Irresistible Propuesta (#1 En...

By dzgggfjh

1.8K 223 51

Aleyna y Brad se conocen de toda la vida. La familia de él se mudó de la ciudad y a su regreso ambos se detes... More

Prólogo
🏀Capítulo 1: El castigo🏀
🏀Capítulo 2: Los Blake🏀
🏀Capítulo 3: El baile 🏀
🏀Capítulo 4: Celos de otras chicas 🏀
🏀Capítulo 5: Imbécil🏀
🏀Capítulo 7: Partido de básquetbol🏀
🏀Capítulo 8: Noche de chicas🏀
🏀Capítulo 9: Dos corazones rotos🏀
🏀Capítulo 10: ¿Celoso yo?🏀
🏀Capítulo 11: Cero grados🏀
🏀Capítulo 12: Resiste🏀
🏀Capítulo 13: Gracias🏀
🏀Capítulo 14: Apuéstale a la vida🏀
🏀Capítulo 15: ¿A quién amas?🏀
🎃Extra: Halloween 🎃
🏀Capítulo 16: Pintando el amor🏀
🏀Capítulo 17: Besos por lunetas🏀
🏀Capítulo 18: Dancing Queen🏀
🏀Capítulo 19: Las pesadillas vuelven🏀
🏀Capítulo 20: Enamórate de alguien más🏀
🏀Capítulo 21: Olvidarme de ella🏀

🏀Capítulo 6: ¡Cumplelos feliz, Eda!🏀

86 13 1
By dzgggfjh


Aleyna

Salgo del salón de clase. Grito su nombre se detiene a la mitad del pasillo y sin decir nada más corro a donde está él.

De un rápido movimiento mis labios quedan pegados a los suyos. Sus manos llegan a mi cintura cargándome, provocando que enrede mis piernas en su cadera.

Los murmullos por parte de nuestros compañeros no se hacen esperar.

Al momento que abrí la puerta encontré a varios de ellos recargados en los casilleros pensé que era el momento de darle seguimiento a la mentira creada por Brad.

—Ahí tienes tu maldita respuesta —susurro solo para nosotros dos cuando nos separamos.

Me deja sobre mis pies.

—No te arrepentirás —responde susurrando en mi oído.

Después del momento que acabamos de protagonizar cada quien toma el camino contrario al otro. Me dirijo a la cafetería donde seguramente Eda debería de estar esperándome.

Las miradas por parte de los presentes no se hacen esperar y con eso confirmo que los rumores sobre mi relación con Brad han tomado fuerza confirmando una relación inexistente.

Directamente voy donde Eda. Tomo asiento frente a ella y un par de ojos celestes rápidamente me voltean a ver, como esperando que diga algo.

—¿Qué? —pregunto a las chicas de la mesa a lado de la nuestra.

Una rubia de las del grupito se levanta con cautela. Llegan a mi lado haciendo la pregunta que todo el mundo quiere hacerme en estos instantes.

—Son cierto los rumores —pregunta jugando con el brazalete morado que usa.

—Asi es. Brad y yo tenemos una relación desde hace meses.

—¿Cómo es posible eso? ¿No se supone que se odian? —pregunta una amiga de la chica rubia levantándose de su lugar para llegar a la mesa.

—Del odio al amor solo hay un paso —respondo la frase que Alana me repetía cada que le hablaba sobre un altercado nuevo con Brad.

—Hasta hace dos días lo vi besarse con una chica —replica la rubia como si no creyeran la mentira que formo en mí cabeza.

—Eso seguramente fue una confusión —respondo con fingida amabilidad.

Solo estoy esperando regresar a mi casa para descargar todo mi estrés en el saco de boxeo que tengo en casa. Brad me debe una muy grande y no abra forma de que me pague todas las estupideces que está haciendo conmigo.

Las chicas se retiran después de diez minutos donde tuve que convérselas de que ese imbécil y yo manteníamos una relación. El que debería dejar las cosas claras debería de ser ese cobarde y no yo.

—¿Porque les mentiste a las chicas diciendo que tenías una relación con mi hermano? —pregunta Celeste tomando mi mano sin dejar de ver la mesa donde el grupito de chicas regresa a ella.

