"¿Por qué pensé que las cosas irían bien?"
Monty no dejaba de repetirse a sí mismo frases similares una y otra vez, se sentía realmente frustrado y devastado con lo que había pasado horas antes. Todo estaba saliendo de maravilla, debió darse cuenta de que era demasiado bueno para ser verdad.
Cuando abandonó la guardería fue directo a encerrarse en su habitación para desahogarse con su agresividad usual. Normalmente se cegaba tanto por sus emociones que la única forma en la que podía apaciguar su mente era haciendo daño a objetos materiales. Toda la gente que estaba en aquella zona salió de allí, desconcertada al escuchar el desastre el cual parecía aumentar por los estruendos cada vez más violentos y salvajes. Más tarde enviaron a uno de los guardias a ordenarle que parara porque ahuyentaba a los clientes, eso era lo último que necesitaba para sentirse mejor, pero tenía que obedecer si no quería recibir una descarga eléctrica.
Ahora el local estaba cerrado, y extrañamente nadie se había aparecido por allí. Mejor para él, quería estar solo. Estaba sentado frente a su estatua ubicada frente a su habitación, cabizbajo, con su bajo a un lado y gruñendo muy ligeramente mientras se perdía en sus pensamientos.
"¿Por qué no le agrado a nadie?"
—¡Aquí estás! Te he estado buscando por todas partes —Monty escuchó una voz que rompió la paz del ambiente, era Freddy. Como el cocodrilo no respondió ante sus palabras optó por pararse frente a él para ver si reaccionaba—. ¿Estás bien?
—Déjame en paz —espetó sin mirar al más alto, este hizo una ligera mueca dispuesto a insistir otra vez.
—Vamos, Monty... No puedes ignorar el tema por siempre —Se acercó mucho más, el mencionado seguía sin prestarle atención—. Chica me contó lo que pasó...
—¿Entonces por qué mierda preguntas si estoy bien? Ya deberías saber la respuesta —gruñó. Freddy se sentó junto al reptil, este insistía en no tener una reacción en concreto más que gruñidos y pequeños ruidos que expresaban su molestia.
—Creí que estarías más tranquilo después de algunas horas de haberlo procesado, por eso la pregunta —sonrió con nervios por el evidente fastidio del otro—. No es bueno que te guardes las cosas para ti solo, ¡somos amigos y yo quiero ayudarte! Creeme, entiendo por lo que estás pasando...
Esa fue la gota que derramó el vaso.
Freddy obtuvo la reacción que tanto insistía en conseguir, pero no fue para nada pacífica. Podía ver a la perfección la ira y ofensa en los ojos robóticos del cocodrilo, su mirada era tan intensa que lo asustaba.
—¡NO ENTIENDES UN CARAJO, FAZBEAR! —Su carácter explosivo volvió a salir a flote y las orejas metálicas de Freddy bajaron de golpe por la impresión. Monty se levantó de lo exaltado que estaba y prosiguió—¡¿CÓMO ALGUIEN COMO TÚ PODRÍA TENER IDEA DE CÓMO SE SIENTE SER YO?!
El oso también se levantó casi de forma instintiva, estaba inquieto, Monty lo ponía inquieto cuando comenzaba a gritar. Quería hablar y detenerlo, pero no sabía exactamente qué decirle.
—¡NO QUIERO ESCUCHAR ESA MIERDA SALIENDO DE TU BOCA OTRA VEZ, ¿OISTE?! NO TIENES EL DERECHO DE DECIR ALGO ASÍ —El reptil caminaba de forma amenazante hacia su líder, sus puños se mantenían apretados con furia y el contrario retrocedía—. "Entiendo por lo que estás pasando", ¡claro que no lo haces! —levantó sus brazos—. Eres el gran protagonista de este circo, todos vienen aquí a verte a ti, ¿y dónde quedamos los demás? ¡somos solo unos segundones!
—M-Monty, eso no es verdad-
—¡CLARO QUE LO ES! —interrumpió con agresividad, Freddy se hizo más pequeño al escuchar que sus gritos siguieron. Quiso retroceder más, pero su espalda tocó la pared muy pronto—. Deja de fingir, sabes muy bien que nadie importa más que tú. ¿O ya se te olvidó quién eres? ¿lo que representas? ¡Eres Freddy Fazbear, la cara de este establecimiento! ¡LA CARA DE ESTA MALDITA COMPAÑÍA!
