ᨳ♡̶ Repetir la canción ᨳ♡̶
Los villanos son tan importantes en las historias, porque sin ellos no podrían ni siquiera habría una historia: si saben a lo que me refiero.
Mariela jamás había tenido un amigo de verdad, siempre odiada, siempre marginada por su propio padre. La única persona que miro en ella un poco de empatía la lanzó por el precipicio del desprecio. Ella sólo quería tener amigos, sólo quería ser normal, sin embargo, no estaba bien mentalmente.
Matar animales para verlos sufrir para ella era satisfactorio y placentero. Llegó a la conclusión que si a ella le hacían daño, ella podría regresar eso también, pero en seres que no podrían defenderse. La mente de un criminal empieza por eso, después no es suficiente y quiere algo más grande, el matar animales ya no la satisfacía. Fue cuando miró a su primera víctima: Nicol Borwins. Una niña de 4 años que era tierna, hermosa, cabello rojo, pecas en todo su rostro, y unos ojos verdes como el césped de su jardín.
Era amada por muchos, sus padres la llamaban la princesa de Edimburgo. Mariela miraba a el padre la niña amándola, darle juguetes, comprarle helado, ¿y ella que recibía de su padre? Golpes, gritos, desprecio. Fue ahí donde se dio cuenta de que jamás podría tener lo que ella quería de su padre, lo que otros les daban a sus hijas, fue ahí donde ella se plantó en la cabeza que tendría absolutamente todo sin importar las consecuencias.
Nicol Borwins era tan inocente, la llevó con mentiras al acantilado para verla morir, si ella no era feliz, tampoco las demás. Sonrió al ver la mierda en las rocas, su sangre, las tripas, un brazo por aquí y otro por allá. Fue el comienzo de su más grande trastorno.
Jeon Jungkook era como el muñeco que ella quería poseer, era ese niño de sus sueños, el que muchas niñas se sonrojaban el sólo verlo pasar. Mariela tenía la dicha de tenerlo como amigo, todas la envidiaban por ser amiga del hijo de la raza más pura de Alfas. Lo miraba como su más grande tesoro, su premio al triunfo, pero todo aquello se desmoronó como un castillo de arena, él la traicionó y fue mandada por su padre aún internado. Dónde sufrió, donde las demás omegas niñas se burlaron de ella.
La villana salió, la convirtió en el más cruel y frío monstruo. Todo ese odio la llevó aquí; a la mansión de los Jeon, teniendo a su Omega bajo sus pies llorando de impotencia por la muerte de su amado Alfa. Todos sufrían, todos le lloraban mientras ella disfrutaba de una rica copa de vino escuchando su canción favorita.
Estaba feliz, por primera vez estaba feliz, Jeon murió, su culpable y su verdugo está completamente muerto. Pero una parte de ella sentía que debió quedarselo, una parte de ella debió quedarse al Alfa como recompensa por lo que sufrió, ahora su lobo estaba arrepentido.
─¡Maldita! ¡Te odio! ─Grito Jimin, estaba completamente destrozado, sus bebés se movían mucho, sentía que todo se había destruido.
─¡Jimin, cálmate por favor, los bebés! ─Le grita Taehyung al rubio.
─Dejalo, de todas maneras mi hermano se los sacará. ─Se burla.
El sentimiento de derrota lo tenía en su peor sufrimiento, cómo podría no hacerlo, su Alfa estaba muerto, y ellos sin salida. Pero entonces el llamado, su lazo con su alfa. Jimin sintió como Jungkook le decía a través de su lazo que estaba bien, que iba por él, pero que mantuviera la calma.
« Estoy bien amor, no subí al avión. Aguanta mi amor, espera por mí, ya casi llego. »
Le hablo, sólo en ese momento Jimin pudo sentir que su alma le volvió al cuerpo. Sus bebés se tranquilizan, su marca dejó de doler. Miro a Mariela brindar con su hermano, quien vestía de mujer. Los sujetos que ella contrató seguían apuntándoles con las armas, tenía que avisarle a su esposo sobre ella y lo que trama: y así lo hizo, ahora sólo le tocaba esperar.
─Tranquilos mis amores, papi llegará a salvarnos. ─Susurro a su vientre abultado. Miró a su mejor amigo y Joong-ki quienes aún seguían atados.
Entendieron todo con lo que dijo.
─Hermanita, ahora que ya está muerto, puede quedarse con su Omega, me gustaría diseñarle algo. ─Menciona Abel mirando al rubio quien le miraba con sumo miedo.─ Prometiste que me lo darías.
Mariela asintió acariciando la mejilla de su hermano mayor.
