No me bloquees

By Beka_Berrie

153K 18.2K 27K

Max está tratando de sobrellevar su vida cómo un adolescente normal, pero hay muchas cosas que se lo impiden... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9: Declaración
Capítulo 10: Colores
Capítulo 11: Dev
Capítulo 12: Tim
Capítulo 13: Sabotaje
Capítulo 14: Risas
Capítulo 15: Max
Capítulo 16: Un día soleado, pero frío.
Capítulo 17: Lo que hice y lo que siento
Capítulo 18: Todo lo que necesité era hablar
Capítulo 19: Mi primer momento.
Capítulo 20: Un paso agigantado.
Capítulo 21: Parte de mi pasado
Capítulo 22: Un futuro
Capítulo 23: Mi primer todo.
Capítulo 24: Odio pensar, amo dejarme llevar.
Extra: Datitos, preguntas y respuestas.
Epílogo
Extra 1: Es retroceder un paso y avanzar tres más.

Capítulo 8: Antes de Todo

5.2K 682 544
By Beka_Berrie

Dev

—Desde hoy tenemos al delegado de primero. Me ayudará a vigilarlos mientras me ayuda a revisar los exámenes de otros salones.

Estábamos en el salón de detención con Timothy, Gian, otros tipos de diferentes salones, y su servidor, que estaba aburrido de todo el mundo. En total éramos 10, y aunque conocía a la mayoría, solo me hablaba de manera cercana con Timy y Gian.

Entonces él entró.

Un tipo con un rostro frío, cabello oscuro y piel muy blanca que parecía que se estaba descomponiendo en vida.

No lo conocía, pero aseguraba que era de los tipos que son fieles seguidores de sus papis. Su uniforme planchado y arreglado, su postura recta y la seguridad que emanaba.

Me irritaba ese tipo de gente.

—Timothy, ya lo debes conocer porque es tu delegado. —El profesor le da una mirada a Timy quien solo evade la mirada—. En fin, Rafael, te presento a los rebeldes del colegio. Algunos vienen casi a diario, otros de vez en cuando y luego están los que viven aquí. —Levanta el mentón señalándome.

El muchacho asiente y dice —: Soy Rafael.

Luego nos ignora y comienza a trabajar con el profesor revisando los dichosos exámenes.

—Ya saben que si no terminan la carta de castigo nadie sale de aquí —anuncia el profesor y todos lo ignoran.

Bueno, con todos me refiero a mí.

Timy y Gian estaban tan concentrados escribiendo la carta de castigo, tuve que fastidiarlos porque el aura de "Todos somos responsables aquí, menos el idiota de Dev" me estaba molestando. ¿Por qué le hacían caso al profesor? Era absurdo hacer esa carta mil veces, igual nadie de aquí aprendía repitiendo "Voy a mejorar mi conducta a partir de hoy".

Las palabras eran palabras, no actos.

Cuando estaba a punto de quitarle la carta a Gian, el muchacho casi muerto dijo:

—Profesor, ¿El chico de allá siempre es tan irrespetuoso?

Está demás decir que no tuvo el descaro de señalarme con el dedo, directamente, casi en mi cara.

—Ah, ese es Dev, parece que su misión personal es fastidiar a todos en este salón —respondió el profesor sin levantar la mirada.

Todos los que estaban haciendo la carta me miraron y me sentí tan avergonzado que volví a mi sitio y crucé los brazos mientras evadía la mirada del chico muerto.

Gian se giró a verme y me sacó la lengua como un niño que había sido rescatado por su mami.

Luego de media hora, las personas que habían estado absortas haciendo la carta la entregaron. El muchacho pálido lo revisaba y daba autorización para dejarlos salir. Así, comenzaron a abandonar el salón uno por uno.

El profesor se fue a la dirección para recoger más exámenes. Como el chico muerto era el que hacía la tarea del profesor, lo dejaron a cargo de nosotros. 

