No soy alguien estúpida, Matthew puede ser un vizconde con un trabajo que mayormente toma todo su tiempo, pero no es difícil ver cuándo llega de acostarse con otra, en el condado hay rumores de que mi esposo frecuenta mucho a una mujer, que además de ser casada, es su amiga de infancia.
—¿Tus cosas están en la habitación principal?
—Si, lleve todo lo que necesito.
—Bien, bueno el sistema es, necesito que me digas cuando estás en tus días fertiles, entonces es cuando se usará esa habitación, por lo que resta del mes, puedes ir a dormir a tu propia recamara.
—Por supuesto, mañana entraré a "mis días fertiles"
—Mañana estaré ocupado, tal vez pasado mañana.
—¿Ocupado?
—Si, tengo que ver a alguien.
—Por que no lo invitas.
—¿Perdona que?
—Deberias invitarlo a cenar, así pueden hablar más cómodamente, se trata del trabajo ¿No?
—Claro, pero no me gusta traer cosas del trabajo a casa.
—¿Ahora te incómoda? Siempre estás trabajando en el estudio, no veo cuál es el problema ahora.
—Ella...
—¿Ella? ¿No era un negocio? Es raro que una mujer trabaje —Sabia perfectamente a quien se refería cuando decía "ella" pero quería presionarlo.
—Quiero decir, El, es, el esposo de una conocida mía, así que, no sé si, a ella le gustaría la invitación.
—¿Porque no debería gustarle?
—Bueno, tienes razón pero...
—Hazlo, prepararé una linda cena.
—Le enviaré una carta y dependiendo su respuesta te lo diré.
—Bien...
***
—¿Esta todo servido en la mesa para recibir a nuestro invitados?
—Si, vizcondesa, todo está servido en la mesa.
—Muchas gracias.
Mientras me estaba poniendo los aretes, alguien tocó a mi puerta insistentemente
—Adelante.
—No tardarán mucho en llegar.
—Ya lo se, ya casi estoy lista.
—El, no es de lo más agradable, es alguien bastante difícil de tratar.
—¿Y su esposa? Tal vez puedo ayudarte si me hago amiga de ella.
—Bueno te recuerdo que ella es mi amiga, no creo que necesite ganarme el favor de su esposo por medio de ti.
—Asi que, ¿Tu y ella son cercanos?
—Nos conocemos desde niños, así que, pues si soy cercano a ella.
—Me alegro que tengas una amistad así de duradera, yo también solía tener un amigo de la infancia.
—Bueno pues, ya que tú también tuviste uno, me alegro que puedas comprender el fuerte lazo que puede existir entre ella y yo.
—Claro que lo entiendo —Antes de que empezará a oir cualquier otra cosa, los cascos de los caballos y las ruedas de un carruaje comenzaron a escucharse —Deben ser ellos, hay que bajar a recibirlos.
Mientras ambos caminábamos por el pasillo un silencio inminente había entre ambos, al punto de que podíamos oír el sonido de nuestras respiraciones, nunca hablábamos si no teníamos nada bueno que decirnos, en cierto modo, me recuerda al matrimonio de mis padres, mientras que los padres de Matthew se veían felices juntos, a pesar de igual manera haber tenido un compromiso arreglado.
—Bienvenidos, me alegra que aceptarán la invitación.
—Agradezco mucho a la vizcondesa que nos invitará a cenar, es muy amable de su parte.
—Bueno Mercy, ellos son los barones de Lennox, Lady Anna y Lord Arthur.
—Bueno, supongo que no tengo que presentarme.
—Por supuesto que no vizcondesa —El baron sonrió amablemente, mientras que su esposa solo me miraba fijamente.
—¿Porque no pasamos a la mesa? —Matthew interrumpió.
—Por supuesto vizconde —Cito aquella mujer, no muy mayor a mi.
Nos sentamos a la mesa, y por lo visto ambos amantes estaban muy incómodos, no querían mirarse a los ojos.
—Se ve que está felizmente casado Lord Arthur —Dije mientras cortaba mi comida.
—Bueno, no me puedo quejar de mi mujer.
—¿Cuánto tiempo llevan casados?
—Mas o menos cinco años.
—Ahora entiendo porque no recibimos invitación, ustedes se casaron un año antes que nosotros.
—Si, pero créame vizcondesa, no se perdió de nada.
—¿Invito a mi esposo a su boda lady Anna?
—Aah, no, no invite a su marido.
—¿Porque razón?
—Mercy, no creo que sea un buen tema para hablar en la cena.
—¿Porque no lo invito?
—Era algo familiar vizcondesa.
—Crei que eran cercanos.
Cuando dije esas palabras el barón la miro de reojo, entonces me di cuenta de que tal vez me estaba excediendo, mi coraje podria malinterpretarse con celos, lo cual no es mi objetivo.
—Pero claro, aunque haya personas cercanas no siempre pueden estar en los momentos importantes ¿No lo cree?
—Si, no lo invite porque estaba comprometido con usted y, creí que tal vez estaría muy ocupado arreglando todo sobre la boda y eso.
—No se equivocó, el siempre ha sido alguien muy ocupado.
—Es bueno que aún sea joven -Lord Arthur lo miro mientras tomaba su copa, y matthew solamente se resigno a ignorar su mirada.
El resto de la velada siguió, con la misma sutil tensión, aunque pude haber llegado más lejos, fue suficiente por hoy.
—¿Que estabas tratando de hacer?
—No se que quieres decir.
—Esos comentarios mal intencionados que hiciste, el barón pudo haber malinterpretado la situación.
—¿En serio? Dejame preguntarte algo ¿No era esto una cena de negocios?
—Pudo haberlo sido si tú no hubieras dicho ese tipo de cosas.
—No dije nada fuera de lugar.
—Podia sentir tu veneno en cada palabra —el iba a seguir reclamando los sucesos de la mesa, cuando la ama de llaves entro.
—Disculpen vizcondes, pero la habitación principal está lista.
—Muchas gracias, puedes irte.
—Permiso.
Cuando la ama de llaves cerró la puerta el tomo un poco de alcohol se sento en la orilla de su escritorio y me dijo.
—Algo así no se puede volver a repetir, no quiero perder el favor de los nobles.
—No lo harás, no creo que nadie haya malinterpretado nada.
—Eso espero, no quiero perder el favor del esposo de Anna.
—Si tanto te incomoda le enviaré una carta.
—No hace falta, vayamos a la habitación.
El propósito de nuestra habitación compartida era que pudiéramos tener un hijo, así que esa noche fue eso el único propósito por el que dormimos juntos, esperando poder dar un heredero...