuceo torpemente causando que el chico a su lado golpeara su frente como si no pudiese creer que este fuera su amigo.
Dios, este chico era terrible mintiendo.
—Tranquilo, Allison me dijo lo que sucede y no diré nada—aclare rápidamente ante sus balbuceos y Scott asintió aliviado.
Antes de que pudiésemos seguir conversando el entrenador hizo sonar el silbato llamando la atención de todos.
—Muy bien señoritas, quiero que dos personas vengan aquí y suban ese muro ¡Ahora! —saco lo que parecía una lista—McCall y Argent, al muro.
Ambos se dirigieron hasta el muro dejándome sola con el chico de lunares, pude ver como se colocaban el arnés y comenzaban a subir tranquilamente.
—Y ¿de dónde eres? —gire mi cabeza hacia el castaño—Lo digo por tu acento.
—Italia, aunque viví un tiempo en Chicago.
—Así que tú sabes todo—volvió a hablar llamando mi atención y algo me dijo que no solo se refería a la relación secreta de Scott y Allison.
—Sí—mentí, aunque realmente no sabía a qué se refería.
Él asiente y ambos giramos a mirar a Scott y Allison subir el muro, antes de que el vuelva a hablar noto como Allison patea sutilmente una de las piernas del moreno provocando que este caiga y quede a centímetros de la colcha gracias al arnés, las risas del resto no se hicieron esperar y Stiles negó decepcionado de su amigo.
—McCall, no sé porque, pero tu dolor me causa una alegría especial—se mofo el entrenador sentado por un momento al lado de un avergonzado Scott—Lo gozo. De acuerdo, los que siguen. Stilinski y Bellucci ¡al muro! Que raros nombres tienen estos chicos ahora.
Pude escuchar como dijo lo último en un susurro y casi me quise reír. Me giré a ver a Stiles, él me sonrió y asintió energéticamente para después dirigirse hacia el muro así que lo seguí, igual no es como que tuviera opción. Comencé a colocarme el arnés al igual que él y le di un fuerte jalón para asegurarme que no se rompiera cuando estuviera arriba, vi de reojo como es que el castaño tenía problemas con el suyo así que me acerque para ayudarle. Al instante se puso rígido y supuse que no estaba acostumbrado a que chicas desconocidas lo tocasen sin avisar así que me apresure y me aleje esperando a que el me dijera algo, pero no lo hizo. Mire el muro y bufé.
—¡Rápido que esperan! —chillo el entrenador.
—Mhm... ¿temes a las alturas? —preguntó Stiles mientras yo tomaba la primera roca y me impulsaba hacia arriba.
—No, es solo que esto de hacer cualquier actividad que requiera esfuerzo físico no me agrada mucho—el asintió y siguió subiendo.
—Si quieres te espero—se detuvo un momento—Tal vez sea mucho para ti.
Se que no lo dijo con mala intención, lo pude ver en sus ojos, pero lo sentí un reto y no pude evitarlo
—¿Crees que soy débil? —enarque una ceja divertida.
—¿Que? No, no—aclaró de inmediato y llevó su mano a la siguiente roca.
—Bien, porque podría subir y bajar esto mucho antes que tu—antes de que pudiese decir algo seguí trepando rápidamente con el pisándome los talones después de reaccionar, al llegar a la punta me impulse con las piernas y baje de un tirón tocando la colchoneta de nuevo y segundos después Stiles me siguió—Te lo dije.
El asintió sorprendido y le sonreí orgullosa mientras me quitaba el arnés, baje de la colchoneta y fui hasta donde Allison, esta levanto su mano y choque los cinco. El entrenador llamó a los siguientes y un chico junto a una rubia comenzaron a subir, ella parecía aterrada.
Mientras el chico subió y bajó rápidamente pude ver como ella se quedó congelada mientras temblaba a mitad de camino, el entrenador y el resto comenzaron a acercarse y este la llamó preguntando si tenía vértigo.
—Solo está asustada—termino de explicar Lydia.
