______ pestañeo rápidamente.
—¿Eh? —fue lo único que pudo articular.
Camilo soltó una pequeña risita, —Nada nada.
—¿Aún no aclaras tus sentimientos? ¿Por eso quieres besarme? —alzó su ceja.
Él suspiró, —No es eso.
—Camilo —llamó—. Sólo no vuelvas a decir algo así, a ti te gusta alguien más y... —suspiró—, estas comportandote de una forma boba.
Gracias a la estupidez que había dicho Camilo el otro día, ______ pensaba que él realmente estaba enamorado de Salomé.
—Lo soy...
Miró a los ojos al chico, sus ojos se veían tan intensos que lo hacían ver intimidante, algo totalmente diferente a él.
Él dirigió su mirada a los labios de la fémina y la mantuvo ahí por unos segundos.
¿Va a besarme?, dios, si vas a hacerlo hazlo ya. ¿Por qué tengo que estar pensando esto?. Miró los labios entreabiertos de Camilo, sentía que iba a morir ahí mismo si no hacía algo ya.
—Será mejor irnos —Camilo se giró y comenzó a caminar hacia la casa Madrigal.
Cerró los ojos con frustración mientras caminaba.
Mientras detrás de él se quedó una ______ desconcertada, ¿cómo había pensando que él volvería a besarla?.
A B S U R D O.
Incluso se sentía humillada por tener un pensamiento así, pensando que él estaba enamorado de ella sólo porque la besó aquella noche.
¿Acaso eres tonta?, tú misma escuchaste que él dijo que le gustaba Salomé, ÉL te hizo llorar y tú sólo quieres besarlo. Al menos su conciencia la regañaba.
Vio cómo Camilo ya iba lejos y sólo comenzó a caminar rápidamente para alcanzarlo. Al llegar a la casa se separaron, sin decirse nada ni tampoco mirarse; incluso se podía sentir una tensión entre ellos.
[...]
Al día siguiente _____ se encontraba frente a su dibujo, suspiró al ver su pintura totalmente manchada de negro, tanto esfuerzo arruinado en tan sólo segundos.
—Deja de ver eso o entrarás en depresión —entró Mirabel al lugar.
Su comentario era posible, y más porque hace unos minutos la castaña había despedido a su padre y hermano en las montañas.
Alma venía tras ella, —Cuanto lo siento, querida. Sé el tiempo que te tomó realizar esa pintura —curvo sus cejas.
La ojicafé desvió la mirada de la pared, —En realidad la que se disculpa soy yo, le devolveré el dinero que me dio.
La señora negó, —Eso no es necesario, ese dinero es tuyo —la tomó del hombro—, tú te ganaste ese dinero con tu esfuerzo así que insisto en que lo conserves.
______ sonrió agradecida.
—Coincido con mi abuela, trabajaste mucho y esa es tu recompensa —Mirabel tomó su otro hombro.
—Supongo que lo menos que puedo hacer es volver a realizar la pintura, por respeto a ustedes —miró a ambas.
Alma negó, —Eso no es necesario, cariño.
—Lo haré —aseguró—. Aún hay pintura sobrante así que, podría realizar otro dibujo para mañana.
Mañana era el último día de celebración, así que podría pintar algo para que sea algo como un cierre de este festejo.
—¿No te sentirás muy apresurada? —Mirabel la miró preocupada.
—Sé que puedo hacerlo, así que si me lo permiten puedo pintar algo nuevo —sonrió—. Es temprano así que hoy mismo podría empezar.
Se acercó a la cubeta con pintura blanca y recogió un rodillo.
Alma hizo una mueca, —Creo que Mirabel tiene razón, es algo muy pesado.
—Yo la ayudaré —entró alguien al salón.
La anciana miró a la puerta con seriedad al igual que Mirabel, ahí se encontraba de pie un chico de ruana amarilla.
—Creo que ya ayudaste demasiado —la de anteojos se cruzó de brazos.
—No creo que sea buena idea —Alma habló.
______ realmente deseaba que Camilo estuviera lo más lejos posible, no estaba lista para estar junto al chico que le había roto el corazón... aunque eso sonara exagerado es lo que había hecho para ella.
