Camaleones / - Camilo X Male...

By azar_loup

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Camilo Madrigal X Lector ( Encanto / ¿AU? ) Un chico que es un camaleón humano y otro chico que sueña con cam... More

Aclaraciones
Rayito y detalles
1. Por una arepa
2. El camaleón dorado
3. Costuras
4. Cortando y arreglando
5. Flores amarillas
6. Botones de colores
7. Colores de camaleón
8. El nuevo don
9. Las escamas de un camaleón
10. Arepas de rajas
11. Mutaciones reprimidas
12. No hablamos de Bruno
13. La torre
14. Cascada del desierto
15. Subiendo y bajando
16. Salto de fe
16.5 Capítulo especial, Pov. Camilo
17. La ruta de las ratas
18. Trozos de esmeralda I / II
19. Trozos de esmeralda II/II
21. Escamas cálidas por el sol
22. Astillas
23. Cena familiar
24. Partes rotas
25. Colas de lagartija
26. Reflejos
27. Uvas amarillas
28. Seguro de nuevo

20. Jacarandas

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By azar_loup

El lindísimo dibujo de multimedia fue hecho por minttiny, que también había hecho un par de dibujos muy tiernos en la historia de Killua <3

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Rayito

Salimos en las escaleras principales de la casa Madrigal, aunque estas aún así estaban bastante escondidas así que supongo que es un buen sitio.
Camilo tardó un poco en salir también, pero finalmente lo hizo y cerró la especie de puerta secreta detrás de él, permitiéndome notar que se trataba de la gran imágen enmarcada de un señor que no conocía.

- Vaya, gracias por cubrirnos abuelo...

Camilo se quedó mirando un momento la imagen del señor antes de mirarme a mí. Le regresé la mirada y esperé pacientemente a que dijera cualquier cosa, él se limitó a suspirar y acercarse para sacudirme arena que me había quedado en el cabello.

- U-uhm, Camilo... ¿Q-qué haremos con lo de...?

- ¡Shh! No hay que hablar de eso aquí, ¿Bien?

Camilo se llevó un dedo a la boca, indicándome que guardara silencio.
Asentí, cerrando un momento los ojos mientras él me terminaba de sacudir el cabello.
Claro, no sería bueno que alguien más se enterara o sospechara de todo lo que acaba de pasar... Oh, diablos.

- E-eh, ¿Camilo...? Esto... E-esto tiene que ser s-solo entre nosotros, ¿Verdad?

- Sí, sería un desastre que cualquier otra persona se pudiera enterar

Maldición, me había olvidado por completo de eso que pasó hasta ahora. ¿Será demasiado importante? No se lo había dicho antes a Camilo, pero si de verdad esto tiene que ser tan secreto, entonces...

- Listo. Ya estás bastante limpio

- C-camilo, ¿N-no... N-no te vas a molestar...?

- ¿Uh? ¿Por qué cosa?

Llevé una de mis manos a la bolsa para sujetar la patita de mi Camilo mientras le explicaba torpemente al otro Camilo que su prima Isabela me había visto cuando estaba intentando sacar las tablas.

- ¡¿Qué...?! Ah, de acuerdo... A ver, ¿Estás seguro de que te vio?

Asentí, recordando perfectamente que sus ojos se habían encontrado directos a los míos.

- A-aunque... Aunque ella m-me ayudó a esconderme con un arbusto, ¿P-podría no ser tan grave...?

- ¿Te ayudó a esconderte? ¿De quién?

Me dieron ganas de morderme la lengua, y entonces le conté también que ella iba con otra persona, aunque no alcancé a ver bien quién era.

- Ahh, bien... Okey, esto es un pequeño problema, pero con suerte no será nada demasiado grave así que... Será mejor que vayamos a hablar con Isabela, solo para aclararle que no estábamos haciendo nada malo cerca de ahí. Ya se me ocurrirá alguna excusa, solo sígueme el juego

Asentí, siguiendo de cerca a Camilo cuando él se apresuró a subir el tramo de escalones que nos faltaban para llegar al piso superior.
Me siento mal por darle problemas, espero que de verdad no sea nada tan grave.

Abracé a Camilito mientras ambos íbamos por el pasillo, pasando de largo varias habitaciones hasta que nos detuvimos frente a la de Isabela.

- ¡Bien! Isabela a veces es un poco... No es la más amable de mis primas, pero suele ser buena conmigo cuando vengo a pedirle... Eh, ¡Cosas! Pedirle cosas, sí. Así que... Tú tranquilo

Estaba más tranquilo (que aún así no era mucho) antes de escuchar eso, pero aún así asentí.
Camilo llamó a la puerta un par de veces mientras llamaba a su prima en voz moderadamente alta. Esperamos un poco, pero no hubo respuesta alguna.

- ¿Seguro de que volvió a su habitación?

- S-sí, ¿Ya se... Se habrá ido?

