Un Villano Amor | Tsukkiyama...

By Lili_Elio

7K 724 822

Una trágica novela verídica no tiene su final tras la muerte del escribano. Yamaguchi transmigra al cuerpo de... More

Pᴀʀᴛᴇ I
2˦ Eʟ Vɪʟʟᴀɴᴏ ɴᴏ Fᴜɴᴄɪᴏɴᴀ ᴘᴀʀᴀ sᴇʀ Bᴜᴇɴᴏ
3˦ Lᴜᴄɪᴇ́ʀɴᴀɢᴀs ʏ Cᴀᴍᴇʟɪᴀs ᴘᴀʀᴀ Aᴄᴇʀᴄᴀʀɴᴏs
4˦ Mᴀʟᴀ Sᴜᴇʀᴛᴇ ʏ ᴇʟ Rᴇʏ ᴅᴇ ʟᴀs Dᴇsɢʀᴀᴄɪᴀs
5˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ I
6˦ Pᴀɢᴀ ᴇʟ Jᴜsᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ Vᴀ́ɴᴅᴀʟᴏ II
7˦ Cɪᴄᴀᴛʀɪᴄᴇs ᴅᴇ Hᴏɴᴏʀ
8˦ Uɴ Iɴᴠɪᴛᴀᴅᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ ʏ ɴᴏ Dᴇsᴇᴀᴅᴏ
9˦ Eʟ Aᴅᴏʟᴇsᴄᴇɴᴛᴇ ᴇs ᴜɴ Rᴇʙᴇʟᴅᴇ, Cᴇʟᴏsᴏ ʏ Rᴇᴄᴇʟᴏsᴏ
10˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ I
11˦ Lᴀ Vɪʟʟᴀ Iᴍᴘᴇʀɪᴀʟ II
Esᴘᴇᴄɪᴀʟ ɪ: Gʀᴀᴄɪᴀs Pᴏʀ Exɪsᴛɪʀ
12˦ Exᴀᴍᴇɴ ᴅᴇ Iɴɢʀᴇsᴏ Esᴄʀɪʙᴀɴᴏ
13˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ I
14˦ Eʟ Dᴇsᴛɪɴᴏ Iʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ II
Pᴀʀᴛᴇ II
1˦ Pʀɪᴍᴇʀ Aᴍᴀɴᴛᴇ ᴅᴇʟ Hᴀʀᴇᴍ: Eʟ Gᴜᴇʀʀᴇʀᴏ
2˦ Esᴄᴜᴅʀɪɴ̃ᴀɴᴅᴏ ᴇʟ Pᴀsᴀᴅᴏ
Pᴇʀғɪʟ ᴅᴇ Pᴇʀsᴏɴᴀᴊᴇs
3˦ Cʜɪsᴍᴇs ᴅᴇ ʟᴀ Rᴇᴀʟᴇᴢᴀ

1˦ Dᴇsᴘᴇʀᴛᴀɴᴅᴏ ᴇɴ ᴇʟ Cᴜᴇʀᴘᴏ ᴅᴇ ᴜɴ Vɪʟʟᴀɴᴏ Sᴇᴄᴜɴᴅᴀʀɪᴏ

1.2K 66 49
By Lili_Elio

「╥─ ᭄✾ྀ─╥」

Fascinado por el pasado y la historia, Yamaguchi se unió a una excursión al antiguo imperio de Oikawa entre las montañas. No era tan visitado por el deterioro del camino y porque la naturaleza se encargó de esconder aquel precioso legado histórico. La villa imperial de Oikawa fue uno de los más bellos y prósperos en el período Edo antes de caer. Ahora, solo quedan piezas de lo que fue. 

Aun así, los escritos salvados logran rescatar para la imaginación lo que fue aquel lugar. La sombra de las montañas, el vasto cuerpo de agua del río y la cascada dejaba una atmósfera fría y melancólica. 

—Es fascinante. Que ganas de ver viva esta villa. —comentó en voz alta entre sus compañeros.

Cuando les sobrevino una repentina lluvia, la prisa para no empaparse hizo que el grupo se dividiera y Yamaguchi aprovechó el improvisto para perderse y seguir su interés, un tiempo en silencio para observar e inspirarse para su rol de escritor. 

De entre tantos relatos sobre aquel lugar, Yamaguchi se interesó en un peculiar amor que incentivó discordia entre el emperador Oikawa Tooru, el general samurai Kageyama Tobio y el delincuente Tsukishima Kei. Esto sucedió en la última dinastía de los Oikawa. Un caos total que, desde la perspectiva de Yamaguchi, inició por un desesperado amor de una dama. ¿Qué tan encantadora era esta mujer? Todo queda a la imaginación.

Tras la lluvia, algunos caminos en piedra se desgastaron más de lo que ya estaban. En el momento que Yamaguchi regresaba para rencontrarse con el grupo, las piedras se agrietaron, haciéndole perder el balance y caer en la crecida del río. Las aguas se lo llevaron con furor, aunque gritara, el ruido de la cascada era tan pesado como para oirle.

