Slave [TaeKook]

By solescarlata

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Aquellos o aquellas que se presenten como omegas solo tienen tres opciones para su vida: 1. Si su familia no... More

SLAVE
ANTES DE EMPEZAR
PREFACIO
02

01

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By solescarlata

NACIÓN JEON

Se encontraba limpiando el polvo de las repisas mientras tarareaba una melodía que hace poco llegó a su mente. Especialmente, ese día estaba más tranquilo de lo normal; realizó todas sus tareas en un tiempo récord y ahora habiendo casi terminado, se encontró satisfecho de sí mismo.

Lavó los platos y la ropa; barrió y trapeó las dos plantas de la casa; además de arreglar el cuarto de su hermano, padre y el propio para después empezar a revisar las estanterías de la cocina y pensar en el almuerzo de ese día.

En cuanto puso la olla al fuego, la puerta de la casa fue golpeada. Con algo de extrañeza limpió sus manos en el delantal y se apresuró a atender, su padre no le informó sobre alguna visita o por defecto de algún mensaje o encargo que fuera ser recibido.

Apenas fue capaz de divisar a las personas del otro lado de la puerta sintió un escalofrío recorrer su espalda y un mal presentimiento afloró en su pecho al percatarse del logo real en los trajes de las personas que ahora lo miraban con inexpresividad. Todos ellos eran betas, pues no pudo reconocer aroma alguno entre los tres individuos que estaban en frente suyo.

Uno de ellos tenía el pelo negro, ojos llegando al mismo color, piel blanca y una cicatriz en la mandíbula. Era el más alto de los tres y el que más miedo daba según el omega; seguido a él, uno de cabello castaño y con algunas pecas en su cara siendo el más bajito, y por último, un chico con cabello negro rojizo y ojos azules.

El de pelo negro sacó un sobre el cual le extendió con sumo respeto. Los betas siempre eran así, muy diferente de los alfas quienes llegaban por la fuerza a someter a cualquier omega.

Inexplicablemente sus manos empezaron a temblar y con algo de recelo recibió el sobre, no estaba seguro de abrirlo en su presencia o ¿acaso era alguno de los encargos de su padre?

Hizo una reverencia con la intención de volver a su hogar y calmarse por la increíble tensión que se formó en segundos. Sin embargo, la puerta fue retenida y fue ahora el de cabello negro rojizo el cual se puso al frente y habló.

­-Omega, Jeon Jungkook- dijo fuerte y claro-. Por órdenes del consejo de la nación, usted pasa a ser ahora propiedad pública.

Jungkook frunció el ceño al no entender de qué estaban hablando. Vivía al mando de su padre alfa, era él quien tenía completa propiedad de su persona.

-¿A qué se refiere?

Los tres betas se miraron entre sí, para después esbozar una sonrisa que puso alerta al de pelo negro. Retrocedió un paso al sentirse intimidado por el giro que estaban tomando las cosas, pues reconoció la diversión en los rostros ajenos. Como si estuvieran disfrutando de aquél momento, o más bien, como si se burlaran de él.

-Su padre tiene una deuda enorme con el ministro Park- quien dijera que unas simples palabras no pueden cambiarte la vida, está muy equivocado. Aquella declaración fue como una condena de muerte para el pelinegro.

Entonces todo tuvo sentido, fue como si un balde de agua fría le hubiese caído encima ante lo recién dicho. No era posible, ellos vivían bien. Sus piernas perdieron fuerza y cayó sentado al no verse capaz de mantenerse en pie un segundo más.

-No...- dijo atónito- mi padre no...

Sin embargo, las palabras morían en su boca al verse incapaz de completar al menos una frase.

-Su padre no pagó en el tiempo estipulado- escuchó la voz del hombre muy alejada-, conoce las leyes.

Negó repetidas veces, negándose a aceptar lo que le estaba pasando. Las lágrimas se acumularon en sus oscuros orbes hasta empezar a deslizarse por su aporcelanado rostro, no podía evitarlo.

-Tiene media hora para arreglar sus cosas- escuchó que dijo el castaño-, después será llevado al complejo de la nación.

