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By OliBanng

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Shots con el anime Jujutsu Kaisen^^ el mjr intento de historia cn tan bakan anime More

โฐยน
โฐยฒ
โฐยณ
โฐโด
โฐโต
โฐโถ
โฐโธ
โฐโน
ยนโฐ
ยนยน
ยนยฒ
ยนยณ
โ‘ โ‘ฃ
โ‘ โบ
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โ‘ โ’Ž
โ‘ โฝ
๏ผ‘โ‘จ
โ‘ก0
โทโ‘ด

โฐโท

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By OliBanng

Nanami Kento (+18) ∞

—Cuánto es 7x9? — preguntabas por milésima vez.

— 63 y ya deja de hacer preguntas, por favor. — suplicó mirando las rutas de calles en la pantalla.

Un puchero se formó en tus labios.

Tu amigo era un aguafiestas, eso sin duda.

— Oye.... — rodabas en el asiento.

Oíste un suspiro apenas abriste la boca.

— qué.

— Alguna vez has tenido sexo? — preguntaste sin interés.

Y él te respondió de la misma forma.

— No creo que debas saber eso.

— Es un si?

— No te lo diré.

— Entonces no?

Presionó el freno de golpe y rascó su cabeza, estresado.

Incluso tú admitías ser desagradable hasta ese punto.

Pero era la mayor entretención sentir que podías provocar algo en lo que parecía ser un auténtico robot.

— No estás cansada? Son las 12 de la noche. — cuestionó con asombro.

— Dormí mucho para este viaje, así que no. — sonreías triunfante.

Y aquello de hablar animadamente, sin cerrar ese maldito pico que tenías, rojizo y brillante, era lo que mantenía a Nanami algo... Inquieto.

Le recordabas mucho a Gojo.

Es más, se sentía acosado, era como si no pudiese tener aquella paz esperada pero no tan deseada que incluía su vida.

Al menos una de esas distracciones era... Atractiva. O eso imaginaba él.

Si es que se puede decir de otra forma, menos formal.

Una de sus distracciones tenía. Extrema belleza.

Y luego estaba Gojo, por supuesto.

— No respondes mi pregunta... — te quejaste mirándolo fijamente.

Tenias algo de curiosidad, honestamente.

Pensar en que aquel hombre tan derecho y estricto podría sucumbir ante los deseos del placer (en este caso del sexo).

Era equivalente a encontrar la debilidad en un Dios.

Como si pudieses hacer que un robot tuviese sentimientos.

digamos que era aquella búsqueda de viaje que te gustaría descubrir impacientemente.

Pero el Maldito rubio no se dejaría soltar tan fácil, era evidente.

O tal vez...

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— Eh tenido vida sexual, si tanto te interesa — respondió fríamente manejando hacia la esquina de la calle vacía, donde el puente soltaba luces de agua.

— Ah?! Pero eso no se vaaleee — te burlabas — quiero saber si te has metido con alguien! tal vez te hayas masturbado por liberación de frustración. Pero hablo de...

La ampolleta esta, se encendió.

— Ya sé. — dijiste decidida.

Como si hubieses descubierto su secreto.

Como si supieras lo que hace todos los días y aquellos errores que como humano comete.

Tu rostro se veía aún más demandante para Nanami.

"Ya sabes qué... Tonta" se quejó mentalmente al notarte por la ventanilla.

— Ah~ ya sé! Ya sé! — seguías incitandolo a preguntar, empezando a reírte.

Los dedos del rubio apretaron un poco el volante.

— Qué cosa sabes? — trató de sonar desinteresado. Como si un adulto jugase con un niño.

Pero quería escucharte con ganas, eso si.

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Tú aún en el plan de escuchar extrañamente sus momentos sexuales, seguías prometiendo una salida.

— Eres gay — agregaste.

Y la mente de Kento explotó con sus conspiraciones en ella.
A poco no se reía de tus palabras.

No se te había ocurrido algo mejor? Incluso "quieres hacerlo después de casarte" sonaba más inteligente.

Simplemente ridículo.

Ni siquiera usaba los típicos pantalones ajustados.

De igual forma era un alivio saberlo.

Porque él tenía claro que no podrías descubrir lo mucho que le pones. Obviamente no.

Eras solo su caliente amiga. No una psíquica.

— No, no soy gay — te dijo, intentando no burlarse de tu poca creatividad.

— Eso diría un gay — hablaste tratando a la vez de no carcajear — Por dios que ciega fui!

De misma forma te lanzaste al asiento, con exageración y drama.