—Adiosito, Dev —dijo Gian con una sonrisa burlesca. Había terminado su carta, y cogió su mochila para irse. Le entregó la carta a don perfecto para que le diera el visto bueno.

—Tienes muchas fallas ortográficas —soltó luego de darle una rápida leída.

Me reí escandalosamente y grité—: Alguien no va a poder salir por presumido—grité y Gian me sacó el dedo medio.

—Ese alguien probablemente serás tú —respondió el delegado, luego se refirió a Gian—: Tienes fallas, pero me gusta la manera en la que lo redactaste, así no cumplas lo que dices se ve muy creíble.

La sonrisa de Gian era tan irritante. Agarré el estuche de Timy, que se sentaba a mi lado, y lo lancé con dirección a Gian. Este esquivó perfectamente y me sonrió burlón.

—¡Ey! —se quejó Timy—. Ve a recogerlo porque no me va a importar quedarme otra hora aquí por golpearte —ordenó serio.

Era mi menor, pero se veía tan intimidante. Y estaba en primero, ¿Qué tan humillante es obedecer a tu menor?

—Puedes salir —autorizó Rafael y volvió a lo suyo, ignorándonos.

Gian recogió el estuche y me lo lanzó de nuevo, esquivé perfectamente; luego me di cuenta que el delegado y Timy me estaban mirando muy molestos. Estoy seguro que ya habían pensado en mil maneras de colgarme.

Gian se fue y recogí el estuche. Se lo entregué a Timy que al parecer, también, había terminado su carta.

Genial, ahora iba a quedarme solo.

Cuando Timothy guardó su estuche le quité la carta y corrí a la esquina del salón para hacerle tiempo.

—Dev, devuélveme la carta —demandó Timy.

—No quiero, te vas a ir. No quiero quedarme solo con el muerto este —dije señalando a Rafael que nos miraba fijamente por el alboroto.

—Entonces hubieras hecho tu maldita carta, ahora dámela —repitió.

—No quiero.

—Está bien, si no me la das ahora te voy a acompañar hoy, pero mañana a donde te voy a acompañar va a ser al hospital. Ahora, dámela.

—Está bien —irrumpe Rafael—. Timothy puedes salir, yo le digo al profesor que hiciste tu carta y que el inmaduro de allá te lo quitó.

—¿Inmaduro? ¿Yo? —Me señalo sorprendido.

Timothy agarra su mochila y se va sin siquiera mirar atrás.

¿Por qué hoy todos estaban tan irritados? A veces solían seguirme el juego y no pasaba nada. Nos quedábamos hasta tarde y el profesor solo nos dejaba irnos porque se cansaba de esperarnos, o, mejor dicho, vigilarnos.

—¿Por qué no te das cuenta que no todo gira a tu alrededor? —rompe el silencio cuando nos quedamos solos.

—¿Qué?

—Date cuenta que ellos tienen su propia vida, tienen cosas que hacer.

—Nadie te preguntó.

—No, pero te lo digo porque eres tan infantil, creyendo que con llamar la atención tú vas a ser el centro del mundo. Algunos te tienen lástima, otros solo te siguen la corriente porque están cansados. Ya madura.

Me acerqué furioso al lugar de donde me estaba diciendo todas las estupideces que había soltado deliberadamente.

—Mira muertito, nadie te ha preguntado, y cuando tu opinión me sirva de algo, me la das.

—Pensé que serviría para hacerte entrar en razón, ¿Tan lento eres captando un mensaje directo?

—Cierra tu boca porque no te va a gustar lo que te voy a hacer si es que sigues diciendo estupideces.

—¿Me estas amenazando? Deberías poner en tu carta de castigo que..

No terminó lo que iba a decir porque lo sujeté de la camisa del cuello acercándolo a mí.

—Cierra tu boca.

—¿Me vas a golpear? ¿Así entienden los primates como tú?

Lo empujé con tal fuerza que rebotó en la silla y se cayó al piso.