Escuchó como los tres hombres se alejaban dejándolo completamente solo. Seguía sin creerlo, todo estaba siendo tan repentino que parecía como si su alma le hubiera abandonado el cuerpo.

Estuvo en la misma posición por al menos cinco minutos, en los cuales lágrimas seguía cayendo hasta estrellarse en el suelo enmaderado de la casa. Se negaba rotundamente a esto que le estaba pasando. Con el dorso de la mano izquierda se limpió como pudo el rostro y se concentró en el sobre que le fue entregado minutos antes.

Solamente estaba el sello real al frente y en el reverso tenía escrito "Para: Jeon Jong-suk" lo cual le confirmó que esa carta era para su padre.

Se levantó a penas y se dirigió a la cocina para apagar todo. Sus manos temblaban y no era capaz de realizar una acción sin tropezar, tuvo que sostenerse varias veces para no sucumbir. Se le estaba haciendo realmente difícil todo, peor aun cuando no tenía a su padre y hermano en esos momentos para que le dieran una explicación y le dijeran algo que lo hiciese sentir seguro.

Fue hasta la segunda planta directo a su cuarto. Sacó una maleta y empezó a guardar su ropa, algunos libros que le fueron regalados en sus anteriores cumpleaños y la fotografía que guardaba recelosamente de su familia.

Caminó hasta la ventana y se aseguró de contar cuantas personas custodiaban su casa, no quería ir a ese lugar. Las horribles historias que contaban solo lo hacían temblar de miedo.

Como pudo agarró la maleta y siendo lo más silencioso que pudo caminó escalones abajo hasta llegar a la puerta trasera. Volvió a dar un vistazo con la intención de asegurarse de que nadie lo había escuchado y abrió la puerta, miró hacia los lados percatándose de que no había nadie más y entonces corrió.

Con el corazón en la mano corrió lo más rápido que pudo con la intención de escapar de aquellas personas que querían encerrarlo.

Segundos después sintió un golpe que lo hizo perder el equilibrio y caer al suelo en un golpe seco que lo dejó adolorido.

Fue levantado violentamente del suelo y agarrado de la camisa. Lo reconoció inmediatamente por el olor; era un alfa, y no estaba para nada contento con su intento de escape.

-¿A dónde crees que vas, pequeña mierda?- Jungkook apartó la vista al verse intimidado por la cercanía de ese hombre a su espacio personal- Míralo, es mudo- se mofó del nerviosismo ajeno.

-Ya déjalo, se nos hace tarde Seo- el beta que tenía pecas en su rostro apareció en el campo de visión del pelinegro y lo miró con apatía-. Ya sospechaba que intentaría algo así, es de los pocos que se ha atrevido, así que déjame decirte que tienes suerte omega. Mi gran amigo alfa ya te habría molido a golpes y tal vez...- pensó mejor en sus palabras al ver el delicado cuerpo del pequeño omega- algo más.

Jungkook tragó grueso al saber perfectamente a lo que se refería con el algo más. La impotencia que sentía en aquellos momentos solo crecía con el paso de los segundos; ellos lo llevaban como si se tratara de un criminal.

El beta pelinegro se ofreció a llevar su maleta, y él no pudo negarse al estar rodeado por dos alfas y los otros dos betas. Iba a llorar solamente por la presión que sentía en aquellos momentos.

Sus ojos se empañaron al ver lo que ahora sería su antigua casa mientras era escoltado hacia su nuevo lugar de residencia. Inició siendo un buen día y ahora estaba aterrado por el futuro que le esperaba.

En el camino pudo ver como los chismosos se quedaban observándolo, a sabiendas de lo que eso significaba para ellos. Algunos lo veían con pena, siendo mayormente los omegas quienes en su rostro se marcaba el miedo de ser los siguientes en ser llevados a ese lugar; por otro lado estaban los alfas, quienes lo veían como una presa más, una nueva adquisición y diversión ahora que iba a ser llevado a ese lugar.