Aún si estaba enojado con Freddy no tenía ninguna intención de hacerle daño, sin embargo, este creía lo contrario. Monty comenzó a ser un poco más consciente del ataque de ira que había tomado control de su cuerpo y se relajó un poco. Su mirada volvió a posarse sobre la de Freddy y lo que vio realmente no le gustó.
Lo tenía acorralado a una pared, era increíble que aún siendo más grande parecía... Tenerle miedo.
Lo que más temía en el mundo era tratar de hacerle daño a alguno de sus amigos, sobretodo a Freddy. Y verlo con aquel gesto mientras le gritaba lo peor sólo porque trataba de ayudarlo lo hacía ver como alguien horrible.
Se apartó y negó varias veces con la cabeza, su furia se convirtió en arrepentimiento y luego en tristeza. Retrocedió con lentitud para que el oso fuera libre nuevamente, estaba arrepentido.
—... L-Lo siento —musitó, con una voz más serena pero quebradiza—. Perdón, perdón, perdón, no quería... No quería gritarte, ¡lo siento!
—Monty, está bien, fue culpa mía.
—¡No fue tu culpa, imbécil, sólo tratabas de hacerme sentir mejor! —Monty lo tomó de los hombros con algo de brusquedad al inicio, eventualmente su agarre fue haciéndose mucho menos tenso hasta que lo soltó—. Yo... Tuve un día horrible y me desquité contigo... Siempre me desquito con ustedes y no me he disculpado ni una sola vez —miró sus propias manos por un momento, estaban temblando—. Quizás esta es la razón por la que a nadie le agrado, soy... Soy lo peor, soy un monstruo, soy...
—¡Oye, oye! —Freddy tomó sus manos con rapidez, esto provocó que el de menor estatura lo mirara y se ruborizara un poco—. No digas eso, ¿de acuerdo? ¡no lo eres!
—N-No trates de consolarme con eso, ni tú te la crees...
—¿Qué ganaría con mentirte? —insistió, tomando mejor las manos del reptil. El tacto no le molestaba, pero era ciertamente vergonzoso—. Bien, seré honesto... Pienso que actuaste de forma impulsiva antes, es normal que los niños pregunten por Bonnie, digo... Se fue de un día para otro sin avisar, ¿esperabas que nadie preguntara por él?
—... Creí que era suficiente con tenerme a mí —desvió la mirada, el mayor suspiró.
—Lo sé, pero debes comprender que las cosas no cambian así como así —ladeó su cabeza—. Muchos aman a Bonnie y lo extrañan... Pero eso no quiere decir que tú no importes. No es que los niños te odien, simplemente no están del todo acostumbrados a ti —sonrió, luego buscó la mirada del contrario—. Si te conocieran mejor te amarían.
—¿Por qué estás tan seguro? —Su vista volvió a posarse en el rostro del oso, lo estaba mirando tan dulcemente que sentía que iba a derretirse ahí mismo.
—Porque eres tan genial como el resto, ¡y te quiero! —Freddy exclamó alegremente, bastante convencido de sus propias palabras—. Eres una parte importante de nuestra familia, así que no vuelvas a decir jamás que eres un monstruo... ¿De acuerdo?
Monty estaba evidentemente conmovido por las palabras del más alto, ¿y cómo no lo estaría? Se sentía culpable por haberle gritado con anterioridad cuando se preocupaba así por su persona, era imperdonable levantarle la voz o llevarle la contraria como él hizo en un principio.
—Sí... —Después de un largo tiempo le dio su respuesta a Freddy, quien sonrió con satisfacción al escucharla—. De acuerdo, no voy a hacerlo otra vez.
El oso animatrónico fue privado de decir o hacer algo más tras aquella oración, cuando miró mejor hacia abajo se percató del nulo espacio que quedaba entre ambos. Monty decidió abrazarlo con fuerza ya que era lo menos que podía hacer después de toda la mierda que le había dicho antes, lo bueno del asunto fue que Freddy correspondió a sus muestras de afecto y lo envolvió con sus brazos. Adoraba el hecho de que su traje, aunque estuviera hecho parcialmente de metal, era también suave y felpudo.
Podría pasar el resto de su vida sin separarse de él, para el oso quizás aquello no significaba la gran cosa, pero para Monty tener ese tipo de contacto con él significaba escalar alto en su relación. Era un momento que no quería que terminara, y se iba a enojar muchísimo si alguien llegaba a joderlo.
—Se supone que mi sistema debe estar como nuevo con esa actualización, así que voy a volver al trabajo pronto.
