Yo lo maté.
Fue lo último que recuerdo antes de volver a la realidad.
Tanto que me esforcé en borrar todo eso, en eliminar el dolor, la culpa.
Mis padres ya habían intentado convencerme de que dejara de culparme por eso, que yo no podía cambiar lo que paso, y un largo etcétera.
Y de verdad quería creerles, quería convencerme de que no había sido mi culpa, pero luego recuerdo que fue mi estupidez lo que hizo que todo acabara.
Debí cerrar la maldita boca, dejar de desafiarlo constantemente, el mato a mi hermano para castigarme, porque yo me negaba a dejarme doblegar.
Hice lo posible por controlarme mientras estábamos secuestrados, y hubo ocasiones en las que me porte de maravilla, pero también había momentos en los que esa parte de mi que no me permitía dejarme someter, tomaba el control.
Casi hasta parecía que el maldito infeliz y yo teníamos una especie de juego enfermizo, donde lo retaba, el intentaba someterme y yo no se lo permitía.
Mas o menos era eso lo que había entre nosotros.
Y lo odiaba, el maldito desgraciado me secuestro, me torturo, asesino a mi hermano en mis narices, y no conforme con eso intento violarme.
Esa escena, si no lo hubiesen asesinado, Dios... hasta me da algo de miedo imaginarlo.
Todo ese tiempo encerrado, comiendo a penas lo suficiente para mantenerme con vida, los golpes constantes, el miedo... tanto que me esforcé en olvidar todo eso y mi madre solo viene y me lo hecha en cara.
Gracias, mamá, yo también te quiero.
Aunque pensándolo un poco mejor, no se si tenga demasiada moral para reclamarle, considerando que gran parte de su dolor y de papá es culpa mía.
Que mierda tan complicada, conmigo todo que ser complicado. ¿Por que las cosas no pueden ser mas fáciles?
Que molestia.
Me levanto de la cama y salgo de mi habitación, ni siquiera se a donde voy a ir: tal vez salga a caminar, tal vez vaya a la cocina por agua, tal vez me quede en mi cama el resto del día llorando y dudando como el patético que soy, tal vez compre una escopeta por Internet y me vuele la cabeza...
Las opciones son ilimitadas.
Mientras paso por la habitación de mis padres, escucho un ruido y presto atención. Mis padres parecen estar teniendo una discusión, parece que mi madre esta muy enojada, incluso triste.
—Voy a salir un momento.
No obtengo respuesta.
Doy un suspiro y continuó caminando.
Bajo a la cocina y me sirvo un vaso de agua, y cuando termino de beberlo salgo a caminar un rato.
El clima está un tanto desolado hoy: más nublado de lo normal.
Mientras camino me pongo a pensar en cuál será mi siguiente movimiento: ya tengo algo cobra Aiden, pero no estoy seguro de que sea suficiente.
Es psicópata, así que claramente tiene la capacidad de asesinar a alguien, pero eso no prueba que lo haya hecho.
Luego están mis padres: me inquieta la idea de haberlos puesto en peligro con mi imprudencia. Si el asesino se llega a enterar de que estoy detrás de él... Dios...
Tengo que ser más cuidadoso de lo que nunca he sido, me dediqué a cazar a un asesino sin ponerme a pensar en el peligro que eso implica, como si fuera un simple juego, qué estúpido he sido.
Bueno, si hablamos de tomar decisiones estúpidas, yo ya he ganado varios premios.
Luego está el detalle de Wilson, el chico que aún no he decidido si manipular o no, una decisión bastante arriesgada y que me puede llegar a costar la reputación que he construido en este lugar.
¿De verdad necesito hacerlo? No es mucho lo que gano por tener a un chico como Wilson comiendo de la palma de mi mano, además de que tengo cosas más importantes de las que ocuparme.
Continúo caminando sin rumbo fijo, sin fijarme por dónde voy, sólo dejándome llevar, hasta que sin darme cuenta estoy en el bosque.
Vaya, de verdad entré en un trance para no darme cuenta de que había llegado a este lugar.
Desde que empezaron a ocurrir los asesinatos, las autoridades nos recomendaron mantenernos alejados lo más posible del bosque. Lo cuál me parece lo más prudente, es decir, si ya de por sí las calles de Charlestone son peligrosas con un asesino suelto, no quiero ni pensar en lo riesgoso que se volvería pasear por el bosque.