Sus piernas fallaron por un segundo al saber que ahora estaba a disposición de aquellos hombres. La perversidad y deseo que se marcaba en su rostro le dio nauseas. Paró por unos segundos negándose a dar un paso más.

Uno de los alfas lo empujó para que retomara el paso, y no le quedó de otra más que seguir.

A lo lejos pudo distinguir dos siluetas inconfundibles para él. Ambos venían corriendo en cuanto lo vieron, inmediatamente se alteró y quiso ir con ellos de no ser por aquellos hombres que lo retenían.

-¿¡Qué diablos les pasa!? ¡Suelten a mi hermano!- escuchó a su mellizo hablar lo más demandante posible.

-Muchacho te pedimos...- trató de intervenir un beta, sin embargo no sirvió de nada al ver la furia que destilaban los orbes contrarios.

-¡Me vale una mierda!, ¡He dicho que lo suelten!- Jungkook quería ir con él y calmarlo, más le era imposible al estar atrapado entre esos alfas, quienes agarraban su brazo y le impedían acercarse a su hermano.

-Yug...- habló bajito.

-Yugyeom, debes calmarte- escuchó la voz de su padre a unos metros de distancia siendo esta firme y poderosa como se esperaba de un alfa de rango alto.

Jungkook suplicaba internamente por que su padre hiciera algo por él e impidiera que lo llevaran. En esos momentos no tenía derecho a hablar, pero se moría de ganas por gritar y suplicar a su padre y hermano que lo ayudaran.

Observó detenidamente como su progenitor se acercaba de manera tranquila hacia los betas que encabezaban el grupo. Conectó su mirada unos segundos con él siendo más que suficiente para saber que debía estar tranquilo, su padre no iba a dejar que lo llevaran.

-Creo que ha ocurrido un malentendido, beta- habló calmo. No debía iniciar una pelea innecesaria.

-No señor- contestó el beta-. Tenemos órdenes de llevarnos al omega Jeon Jungkook por la deuda que usted acuña con el ministro Park desde hace un mes.

-Esa deuda ya está saldada- respondió el hombre-, así que si me disculpan voy a llevarme a mi hijo.

-Un momento- interfirió el beta de pelo negro-. No hemos sido informados de nada, hasta que los altos mandos no nos den la orden, no podremos entregar al omega.

Jungkook entró en pánico al escuchar aquello. No podían llevárselo, estaban siendo injustos. Si ya no existía una deuda entonces por qué querían llevárselo.

-Papá...- dijo con miedo.

-He pagado todo, incluso tengo el certificado- mostró Jong-Suk la hoja donde lo especificaba.

-Nosotros solo seguimos órdenes señor Jeon- señaló el mismo beta-, hasta entonces su hijo deberá permanecer en el complejo de la ciudad.

-¡No!- escuchó el grito de su hermano quien inmediatamente se lanzó ante el alfa que lo estaba sosteniendo.

Jungkook miró con terror la pelea que se desató en cuestión de segundos. Su hermano y padre peleaban contra aquellos alfas mientras él se sentía inútil y desesperado por encontrar una solución.

Gritó cuando vio como uno de los alfas golpeó y azotó a su mellizo en uno de los puestos callejeros y seguido a eso impactó su pie en el estómago contrario repetidas veces.

-¡Yugyeom!- gritó horrorizado. Salió corriendo en dirección a su hermano y con toda su fuerza de voluntad se interpuso entre aquél guardia que quería seguir golpeando a su malherido mellizo- ¡Por favor, piedad!

Detalló la respiración desestabilizada del alfa, estaba claro que estaba colérico y la única forma de calmarse sería matando a ese debilucho que tuvo la osadía de atacarlo.

Todas las personas presenciaban el alboroto sin desear hacer nada al respecto, solo esperaban a que ese alfa golpeara al tonto omega que interfirió en la riña. Las reglas eran claras, un omega no debía interferir en la pelea de dos alfas si no quería terminar siendo golpeado.

