inalcanzable

By Raystrid

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Él hablaba de ti como si fueras quien pone las estrellas en el cielo, como si pudiera haber un puente entre a... More

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Dame una razón
Reunión
Cicatrices del corazón
Unas simples palabras
Inalcanzable

Este corazón

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By Raystrid

"Y este corazón que te robaste cuando te marchaste.
Tú te marchaste con mis besos, Con mis besos y mis sueños."

La escuchó, pero solo eran las mismas excusas que decía. Excusas y excusas es lo que él había dicho para justificarse toda su vida. Así que estaba cansado de escucharlas. Tan difícil le era decir: ¿Lo siento? Odiaba su orgullo de elfo, o cualquier estupidez que ella creyera. Había tirado todo a la basura. Sus excusas solo eran esas y seguían saliendo de su boca.

— Al menos Claudia jamás ha ocultado lo que es. Lo sabe… sabe que es una bruja oscura y no lo oculta, jamás lo hizo — se encogió de hombros—. Seguro hace años cruzó esa línea, pero al menos es constante en lo que hace, sabemos que es mala, pero ella solo piensa en ella, no es novedad, muchas personas solo hacen eso —sí, aquello iba dirigido a ella, tenía tantas cosas que decirle. Pero ahora no encontraba las palabras adecuadas.

¿De que servía lastimarla más de lo que ya estaba? En ese estado solo podía sentir lástima por ella y su venganza. Ella probablemente jamás estaría en paz. ¿Qué cree que hizo cuando lo dejo? ¿Quedarse sentado? Al parecer ella esperaba eso. Odiaba más ese concepto que ella parecía tener de él. Ella no lo amaba, eso era más que claro, solo amaba sus costumbres, su orgullo y su venganza.

Los Elfos a menudo decoran sus estandartes, armas y partes en específico de sus trajes con runas. Las runas utilizadas muchas veces representan el orgullo y el poder, pero también sirven para recordar los principios del arte de la guerra de los Elfos. Muchos estandartes y runas representan el papel de una unidad o la historia con creaciones gloriosas cubiertas de runas que cuentan las grandes hazañas lograda, así como la paz adquirida y la convivencia entre distintas razas élficas, todas caracterizadas por una cosa en común: orgullo. Es cierto que era orgullosa, y creyó haber aprendido a superarlo. Analizándose, ella nunca fue orgullosa, sino más bien nunca quiso decepcionarlos, a nadie; desde Runaan con los asesinos de la luna hasta Callum. Y justamente a ese último es a quien más lo ha hecho.

Y él estaba ahí, hablando moderadamente bien de Claudia.

— Que amable de tu parte ver el lado bueno de una asesina — murmura sin mirarle, dos podían jugar el mismo juego, uno que ella comenzó y no podía parar, ¡pero si solo buscaba lo mejor para él! Así como Callum optó por tiempo atrás dejar Katolis por un bien mayor, ella hizo lo mismo por pensar en un bien mayor, uno que iba ligado a sus emociones y corazón—. Adentrémonos, será menos probable que nos vea, o escuche —tampoco es como si fuera a hablar mucho, menos cuando claramente Callum estaba molesto; lo más curioso de eso, es que le trajo a mente cuando viajaban para llevar al rey de los dragones a Xadia y él salió con la brillante idea de buscar conectar con otra fuente primaria a base de un relámpago.

—Hay una cueva más adelante —dijo al sentir una gota. Aquello era genial, ahora el clima estaba como su humor. Pero lo que más odiaba era seguir queriéndola a pesar de que ella no lo hiciera—. ¿Y al menos encontraste algo? ¿O solo hiciste todo para nada? ¿Mataste a Viren? ¿Lograste algo? ¿Qué dejaste por tu venganza y que ganaste?

Rayla ignora por propia decisión sus preguntas. No quería hablar con él en ese momento. Y es que ambos eran orgullosos en cierta medida que no se daban cuenta de ello. A lo lejos ve como una parte de la montaña cercana se oscurece más de la cuenta como una cavidad profunda. Entrecerró los ojos, sería un buen escondite. Callum volvió a hablar, haciéndola estremecer.