Prácticamente sería un suicidio.
Medito por un rato sobre la idea de volver, sería lo más responsable dado que este lugar es peligroso, pero... hay tanta calma en este sitio, tanta serenidad, tanta quietud. Se siente bien.
Supongo que puedo quedarme aquí un rato, me hará bien tratar de calmarme después de lo que sucedió hace unos momentos.
...
Me levanto, me estiro un momento y procedo a caminar para llegar a mi casa. Necesito llegar a mi casa a dormir un rato, las clases empiezan mañana.
Camino hasta mi casa mientras pienso en soluciones para todas las cosas con las que tengo que lidiar.
En el camino paso por la casa de la señora Gutiérrez, y me quedo viéndola un momento.
Dios, le hice tanto daño con mis preguntas. ¿En qué estaba pensando? La muerte de su hijo era reciente y ella aún no lo asimilaba, y llego yo a remover le todo ese dolor, como mi madre lo había hecho conmigo hace unos momentos.
Qué imbécil.
Continúo caminando rumbo a mi casa, esperando que mis padres estén dormidos o haciendo cualquier otra cosa que los mantenga ocupados. No tengo ganas de hablar con ellos ahora mismo.
Tan pronto llego, abro la puerta y echo un vistazo, mis padres están en la cocina, tomando café.
Sonrió con ironía, así que de ellos heredé la adicción al café.
—Espero no haberlos preocupado.
Ellos no responden, es más, parece que ni siquiera me escucharon, aunque yo sé que sí lo hicieron.
Doy un suspiro y subo a mi habitación a hacer lo que siempre hago: pensar.
Hay algo en los asesinatos que no termina de cuadrar para mí, algo que no entiendo, y que me hace tener dudas sobre si hay un solo asesino.
Hugo murió asesinado de un balazo en la cabeza, Yanira fue estrangulada y a mí profesor le cortaron el cuello...
Los tres fueron asesinados de maneras diferentes, lo cual me hace pensar en dos posibilidades: la primera es que el asesino cambia su modus operandi para que a la policía se le dificulte ubicarlo.
La segunda, y espero por Dios que me esté equivocando, hay más de un asesino o el asesino tiene un cómplice, por eso cada víctima fue asesinada de manera diferente.
Mierda.
Ojalá no sea eso, si un asesino ya es una pesadilla, varios son el Infierno en la Tierra.
Aunque la otra posibilidad tampoco me encanta mucho que se diga, es decir, el mal nacido es más inteligente de lo que uno puede imaginar, si de verdad cambia su modus operandi con cada víctima para volverse indetectable.
Cualquiera de las dos opciones es una mierda, pero la primera es mucho mejor. Un asesino debería ser más fácil de atrapar que dos o más, ¿cierto?
Empiezo a cuestionarme si no habré subestimado a este sujeto.
Pongo la cabeza sobre la almohada y cierro los ojos, mañana empiezan las clases.
...
—¡Ethan!—escucho un susurro y miro al frente, Isabel se ve preocupada.
Miro hacia donde debería estar nuestro profesor leyendo algo con mucha concentración.
—Has estado muy distraído, ¿ocurre algo?
Tuve una pelea con mis padres porque me recordaron que tengo un hermano muerto, nada más.
—Tranquila, todo está bien.
—Hablamos luego en el receso.
Asiento con la cabeza, hoy no tengo muchas ganas de conversar.
—Les voy a contar una historia interesante, y algo turbia.
Un momento. ¿Cuándo el profesor Davis dejó de leer su libro?
—¿Alguien aquí conoce una historia de terror llamado "La maldición de Charlestone"?
Algunos pocos afirman con la cabeza, yo me pregunto de qué está hablando.
Frunzo el ceño en confusión. ¿A qué se refiere con "maldición"?
—Hace muchos años, cuando este pueblo no tenía mucho tiempo de haberse fundado, vivía una pareja.
«Esta pareja estaba compuesta por un hombre llamado Rob Miller y su mujer Margaret Robbins, quien al casarse adopto el apellido de su esposo»
«Eran una de las parejas más respetadas de la comunidad de Charlestone, ya que entre los que habitan esta ciudad ellos eran particularmente fieles a nuestras creencias, el perfecto ejemplo a seguir»
Demasiado perfecto para ser verdad, pensé.