Habían arreglado las cosas pero...
—Al menos déjenme ayudar en algo que ustedes creen que arruine —curvo sus cejas—. Aunque yo no tuve nada que ver.
Alma suspiró, —En eso tienes razón, supongo que es lo menos que puedes hacer.
—En realidad no necesito ayuda —la castaña habló rápidamente.
—Claro que necesitas, y más si quieres tenerla lista para mañana.
—Yo puedo ayudarla —se ofreció Mirabel.
—Lo correcto es que Camilo la ayude, así que, será mejor irnos y que empiecen con el trabajo —la señora tomó de los hombros a su nieta y fueron hasta la salida.
Ambas desaparecieron y en el lugar sólo quedaron aquellos adolescentes.
______ abrió la cubeta y metió el rodillo para comenzar a pintar la pared de nuevo de color blanco.
Adiós arte abstracto.
—Déjame ayudarte —Camilo tomó otro rodillo.
El silencio reinaba mientras ellos pintaban, por suerte la pintura era tan buena que con sólo una capa lograba cubrir el dibujo que estaba debajo.
—¿Sabes? —el chico habló—, ayer cuando descubrí tu pintura manchada en realidad yo te estaba buscando.
—¿Para qué? —seguía pintando.
—Quería decirte algo —suspiró—. Pero no resultó como yo quería.
La curiosidad invadió a la castaña, aún así, no se atrevió a cuestionarlo.
—Hmmm, lástima —dijo indiferente.
Habló así aunque en el fondo quería saber que es lo que él quería decirle, ¿se disculparía por lo sucedido en el cumpleaños? ¿Le diría que en realidad si le gustaba ella? ¿Le confesaría su amor y diría que lo de Salomé fue un error?... no, probablemente sólo se sentía culpable por herir sus sentimientos.
Tenía que dejar de imaginar escenarios románticos que nunca pasarían.
Deaj, incluso tuvo que decirle todo sobre los pensamientos que había tenido con él.
Tonta ______. Su mente reprochó y sólo cerró los ojos con frustración.
—Bien, listo —Camilo sonrió—. Ahora sólo falta lo demás.
Vio la pared totalmente de blanco, un nuevo lienzo para ella.
—Si, gracias —intentó sonreír.
—Si gustas puedo volver a ayudarte, ya sabes, para que encuentres la paleta de colores —sonrió nervioso.
—No creo que sea necesario, recuerdo bien los colores que utilicé —mintió.
Si pasaba tiempo con él posiblemente comenzaría a imaginar cosas y eso sólo la lastimaría más.
Camilo apretó sus labios, —De acuerdo.
—¡______! —entró Antonio—, mi abuelita dice que desayunes con nosotros —sonrió emocionado.
Se acercó a la chica y observó la pared, hizo un puchero al ver el color blanco, —Me había gustado tu pintura, mi hermano fue muy malo al haberla arruinado.
Antonio le lanzó una mirada molesta a Camilo.
—Ya te dije que yo no lo hice —soltó molesto el mayor—. ______ no necesita a su príncipe ahora, así que...
—Tampoco de su amigo mágico —interrumpió el niño—. Aunque ahora que lo pienso, tú pareces el villano ahora.
Los hermanos se miraban seriamente.
—Deberíamos ir a desayunar —______ tomó la mano de niño—. ¿Oki?.
Antonio se volvió hacia ella con una sonrisa y asintió, —Después podríamos seguir jugando, ese día no nos pudimos casar —se sonrojó.
______ lo miró con ternura, —Hoy estaré ocupada, pero podemos jugar otro día —sonrió.
Tal vez jugar con él lo haría estar menos deprimido con la ida de Emilio, ayer en la noche vio como los pequeños estaban abrazados mientras lloraban.
Ellos eran muy amigos así que la ausencia de uno se sentía demasiado para el otro.
—¿Ahora coqueteas con mi hermanito? —Camilo la juzgó.
—No estoy coqueteando —frunció el ceño—, ¿quién crees que soy?.
