El amor es Gris [Libro #1 Com...

Galing kay Hussaycasstillo

241K 23.5K 7.2K

Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los oj... Higit pa

Advertencia
Capitulo 1: El chico de ojos Grises
Capitulo 2: Cabellos plateados
Capitulo 3: Shace, el chico que todas quieren
Capitulo 4: El Club de lo Mangas
Capitulo 5: Adam el miedoso
PERSONAJES
Capitulo 6: Solo esto me sucede a mí
Capitulo 7: Vacaciones de Invierno
Capitulo 8: La fiesta
Capitulo 9: "Maldito Elliot"
Capitulo 10: El pasado
Capitulo 11: Tiempos de Verano
Capitulo 12: ¿izquierda o derecha?
Capitulo 13: "Siempre ella"
Capitulo 14: La promesa que mantuvieron los dos
Capítulo 14.2: La promesa que mantuvimos los dos.
Capitulo 15: Una vida, y Adam solo hace tonterías
Capitulo 16: ¿Te invito a un picnic?
Capitulo 17: Un picnic con tensión
Capitulo 18: "¡No me vayas a manosear!"
Capitulo 19: La colina de Manzanas
Capitulo 20: Si me amabas, ¿por qué te fuiste?
Capitulo 21: Lo que paso, lo que duró y lo que debe soltarse
Capitulo 22: Un beso necesitado
EXTRA
Capitulo 23: Volvió aquella tranquilidad
Capitulo 24: Es algo que no te puedo perdonar
Capitulo 25: Nunca te deje de amar
Capitulo 26: "Alguien de mi pasado ha vuelto"
Capitulo 27: Todo fue por ella
Capitulo 28: "Bola de hipócritas"
Capitulo 29: Crueles intenciones
Capitulo 30: Miradas cruzadas
Capitulo 31: Como bestias en la jungla
Capitulo 32: ¿Eres doctor o algo así?
Capitulo 33: Ahora solo somos uno
Capitulo 34: Una llamada peligrosa
Capitulo 35: El último Halloween
¡ANUNCIÓ!
Extra "San Valentín"
Extra: Nessa y Shace
Extra: Elliot y Nessa

Epílogo.

5.5K 490 216
Galing kay Hussaycasstillo


Lo dedico a mi primera lectora XochitlLopez291 <3

29 de diciembre
(Dos meses después)

—Fue un honor haber dado clases a unos alumnos tan exitosos como ustedes. Espero y tengan una feliz vida, llena de éxito, salud y bendiciones... ¡Felicidades a los graduados!

El anuncio de la directora hizo que todos los alumnos de mi generación se levantarán y arrojarán sus gorritos hacia arriba.

Adam y yo nos abrazamos como nunca antes, y comenzamos a dar saltos de la emoción. Pronto se nos unió Marco, Miranda y otros chicos.

Por supuesto que no faltaron las lágrimas... Solo nos quedaba un bimestre y ya habíamos acabado la preparatoria. Las lágrimas, sollozos, y palabras de despedida de mis viejos amigos me llenaron de nostalgia.

Al fin hemos crecido...

Estuvimos juntos desde preescolar, primaria, secundaria, preparatoria... Ahora nos tocaba dividirnos y escoger nuestro camino final en la universidad. Un camino desviado.

Pues muchos de nosotros tenía planeado irse a las afueras de la pequeña ciudad de Forks, nuestra ciudad. Ir a por una nueva vida...

—¡¿Escuchaste eso mamá?! — corrí hacia ella, con mi diploma en la mano y la abrace.

—¡Estoy tan feliz por ti, cariño! — ella me lleno de besos en la cara y me miró con orgullo — Eres lo más hermoso que pudo pasarme en esta vida Nessa.

Lágrimas bajaron por mis mejillas. Volví a abrazar a mi madre, y di un enorme beso en su mejilla. Sonreímos las dos y después nos soltamos. Ella corrió para abrazar a Adam, para felicitarle. Su madre no había podido venir, así que mi madre era su apoyo.