«Sin embargo, el señor Miller ocultaba un secreto un tanto perturbador, y es que durante el tiempo que ellos vivieron aquí, una serie de asesinatos asoló muestra amada comunidad»
Abro los ojos con sorpresa, sentimiento que al parecer comparto con mis compañeros, pues ellos pusieron más atención que nunca a la clase.
«La policía trabajó arduamente para encontrar al asesino y poner fin a la pesadilla, hasta que finalmente pudieron atraparlo: se trataba del mismo Rob, ese hombre tan simpático y amable, fiel a nuestras creencias, asesinó a un total de ocho personas»
«Según cuenta la historia, cuando le preguntaron por qué lo había hecho, Rob Miller contestó, con una inquietante tranquilidad y calma: "Estaba aburrido"»
Abro los ojos, una vez mas, sorprendido. Eso no me lo esperaba...
«Después de concluir la investigación, la policía llego a la conclusión de que Margaret no era cómplice de su esposo, pero eso no la salvo de que todos en el pueblo empezaran a tratarla con desconfianza y sospecha. Después de todo ella era la esposa del asesino, no había forma de que no estuviera enterada»
Ruedo los ojos.
Cuando escucho decir eso confirmo que Albert Einstein tenia razón al decir que la estupidez humana es infinita. Si eres bueno guardando secretos ni tus familiares mas cercanos lo sabrán, Margaret no tenia por que saberlo, si el loco ese hizo un buen trabajo ocultándoselo.
«Un día muy oscuro sucedió algo que muchos pueden considerar terrible y otros justicia divina: Rob Miller fue brutalmente asesinado por uno de los guardias, quien resulto ser pariente de una de las victimas. El guardia recibió su castigo por tal acción, pero eso no apaciguo el dolor de Margaret Robbins»
«De la noche a la mañana la realidad de Margaret se había tornado bastante gris: su esposo en la cárcel, la marginación que sufrió por ser la mujer de un psicópata, la pobre la estaba pasando tan mal que su cordura comenzó a degradarse y hasta cuentan que había empezado a hacer cosas extrañas...»
«Cuenta la historia que en un intento de traer a su esposo de regreso a su lado, Margaret comenzó a adoptar practicas extrañas, y en una de esas practicas realizo un ritual, en el que le pidió ayuda a un demonio cuyo nombre desconocemos»
«Este demonio no trajo a su esposo de vuelta como ella esperaba, pero se cree que si hizo algo bastante particular. Un año después de todos estos sucesos, otro evento atroz ocurrió: un pirómano llego a vivir a nuestro amado pueblo, sediento de caos y destrucción, este peligroso hombre, llamado Daryl Drake, prendió fuego a una de nuestras iglesias, y aunque algunos lograron escapar, tanto adultos como niños murieron de forma atroz»
«Algunos piensan que el demonio con el que Margaret se comunico no pudo traer a Rob de regreso a la vida, así que lo compenso atrayendo personas iguales a el. Se piensa que actualmente dicho ser demoniaco sigue ejerciendo su influencia en Charlestone, haciendo de nuestro pueblo un imane de personas peligrosas e inestables mentalmente»
Cierro los ojos por un momento mientras siento mi estomago retorcer, esa ultima parte no me gusta para nada.
El profesor de ríe levemente.
—Evidentemente hay partes de esta historia que son reales, como Rob matando gente y el guardia de la prisión haciendo de justiciero, pero otras partes son claramente inventadas, es decir, ¿rituales satánicos que convierten poblados en imanes de gente loca? Esa es una pelicula de terror que me gustaría ir a ver algún día.
Todos, incluyendo al profesor, ríen a carcajadas. Desearía poder tomármelo con humor, pero hay algo aquí que no me gusta, algo no esta bien...
Otra noche sin dormir, fantástico.
Suena la campaña.
—Bueno muchachos, ya pueden salir de esta tortura medieval llamada "clase de Historia", nos vemos en la graduación.
Todos empiezan a salir apresurados, como si estuviéramos presos o algo así.
Isabel se acerca a mi.
—Que horrible fue eso, ¿no crees? Pensar que nuestro pueblo atrae ese tipo de personas.
Suspiro con pesadez.
Ay Isabel, si supieras quien es tu novio.
Nota de autor
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