— Cuando estemos lejos y en un lugar seguro, y tus heridas hayan sanado cada uno seguirá su camino, solo quería encontrarte. Preguntarte si valió la pena. Lo entiendo ahora, solo te importa tu venganza y déjate de tonterías de lo hice por tu bien, lo hiciste por ti, nunca jamás fue por mí, porque si hubieras pensado en mi, sabrías lo desesperado y solo que me dejaste. Sabrías lo mucho que me dolió, pero adelante, sigue diciendo esa mentira, quizás la creas, pero no la hace verdad, cuando amas no abandonas, pero quizá es sólo un pensamiento de humanos.

Había marcado una línea entre ellos dos. Porque ella lo lastimó tanto que dudaba alguna vez eso pudiera cambiar. Cuando pensó que ella ya no hablaría, se sorprendió al notar que era todo lo contrario.

—Viren siegue por ahí, lo sé, y Claudia es la única persona que sabe al respecto. ¿Qué quieres escuchar Cal? ¿Qué fallé? No, por lo menos sigues con vida e incrementaste tu control mágico, probablemente se pierde más en la vida de lo que se gana, pero si lo que quieres escuchar es que era por venganza es así —las heridas en Rayla estaban pasando factura, y eso que creía no eran de gravedad, probablemente debido a la adrenalina del momento que ni siquiera había notado que tenía una herida del costado derecho a la altura de las costillas.

—Todos saben que Viren está vivo. Lo sabrías si te hubieras quedado —él lo sabía, quizás lo supo en el momento que leyó la carta aquel día. Ella se fue y no volvería. Las palabras dulces que solía decirle a su hermano menor para calmarlo eran mentiras, como los cuentos que le contaba Harrow para dormir—. No es que nadie te creyera cuando decías que Viren estaba vivo, es que no había forma de rastrearlo.

Callum observa cómo deslizó su cuerpo hasta sentarse, haciendo la cabeza para atrás mordió su labio. Una parte de ella, aquella que conocía la gravedad de su actuar, le gritaba que se disculpara. Que hizo mal. Pero no podía. Era como si dejara la habilidad de hablar y aquellas dos palabras no formaran parte de su vocabulario.

—Aunque a ti no te guste… me alegra saber, y ver, que estás bien —menciona Rayla luego de inhalar profundo, como si con eso bajara aquel nudo en la garganta—, ¿todos… están bien... los demás? —pregunta midiendo sus palabras, la realidad es que no quería discutir con él, no quería destruir lo poco o nada que quedaba de ellos

—Todos están bien. Ezran es un buen rey, el mundo no se congeló cuando te fuiste —"Estaremos bien" "Ella volverá, somos su familia", se recordaba Callum cada cierto tiempo. Eran palabras que venían a su mente, palabras que servían para no sentirse tan solo.

Todas esas palabras que decía y sabía que eran una mentira que eran también para disfrazar su dolor por su abandono. La ignoro olímpicamente, porque decía cosas obvias. Era curioso, como antes pensaba que no entendía las cosas, el que te rompan el corazón parece que te hace pensar con claridad.

¿Cómo unas simples palabras podían causarle tanto dolor? Rayla jamás pensó que llegaría a experimentar tal dolor. Aquella sensación de congoja, desespero, ansiedad, duda, y otras más por mencionar, estaban cayendo sobre ella con toda la fuerza de un ejército. Las relaciones para los elfos eran marcadas por una runa llamada Saroir, y desde que conoció a Callum y se dio cuenta que era a quien, en idioma elfo, su compañero, esperaba el día en que pudiera realizar el trazo de aquella runa élfica para él. Eternidad, infinito, la llama del amor que quema todo lo que toca.

Y que ahora parecía tan distante y apagada como aquella lluvia que se cernía sobre ellos.

Para Callum no había mucho que hablar entre ellos, era obvio que ella prefería morir por Xadia ¿Cómo era eso? Tú corazón por Xadia. El corazón de Rayla era su credo, lo que sea que le enseñaron los elfos de luna, y él solo había sido el humano que la acompaño. Una sonrisa algo triste apareció en su rostro. Había sido como Zym, el amigo humano, la mascota humana. Claro también podía ser eso.