—A tu querido hermano se le ocurrió la brillante idea de comenzar con el rumor de que manteníamos una relación —explico a la de ojos azules.

Si no fuera porque Brad me sigue gustando y ella es una de las pocas amigas que conservo podría comenzar a salir con Celeste. Esos ojos azules que tienen desde que era una niña me parecían algo hipnotizantés. Tenía un poco de envidia por sus ojos, pero esta desapareció cuando la propia Celeste me confeso que ella hubiera querido tener mis ojos, pues todos sus hermanos los tienen verdes y ella por querer ser igual a ellos quería que fueran como los míos.

—¿Qué Brad hizo que cosa? —Ahora pregunta Eda inclinándose en la mesa.

—Lo malo no fue eso, sino que me volví a besar con él... —suspiro como si decir esas palabras me liberara de algo.

—No están malo... Espera —Eda parece que está procesando lo que acabo de soltarle.

—¿Te besaste con Brad? —pregunta Celeste asombrada. —¿Cuándo? ¿Donde? ¿Cómo?

—Ayer, antes de la fotografía —responde Eda como si por fin conectara lo que le dije esta mañana.

Pero yo niego ante su respuesta.

Ambas vuelven a fruncir el ceño.

—¿Cuándo? —pregunta la rubia confundida.

Se supone que entre las dos no nos ocultamos nada, pero esto no era tan fácil de admitirlo.

—En la fiesta de Adam —respondo removiéndome en mi lugar.

—Con razón desapareció durante un rato. Mamá lo estuvo buscado por todos lados y no lo encontró —responde Celeste recordando lo que paso hace unos días.

—Ese idiota me siguió hasta el jardín secreto de tu madre —respondo y mi declaración la como por tercera vez desde que me senté con ellas.

—Aun recuerdas el jardín —pregunta curiosa y asiento.

No hay forma de que pueda olvidar lo majestuoso que era visitar ese jardín. Muchos momentos felices y no tan felices se formaron en ese jardín. Además, la forma en la que Karen cuida de todas las plantas y flores que crecen en aquel lugar es impresionante. Un bendito orgasmo visual es lo que se experimenta al estar en aquel lugar.

Para poder llegar a ese jardín tienes que pasar por un laberinto que solo los mejores conocedores pueden llegar al lugar sin perderse.

—No puedo olvidarme del lugar donde Brad rompió mi corazón.

Ninguna de las dos dice nada ya que el timbre suena avisando que nuestras clases deben continuar. Caminamos juntas al salón de clases. En todo el transcurso de esta.

(...)

Al termino de las clases como todos los días desde que el director nos castigó por culpa de Brad, nos encontramos cumpliendo el castigo señalado para el día de hoy.

Una vez a la semana ayudaríamos en la cafetería y hoy fue el día que escogimos, pensé que sería un trabajo simple como el gimnasio. Estaba muy equivocada. Despuésde su práctica de básquet ambos entramos a la cafetería para cumplir elcastigo. Llevamos unos cuantos minutos en el lugar.

Las dos bolsas negras que arrastro fuera de la cafetería llenas de basura comprueban que mi teoría solo eran pensamientos tontos con lo que en verdad implica limpiar la cafetería. Cuando regreso a la cocina Brad se encuentra limpiando las mesas que quedaron con alguna clase de comida o basura.

Las clases terminaron hace unas dos horas y somos los únicos estudiantes que se encuentran en la escuela. Mi teléfono vibra en mi chaqueta.

El mensaje me desconcierta. Dante pregunta si aun me encuentro en la escuela, escribo un simple en modo de respuesta.

A los pocos minutos llegan otro par más de mensajes por su parte.

Dante: Estoy en el gimnasio.

Dante: Te espero o me voy.

Estoy por contestar su mensaje cuando escucho que me llaman.

—Podrías dejar el teléfono por cinco minutos y ayudarme —se queja Brad que sostiene en sus manos trapos para limpiar las mesas.

Guardo el móvil en mi chaqueta.

Limpiamos cada una de las mesas repartidas en la cafetería y en la terraza.