—¡Agh! ¡A-auxilio! ¡Aquí! 

El agua estaba helada y le lastimaba las extremidades, pero le urgía vivir. No quería morir arrastrado por la bravura de aquella agitada corriente. 

Su pecho se agitó con tanto desespero que no pudo soltar más palabras. Su primordial meta era conservar el aire cálido de su boca. Temblaba tanto del frío como del miedo, completamente alterado por el peligro.

Las piedras fueron otro estresante problema, se había golpeado la espalda innumerables veces y le costaba mantener la boca sobre el agua. No pudo evitarlas todas y, cuando una empuñó su cabeza, el cuerpo de Yamaguchi dejó de verse sobre el agua. El aire se terminaba en menos de un segundo y su corazón latía con tanto desespero de querer seguir, pero todo fue tan fugaz y en su contra. Todo el deseo y la vida esfumándose en un abrir de ojos. Todo a su vista se oscureció. Su último latir fue tan pesado como un tambor y se detuvo.

Cuando escuchó un pequeño ruido metálico, Yamaguchi despertó espantado por su pesadilla, o eso creyó. Ahora se hallaba fuera de peligro, en un viejo futón de suelo viendo su cuerpo más pequeño a lo que recordaba y vistiendo kimono¹*.

—¡Ah! ¿Qué? ¿Qué pasó? —se dijo a sí mismo. 

La casa le recordaba a los hogares del tiempo Edo, las minkas²*.

Dos hombres aparecieron por el pasillo para atender al escandalizado Yamaguchi, un anciano médico y un joven alto de kimono más formal.

—Ya despertaste. ¿Qué pasa? —le preguntó este último. 

Ambos hombres observaron alrededor. El más viejo notó un chiquillo que asomaba sus ojos dorados al marco de la puerta, curiosos por Yamaguchi y su estado.

—¡Tú! ¡Fuera de aquí! Deja de molestarlo. ¡Niño vándalo!

El niño desapareció espantado. Los dos adultos conversaron entre ellos en voz baja y el médico se marchó, no sin antes desperise de todos.

—Si hay otro inconveniente con la salud del joven, vuelva a buscarme. Hasta entonces, joven Ushijima. ¡Tú! ¡Yamaguchi! Deja de estar corriendo por los montes. 

Su tono fue menos formal y más de reproche.

«¿Me conoce? No sé quien rayos es.»

—Gracias por su ayuda. Me encargaré que no vuelva a pasar. —culminó Ushijima acompañando al anciano a la salida.

«Ese hombre es Ushijima, a mí me ha llamado por mi apodo. Pero ambos nombres juntos me suenan familiar por alguna razón. No es posible...»

En la historia original de la villa imperial de Oikawa, este emperador tenía un fiel consejero llamado Ushijima y un escribano que llevaba el mismo apellido Yamaguchi. No eran figuras tan importantes en la historia.

En el tiempo en que se hallaban, esto aun no pasaba. Yamaguchi solo estaba en el cuerpo de un adolescente aprendiz.

Antes que Ushijima regresara, Yamaguchi corrió husmear por la casa y estar más claro de que rayos sucedía. No habían espejos, pero sí una cubeta de agua para apreciar su reflejo. En definitiva, estaba en otro cuerpo, un adolescente con el rostro repleto de lunares. 

«¿Estoy soñando?», pensó y se empapó el rostro para despertar, pero todo se sentía real.

La habitación que halló era compartida, de clase media, repleta de herramientas de escribano. Más evidente no podía estar todo.

—¿Cómo terminé aquí?

Revisando los escritos, Ushijima parecía ser escritor oficial, otras notas tenían una vaga caligrafía asi que debía ser la suya. Halló uno que hacía mención a su nombre, Yamaguchi Tadashi. Esa era la diferencia, este se llamaba Tadashi.

—Tadashi... ¿Quién era Yamaguchi Tadashi?

Solo pudo recordar tres detalles importantes sobre Tadashi además de ser futuro escribano: fue un villano complice de las criminalidades del líder Oikawa Tooru, tiene una terrible mala suerte y una de las peores muertes registraras de la villa; en especial porque fue asesinado a manos de Tsukishima Kei.

¿Y cómo será la historia esta vez?

«De tantos cuerpos para encarnar. ¿Por qué renacer en el de un villano secundario con la peor suerte de la época? ¡No mato ni una mosca! ¡Dioses, no le pongan más peso a esta vida!»

—Ejem. —Ushijima avisó su presencia al marco de la puerta. —¿Estás bien?

—Sí...

Una lástima que no pueda desahogar con nadie su problema existencial.

—Bien, entonces a comer.

Su salud no era la mejor asi que ameritaba una buena cena.

No era la comida más sabrosa, pero ya le fascinaba estar vivo para probarla. Si viviera más tiempo allí, aprendería todos los platillos de allí.