— Ahora todo tiene sentido! — exclamaste — Por eso siempre eres tan aburrido! Nunca tienes novia, nunca sentiste atracción por las chicas del trabajo! Te gusta Goj-

— Eres idiota? — preguntó.

y lo notaste solo con el tono de aquella duda.

Como si el ambiente no fuese divertido.

Como si tus palabras recién nombradas, lo hubiesen.... Enojado?

Si, no había caso... se había enojado.




No era tu idea que esto pasara y por lo mismo te encojiste en tu lugar.

— Cómo?... — hablaste esperando que tus suposiciones fuesen mentira.

— Siquiera me estas viendo ahora? — volvió a preguntarte esta vez con más necesidad.

Intentaste buscar algo en tu alrededor que te diera señales.

Señales de qué? Ni puta idea.

Te encontrabas nerviosa y era increíble lo torpe que se ponía tu cerebro en ello.

— L-lo de ser gay era broma, Kento... — intentabas calmar la situación.

Pero no funcionó.

— Y lo de ser aburrido? Eh? — volvió a demandarte — Crees que no conozco nada del sexo? Como un puto niño?

Lo irónico era que su voz sonaba tan tranquila como sus "hola" en las mañanas.

Pero, aún así, el ambiente era tan jodidamente tenso. Imposible de describir.

No sabías que responderle.

Si, era un tipo no tan... De vivir la vida. Pero la vivía, se entiende? De una u otra forma.

— O-osea, yo sé que sabes del sexo. Yo igual, me eh masturbado en la adolescencia y todo, pero... Y-yo, osea. Es que lo que pasa-

— Te lo vuelvo a preguntar, me estás viendo ahora? — recalcó.

Uy.

Querías desaparecer. Ese era el tema.

— N.. no, creo que n-no. — un murmullo se oía en el auto.

Y de pronto, las ventanas se subieron. Hasta arriba.

El coche estaba oscuro. Pero podían verse los rostros aún.

Si te iba a matar o algo por el estilo.

Tu único arrepentimiento fue no haber pedido a tu hermana que te depositara algo de dinero para tu vibrador.

Y Dios te ampare.

— Es la tercera vez que lo diré... Siquiera, me estás viendo ahora, ___? — sus lentes mostraban la mirada demacradora que tenía.

No dejaba de ocasionarte escalofríos su maldita voz.

Negaste. Puesto que ni siquiera te sentías capaz de abrir los labios.

Apenas y podías hablarle.

Esto ya no era un juego.

Dejó de serlo desde que saliste de tu casa con tu falda larga y de muslo rasgado.

Desde tus labios pintados hasta la punta de tus sandalias ajustadas, desde allí dejó de tratarse de un juego para Nanami.

Estuvo desde que te sentaste a su lado en la oficina, hasta este momento, aguantando sus ganas del demonio, de tirarte a la mesa y follarte ahí mismo.

No era de aquel amor en las películas, sencillamente se trataba de la realidad de las hormonas.

Y no podemos culpar al pobre Kento.

Es solo que hace tantos años, no sentía la necesidad sexual de hacerlo casi todos los días con alguien.

El maldito rubio se había enojado, luego de todo un estresante viaje... Porque eras tan lenta para comprender eso.

Recuerdas haber negado y de allí, plop.

Ni siquiera te sientes capaz de describir lo sucedido.

— Muy bien. — se oía claramente como el cinturón era desabrochado — Te mostraré, como me tienes...

— Las ventanas son de vidrio polarizado, así que nadie.... — miro hacia afuera

— Bueno, no hay gente a esta ahora... Aún así. Nadie nos verá.

Esto fácilmente se vería de forma sexual en ... Las 50 sombras de Grey.

Pero era tan extraño imaginarse a Nanami, poniendo un ambiente sexual, que solo te planteabas tu muerte.

Por un momento en serio pensaste que te iba a asesinar.

Porque se estaba quitando la chaqueta, con tal de no mancharla de sangre...

— Tenemos algunos vecinos... Así que debemos tratar de no ser muy ruidosos, bueno ___? — te dijo, arremangado su camisa.

Y por si les interesaba, sí. Seguías estando quieta en el lugar.

Todos aquellos pensamientos sobre un próximo asesinato, solo eran a nivel mental.

Apenas y oías lo que te estaba diciendo.

— Donde te compraste esa falda negra?... — preguntó levantándose de su asiento.

No bromeabas al decir que te ibas a poner a llorar.

Era como si tu peor profesor te preguntara la tabla del 7.

No podías contestar.

— Esa polera tiene una buena tela... Es elástica pero a la vez — gruñó al pasar del copiloto a tu lado

Seguido de esto, sostuvo la manga de la misma, mirándola fijamente.

— Se apretan al cuerpo.... — espetó.