—¡¿Quién se ha graduado de la preparatoria?! — gritó Elliot, alzando las manos y con una sonrisa enorme en su hermoso rostro.

—¡YO! — grite a todo pulmón y me lance a sus brazos.

Elliot me cargó entre los aires, y junto sus labios con los míos. Nos separamos para mirarnos unos segundos más, para después sonreír con algo de "pena".

—Estoy orgulloso de ti, mi pecosa — susurró sobre mis labios.

—Y yo de ti — dije igualmente.

Amaba a este chico. Lo amaba con todo mi ser...

—¡Nessa! — me volteé para ver quién me llamaba, y note a marco agitando su mano entre la multitud —¡Ven aquí chikis, queremos preguntarte algo!

Elliot me miró con una sonrisa
—Anda ve, y si es un chisme me cuentas después — me guiño uno de sus ojos grises. Pero antes de que yo pudiera alejarme, Elliot me dió una fuerte nalgada.

El calor llegó a mis mejillas y no pude evitar hacerme chiquita. El pelinegro se acercó a mi oído y dijo:

—Llegando a casa te daré un delicioso y duro "regalo" de graduación — su voz ronca hizo que toda mi piel se pusiera de punta y que mi corazón pareciera salirse de mi pecho.

Tragué saliva y miré a Elliot. Tenía una sonrisa pícara en su rostro pálido,  y una mirada lujuriosa. Asentí lentamente con una sonrisa "inocente" y caminé hasta mis amigos.

—¿Que sucede? —Marco puso un brazo sobre mi hombro —¿Has visto a Shacy? Queríamos felicitarle, pero no vino siquiera a la graduación...

Fruncí el ceño y mire a mi alrededor. Creí que el vendría después de la ceremonia. Pero no ha llegado nadie.

—¿Le has llamado? — pregunté alarmada.

Marco negó con la cabeza y miró a Miranda.

—Le escribí mil mensajes, pero no ha contestado — Musitó.

—¿Enserio que no le has llamado? Seguro a ti si te responde... No debe perderse su graduación, es lo mejor del mundo — Marco hizo un puchero y se sentó en la silla.

Intente imaginarme un solo lugar donde pudiera estar. Pero pronto un foquito en mi cabeza se encendió.

—¿Dónde está Daney?

Ambos alzaron la vista hacia mí y después buscaron entre la gente.

—Ahora que lo dices... La rubia no está — dijo Miranda por lo bajo.

—Dany no faltaría a este lugar, o ¿si? — Marco me miró con cautela y yo solo agache la mirada.

Ellos me dijeron que preguntarían a más personas, así que me dejaron sola. Pero Shace me preocupaba. Él no estaba aquí en la graduación, y eso es raro. Últimamente se había estado portando distinto. Nos evitaba y a veces se alejaba sin dudarlo.

—Pecosa — Elliot llegó a mi y me miró con confusión —¿Por qué esa carita triste? ¿Que paso? ¿Te sientes mal, dulzura? —me tomó del rostro y me hizo mirarlo.

Negué con la cabeza y le mire con preocupación.

—Necesito saber dónde está Shace...

Elliot me miró neutro unos segundos, pero después asintió. Me tomó de la mano y después nos acercamos a mi madre y a Adam, para informarles que saldríamos un momento y después volveríamos.

Salimos rápidamente de la escuela, y nos subimos al coche del pelinegro.

—¿Crees que pueda estar en su casa? — pregunté angustiada, colocando el cinturón de seguridad.

—No lo se pecosa, pero intenta llamarle — Elliot me dió mi teléfono, y yo comencé a llamar al ojiazul.

Al primer tono nadie respondió, al segundo tampoco y así sucesivamente. Volví a llamar al menos tres veces más, pero nadie respondía.

Me desespere un poco más de la cuenta y volví a marcar. Al segundo tono, contesto.

—¿Si?

—¡Shace!

—¿Nessa? — dijo con un tono raro desde el otro lado de la linea.

—Si... ¿Dónde estás? ¿Por qué no estás en la graduación? — pregunté agitada.

Se quedó callado unos segundos, hasta que escuche un suspiro suyo.