-Quítate de mi camino, si no quieres que te muela a golpes omega- el tono amenazante solo hizo que se encogiera un poco en su lugar, más no dio un solo paso para quitarse. Era la vida de su hermano la cual estaba en riesgo y nunca permitiría que algo le pasara.

-Por favor- rogó-, solo llévenme pero no les hagan nada a ellos.

-¡Que te quites!- sintió el puño del alfa impactar en su rostro, la fuerza empleada en el golpe provocó que cayera al suelo e inmediatamente el sabor metálico de la sangre se hiciera presente en su boca.

-Es suficiente- intervino el beta castaño. Aquél alfa estaba por golpear de nueva cuenta a su hermano y este también estaba listo para el siguiente round.

-No me iré hasta acabar con este bastardo- habló entre dientes el alfa.

-No quieres meterte en un problema con los de arriba. Yo que tú, pensaría sabiamente en lo que voy a hacer- al parecer esas palabras fueron suficientes para el alfa, pues rápidamente se alejó de Yugyeom y empezó a gruñir por la ira contenida.

El pelinegro al ver esto se acercó hasta su hermano para abrazarlo y revisar su rostro cubierto de golpes. Sus ojos ya enrojecidos por el llanto derramaban lágrimas al ver el estado en el que se encontraba su mellizo.

-Yugy... por favor ya no cometas ninguna otra estupidez.

-No es una estupidez. No voy a permitir que te lleven a ese lugar- dijo decidido.

-¡Que no idiota!, escúchame por favor- agarró el rostro de su hermano y juntó sus frentes-. No quiero que te vuelvan a golpear, quiero que sean inteligentes y hagan las cosas bien. Estoy seguro que nos vamos a ver dentro de poco.

-No quiero que te lleven- susurró para ellos-. Ese lugar es horrible y no quiero que mi hermano...- ni si quiera fue capaz de terminar la frase.

-Será poco tiempo- trató de convencerlo el pelinegro, aunque parecía que aquellas palabras iban para sí mismo-. Tengo Fe en que ustedes irán por mí pronto.

-Kookie...- el más grande abrazó fuertemente al omega y dejó unos cuantos besos en su cabeza, el corazón se le estaba partiendo y no podían hacer demasiado por el momento.

-Estaré bien, lo prometo- lo tranquilizó, a pesar de que se encontraba aterrado.

Ambos estaban envueltos en un abrazo y no querían separarse, hacerlo solo haría que la horrible realidad se llevara la estabilidad del omega. Trataba de ser fuerte, pero no faltaba mucho para que se derrumbara por completo, no quería ir a ese lugar.

A unos metros se encontraba el alfa de la familia observando a sus dos hijos, apretaba la mandíbula y los puños con fuerza para no cometer una estupidez que podría costarle mucho más. Se moría de la angustia al saber que su cachorro iba a ser llevado y una parte de él quería arrancar la garganta de aquellos alfas y betas que querían tocarlo.

Con algo más de calma se acercó hasta sus dos hijos y acarició la cabellera azabache de su hijo menor. Inmediatamente la mirada brillante de Jungkook se posó en él; no le quedó de otra que aguantarse las ganas de actuar indebidamente.

-Papá...- el omega se lanzó a los brazos de su progenitor y se quedó ahí unos segundos tratando de reconfortarse con el aroma de su padre, estaba temblando y eso claramente Jong-Suk lo podía sentir.

-Escúchame bien, hijo- lo abrazó y empezó a hablar bajo-. Trataré de sacarte lo más rápido que pueda, mientras tanto, necesito que seas fuerte y muy inteligente en ese lugar; eres un omega y tratarán de hacértelo saber a cada segundo de diferentes formas, pero no por eso eres menos.

-Tengo miedo- se abrazó con más fuerza al cuerpo del alfa.

Para cualquier otro alfa, aquella situación no tendría sentido. Los omegas estaban para servir y si debían ser usados para salvar a otros por deudas que no les pertenecían, pues bienvenido sea. Sin embargo, para Jong-suk era diferente; su corazón se apretaba en tristeza de solo ver a su cachorro en esa situación. Siempre se juró protegerlo y ahora sentía que estaba fallando a su promesa.