—Deja que te ayude —dijo al notar que parecía dolerle—. Parece que te dio una paliza —lo dijo con un tono algo divertido—. Eso pasa cuando subestimas a los enemigos, amigos, bueno cuando básicamente actúas como una tonta.

Él ofreció su mano para ver si ella era tan tonta como para preferir sufrir dolor o aceptar la ayuda que él le estaba dando de buena gana. Que no fueran nada no significaba que no hubiera sido su amiga. Y aún la quisiera. Una parte de él se quebraba al verla así, pero la parte de su orgullo le decía que no debía perdonarla. No tan fácilmente, el tiempo de creer en palabras bonitas había acabado, ya no era un niño, ciertamente Ezran había madurado y sabía que, aunque tuvieran buenas intenciones, el mundo no es tan fácil.

—Claro… —dijo tomando su mano para permitirle ayudarle con su herida; la Rayla del pasado, muy, muy del pasado, no habría aceptado su ayuda probablemente, pero era diferente, y aunque las cosas no estaban notablemente bien ahora, sabía que, dolorosamente, podía confiar en él—. Cuando usan magia oscura no siempre están equilibradas las oportunidades —esa era una excusa tan pobre que se sintió tentada a reírse de eso mismo, pero no lo hizo; Rayla en cambio dejó que Callum le ayudara con su herida. No era profunda, pero sin atención estaba segura que la pasaría mal, y dada la situación tensa entre ambos lo último que quería era ser una carga para él que, literalmente, tenga que cargar como dama en apuros

Callum observó la herida, se veía bastante mal, aunque no era tan mala, limpio nuevamente la herida con cuidado, aplicó cataplasma con un ungüento que él mismo había creado, ayudaba a cicatrizar. Había estado buscándola por un año, había tantas cosas que había querido decirle, abrazarla, decirle que estaban bien, pero todo se volvió raro cuando ella comenzó a hablar. De pronto esa actitud que le gustaba, que tuviera orgullo le pareció odioso ¿Siempre fue así? Bueno él era impresionable a los catorce años. Le parecía muy valiente que no le importara nada, quería ser como ella. Una parte de él la entendía, todo eso de no querer lastimar a las personas, protegerlas del dolor. Callum recordó cómo no había podido decirle a Ezran la verdad sobre la muerte de Harrow.

—Creo que todos actuamos como tontos más de una vez, y muchos otros de formas más graciosas e inexplicables —la voz de Rayla rompe aquel pequeño silencio en el que se encontraba al observar y atender la herida lo mejor que podía—, como ese baile del tonto que realizaba para Ezran, — nada tenía que ver con la insinuación, pero maldito fuera ese orgullo de elfo de luna que no la dejaba sincerarse y pedirle disculpas

—Ese baile es diferente… es para las personas que amo, es para hacerlas reír, Ezran solía llorar cuando era pequeño, no conoció a mamá y siempre estábamos solo nosotros dos, así que inventaba cosas para que no se sintiera asustado… amo a mi hermano, así que haría cualquier cosa por él. Entiendo esa lógica, pero ahora sé que Ezran no necesita cuentos para dormir, como yo no soy solo un príncipe que se queda en un castillo a espera de saber si algún día te volveré a ver. Me alegra haber llegado a tiempo, saber que estarás bien. Supongo que ahora estoy en paz con eso. Puedo seguir adelante sin preguntarme si siempre fui una molestia para ti o si prefieres estar con los tuyos, debió ser difícil estar con los humanos. Lamento eso — Callum mantenía un tono de voz que era calmada, odiarla no cambiaría nada de lo que había pasado, odiarla no le devolvería ese año.

Pero sabía que tampoco podían volver a lo de antes. No está seguro si quiere regresar, recuerda esos días con ella y no puede evitar sonreír. Porque fueron divertidos. Debe agradecerle demostrarle que no era solo un príncipe inútil, creer en él en aquel momento. Todo eso ha marcado a Callum.