Tomo un descanso de dos minutos en una de los cómodos sofás que se encuentran esparcidos por la gran terraza. Bebo de la botella de agua que saque de la máquina expendedora. El sol se encuentra en su máximo esplendor, la sombra que proporciona el techo de la terraza es un refugio para los estudiantes después de un día muy soleado.

Tomo mi mochila y emprendo mi caminata al gimnasio, ya no hay nada que hacer por aquí y Brad aúnno se aparece. Cuando cruzo las puertas de esta Dante se encuentra sosteniendo una conversación con mi amiga Suzan.

—Hola —interrumpo al llegar con ellos.

Se percatan de mi presencia. Suzan es la primera en abrazarme con una sonrisa en sus labios, Dante también se une al abrazo cuando jalo de su brazo para que nos envuelva a ambas.

Un carraspeo nos separa.

—Suzan —el director llama a mi amiga. —La espero en mi oficina —mi amiga asiente en respuesta. —Señorita Soler, espero que no se haya escapado de su castigo.

—Para nada, señor director. Hace más de diez minutos que termino —respondo al hombre con un gesto gruñón.

Se retira después de exponerme frente a mi hermano mayor. Suzan camina detrás del hombre dejándome sola para enfrentar a mi hermano mayor que no tiene cara de buenos amigos.

Jalo su brazo para sacarlo del gimnasio. Está por hacerme un drama y no quiero que se cruce con Brad o el drama incrementara al mil por ciento. Se agradan, pero después de nuestra ruptura, Dante se molestó con él.

Mi hermano vio con sus propios ojos el sufrimiento que experimentaba en su ausencia, escucho las habladurías de nuestros vecinos con respecto a los rumores que salieron después de que los Blake se mudaran.

Subimos a su coche en silencio. No pronunciamos palabra alguna después. Yo me mantengo sosteniendo una conversación por mensajes con Eda mientras el simplemente tiene la vista al frente susurrando las canciones que se reproducen en la radio. Suzan regresa a los quince minutos.

Salimos del área escolar. El maldito silencio incomodo en el que nos encontramos sumidos me hace abrir la boca como si mi hermano esperara a que yo me confesara.

—Porque no me dices lo que sea que vas a decirme —menciona fastidiada por no saber que pasa por su cabeza.

Dante lo único que hace es soltar una efímera sonrisa ridícula.

—Tu vida y tus decisiones, hermanita. —me sorprende su declaración. Pensé que como uno de los mejores abogados tendría mil argumentos y preguntas por hacerme. Estoy a un segundo de refutar, pero me calla. —No busques un pretexto para darme. Sé que Brad aún sigue en tu corazón, no tengo derecho a meterme con su relación. Lo único que te pido es que no vuelvas a dejar que te rompa el corazón. Ya lo hizo una vez, quien dice que no lo volvería hacer. Cuídate hermanita.

Sonrió porque Dante siempre ha sido el hermano mayor que cuida de su hermanita pequeña y que me diga esas palabras me pone nostálgica porque de alguna forma él me está dando a entender que ya no será como antes.

—Sin importar los años yo seguiré protegiéndote. Seguirás siendo la niña que me pedía jugar a las muñecas con ella cuando Alana no se encontraba en casa. La bebé con la que tomaba las siestas por las tardes y que me abrazaba como un osito cada que lo hacíamos.

Sonrió con los recuerdos. Sus palabras me llevan a esos recuerdos.

—Extraño a mi osito de peluche —mencionó con un puchero.

Sonríe.

Estaciona en frente de casa.

Bajamos de su coche.

Abro la puerta. Barbie se encuentra sentada en el suelo con un libro de colorear y varios lápices de colores. Mi madre y padre se encuentran en un sofá viendo a mi sobrina que al escucharme levanta la vista del libro por consiguiente también la de mis padres.

—Adivinen quien viene conmigo —pronunció viendo a mis padres mientras abrazaba a Barbie en mis brazos.

—¡Hola, familia! —Dante entra con su maleta en manos provocando que mis padres se levanten del sofá.

—¡Hijo! —Mi madre lloriquea un poco corriendo a abrazar a su hijo.