Para él, Jungkook era uno de sus tesoros más valiosos así como Yugyeom, siempre procuró enseñar buenos valores a pesar de que vivían en un lugar donde estos no tenían gran importancia. Tener dinero, estatus y un buen rango lo eran todo; lo demás quedaba en segundo plano, casi que en el olvido por los excesos con los que la mayoría vivía.

-Eres fuerte, bebé- Jungkook no quería soltarse, menos cuando su padre le había dicho de aquella forma-. No entiendo que está pasando exactamente, pero apenas tenga todo controlado volverás a casa.

Jungkook asintió con lágrimas escurriendo en su rostro, quería quedarse mucho más tiempo ahí, pero el contacto se vio interrumpido cuando uno de los betas, exactamente el pelirrojo lo tomó del brazo para apartarlo de su padre.

-No...- se empezó a desesperar en cuanto fue retenido y llevado por la fuerza- ¡No! ¡Papá!, ¡Yugyeom!-trató de resistirse hasta sentir como era tomado del cabello y arrastrado por aquellos alfas, a lo lejos escuchó el gruñido de su mellizo más no pudo hacer mucho.

Lloraba en silencio mientras más avanzaban, cada paso se sentía como uno menos para llegar al infierno, como si las puertas de lo que sería su perdición se abrieran lentamente esperando ansiosas por su llegada.

Aquél complejo temido por todos los omegas de la nación se encontraba ahora frente a sus ojos. Una estructura que llevaba funcionando desde hace ya más de veinte años y que para muchos era enigmático y a la vez aterrador por todas las historias que se contaban.

La puerta de metal se abrió y con todo el coraje que le quedaba se fue al caño en cuanto observó el interior del lugar.

Las paredes de lo que parecía una recepción estaban pintadas de color crema haciendo juego con el piso de madera, siendo un estilo victoriano el que lo recibía. Las decoraciones hacían de aquél lugar uno muy elegante y teniendo en cuenta las condiciones en las cuales vivían se notaba el empeño que tuvieron al construir el lugar, pues en el techo colgaban lámparas en cascada y las esquinas y bordes de la pared tenían acabados en relieve. En la parte izquierda de la sala reposaban pequeños candelabros; en la parte derecha las paredes se encontraban cubiertas por cuadros que para el omega no eran agradables.

Sillones negros y una pequeña mesa reposaban en ese espacio más al fondo, al lado de los sillones, el omega se dio cuenta de algunos folders que descansaban muy pulcramente, y no solo eso, se estremeció al ver entonces algo que parecía una pequeña tarima y donde se supone que iba otra pared, colgaba una gran cortina negra de ceda. Tragó grueso al darse una idea de lo que pasaba.

Los alfas lo hicieron parar justo en la pequeña recepción que poseía el lugar. Detrás de una gran mesa de roble se encontraba una mujer, beta, al no poder reconocer aroma alguno la cual no demostró emoción alguna en cuanto lo vio llegar, al contrario, solo suspiró y empezó a ver en un gran cuaderno.

Jungkook tragó grueso al ver que empezaba a mirarlo detenidamente, segundos después esta se alejó de su puesto y se acercó a él. Lo tomó de la mandíbula y examinó con cuidado su rostro, seguido a eso, palpó su torso, caderas y piernas, para finalmente ver descaradamente su trasero. Jungkook se sentía no solamente asustado sino que la sensación de ser tocado lo produjo nauseas.

-A simple vista se ve como un "A"- inició la beta para seguido a eso volver a su puesto de trabajo-, pero necesito que lo detallen más. Llévenlo a una de las alas vacías por el momento, en cuanto le hagamos todas las revisiones necesarias quedará instalado completamente.

-Estos son sus datos- dijo el beta castaño en cuanto le extendía una hoja a la recepcionista-. Su dueño es Jeon Jung-Suk y dice que en unos días vendrá por él.

-Lo dudo- dijo uno de los alfas con una sonrisa socarrona.

Jungkook no fue capaz de decir nada, estaba aterrado.

