En mi propia trampa

By ElenaAlvarado_

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German Castillo era el típico chico popular por el cual todas las chicas se derriten. Tenía el mundo a sus pi... More

No llegue tarde
Con ella es diferente
Tenes miedo
¿Podemos hablar?
Nunca es tarde
Parte del plan
No necesito eso
¿Qué se siente?
Me mentistes
Te odio
Alguien más
Mi amor
Un imposible
¿Qué te hace sentir?
¿Cambiaría algo?
Mi tipo
Bueno para vos
Acordate de mí
Olvidastes algo
Lo que importa
Dejate mimar
Es nuestro
Por amor
Siete meses
Acá es

Demasiado tarde

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By ElenaAlvarado_

ANGIE POV

-Si no queres responder enserio no hay problema- a;adio el viéndome incomoda ante la pregunta.

Negué con la cabeza enérgicamente, no era que no quisiera contestarle; simplemente no sabia como.

-No, no es eso- corregi hablando atropelladamente- es solo que me tomo por sorpresa.

El chico sonrio levemente, apoyo un codo en la mesa y volvió a apoyar su mentón en la palma de su mano.

-Entonces?-dijo dando pauta a que yo comenzara.

Lo observe con los ojos entrecerrados, que se traía entre manos este chico? Preparando mis palabras me erguí en el asiento y me gire a verlo, como un doctor ve a su paciente en una cita. Con paciencia e intentando buscar la manera de hacerlo entender.

-Ok- empeze aclarando mi garganta- pues... es... es algo... mágico. Es como si todo girara en torno a esa persona. Nadie mas importa, nada mas tiene sentido. Sentis que el tiempo no pasa al lado de esa persona, te pones nervioso junto a el, te parece que no tiene error alguno y lo necesitas mas que nada. No podes estar lejos de el, te sentís... vivo al lado de esa persona y darias lo que fuera por su felicidad, aunque eso implique la tuya. Es algo... que?

Durante la larga explicación me habia perdido en su definición. Definiéndola con lujo de detalles o entorno a la experiencia que yo habia tenido. El ojioscuro me miraba con una sonrisa ladeada, enternecido por mis palabras. Al notarlo viéndome me incomode y no pude evitar detenerme.

-Parece que sabes muy bien de lo que estas hablando- musito el sin despegar su hipnotizante mirada de mi.

Baje la cabeza apenada y sonreí para mis adentros. Si que lo sabia y bastante bien.

-A veces no te parece como que es algo arriesgado?- a;adio el con su voz grave- me refiero a que es algo injusto algunas veces. En el amor siempre hay un ganador y un perdedor. No siento que sea algo en lo que quiera verme involucrado si no soy yo el que sale ganando.

Levante la mirada y me encontré con sus ojos de nuevo. Ahora entendia el origen de su pregunta. El ojioscuro nunca habia tenido un ejemplo de un amor que fuera aunque sea remotamente real. Su vida entera habían sido golpes, maltratos y mentiras. Como podria entender algo que nunca tuvo?

-German el amor no es algo que se quiere sentir, sino algo que se siente sin querer. Cuando pasa, pasa y no podes hacer nada para evitarlo-explique intentando aclarar mis ideas yo misma.

-y si salgo perdiendo?

-y si no? - le dije acercándome a el- el estar en una relación no significa que tengas que ceder todo el tiempo. La otra persona también cede y... es un sacrificio mutuo. Perdonas sus faltas porque amas a esa persona tal y como es. Darias todo por ella y ella por vos.

-Incluso si esas faltas te hacen da;o a vos?- me pregunto sombríamente mientras se acercaba a mi.

Habia dado en el punto. He ahí algo que nunca se ha podido explicar concretamente. En el amor tu felicidad es la de la otra persona pero y si esa felicidad es arrebatada por quien amas? Sentí como el estomago se me hacia un nudo y fui incapaz de pensar con rapidez. El me observo atento y pude jurar que su mirada se dirigio hasta mis labios. El corazon se me desbocaba y mi cabeza daba mil vueltas; tenia que responderle y rápido. El ojioscuro se inclino lentamente y cuando su aliento choco contra mi rostro mi cerebro reacciono.

-No siempre se gana- le dije entrecortadamente debido al poco espacio que me estaba dejando.

El se detuvo y suspiro, pero no retrocedio ni un milímetro.

-Entonces tengo que sufrir para encontrar la felicidad?-me cuestiono dándole otro sentido a mi respuesta.

Pero que diablos estábamos haciendo? En que momento habíamos empezado a hablar de esto hasta llevarlo a un punto tan intimo del cual estaba conciente se trataba de nosotros? German no despegaba su mirada de la mia y jure que si no se alejaba de mi, me dejaría llevar y eso era lo menos apropiado en ese momento. Aclare mi garganta y gire mi rostro hasta el plato lleno de el ahora derretido helado.