El entrenador volvió a llamarla y pude oír un leve "Estoy bien" de su parte mientras intentaba subir.
—Entrenador, no creo que sea seguro. Erica sufre de epilepsia—murmuró Allison a mi lado.
—¿Por qué nadie me dice estas cosas? —bramo frustrado el entrenador—Érica, está bien. Lánzate del muro. Tenemos un colchón para atraparte. Vamos.
Ella bajó lentamente, al estar en el suelo el entrenador la tranquilizo y los demás comenzaron a reír mientras ella se marchaba. Bola de idiotas.
Después de salir del gimnasio nos dirigíamos a los casilleros para cambiarnos, pero antes de llegar vimos a Scott correr junto a Stiles de regreso así que los seguimos, pude ver como la chica rubia de hace rato se encontraba en el muro sin ningún tipo de seguridad y temblando, parecía tener un ataque. Vi a Érica caer del muro hasta los brazos de Scott quien corrió para atraparla, pude sentir como mi corazón dio un vuelco.
—Rápido, ponla de lado—ordene al llegar a su lado.
—¿Cómo supiste? —preguntó Allison a su novio.
—Lo sentí—murmuro en respuesta.
¿Qué diablos?, ¿Quién era? ¿El hombre araña?
[...]
Tome mi bandeja de comida que consistía en un sándwich, una botella de jugo y un pudin de chocolate. Me quede parada buscando donde sentarme o alguna cara conocida pues Allison no se encontraba por ningún lado y no quería parecer patética buscando a mi única amiga, aunque no sabía si Lydia ya contaba como otra amiga. Pude ver la cabeza rapada de Stiles sentado junto a Scott así que tomé valor y comencé a avanzar hacia ellos, lo peor que podría pasar es que me negaran sentarme con ellos.
—Hola Stiles, Scott ¿Puedo sentarme? —pregunto y si pudiera cruzar los dedos lo habría hecho de no ser por la bandeja.
Ambos parecieron sorprendidos por un momento y asintieron torpemente.
—Cla...claro Maxine—dijo Scott y Stiles asintió agregando un "Si".
—Max—dije poniendo mi bandeja en la mesa y tomando asiento junto a Stiles—Puedes llamarme Max, ya saben diminutivo de Maxine.
—Claro Max.
—No los molesto ¿verdad?, porque puedo irme a otra mesa—estaba por ponerme de pie, pero rápidamente la mano de Scott me detuvo.
—Tranquila, solo hablábamos sobre la pista de hielo. Stiles consiguió las llaves y pensábamos ir hoy ¿Allison no te lo dijo?
—Mencionó que me quería invitar a algún sitio, pero no sabía nada sobre una pista de hielo—dije bebiendo de mi agua.
—¿Quieres ir? Vendrá Lydia también—agregó Stiles.
Y entonces sumé dos más dos.
—¿Es una cita doble? Porque si es así no quiero fastidiarles la salida—aclare rápidamente.
—¿Que? No, no. Es una salida de amigos—explicó Scott—Además Lydia no le haría caso a Stiles.
El rapado por su parte protestó lanzándole una servilleta.
—No estoy en su radar aun—alegó el pecoso y apreté mis labios para no reír.
—Son muy tiernos—agregue sonriendo. Scott sonrió y Stiles frunció el ceño como si no estuviese de acuerdo—Bien, entonces si iré.
Antes de que cualquiera de los dos pudiese decir algo más todos en la cafetería guardaron silencio, eso llamó nuestra atención e hicimos lo mismo que los demás, fijamos nuestra vista en la entrada de la cafetería en donde una sexy rubia hacía su entrada triunfal. Por un momento me sentí en una de esas series adolescentes, hasta juraba que podía escuchar la banda sonora y todos se movían en cámara lenta. Ella llegó hasta una mesa donde algunos chicos se encontraban mirándola, tomo una manzana de la bandeja de alguno de los chicos y le dio un mordisco, todo esto sin dejar su sensualidad de lado.