-Como sea, llévenlo a una habitación- dijo la beta-. Por cierto,- dijo ahora dirigiéndose al pelinegro-, en diez minutos irán a tu cuarto para empezar las revisiones, así que date una ducha.

Jungkook no dijo nada, solamente se mantuvo en silencio hasta que otra vez lo empezaron a empujar para que avanzara. Mientras más profundo avanzaban, se daba cuenta que las condiciones iban cambiando y ahora lo que decían ser habitaciones, no parecían ser más que celdas.

Se detuvieron en una al final del pasillo. El beta de pelo rojizo abrió y lo empujó sin delicadeza, seguido a eso sus cosas cayeron en algún lugar de la habitación para la puerta cerrarse segundos después.

Jungkook apretó sus manos en su pecho mientras miraba a todos lados con miedo, sus labios temblaron y sus ojos se llenaron de lágrimas al verse solo en ese frío lugar. Eran cuatro paredes con un ancho y largo de 3x2. La cama se encontraba a unos centímetros de distancia y al lado de esta una pequeña mesa de noche. Empotrado en la pared se encontraba un pequeño armario y eso era todo.

El aire de ese lugar le inspiraba desconfianza, además de eso, el fuerte aroma a humedad se filtraba por todos lados. La cobija que cubría la cama era solamente una sábana blanca y además estaba sucia. Jungkook siempre fue una persona ordenada y poco tolerante con la suciedad y desorden, por eso siempre procuraba que su casa se encontrara limpia y oliera bien.

Empezó a llorar en medio de la habitación, estaba solo y desprotegido, se sentía como un pequeño cachorro abandonado. Necesitaba a su padre, a su hermano, a su madre, quien fuera para que lo ayudara a salir de ese lugar.

-Por favor, sáquenme de aquí- susurró en cuanto encontró una esquina, en la cual se quedó por un largo tiempo.

NACIÓN KIM

Los pasos resonaban en los grandes pasillos del lugar. Su cabellera castaña se movía en cada paso dado, su elegancia, porte y aura al caminar gritaban "imponente" no importaba por donde lo viesen.

Llegó hasta aquellas grandes puertas de roble, no esperó mucho para tocar y tener permiso para pasar a aquél espacioso recinto.

Al final de aquella habitación se encontraba un hombre de cabello igualmente castaño, este usaba sus gafas mientras leía diligentemente la pila de documentos que reposaban a un lado del escritorio. Aquel lugar era el despacho de su padre, un inmenso cuarto el cual poseía varios libreros, dos pequeños sillones y una mesa ratona en el centro. Más allá, estaba su escritorio en el cual trabajaba todos los días y también, el lugar en el que casi siempre se encontraba.

-He venido como ordenó, padre- hizo una reverencia antes de ingresar a la habitación.

En cuanto el castaño mayor alzó la vista sonrió al ver a su primogénito al pie de la entrada, hace ya unos días que no se veían.

-Es un gusto verte de nuevo, Taehyung- comentó quitándose los lentes-.Lamento el llamado tan repentino, pero es importante.

-No se preocupe, padre- Taehyung sonrió tenuemente ante aquello, era cierto que no se veían mucho pero, tampoco se llevaban mal además, hasta hace diez minutos que fue informado de la repentina audiencia con su padre, no hacía más que estudiar-. Puede pedirme lo que sea, soy todo oídos.

Seo Joon bufó ante la seriedad de su único hijo. En algún punto de su vida, Taehyung empezó a convertirse en una persona muy seria y más cerrada. Puede que en la infancia tampoco fuera el chico que sonreía solo porque sí, pero el cambio se notó mucho más cuando su esposa murió. Hasta ahora lo atribuía a eso.

En todo su tiempo de convivencia había notado el gusto de su hijo por los libros, la cartografía, el arte, la equitación y el manejo de espada. Nunca tuvo problemas con sus tutores debido a lo dedicado que se encontraba siempre a todo, parecía un pequeño robot y eso a Seo Joon lo preocupaba.