─Claro que sí, puedes llevártelo. Es todo tuyo, te lo mereces.
─Gracias hermanita.
Le besó la mejilla y fue por el rubio quien se arrastraba de a poquito para no ser llevado por él, pero era completamente inútil, Abel lo tomó de un pie y lo comenzó a arrastrar por el frío piso: como si fuera cualquier cosa.
Mariela miró la escena, había triunfado en algo por fin, estaba contenta, muy feliz por primera vez en su vida.
─¡JIMIN! ─Grito Taehyung al ver qué se llevaban a su amigo.
─Tapen sus bocas, y hagan lo siguiente. Quiero irme cuanto antes de aquí, comienzan con la gasolina. Yo iré por más vino.
El Alfa Joong-ki y Taehyung les cubrieron la boca con cinta, el castaño lloraba, no podía morir, quería compartir más momentos con su Alfa, casarse con el amor de su vida; además de su pequeño cachorro que venía en camino, no podían hacerles esto. Joong-ki lo tranquilizo por su lazo, diciéndole cosas hermosas, y que todo estaría bien.
Taehyung lloraba, y su Alfa no podía hacer nada.
Los bañaron en gasolina al igual que toda la mansión, Jimin fue llevado por el Alfa aúna habitación, pataleaba para que lo soltara, pero este sólo tarareaba una canción infantil.
Maldito psicópata.
─Te prometo que te dejaré divina. Tu aroma amargo no me gusta para nada, me gustaría que te relajaras un poco, a los cachorros les puede hacer daño.
Colocó al rubio sobre la cama mientras Abel sacaba unos conjuntos de ropas diferentes, Jimin desató al fin las cuerdas; sus dedos tenía un poco de sangre por la fuerza ejercida y aunque le dolieran, no iba a detenerse. Miró sobre la mesita un gancho de tejer de una de las mucamas, la tomó sin que Abel se diera cuenta, haría cualquier cosa para salvar a sus cachorros, y eso incluía matar.
─¿Qué te parece este? ─Le enseña un vestido de las mucamas color rosa─ Es muy de tu tono, pero siendo rubio y de piel tan... Blanca supongo que todo te queda. Ahora entiendo por qué tienes loco a ese alfa muerto.
─Déjame ir por favor, pro-prometo que no diré tu nombre sólo déjame ponerme a salvo a mí y mis bebés, por favor. ─suplico.
Pero Abel negó riendo.
─No te dejaré ir, ahora únicamente eres mío y haré contigo lo que me dé la gana. ─su voz sonó con molestia, miraba vestidos mientras tenía su dedo pulgar sobre su barbilla.
No estaba seguro de lo que haría a continuación, pero quería intentarlo, ponerse a salvo. Sostuvo bien el gancho de tejer para poder clavarlo en el cuello de este, esperaba tener la oportunidad perfecta.
El sonido de un helicóptero se hizo presente en la mansión Jeon, Jimin miró por la ventana el helicóptero aterrizar en el gran jardín, esto fue demasiado extraño para Jimin ¿quién se iría en esa cosa?
─Ya llegó, mejor me doy prisa. ─Se gira mirando al rubio─ Estos bebés nos serán un estorbo cariño, así que hay que darnos prisa. Después cuando te los quite de vientre la ropa te quedará mejor, estar gordo es horrible; si lo sabré yo.
Tembló, sus bebés se movieron al oír esas palabras de aquel tipo, miro como tomaba algunas cosas médicas, ¿ellos ya habían calculado todo? Jimin palideció de dolor al ver las intenciones de ese lunático. Su garganta se sentía más seca que nunca, como si hubiera cruzado el desierto sin agua.
─Un piquete de esto y caerás como un muerto. No sentirás nada. Deberías alegrarte de que yo lo haga, si mis otras personalidades lo hacen, no tendrán piedad de ti y te terminaran matando cruelmente, en especial Mali: él es un loco.
─¡Date prisa Abel, tenemos que irnos pronto! ─grito Mariela.
─¡Ya voy! ─golpea la jeringa con el líquido.
Es más que claro que le sacaría a sus bebés, Jungkook no llegaba y tenía que hacer algo rápidamente. Así que cuando Abel se dio la vuelta, se quitó la soga de los pies, corrió hacia Abel y clavó el gancho en su cuello. Jimin con toda su fuerza la sacó para volverla a clavar hasta ver toda la sangre salir. Salpicó su rostro con las tiras de sangre, sus manos se llenaron de ese rojo carmesí.
Abel se ahogaba con su propia sangre, en el frío suelo agonizando, moría lentamente mientras sus ojos se tornaban rojos mirando directamente al rubio. El Omega estaba agitado y temblando, jamás esperó hacer algo como esto, pero por sus bebés lo haría.
