THANTOPHOBIA; James Potter

Por prongs_girl

256K 28.9K 27.3K

❝Tipo de ansiedad que tiene que ver con el miedo a la muerte, el proceso de morir o perder a un ser querido.❞... Más

𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒:
𝐂𝐀𝐒𝐓
𝐏𝐋𝐀𝐘𝐋𝐈𝐒𝐓:
| 𝟭 |
| 𝟮 |
| 𝟯 |
| 𝟰 |
| 𝟱 |
| 𝟲 |
| 𝟳 |
| 𝟴 |
| 𝟵 |
| 𝟭𝟬 |
| 𝟭𝟭 |
| 𝟭𝟮 |
| 𝟭𝟯 |
| 𝟭𝟰 |
| 𝟭𝟱 |
| 𝟭𝟲 |
| 𝟭𝟳 |
| 𝟭𝟴 |
| 𝟭𝟵 |
| 𝟮𝟬 |
| 𝟮𝟭|
| 𝟮𝟮 |
| 𝟮𝟯 |
| 𝟮𝟰 |
| 𝟮𝟱 |
| 𝟮𝟲 |
| 𝟮𝟳 |
| 𝟮𝟴 |
| 𝟮𝟵 |
| 𝟯𝟬 |
| 𝟯𝟭 |
| 𝟯𝟮 |
| 𝟯𝟯 |
| 𝟯𝟰 |
| 𝟯𝟱 |
| 𝟯𝟲 |
| 𝟯𝟳 |
| 𝟯𝟴 |
| 𝟯𝟵 |
| 𝟰𝟬 |
| 𝟰𝟭 |
| 𝟰𝟮 |
| 𝟰𝟯 |
| 𝟰𝟰 |
| 𝟰𝟱 |
| 𝟰𝟲 |
| 𝟰𝟳 |
| 𝟰𝟴 |
| 𝟰𝟵 |
| 𝟱𝟬 |
| 𝟱𝟮 |
| 𝟱𝟯 |
| 𝟱𝟰 |
| 𝟱𝟱 |
| 𝟱𝟲 |
| 𝟱𝟳 |
| 𝟱𝟴 |
| 𝟱𝟵 |
| 𝟲𝟬 |
AGRADECIMIENTOS Y EXPLICACIÓN.
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟭
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟮
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟯
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟰
𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟 𝗔𝗟𝗧𝗘𝗥𝗡𝗔𝗧𝗜𝗩𝗢
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟱
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟲
𝗘𝗫𝗧𝗥𝗔 #𝟳

| 𝟱𝟭 |

2.5K 376 220
Por prongs_girl

James se había marchado a hacer unas compras, había insistido en salir solo, por más que Alexandra se lo haya querido impedir unas mil veces.

Sirius, aburrido de no hacer nada, decidió visitar a Alexandra mientras su mejor amigo no se encontraba. Ambos estaban en el sofá bebiendo café y escuchando a David Bowie, mientras hablaban de cosas triviales.

Sirius aún no había hablado con Alexandra sobre lo sucedido con su familia, y eso le preocupaba un poco.

No la había visto llorar, tampoco la oyó hablar del tema. Absolutamente nada.

–Pelirroja. –la llamó luego de unos segundos.

Alex lo miró mientras bebía de su café e hizo un ademán para que hable.

–¿Cómo estás?

Soltó una risa y lo miró sin entender.

–Pues bien.

–Hablo enserio.

–Yo también.

Sirius relamió sus labios y dejó la taza en la mesa ratona para luego voltear y mirarla mejor.

–Alex... ¿Quieres hablar sobre lo sucedido?

Ella apretó sus labios y miró la taza, enfocando su atención en el líquido negro. Negó con su cabeza.

–¿No?

–Es solo que... no lo sé. –suspiró. –No me lo esperaba, quiero decir... No importa.

–Sí que importa. Hace una semana sucedió, James me dijo que no hablas de ello desde esa mañana. Él está preocupado, y yo también.

–¿Preocupados por qué?