—Me voy, Nessa...

¿Me voy, nessa?... ¿Que?

Un suspiro helado dejo mis labios. Pronto mis manos comenzaron a temblar y una sonrisa nerviosa apareció en mi rostro.

—No estás... Eh... Shace — comencé a titubear —No estás hablando enserio... ¿Verdad?...

El silencio que Shace mantuvo, solo me hacía temblar.

—Hablo enserio.

Negué con la cabeza, y trague saliva con dificultad.

—¿Dónde rayos estas? — inquirí por lo bajo.

—Nessa, yo no creo que...

—¡Dime dónde mierda estas, Daniel!

Elliot me miró sorprendido, e incluso yo también me hubiera sorprendido. Había llamado a Shace por su segundo nombre. Y no solo eso; si no que le había gritado con coraje.

—Estoy cerca del final de Forks. Justo a un lado del letrero... El coche se ha estacionado.

¿Cómo que el coche se estacionó? ¿Y dijo cerca de las afueras de Forks?

Miré a Elliot asustada.

—Vamos a las afueras de Forks...

—¿A las afueras? — repitió con el ceño fruncido.

Asentí con la cabeza y Elliot acelero.

—Escúchame bien Shace — volví a decirle —No te vayas de ahí, por favor, espérame... Por favor — susurré con un nudo en la garganta.

No escuché nada de su parte. Solo su respiración.

—Aquí te esperaré.

Shace colgó la llamada, y yo solo pude cerrar los ojos aguantando las ganas de llorar.

Elliot me miró con una mueca de tristeza, pero volvió a centrar su mirada al frente. Su agarre en el volante se vió brusco, pero pronto se relajo. Agradecí que no dijera nada más, por que sentía que en algún momento estallaría en llantos.

Sentí una eternidad el camino hacia las afueras de Forks. Pero según Elliot solo está a quince minutos de la preparatoria. En cuanto llegamos, note un auto blanco estacionado justo a lado del letrero. Me quedé en mi lugar un momento, mientras observaba aquel auto.

Iba a seguir quieta en mi asiento, pero un trueno me saco de mis pensamientos y me hizo actuar. Pronto llovería, y yo debía saber que estaba pasando con Shace.

Justo cuando estuve por abrir la puerta, Elliot me tomó del brazo.

—Si pasa algo, no debes decaer... — eso que dijo me hizo mirarlo con confusión. Cómo si Elliot supiera algo que yo no.

Asentí lentamente y me baje del auto. Caminé hasta media carretera y me detuve cuando vi a Shace bajar de su auto.

El camino hasta mí, y se quedó a varios pasos de distancia. Fruncí el ceño y alce los brazos a mis costados.

—¿Que está pasando Shace? — solté en un susurró agotador.

Sus ojos azules me miraron con tristeza. Cómo si ellos fueran los que me están dando la respuesta. Entre abrí mis labios, y entonces el habló:

—Dime la verdad Vanessa — dijo con la respiración agitada —¿En verdad que no me quieres?

Abrí mis ojos de par en par, y mi mundo se detuvo en ese momento. Solo estábamos Shace y yo. No estaba Elliot. Tampoco había nada alrededor, solo el chico de ojos azules y yo.

Mis labios temblaron y mi cuerpo trato de mantenerse en pie.

—Yo... Claro que te quiero — murmuré.

El soltó una risa falsa y agachó la mirada.

—Me quieres como tu amigo... — alzó la mirada hacia mi —¿Por qué nunca pudiste amarme? —preguntó con una ceja alzada —. ¿Que me faltaba para ganarme tu amor? ¿Que necesitabas? ¿Que debía hacer?

—Shace... No digas eso, yo no...

—Nunca me amaste Vanessa.

El que dijera mi nombre por completo, rompió mi alma en mil pedazos.

—Nunca me amaste y jamás me amarás a mi.

Iba a hablar, pero Shace me interrumpió.

—Jamas seré yo ¿Cierto? — se acercó un poco — Jamás seré el dueño de tu corazón, y jamás seré quien tenga la dicha de hacerte llamar "Suya".