Se alejó de él e intentó ver una salida, pero fue tarde.
Jungkook quien llegaba se percató del helicóptero en el jardín, los dos salieron sumamente rápido del auto y corrieron hacía a la mansión, pero Samantha lo detuvo.
─¡¿Qué demonios haces?! Mi esposo está ahí adentro.
─Lo sé, pero tienes que ser cuidadoso, sólo mira. ─Le hizo señas hacia arriba donde estaba la ventana, el Alfa miró a su mejor amigo y su pareja atados y cubiertos por algo, ya que tenían la ropa mojada.
─Son 6 hombres, también tiene a la servidumbre hay que ir con cuidado. ─Saca un arma y la recarga.─ No me mires así, era por precaución esos hermanos están locos.
─Tengo que ir por mi Omega, siento su miedo y ¡mierda! Está sufriendo. ─Dijo en tono de desesperación.
La Omega pelirroja asintió.
─Muy bien, esto es lo que haremos. Tú por este lado y yo por este, son 6 podremos con ellos. La policía no tardará, no dejaremos que se salgan con la suya.
─¿Pero no tengo arma?
─Tú eres un alfa legendario, de los antiguos, saca ese maldito lobo y destrúyelos a todos. Hazlo por tu Omega, así como yo por mi madre.
Le miro demasiado decidida, definitivamente Samantha Munroe era una Omega fuerte que pasó por una mierda, al igual que él.
Lo haría, por sus amigos, por sus hijos y el amor de su vida.
─Adelante.
Ella sonrió y se fue por el lado izquierdo, Jungkook por el derecho. Miro por la gran ventana que no hubiera moros en la costa, quitó su saco y lo envolvió a su puño para sí romper la ventana, quitó los vidrios que quedaban y entro sin problema. Había un líquido en el piso, era ¿gasolina? Esa maldita loca estaba por quemar su casa, ¡su hogar!
Eso sólo aumentó su gran coraje sus ojos se tornaban violetas, sus garras a punto de salir clavándose en sus palmas, su olor no se distinguía, lo camuflo perfectamente para que no se dieran cuenta de su presencia. Su cabello se tornó rojo desde las puntas hacía abajo.
Estaba en su forma legendaria.
Al llegar a la sala miró a su Joong-ki y Taehyung siendo apuntados por aquellos sujetos, Jimin no se miraba por ningún lado y Mariela tampoco. Así que sin perder más el tiempo se transforma en lobo, un lobo de pelaje negro combinado con el rojo, algo único que sólo los alfas de linaje como él podrían hacer.
La única vez que lo hizo fue cuando aventó a su abuelo por aquellas escaleras, la gran furia lo hacía aparecer, Nochu estaba listo para matar. La sangre la podía oler, escuchaba los latidos de los corazones de aquellos alfas y betas. Gruñía con esos grandes y filosos dientes, apunto de casar a sus presas. Corrió primero a salvar a sus amigos, los hombres aquellos no se percataron del gran lobo negro que les duplicaba la altura, Jungkook de una mordida arrancó la cabeza de uno de ellos mientras que al otro con su pata rasgo al otro matándolo rápidamente.
Aventó la cabeza lejos, la cual rodó dejando un rastro de sangre. Joong-ki no sé espero aquello, pero no evitó sentirse aliviado de ver vivo a su mejor amigo, los disparos no se hicieron esperar, uno de ellos intentó escapar, pero Jungkook lo alcanzó y lanzó hacia arriba para despedazarlo tal cual pesado de carne. Samantha sonrió al ver al gran lobo, con ello completó su teoría de los Alfa de raza pura de la diosa luna.
Fue magnífico.
─Yo me ocupo de tus amigos, ve por tu Omega.
Samantha corrió adónde el Alfa y el Omega; las mucamas también fueron puestas a salvo. Jungkook olfateó a su esposo y corrió rápidamente adónde su aroma a Frambuesas lo llevó. Corrió hacia fuera, pero se detuvo al ver a su esposo cubierto de sangre y con ella Mariela detrás apuntándole con un arma.
Jungkook gruñía dando pasos lentos, con la sangre en su hocico, ella tenía miedo, su cuerpo temblaba y su corazón latía tal cual taquicardia.
─Si-si das un paso más, juro que lo mató ¡Jeon!
Jungkook gruñó y ladro tremendamente grueso y alto que retumbó las ventanas y cualquier cosa que se movía con facilidad. Jimin no podía creer que su Alfa se transformó en un Alfa guerrero, de esos antiguos que eran únicos en su especie real. Daba mucho miedo, su pelaje era negro con reflejos rojos, sus ojos ya no eran violetas sino completamente rojos: incluso su ojo blanco.