Cuando Taehyung cumplió los diez años fue enviado al extranjero por decisión de la madre de Seo Joon, quien aseguraba que estudiar en el exterior le ayudaría mucho al muchacho en su formación como rey; además, la mujer creía fervientemente que el nuevo entorno ayudaría mucho al cachorro, pues el rey estaba devastado con la pérdida de su mujer y Taehyung pasó a estar en último plano.

Por eso mismo, cuando la noticia fue dada, Seo Joon no pudo negarse, pensando que lo que estaba haciendo era un bien, más que todo para su cachorro; quería lo mejor para Taehyung y esperaba que pasar tiempo con su familia le brindara mucho más cariño y lo hiciera alguien más sensible y cariñoso. Lástima que el alfa no haya cambiado casi nada en doce años. Hace apenas unas semanas de su regreso y las cosas se tornaban extremadamente frías entre ambos alfas, ninguno sabía que hacer o decir en frente del otro.

Mantener una conversación sin que la incomodidad saliera a flote era un reto muy grande para el mayor, sentía que ese joven que estaba al frente suyo era un completo desconocido y no era para menos, hace mucho que no se veían, era de esperarse que las cosas fueran así. Sin embargo, el mayor no creía que sería tan difícil.

En un punto de la vida del menor, desde que se fue de su nación el contacto con su padre fue nulo, tanto así que hubo un tiempo en el cual olvidó que existía. Estar rodeado por sus abuelos y estar en un ambiente diferente lo relajó de cierta forma, pues jamás podría olvidar la forma en la que murió su querida madre.

En cuanto le informaron que debía volver, no tuvo más remedio que obedecer, sin embargo, lo primero que vino a su mente, fue la presencia de su padre. No tenían una relación como cualquier padre e hijo, y sinceramente a Taehyung no le importaba mucho. La distancia era enorme así que decidió ser respetuoso en cuanto volviera a ver al mayor. No esperaba nada más y al parecer a su padre tampoco le importó mucho, pues eran cordiales el uno con el otro y entonces pasaron a ser dos desconocidos viviendo en un enorme lugar que se veían cuando era necesario y mantenían un perfil bajo.

Aunque para Seo Joon seguía siendo difícil el hecho de aquella brecha, intentaba todos los días tener pequeñas conversaciones con el menor que era el más reacio para todo.

Volviendo al presente, Seo Joon se preguntaba si lo que estaba por pedirle a su primogénito era lo correcto. Taehyung no sabía cómo se regían las cosas en las naciones, estaba instruido en algunas cosas, más sin embargo, sus padres le informaron que el muchacho se negó a estudiar sobre el régimen del reino, debido a que pensaba que no iba a volver a ese lugar. El alfa no lo culpaba.

-Verás, hace unos días se convocó una asamblea entre naciones- empezó el mayor mientras se sobaba la frente en señal de frustración. Taehyung no pasó por alto aquél gesto-. Este año todos los líderes deben asistir a la Nación Jung.

Taehyung no entendía demasiado, solo conocía la nación Park debido a que tenían lazos familiares con aquellas personas, allí conoció a su primo Park Jimin cuando pasó un corto tiempo en su niñez en ese lugar; cuando su familia aún estaba completa.

Sin embargo, no entendía el problema de visitar una nación nueva, suponía que era algo normal y entretenido.

-No veo el problema, padre- dijo Taehyung un poco confundido, parecía que a su padre le iba a dar una aneurisma de solo mencionar aquél lugar-. Puedo ir en su representación si me lo permite.

-No lo entiendes, Taehyung- prosiguió el alfa-. Es un territorio enigmático, nadie sabe de ellos desde hace ya más de cincuenta años.

-Sigo sin ver el problema- dijo confundido-. Si han invitado a las demás naciones es porque quieren darse a conocer.

-Los Jung nunca han sido personas amigables- dijo con seriedad Seo Joon-. A pesar de que hemos mantenido una tregua durante siglos, no quiere decir que no seamos enemigos.

-Oh, así que son nuestros enemigos- Taehyung se encontraba interesado en ese territorio a pesar de que no se escuchaba nada amigable.