–Porque no es bueno que reprimas tus sentimientos, Alex. Y el hecho de que no los hayas visto por años y que te hayan tratado como la mierda no significa que no pueda dolerte.

Alex miró su regazo y mordió su labio inferior con fuerza, lastimandolo un poco. Sirius, en ese instante, supo que dió en el clavo, aquello la había debilitado.

–Odio que me afecte, sabes. –murmuró. –Una parte de mí cree que ellos no sentirían lo que yo siento en caso de que me haya sucedido a mí. Bueno, eso está claro.

–Que sean horribles y no sientan nada no quiere decir que tú también debas hacerlo. Esa es la diferencia entre tú y ellos.

Alex asintió y levantó la mirada. Sirius pudo notar la tristeza en sus ojos verdes, que estaban humedecidos.

–Tenía un hermano, nunca supe nada de él. –susurró.

–Leí sobre eso, James me comentó algo. Lo lamento, yo... –negó con su cabeza y continuó. –En verdad lamento que no hayas podido conocerlo, es horrible que hayan hecho algo así.

–Lo es. –su voz se quebró. –Ni siquiera pudieron dejar su orgullo de lado por eso. Y mi abuela... a mi abuela también le quitaron ese derecho.

–Y no es tu culpa, lo sabes ¿no?

Alex lo miró por unos segundos y luego hizo una mueca, bebió lo poco que le quedaba de café y dejó la taza sobre la mesa, con un poco de fuerza.

–Alex, sabes que no es así.

–¿Cómo podría no serlo?

–No tienes nada que ver...

–Oh, vamos. –rió sin gracia. –Mi abuela sabía poco y nada de magia, y mira como terminó. Mi familia desde un principio me dijo que por mi culpa todo terminaría mal, que era peligroso. –comenzó a alterarse. –Y unos años después terminan asesinados en su propia casa. ¿Cómo podría no ser mi culpa? No fue algo al azar, Sirius, es obvio. De tantos hogares que hay en Londres ¿justo atacaron ese? –preguntó irónicamente. –Lo hicieron por mí, porque están empeñados en arruinar mi vida y hacerme sufrir una y otra vez, porque me odian sin motivo alguno y...

–¡Respira! –la frenó en seco. –Respira.

Alex miró hacia otro lado y, recién allí, notó que estaba llorando. Pasó sus manos por sus ojos y lo miró, esperando que hable. Sirius se acercó un poco más para unir sus manos y mirarla fijamente.

–No voy a negar que están empeñados en hacerte daño, pero eso no es tu culpa, ellos son los que en un principio te buscaron y quisieron arruinarte de mil formas diferentes. –habló en voz baja. –Pero tampoco eres la única, hay muchas personas que de seguro piensan como tú. Personas que tienen familia muggle y que, injustamente, fueron asesinados. ¿Qué crees que piensan ellos?

–Pero...

–No es tu culpa haber nacido con magia, de hecho es algo hermoso. Si alguien tiene la culpa aquí son ellos, por querer eliminar a todos los que son diferentes o piensan de distinta forma que ellos.

–Es que... lo sé, eso lo sé, pero no puedo evitar pensar en que todos los que me rodean están saliendo perjudicados por mi culpa.

–No es así, todos sufrimos por diferentes motivos, y todos estamos atravesando los daños colaterales que la Guerra trae.

–Lo sé. –susurró.

Sirius ladeó su cabeza y la acercó a su pecho, sintiendo cómo algunas lágrimas caían por su camisa. Besó su frente con cariño.

–Y no te estreses, que dentro tuyo tienes a mi ahijado o ahijada.

Alex rió entre llanto y se separó para golpear su pecho.

–Estás bien ¿no? Quiero decir...

–Estoy bien. –le sonrió.

La puerta principal sonó y ambos miraron a la misma, encontrándose a James que ingresaba con muchas bolsas, demasiadas.

–¿Qué es eso?

–Compras. –respondió con simpleza mientras caminaba hacia ellos.

–¿Compras de...?

–Cosas.

Alex frunció el ceño, aunque no duró mucho ya que sonrió al sentir los labios de James sobre los de ella.