—_______ coquetea conmigo porque yo soy su príncipe, tú eres el villano así que déjanos ser felices —alzó su manita entrelazada con la de la castaña.
Camilo volteó los ojos, —Si si, como sea. Que tontería —salió del lugar.
Antonio sonrió victorioso, —Logré molestarlo, se merece eso por hacerte sufrir.
El niño seguía mirando por donde salió su hermano.
—Toñito —se puso de cuclillas—. No es bueno que seas así con tu hermano, él no me hizo sufrir —mintió—, así que no tienes porque discutir con él.
—Claro que lo hizo, manchó tu pintura y... —vaciló.
—¿Y qué? —lo miró curiosa.
—¿Él te gusta, cierto? —ladeo su cabeza.
Oír eso la sorprendió, —¿Quién me gusta?.
—Mi hermano, Camilo.
Sintió como le faltó la respiración y un cosquilleo apareció en su estómago, odiaba la respuesta que daba su cuerpo de tan sólo oír su nombre.
______ sonrió nerviosa, —No no, él es sólo un buen amigo.
—Sé que estuviste llorando cuando él se besó con Salomé, y según Dolores eso hace una persona cuando está enamorada de la otra persona —pestañeo inocente.
Pero, ¿qué? ¿Cómo lo sa... Las detesto ratas de Bruno.
—Lloré de alegría —otra mentira—, no pensé que tu hermano lograría tener pareja —bromeó.
Antonio soltó una risita, —Él debe conseguir su propia princesa.
Luego de esa pequeña plática ambos se dirigieron a la cocina donde ya estaban sentados todos, esperándolos para desayunar.
—Listo, ya la traje —sonrió el pequeño—. No fue difícil convercerla —presumió.
—Andas con todo, Toñito —Luisa bromeó.
—Algunos tuvieron la oportunidad y la perdieron, así que él la aprovecha —sonrió Pepa, sus ojos se cerraron a causa de la elevación de sus pómulos.
Camilo sólo se resbaló por la silla, este momento iba a ser demasiado incómodo.
—Vamos a desayunar —anunció Alma.
Por suerte el desayuno pasó normal, no hubo ningún otro comentario y eso lo agradecía tanto ______, como Camilo. Al menos fue un momento de paz.
—Muchas gracias por el desayuno —sonrió agradecida—. Iré a preparar los materiales para la pintura.
Isabela la miró asombrada, —¿Volverás a pintar?.
—Si, algo así. Será un dibujo más pequeño pero aún así me esforzaré para que sea de su agrado.
—Tu motivación es contagiosa, creo que iré por un poco de leña —Agustín sonrió—. Hace falta así que aprovecharé esta motivación.
Mirabel y Julieta intercambiaron miradas junto a Luisa e Isabela. Eso significaba peligro.
Julieta suspiró, —Iré preparando arepas.
—Y yo te lo agradeceré —el señor sonrió.
Se acercó y le dio un beso en la mejilla a su esposa, era una escena demasiado tierna.
______ sonrió ante la escena, los padres de Mirabel al igual que los padres de Antonio siempre le habían parecido unas de las parejas más lindas que había visto.
Inconscientemente su vista volteó a donde estaba el chico de rizos, al enfocarlo notó como él también la miraba a ella.
A su mente vino el recuerdo del beso... había sido un momento tan lindo, si, tan lindo como para que todo estuviera bien.
Pepa se dio cuenta de esto, esas miradas las conocía muy bien. Eran muy parecidas a las que tenía con Félix cuando eran adolescentes y se encontraban en el pueblo.
—Camilo te ayudó en la otra pintura, ¿cierto? —comentó la pelirroja.
______ pestañeo rápidamente y la miró, —¿Eh?... oh, si si —habló distraída.
—Quizás podría ayudar de nuevo, ¿o tú que opinas? —sonrió la señora.
La castaña volvió a mirarlo, sólo que está vez él tenía su vista en el pan que tenía en la mano.
Se supone que ya habían arreglado las cosas, pero entonces, ¿por qué lo seguía evitando?. Tal vez por el dolor de saber que sus sentimientos no son correspondidos, o por saber que nunca sucederá algo romántico con él de nuevo.