Shace se acercó un poco más, mientras que yo solo comencé a sentir pequeñas gotas de agua sobre mi rostro.

—Nunca fuiste para mí — susurró — Nunca fuiste un destino para mí, siempre fuiste el destino de otro chico — se paró frente a mi y yo solo tuve que levantar la cabeza para mirarle a los ojos.

Estaban llorosos. Demostraban tanta impotencia, tanto dolor y tristeza, que incluso yo pude sentirlos arder sobre mi piel.

—¿Por qué no puedes decir que me amas, Nessa? — una lágrima bajo por su mejilla y luego otra más gruesa volvió a bajar por está misma —. ¡Dios! ¡¿Por qué no me puedes amar como yo te amo a ti?!

Explote en llantos mientras veía como los ojos azules zafiro de Shace se volvían nublados y llorosos. Más lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas rojas, y sus manos temblaban como las mías.

—¡Dime qué debo hacer! ¡Dime qué debo hacer para tener un poco de tu cariño! — Shace me tomó de los brazos. Puse ambas manos sobre su pecho, mientras sus labios estaban cerca de mi rostro — Por favor, Nessa... Por favor... Quiéreme aún que sea un poco... Te lo ruego...

Comencé a llorar con más fuerza que antes. Agache la mirada hacia mis manos, y vi como Shace llevaba la pulsera en su mano derecha que yo le había regalado en su cumpleaños.

Una pulsera que le regale hace más de siente años. Una pulsera hecha por mi, y que creí haber perdido.

—S-shace... Yo...

Me levanto el rostro entre sus manos y me hizo enfrentar esa mirada que tanto me dolía.

—Dime que puede existir algo entre tú y yo — soltó sobre el aire, que golpeaba mis labios... — Dime qué puede existir un "hubiera" y juro que me quedaré sin importar que.

Apreté mis labios y cerré los ojos. No pude evitar esto. No podía mentirle, solo por qué quería que el se quedará. Estaba tan cerca de mi rostro, que sus labios casi tocaban los míos.

Sus manos acariciaban mi piel como si fuera la última vez que me tocaría. Y su aroma varonil quedó grabada en mi memoria de alguna u otra forma.

Lo miré a los ojos. Y la lluvia nos comenzó a empapar.

—Yo no puedo mentirte.

Shace frunció sus cejas rubias y soltó un suspiró que rozo mi nariz.

—Si te miento... Jamás me lo perdonaría.

El me miró por unos segundos que parecieron horas, así como yo a él. Comencé a sentir como su agarre en mis brazos comenzó a decaer, y como su rostro se fue apartando del mío lentamente, hasta tenerlo alejado.

Me miraba como si fuera la última vez. Cómo si todo hubiera tenido un final. Un final justo aquí, y justo ahora. Un final que se vió muy lejos de ser lo que es ahora. Todo esto inicio en la infancia, y ahora, después de tanto tiempo... Llegó a su fin.

El final de algo que nunca pudo ser...

Shace apretó sus labios y asintió.

—Entonces... La decisión está tomada.

Abrí mis labios y estuve a punto de acercarme cuando el alzó una mano.

—Me iré lejos de aquí — soltó con una voz desgarradora — Terminaré la universidad, empezaré mi carrera y me haré cargo de todo lo que me corresponde.

Comencé a respirar agitada.

—Por favor... Por favor quédate — suplique entre sollozos.

Shace apretó la mandíbula y se llevó una mano a su rostro para limpiar las lágrimas que no paraban de brotar de sus hermosos ojos. Me miró por última vez, con ese tipo de mirada que te detalla en lo más mínimo, como si quisiera verme una vez más. Una última vez.

—Te amo Nessa... Pero nunca has sido mía.

Shace se dió la vuelta y de pronto vi como parte de mi mundo se volvía roto. Sin dudarlo, corrí tras él y lo abracé por detrás. Detuvo su paso, y mi rostro recargado en su espalda lo hizo tomar mis manos.

—No quiero que te vayas... No quiero Shace — dije con un nudo en la garganta.