–Hola, nuez. –acarició el vientre de su esposa.

–¿Cuándo dejará de llamarlo nuez?

–Es una buena pregunta. –le respondió ella al pelinegro.

–¿Te quedas a cenar? –le preguntó James a Sirius.

–Lo siento pero no, muero de sueño. Sé que aman mi presencia aquí pero prefiero dormir. Aunque... James, antes de irme ¿puedo hablar contigo?

Alex elevó una ceja y miró a James con duda, pero él se veía igual de desorientado que ella. El azabache sacudió su cabello y asintió.

–Ya te lo regreso. –le habló Sirius a Alex.

Miró como el par abandonaba la sala para ir a la cocina, dejándola sola y con intriga. Era extraño.

No quería husmear en la conversación, pero la duda la invadía y un lado de ella temía que sea algo grave. Sabía que los chicos no querían darle noticias malas o hacerla estresar por pequeñeces, porque eso podía afectarla.

Se levantó y comenzó a caminar por la sala, intentando que el tiempo pase. Tal vez podía convencer a James para que le cuente lo que sucedía.

–Bien, como sea. –bufó.

Caminó hasta la puerta de la cocina, con cuidado de que sus pasos no sean escuchados. Podían oírse los murmullos, pero nada con claridad. Apoyó su cuerpo contra la puerta e intentó agudizar sus oídos.

–Por Merlin, Canuto.

–Es solo una suposición. –murmuró bajo.

No pudo descifrar lo que continuaban hablando, solo se oía la voz desesperada de Sirius. Y eso la preocupó.

–No puede ser...

–¿Y si lo es?

Alex abrió sus ojos en grande al sentir que los pasos se acercaban hacia la puerta, por lo que se alejó de la misma con rapidez y fingió acomodar algunas fotografías de la pared.

–¿Qué estás...?

–Oh, acomodo un poco. –respondió mirando a James. –Tengo hambre ¿cenamos?

–Otra vez no. –se quejó James.

–Ese es mi pie para irme.

–Anoche me hizo hornearle un pastel a las tres de la mañana.

–Yo te ayudé. –se quejó ella.

–Con más razón me iré. Nos vemos luego, chicos.

Sirius besó la frente de Alex y acarició brevemente su vientre, palmeó la espalda de James y se largó, dirigiéndose a la chimenea.

–Bien. –James frotó sus manos. –¿Qué quieres cenar?

–James... ¿sucedió algo?

Él frunció el ceño y negó con su cabeza, dejó un corto beso en su frente y caminó hasta la alacena para buscar algo que cocinar.

–James.

–No sucedió nada, Lex.

Alex mordió sus labios y se apoyó contra la mesada.

–¿Seguro?

James la miró por unos pocos segundos y nuevamente le dió la espalda mientras tenía una lucha interna sobre qué hacer.

Apoyó sus manos sobre el lavamanos y cerró los ojos por unos segundos. Ella pudo notar cómo su postura había cambiado por completo, por lo que se acercó y apoyó su mano sobre su espalda.

–James...

–Estoy bien.

–No te noto bien.

James suspiró y mantuvo su postura, apoyando las manos sobre el lavamanos y con la vista fija en el mismo.

–Amor...

Estaba preocupada. No sabía de qué habían hablado para que ahora James tenga esa expresión, pálido, sudoroso y con las manos temblorosas. Rápidamente sonrió y la miró, recomponiendo su postura.

–Solo hablamos sobre Regulus, nada más.

Analizó sus ojos avellana, pasando de uno a otro. Sabía que mentía. No tenía por qué ponerse de esa forma por una conversación sobre Regulus, se lo notaba... decepcionado y dolido.

Además, por lo poco que había llegado a oír, era obvio que no hablaban sobre el menor de los Black.

Alex suspiró y dejó pasar aquello, lo tomó del abdomen y lo abrazó con fuerza, rápidamente James escondió su rostro en el hueco de su cuello.

–No sé que te sucede pero sabes que puedes hablar conmigo. –murmuró bajo.