Quería reírme, pero tan solo mirarlo hacia que mi molestia aumentara. En especial, porque el chico no tenía ninguna expresión.

—Si me vas a golpear no me voy a contener, sé defenderme —continuó—. No te creas fuerte solo porque no tienes miedo a las consecuencias.

—Tú eres tan...

—Has tu carta, porque me puedo quedar todo el día. Traje todo para estudiar aquí.

Iba a responderle, cuando llegó el profesor con una pila de exámenes.

—¿Qué ha pasado? —pregunta mirando a Rafael que aún estaba en el piso.

—Me caí de la silla —mintió.

El profesor me conocía, por eso me dio una mirada de reproche. Negó con la cabeza, luego dijo:

—Dev, levántalo.

—No, gracias —respondió Rafael levantándose. Sacudió su planchado y perfecto uniforme—. Quiero evitar ensuciarme.

—Hijo de... —susurré mordiendo mi labio para evitar decirlo en voz alta.

—Dev —llamó el profesor—, vete.

—Profesor, debe hacer su carta de castigo —volvió a meterse Rafael.

—Chicos como él no tienen solución.

Muchas veces me lo habían dicho, lo he escuchado tanto que siempre me daba igual. Ahora no entendía por qué tenía ganas de llorar.

Agarré mis cosas y salí corriendo.

(//)

Los días no fueron iguales desde ahí.

Comencé a estar alerta y sobrepensar todo lo que pasaba en mi alrededor.

En especial, su presencia.

Jamás hubiera notado a un chico así antes. Ahora, sentía vergüenza al verlo o siquiera confundirlo con alguien más.

Parecía no existir para él fuera del salón de castigos. Lo que hacía que me irritara mucho.

No podía amenazarlo porque no funcionaba y se ponía a la defensiva. Debía buscar un punto débil que al menos lo hiciera reaccionar.

Desde ahí comencé a coquetear con él.

—¿Hoy también tendré tu encantadora mirada sobre mí? —Entré al salón de castigos sonriéndole.

Él me miró directamente y contestó—: Siempre quieres que alguien te mire, así que sí, hoy te miraré tanto que te vas a cansar de querer mi atención.

Quise sonreír, tuve que evitar hacerlo. Me senté frente al escritorio del profesor. Rafael solía ayudar al profesor, pero últimamente nos dejaba a cargo del niñito de primero mientras él se desaparecía. Aunque, he de decir que Rafael cumplía muy bien con el encargo que le dejaban, la mayoría de castigados cumplía la tarea que le tocaba en silencio.

Miré fijamente a Rafael, este estaba muy concentrado haciendo su ensayo.

No me había dado cuenta cuándo es que había comenzado a querer su atención. Quería ser yo al que notara, al que recordara.

Cuando nos quedábamos solos me gustaba fastidiarlo con cumplidos que lo hacían reaccionar levemente, con pucheros de molestia o vergüenza. Luego todas sus expresiones comenzaron a ser encantadoras. Como por ejemplo, cuando fruncía el ceño al leer algo que no entendía, cuando ladeaba la sonrisa al revisar nuestras tareas y no le convencían del todo como para dejarnos salir; y en especial, cuando cruzaba los brazos y me miraba fijamente con el mentón levemente alzado.

Él se sentía superior a mí y eso me gustaba de alguna forma.

Mejor dicho, él me gustaba.

Cuando pasé a tercero y él a segundo dejó de venir al salón de detención. Venía de vez en cuando y por ratos, solo para hablar con el profesor en privado. Ya no me miraba y me sentí angustiado.

—Hoy es el cumpleaños de Rebeca, ¿Irás? —pregunta Gian.

—¿Te parece buena idea ir al cumpleaños de mi ex? —ironizo.

—Nunca te ha importado eso.

—Ahora sí, ella es demasiado...

—¿Resentida? ¿Cómo quieres que no se resienta si la terminaste en San Valentín?

—Yo la terminé, el que la situación se haya dado en San Valentín no es mi problema.

