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- Quieres ir a una fiestita? A las 11, queda cerca.
Ugh, no...
- Dónde? - preguntaste.
- Es por aquí, tomando el metro! Tiene música a tope, me entiendes? - Dijo el muchacho con una sonrisa.
No. No querías.
- Qué es? Solo una salida?
- Creo que una junta de cumpleaños, no lo sé. Solo sé que va a estar Nobara y vamos en nombre de ella, jajaja - Carcajeó.
Ni siquiera Kugisaki sabía quién era el cumpleañero, eso seguro.
Oh, y otra cosa. No querías ir.
Estabas tan en la mierda que ni siquiera querías ver a los payasos que tenías al frente.
Querías pararte y gritarles "déjenme en paz, no me vuelvan a hablar, adiós, jodanse, ojalá les cague una puta paloma encima". Tampoco tanto.
Pero querías...no estar ahí.
Solo irte y ojalá les importase una hectárea de pene.
Pero no podías. Ni aunque fuese el fin del mundo podrías hacer algo así, no por piedad y consideración.
No, no eras tan buena persona.
Solo querías sentirte con los pies en la tierra. No querías caer en la locura de la impulsividad, como tantas veces te había pasado.
No querías volverte loca y quedarte sola en la esquina de tu cuarto, a pesar de que eso se sintiera mejor que estar saliendo con tus compañeros universitarios por una pizca de ayuda en tu poca sociabilidad.
Cómo decirlo?... Necesitabas sonreír en el mundo de la juventud. Pasar el año, estudiar esta mierda aunque ni siquiera te gustase ingeniería.
Querías pararte y irte y irte muy a la mierda.
No querías asistir a un cumpleaños.
- Venga esa cara!... Anímate! Nos cogemos al rojizo ese! - te manoseaban los hombros intentando convencerte.
Itadori no sería capaz de tocar una sola teta ni por accidente. Pero bueno...
Esto iba a joderte todo el fin de semana.
Sin embargo, necesitabas conservar al grupo.
- Que si, que si! Iré. Me queda algo de dinero para un taxi - Reíste esperando convencerlos.
