Fuera del hospital se desencadenaba una terrible lluvia, era sorprendente considerando que hace algunas horas el sol todavía cubría el mundo y no habían nubes negras en el cielo. En la habitación más lujosa del hospital, se desencadenó la batalla más sangrienta de piedra, papel y tijera que se haya visto en la historia.
Del lado derecho de la mesa, un hombre alto vestido con un elegante traje de tres piezas encendió un cigarrillo y se lo llevó a la boca, sus hermosos ojos negros como la tinta miraron al oponente con un imperceptible rastro de burla.
La voz profunda era fría pero llena de satisfacción.
"Perdiste."
El hombre sentado al otro extremo de la mesa no estaba convencido, "¿Perdí? ¿Dónde demonios perdí? ¡Claramente fuiste tú el que sacó la mano demasiado tarde! ¡Tramposo!"
"Idiota, solo admite la derrota." Lu Jingyan no presto atención a sus palabras, soltó un bocado de humo y apoyó su cuerpo en la silla.
"¡Perro. Insidioso. Apellido Lu!"
An Yize estaba tan enojado que casi tuvo una hemorragia interna.
Del otro lado, Kevin, su agente, sintió que sus tres formas de ver al mundo habían colapsado. Dios sabe el susto que se llevó cuando vio a su estrella jugando un juego tan infantil con el legendario presidente de APRA, especialmente cuando los vio levantar la mano, casi pensó que iniciarían una pelea.
Pero la que sufrió un golpe peor fue sin duda Melisa. Tantos años trabajando bajo el mando de Lu Jingyan le hizo comprender un poco de su personalidad. El jefe es frío y dominante por naturaleza, odia perder el tiempo y por lo general nunca tiene una buena cara hacia los demás, por lo tanto, ¿Quién es el hombre que se regodea después de ganar un partido de piedra, papel o tijera? ¡Definitivamente no es mi jefe!
Mientras Melisa se preguntaba qué clase de fantasma infantil había poseidón el cuerpo de Lu Jingyan, los dos hombres sentados en la mesa ya habían llegado a la batalla final.
Los ojos de An Yize ya no sonreían, el hermoso rostro era solemne como nunca antes, escondió la mano detrás de su espalda y habló con firmeza, "¡Lu Jingyan, seré yo quien se lleve a Lily! ¡No vengas llorando después!"
Frente a él, Lu Jingyan mordió la colilla del cigarrillo y su mirada se volvió feroz, ya tenía un rostro intimidante y después de ponerse serio se vio más aterrador, "¡No perderé!"
Lily corrió en círculos alrededor de la mesa, pensó que era injusto apoyar a un solo padre por lo que alzó las manos y gritó. "¡Padre Lu es el mejor! ¡Vamos padre An!"
En la habitación, la voz de dos hombres sonó como un grito de batalla en medio de la guerra.
"¡Piedra, papel o tijera!"
El ambiente era demasiado tenso, incluso Melosa y Kevin no pusieron evitar levantarse para ver el resultado.
Piedra y piedra.
Es un empate.
Por un segundo, la mirada de Lu Jingyan chocó con la de An Yize y ambos guardaron silencio.
Originalmente eran solo tres juegos, An Yize ganó la primera ronda, Lu Jingyan la segunda y la tercera fue un empate.
Lu Jingyan apretó los labios, retrajo su mano y miró a An Yize con los ojos entrecerrados, ¿Cómo debería deshacerse de este tipo?
De igual manera, el emperador de cine volvió a su habitual sonrisa juguetona y ya estaba haciendo planes para llevarse a Lily sin que cierto hombre se diera cuenta.
Ambos padres primerizos esperaban tener a Lily a su lado, ya que el juego no se decidió, naturalmente encontrarían otra manera de lograr su objetivo.
Un silencio incómodo envolvió la habitación, dos hombres apuestos se miraron sin decir una palabra pero los rayos invisibles sobre sus cabezas ya habían chocado.
Melisa, la única mujer mayor en el lugar, sintió que sus piernas eran suaves y estuvo a punto de arrodillarse ante estos dos dioses.
¡Maldición!
¡No metas a la gente inocente en tus disputas!
No fue que Melisa actuara de manera exagerada, ya sea Lu Jingyan o An Yize, ambos eran personas que habían vivido demasiado tiempo en la clase alta, el temperamento especial que solo se obtenía después de años de entrenamiento irradiaba desde los huesos y era absolutamente opresivo, especialmente frente a la gente común.
Kevin y Melisa se sentían como dos camarones atrapados en un enfrentamiento entre ballenas.
Solo Lily, que era un pequeño chico ignorante, no se dio cuenta de nada. La cabecita se movió de derecha a izquierda viendo a sus dos hermosos padres, aunque ninguno de ellos habló todavía sintió que algo no estaba bien.
¿Por qué a padre Lu y a padre An les gusta tanto mirarse?
...
Paso el tiempo y ambos hombres decidieron a regañadientes compartir la custodia de manera semanal.
Como el primer padre en encontrarse con Lily, Lu Jingyan tuvo la irrefutable autoridad para reclamar la primera semana. Y ante los ojos resentidos de cierto actor, el presidente dominante, Lu Jingyan, tuvo una inusual sonrisa brillante. Levantó el pequeño cuerpo del bebé y lo acomodó en sus brazos.
"Lily se quedará conmigo la primera semana."
El cachorro de demonio levantó la mirada y sonrió, los dos pequeños dientes de tigre eran particularmente lindos, "¡Lily vivirá con el padre Lu!"