—Como sea, ¿Irás?

—Supongo que sí, últimamente estoy muy aburrido.

—Te acompañaré, porque quiero ver el mundo arder, y tal vez por fin pueda conseguir novia.

Me burlo por el hecho de que Gian no ha durado ni un mes con alguna chica. Él es demasiado empalagoso y a muchas de ellas no les gusta esa parte de Gian.

Me giro para preguntarle a Timothy si nos podrá acompañar; pero él está dormido, acurrucándose entre sus brazos, recostado sobre el pupitre. Le quito la gorra y su cabello rubio se alborota.

—¿Desde cuando no duerme? —pregunta Gian refiriéndose a Timy

—No sé, ha estado ayudando a su tía toda esta semana.

—¿Irá a la fiesta?

—No creo, aparte de que está cansado, lo están buscando por golpear al hermanito del cumpleañero en la fiesta anterior.

—Dios, apenas está en segundo y esa cosa acurrucada que duerme tan tranquilamente se ha molido a golpes a cuatro tipos mayores que él. No sé tú, pero a mí Timy me da miedo —confiesa.

—¿Si lo llevamos para que nos defienda?, por si a mi ex novia no le agrada verme de nuevo.

Justo cuando estoy por sacudirlo para despertarlo, aparece Rafael.

—Hola, ¿Han visto al profesor? —pregunta asomando su cabeza.

Gian, como el idiota que es, se gira a verme y sonríe como si pudiera leer mi mente. Sí, he sido demasiado obvio cuando se trata de Rafael en frente de mis amigos.

—Dijo que el director lo llamaba —responde un chico que se sienta en el rincón.

—Gracias —es todo lo que dice y se va.

—¿No vas a fastidiarlo? —Gian mantiene una sonrisa pícara.

—No, él va a volver en cualquier momento. —Me encojo de hombros restándole importancia.

—Quisieras.

—Por cierto, ¿Has visto a los nuevos alumnos? —intento cambiar de tema.

—¿Los gemelos?

Asiento y continúo—: Les tocó estar en mi salón, a ambos.

—La chica es totalmente mi tipo, ¿La has visto? Es una diosa.

—Se llama Alexa, y el otro tipo se llama Maximiliano.

—¿Preferencia en la hija? No lo creo... —dice Gian con sarcasmo.

—Debe ser un asco que te toque con tu gemelo, bueno, si te llevas mal con él. Ambos no parecen tan cercanos como todos creen que son los gemelos.

—Lo siento, mis ojos solo pueden ver a Alexa.

—Eres un bastardo.

—¿Crees que vayan a la fiesta de tu ex?

—Nah, no parecen de ir a fiestas.

—Dime que no son niños de casa —suplica Gian.

—Parece que lo son, y mucho.

—¿De que están hablando? —pregunta Timothy con las mejillas rojas y llenas de marcas por apoyarse en sus brazos.

—No puedo creer que este tipo con cara de "yo no hice nada, hola buenos días" haya molido a golpes a cuatro tipos —refunfuña Gian.

—Este tipo es nuestro príncipe, porque nos acompañará a la fiesta de mi ex —digo apoyándome en el hombro de Timy.

—¿Fiesta de tu ex? ¿Cuál de todas?

—Rebeca.

—No gracias, tengo que ir a otro evento con mi tía.

—Ahora quiero comer lo que sea que Timy cocine —confieso.

—Estábamos hablando de los nuevos, los gemelos. ¿Los viste? —dice Gian entusiasmado.

—Nop —contesta Timy.

Cuando el profesor regresa nos toca hacer limpieza el patio y el pequeño estadio para deportes que tiene la escuela. Timy y yo siempre hemos querido unirnos al equipo de Básquet, sin embargo, nunca se ha podido por muchas razones. La primera, no quieren personas problemáticas; segunda, no soy de las personas que se comprometen a darlo todo; tercera y más importante, el trabajo en equipo, lo detesto.