Casi como una respuesta a mi pregunta, el marco de la puerta comenzó a ser rodeado rápida y armoniosamente por una enredadera llena de curiosas flores azules.

- Supongo que eso es un no. Lo siento prima, pero es urgente

Camilo tomó aliento antes de abrir la puerta de Isabela con lentitud.
No me atrevía a tomarlo de la mano si iba a estar presente su prima, pero me agarré suavemente a su brazo mientras ambos pasábamos y cerrábamos la puerta detrás de nosotros.

Si no acabara de entrar por la puerta de una habitación podría jurar que más bien había entrado al jardín más grande y con más flores del mundo.
Literalmente el suelo estaba cubierto de pétalos azules a tal punto de que ni siquiera se podía ver el color del propio suelo.
Del techo colgaban racimos de flores, también azules, y había un par de largos arbustos floreados (azules, por supuesto) vagamente familiares para mí, que parecían delimitar un camino por el cual avanzar, al menos hasta cierto punto.

- Esto es...

- Espero que no seas alérgico al polen... O a las abejas, como mi tío Agustín. Siempre hay algunas en su habitación, aunque normalmente es más rosa

Camilo se encogió de hombros y avanzó por el camino marcado por los arbustos.
Lo seguí de cerca, manteniéndome sujeto a su brazo mientras con mi mano libre cargaba a mi Camilo.

- ... No hay nada que entender...

- Oh, creo que es mi prima. Vamos

Según a Camilo hasta el final del paso marcado por los arbustos. Ambos nos asomamos por el borde de uno de estos pero de inmediato ambos nos detuvimos.
Sí que era la prima de Camilo, pero seguía con la otra chica.

Ambas estaban sentadas sobre la que debía ser la cama de Isabela, a tan solo algunos metros de donde estábamos.
Su cama estaba rodeada por unas finas cortinas de tela delgada que en este momento se encontraban recogidas por unas enredaderas con flores azules, similares a las que habían crecido en el marco de la puerta.
Esta vez, podía ver con claridad a la otra chica y definitivamente no era una Madrigal, al menos de las que yo conocía.

Se veía que era bastante alta, creo que es más alta que Camilo y yo. Su cabello era de un tono muy oscuro, lo llevaba largo y recogido en una ondulada coleta baja que le caía sobre la espalda, además de que parecía llevar prendidas en él algunas de esas flores azules que había por toda la habitación.
Estaba usando una bonita falda de tela oscura con bordados brillantes de colores fríos, y llevaba en manos una guitarra con la que parecía estar tocando una suave melodía que no tardó en llegar a nuestros oídos.
Y a la cual, Isabela parecía estarle haciendo compañía mientras cantaba con una voz tan gentil y... cálida de alguna forma, que me hizo sentir avergonzado aunque yo tan solo estuviera escuchando.

- Siento magia, con tus ojos siento magia...

- ... Es tan fuerte y se contagia

Debo admitirlo, la prima de Camilo tiene una voz bonita. Y la otra chica parecía pensar lo mismo ya que le dejó cantar un poco sola antes de hacerle compañía con su propia voz.
Combinaban sorprendentemente bien, y continuaron cantando juntas mientras se miraban mutuamente con atención.

- Y hoy quiero gritarle a la gente que te...

- Y hoy quiero gritarle a la gente que... ¡¿CAMILO?!

Por más que considere que los rizos de Camilo son muy lindos, he de admitir que no son de mucha ayuda a la hora de asomarse "sutilmente".
Mi amigo pegó un respingo y de inmediato se escondió tras los arbustos, jalandome con él, pero fue totalmente inútil.

- ¡Estás muerto, Camilo! ¡¿Por qué entraste a mi habitación?!

Un par de enredaderas surgieron de la nada y nos agarraron tanto a Camilo como a mí, aunque creo que a mí me fue mejor ya que cuando nos llevaron hacia Isabela, con una fuerza bastante sorprendente, a él lo colgaron de cabeza mientras lo sostenían por los pies, cuando a mí me tenían sujeto alrededor del torso con varias vueltas de esas gruesas y flexibles plantas.

El lado malo, es que terminé perdiendo a Camilito mientras me arrastraban aquí.
La prima de Camilo parecía muy molesta, incluso se había puesto roja.

- En mi defensa, llamé dos veces y no respondiste

- ¡No por eso tenías derecho a entrar! ¡Y menos con tú... Mascota, amigo o lo que sea!

¿Cómo que mascota?
Miré a mi alrededor, buscando a mi Camilo con la mirada, pero lo único que logré ver fue a la otra chica poniéndose de pie tranquilamente, un poco sonrojada pero sonriendo con relativa tranquilidad mientras se colgaba la guitarra por los hombros con ayuda de una especie de correa de tela.
La chica se acercó al lado de Isabela, pero aún así volteó a verme por un instante, lo que me permitió notar que tenía los ojos de un curioso de azul que parecía tirar un poco hacia el púrpura, era un color sorprendentemente brillante.