James apretó aún más el agarre y asintió, dejó un corto beso en su cuello para luego separarse.

–Lo sé, cariño. Está bien. –aseguró tomando sus mejillas. –¿Quieres comer algo?

–Por favor, antes de que me largue a llorar del hambre. –dramatizó haciendo que James suelte una carcajada.




No se había vuelto a hablar sobre la conversación entre Sirius y James, aunque Alexandra pensaba en ello todo el tiempo.

Un lado de ella decía que estaba siendo exagerada, si fuera algo grave o muy importante se lo hubieran dicho en un principio. O eso creía ella.

Habían transcurrido dos semanas y media, por lo que ella tenía casi cinco meses de embarazo. No había mucho cambio físico, aunque dependiendo de la ropa que utilizaba sí se notaba un poco más, bastante a decir verdad.

Alex colocó la pizza en el horno y se dedicó a esperar, mientras Sirius y James hacían no sé qué en el Patio Trasero. Últimamente ambos hablaban en privado, lo cual no le molestaba, ya que eran mejores amigos desde los once años, pero también la inquietaba un poco, ya que a veces ambos volvían nerviosos o hasta enfurecidos.

El timbre resonó, descolocando por completo a la pelirroja. Tomó su varita que se encontraba sobre la mesa y caminó a paso lento hacia ella, James y Sirius también se alarmaron, por lo que se encontraban en la misma posición defensiva que ella.

Alex, ignorando la mirada negativa de James para que abra la puerta, tomó el picaporte.

Ella sonrió aliviada al ver que era Remus.

–¡Rem!

Saltó hacia sus brazos, atrayendolo contra su cuerpo. Remus sonrió ignorando las lastimaduras que su cuerpo tenía, y le devolvió el abrazo con la misma fuerza.

–Te extrañamos.

–Y yo a ustedes.

Ella se bajó de sus brazos y caminó hacia atrás, para darle paso a Sirius y James. El pelinegro sonrió a medias y se acercó a él para abrazarlo y besar sus labios con fuerza. Y James, luego de aquel acto, lo abrazó.

–Pasa, Lunático. –habló James.

Recién allí, al ver a Remus ingresar y que su cuerpo se ilumine por la luz, pudieron ver su cuerpo lleno de heridas y lastimaduras.

–Merlín, Rem.

–Estoy bien. –tranquilizó a Alex. –Son superficiales y ya tomé una poción para acelerar la curación y aliviar el dolor.

Remus dejó su abrigo y una mochila en el costado de la entrada. Comenzó a frotar sus manos para entrar en calor y miró a sus amigos, no pudo evitar sentir algo diferente.

–¿Quieres un té? Falta para la cena.

Remus asintió y siguió a Alexandra hasta la cocina, donde ella con magia, para evitar la espera, le preparó un té de hierbas.

–Ten.

Sonrió en forma de agradecimiento y bebió un largo sorbo, sintiendo como su cuerpo rápidamente entraba en calor.

–¿Cómo ha estado todo?

–Eso deberíamos preguntarte a ti.

–Ya tendré tiempo para contarles todo. –sacudió su mano. –¿Cómo está mi futuro ahijado?

Alex rió y se sentó enfrente suyo.

–Todo marcha bien. Solo me hace morir de hambre y náuseas. –rodó los ojos divertida.

Remus sonrió enternecido. Antes de marcharse, ella no estaba tan segura del embarazo, aún habían dudas y se notaba en su forma de hablar de la situación.

Pero ahora tenía un brillo en los ojos, se la veía segura y hasta emocionada por aquello. La forma en la que hablaba del embarazo y cuidaba de sí misma lo decía todo.

–Me alegro de que todo esté bien.

Alex sonrió genuinamente y tomó su cabello en una coleta. Remus se dedicó a mirar el té en la taza blanca, se sentía diferente.

–¿Fue muy malo?

Remus negó con su cabeza.

–No mucho, al principio no confiaron en mí, pero luego me aceptaron como uno más. Fue extraño aunque...