—¿Qué diablos es eso? —una atónita Lydia golpe nuestra mesa con ambas manos recargándose.
Me gire para ver la cara estupefacta de Stiles y Scott parecía que no encontraba su voz.
—Es Erica—dije mientras la veía salir al mismo tiempo en que ambos adolescentes se ponían de pie y la seguían a la salida—Hombres.
[...]
—Debiste de verla, todos quedaron como idiotas—explique y Allison rio—La verdad se veía muy bien.
—Por dios, debió de haber sido tan gracioso.
—Lo fue, pero esa falda y esa chaqueta de cuero no combinaban con esos zapatos—bramo Lydia mientras veía sus uñas.
Inconscientemente vi mi ropa, había notado que Lydia tenía espíritu de diva, pero no era tonta, me agradaba.
—¿Van a salir? —la voz del señor Argent llamó nuestra atención y lo vimos parado en la puerta.
Allison se acercó rápidamente y yo fingí que no escuchaba su conversación mientras Lydia usaba sus audífonos y comenzaba a tomarse fotos haciendo poses extrañas. ¿Por qué el señor Argent quería que Allison vigilará a Lydia?
—Hola Maxine—saludo el señor Argent y fingí dejar de leer la revista entre mis manos.
—Hola señor Argent—sonreí dándole mi mirada más inocente, no quería que supiera que oía sus susurros.
Después de unos minutos nos dirigimos a la pista de hielo con la excusa de que iríamos al cine con Lydia. A papá pareció agradarle la idea de que tenga amigas y a la señora Argent la idea de que Allison y yo fuésemos amigas.
Al llegar a la pista de hielo Stiles introdujo la llave en la cerradura para después abrir la puerta con una sonrisa esperando a Lydia, yo simplemente entre procesando que sería la quinta rueda.
Comencé a abrocharme las agujetas de uno de los patines y agradecí traer mi chaqueta pues hacía frío. Mire la pista de hielo y por un momento el pensamiento de quitarme los patines y quedarme en las bancas fue muy tentador, no quería caerme y hacer el ridículo nada más pusiera un pie en el hielo. Mi padre me había enseñado a patinar cuando era niña, pero jamás lo había hecho en el hielo, además hace años que no montaba patines o cualquier cosa con ruedas.
—Ay, que frío hace aquí—se quejó la pelirroja mientras termina de ajustar sus agujetas.
—Toma—Stiles le tendió un suéter naranja que había sacado de su mochila.
—Visto de azul—respondió ella obvia y tanto Stiles como yo fruncimos el ceño, claramente confundidos—El azul y el anaranjado no combinan—nos aclaró como si fuésemos estúpidos y a decir verdad me sentí así, pero no lo iba a admitir en voz alta.
—Pero son los colores de los Mets—murmuró el rapado confundido, ella elevo una ceja y lo miró de forma no muy agradable.
—Bien—susurro guardando el suéter.
Y yo estaba ahí como un poste mientras Stiles intentaba ser detallista con Lydia y mandaba indirectas muy directas sobre ellos dos juntos, ella lo ignoraba más que yo y papa a las calorías en las cajas de cereal de chocolate. Era deprimente y sentí pena por Stiles, no era feo y tampoco un mal tipo.
—Tranquilo—palmeé su hombro en cuanto Lydia se alejó lista para patinar—Algún día ella te volteara a ver y si no es ella será alguien más—le dediqué mi mejor sonrisa tranquilizadora y comencé a caminar hacia la pista.
Antes de llegar pude ver a Scott ser sostenido por Allison para después caer y apreté mis labios evitando reír, al menos no era la peor en esto. Tome una respiración y poco a poco tome el ritmo suficiente para patinar medianamente bien. Lydia en cambio a Scott y a mí, parecía la reina del hielo mientras tenía como espectador a un encantado Stiles.
—Cuidado, voy a resbalar con tu saliva si sigues babeando—bromee al llegar a su lado.
—Es que, ella es increíble—suspiró mientras Lydia llegaba a nuestro lado y se lo llevaba para patinar junto a ella.
