—¡Entiende que es mi compañera de trabajo! — me grita.
—¿Entonces a todas tu compañeras le coqueteas?
—¡No claro que no!
—¿Por qué ella tiene que venir si avisa r y sentarse sobre tus piernas enfrente mío?
—No lo se. Ella simplemente lo hizo. Se que es raro amor. Voy a hablar con ella lo juro.
Lo miro aun envuelta en seguridad. No me siento para nada bien. La odio, odio a esa chica. Aún recuerdo la sonrisa que se le formo cuando se sentó en las piernas de él y me miraba.
—¿Por qué lo dejaste hacerlo? — los ojos comienzan a picarme.
—No me lo esperaba... no quise empujarla, así como así menos estando en público.
En sus ojos parece que dice la verdad. Lo cual asiento con la cabeza cerrando los ojos tratando de contener mis lágrimas, pero una sale rodando por mi mejilla.
No quiero volver a pasar por esto. No quiero otro novio infiel, es siempre fue diferente a todos mis ex novios. Solo pido que no me traicione de esta manera.
—¿Prometes que no es nada? — pido con la voz temblorosa.
El asiente, yo doy unos pasos hacia a el para tener un abrazo, pero el da un paso hacia atrás.
—Yo... iré a dejar las llaves del trabajo... arreglare esto con ella — me duele la mirada sin emoción con la que me mira —Te llamare luego ¿bien?
Bajo la mirada al piso sin ver nada. El simplemente se va y crece un dolor en mi pecho.
Termine sola en el patio de mi casa.
El viento frío del invierno congela mi nariz, pero aun así no estoy lista para regresar adentro.
Decido que saldré a caminar, pero en realidad termino corriendo. Corro sin dirección alguna, mientras se me escapan los sollozos junto a las lágrimas saladas.
Corrí por un rato. Mi corazón acelerado y cuando me hace falta aire me detengo cayendo al piso de rodillas. Otro sollozo se me escapa y veo caer la lagrima caer al suelo.
Levanto la vista y enfrente mío irónicamente veo el lugar que antes me causaba increíble ternura, remplazándose por nostalgia pura.
El lago ahora congelado y solitario. Ya está anocheciendo, pero sigue siendo un lugar hermoso para la vista. Me incorporo, veo todo alrededor y los recuerdos inundan mi mente. El día que lo conocí era una tarde de verano, vine con mi familia para pasar el rato y cuando fui a comprar una paleta de helado; por accidente choqué y mi pobre paleta cayó al suelo. Al voltear y disculparme vi sus lindos ojos y de inmediato sentí que algo se movió dentro de mí.
Juraría que fueron mariposas en mi estómago.
Él se disculpó y me compro otro... ahí comenzó todo.
Ahora me resulta políticamente correcto que termine y este en este mismo lugar. Chillo descontroladamente, sin importarme ya que no hay nadie alrededor. Me levanto y camino hacia él, mis pies tocan el hielo y si parece muy fuerte. Pongo ambos pies sobre este y camino unos metros.
Mis mejillas se sienten increíblemente congeladas por las lágrimas y el frio viento. Viendo a todos los lados recapitulo los lindos y malos momentos que he pasado con él.
Tal vez debí contarle más de mi pasado, como anteriores hombres lograron arruinar mi confianza y mi autoestima incluso el amor a mí misma. No lo vi tan necesario, porque esas heridas las curo y me dejo sin dolor con cada roce, cada beso y cada frase linda que me decía.
Esa armadura que el armo para mi sin saber se ha ido. Ya no me siento muy protegida.
Limpio los mocos que brotan de mi nariz con la manga de mi suéter. El crack del suelo me altera. Veo hacia abajo pero no hay nada inusual, sin embargo, vuelvo a escuchar el crack.
—¿T/N?
Levanto la vista y por un momento siento que estoy alucinando y que no puede ser verdad que el este aquí.
—¡T/N! — el hielo bajo mis pies se abre y todo mi cuerpo se inunda en agua fría.
Mi cuerpo empieza a congelarse y dejo ir gran parte de mi oxigeno por la sorpresa. La corriente del rio me arrastra con los ojos abiertos en el agua veo como el agujero por el cual caí se aleja y no tengo probabilidad de salir.
Sin embargo
Una mano aparece a una velocidad increíble rápida y me toma de la ropa para de inmediato ser jalada hacia arriba. De inmediato comienzo a toser expulsando el agua fuera de mis pulmones.
—¿Amor?, ¿Nena estas bien? — el mueve el cabello húmedo lejos de mi rostro —Háblame por favor — bajo su mano de mi rostro y asiento.
—Estoy bien — digo sin emoción.
Sinceramente no sé cómo reaccionar. Casi muero, antes de eso pensé que el me iba a dejar. Quiero abrazarlo, pero también no quiero verlo a la cara.
—Me diste un susto de infarto amor — sus dedos acarician mi mejilla lo que me hace voltear a mirarlo a su rostro. Su expresión es pura preocupación.
—¿Cómo supiste que estaba aquí? — le pregunto.
—... Quise volver para pedir perdón, me di cuenta que irme y dejarte, así como así no era correcto — su voz suena decaída — pero cuando tus padres me dijeron que ni siquiera había vuelto dentro, seguí tu aroma hasta aquí.
El acomoda un cabello detrás de mi oreja y acerca su rostro al mío hasta donde su nariz roza la mía. Y algo en mi corazón entra en un cálido calor.
—Perdón amor, no volverá a pasar.
Sonrió tímidamente y el acaricia mi mejilla. Su ceño se frunce y se aleja.
—Estas congelándote — se apresura a quitarse su abrigo y me envuelve en el —Vamos, tenemos que quitarte la ropa mojada y ponerte calentita.
Me ayuda a levantarme.
—Alec... yo, pensé que ibas a-
Me interrumpe
—Nada de eso — el se quita su gorro y me lo pone —Escúchame atentamente hermosa — sus ojos buscan los míos —Yo jamás te voy a dejar, al menos en un largo tiempo yo estoy que estaré a tu lado... y si en algún momento llegamos a separarnos, vuelvo y te reconquisto. Porque para lo eres todo nena.
El acuna mi cara y une su boca en la mía en un dulce beso, a mi se me escapa una lagrima, pero en cambio ahora es de alegría y no tardo en devolverle el beso de la misma manera.
Bueno... a mí me gustó mucho. Si pudieron leerla con una canción medio triste mucho mejor la experiencia.
Adoro escribir estos, díganme ¿Les gustaría más de estos capítulos? ¿Qué piensan si traigo unos más tristes para que suframos un poco? Pero para que sea así tienen que pedirlo, porque solo +18 me piden últimamente JAJA aunque no las culpo, supongo que escribo buenas escenas ardientes.
Pero si, a veces llorar es sano, al menos eso me digo a mí misma.
Bueno del 1 al 10 ¿Cuánto le dan a este capítulo?
Los adoro, cuídense y nos leemos pronto. Un beso XOXO FADUA