Una voz a la lejanía seguida de algunos pasos irrumpió el momento que tenían. Freddy apartó a Monty de su cuerpo con sutileza, ese tono le sonaba... Bastante familiar.
—¡Yargh, fenomenal! Los pequeños no dejaban de preguntarme por ti, era lindo... Pero irritante.
Cierto zorro también hizo aparición en la conversación que se escuchaba cada vez más cerca de ellos, al igual que la alegre risa de Chica.
Monty pudo notar que pronto tres animatrónicos llegaron a Rockstar Row, específicamente uno que seguía sin querer ver. Hizo una mueca y apretó un poco su dentadura hasta que se atrevió a decir algo: —Lo que faltaba, es...
—¡Bonnie!
Ah, sí. Cada vez que algo bueno le estaba por ocurrir llegaba él a arruinar su momento. ¿Qué estaba haciendo ahí en primer lugar? ¿quién fue el bastardo que le permitió salir de Partes y Servicios?
El tacto de Freddy se sintió cada vez más lejano hasta el punto en el que ni siquiera su persona estaba poniéndole atención. Emocionado y aliviado corrió hasta donde sus amigos con una sonrisa, específicamente dirigiéndose al conejo.
—¡Freddy! Te estaba buscand-
Bonnie fue el primero en dirigirle la palabra, este no pudo terminar su oración porque cuando estaba hablando Freddy lo interrumpió con un gran y cálido abrazo. Foxy y Chica se miraron al mismo tiempo y sonrieron, era cuestión de tiempo para que aquello pasara.
—Estás bien... ¡Estaba tan preocupado! —Se separó finalmente, su sonrisa de alegría era una de las cosas más adorables en el mundo—. ¿Qué pasó? ¿cómo te sientes?
—Está viejo, eso fue lo que pasó —Como era costumbre, Foxy se metió a la conversación de ambos con el fin de molestar al conejo. Le dio un codazo mientras reía con burla, sin embargo, Bonnie se lo regresó con más fuerza. Esto provocó que el pirata soltara un pequeño quejido de dolor.
—Nada grave, creo que mi sistema estaba saturado —Le respondió finalmente al oso al mismo tiempo que lo miraba con una sonrisa relajada—. Pero me siento de maravilla.
—¿Estás seguro? Te ves algo... Mareado —Chica ladeó su cabeza, su mirada pasó desde sus pies a su cabeza—. ¿Estás bien?
—... Bueno, ahora que lo mencionas... —Bonnie tomó su estómago con ambas manos y puso cara de enfermo, cosa que alarmó al más alto. Aquello se convirtió en confusión cuando el conejo empezó a desabotonar la camisa que siempre usaba—. Creo que... V-Voy a vomitar...
—¿Pero por qué te quitas la ropa? ¿te pones caliente cuando vas a vomitar o...?
—Foxy, no-
—B-Bonnie, ¿estás bien? ¿quieres que llame a alguien para que te revise?-
—N-No, Freddy, ya es tarde —bajó sus orejas, entrecerrando sus ojos y comenzando a temblar—. F-Fue un placer estar en la banda, ahora yo voy... ¡voY A MORIIIIR!
Bonnie abrió dramática y sorpresivamente la compuerta que tenía en su abdomen, dejando ver lo que tenía en su interior. Freddy se habría horrorizado de no ser porque lo único que pudo visualizar era a cierto castaño asomándose con la intensión de asustarlo.
Los cuatro comenzaron a reírse de la expresión en el rostro del oso, más Gregory, jamás iba a arrepentirse de haberlo hecho.
—¡N-No vuelvan a hacer eso, creí que algo malo realmente pasaba! —bajó por un momento sus orejas, sus amigos seguían con las risas ya que fueron cómplices de aquella broma. Al final Freddy optó por seguir el juego y reír también—. Los odio...
—¿Sí? Yo creí que te gustaban mis bromas~ —carcajeó un poco el conejo, sacando a Gregory de su compuerta y finalmente cargándolo en sus brazos. Foxy puso su garfio en la cara del animatrónico con el fin de interrumpir su habla.
—¡Esa ni siquiera fue idea tuya! El joven marinero y yo merecemos todo el crédito, ¿no es así? —sonrió con orgullo y miró al niño, quien asintió con una gran sonrisa pintada en su rostro.
—Encontramos a Gregory en Partes y Servicios, fue el primero en ver si Bonnie estaba bien —Chica tomó la palabra, esta vez el menor se bajó de los brazos del conejo robot y fue con Freddy, quien despeinó su cabello con suavidad.