.
.
.

Conocen ese meme de la película Nemo? Dónde los peces finalmente se escapan y dicen "ahora qué".

Bueno. Eras ese meme.

No podías hablar. No podías responder. No podías pensar.

— Solo quiero enseñarte, que sí eh tenido sexo.

Qué?

— Pero que nunca me había sentido tan...

Al momento, una risa ronca salió de sus labios.

Sus enormes manos con venas saltando de la piel, tomaron las tuyas.

Y cuidadosamente la posó sobre su entrepierna.

Y te miraba con una sonrisa ladina.

Y ahora entendías todo.

Y no quería asesinarte.

Y estaba muy duro.

Muy duro.

— Si respondes a esto, te dejaré a tu libre albedrío. Si piensas ignorarlo. Te dejo ir... Bueno? — No sé como describirlo.

Casi y con lo atea que eras, jurabas que el diablo lo había poseído.

Nunca imaginaste conocer la faceta sexy de Nanami. Tu compañero de trabajo.

Nunca te imaginaste tocando su pene erecto, al parecer por ti.

Es más, nunca imaginaste que te verías sexy con una polera negra y una falda larga de monja a excepción de un pequeño tajo en el muslo derecho.

Tenías unas chalas de vieja que se podían ajustar como si fueses una niña! Qué era esto?

Siquiera podías considerarte excitante?

Por poco no te ponías a replantear tu vida entera.

Pero el tiempo no se detiene.

— Sabes como estoy? ___? — te dijo. Sacando sus manos en una caricia.

Nada se sentía mal. No te hacía daño, no tenía un cuchillo en tu cuello ni tampoco era violento en sus movimientos.

Tenías que responder para probar.

O callar para salir.

Probablemente en algún juego estas dos opciones saldrían al frente y tendrías el tiempo de pensar en algo.

Pero eras de un signo zodiacal bastante.... Único.


— estás excitado... — respondiste.

Y Nanami Kento sonrió espontáneamente.

— Cuenck~ — ronroneo, empezando a besar tu cuello.

"La concha de mi madre, la concha de mi madre..." gritaba tu conciencia en una parte de tu cerebro.

Dios... Era tibio...

Ibas a chillar como un conejo, en serio. Esto era grave. Podrías morir de fiebre porque el sonrojo en tu rostro era preocupante.

Y no es como si nunca hubieses follado con alguien.

Lo habías hecho pero fue tan... Poco lubricado natural, se entiende?

Tan, aburrido. Tan, 3 segundos de besos y ya se venían como adolescentes polluelos abriendo las alas.

Que parecías una recién nacida a su lado.

Porque sin darte cuenta el líquido salía de tus labios vaginales poco a poco.

— Te gustan los besos? — preguntó, arrastrando su mano a tu cintura.

Dijiste que si con la cabeza, sin más.

— Te puedo dar uno? — dijo mirándote con las mejillas tibias — En la boca?

"Si puta madre..." Alardeó tu loba en celo y de repente esto se volvió un puto omegaverse.

Porque estabas en un celo increíble.

Asentiste.

— puedes-

Te comió apenas empezó la palabra. Inclinó su cuerpo para hacerte caer en el espacio sobrante de los asientos.

Sus labios se abrían y aprovechaban para comer de ti al cerrar.

Se oía como aquellos ruidos salivales que tanto odiabas, pero en ese instante era tan jodidamente sensual que ibas a desfallecer.

— Desabrochame el cinturón... — jadeó manoseando tus muslos.

Los manoseaba lentamente pero en medio de su desesperación, al mismo instante.

Te temblaban un poco las manos, pero tocaste su cinturón y empezaste a quitarlo como podías.

Nanami tranquilamente te besaba las clavículas visibles.

Y por un momento te ibas a gritar "qué demonios está pasando"

Pero para qué perder el tiempo en eso? Esto era de ensueño.

Este nuevo nanami era para morirse.

.
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.
.

— Espero no te moleste que sea media feita porque no me da tiempo de operarme las-

— Me importa una mierda — jadeó abriendo sus pantalones — Eres la más guapa de todas en esa oficina...

"That was cute" sonreía tu pequeña yo.

Al menos no era de esos machitos desagrables, que poco les interesaba la demostración sexual hacia el otro.

Este humano no tenía ni una sola banderita roja.

al darte cuenta, el mismo intentaba abrir tu falda.

— Cómo se hace esto? — dijo tranquilamente con sus piernas entre las tuyas.

Un problemita.

No sabrías explicar lo que hiciste.

— Eeh... Es que estaba apurada — te excusaste sentándote frente a él.