-Esto es serio, hijo. Nunca sabemos que esperar de esas personas, es por eso que espero que en esta reunión las cosas se puedan mantener en orden.

-Tenemos un ejército, padre- dijo Taehyung bastante serio-. Si ellos atacan nosotros estaremos preparados, no pueden agarrarnos con la guardia baja, lo único que nos queda es analizarlos todo el tiempo y estar atento a sus movimientos.

Seo Joon veía a su cachorro sin creer lo que estaba escuchando, ¿acaso Taehyung estaba tratando esta situación como si de un juego de estrategias se tratara? A decir verdad, le sorprendía que su hijo dijera eso, mucho más con esa soltura y naturalidad.

-¿Entiendes que si nos ven llegar con una gran armada, van a pensar que venimos en son de guerra y eso es lo que menos queremos en este momento?

-Solo es una sugerencia, siempre se pueden buscar más posibilidades.

-La reunión de este año es para concretar formalmente la paz de las naciones.

Taehyung levantó una ceja con algo de gracia. Algo como la paz siempre sería inalcanzable, estaba más que seguro que en cualquier momento una catástrofe se desencadenaría y lo último que pasaría sería que aquellas naciones se aliaran.

-¿Entonces que sugiere?- se cruzó de brazos el menor- Reitero, puedo ir en su representación y trataré de manejar la situación lo mejor posible.

Seo Joon se quedó pensando un momento las palabras de un hijo, claramente esa era una buena idea. El chico, a pesar de todo era inteligente, demasiado para su propio bien y eso lo sabía desde que este era un cachorro. Pero no quería correr riesgo, no cuando era lo único que le quedaba de su esposa.

Sin embargo, había algo más que estaba seguro que podía hacer. En cuanto aún pudiera hacerse cargo de los asuntos diplomáticos, lo haría hasta que el muchacho estuviera listo, mientras tanto, había un asunto que era mucho más sencillo pero esperaba, nada peligroso y que necesitaba que el muchacho cumpliera.

-Escucha- dijo mientras buscaba algo en uno de los cajones-, de los asuntos diplomáticos me encargo yo. Por el momento necesito que vayas a otro lugar mientras se da la reunión.

-¿De qué se trata?- pregunto curioso.

-Necesito que viajes hasta la Nación Jeon y dejes este recado- el mayor sacó una carta que dejó encima del escritorio.

-¿Puedo saber de qué va la carta?- preguntó aún sin tomar el sobre.

-Hoy estás bastante curioso, pero no voy a responderte. Estoy seguro de que te darás cuenta por ti mismo.

Seo Joon esperaba estar haciendo lo correcto.

-No entiendo- el mayor le tendió la carta para que este pudiera tomarla, Taehyung estaba seguro que la mirada de su padre le estaba diciendo algo más, pero no sabía qué.

-Te daré un mapa para que te ubiques- lo ignoró el mayor olímpicamente-, sé que te fascinan así que los encontrarás enseguida. Partirás en dos días, hasta entonces, prepárate y lee un poco- le sonrió para darle a entender al joven, que aquella reunión daba por acabada.

Al joven alfa no le quedó de otra más que levantarse de su sitio y hacer una reverencia antes de retirarse del lugar. No estaba seguro de lo que pasó momentos atrás, pero algo le había quedado claro cuando habló con su padre. Esa mirada de preocupación fingida le ocultaba algo más.

Sin embargo, esperaba poder descubrirlo. 

🥀🥀

Y es así como le damos comienzo a esta historia. Particularmente estoy emocionada, pero nerviosa de la forma en como la vaya a desarrollar, sin embargo espero hacerlo bien.

Les deseo a todo el mundo un feliz año nuevo 2022. Espero que este nuevo año esté colmado de bendiciones y buenas vibras para todos, así como también de salud y metas.

 Espero que les haya gustado este abre bocas, no puedo decir que serán constantes las actualizaciones, pero trataré de hacer lo posible por escribir lo más seguidamente posible, sin embargo, díganme que les pareció, los estaré leyendo.

Saludos.💜💜

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