| 𝟱𝟮 |

2.4K 374 183
                                    

Alexandra ingresó a velocidad a casa de Remus y Sirius, que ahora en realidad no sabía con exactitud a quién pertenecía

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Alexandra ingresó a velocidad a casa de Remus y Sirius, que ahora en realidad no sabía con exactitud a quién pertenecía.

Al ver la sala de estar, su corazón se rompió.

Casi todos los muebles, fotografías y adornos estaban en el suelo. Algunos rotos, otros simplemente esparcidos por allí.

Remus no se encontraba, y eso la alarmó aún más. Había visto a Remus enojado varias veces, pero esto era diferente. Ella no quería ni imaginarse lo que estaba sintiendo, se debía encontrar destrozado.

Un ruido en la cocina la alarmó, por lo que comenzó a correr hacia allí. Remus se encontraba empujando la mesa principal con mucha fuerza, logrando que la misma quede volteada en el otro extremo.

–Remus...

Su voz lo hizo reaccionar, volteó y enfocó su vista en ella de forma desorientada. Se lo veía mal, muy mal.

Su rostro estaba pálido y sudoroso, junto a las heridas con las que había regresado de la misión. Su cabello estaba despeinado y algunas lágrimas secas se encontraban sobre sus mejillas, los ojos inyectados en sangre, demostrando furia, tristeza, decepción...

–Remus. –volvió a hablar, intentaba hacerlo entrar en sí.

Remus no sabía cómo reaccionar. Por un lado quería echarse a llorar, abrazar a Alex y no salir de allí por el resto de su vida. Y por otro, quería romper absolutamente todo, golpear a quien fuera y hasta dañarse a sí mismo.

–¿Qué haces aquí? –fue lo primero que se le ocurrió preguntar.

–No iba a quedarme allí, creí que podrías necesitarme. Pero si prefieres estar solo...

Alexandra dejó de hablar al oír el sollozo proveniente del licántropo. Remus cayó de rodillas y tapó su rostro, sintiéndose avergonzado.

Sentía tanta vergüenza. Vergüenza por ser quien era, por mostrarse tan vulnerable frente a su mejor amiga... por todo. Odiaba sentirse así.

Alex caminó hasta él y se colocó de cuclillas a su lado, lo tomó de las manos para dejar su rostro a la vista y, sin saberlo, sus ojos se cristalizaron.

Alexandra sentía tanto enojo. Sabía que Remus se odiaba por completo, le había costado demasiado poder aceptarse aunque sea un poco, y ese pequeño progreso se había ido a la basura en tan solo unos minutos.

Si había alguien que podía comprender la forma en la que él se sentía, era ella.

–Suéltalo, Rem. –murmuró al ver que él intentaba reprimir su llanto. –Ven.

Apoyó la cabeza del chico sobre su hombro para ser su soporte, al instante comenzó a llorar con más fuerza. Se aferró a Alexandra tomándola de la cintura y escondiendo su rostro en su cuello.

THANTOPHOBIA; James PotterDove le storie prendono vita. Scoprilo ora