Padre también abraza a Dante y por ultimo Barbie lo abraza un poco tímida. Hace como cuatro años que no vivía en la ciudad, se encontraba del otro lado del país así que mi pequeña sobrina lo conoce muy poco. Lo conoció hace unos meses cuando estuvo en el funeral de sus padres, pero Dante no paso más de dos días aquí ya que tenía que regresar a su trabajo.

(...)

Tocan la puerta de mi habitación. Me levanto del banco frente al hermoso tocador de madera, mis padres lo compraron hace algunos años. Abro la puerta y Dante frunce el ceño al verme.

—Vas a salir.

Asiento regresando al tocador para colocarme el labial nude en mis labios mientras me veo en el rectangular espejo de un metro de largo.

Toma asiento encima de las cobijas moradas de la cama.

—Es cumpleaños de Eda. Habrá una fiesta en su casa —tomo asiento en el banco para colocarme los tacones del mismo tono que mis labios.

—Cuídate. No tomes de más o sino podrás descontrolarte y no estaré ahí para vigilarte. —me recuerda que soy una mala bebedora de alcohol.

—Porque no me acompañas. —menciono tentándolo.

—Si te acompañara a esa fiesta me sentiría desentonado con todo ese montón de amigos que tiene Eda. Sería el más grande del grupo disfrutando entre puros adolecentes.

—Y qué piensas hacer un viernes por la noche. Hacer mal tercio con nuestros padres en su noche de películas. —menciono con sorna.

—Tengo un maratón de películas de princesas que pagarle a Barbie —responde con ese tono que usa cada que se encuentra en un juzgado. —Quedare como un pésimo tío frente a los ojos de mi sobrina que apenas y si me dirige la palabra.

—Bueno. —suspiro. —Pero yo te recomendaría que no molestes a Barbie. —tomo los pendientes largos de plata para colocarlos en su lugar correspondiente. —Odia no poder dormir sus diez horas diarias. Mejor acompáñame a la fiesta, no habrá muchas personas, además, puedes vigilar que no se me vaya la mano con las bebidas.

—Me sentiría un extraño entre tantos adolecentes. Desentonaría en todos los sentidos. —tomo mi móvil para guardarlo en la cartera que llevare conmigo.

—Bueno —me resigno a invitarlo.

Tomo mi abrigo negro de la cama antes de salir de la habitación.

Me despido de mis padres besando sus mejillas. Salgo de casa. Dante me grita desde su habitación diciendo que lo espera.

«No que no tronabas pistolita»

Me tomo un par de selfies con el vestido blanco con estampado de estrellas rosas y escote pronunciado en uve para después subirlas a mis redes sociales.

Eda me lo regalo hace unos días cuando quiso que la acompañara a una fiesta, pero como yo no me sentía preparada para volver a las fiestas decidí guardarlo en el fondo de mi armario. Ahora lo porto luciendo bellísima como dijo que se me vería. Este vestido merecía que lo usara en este día tan especial para ella. 

En lo que Dante sale de casa mi vista se desvía a la casa de los Blake donde Brad sale de esta junto a sus hermanos. Celeste lleva un vestido amarillo de tirantes. Brad lleva su típica chaqueta de cuero negra unto a unos pantalones negros rotos de las rodillas. Por su parte su hermano pequeño, Danilo, es quien se viste más elegantemente, pareciera que fuera a ir a un bautizo y no a una fiesta donde el principal motivo es celebrar a Eda y aparte acabar con todas las botellas que se harán presentes durante toda la noche.

***

Eda

Los invitados comienzan a llegar a la fiesta del siglo como lo ha comentado en redes sociales. Mis padres casi nunca están en casa, las únicas veces donde puedo verlos pasear por esta gigantesca casa son muy pocas veces; mi cumpleaños y navidad.

A pesar de su ausencia nunca me encuentro sola. Los empleados son mis fieles compañeros, solo cuando mis padres se encuentran en casa ellos no se aparecen por aquí.

Esta ocasión ellos no pudieron viajar. Les pedí permiso para hacer la fiesta, como los padres ausentes que son, aceptaron enseguida pidiéndome que no ocasionara muchos desastres.