Temible.
─Sa-sabes que lo hago por lo que me hiciste, yo-yo no quería llegar a esto, pero juro por dios que si das un paso más lo mato.
Jimin no sabía qué hacer, ella lo tenía bien sujeto, se volvió más loca cuando encontró a su hermano muerto y a él con el gancho de tejer, le golpeó un poco el vientre el cual le dolía demasiado.
El Alfa se percató de su apariencia, de su Omega cubierto de sangre, pero también algo salía de sus pantalones. «Ayúdame» Le pidió por su vínculo, eso sólo lo hizo enfurecer más. Mariela no tenía salida, todos estaban muertos, la sirenas de la policía se escuchaba cerca, eso la hizo entrar en pánico.
─Siempre te ame ─Le dice, el Alfa se acercaba más, esperando el movimiento correcto─ Eras todo para mí, pero para ti nunca fui suficiente. Me mandaron lejos, me lastimaron, mi padre me odiaba, todos me odiaban. Lo único bueno que tenía en mi vida eras tú, y... Me dejaste atrás, incluso me quisiste aventar por el acantilado.
Nochu se acercaba cada vez más, Mariela con el pie abrió la puerta corrediza para salir corriendo al helicóptero, el cual estaba por despegar creando un gran viento afuera.
─¿Te gusta aventar persona no es así? Cómo lo hiciste con tu abuelo. Vez, no somos tan diferentes, ambos somos unos asesinos, tal cual como lo hiciste con el padre de este. ─el rubio se congeló en su lugar al escuchar aquello, pero se sentía tan débil, le dolía el vientre, demasiado.
Soltó un quejido, le dolía demasiado.
─Mira a tu Omega, está a punto de perder a sus cachorros, y no podrás hacer nada para salvarlos. Te quedarás solo, como el perro horrible que eres, no debiste quitar esa máscara de tu cara, únicamente das asco ¡me das asco! Y es por eso que te cumpliré tu más grande deseó. ─El alfa aún gruñía, tenía ganas de arrancarle la cabeza a Mariela, quería hacerla agonizar, pero su rubio estaba muy mal, se miraba demasiado débil.
─Fue un placer matar a tus padres, matar a cada persona por ti, matar a tu estúpido abuelo al enterarse de la verdad. ─Jungkook ladró otra vez haciendo temblar el lugar.─ Ahora será un honor matar a tu Omega.
Se lo llevó hacia fuera mientras le disparaba al Alfa, Jungkook se cubría, Jimin estaba débil que apenas podía caminar, lo subió al helicóptero el cual empezó a elevarse. Jungkook salió ladrando hacia arriba, Joong-ki, Taehyung y Samantha miraban el helicóptero elevarse. La pelirroja empezó a disparar, pero se detuvo porque Jimin estaba arriba.
Jungkook estaba desesperado, su Omega estaba siendo raptado frente a sus narices y no podía hacer nada. Jimin quien estaba sobre el helicóptero, con sus pocas fuerzas se puso de pie, Mariela lo miró burlesca, estaba cerca la puerta la cual estaba abierta.
─Yo siempre he ganado, que eso jamás se te olvide maldito. Si Jungkook no me eligió a mí, que sufra como el perro que es. Que su esposo e hijos mueran será una gran venganza.
─E-estás loca. Por-porque aferrarse a algo que nos hizo daño, eres solamente una Omega desquiciada.
Mariela rio, estaba lista para empujar al rubio.
─Estamos a una altura adecuada, tenemos que irnos señorita. ─Le informa el copiloto.
─Perfecto.
─Aun si me matas, él jamás te amara, no importa quién sea o aquí en elegir, nadie te amará nunca. -tocó su vientre, el cual le dolía demasiado, ya no podía mantenerse en pie.
─Como si me importara el amor. Si tú Alfa no murió en aquella explosión, morirá por su Omega. Adiós Jeon Jimin.
Mariela empuja a Jimin el cual cayó desde una gran altura. Mariela sonreía triunfante asomada por la puerta mirando caer al rubio, se marchó de ahí antes de que la policía se acercara. Jungkook miró el pequeño bulto caer desde arriba, su corazón se apretó, su sangre hirvió.
─¡JIMIN, NOO! ─grito Taehyung abrazado de su esposo.
En cámara lenta Jimin caía, tocaba su vientre y sus lágrimas salían, este era su fin, este era su despedida. Estaba seguro de que de esa caída no sobreviviría. Antes de desmayarse, por su vínculo le dijo a su esposo:
Te amo Jungkookie.
Mimi 😭