—¿Escuela? Estas bromeando ¿verdad?
Su cara me decía que no pero tal vez si contaba el chiste del pollito que cruzo la calle se reiría.
—No sé cuánto tiempo nos tendremos que quedar en el pueblo, así que lo mejor será que asistas a la escuela con Allison. No quiero que pierdas el año.
—Pe...pero ¿y mis amigos? ¡Tengo una vida sabes!
Mentira no tenía amigos, pero no iba a dar mi brazo a torcer.
—Encontraras nuevos amigos Maxine—bramo fastidiado.
Y lo dice como si fuese tan fácil.
—Y a todo esto ¿Por qué tenemos que quedarnos? Ya cumplimos con asistir y dar nuestras condolencias. No podemos hacer milagros por su pérdida.
Podía sonar cruel, pero era verdad, no era ningún ser divino para eliminar la tristeza. Y no creo que dos extraños viviendo en su casa hicieran mucho.
—Chris me propuso algunos negocios, acepté. Y no sé cuánto tiempo llevara terminarlos—me lanzo la mochila que tenía en la mano y a duras penas logre atraparla—Ahí está todo para tu primer día. Victoria me hizo el favor de inscribirte y te puso en las clases junto a Allison para que no estés tan sola. Comienzas mañana.
Podía sentir como mi cara se volvía carmesí y apreté mis puños alrededor de la mochila que aún tenía en mis manos.
—Cariño no te lo pediría si no fuese importante—se acercó y me tomo la mano—Por favor trata de cooperar, te vendrá bien aire nuevo.
—Pudiste habérmelo consultado antes de aceptar, somos un equipo—pude ver arrepentimiento en sus ojos, una pizca.
—Lo sé, lo lamento—ambos guardamos silencio—¿Me perdonas?
Di un largo suspiro. Sabía que eran más mentiras, lo conocía como la palma de mi mano, era mi padre, a fin de cuentas. Así que me convencí a mí misma de que no era nada y asentí.
—Si me llevas por helado, lo considerare.
—Lo prometo—me abrazo y envolví mis brazos alrededor de su cintura, podía jurar que no quería soltarme pues sentía como su agarre se hizo un poco más fuerte. El beso mi cabeza y se separó de mi—Bien, ahora duerme.
Salió de mi habitación y me tire a la cama, me sentía abrumada por toda esta situación, y ni hablar de la ansiedad que me provocaba saber que mañana tendría que asistir a una escuela en donde no conozco a absolutamente nadie. No supe cuando me quede dormida pero cuando desperté escuche pisadas afuera así que me puse de pie y abrí la puerta encontrándome con Allison intentando salir a hurtadillas.
—Eh yo...—ella me miraba aterrada como si en algún momento fuese a llamar a gritos a su madre avisando lo que hacía.
—Por favor no digas nada—suplico.
—No soy ninguna soplona—no pude evitar quejarme claramente ofendida—Así que no te preocupes, no diré nada.
Eso pareció quitarse un peso de encima porque me regalo una de sus lindas sonrisas.
—Gracias Maxine.
—Claro, si necesitas que te cubra solo dime.
Ella asintió y la vi alejarse, cerré la puerta y decidí volver a dormir. No quería ver algo más que no debería.
[...]
El silencio en el auto era hostigante, no sabía cómo romperlo así que me dediqué a ver por la ventana hasta que Allison hablo.
—Gracias por no decirle a mis padres sobre mi fuga de anoche—me giré a verla y le sonreí.
—No hay de que, si necesitas otro favor alguna vez solo debes pedirlo.
—Veía a mi novio—me aclaro ante el nuevo silencio que se estaba formando—No bebo o me drogo, solo fuimos a dar un paso nocturno.
—Eso es...lindo—me aclare la garganta sin saber que decir—¿A tus padres no les agrada tu novio?
—No, para nada. Pero es un buen chico y no pienso alejarme de él—declaro con firmeza.
—Se nota que estas muy enamorada de el—ella se ruborizo.
—Si, Scott es el primer chico del que me enamoro verdaderamente.
—Que dulce, debe de ser muy lindo contigo para que te tenga suspirando de esa forma.
Ella se estacionó y bajamos del auto.
—Si, Scott es especial—una sonrisa boba surco sus labios.