—¿Te aseguraste de que no hubiera nadie que pudiera verte?
—Claro, ¡fue pan comido! Estuve escondido en el estómago de Bonnie casi todo el tiempo hasta ahora.
La plática entre los cinco parecía tan alegre, Monty los observaba y escuchaba a la lejanía. Volvía a sentir que era excluido del grupo, las palabras de Freddy le habían servido para una mierda, ahora no parecían significar nada... Cada vez podía confirmar lo poco importante que era para los demás.
Tomó su bajo con una de sus manos y suspiró, probablemente volvería a su cuarto a recargar batería y a escuchar música a todo volumen. Así nadie escucharía sus destrozos.
—En fin, ¡adivinen qué! Estaba hurgando el teatro porque estaba buscando un trapo para lustrar mi garfio y encontré una caja llena de películas —Foxy acomodó su sombrero pirata—. ¿Qué tal si vamos a verlas? Estaremos en mantenimiento los próximos dos días, deberíamos aprovechar.
—Suena bien, no creo que vayan a molestarnos —Bonnie asintió, mientras que las pupilas de Chica se formaban estrellas.
—¡Llevemos bocadillos entonces! Voy a decirle a Roxy, seguro que también querrá ir.
—¡Buena idea! —Freddy sonrió ampliamente—, yo voy a decirle a Mont-...
"... Monty"
Freddy recordó un pequeño detalle en ese mismo instante: Había dejado a Monty lidiando solo con sus problemas emocionales. Se maldijo a sí mismo, lo que menos quería era que pensara que todas sus palabras fueron en vano, probablemente ya era tarde pero tenía la pequeña esperanza de que quizás... No se lo haya tomado tan mal.
Giró su cuerpo y lo miró a sus espaldas, el lagarto estaba caminando con lentitud a su habitación, se le notaba mal.
—¡Hey, Monty! —Chica también notó al reptil a la lejanía, así que le llamó, haciendo que este se detuviera—. ¿Quieres ver una película? ¡será divertido!
—... No, gracias —respondió—. Vayan ustedes, tengo... Cosas que hacer.
Los presentes no dijeron nada al respecto, asintieron y respetaron la decisión de Monty de no acompañarlos. Bonnie les pidió a sus amigos que se adelantaran ya que necesitaba recargar batería. Si bien estaba apenas gastado un cincuenta por ciento, no quería que se le acabara en medio de la función.
El grupo le hizo caso y comenzaron a caminar hasta que no había rastro de ellos en la locación, dejando solos al reptil y al conejo. Bonnie no le hizo mucho caso realmente, estaba metido en su mundo y lo único que quería era recargarse un poco, así que con toda la serenidad del mundo tomó rumbo hacia su habitación, pasando junto a Monty en el proceso.
—¿Le dieron permiso de salir así como si nada? Bastardos inconscientes...
Bonnie detuvo su caminar al escuchar las palabras del reptil. Fue un susurro, uno que pudo escuchar a la perfección. Una vez que acabó lo miró con una ceja levantada.
—¿Disculpa?
—¿Qué? Estabas averiado, ¿no? Se supone que no es seguro que animatrónicos con fallas anden por ahí como si nada.
—Lo mío fue un problema pequeño, por eso estoy aquí. Lo dices como si te molestara que esté bien.
—Me importa una mierda si estás bien, estaba pensando en la seguridad del niño.
Bonnie gruñó por lo bajo, Monty comenzaba a sacarlo de quicio.
—Jamás le haría daño a Gregory, ninguno de nosotros lo haría. Te vendría bien dejar de insinuar cosas, Montgomery —respondió con cierta tranquilidad aunque pareciera lo contrario, luego suspiró profundamente y trató de ser amigable con él—. En fin... Me dijeron que me reemplazaste por hoy, ¿qué tal estuvo todo?
—No tengo por qué darte explicaciones de nada —Su primera reacción fue responder de forma grosera, sin embargo, luego se lo pensó mejor y volvió a abrir la boca—. Aunque, si insistes... Me fue más genial de lo que puedas imaginar —sonrió de forma victoriosa, acercándose de a poco al contrario—. No es por presumir, pero es la primera vez en la que veo a la gente realmente emocionada. Se nota que saben cuando una presentación es mediocre y cuando no lo es.
—¿Ah, sí? —Bonnie se cruzó de brazos, eso de ser amable le duraría muy poco. Monty sonrió más al ver que su comentario le molestó un poco.
—Ya lo escuchaste, conejo.