Cuando estoy recogiendo las botellas de plástico veo a lo lejos como Rafael entra a un aula vacía.

¿Quién soy yo para rechazar tal oportunidad?

De inmediato le dejo mi tarea a Timy y Gian que no entienden porqué voy tan apresurado al salón.

Me paro en la puerta y verifico que nadie esté a mi alrededor para entrar.

—¿Qué haces? —pregunta él sin voltear a verme. Estaba buscando algo en la estantería.

—Te sigo porque pareces haberte olvidado de mí.

—La verdad sí, ya me estaba olvidando de tu existencia.

—¿Por qué dejaste de venir a la sala de detención?

—Porque quiero —dice y se encoge de hombros.

—¿En serio?

—¿Te debo dar alguna explicación?

—Sí, porque yo no te olvido fácilmente.

Por fin llamo su atención y se gira a verme con los brazos cruzados. Luego continúa—: ¿Te gusta hacer esto, no? ¿Fastidiarme?

—Me encanta. —Sonrío acercándome lentamente a él.

—Entonces ven, siéntate aquí. —da unas palmaditas a la mesa del profesor.

Sorprendentemente hago caso a lo que dice, y digo sorprendentemente porque jamás pensé hacer caso a un tipo cuya ley principal en su vida es hacer las tareas.

Me siento y lo miro buscar lo que sea que esté buscando.

—¿Por qué te gusta fastidiarme? ¿Qué consigues con mi atención?

—No lo sé, solo disfruto esto—lo digo con naturalidad.

—Ya veo —es todo lo que responde y luego busca en silencio.

Lo miro fijamente y sin que yo mismo sea consciente de mi propio impulso, me paro y tiro de su brazo acercándolo a mí.

Por un momento creí que me golpearía y me insultaría, e incluso pensé que gritaría para pedir ayuda.

Sin embargo, él fue el que me besó.

(//)

Fue así como comprobé lo que dijo el mismo Rafael.

Necesitaba de su atención, y por ello lo seguía a donde fuera. Me saltaba de las clases para toparme con él por "casualidad". Y cuando lo hacíamos nos besábamos o tocábamos. Luego él me botaba como utensilio descartable y volvía a su expresión seria y neutra.

Fue en un descuido, donde mientras nos encerramos en nuestra burbuja de placer, cuando nos estábamos besando tanto que casi no sentía mis labios, un chico con aura inocente entró al baño y se quedó perplejo ante nuestro espectáculo.

—Yo... —tragó nervioso—, lo siento, solo quería entrar al baño.

Rafael y yo nos separamos de inmediato. El chico estaba titubeando entre irse del baño o entrar a uno de los cubículos.

—Solo entra —le respondo cansado. Estaba recuperando la respiración.

El chico estaba muy rojo, al final, me hace caso y cierra la puerta del cubículo. Luego suelta desde dentro:

—Hubiera sido mejor que ustedes también entraran a un cubículo. Como consejito.

Rafael estaba muy nervioso, se estaba frotando la cara con ambas manos, irritado.

—Tranquilo, yo me encargo. Tu ve a tu clase —me dirijo a él.

—No, debemos hablar con él para que no diga nada.

—No lo va a hacer. Yo se lo voy a decir, corre.

—Debo asegurarme...

—¿Acaso no confías en mí?

—No —responde con franqueza.

Eso había dolido más de lo que había imaginado.

—Rafael, promete que nada va a cambiar luego de esto —suplico.

—¿Cambiar qué? Solo nos besamos y algo más, pero no hay nada entre nosotros.

—No, te vas a alejar de mí.

—Claro que lo voy a hacer —suspira—. Esto me puede meter en problemas, Dev.

—Yo no he visto nada —grita el chico desde dentro—. No se preocupen por mí.

—¿Ves? —le digo.

Rafael me mira angustiado. Cuando tomo su mano para tranquilizarlo, él la aparta molesto.