—Tal vez estás ansioso por la partida, pero debes seguir preparándote cuando sea tu turno de tomar el examen. —su tono era más condescendiente que antes. —Por favor, trata de no tener problemas.

Yamaguchi no tenía menor idea asi que siguió la corriente asintiendo a lo que le pidió.

Ushijima sonrió. El hombre tiene un lado de aprecio y confianza hacia Yamaguchi, como un rol de mentor.

—Cuando termines, sirve lo que queda para el niño que te trajo. Hizo mucho.

Justo Yamaguchi terminaba de comer, bajando el bocado con agua.

—¿Qué niño?

—Tsukishima.

«¡¿Tsukishima?!»

Se atragantó.

El agua le entro a los pulmones dándole un buen ataque de tos.

«¿Qué? ¿Por qué él?»

Ambos compartieron miradas extrañas. ¿Cómo se supone que tiene que comportarse con el niño?

—¿Algún problema que deba saber?

—Voy... voy a servirle.

Yamaguchi tomó su plato y buscó la cocina para cumplir con el mando. No sobró mucho de la cena. Todo cupo en una pequeña envoltura de tela y salió sin preguntar a Ushijima donde dejar la comida o como encontrar al niño.

Hasta entonces, no había visto el exterior y la tan ansiada apariencia del pueblo en los tiempos de Edo.

Bastó con asomarse en la entrada de la propiedad y el niño que se había visto antes, aun andaba escabulléndose alrededor para que no le vieran.

«Tal vez no sea tan cercano a Tsukishima, pero tampoco quiero alimentar los rencores futuros hacia mí como Yamaguchi Tadashi.»

No buscó ni forzó al niño a aparecer. Solo dejó la comida en unas piedras y regreso a dentro. Tras el marco de la habitación que compartía con Ushijima, vio la bolsa desaparecer.

Yamaguchi se tomó el tiempo hasta la anochecer en "practicar su caligrafía", mas bien son sus notas para recordar los aspectos importantes de la historia que ya conocía y lo que estaba por cambiar para su bien.

«Si mi memoria no me falla, cuando Ushijima entra como escribano para el clan Oikawa, Yamaguchi Tadachi tenía unos 12 años. Digo... tengo doce años.»

Su mente quedó en blanco. La historia no dice mucho sobre él aunque haya sido un importante escribano. Es completamente secundario y desconocido.

«No tengo ni idea de qué será de mí, además de seguirle los pasos a Ushijima en el futuro. El siguiente conocido cercano es Tsukishima Kei...»

Es una de las figuras principales en el futuro reinado de Oikawa Tooru, y no por nada bueno.

Yamaguchi se acarició el cuello tras los escalofríos de recordar cómo sería su muerte.

«A ver... Tsukishima Kei, no guarda ninguna relación conmigo. Solo vive en el mismo pueblo, huérfano, pobre y roba para sobrevivir. Le gustan los dulces, pierde parte de su mano...»

Si Yamaguchi Tadashi es alguien con mala suerte, ahora se percataba que Tsukishima Kei le gana en las desgracias.

Ya se le dificultaba recordar y escribir las cosas que le ocurrirían.

«Se une a una pandilla oculta en la villa imperial, toma el mando, asesina para el emperador Toru y luego se vuelve en su contra, se enamora de la concubina de Tooru, mata servidores incluyendo a Kageyama y a mí.»

Dejó el pincel a un lado y masajeó sus sienes.

«Pero Tsukishima es un niño. ¿Cómo puedo predecir su vida esta vez?»

No quiso añadir más. Sopló la tinta del papel para doblarlo en cuadritos y esconderlo en su ropa antes de dormir.

「ɢʟᴏsᴀʀɪᴏ」

───────────────────

¹*kimono; prenda tradicional japonesa envuelta en forma de T con mangas cuadradas y un cuerpo rectangular, y se usa con el lado izquierdo envuelto sobre el derecho, a menos que el usuario haya fallecido.

²*minkas; eran las viviendas de los campesinos, artesanos y comerciantes.

ɴᴏᴛᴀ
¡Hola! Otra historia tradicional.
Estoy satisfecha con lo corto que es, será más fácil actualizar.

Los pensamientos del personaje se leen entre los «»

Espero que mi narración les guste. Lamento los errores ortográficos y gramaticales, si hubo alguno.

¿Cómo imaginarían la terrible muerte de Yamaguchi en manos de Tsukishima?

Continue Reading

You'll Also Like

160K 4.3K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
591K 79.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
4.1K 341 11
Si de por sí era muy desesperante que yo soportara a Oikawa. En esos momentos él era un dolor de cabeza, cada vez que hablaba sobre alíens y ovnis. ...
9.9K 1.2K 9
Bakugo Katsuki ya lo tenía todo en la vida, una empresa, dinero, fama, todo. Pero había algo que le faltaba y lo hacía sentir vacío, siempre había es...