Era más de lo que podía soportar. ¿Era culpa suya por irse? ¡Claro que sí! Más cuando lo hizo el día de su cumpleaños. Lo dejó. No mantuvo su palabra de hacerlo juntos. Tal vez para muchos ella era vista como alguien valiente, o imprudente, pero en el fondo era un elfo que tenía miedo de la soledad. No una soledad física y sin sentido, sino aquella que se da al perder personas importantes que hace que, aunque estés rodeada de otros, sin ellos, es como estar en un abismo. Pero nuevamente hacía caso omiso a las palabras que Lujeanne le dijera sobre decir la verdad a quienes amas. Rayla tragó saliva una vez más. Después de todo, ella lo dejó en su cumpleaños sin un regalo o incluso un agridulce adiós. Extrañaba su dulce pero suave risa que podía hacer que un corazón se derritiera. También lo extrañaba dibujando al grupo en su viaje a Xadia. Cuanto más pensaba en su rostro torpe pero encantador, su corazón se rompía. Odiaba cómo estaban las cosas entre ellos.

—Mira, Callum yo… —¿sería conveniente continuar hablando? Las orejas puntiagudas de Rayla cayeron mientras lo veía; no podía culparlo, lo que hizo lo lastimó profundamente, pero también creía que estaba haciendo lo correcto.

Rayla sabía que tenía que hablar con él, al menos disculparse. Sabía que lo lastimaba mucho, y que cada palabra que recibió del hermano de Ezran era con justa razón, que por más que ella buscara disculparse por el dolor que causó sería complicado de componer algo que ella misma había comenzado a romper.

—Gracias, por creer en mí cuando ni siquiera yo creía, durante el viaje con Zym, realmente me sentí por primera vez que alguien confiaba en mí, que podía proteger a alguien y no solo ser protegido —eso fue todo lo que le dijo porque era obvio que ella no había pensado en eso, solo pensó que sería una carga para su misión. No quería perderla, pero cuando lo abandonó, hizo exactamente eso. O bueno casi eso—. Ok, está listo. Sigamos, ¿puedes caminar? estamos muy cerca de la entrada —esta vez le ofreció llevarla en su espalda, sabía que le dolía, no tenía que ser un mago de luna para darse cuenta, porque estaba pálida, y caminaba más lento de lo normal

—… gracias —acepta no muy segura que esa sea una buena idea, sobre todo molesta consigo misma por no poder decir aquellas palabras de disculpa que quería, ¿por qué era tan difícil? Mientras iba siendo cargada por Callum solo veía la cabeza y cabello del mago humano, y puede asegurar que al rodearlo con sus brazos para sostenerse lo siente diferente, más firme y con pasos más seguros.

Toda una serie de pensamientos golpeaban la mente de la elfo. Lo escuchó con atención, y con cada palabra que él decía algo dentro de ella se rompía. ¿era necesario todo eso? Rayla no estaba segura, pero su cabeza se peleaba con creces con su corazón. “¿mi corazón por Xadia?” Ya no estaba segura de eso. Ya no estaba segura de nada. Su deber le decía que tenía que continuar siendo fiel a su pensar, ese que le dictaba hizo lo correcto al irse y no exponer a nadie de los que le importan. Ese era su lado racional. Pero luego estaba el otro, ese que en verdad era escuchar a su corazón y el que le hizo tomar la elección de confiar en dos humanos, hermanos, que apenas conocía y cuya misión era asesinar a uno de ellos. Al final, la mejor y acertada opción fue hacer caso a su verdadero corazón y no a aquel que dictaba una vida de entrenamiento.

Callum siempre pensó que aquello, llevarla en su espalda, sería algo romántico, pero ahora era completamente diferente, estaban escapando por su vida. O al menos ella lo hacía. La escucha. En otra situación muy probablemente Callum no aguantaría tanto, y ella estaría riéndose de su falta de condición física con comentarios graciosos, pero a la vez amables. Y es cuando lo supo. No se atreve a debatirle nuevamente porque él tiene razón. Ella lo dejó. Ella se fue y no pensó en sus sentimientos. Cuando se da cuenta se estaba abrazando a él, por costumbre, aquella que el cuerpo mismo recuerda y de inmediato afloja el agarre alejándose un poco. Voltea fingiendo ver algo, pero era solo para evitar hablar. Recordó mientras tanto cuando de niña, Ethari le explicó del amor al ella comenzar a cuestionar sobre sus padres, por qué los llamaban traidores. Ethari le dijo que el amor los lleva a hacer cosas por la persona amada, en idioma élfico, por su compañero, pero también los hacía fuertes, tal como sus padres que, después supo gracias a Callum, se sacrificaron para proteger a la reina.