Sentí mucho miedo de lo que fuera a decidir.

El chico terminó y salió del baño, Rafael estaba esperándolo con los brazos cruzados y yo estaba a su lado. Ambos lo seguimos con la mirada y él evitaba vernos.

—¿Cómo me aseguras que no dirás nada? —exige Rafael.

—Bueno... No te puedo dar una garantía, pero de mi boca no va a salir. —El chico abre el caño y toma un exceso de jabón líquido para lavarse las manos.

—Tu estás en mi salón, ¿Eres... Maximiliano? —dudo.

Él asiente avergonzado —. Prefiero que me digan Max.

—¿Lo conoces? —me pregunta Rafael.

—Sí, está en mi salón. Tiene una hermana gemela.

—Ahhh, tú eres el que tiene a su hermana en el mismo salón —dice Rafael.

El chico asiente como si le diera vergüenza existir.

—No se preocupen, no diré nada —promete mirando a los ojos a Rafael.

—Gracias, voy a tener que confiar en ti. — Rafael exhala tranquilo. Cuando está a punto de irse lo jalo del brazo y lo acerco hacia mí, él me sigue con fastidio—. No me voy a alejar de ti —dice lo que quería escuchar—, hay que tener más cuidado para la próxima.

Asiento más tranquilo, le doy un beso en la frente y lo dejo ir.

Caigo en cuenta que Max sigue lavándose la mano evitando alzar la mirada.

—Y tú...

—Y yo... —responde sin mirarme—. Yo estoy bien gracias, ¿Y tu?

Sonreí. El chico me caía muy bien desde ese entonces.

(//)

Max

Timy no me contestaba. Me estaba poniendo ansioso.

Ahora era dónde necesitaba un consejo, de un amigo. No el amigo que le había sido infiel a su novio, no del amigo que me gustaba, no del chico inmaduro; de todos menos de Dev. Tampoco podía ir corriendo donde Rafael a decirle "Adivina lo que me he enterado de Dev", sería cruel de mi parte. Ir donde Alexa era innecesario porque ya sabía cual era su respuesta.

Debía confiar en Dev, pero estaba este sentimiento que me decía "¿Es capaz de hacerlo?", estaba dudando de él, y mucho. Es más, ¿Cómo iría cuando yo mismo quiero besar a Dev? No, ahora me sentía aún peor.

Nunca tuve en cuenta a Rafael, y eso me hace peor persona, porque no respeté al novio de mi mejor amigo. Lo que me lleva a... ¿Con que cara voy a decirle a Rafael todo lo que sé? 

Era la sexta llamada que le hacía a Timothy y no me respondía. Porque sí, estaba asustado de saber algo que no debería, o, mejor dicho, de algo que no quisiera saber para evitar la fatiga.

Max:

¿ME TENÍAS QUE BLOQUEAR CUANDO MÁS SE TE NECESITA?

No sé si me bloqueaste porque te dio vergüenza tu confesión de que ahora nos tenemos

Vergüenza robar dijo mi abuela

No te preocupes, ahora somos amigos y eso está bien 

No tienes que tener miedo

Todos son mensajes ¿Recuerdas?

En fin

Si es que llegas a leer esto quiero pedirte un consejo

¿Qué pasaría si te enteras de que tu amigo (Sí, el que te gusta) le fue infiel a su pareja? 

Estoy ansioso porque me acabo de enterar de eso y no sé qué hacer ;cc

Perdón por llamarte muchas veces, es que no me contestabas ;cc

Chico problema:

Son las dos de la mañana

Max:

Oh por dios

No me bloqueaste :0

Chico problema:

Lo hice

Por un rato

Max:

¿Luego te arrepentiste?

Chico problema:

No

He decidido enfrentar las consecuencias de mis errores

Max:

¿Le estás llamando error a nuestra amistad? ;c

Chico problema:

¿Cómo es que tu amigo es infiel?

Max:

Lo que lees

No sé lo que debería hacer

¿Qué haces si te enteras de algo así?