El timbre de la casa se escucha. Corro hasta la puerta esperando sea una de mis amigas la persona que acaba de llegar.

—Bienvenidos, pasen —saludo al par de hermanos que acaba de llegar.

—Feliz cumpleaños, Eda —susurra Kora entrando a casa seguida por su hermano mayor.

Detrás de ellos llegan los Blake liderados por Celeste quien luce un bonito vestido primaveral color amarillo, su cuello quedo al desnudo al llevar su cabello atado en un moño.

A su costado van Brad y Danilo.

—Felicidades Eda —Celeste me abraza.

Correspondo el abrazo. Brad también me felicita mientras el más pequeño de los Blake también me felicita. De un momento a otro mi casa se encuentra inundada de personas. Está a unos minutos de ser la media noche y ninguna de mis dos amigas aparece. Ambas prometieron estar presentes.

La música estridente retumba por cada rincón de la casa. Se supone que soy la festejada debería de estar bailando con todo mundo como si el mundo se fuera a acabar en lugar de estar sentada en el sofá aburriéndome mientras bebo de mi trago y reviso mi celular cada dos minutos esperando mensaje alguno de Suzan o Aleyna.

—No deberías estar bailando y celebrando con todos ellos —preguntan al lado mío. —Es tú día.

Levanto la vista del móvil y veo a Kora sentada justo al lado mío.

Estoy por responder cuando el timbre de la casa se vuelve a escuchar por encima de la música escandalosa.

—¡Feliz cumpleaños! —gritan antes de lanzarse a mis brazos.

—Pensé que ya no vendrían. Estaba por darme vencida ante la idea de que ustedes vinieran.

—Sentimos la demora —me abraza con mas fuerza. —Tuvimos que pasar por Suzan y por esto —señala a su hermano.

El rubio de ojos verdes sostiene en sus manos un pastel de chocolate con fresas.

—Mi favorito —grito emocionada.

—Es momento que pasemos adentro y vayamos a que soples las velas —informa Dante sosteniendo el pastel con dos velas apagadas, pero que estarán encendidas en cualquier segundo.

—Vayamos —informo dejando que entren a casa.

La música se apaga en cuestión de minutos.

—Amigos —Suzan se sube arriba de una silla llamando la atención de los presentes. —Es momento de que cantemos el feliz cumpleaños para nuestra querida Eda.

Dante aun sostiene el pastel al momento que todos cantan (desafinadamente) a coro para mí, mis labios se ensanchan mientras veo y saboreo el pastel frente a mí.

—Gracias —respondo a las felicitaciones después de soplar las velas.

(...)

—Voy por una cobija —informa Aleyna levantándose del banco donde se encuentra en medio de Dante y Suzan.

Hace una hora la mayoría de los invitados se ha ido. Solamente nos encontramos Suzan, Dante, Aleyna, Brad y sus hermanos.

Encendimos una fogata en el patio trasero aun lado de la piscina.

—Yo voy una cerveza —Brad se levanta del suelo.

Dante no pasa desapercibido el movimiento de Brad, pero le resta importancia cuando Suzan le susurra algo en el oído.

—Nos tomamos una selfie —me pregunta Celeste mostrando su móvil.

La castaña rubia se sienta al lado mío, sonreímos a la cámara capturando la fotografía.

Celeste se aparta con la vista su móvil en la mano regresando al banco donde se encontraba segundos atrás.

—Puedo volver...

—No —interrumpo al menor de los Blake.

—¿Cómo...?

Lo vuelvo a interrumpir.

—Ya te he dicho cinco veces en esta semana que la única forma de que entres al equipo de baile es hablando con la profesora o la capitana del grupo.

—La profesora se encuentra de viaje y tú, no quieres dirigirme la palabra. —responde jugando con el reloj de correa negra envuelto en la muñeca de su mano izquierda.

—Conoces las reglas para ser parte del club. Cuando tengas la edad indicada serás bien recibido. —bebo de mi smoothie de piña, naranja y agua de coco.