— No estaría tan mal si hubiera sido una pelea justa sin magia.

— La gente con magia oscura suele ser más osada, después de todo solo deben matar animales. No usan su propia conexión, o eso creen, la verdad es que la magia oscura pide algo a cambio. Es por eso que Claudia no tiene límites, los magos oscuros se han esparcido por todo el reino. Incluso los humanos —el segundo príncipe de Katolis recuerda los arrestos y el hecho que Viren estaba ganando terreno poco a poco, había un pequeño grupo de personas que lo seguían, Callum ha estado rastreando a ese grupo como parte de su misión.

Rayla sintió que aquella respuesta tajante y corta era una forma de Callum para señalar que no quería hablar. Y ella lo respetó durante unos minutos hasta que sintió que no podían continuar así.

—No pude saber nada de mis padres, mucho menos de Viren, pero si Claudia está cerca lo más seguro es que su padre también —habla por fin luego de varios instantes en silencio—, creía que el uso de la magia oscura había bajado, no desaparecido, pero si menguado luego de aquella batalla en la aguja tormenta, pero no es así. He visto como incluso existen pequeños grupos de quienes la practican usando animales de todo tipo, un ciervo, por ejemplo, ¿sabes la cantidad de magia que tienen? No tanta como el cuerno de un dragón, pero sin duda es magia poderosa —recuerda cuando Callum la usó, y aunque el fin justificaba el medio, ella no estuvo de acuerdo, lo cual le genera un tremendo trago amargo al darse cuenta que era igual a su actuar: ella actuó para justificar un medio, aunque no era lo correcto—. Y Callum, jamás fuiste una carga, lo digo en serio, siempre tenías una idea loca que al final terminaba funcionando o saliendo mejor de lo que pensábamos, o simplemente ayudando, lo único que ha cambiado es que has mejorado tus habilidades, puedo verlo, tanto mágicas como físicas

El mencionado escuchó sus últimas palabras, en lugar de hacerlo sentir mejor, solo le recordaron que ella no confiaba en él para acompañarla.

—Si bueno, recuerdo lo que ocurrió en el Nexo de Luna la última vez, pensé que confiabas en mi para salvarte si algo malo te pasaba, pero resulta que no es así —el recuerdo de Rayla entrando al agua, y de cómo había sido capturada quedando varada entre este mundo y el otro, el cómo había tenido que salvarla usando la pluma de Pheo-Pheo, aún le daba pesadillas. Pesadillas que fueron reemplazadas por algo real—. Fuiste tan tonta como para hacer eso, y luego quedarte atrapada

Había mucho dolor en sus palabras, reproche, ni siquiera sabe que es lo que está sintiendo en ese momento. Sabe que la quiere o al menos aún tiene sentimientos por ella. Pero también sabe cuánto lo lastimó, al menos Claudia era constante en sus acciones, siempre se trató de manipulación. Pero ¿Que había de Rayla? ¿Solo fue atracción por estar juntos? No lo sabe, justo ahora no está seguro de nada, salvo que está ahí, que está viva, que pudo verla. Y que siente alivio en medio de tantos sentimientos encontrados. El príncipe humano puede ver el final.

— ¿Cómo perdiste tu asta? —pregunta. Pensar en todas las cosas que seguramente tuvo que pasar sola, lo hace sentir un nudo en el estómago. Una sensación nada agradable—. Espero que hayas dejado al otro peor —lentamente vio la luz al otro lado de la cueva. Sabía que Claudia no tardaría en mandar detrás de ellos, probablemente ya los estaban rastreando en ese momento, así que tenía que darse prisa. Pero se sentía bien estar así con Rayla, casi como en los viejos tiempos. Su resolución estaba comenzando a flaquear—. Aún no sé para que sirva la llave de Aaravos. ¿No te parece gracioso? Pero parece algo muy poderoso.

Lo único que se podía escuchar era el eco de sus pisadas y la silueta de ellos dos atraves de aquella cueva mientras la lluvia caía detrás de ellos.























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