El silencio reinó entre ambos. Pero el sonido de la lluvia me hacía volver a la realidad.

Shace se soltó de mi agarré, se volteó hacia mi, me tomó del cuello y plantó un beso en la frente más significativo que el de siempre.

—Hasta siempre, Vanessa Renner.

Me empujó lejos de él y caminó hacia el auto, decidido y sin voltear atrás. Iba a llamarle, e incluso suplicarle. Sin embargo... Me detuve cuando vi a la chica rubia de ojos castaños parada con un paraguas en sus manos, a lado del auto blanco.

Daney.

Shace llegó a ella y se quedó mirándola unos segundos. Entonces, él le abrió la puerta del auto a ella para que se subiera. Ambos se metieron dentro y ni siquiera voltearon una última vez... Ni siquiera volvió a mirarme...

El auto se puso en marcha y yo me quedé parada en la carretera, empapada, mientras veía como su auto se alejaba lentamente hasta salir se la ciudad.

En algún momento de nuestras vidas esto debía acabar. Tarde o temprano...

Sentí unos fuertes brazos cálidos que me rodearon. Y aún que el aire se había vuelto fresco, me sentí calida como un verano de ensueño.

Pronto comprendí algo. Y eso era tan cierto.

Yo no podía mentir a alguien sobre mis sentimientos. No podía ser egoísta y evitar que fuera feliz, solo por qué no lo quería lejos de mi. Shace al final decidió y eligió su felicidad. Así como yo elegí la mía, junto a Elliot.

El mundo es tan grande y vasto. Tanto que puede traer felicidad a cualquiera. Y cada quien extiende sus horizontes para encontrar aquella emoción. Y al final, lo único que nos llevamos de esa persona... Es un simple recuerdo que te acompañara hasta el final de tus días.

Shace siempre fue mi alma gemela, desde niños fuimos esas almas que vagaban juntas y siempre inseparables a pesar de las consecuencias. Pero, por algunas razones de la vida misma, las almas gemelas nunca están destinadas a quedarse juntas.

Shace se ha ido para siempre, se fue aquella mitad de mi alma, se fue el chico que estuvo conmigo desde pequeña. Pero si esto era lo que daría felicidad al chico de ojos azules, yo no dudaría en dejarlo ir con tal de saber algún día que su vida está llena de felicidad. Porque a pesar de todo, también lo amo aunque no sea de una forma romántica.

Y cuando amas debes dejar ser feliz.

—Estoy aquí — susurró Elliot sobre mi oído.

Pronto esa tristeza que había dejado Shace hace un momento, se desvaneció. Miré al pelinegro y sus ojos grises me recibieron con sutileza.

—Elliot, yo...

—Lo se — me interrumpió —Se que debías elegir. Se muy bien todo lo que has pasado. Y se muy bien tú elección — me acarició una mejilla —Yo estoy aquí, y evitaré cada caída tuya. Siempre lo evitaré.

Una sonrisa triste apareció en mis labios.

—Te amo Elliot.

—Y yo a ti, pecosa. Enserio que te amo...

El pelinegro tomó mi rostro entre sus lindas manos y junto sus labios con los míos. Un delicado beso reino en mi interior. Era él a quien amaba. Era Elliot el amor de mi vida. El chico de ojos grises. Siempre fue él.

Ahí bajo la lluvia comprendí todo aquello que me parecía absurdo hace tan solo ocho meses.

Comprendí lo que es un amor incondicional. Comprendí lo que es un amor en amistad. Comprendí lo que es verdadero.

El amor es Gris... No es blanco, no es negro. No es bondadoso y tampoco es cruel. Es un Ying Yang... Es una representación de lo que puede ser bueno y lo que puede ser malo en tu vida. Solo es cuestión de elegir. Es  simplemente amor...

~ Fin ~

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

950K 67.1K 81
En un mundo donde es normal controlar uno de los elementos (agua, fuego, tierra, aire), pero es anormal controlar todos al mismo tiempo... si ese es...
84.5K 4.3K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
334K 18.2K 69
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...
482K 57.2K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...