—El lunes puedo intentar la prueba. En unos días es mi cumpleaños y de esa fecha a cuando ustedes me acepten, yo ya tendría la edad requerida. —bebé de su bebida.

—¡Ja! Veo que has hecho un plan perfecto en tu cabecita. —sonríe provocando que el hoyuelo de su mejilla izquierda se pronuncie. —La confianza que te manejas al ya suponer que serás aceptado la quisiera tener yo al momento de presentar un examen de mi materia menos favorita.

Desde hace unos meses que Danilo ha insistido para que lo dejemos ser parte del grupo. Tiene buen potencial para ser parte, pero la razón por la que no lo hemos podido aceptar es que aún no cumple con la edad requerida. Si lo hubiéramos hecho parte del equipo de baile cuando lo fundamos hace un año, jamás nos hubieran dejado participar en los concursos que hicimos durante los últimos meses.

—Sólo repito lo que dicen de mí.

—Y dicen malos comentarios de ti, también los repetirías.

—Obviamente que no. Yo hablo de los buenos comentarios —responde echándole una mirada a la puerta trasera de mi casa.

—¿Qué pasa? —pregunto virando en la misma dirección que él.

—No crees que ya tardaron mucho ahí adentro —susurra el menor de los Blake, como queriendo que Dante no escuche aprovechando que se encuentra sosteniendo una conversación con Suzan.

Frunzo el ceño cuando me doy cuenta que tanto Aleyna y Brad llevan más de quince minutos ahí dentro y todo parece en calma y no en una zona de guerra como las anteriores veces que se han encontrado al estar los dos solos.

—Voy a ver que no se estén matando —menciono levantándome.

Ese par se seguirá odiando con el pasar de los días, semanas o meses. Que la mayoría de las personas que los conozcan tengan conocimiento sobre una supuesta relación entre ellos, no es motivo para que sigan molestándose con el otro.

Sudo con tal de imaginar que ambos se encuentren peleando. Si Dante se entera que su hermanita finge una relación con el mismo hombre que le rompió el corazón se va armar una guerra.

Camino hasta mi habitación que fue donde Aleyna iba. Entro a la habitación, pero mi amiga no se encuentra ahí. Salgo de la habitación y me encuentro con Danilo saliendo del baño.

—Encontraste a los chicos —pregunta y obviamente niego.

Caminamos juntos a la cocina donde debería de estar Brad, corremos de prisa cuando escuchamos ruido proviniendo de ahí.

Al momento de estamos por entrar a la cocina somos detenidos al escuchar golpeteos en la pared. Ambos nos volteamos a ver igual de confundidos. Ese par son capaces de encerrarse en una habitación para seguirse matando.

—Tocamos o nos vamos —le pregunto en un susurro.

Levanta los hombros en señal de que él tampoco tiene idea de que hacer.

—¡Brad! —grita a su hermano golpeando la puerta de madera.

—¡Aleyna! —grito a mi amiga. —¡No se te ocurra matarlo en mí casa! ¡Imagínate que lo mates y yo no pueda dormir en mi casa!

—Te preocupa más que no puedas pasar la noche en tu casa a que ese par se esté matando —golpeamos la puerta con fuerza.

—Sí. Ellosse volverían a pelear a si se encuentren en el mismísimo infierno. O acaso tú no te preocuparías si supieras que no puedes volver a tu casa porque tu mejor amiga a matado a su novio. ¡No tendría donde dormir! —lloriqueo al imaginar que eso pueda llegar a pasar.

—Si ese fuera el caso yo te ofrecería mi cama.

Volteo a verlo confundida.

—Y tú que, vas a dormir con el perro —me burlo.

—Obviamente no, pero mi cama es muy grande y ambos podríamos dormir muy cómodamente —responde con ese tono de picardía que se les caracteriza a los tres hermanos Blake.

—Tratas de coquetear conmigo, porque si es así. Déjame decirte que tus intentos de coqueteo conmigo no van.

Intenta responder, pero en ese instante la puerta es abierta.

El primero en salir es Brad. Se ve demasiado bien a como pensé que se encontraría. Ningún moretón, rasguño o rastro de sangre por su cuerpo. Bueno, a excepción de la camisa que lleva un poco arrugada.