Aún así, se veía como una estúpida actuando así.
—Sí, supongo que estaría bien —intentó sonar tranquila.
Camilo la miró rápidamente, en sus ojos había un brillo y en la comisura de sus labios comenzaba a aparecer una sonrisa que él intentaba esconder.
—Deberían de ir a ver si la pintura ya secó —sugirió Dolores.
Los dos chicos se levantaron al mismo tiempo y se acercaron a la salida.
—Pasa tu primero —habló nervioso el Madrigal.
—Deberías pasar tu primero —______ hizo un ademán con su mano.
—No no, tú eres quien pintará.
—Bueno, tú me ayudarás.
Los demás sólo los veían con gracia.
—Pero tú eres la principal —Camilo dio una sonrisa abierta.
_______ estaba por replicar pero sintió la mirada de todos, los miró de reojo y vio cómo los miraban con atención.
—Si, creo que eso haré —salió huyendo del lugar.
Camilo ensanchó su sonrisa y fue tras ella.
—Esto parece una comedia romántica —bromeó Luisa.
—Estoy ansiosa por ver el final —comentó Dolores.
Pepa sonrió, sólo esperaba que esta vez su hijo no arruinara las cosas.
[...]
______ suspiró con cansancio, haber dibujado a doce y pintado a ocho integrantes de la familia había sido demasiado agotador.
—Será todo por hoy —comenzó a bajar de la escalera.
Camilo hizo lo mismo del otro lado, quien estaba transformado en su tío Bruno.
Al llegar al piso giró y volvió a ser él mismo.
—Gracias por tu ayuda, mañana empezaré temprano para terminar la pintura antes del fin de la celebración —recogió sus materiales.
—Espero darme cuenta de cuando llegues —llevó sus manos a los bolsillos del pantalón.
—Oh sí, olvido que te levantas a las 12 de la tarde —se burló.
Camilo se sonrojó apenado, —Me despierto más temprano, además, sólo me has visto una vez despertando.
______ soltó una risa, —Bien, dejaré de molestarte con eso.
Camilo la miró, oírla reír le había hecho sentir feliz.
—Me voy, nos vemos mañana —sonrió.
Al parecer haber pasado la tarde juntos había disminuido la incomodidad, todo lo contrario a lo que se imaginaba ______.
Llegó a casa y vio a su abuela sentada en el sofá, el lugar se sentía tan solitario ahora que su hermano y su padre se habían ido esta mañana.
—¿Dónde estuviste?, te desapareciste desde que fuiste a despedir a Nico y Emilio en las montañas —la miró—, por un momento creí que te habías ido con ellos.
Después de haberlos despedido se encontró con Mirabel y fueron a casita, en sus planes no estaban comenzar una nueva pintura y es por eso que no le había avisado a su abuela.
—Lo siento, estuve en la casa Madrigal —se recostó en su hombro—. Estoy haciendo una nueva pintura.
—¿Otra?
______ asintió, —Sólo que esta vez más pequeña, uso la pintura que sobró del dibujo anterior.
La señora suspiró, —Entonces deberías ir a descansar, debes estar agotada.
—Eso haré, que pases buenas noches má —le dio un beso en la mejilla y subió a su habitación.
Tan pronto se quedó dormida, amaneció.
¿Cómo es que en cinco minutos amanecía?, era todo un misterio. Así lo sentía ella.
Se vistió, bajó a desayunar con su abuela y salió para ir al lugar de su trabajo.
Escuchó cómo los huesos de su espalda tronaron, —Dios, ya estoy anciana.
—Buen día ______ —la recibió Alma con una sonrisa.
—Buen día señora —le devolvió el gesto.
La de canas le dio el paso y ambas caminaron hasta el lugar de la pintura.
—Ayer logré ver tu avance, eres más rápida de lo que imaginé.
—Yo misma estoy sorprendida de mi rapidez.
Rieron las dos ante esto, entraron al lugar y se encontraron con Camilo sentado en el suelo recargado en la pared.
—Oh, hola —se puso de pie—. Buen día.
—Buen día —saludó ______.
Alma dio un vistazo al lugar, —Los dejaré solos, continúen con el trabajo —sonrió y salió de ahí.