Un momento, ojos azules... Flores azules, la canción y la reacción de Isabela...
Oh, creo que entiendo.
Aw, qué lindas.

Saludé tranquilamente a la chica, aún mientras estaba siendo sostenido en alto por unas plantas que salían del techo.
La chica me regresó el saludo amablemente, antes de hablarle a Isabela.

- Isa, tranquila. De todas formas tenía que irme ya

- ¡Pero...!

- Anda ya, no hagas coraje o te saldrán espinas. Nos vemos, ven a casa cuando quieras

La chica abrazó a Isabela, antes de darle un pequeño beso de despedida en la mejilla. Eso hizo que un puñado de pequeñas flores azules florecieran de golpe en la cabeza de la prima de Camilo, pero también pareció tranquilizarla un poco ya que se despidió de su "amiga" con una sonrisa.

- S-sí, claro. Nos vemos, Lila...

- Oye prima, ¿Y no vas a presentarnos? ¡Es bonita!

Isabela y yo bufamos al mismo tiempo, y de inmediato las plantas que sostenían a Camilo lo soltaron, haciendo que cayera bruscamente sobre el suelo.
Mentiría si dijera que no me sentí mínimamente satisfecho al ver eso, pero al instante me sentí mal por él.

- ¡Auch! Con cuidado

- Cállate, debería haberte dejado colgado ahí hasta que la abuela volviera. ¿Qué demonios pretendías metiéndote a escondidas en mi habitación con... el nuevo chico de los Guzmán?

- ¡Okey okey! Te lo digo, pero fue mi idea así que por favor a él bájalo con cuidado

Genial, ahora me siento peor por haberme sentido un poco satisfecho con su caída.
La chica pareció considerarlo seriamente un momento, pero terminó por suspirar y al parecer ceder, ya que las plantas que me sostenían me dejaron cuidadosamente en el suelo antes de alejarse.

Isabela se sacudió las flores del cabello, y mientras se volvía a ir a sentar en su cama todas las flores azules del dormitorio comenzaron a ser sustituidas por flores rosas o de un suave tono morado, similar al de su propio vestido.
Me quedé un momento mirando ese sorprendente cambio de color alrededor, pero me obligué a concentrarme de nuevo cuando Camilo se puso a intentar explicar qué hacíamos aquí.

- Solo quería hablar contigo, ya sabes, porque eres mi prima y ¿Te quiero...?

- Sí, claro. Te di una paleta nueva en tu cumpleaños así que si de nuevo estabas intentando robar mis...

- ¡N-no! ¡No! ¡Nada de eso! ¡Gracias por... Eh, la paleta de DULCE!

Camilo interrumpió bruscamente a su prima, haciendo que incluso ella dejara su expresión de enojo por un momento antes la confusión de lo que estaba diciendo Camilo.
Siendo sincero, si ella no entendió de que hablaba mi amigo, yo menos.

- Ah, lo que sea. ¿Entonces qué quieres?

- Bueno, eh... Supongo que sabes que a la abuela no le gusta que traigamos invitados sin que ella lo sepa... Y ______ me dijo que lo viste antes cuando estábamos... Jugando a las escondidas, así que...

- ¿Entonces te metiste a mi habitación con este chico para decirme que yo finja no haber visto a este chico?

Camilo se encogió de hombros y asintió.

- Sí, básicamente

- De acuerdo... Como sea, de todas formas no pensaba decir nada. Y menos ahora, así que váyanse de aquí. Solo no vuelvan a jugar o lo que sea tan cerca de la habitación de Bruno, esa zona está prohibida

- ¡Entendido! Muchas gracias prima

- Mejor agradeceme saliendo de mi habitación, y más te vale que no te vea en lo que queda de día

Camilo se acercó a mí y me sujetó de los hombros, guiándome rápidamente hacia la salida de la habitación.

- Oye, ¡Y Lila es grande para ti! Así que deja esos comentarios

- Lo sé, lo sé, ¡Solo bromeaba! No es mi tipo de todas formas, ¡Nos vemos!

Ni siquiera tuvimos que cerrar la puerta después de salir, ya que una enredadera se encargó de hacerlo rápidamente por nosotros.
Apenas estuvimos de nuevo en el pasillo, Camilo soltó un gran suspiro de alivio.

- Bueno... Eso salió bien. Igual ella tenía una invitada así que estaba atrapada, menos mal que no preguntó por lo de Bruno... ¿Qué sucede?

- Ca... Eh, m-mi... C-camilito... Se quedó dentro...

Señalé hacia la puerta, sintiéndome tremendamente avergonzado y triste al mismo tiempo. Camilo parecía tener tanta prisa por irse que no quise mencionarlo, pero ni siquiera alcancé a recogerlo de regreso.

- Oh... Diablos

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