-Hyein-
Tener a un lado a Sehun contándome todo sobre él, me dejaba totalmente confundida, no sabía cómo reaccionar ante tal hecho. Pero lo que si sabía era que… me gustaba
-Prefiero los perros que a los gatos- dijo
-¿Qué?- subí mi voz y automáticamente me sonroje –Digo, ¿Por qué? Los gatos también son lindos-
-No tanto como un perro- sonrió, sufrí un pequeño paro cardiaco
-Bueno no discutiré contigo sobre este tema, ya que sabemos que los gatos dominan el mundo- reí
-Hyein, No- empezó a reír muy fuerte –No creo que los gatos dominen al mundo-
-En fin, como dije antes…- Una voz no me dejo terminar
-Hyein, ¿Te quedaras a comer con nosotros?- era su mama, nervios.
Sehun dejo su mirada sobre mí
-Tengo que regresar a casa, Lo siento Señora Oh. Pero muchas gracias por la invitación- Mis mejillas estaban ganando un color rojizo
-Yo quería que te quedaras, pero recordé que tu mama no te dejara entrar a tu casa- Rio –Tan chistosa, desearía conocerla un día-
-Mama- Sehun añadió
-Solo digo, además si Hyein ya es parte de la familia-
-Pero si no estamos en ninguna relación- Sehun y yo hablamos al mismo tiempo
-Nunca dije una relación amorosa, mal pensados- Entre cerro sus ojos –De amigos, chicos-
-Ahhh- volvimos a decir al mismo tiempo Sehun y yo
-Terminaran juntos- susurro
-
-Gracias Sehun por traerme, aunque no era necesario-
-Claro que lo era, después de ver en donde vives y comprobar que es vecino de Narnia lo tenía que hacer- Suspiro
-Realmente estás loco- sonreí –Bueno, gracias de nuevo por traerme y cuidarme ayer, te debo una-
-Tal vez dos… está bien una. Pero como te dije antes y ahora no debes agradecerme-
-Sehun, gra..- pare –Adiós-
-Adiós, Hyein-
-
-Mama, he llegado- deje las llaves en la mesita de centro para dirigirme a la cocina –Mama- me encontré a otra persona que no precisamente era de mi agrado
-¿Dónde has estado?- lo ignore, eso tenía que hacer –Te he preguntado donde haz estado- repitió de nuevo
-¿Dónde está mi mama?-
-¿Acaso eres tonta? ¡¿Dónde diablos te has metido?!-
-Le repito que no es de su incumbencia saber que hago con mi vida-
-¿Qué dijiste?- se levantó bruscamente de la mesa y comenzó acercarse a mí
-He llegado- se escuchó la voz de mi mama, y suspire agradecida –Hyein haz llegado, ¿Cómo te ha ido?
-Bien, Mama subiré a mi habitación- mi mama asintió y me fui corriendo a esta
Si sigo de esta manera, nadie podrá salvarme después. No lo quiero en nuestras vidas pero parece no entenderlo.
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-Hija- la voz de mi mama se escuchó en mi habitación, mientras se acomodaba en mi cama- Hace mucho me daba ganas de preguntarte algo- asentí- Jung …- suspiro -¿Te agrada-
No.
Lo odio.
Me hace daño.
Y si yo no hago nada a ti también te lo hará.
-No es de mi importancia-
-Quieres decir que no te agrada?-
-No-
-Pero a mi si, lo quiero-
-Yo no-
-¿No me quieres ver feliz?-
-Antes fuimos felices-
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-Señorita temo avisarle, que el señor llamado Jung Jun ha sido víctima de un accidente de tránsito… Acaba de fallecer. Lo sentimos-
Que acaba de pasar, el ya no está aquí. Ya no está más en mi vida. Esto ha sido el fin.
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