-No te puedo asegurar que no vayas a sufrir pero si no tomas riesgos nunca vas a encontrar la felicidad; aunque la tengas enfrente- musite tomando la cuchara y metiéndola en la crema batida.

Aun podia sentir como su rostro estaba a centímetros de los mios. Su respiración chocaba contra mi mejilla haciéndome temblar; hasta que por fin se resigno a alejarse de mi. Despues de unos segundos de silencio e incomodidad, el pelinegro levanto la mano e hizo un ademan para que trajeran la cuenta. Después de que el mesero nos entregara la cuenta cada uno pago la parte acordada y subimos a su auto para regresar cada quien a su casa. Ninguno se atrevio a mencionar palabra por un largo rato. Lo sucedido en el restaurante estaba fresco en nuestras mentes, creando un mar de pensamientos y confusiones entre nosotros. No sabia que pensar ante su repentina cercanía hacia mi, intentaba negar el que German se hubiera interesado en mi pero no podia seguir haciéndolo. Sus sentimientos eran muy obvios, pero los mios? Ahora estaba mas confundida que nunca y no sabia si ese sue;o imposible que tuve hace mucho tiempo por fin se habia hecho realidad. Acaso estaba ena...

-Perdon si te hize enojar, Angie- interrumpio el de repente, rompiendo el silencio- no fue mi intención.

Gire mi rostro hacia el quien tenia la mirada fija en el camino. No supe que responder pues yo tampoco sabia si pedirle perdón o no ante mi atrevimiento al responderle a sus preguntas. Yo podia tener una versión del amor, pero la suya era muy diferente. No lo podia obligar a creer en lo que yo creía.

-No, yo fui una tonta- a;adi jugando con mis dedos, nerviosa- perdón por... por... bueno por ponerme algo seria. Es que no supe como...

Mi corazon dio un vuelco al sentir su mano recorrer mi antebrazo hasta llegar a mis dedos. Por un segundo pensé que los entrelazaría pero el chico solo se atrevio a presionar mis manos con cari;o; dirigi mi mirada hasta a el y comprobé que estaba sonriendo. "Por dios, he de haber parecido una tonta al tartamudear frente a el" pensé viéndolo con una sonrisa timida. Su tibia y grande mano cubria casi mis dos manos, llenándolas de un calor y seguridad que pocas veces habia experimentado en mi vida. Solo el me hacia sentir miles de emociones que pensé nunca mas volver a sentir. Abri la boca para volver a hablar pero ningún sonido emano de ella pues el hablo primero.

-No, enserio perdóname- me dijo volviendo a presionar mis mano dándome una descarga eléctrica directo al corazon- se que pensaras que estoy loco al preguntarte tantas cosas sobre el amor, pero pensé que siendo tan preciosa seguro ya habras tenido novio y por lo tanto sabes que es el amor.

Trague fuerte poniéndole mas atención de la debida al adjetivo que habia usado para definirme. No pude evitar sonrojarme y ver nuestras manos, una sobre las otras.

-No es que tenga mucha experiencia- conteste apenada; hasta cuando iba a quitar sus manos de encima?

-Pues pareciera que sabes muy bien que es- dijo por fin quitando su mano de las mias, para cambiar de velocidad- puedo saber quien es el afortunado?

Tarde un par de segundos en dar con la pregunta. Mi mente se quedo en blanco y lo observe con los ojos abiertos como platos. "Rapido, pensa en algo.. pensa en algo..." me presione a mi misma.

-Es... una larga historia.

El rio y para mi propia salvación se hizo a un lado del camino. Ya habíamos llegado a mi casa.

-Pues me la vas a tener que contar otro dia- a;adio el halando el freno de mano.

Sonreí y baje del auto, notando que el habia hecho lo mismo del otro lado. Conforme caminaba hasta la puerta de la entrada introduci mi mano dentro de mi bolso para encontrar las llaves de mi casa. Intentaba distraerme con algo pues no quería girarme a verlo para comprobar si me estaba siguiendo; cosa que estaba tentada a hacer. Al encontrar las llaves subi los tres escalones restantes y la introduci en el cerrojo. El seguro hizo click y pude abrirla. Al verme enfrente de la pieza tallada en madera me pregunte a mi misma que debía hacer; debía voltearme y despedirme? Entrar a la casa y despedirme de lejos? O solo entrar? Solte un suspiro y me voltee encontrándolo tal y como lo imagine. El chico tenia las manos en los bolsillos de su pantalón y observaba a una distancia prudente. Camine hacia el hasta quedar a un metro de distancia, dejando espacio entre nosotros; por si se atrevia a acercarse de nuevo.

-Gracias por la cena- agradeci en voz baja con una sonrisa leve, pensado que era un buen inicio para una despedida.