Iba a comenzar a caminar lejos para darle su espacio, pero me detuvo y tomó mi brazo envolviéndolo con el suyo.
—Ven conmigo, te presentaré a mis amigos.
—¿Estas segura? No quiero que sientas que es una clase de obligación y...
—Me agradas y creo que seremos grandes amigas, no te resistas o creeré que la que no te agrada soy yo.
Asentí y la seguí sin chistar, antes de llegar a la entrada una linda pelirroja llego a nuestro lado y saludo a Allison.
—¿Y quién eres tú? —sonrió tocando mi cabello.
—Soy Maxine Bellucci, hola.
—Soy Lydia. Lydia Martín y estoy encantada de conocerte. Debo decirte que me encantan tus zapatos, aunque no son mi estilo—señalo y no pude evitar ver mis pies.
—Gracias—sonreí orgullosa.
—Y ¿Qué te trae por aquí Maxine?
Tantas preguntas me estaban mareando y antes de que pudiese responder, Allison se me adelanto.
—Maxine es hija de un viejo amigo de papá, vino por el funeral de Kate y se quedara un tiempo con nosotros.
Asentí y ella me sonrió. Comenzaron a hablar de algo sobre lo que no tenía idea así que decidí escuchar y cerrar la boca.
—¿De verdad no recuerdas nada? —pregunto la castaña curiosa.
—Lo llaman estado de fuga. Por no decir "No tenemos idea del porque no recuerdas haber corrido desnuda durante dos días"
Espera ¿qué?
—La verdad no me importa—se giró hacia nosotras con una sonrisa en su rostro—Baje cuatro kilos.
—¿Estas lista para esto? —pregunto Allison tratando de brindarle su apoyo.
—Por favor. No es como que mi tía fuera una asesina en serie—se encogió de hombros.
Espera ¿qué? X2.
No dije nada, pero por la cara de Allison y el hecho de que me mirará de reojo me dio a entender que lo que la linda pelirroja dijo le dolió. Así que tomé su mano y di un apretón amistoso junto a mi mejor sonrisa, ella me sonrió de regreso y seguimos a la pelirroja. No sabía que la muerta, su tía, fuese una asesina, pero no la iba a juzgar. Cada uno tenía sus problemas familiares. Si es que a eso podía llamársele problemas familiares, anote mentalmente investigar sobre ellos después.
Al entrar por la puerta todo el mundo paró de hacer lo que sea que estaban haciendo y nos miraron, si en este momento fuese un perro sería un chihuahua, Allison un dálmata y en definitiva Lydia sería un gran danés, imponente y sin dejar de intimidar.
Aunque claro en este momento su cara me demostraba que se encontraba aterrada así que me acerqué un poco a ella.
—Tal vez sea por los cuatro kilos—ella me sonrió y se arregló el cabello para empezar a abrirse paso entre las personas sin perder una pizca de estilo y seguridad.
—Gracias Maxine—susurro Allison a mi lado y tomo de nuevo mi brazo para empezar a avanzar.
[...]
Iba bajando las escaleras cuando vi a mi padre, Chris y al anciano tétrico abrir la puerta del despacho y salir junto a quien parecía un oficial de policía. Retrocedí algunos pasos ocultándome en el punto fijo de las escaleras y pude ver como Allison chocaba con el oficial.
—Allison—llamo su padre.
—Pasa, queremos hablar contigo—hablo Gerald.
Escuche como intento excusarse con Lydia, pero lo que el señor Argent dijo me desconcertó.
—Justo de ella queremos hablarte. Ven.
Pude ver en su cara que eso la altero, pero empezó a caminar hacia al despacho al mismo tiempo en que mi padre salía y se dirigía a las escaleras. Rápidamente salí de las sombras fingiendo que ya me dirigía hacia abajo topándome con él.
—Cariño ¿Qué pasa?
—Nada, iba por un vaso de agua y vi pasar a un oficial. ¿Sucede algo? —fingí desinterés.
Espere que me dijera la verdad, que dejara de mentirme como lo ha hecho desde que llegamos, pero de nuevo no lo hizo y eso me decepciono ligeramente.
—No sucede nada. El oficial vino en representación al Sheriff, ya sabes negociación para una venta de municiones—hizo un gesto desdeñoso restándole importancia—Voy a descansar, podemos ir por ese helado mañana.