Un golpe resonó en el living, ambos se miraron alarmados y caminaron a paso rápido hasta allí, pero solo se encontraban James y Sirius.

–¿Qué sucedió?

–¿Dónde estuviste, Remus?

Alex frunció el ceño ante el tono de voz de Sirius. Miró al licántropo, que se encontraba con la misma expresión que ella, y elevó sus hombros.

–En la misión que Dumbledore...

–Lo sé, pero en qué lugar.

Remus abrió y cerró su boca varias veces.

–En el oeste, cerca de...

–¿Hounslow?

–Sí. –respondió con tono de duda.

Sirius soltó una risa sin gracia y relamió su labio inferior. Apoyó con fuerza El Profeta en el pecho de Remus, sorprendiendolo.

Alex se acercó a Remus para leer la noticia, donde básicamente notificaban que una familia había sido asesinada la noche anterior en Hounslow. Los cuerpos tenían rastros de mordidas y rasguños.

Remus frunció el ceño y pestañeó repetidas veces, miró a Sirius, que mantenía expresión de enojo, y luego a James, que se mantenía neutro.

–¿Qué tiene que ver con...?

–Por favor, Remus. –ironizó Sirius.

–¿Estás insinuando que formé parte de eso?

Un silencio inundó la sala. Alex negó con su cabeza y soltó una risita nerviosa.

–¡¿Cómo te atreves?!

–No, nadie dice eso. –habló Alex intentando calmarlo. –Sirius...

–¿Qué mierda dices, Sirius?

–¡Anoche hubo un ataque en la misma zona en la que estuviste!

–No digas estupideces. –replicó Alex.

–No te metas y...

–Es uno de mis mejores amigos ¿cómo esperas que no me meta?

–Así que te sentías seguro con ellos ¿eh?

–¿Oíste nuestra conversación? –preguntó Remus entre risas. –Por Godric, esto es increíble. ¡No quería decir eso! Lo que quería decir era que... no creí que me aceptarían.

–¿Y te sentiste a gusto, eh?

Alex cerró sus ojos con fuerza y tomó su frente para masajearla. Luego dirigió su vista a James, que se encontraba callado y sin expresión alguna.

–James.

El azabache miró a Alex, pero se mantuvo en silencio.

–Hay un traidor entre nosotros.

–Y crees que soy yo. –susurró Remus, mirando a Sirius con dolor en sus ojos. –Prometiste no volver a desconfiar de mí y...

–A la mierda con eso, Lupin. Alguien difunde información desde hace tiempo, justo hay un ataque donde tú te encontrabas y ¡oh, sorpresa! Tenían rasguños y mordidas por su cuerpo.

–Remus no haría algo así, y lo sabes. –elevó la voz Alex.

–Yo ya no sé nada. Solo sé que son muchas casualidades juntas.

Remus enrojeció y miró a James, suplicando con su mirada que diga algo. El azabache aclaró su garganta y acomodó sus anteojos de forma nerviosa sobre el puente de su nariz.

–Cuando no estuviste no hubieron difusiones sobre las reuniones con la Órden. –murmuró James.

–James. –lo regañó ella.

–Perfecto. –rió el castaño sin gracia.

–Solo digo que... ¡tal vez no has hecho nada pero los hombres lobo con los que estabas sí! –se excusó el azabache.

–De ser así no tenía idea.

–¿Pudiste reclutar a alguien? –preguntó Alex con voz calma.

Remus inhaló profundamente y tragó en seco.

Sabía que al decir que no desconfiarían aún más de él. El no haber reclutado a nadie podía implicar que la manada pertenecía al lado oscuro.

–No.

–Qué casualidad. –ironizó el pelinegro.

–¡Sirius ya basta!

–No, perfecto. Me alegra saber lo que piensa de mí. Vamos, sigue hablando.

–¿Quieres que siga hablando? Perfecto. Me parece que el traidor aquí eres tú, te fuiste a este pequeño viaje y en ese tiempo no hubo infiltrado en la Órden, ya que nadie supo nuestra ubicación o planes.