— y se le salió el cierre entonces tuve que-

Muy tarde.

Ya la había roto.

Casi te da un paro al corazón.

— Kento.... Me costó un ojo de la car-

Y como disculpas te volvió a recostar con un delicioso beso en tus labios, sosteniendo está vez los muslos a la vista.

— Te compraré otra igual — suspiró masajeando entonces tus pechos.

— Entonces te perdono — ambos sonrieron como idiotas.

Nanami sentía que podía irse volando.

Como un pájaro.

A pesar de que su pene erecto dolía como el demonio.

Verte así, era un sueño.

— Tienes algún condón? ... — suspiraste.

— Si... Pero no sé desde cuándo.

— Uh?

Empezó a husmear en su bolso negro.

— Que si están vencidos... Tendrás que usar esa linda boquita. — agregó mirándote.

— Qué?!

Sí te habías asustado un poco. Porque eras de las que podía terminar vomitando.

Y su pequeña risita te hizo calmar el corazón al instante.

— Solo bromeo.

.
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.

— Si te duele algo, quiero que me lo digas. Bueno? — Advirtió.

— Si señor... — jugueteeaste con una sonrisa.

Pero solo se puso encima tuyo, mientras seguías sentada.

Se miraban fijamente. Él con un brillo inusual. Como si le hubiesen dibujado una estrella en sus pupilas.

Te miraba entonces. Como si fueses un diamante en bruto.

Eras aquello que deseaba probar, como el fruto prohibido... Y.

Finalmente iba a hacerlo.

Te beso luego de apreciarte una última vez.

Los dos tenían los ojos cerrados, disfrutando todo como un sueño erótico.

Nanami toco tu vagina, delicadamente.

La manoseó metiendo la punta de sus dedos desapercibido.

Le gustaba la sensación.

Qué digo "le gustaba"

Le encantaba.

Era lo que se definiría como "rico"

"Delicioso"

Aquellos sinónimos que se suelen usar.

— Voy a entrar, si? — habló bajo, mientras besaba tus mejillas.

Le dijiste que sí con tus ojos. Poniendo tus manos en sus hombros.

Era todo un hombre.

Nanami era todo un hombre.

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.

En unos 6 segundos, su pene había entrado en ti.

Gruñó un poco, mientras tú gemiste sin dejarlo salir del todo.

— Eres idiota, ___ — te hablo con los ojos cerrados, disfrutando de la sensación.

— Si, no me sé la tabla del 7.... — suspiraste — burlate si quieres.

Pero solo se dedicó a sonreírte.

Con cariño.

No como un diablo, malo.

Sino como un ángel, uno bueno.

— No... Me encanta — jadeó empezando a moverse.

Se sentía bien y no ibas a negarlo.

La cintura de Kento se movía con fluidez, sin frenar.

Veías su rostro, te miraba pero de vez en cuando su cabeza se iba hacia atrás y sus delgados labios permanecían abiertos.

Subía de intensidad cuanto te escuchaba gemir.

No era algo exagerado. Sino lo que salía espontáneamente.

Es que, se sentía bien. En serio era placentero.

Era el mejor sexo que tenían en años.

— Te gusta? ... — ronroneó acercándose a tu cuello — Te gusta que te de así?

Subió la velocidad, provocando un rebote en ti.

Si. Se sentía muy bien.

— Kento... — murmuraste, sosteniendo su cuello con tus manos, sin querer hacerle daño.

— Es aburrido? Uh? — se vió en la necesidad de tomarte de la cadera, para presionar aún más al fondo — Dímelo.

Si podríamos describir la escena de una manera.

Diríamos que el pelirubio te estaba dando como cajón que no cerraba.

— Mierda... No gimas así... — pidió chupando a la vez tus pechos — No lo hagas... La idea era durar un rato más.

Pues sentía que se iba a venir desde que entró en ti. Apenas su pene hizo contacto contigo.

Era desesperante pues quería darte mucho más. Sin embargo la naturaleza de su placer le estaba ganando en número.

— Nanami... — lo llamaste en medio de tus gemidos — Creo que...

— Casémonos — Te rogó chocando contigo a una velocidad inimaginable, con la fuerza suficiente como para hacerte venir.

Pero sus palabras te habían llegado mucho más rápido.

Sentiste como aquellos bichitos en el estómago en serio se movían.

— C-cómo dices? — le cuestionaste con una mano en tu frente, disimulando tu sudor.

Pero el recién nombrado solo se dedicó a girar la mirada.

— Nada... olvidalo — se encontraba arrepentido de aquello, con sus mejillas sonrojadas.

Y al igual que los deseos de casarse contigo. El orgasmo se hizo presente.

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