—Madrugaste —la castaña miró al chico.
—Te dije que despertaba temprano —se cruzó de brazos.
—Eso es mentira —Dolores asomó su cabeza por la puerta—, le pidió a Toñito que lo despertara.
—Gracias por el dato, hermanita —Camilo sonrió forzosamente en su dirección.
La de falda roja se encogió de hombros y desapareció.
El Madrigal volvió su vista a la castaña, esta intentaba no reír.
—Es mejor empezar —sugirió él.
______ tomó una bocanada de aire y asintió.
Por suerte sólo le faltaban cuatro integrantes, y eran los de vestimenta amarilla de la familia.
—¿Has leído algo nuevo? —cuestionó Camilo al momento de estar subiendo la escalera.
—No, creo que por ahora no quiero leer —subía también.
El chico la miró con extrañeza, —¿No quieres leer?, eso es algo nuevo —ladeo su cabeza—. ¿Por qué no quieres hacerlo?.
—Creo que leer muchas cosas cursis me estaba afectando —acomodó sus pinceles y sostuvo la paleta con una mano.
—¿Afectando? —la miró curioso hasta que llegó algo a su mente—. ¿Es por lo que imaginabas conmigo? —alzó su ceja.
______ apretó los labios.
¡Caracoles hervidos!, ¡¿por qué tuve que decírselo?!, deseaba hacerse bolita y esconderse en una esquina en este momento.
Aclaró su garganta para evitar tartamudear, —Primero pintaré madre —esquivó la pregunta—. A tu madre —corrigió de inmediato.
Camilo sonrió, había logrado poner nerviosa a la chica, —Claro, como prefieras —ensanchó su sonrisa.
______ evitó tener contacto visual con el Madrigal más del necesario, sólo lo tuvo al momento en que revisaba el color de iris y así poder pintar correctamente.
Todo bien hasta que llegó el momento de pintar a Camilo, el chico obviamente volvió a su forma original para esto.
La castaña sintió un cosquilleo al verlo ahí frente a ella, la miraba atento mientras estaba sentado en un escalón y su cabeza recargado en otro.
¿Por qué tiene que verse tan lindo?, ¡te odio!.
—¿Por qué me miras así? —Camilo pestañeo.
Volvió en sí, —¿Eh?, no te estoy mirando de ninguna forma.
—Claro que si, me das esa mirada de... —sonrió—. ¿Volviste a imaginar algo romántico? —alzó su cabeza.
Las mejillas de la chica tomaron un color rojo, —¡Por supuesto que no!.
Camilo ensanchó su sonrisa, —¿Ahora que hice?, ¿me acerqué a ti y te dije lo linda que te ves?, o tal vez te...
—Estaba viendo tu rostro para hacerme una idea de tu nuevo dibujo —interrumpió—, eso es todo —desvió la mirada.
El de rizos suspiró con decepción, —Oh, si. Claro que es eso —volvió a recostarse.
______ volvió a concentrarse en la pared, cerró sus ojos por el nerviosismo que sentía.
Tomó una gran inhalación, logrando encontrar tranquilidad por ahora.
Su mano estaba un poco temblorosa pero eso no le impidió seguir con su trabajo, los minutos transcurrieron y casi finalizaba con la pintura.
—Tus ojos... —volteó a verlo.
Camilo se levantó cuidadosamente quedando muy cerca de ella, —Observa muy bien —dio una sonrisa ladina.
—Lo estoy haciendo.
—Si quieres, puedes acercarte. No hay problema —disminuyó el espacio con la chica.
—Me dices que me acerque pero eres tú quien lo hace —elevó su ceja.
Camilo dio una sonrisa burlona, —Es para que puedas pintar bien, tu trabajo es muy importante —asintió lentamente.
______ alzó la paleta con los colores para intentar encontrar el color adecuado, pasó su mirada de el chico a la paleta.
El de ruana amarilla pestañeo rápidamente por varios segundos mientras sonreía inocente.
—Deja de hacer eso —ella lo miró seriamente.
—Es para que no te sumergas en mis ojos.