–¡Eso es estúpido! Con ese criterio yo también podría serlo, porque no asistí a reuniones en meses.

–Es obvio que no eres tú, Alex.

–Y también es obvio que no es él.

–Los hombres lobo atacaron el pueblo anoche. –Sirius bajó la voz, devolviendo su vista a Remus.

–¡Yo no hice nada, Sirius!

–Pero fueron tus compañeros.

–No son mis compañeros, no digas estupideces, Black. –elevó la voz.

–No está en discusión, fueron ellos.

–Pudo haber sido otra manada. –lo defendió Alex.

–Siguen siendo hombres lobo. ¡Son bestias!

Alex miró con dolor a James, que luego de haber abierto la boca se dió cuenta de lo dicho. James apretó sus labios y miró a Remus con pena, pero él mantenía una postura rígida.

–¿Y qué soy yo, entonces? ¿Una bestia también?

–Estás actuando como un idiota, Potter. –habló Alex con voz dura.

–Hablas de mí, pero ¿no serás tú el traidor? –interrumpió Remus mirando a Sirius. 

Sirius se echó a reír con ironía, fingió limpiar una lágrima y se cruzó de brazos, mirándolo con seriedad.

–¿Ahora quieres hacerme quedar como el culpable a mí?

–Tu familia siempre te llenó la cabeza, no me sorprendería que te hayas pasado a su lado para complacerlos, después de todo siempre buscaste eso.

Sirius se abalanzó hacia Remus, pero Alex se colocó frente a él.

–¡¿Pueden relajarse por un minuto?! ¡¿Qué mierda les sucede?!

–Estás defendiendo a la persona incorrecta.

–No estoy defendiendo a nadie, estoy intentando hacerlos recapacitar. ¿Qué se supone que...?

–Déjalo así, Alex. –se resignó Remus. –Siempre supe que no confiaban en mí, y esto lo dejó más que claro.

Alex se volteó y lo miró con lástima, pero él acarició su brazo para luego caminar hacia la chimenea.

–Rem...

El nombrado se marchó de la casa, dejando las llamas verdes en su lugar. Alex sintió sus ojos picar y sorbió su nariz, no sabía en qué momento se había ido todo a la mierda.

Y allí se dió cuenta, de que aquello era de lo que tanto hablaban James y Sirius a su espalda. Esto venía desde hace tiempo.

–Lo arruinaron. –murmuró ella luego de unos segundos. Ambos la miraron.

–No, tú no entiendes. –se desesperó Sirius. –¿Estarás con él? Quiero decir... estás embarazada y...

–No me vengas con esas idioteces, Black. –su voz se quebró. –¡Es Remus de quien estamos hablando! No lastimaría a nadie, preferiría morir antes que hacerlo ¡y lo saben!

El rostro de James se desfiguró, sabiendo que lo que Alex decía era cierto. Pero la desesperación y el miedo por descubrir a la persona infiltrada era tanta que se dejó llevar por dos o tres casualidades que podrían haberle pasado a cualquiera.

–Arruinaron una amistad de años por algo tan estúpido como una casualidad.

–¿A dónde vas? –preguntó James al ver que ella agarraba su abrigo.

–Con Remus. Ambos son unos idiotas y no quiero saber nada de ustedes por un tiempo, espero que se den cuenta de lo que hicieron.

–Pero...

–Adiós.

















Seguir leyendo

También te gustarán

13.5K 1.3K 23
Portgas D. Ace un mafioso muy peligroso y reconocido por sus venganzas en el bajo mundo. El solo tenía una debilidad y ese tenía nombre, Monkey D. Lu...
518K 53.2K 133
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
39.9K 1.8K 12
~========∙========~ ~𝘚𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘯𝘪𝘯̃𝘰𝘴 𝘫𝘶𝘨𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢 𝘶𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘱𝘦�...
62.8K 4.5K 15
Tras la llegada de una nueva manada de Alfas, traerán distintas sorpresas a este pueblo. La manada busca a Boyd y Erica. ¿Sacrificios humanos? ¿Una...