Lo peor es que no fue con cualquier persona

Pero no fue una persona común

Chico problema:

No me han preparado lo suficiente para este tipo de amistad

No lo sé...

Supongo que en este caso debes estar de ningún lado, debes ser imparcial

Max:

Lo sé, ;c

Pero no me cabe en la cabeza

Él se ve tan enamorado que no lo creo

Chico problema:

Lo que escuchaste son especulaciones

Lo mejor es ir donde tu amigo y preguntárselo 

Max:

¿Cómo?

Si le digo lo que escuché, él querrá saber quién me dijo eso y no lo puedo decir

Chico problema:

Busca el momento adecuado

Creo que sería mejor que te pongas tranquilo tú también

Ahora no lo sé, pero pareces alterado

Max:

¿Cómo no estarlo?

Me voy a quedar calvo de todos los pelos que me he jalado ;c

Chico problema:

jaja

Max:

Oh dios mío te reíste

Chico problema:

Imaginé a un adolescente calvo, lo siento.

Max:

Gracias

En esto de ser mi amigo

No por imaginarme calvo :D

También, gracias por no bloquearme

Chico problema:

...

Ajá

Max:

Por cierto

Hemos estado hablando por la madrugada muchas veces

Pero 

¿Qué haces tan  despierto a estas horas?

Chico problema:

Trabajo

Max:

Ay señor mío

Necesitas descansar también

y...

Se puede saber en qué...?

Chico problema:

Vendo droga

Max:

Chistoso

Creo que esta vez pude reconocer el sarcasmo

Chico problema:

Ayudo a servir bebidas y atender al cliente...(?

Max:

Mesero?

Chico problema:

Masomenos... 

Max: 

:0

Bueno, ahora sí te dejo trabajar

Luego de trabajar descansa ;D

Chico problema:

Okey.

Era de madrugada, tenía muchas preguntas y también muchos mensajes de Dev exigiendo que le conteste. No lo iba a hacer. Cómo decía Timy, debía esperar a un momento indicado para poder hablarle.

(//)

Decir que encontrar un momento indicado era avaricia. Nunca sería un momento indicado para que tu amigo te dijera que sabe de tu secreto no tan secreto.

Ahora tenía a Dev temblando frente a mí.

—Por favor no le digas a Rafael —suplica cerrando los ojos.

***

Nota de Autora:

SEIS MIL LECTURAS, sí, me siento muy feliz que les esté gustando.

Pero me hace más feliz sus mensajes. Esta semana he recibido muchos mensajes privados de gente diciendo que le gusta la historia, de verdad muchas gracias por cada mensaje y eso me dan más ganas de seguir escribiendo. Gracias por cada voto y comentario. Siempre estoy atenta a lo que comentan y a veces me da risa lo que dicen jaksjdakjs LES AMO MUCHO.

Quiero decir que no hay un malo o mala en mi historia, simplemente son malas decisiones que hacen daño a otras personas. Espero que no odien a Dev, pero si es que es así es comprensible porque a mí también me duele por Rafael LLORO.

Iba a escribir sobre Timy, luego caí en cuenta que es la perspectiva de Max, y para Max Dev es su mundo. Por eso es que debo ir con cuidado en cuanto al pensamiento de Max hehe :D

Nos vemos el siguiente miércoles ;D

Continue Reading

You'll Also Like

790K 102K 64
Leonardo y Alessandro se conocen de toda la vida. Platican, se cuentan sus secretos y miran las estrellas juntos. Alex está enamorado de...
15.1K 598 66
Solo basto un día para que el mundo estuviera en una apocalipsis, esa día Emma tenía que afrontar un nuevo mundo que solo tenía un reto Sobrevivir...
746K 52K 65
Emilia Matthews es una amante jugadora del fútbol, no piensa en otras cosas más que en entrenar y ganar sus partidos, en su vida no importa otra cosa...
47.6K 1.7K 26
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...