El sonrio y negó con la cabeza.

-Gracias a vos, por todo- contesto con una mirada afectuosa.

Nos vimos por uno segundos, sin apartar la mirada el uno del otro. Quería decir algo para despedirme y entrar a mi casa de inmediato; pero era como si su mirada me mantuviera atada al mismo suelo, haciéndome imposible el moverme. Después de unos segundos camino lentamente hacia mi, posándose justo enfrente mio a unos treinta centímetros. Lo suficiente para sentir que mi espacio personal estaba siendo invadido, lo cual no me incomodaba del todo.

-Nunca tuve alguien en quien pudiera confiar plenamente- me dijo hablando tan suave y dulcemente que hizo que mi corazon latiera rápidamente- gracias por escucharme y por ayudarme en esto. No podria soportarlo si vos no estuviéras conmigo.

Sonrei y baje la mirada, apenada. Creo que el chico me estaba dando demasiado crédito por tan simple como escucharlo. Hasta ahora no podia creerlo lo mucho que nos habíamos acercado en tan solo una semana. Estábamos mas cerca que nunca y pareciera que pudiera contarme cualquier cosa. Yo sabia mas de su vida que ninguno y aun asi sentía que este chico era un océano de secretos que pocos habían tenido derecho a navegar; y yo era una de esas privilegiadas. Con solo pensar que de cierta manera era especial para el no pude evitar ruborizarme y obligarme a mi misma a no levantar la mirada. Si lo hacia seguro me derretiría frente a el si seguía lanzándome halagos.

-Sos como mi angel- continuo el halagándome con tanta dulzura que empezaba a luchar contra mis propias fuerzas para no bes....

"Basta Angie, contrólate!" me reprendi a mi misma cerrando los ojos con fuerza, sin ser vista. Era increíble el efecto que el tono en su voz ejercia sobre mi, o al parecer en cualquier chica. El otro dia vi como saludaba a una chica del otro salón y el solo hablarle habia provocado que ella pusiera cara de tarada, como si le acabaran de succionar cada gota de razonamiento que tenia en el cerebro. German era de esos chicos que tenían varios puntos a su favor, el físico y su voz eran unos.

-Hey.

Levante la mirada sabiendo que el quería llamar mi atención. Ya era demasiado obvio el que mantuviera la mirada clavada en el suelo intentando evadirlo. El sonrio una vez mas, mostrando los dientes. Esa sonrisa simpática y respladeciente que tenia a las chicas comiendo de la palma de su mano.

-Sos increíble- volvió a decir extendiéndome el pu;o.

Dirigi mi mirada hacia su mano y sonreí para mis adentros. Sabia a la perfeccion que se significaba eso, lo veía todos los días en los pasillos de la escuela. Era un gesto entre amigos, que requeria de una confianza y aprecio intimo entre las dos personas. No saludas a cualquier persona con ese saludo. Entre risas levante mi brazo, empu;e la mano y justo cuando mi pu;o iba a chocar contra el suyo; el lo removio dejando mi mano en el aire. Levante mi mirada sin comprender y lo encontré riéndose de mi con un gesto divertido. "Genial, me hizo quedar como tonta" pensé poniendo los ojos en blanco. Haciéndome la enfadada me di la vuelta y empeze a caminar hasta mi casa. Con tan solo dos pasos avanzados sentí como su mano se poso en mi mu;eca, deteniéndome. Con delicadeza me giro hasta el y de nuevo su rostro estaba mas cerca de lo que debía de estar del mio.

-Era un broma- musito con una sonrisa ladeada.

Entrecerré los ojos, asesinándolo con la mirada y lo vi extender el pu;o de nuevo. Esta vez sin esperar a que dijera algo extendi el pu;o rápidamente y lo choque contra el suyo. Acto seguido acomode la correa de mi cartera sobre mi hombro y me despedi de el agitando la mano. Me di la vuelta y su mano me detuvo de nuevo. "Es enserio? Estas tentando mi auto control" pensé cerrando los ojos con fuerza al sentir como me hacia girar hacia el de nuevo.

-No te enojes- me suplico con cara de cachorrito mientras se aceraba peligrosamente a mi rostro.

Ok, esto ya no era coincidencia o una ridícula suposición mia. El chico me quería besar y ya era bastante obvio con los tres intentos que habia hecho solo en esta noche. Corriendo el riesgo lleve mi mirada hasta sus oscuros ojos, sintiendo un vértigo al perderme en ellos. Estos tenían un brillo y su sonrisa lo delataba. "No, por favor no" suplique mentalmente sintiendo como se acercaba lentamente "Es ESE silencio, LA mirada. Me va a besar... me va a besar! Angie hace algo! Detenelo!... pero y si no quiero?... páralo!"