Como dije antes, quinta rueda.
Vi a Scott caer de cara dos veces, sobre su trasero tres veces y chocar con el cristal de la pista una vez. Fue divertido hasta que Lydia tuvo una clase de ataque y comenzó a gritar horrorizada sin apartar la vista del hielo. Sus gritos me hicieron sentir escalofríos.
Al volver a casa tomé una libreta que había sido de mi madre y comencé a anotar todo aquello que no me cuadraba; la salida de mi padre la noche en la que llegamos, las salidas nocturnas y misteriosas que hace junto a Chris Argent, la tía psicópata pirómana de Allison, la extraña tensión y el claro odio de mi padre hacía Gerard, los extraños presentimientos de Scott y el hecho de que quieren que Allison vigile a Lydia por la "mordida".
Todo el mundo parecía saber lo que ocurría, mi padre claramente, Chris Argent, Gerard, Allison e incluso Stiles y Scott. Estaba harta de secretos y mentiras.
[...]
En la casa Hale.
—¿Lo dejarás ir? —preguntó uno de los cazadores más jóvenes mientras el adolescente quien ahora Thomas sabía que se llamaba Jackson gracias a Chris salía del lugar después de su intento fallido de buscar al alfa.
—Si—respondió de forma seca el Argent.
—¿Por qué? Todos sabemos que volverá a buscar al alfa.
Antes de que Chris pudiese responder el ojiverde se le adelantó, el cazador Argent se sorprendió pues sabía que su amigo italiano—casi hermano— les aclarara algo a los cazadores amateur.
—Ahí tienes tu respuesta—se separó de la pared en donde anteriormente se encontraba recargado admirando la escena—Lo volverá a buscar y nos llevará directamente hacia él.
Thomas tomó su arma cargándola y salió junto a Chris listos para dirigirse a con el "veterinario". Ahora más que nunca debían de estar alerta pues uno de los suyos había muerto.
Al llegar a la veterinaria la cual se encontraba a oscuras y vacía Thomas forzó la puerta trasera sin importarle desactivar la alarma silenciosa, era lo que querían, que el veterinario respondiera al llamado y viniera. Otros dos cazadores colocaron el cuerpo de su compañero muerto y después de unos minutos el rostro ligeramente sorprendido del veterinario apareció por la puerta cambiando rápidamente su expresión por una más calmada.
—Quisiera que nos dieras tu opinión médica sobre lo que lo mato—señaló el Argent haciendo su entrada triunfal desde la otra puerta, Thomas no pudo evitar rodar los ojos.
No sería un brabucón con el hombre que en secreto era un emisario, el italiano sabía que no eran malas personas, pero también sabía que su amigo estaba asustado y desesperado, aunque lo disimulaba con su rostro pétreo. Por otro lado, el veterinario no se dejó intimidar ni un poco.
—No sé si vieron el letrero haya afuera, pero esto es una clínica veterinaria—aclaró.
—Eso lo sabemos. Y también sabemos que no eres solo un veterinario—informó esta vez el italiano hablando por primera vez llamando su atención y dando unos pasos saliendo del oscuro rincón en donde se encontraba—Así que estamos aquí para hablar, ambos sabemos que es necesario.
Él nos miró a ambos y después de unos segundos asintió, no sabíamos contra que nos enfrentábamos y esta vez todos debíamos de temer a lo desconocido.
Holaa
¿Qué les pareció el capitulo?
Maxine ya esta harta de las mentiras y hará lo que sea para averiguar que pasa a su alrededor, lo que significa que ahora si viene lo divertido. Se que parece que avanza lento pero ella aun no sabe del mundo sobrenatural y aun no tiene mucha confianza para sacar su yo interior así que tengan paciencia.
Si hay algún error ortográfico háganmelo saber. Este capitulo fue largo, 2000 palabras pero valió la pena.
¿Qué opinan de Maxine hasta ahora?
Recuerden votar y comentar<3
Besos y galletas, Taly🍪