-¿Y tienes velas?-Jay había hecho caminar a Jungwon por 20 minutos por un pastel y otros 10 por unas velas las cuales al parecer no encontraba.-De acuerdo, muchas gracias. Tenga linda noche.
Jay hizo una mueca, sus opciones se acabaron, tenía un pastel en sus manos pero no encontraba velas.
-Vamos, Jay-insistió el menor-. Ya está muy oscuro, no quiero perderme en el bosque.
Ambos empezaron a caminar de regreso contando anécdotas y riendo. Jay vió un pequeño pozo en el bosque y le pidió a Jungwon que fuera con él. En la orilla de este, puso el pastel y empezó a hablar: -Honestamente, no conozco tus gustos para nada-rieron-, pero quiero que tengas el mejor cumpleaños... O al menos espero haberlo mejorado-dijo refiriéndose a lo del lago.-. No hay vela, evidentemente, pero eso no va a impedir que pidas tu deseo-miró hacia arriba-. Esa estrella, la más brillante-Jungwon imitó su acción y entendió a cual se refería.-, desde ahora es nuestra estrella, pídele un deseo a ella.
Jungwon estaba nervioso, se sentía querido por Jay y no quería que fuera una mentira como le hicieron creer muchas veces sus anteriores amistades; deseo una bonita amistad con Jay, que me quiera.
Jungwon sonrió e hizo contacto visual con Jay para luego abrazarlo. Un abrazo correspondido al segundo.