—Claro papá, te amo—beso mi cabeza y lo vi alejarse.
[...]
Me sentía terrible al saber que estaba espiando a mi única primera amiga, pero Allison sabia más de lo que parecía y si mi padre no pensaba decírmelo yo lo iba a descubrir.
Había estado mintiéndome desde que llegamos, tomando decisiones sin consultarme, saliendo a hurtadillas junto a Chris y ocultando información, como el hecho de que la tía de Allison por quien vinimos a su funeral es una psicópata pirómana que asesino a toda una familia. Si, había hecho mi investigación y no. No estaba dispuesta a seguir siendo la única idiota que no sabía que pasaba.
No podía escuchar demasiado, pero sabía que hablaba con alguien más sobre su conversación con su padre y abuelo de hace un momento. Sobre Lydia.
—Y sobre como la mordió Peter. Y luego le dieron órdenes a un hombre.
¿Peter? ¿Mordida? ¿Qué diablos pasaba en este lugar? Volví a pegar el oído a la puerta y la escuché hablar sobre el tipo que iba vestido de oficial y una caja con un símbolo extraño. La escuche colgar la llamada y me aleje rápidamente entrando a mi habitación. Sentía mi corazón latir desbocado, oí su puerta ser abierta y la vi salir por la pequeña rendija de mía, con un arco y flechas en la mano.
No sabía que era lo que sucedía exactamente en este lugar, pero iba a descubrirlo.
[...]
En alguna parte de la vieja casa Hale.
—No voy a hacerle eso a mi hija—gruño molesto Thomas.
—Es lo que hacemos en esta familia Thomas, es lo que somos—grito Gerard—Es lo que tu querida hija será.
Thomas se puse de pie dispuesto a lanzarse sobre el hombre frente a él, pero siendo detenido por Chris. El joven Argent sabía que si no se interpondría alguien dentro de esa habitación moriría.
—Mi hija no sabe nada de este mundo y tu no serás quien la meta en el—apunto con su dedo, tenía el ceño fruncido y la mandíbula tensa.
—¿Por qué sigues ocultándole la verdad? Solo la harás débil—bramo el canoso—Acepta lo que eres, acepta lo que ella será. Una cazadora.
—Te equivocas Gerard. La estoy protegiendo.
—Ocultándole la verdad, criándola a oscuras sin dejarle saber a lo que se enfrenta—la tensión era palpable en la habitación y las siguientes palabras llenas de veneno serian el detonante—Justo como lo hiciste con Lorena, tu esposa y la madre de...
Antes de que la ponzoñosa boca de Gerard terminara la oración el puño de Thomas se impactó contra su boca precipitadamente sin darle tiempo de reaccionar a ninguno de los dos Argent. El italiano era ágil y rápido.
—¡Basta! —grito Chris apartando a empujones al cazador que consideraba su sangre, de su padre antes de que vuelva a tirársele encima—¡Fue suficiente Gerard!
—No vuelvas a decir su nombre nunca más o voy a olvidarme de quién eres—advirtió el italiano furioso y con voz amenazante—No estoy aquí por ti. Estoy aquí porque Chris me lo pidió y si no fuese por el no estaría aquí exponiéndome, exponiendo a mi hija y mucho menos viéndote la cara.
» Que Chris haya aceptado que Allison realice la prueba no significa que yo igual lo haga. Así que te lo diré una última vez Gerard, mantente alejado de mi hija. Si me llego a enterar que le has hablado de esto voy a joderte.
—Solo recuerda Thomas. Nuestros hijos son entrenados para ser soldados y nuestras hijas, para ser lideres.
Thomas tomo su arma y camino dispuesto a irse siendo detenido unos instantes por las viejas palabras que volvía a escuchar después de muchos años. Salió de ahí sin atreverse a darle la cara a ninguno de los dos Argent; al más viejo porque tenía ganas de romperle la cara y atravesarle una bala en el pecho, y al más joven porque lo consideraba su familia y no quería decepcionarle.
Holap, aquí les traigo el capitulo 2.
¿Qué opinan de Maxine?
¿Qué opinan de Thomas?
¿Odian a Gerard tanto como yo?
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