—¿Qué hacías ahí? —lo cuestiona Danilo.

Aleyna viene detrás de él. Mi amiga se ve de igual forma a como llego. No hay indicios de que se hayan peleado.

—Escuche los intentos de coqueteo a Eda y déjame decirte que, si a mí me hubieras dicho lo mismo que a ella, te hubiera rechazado desde la primera oración que mencionaste. —ignora la pregunta que su hermano le dice.

—Chicos, por fin los encontramos —Celeste llega con Suzan y Dante. —¿Nos vamos? —pregunta a sus hermanos.

Brad asiente.

—Nosotros también deberíamos de irnos —menciona Dante a Aleyna.

Mi amiga asiente.

Nos despedimos las dos con abrazos y besos. Antes de que se aparte le susurro que le llamaré más tarde para conocer los detalles de lo que hacía encerrada con Brad.

Se paraliza unos breves segundos, pero al final asiente.

Suzan vuelve a felicitarme y a abrazarme antes de ser arrastrada por Aleyna quien sostiene los abrigos de ambas. Dante se despide con un abrazo. Por parte de los Blake, Brad es el primero en despedirse, le sigue Celeste dejando por ultimo a Danilo.

—Me agrado tu compañía —menciono cuando sus hermanos se van.

—Qué bueno que te acostumbres a ella, porque después de estas semanas vas a tener que convivir mucho conmigo.

—Sigue soñado creyendo que serás parte de nosotros.

—No sueño. Sabes que es una realidad y por eso estas a la defensiva conmigo, soy mejor que tú y pueda que con mi llegada te desplacen de tu amado puesto de líder.

—¡Ojalá! Todos me aman. Nunca me traicionarían por un niño tres años más chico que yo.

—Voy a cumplir los dieciséis en este mes, no soy un niño.

—Yo te veo como uno. ¿Será que me faltan lentes para ver mejor? —pregunto retándolo con la mirada.

Verde con verde. Mis ojos y sus ojos no despegan la vista por ningún motivo. El sonido de una bocina de coche se escucha, pero ninguno es capaz de apartar la vista.

—No soy un niño —refuta por segunda vez.

—Sí que lo eres —lo provoco por diversión.

—No. no lo soy.

Y sin que pueda decir algo más para enfurecerlo. Danilo me toma de la nuca jalándome a su pecho. Su respiración se mezcla con la mía. Su mano alrededor de mi cintura para que no me aparte de él.

Danilo es más alto que yo, pero eso no impide que agache su rostro a la altura del mío y sin decir nada más sus labios se rocen con los míos. Intento abrir mis labios para ser yo quien lo bese, pero me suelta de un segundo para otro dejándome parada en la entrada de mi casa.

«¿Qué estabas por hacer Eda?»

Me regaño cuando reacciono.

Besarlo

Me recuerda mi mente.

«Es un niño»

Eso no pareció importarte al momento de suspiraste por hacerlo.

«No lo voy a volver a hacer. Es obvio que me deje ir por la maldita tensión que sosteníamos entre ambos»

Mejor di algo creíble. Es obvio que lo quieres besar.

«Si, para hacerlo pagar por largarse y no besarme para después rechazarlo»

Mantengo la estúpida conversación con mi conciencia hasta que me acuesto a dormir. Ya dormida vuelvo a soñar con la misma situación, pero justo en el momento que nos acercamos la alarma se escucha interrumpiendo mi sueño.

—¿Qué me esta pasando? —me pregunto al momento que estoy metiendo otra cucharada de cereal a mi boca.

No he dejado de pensar en Danilo desde que se largó ni mucho menos ahora Suzan y Aleyna se encuentran aquí e intentan que les cuente que me pasa. Pero la verdad es que ni yo misma sé que me pasa.


Continue Reading

You'll Also Like

34.2K 1.3K 23
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
54.3K 7.9K 54
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
201K 18.9K 67
Jeon Jungkook es un Omega de 20 años, el cual siempre soñó con encontrar una pareja, pero nadie lo aceptaba, ¿ porque ? Fácil, Jungkook nacio con un...
346K 16.9K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...