"Pequeño cabron, no te olvides de mí."
An Yize se apoyó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos, deliberadamente mirando a la niña con una expresion de esposa agraviada, "No veré la linda cara de mi hija por siete largos y tortuosos días, estoy tan triste..."
Mirando al hermosa padre An que parecía llorar dolorosamente, el ingenuo corazón del cachorro se ablandó y no pudo evitar luchar en los brazos de Lu Jingyan, después corrió con sus piernas cortas y abrazó los muslos de An Yize.
Lily persuadió a su padre con una voz de leche que era linda y dolorosa.
"El padre An no está triste, el bebé irá a jugar contigo la próxima semana... Padre An debe ser bueno y escuchar a la abuela..."
An Yize era como un buen estudiante, asintiendo con la cabeza una y otra vez, vio la expresión estreñida de Lu Jingyan y contivo sus ganas de sonreír.
Después miro al cachorro, los ojos del hombre rebosaban de amor, extendió la mano y acarició su pequeña peluda, "Bueno, papá escucha a Lily y espera a que vengas a jugar en casa, ¿de acuerdo?"
"¡De acuerdo!"
Después de despedirse de An Yize, Lily y Lu Jingyan dejaron el hospital y se dirigieron a casa.
El auto conducía en la carretera, las gotas de lluvia caían sobre el cristal de la ventana dejando una tenue capa de niebla.
Desde la última vez que perdió a Lily, Lu Jingyan fue especialmente cuidadoso y se aseguró repetidas veces que su hija estuviera sentada en el asiento trasero. Lily vio al padre Lu darse la vuelta de vez en cuando y le se rió de él, la boquita rosada se abrió y una dulce canción infantil resonó en el interior del coche.
"La lluvia cae ~ la lluvia cae ~"
"Padre Lu y Lily vuelven a casa ~"
"La lluvia cae ~ la lluvia cae ~"
"El bebé está feliz como una lombriz ~"
En el asiento del conductor, Lu Jingyan sujetó el volante y una sonrisa cálida floreció en su rostro frío.
A diferencia del oscuro exterior, el ambiente en el interior del auto era alegre y conmovedor.
Después de avanzar unas cuantas cuadras, el auto negro se detuvo ante la luz roja del semáforo.
Lily estaba un poco aburrida, apoyó la cabeza frente a la ventana y observó la concurrida autopista con ojos somnolientos.
En ese momento, un lujoso deportivo azul se detuvo a un lado de su coche, la ventana estaba abierta y Lily pudo visualizar el rostro de un niño pequeño.
Cuando vio con claridad la apariencia de la otra parte, la boca de la niña se abrió en forma de O.
¡El hermanito de al lado es tan hermoso!
El niño sentado en el deportivo azul parecía tener poco más de cinco años, tenía el cabello dorado como los rayos del sol y un par de relucientes ojos azules. Su piel blanca, junto con los rasgos exquisitos, casi lo hicieron parecer una muñeca de porcelana en el escaparate de una tienda.
El pequeño no tenía expresion en su rostro, pero pareció sentir la mirada de Lily y se dio la vuelta para verla.
Dos pequeñas bolas de masa se miraron en silencio, la primera tenía una expresion aturdida y las mejillas coloradas, mientras el segundo carecía de expresion y ni siquiera levantó las cejas.
Lily vio que el hermoso hermanito parecido a un ángel seguía mirándola y se sintió un poco tímida.
Lentamente levantó su pequeña pata y lo saludó, aunque sabía que el hermanito no podía oírla, movió los labios y dijo.
"Eres tan bonito."
En auto azul, las pupilas del niño se encogieron levemente.
Fue entonces cuando la luz del semáforo se volvió verde y tanto el auto negro como la niña desaparecieron a lo largo de la carretera.
Sentado en el asiento del conductor, un hombre joven vio al pequeño maestro de su familia mirar fijamente por la ventana, se sorprendió un poco y no puedo evitar preguntar con cautela, "¿Joven amo? ¿Hay algún problema?"
Los ojos de Ivanov eran un poco profundos y no respondió.
Charles, el mayordomo personal de Ivanov, volvió la mirada hacia la carretera y suspiró, parecía estar acostumbrado al silencio del niño.
Ivanov Regulus, el único hijo de la familia Regulus, fue diagnosticado con autismo leve y era difícil recibir una respuesta clara de él. Pero el cielo es justo, a los tres años se descubrió que tenía un trastorno psíquico muy raro llamado Síndrome del Sevant, poseyendo habilidades que superaban con creces a los niños de su edad, incluso por encima de algunos adultos. Fue un genio reconocido y el heredero absoluto de la familia Regulus, pero fue una lástima que no le gustara relacionarse con los demás, incluyendo a su propia familia.
(N/A: El Síndrome de Sevant o Síndrome del erudito tonto es una afección rara, en la que una persona con discapacidades mentales significativas demuestra determinadas habilidades en un grado muy por encima del promedio).
Los padres del joven maestro estaban desesperados e invitaron a numerosos médicos y psicólogos para ayudarlo a controlar su enfermedad, pero solo lograron que Ivanov se volviera más indiferente.
Ahora incluso su madre, la señora Lisa, no podía acercarse a él.
Charles miró el camino oscuro frente a él y en su corazón sintió un poco de lástima por el joven maestro.
En la parte trasera del auto, Ivanov aún miraba la ventana con una expresion aturdida, sin saber cómo reaccionar.
Recordó la pequeña sonrisa de la niña y sintió un poco de calor en las orejas.