-Err.... Gracias por todo!-chille al extremo de mis nervios mientras con agilidad volteaba mi rostro y me lanzaba hacia su cuello abrazandolo.

Agradeci que no pude ver su rostro y el tampoco el mio, pues en ese momento apostaba a que yo estaba mas roja que un tomate. Debido a la diferencia entre alturas me habia tenido que poner de puntillas para alcanzarlo y mis brazos estaban enganchados alrededor de su cuello. Lo estaba apachurrando al nivel de hacerlo quedarse sin aire y todo por su culpa. Porque tenia que ponerme tan nerviosa? El chico tenia las manos en el aire y no sabia que hacer con ellas hasta que después de unos segundos las llevo a mi espalda y me apretujo mas suavemente mientras su rostro iba a dar contra el perfil del mio. En un segundo de descuido sus labios fueron a dar contra mi mejilla, dándome un beso tierno y delicado. Abri los ojos como platos y me perdi entre el roce de sus labios contra mi piel.

De un momento a otro mi mente dio de golpe contra la realidad y me di cuenta que nuestros cuerpos nunca habían estado tan cerca. Podia sentir su cuerpo amoldarse al mio, como si se fundieran en uno solo y en ese momento fue como si el tiempo se detuviera. En ese momento nunca estuve mas segura de que nuestros corazones estaban mas cerca de lo que yo creía. En ese gesto iban contenidas todas las palabras que yo no podia expresarle por mi cuenta y aunque lo hubiera abrazado solo por evadir el beso... me di cuenta de que lo quería hacer desde hace mucho tiempo. Lentamente empeze a aflojar la presión que mis brazos ejercían y me separe de el. El pelinegro no me solto de inmediato, no antes de presionar mi cuerpo contra el suyo una ultima vez y susurrar un buenas noches en mi oído. Asentí con la cabeza y sonreí tímidamente al encontrarme con su rostro de nuevo.

-Igual- conteste dándome la vuelta para entrar a la casa.

Sin voltear ni una vez mas entre a la casa, cerre la puerta tras de mi escuchando como el motor de su auto se encendia y las luces se inflitraban por el cristal de mi ventana. Cuando la luz hubo desaparecido al igual que el sonido del motor me di cuenta de que ya se habia ido. Suspire y tantee la pared hasta encontrar el interruptor para encender la luz. Al verlo todo iluminado parpadee dos veces, acostumbrándome al cambio de luz en el ambiente. Camine hacia la cocina, abri el refigerador y saque un pedazo de pastel que habia tenido allí desde hace dos días; sin prestarle nada de atención. Después de buscar un tenedor, se lo ensarte al postre y me dirigi hasta la sala para ver un poco de televisión. Al encender el televisor pase un par de canales sin interesarme mucho lo que estaban transmitiendo en ese momento. Después de darle la vuelta a los canales dos veces cai en la cuenta de que no era lo que los canales transmitían, sino era yo quien no les prestaba atención. Mi mente estaba en otro lado; estaba en Germanlandia.

En un arrebato apague el televisor y lanze el control al otro sofá, revirándolo contra el respaldo acolchonado de el mismo. Suspire y subi los pies al sofá, acomodándome.

-Porque a mi?-me pregunte haciendo berrinche como mujer en depresión debido a una ruptura.

Habia estado enamorada de German desde siempre. Me moria por su sonrisa, su cabello y hasta su mal genio. Me veía obligada a llamar su atención a toda costa y que hace una ni;a enamorada? Pues pedirle un deseo a una tonta estrella para que el se fijara en mi... algún dia. Lo que seria ocho a;os después y en las condiciones menos apropiadas. Que no pudo haber sido hace tres a;os? o un dia después del deseo?! Mi hermano era el mejor amigo de German en su ni;ez y pasaban todo el dia juntos. Como evitar enamorarse del chico mas popular de la escuela que visita tu casa todos los días? Solo era una victima mas de sus encantos! No era como si me fijara en los chicos malos, los repudiaba de hecho pero German Castillo logro moverme el tapete desde que tengo memoria. Odiaba su manera de manipular a las mujeres y como siempre se salía con la suya... pero no tenia problema alguno con que fuera conmigo. Con el tiempo aprendi a ver su lado bueno, la verdad detrás de la mentira. Era un chico sensible, inteligente, considerado y cabelleroso; a pesar de parecer un cerdo sin sentimientos. Se ponía una mascara todos los días y solo mi hermano y yo sabíamos como quitarla; aunque siempre hubiera sido mas invisible que el aire para el. Después de tantos a;os pensé que me habia olvidado de el, pero no. El chico aun me habia suspirar. Resople y le di un bocado a mi pastel, después de haber recordado miles de momentos al lado del ojioscuro. Lección aprendida: nunca le pidas un deseo a una estrella, las entregas llegan demasiado tarde.

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