Bajó rápidamente la paleta mientras chasqueaba la lengua y desviaba la mirada, —Que tonto —murmuró entre dientes—. Los pintaré verdes —alzó la voz.
—Son verdes combinado con café, ¡observa! —acercó su rostro.
______ se sobresaltó haciendo que un mechón de cabello cayera sobre su rostro, —Si, puedo notarlo sin necesidad de tener esta distancia.
Alzó su mano donde sostenía el pincel para quitar el mechón, al hacerlo se hizo una línea de pintura amarilla sobre su mejilla.
—Mejor prevenir que lamentar, ¿no? —Camilo arrugó la nariz y se separó.
La castaña sintió como pudo volver a respirar con libertad de nuevo.
Después de terminar la pintura ambos bajaron de la escalera, ______ se alejó dando pasos hacia atrás para observar su pintura.
Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro, realmente su trabajo le había agradado y mucho más sabiendo que fue una pintura de dos días.
—Wow —exclamó Camilo—. Eres demasiado talentosa, yo nunca...
—¿Nunca podrías hacer algo así? —lo miró sonriente—. Es la segunda vez que me lo dirías.
Camilo soltó una risa, —Esa vez no fui yo, fue Mirabel.
—Oh, si claro, Mirabel —rodó los ojos divertida.
—Ahora que lo recuerdo —alzó el mentón—. Tengo una duda.
—¿Sobre qué?.
—Tú me dijiste que el primer día cuando comenzaste tu pintura sabías que yo era Dolores, ¿cierto? —entrecerró los ojos.
______ asintió.
—Ese día, tú... —Camilo sonrió—. Me besaste.
La expresión de la chica se puso seria, sintió como su cuerpo tembló.
—Me diste un beso sabiendo que era yo —lanzó un suspiro—. Que oportunista —bromeó.
—Yo... —apretó su falda con sus manos.
¿Por qué tuvo que haber hecho eso?, realmente esa acción no tenía excusa.
______ sabía/presentía que la persona que estaba ahí ese día en el pasillo frente a ella no era Dolores, si no, su hermano. Y el beso había sido algo que ella ni siquiera había pensado, sólo había sucedido.
—Era para que pensaras que tu actuación de Dolores es creíble —excusó.
Aunque eso ni siquiera se lo creía ella.
—Oh, ya veo —asintió lentamente, fingiendo creerle—. Cada vez que me convierta en Dolores deberías besarme, será algo motivador y no me hará sentir triste sabiendo que aún no la puedo imitar —dio una sonrisa abierta.
¿Cómo puede ser tan molesto?.
—Debo irme —intentó pasar por su lado.
—¡Espera! —la tomó del brazo.
Sin decir nada la acercó a la mesa, tomó un poco de papel y lo humedeció con un poco de agua que había en una jarra.
—Te manchaste —alzó su mano y la limpió con delicadeza—. Aunque no te veías mal, el color amarillo te queda lindo.
______ lo miró, observó como Camilo miraba concentrado su mejilla. Una mano la tomaba del mentón mientras con la otra limpiaba la pintura.
—Listo —sonrió.
Él es demasiado lindo.
—Gracias —murmuró distraída, estaba demasiado inmersa en el rostro de chico.
Camilo dio una sonrisa abierta.
Incluso la pequeña separación que tenía en los dientes frontales superiores lo hacía ver adorable.
—Ahora sí, te dejo ir —se alejó.
______ bajó la mirada intentando alejar sus pensamientos sobre Camilo. Asintió lentamente y salió del lugar sin decir algo más.
Su corazón latía con fuerza.
Camilo Madrigal realmente le provocaba muchos sentimientos, algo que lastimosamente no sentía él con ella.
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Holiii, buenas noches uwu
Acabo de ver Encanto por no se cuanta vez y recordé que hoy iba a subir este capítulo, y no lo recordaba JAJAJAJA
Espero que lo disfruten, ¡no se olviden de votar y comentar! 💗
Muchas gracias por todo el apoyo que le han dado a esta historia, realmente lo aprecio demasiado ㅠㅠ
¡Hasta el próximo capítulo!🧚♀️
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