—Y si eres tan buen suplente, ¿entonces qué hacía Freddy cubriendo tu puesto?
Monty no dijo nada, no pensó que se enteraría de su pequeño incidente en la guardería hasta tiempo después. Ahora se sentía estúpido.
—Roxanne no es muy buena guardando secretos... Aunque bueno, eso no era del todo un secreto, ¿verdad? Todos vieron lo que pasó —sonrió con ligera malicia, acercándose al reptil robot—. Es de principiantes dejar que comentarios así te afecten, ¿sabes? Simplemente no eres el favorito de algunos cientos de niños, no es para tanto.
—No te atrevas a decir qué es de principiantes y qué no —respondió agresivamente, acercándose también para intimidarlo—. Tú no sabes nada, Bonnie.
—¿Ah no? ¿en serio? —hizo puños sus manos, mirando fijamente al reptil. Este mostró sus dientes con enojo.
—Oh, ¡claro que hablo en serio! Soy capaz de suplirte y entretener a la gente así como lo haces tú, ¡incluso mejor! —Ambos estaban alzando mucho la voz hasta ese punto, más Monty, estaba molesto.
—¿Pero de qué sirve ser mejor si al final todos te temen?
El robot de mayor tamaño se quedó en silencio, trataba de responder a su pregunta pero las palabras no salían de su boca.
—Responde esto con realismo, Montgomery —La seriedad del rostro de Bonnie se desvaneció, formando en su lugar una sonrisa poco amigable—. ¿A quién crees que prefieran los niños? ¿al lindo y genial conejito que juega bolos y vende helado... O al temible cocodrilo con problemas de ira?
El cocodrilo estaba harto de todo, de esa sonrisa burlona, de el tono que usaba para hablarle, de su mera existencia en el Pizzaplex. Ya ni siquiera iba a meditar sus acciones, estaba enojado, la ira corrió por sus circuitos tan rápido que su impulsividad volvía a activarse. Monty lo miró con odio y rabia.
—¡CIERRA LA MALDITA BOCA, PRESUMIDO DE MIERDA! —Tomo su bajo que estaba en el suelo e inmediatamente lo alzó con toda la intención de pegarle con este en la cabeza. Bonnie se quedó inmóvil, casi bostezando de forma descarada.
No le tenía miedo.
—¡Bonnie!
Ambos miraron en dirección a la voz, Foxy estaba parado con seriedad mientras sostenía con cuidado las piernas de Gregory, este estaba sentado sobre sus hombros y en su cabeza llevaba el sombrero pirata del zorro animatrónico. El castaño insistió en regresar a ver a Bonnie, había escuchado sus gritos y no quería que nada malo les pasara por estar peleando.
—¿Vas a venir o vas a seguir gritándole a Monty? —Levantó una ceja, el Monty bajó su instrumento y tomó una posición más serena, Bonnie simplemente rio como si nada grave hubiera pasado—. Anda, hay un centro de recarga allá, ven.
—¡Ya voy! —respondió lo suficientemente alto como para que el otro lo escuchara, luego miró al reptil por el rabillo del ojo sin quitar su sonrisa—. Te lo dejo de tarea, ¿de acuerdo? Nos vemos~
No pudo decirle nada más, Bonnie avanzó con rapidez hacia el niño y el zorro y lo dejó con las palabras en la boca. Su cuerpo entero temblaba por la rabia que he acumuló durante toda la desastrosa conversación que tuvieron, y ahora que estaba solo nadie podría decirle qué hacer y qué no.
Necesitaba descargarse, necesitaba desestresarse, necesitaba romper algo o si no no iba a estar tranquilo.
Miró el instrumento musical en su mano y dejó que lo demás saliera natural. Lo golpeó fuertemente contra el piso, una y otra y otra vez hasta que este quedó hecho pedazos. Inhalaba y exhalaba con muchísima agitación hasta que el temblor en su sistema se detuvo y lo hizo ponerse de rodillas frente al bajo ahora destrozado.
Los animatrónicos no podían producir lágrimas al sentir tristeza, lo único que podían hacer era soltar quejidos parecidos al llanto.
Monty daría lo que fuera por llorar de verdad y desahogarse de esa forma, pero no podía, no era capaz de hacerlo. Y ahí estaba, de rodillas en el suelo recogiendo los pedazos de un regalo que él mismo destruyó, mientras que un llanto muy quedito inevitablemente salía de su boca.
—Lo odio... —sollozó—. Lo odio muchísimo.